La Guerra Civil marcó hasta el tuétano la década de 1930 en España. El conflicto se dejó sentir en su sociedad, en la cultura, la economía, la demografía y también en algo tan arraigado (y aparentemente inocuo) como la Lotería de Navidad. De hecho la guerra influyó hasta tal punto en el sorteo que dejó un capítulo único en su historia, uno que sigue despertando asombro casi nueve décadas después: el 22 de diciembre de 1938 se celebraron dos sorteos del Gordo, dos ceremonias prácticamente simultáneas separadas por 500 kilómetros de distancia.

Un reflejo de la división del país.

¿Dos Loterías de Navidad? Así es. Los orígenes de la Lotería se remontan a 1812 y el ‘Sorteo de Navidad’ (como tal) empezó a popularizarse hacia 1892, con lo que tiene a sus espaldas una larguísima trayectoria plagada de anécdotas. Una de las más sorprendentes llegó en uno de los episodios más trágicos de la historia reciente de nuestro país: en diciembre de 1938, en plena Guerra Civil, cuando una España fragmentada vio cómo se organizaban dos sorteos distintos.

¿Cuándo y cómo? Ambos se celebraron el mismo día: el jueves 22 de diciembre. Aunque entre uno y otro sorteo hubo en realidad un buen puñado de kilómetros. Uno se organizó en Burgos. El otro en Barcelona, más concretamente en el Café Lyon d´Or de la Rambla, en los bajos del Teatro Principal.

La coincidencia de fechas tampoco se trasladó a los bombos. Ese día resultaron agraciados dos números muy distintos: en el sorteo de Burgos salió premiado el número 36.758, que cayó en Andalucía, Málaga más concretamente. En el de la Ciudad Condal la cifra ganadora fue 22.655, vendido en la propia Barcelona.

Pero… ¿Cuál fue la razón? Lo ocurrido en Barcelona y Burgos tiene en realidad poco de misterioso. En 1938 se celebraron dos sorteos de Navidad porque básicamente había dos Españas: la nacional, que es la que celebró el sorteo de Burgos; y la republicana, impulsora de la Lotería de Barcelona. De hecho, una vez concluida la guerra, en 1939, el sorteo volvió a Madrid. 

¿Qué buscaban? Lo más curioso es que en teoría tanto el sorteo del bando nacional como el republicano buscan exactamente lo mismo: apropiarse de una de las tradiciones navideñas del país, jugar una baza propagandística y de paso recaudar fondos en tiempos de guerra. No deja de ser irónico porque a menudo se señala que el sorteo navideño en sí se creó en Cádiz, en 1812, con una finalidad bélica: conseguir recursos con los que combatir a las tropas francesas.

“En Cádiz se recurrió a la Lotería para hacer frente a los gastos, atender a refugiados y sufragar la guerra. Al parecer fue el Capitán General de Cádiz, Gervasio Gasca, quien propuso la implantación de la Lotería al objeto de hallar recursos para aliviar la situación de los desplazados y reforzar la resistencia”, explicaba hace años a El País Manuel Moreno, catedrático de historia. 

A finales de 1938 el escenario era otro bien distinto en España, pero tanto al bando sublevado como a republicano le venía bien una inyección de recursos.

¿Afectó la guerra a la Lotería? Durante tres años la sombra de la guerra se cernió sobre prácticamente todas las facetas de la vida española. Y la Lotería no fue la excepción. El diario ABC recuerda que antes del conflicto el sorteo se había organizado en Madrid, pero tras la sublevación la República decidió trasladarlo a Valencia. Al año siguiente (1937) se llevó a Barcelona, donde incluso se celebró un sorteo en enero 1939, días antes de la llegada de las tropas franquistas.

El bando sublevado también acabó interesándose por la Lotería, su valor simbólico y ventas. Hay quien incluso desliza que la sombra de la guerra y la división del país se dejó sentir más allá del sorteo del 22 de diciembre de 1938, en los premios repartidos. Al fin y al cabo los ganadores de aquella edición lo fueron en un contexto convulso que afectaba a la política monetaria y la economía.

¿Fue un capítulo especial? Sí. Aunque como reconocen desde Loterías y Apuestas del Estado (Selae), si algo no falta en la historia del Gordo son capítulos especiales. En 1938 quizás se celebrasen dos sorteos el mismo día, pero es que en 1837 se llegaron a entregar “dos primeros premios de igual cuantía”. Otro dato curioso es que el Gordo no siempre se cantó el 22 de diciembre, como ahora.

Quizás una de las mayores curiosidades del sorteo es que hay combinaciones que han salido agraciadas en varias ocasiones. El 15.640 dio por ejemplo una alegría a quienes lo jugaron en 1956 y luego de nuevo en 1978. Y algo parecido ocurrió con el 20.297, aunque en fechas mucho más separadas: en 1903 y 2006. En el polo opuesto hay terminaciones muy ‘poco agraciadas’, como 09, 21 o 82.

Imágenes | Wikipedia y SELAE

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Ya queda nada para la Navidad, por lo que muy pronto terminarán las campañas actuales de tiendas como MediaMarkt. Pero todavía es pronto, así que podemos aprovechar los numerosos descuentos que siguen estando disponibles. En este artículo vamos a hacer un repaso de las cinco mejores ofertas en tecnología y entretenimiento que hay ahora disponibles en MediaMarkt.

• Nintendo Switch 2 por 469 euros, un precio muy ajustado para el pack que viene con el ‘Mario Kart World’.
• Asus Rog Xbox Ally por 499 euros, una oferta en el nuevo PC consolizado de Asus.
• Google Pixel 10 Pro por 764,15 euros con cupón, un móvil de gama alta que tiene un doblete de descuentos.
• Kobo Clara Colour por 149 euros, un eReader con pantalla a color que es ideal para devorar libros.
• Fire TV Stick 4K Plus por 29,99 euros, el dongle de Amazon que ofrece resolución 4K.

Nintendo Switch 2

La Nintendo Switch 2 se ha lanzado este mismo año y ya hemos podido ver una enorme cantidad de ofertas. La actual de MediaMarkt es bastante interesante porque por 469 euros hablamos del mismo precio oficial que tiene la consola sin juego. En este caso, incluye ‘Mario Kart World‘, un título bastante divertido para jugar en solitario o con amigos.

Nintendo Switch 2 + Mario Kart World

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Asus Rog Xbox Ally

Hace poco más de dos meses llegó el nuevo PC consolizado de Asus, el modelo Asus Rog Xbox Ally. No ha tardado en bajar de precio en numerosas tiendas, ya que, por ejemplo, MediaMarkt lo tiene por 499 euros en lugar de 599 euros. Entre lo más destacado, cabe mencionar que viene con el procesador Ryzen Z2, incorpora una pantalla IPS de 7 pulgadas con tratamiento antirreflejos y dispone de 512 GB de almacenamiento interno.

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Google Pixel 10 Pro

Casi todos los móviles de Google han bajado muchas veces de precio en los últimos meses y MediaMarkt ahora mismo tiene una de las mejores ofertas que hemos visto hasta la fecha. A través del descuento directo e introduciendo el cupón “MM15GOOGLEPIXEL“, se puede comprar el Google Pixel 10 Pro por 764,15 euros. No obstante, cabe mencionar que este cupón es válido con todos los Google Pixel 10 y sus variantes de configuración de almacenamiento.

Estos son los precios en los modelos base (con la menor capacidad de almacenamiento):

• Google Pixel 10 por 594,15 euros en lugar de 769 euros.
• Google Pixel 10 Pro por 764,15 euros en lugar de 1.079 euros.
• Google Pixel 10 Pro XL por 883,15 euros en lugar de 1.199 euros.

Google Pixel 10 Pro (128 GB)

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Kobo Clara Colour

Si te gusta devorar libros y quieres dar el salto al formato digital, MediaMarkt ahora mismo tiene rebajado el Kobo Clara Colour por 149 euros, aunque Fnac lo tiene un poco más barato: por 129,99 euros. Se trata de un eReader con pantalla antirreflejos a color de 6 pulgadas que es ideal para leer en casa o fuera de ella. No está tan orientado a leer cómics o revistas, sino más bien para disfrutar de las portadas e ilustraciones a color o para subrayar diálogos con diferentes colores y así diferenciarlos de, por ejemplo, personajes.

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Fire TV Stick 4K Plus

MediaMarkt también tiene de oferta el Fire TV Stick 4K, un dongle de Amazon que es perfecto para ver contenido de streaming en casi cualquier tele que al menos tenga un puerto HDMI, ya sea un televisor antiguo o una smart TV (si queremos tener otro sistema operativo o si el software no se actualiza). Lo más destacable de este modelo es que ofrece un buen rendimiento y es compatible con contenido 4K y con las tecnologías Dolby Vision y Dolby Atmos. Su precio en este caso es de 29,99 euros.

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Imágenes | MediaMarkt y Compradicción (cabecera), Nintendo, Asus, Google, Rakuten Kobo, Amazon

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A las 11:20 de la mañana del 21 de junio de 1919, el barco del Almirante von Reuter comenzó a hacer señas al resto de barcos alemanes que había en la bahía de Scapa Flow, en Inglaterra. Se abrieron los grifos y las tomas de agua, se destrozaron las tuberías, se desmontaron los ojos de buey: nadie notó nada. Hasta que hacia mediodía, el Friederich Der Grosse empezó a escorarse a estribor. 

Ya era tarde, la bandera alemana ondeaba en los 74 mástiles.

Scapa Flow. La imagen narra la historia de Scapa Flow, el hundimiento de la flota alemana inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial. Mientras los Aliados negociaban con Alemania los términos del Armisticio, la flota se mantenía cautiva y estacionada frente a las costas británicas. Von Reuter temía que los Aliados se repartieran los barcos, por lo que decidió hundirla al completo, al precio que fuese.

Los barcos de la marina británica que estaban de maniobras llegaron a las 14:30 y solo pudieron salvar un barco. El último en hundirse fue el crucero de batalla Hindenburg. Nueve alemanes murieron, 16 resultaron heridos, 1774 fueron detenidos. 52 barcos se hundieron el 21 de junio en Scapa Flow. Pero ya no están ahí: están en la Luna, Júpiter y más allá de la órbita de Plutón.

El acero es acero. Un tipo duro, de malas pulgas y pocas palabras. Pero en 1945 (o un poco antes), todo cambió. Al principio no nos dimos cuenta, pero rápidamente descubrimos que aunque todos los aceros son iguales, hay algunos aceros más iguales que otros. No me voy por las ramas: lo que ocurrió en el 45 fue la bomba atómica, el aparato del Demonio que nos hizo cambiar de era geológica.

El problema. Desde que las primeras bombas atómicas explotaron en la superficie de la Tierra, el aire contiene trazas de elementos radiactivos. Están ahí, disueltos en él, pero la cantidad es tan pequeña que resultan inocuos. A menos que por alguna extraña razón tengas que insuflar enormes cantidades de aire en el proceso de fabricación de algún material.

No nos sirve casi nada. Es decir, todo el acero fabricado después de la explosión de la primera bomba atómica es radioactivo. Muy poco, casi nada. Pero lo suficiente para que algunos instrumentos médicos, físicos o astronómicos no funcionen correctamente. Por ejemplo, los sistemas de monitorización de radioactividad que usan las naves espaciales.

Lo cuenta David Bodanis en “E = mc². Biografía de la más famosa ecuación del mundo“, un libro que, aunque se ha quedado algo desactualizado, sigue siendo una delicia. Es posible que hayáis escuchado la historia, pero es una buena historia.

Acero = caro. En el libro, Bodanis explica que, ante este problema, el acero no contaminado se volvió carísimo. Sobre todo, porque antes del 45 no hacíamos acero en cantidades tan industriales como ahora. Imagino a decenas de ingenieros de la NASA rebuscando en la cubertería de su familia para poder enviar máquinas fiables al espacio. Hasta que alguien se acordó de los barcos del káiser Guillermo.

La peculiaridad de Scapa Flow. Barcos hundidos hay en muchos lugares, pero no hay muchas ensenadas poco profundas con 52 barcos hundidos en sus aguas. No estaban todos, pero bastaban algunos pocos para que pudiéramos fabricar los equipos que la misión Apolo dejó en la superficie lunar, los que la sonda Galileo llevó a Júpiter y los que la sonda Pioneer está llevando aún más allá. El mal, la mar.

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