En su nueva canción (la primera desde 2021), el líder de Bauhaus se hace acompañar de otro legendario de los ochentas y también poseedor de una voz privilegiada de esas que enchinan el cuero. Nada menos que Boy George.
Para cerrar el combo, “Let the Flowers Grow” es producida por Martin Glover, Youth, de la banda Killing Joke (y por ahí también metió guitarras). La canción y su video ya están disponibles en plataformas.
Peter Murphy regresa y es una buena noticia, luego de que el año pasado canceló su gira “Celebrating David Bowie”, en la que se echaba covers del fallecido genio inglés.
Con esa gira Peter Murphy estaba agendado para regresar a México, luego de haberse presentado en dos ocasiones con Bauhaus en 2021… unos conciertos más que esperados y que rompieron la sequía de música en vivo, tras el encierro obligado por la pandemia.
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En la escena musical de Guadalajara, Niza Buenrostro resalta con un estilo auténtico y cercano. Esta talentosa cantante y compositora que tiene el don de conectar con la gente a través de sus canciones estudió Comunicación en la UNIVA, completando su formación con su más grande pasión: la música. Orgullosamente tapatía, Niza es una chica alegre, dedicada y una gran amante de los perritos, cualidades que le aportan un toque especial al contenido que comparte en redes con sus más de 60k seguidores.
Su música refleja influencias de algunas de sus artistas favoritas como Ariana Grande, Amy Winehouse, SZA y Kali Uchis, fusionando géneros como Pop, R&B y Hip Hop. Con letras llenas de sinceridad, escuchar a Niza es cómo hablar con esa amiga que siempre esta ahí para recordarte que el amor y el desamor son experiencias por las que todos hemos pasado.
“para mí escribir canciones es una terapia, poder escribir un desahogo con melodía y que alguien pueda escucharlo, identificarse y crear algún tipo de alivio en su interior para mi es el mayor logro y satisfacción, siempre he pensado que lo que nos une como humanidad es el corazón roto”.
Inspirada por mujeres como las tapatías Ashley Frangie y Lety Sahagun del podcast “Se regalan dudas” y Jessica Fernandez con “Mas Allá del rosa”, Niza encuentra su motivación en el amor y en el deseo de ser una mejor persona cada día. Su faceta como creadora de contenido es algo que disfruta tanto como interactuar con su publico, lo que la ha llevado a colaborar con increíbles marcas como: American Eagle, L’Oréal, La Roche Posay, Bershka, Carolina Herrera y Levi’s, combinando así su pasión por la moda y la música.
Desde niña, recuerda que se divertía componiendo canciones; ahora, con el lanzamiento de más de 20 canciones en su trayectoria, ha compartido escenario con artistas como Caloncho, Siddhartha, Charles Ans o Samantha Barrón, y aunque cada paso tiene sus desafíos, como mantenerse vigente en un mundo que cambia tan rápido, con su mantra “Vivir para reír” Niza sigue su camino musical, ofreciendo canciones que no solo suenan bien, sino que nos hacen sentir y conectar con lo más profundo de nuestras emociones.
The White Album fue publicado el 22 de noviembre de 1968… y por el no pasan los años.
¿Por qué “Blanco” el noveno disco de The Beatles? Volando la imaginación, podríamos suponer que, dado que en la cromosíntesis aditiva, el blanco es el resultado de la mezcla de los tres colores cuya combinación en distintas proporciones da como resultado toda la gama de tonalidades conocida… pues eso mismo sucede auditivamente en este disco. La mezcla es en toda su intensidad.
un trabajo en el que los cuatro elementos de la banda compuesta por Ringo Starr, George Harrison, John Lennon y Paul McCartney dejaron libre toda su creatividad (más los tres últimos, a decir verdad) para crear una obra que, en su totalidad, es un atasque intenso de géneros y sonidos.
A continuación un muy breve repaso de cada uno de los temas que dan forma al White Album,incluyendo algunas de las nuevas mezclas contenidas en la edición con motivo del 50 aniversario del disco. Por cierto, vale la pena escuchar esta nueva edición en su totalidad, ya que además de traer demos conocidos por todo buen fan de The Beatles, hay tomas alternas, tracks que no se incluyeron en el disco y demás… un agasajo al oído.
Back in the U.S.S.R.
Primera pieza del disco. Rock & roll puro, con claras influencias de The Beach Boys y evidentes honores a Chuck Berry. Un tema definitivamente mccartniesco (hasta en la batería… Ringo abandonó el barco): pegajoso, bailable y con una letra sin complicaciones. Sólo súbete a la nave y date una vuelta por la Unión Soviética. Bueno, tampoco tan simple el asunto.
Dear Prudence
Es muy conocida la anécdota de esta canción: dedicada a la agüitada Prudence, hermana de la actriz Mia Farrow a quien los Beatles conocieron en sus meditaciones con el Maharishi Mahesh Yogi en India. Pero más allá de eso, tenemos en los oídos una canción con toda la ácida festividad hippie de la época. Relajada al inicio, explosiva al final. Acaba la fiesta – después de “salir a jugar”, en palabras de Lennon – regresa la calma.
Y ponemos el cover de Siouxsie, nomás porque está chido.
Glass Onion
Básicamente una burla a los fans aferrados en descifrar el significado oculto de las canciones… ¿o quizás un compendio de nuevas pistas? Nahhh, definitivamente lo primero. Una canción que deja un saborcito con sólo escuchar las embarradas de guitarras y las espolvoreadas de batería (nuevamente, cortesía de Paul). Sabor agridulce o algo parecido. Escúchenla y encuéntrele sabor.
Uno podría jurar que se trata de una canción de Pixies… un momento, de hecho, la banda de Frank Black la covereó. Ahora todo tiene sentido. Pesada, agresiva y dulce… como el título mismo de esta composición de McCartney… y como la música que años más tarde haría el grupo estadounidense. Otro poquito y quedaba fuera del disco, pero Pattie Boyd metió su atinada cuchara y pidió incluirla.
The Continuing Story of Bungalow Bill
Una canción que, por lo que se oye, ha de haber sido un desmother a la hora de sus ensayos y grabación. No sólo por el alboroto que se escucha de fondo (reapasen la edición de 50 aniversario del disco), sino por la incursión de Yoko Ono en las voces principales. Única canción del cuarteto en que ocurre algo así… por otra parte, una de las canciones con menos “carnita” en las letras de Lennon. Como si hubiera respondido al “Ob-La-Di, Ob-La-Da” de McCartney. Lo mejor, la guitarra española del inicio.
While my Guitar Gently Weeps
Uno de los puntos más altos del álbum… y del rock. Composición de George Harrison que, humilde y buena onda como siempre fue, le cedió uno de su mejores solos de guitarra a su amigo Eric Clapton. No hay mucho que decir… salvo que una de las más potentes interpretaciones en vivo de esta canción fue en 2004, cuando Harrison ingresó al Salón de la Fama del Rock & Roll. La guitarra es del genial Prince.
Happiness is a Warm Gun
Último tema del lado A del disco 1. Debe ser escuchada por quienes piensan que Queen o Radiohead innovaron al crear un tema a partir de un collage. Antes de “Bohemian Rhapsody” o “Paranoid Android” ya existía este tema compuesto en 1968 por Lennon (firmado Lennon/McCartney, como era tradición).
Martha my Dear
Ejemplo de la imparable capacidad inventiva/creativa de Paul McCartney: una canción de amor inspirada en un perro. Bueno, mejor que esa de “Ella se llamaba Martha”. Por otra parte, ¿en qué momento ese muchachito de Liverpool aprendió a tocar así el piano? Quién sabe, pero es una delicia escuchar el sonido que le saca a esas teclas.
I’m so Tired
Huevona y melancólica canción de Lennon. No apta para depresivos. Increible que date de la época de “The Continuing Story…” Con versos universales que gritados a todo pulmón relajan a las almas atormentadas (o las atormentan más… pero qué sabroso): “I wonder should I call you but I know what you would do…”
Blackbird
Un clásico del catálogo de McCartney. “Simple” guitarra acústica basada – según Paul – en “Bouree in E minor” de Bach. Otra vez… entonces no tan simple.
Piggies
Lo de McCartney y Bach sorprende, pero no tanto para la época. En pleno desarrollo del chamber pop (cuya obra representativa es el Pet Sounds de The Beach Boys), Harrison hizo su aportación al asunto con esta pieza de tintes barrocos y orwelliana crítica de clases.
Rocky Raccoon
Otra canción de este disco con aires del lejano oeste. “The Continuing Story of Bungalow Bill” fue de Lennon, ésta de McCartney. Con pianola ejecutada por George Martin, ideal para escuchar mientras se juega póker.
Don’t Pass Me By
Debut de Ringo como compositor (no co-compositor, eso ya había sido antes). Uno de los dos temas de The White Album en el que el baterista más buena onda de todos los tiempos mete su voz con resultados divertidos. Muy al estilo de lo que después haría en sus épocas en solitario. Festiva en la música, no tanto en la letra… o quizás sí, para aquellos que le gusta el amor que duele.
Why Don’t We Do It In The Road?
Firmada Lennon/McCartney, pero todita de Paul: voz, piano, guitarras, bajo… hasta las palmas. Bueno, aquí sí Starr pudo tocar la batería. Simple en la letra… sólo repetir una y otra vez lo que Paul se preguntó al ver en plena carretera a unos changuitos echando pasión. Pero a ver, con eso hagan esto:
I Will
Hermoso bolero de… sí, otra vez McCartney. Es que para esa época era una máquina el muchacho. En esta canción de tintes muy románticos, Paul no se podía ir sin meterle un extra: el bajeo. Hecho a base de lo que salía de su boca. Un “bajo vocal”, podría decirse.
Julia
¡Ay, papa, ya no me pegues! Entre “I Will” y esta joya, la parte más llegadora del disco. Composición de Lennon dedicada a su madre… aunque con referencia a su pareja Yoko (ocean child, en japonés). Como sea, una bella pieza a pura guitarra acústica y arpegio a la Donovan.
Y acabamos el disco 1…
Birthday
Rock & Roll sin más pretensión que darle duro a las guitarras. Mejor que poner las mañanitas de Cepillín. Quién diría que una canción cumpleañera significaría el fin: este fue el último tema que Lennon y McCartney compusieron en colaboración 50/50.
Yer Blues
Esta canción podría verse como de un Lennon en solitario. Quizás porque después la interpretó con Plastic Ono Band, como parte del setlist de su primer concierto como solista. Quizás por eso. Como sea, una de las canciones del White Album más contundentes y rasposas. Blues con tintes de rock pesado.
Mother’s Nature Son
Otra joya que no necesitó más que ser interpretada con guitarra acústica y por ahí unas que otras percusiones. Todo McCartney. Como varios de los temas de este disco, inspirada en las enseñanzas del Maharishi Mahesh Yogi.
Everybody’s Got Something to Hide Except Me and My Monkey
Más del Maharishi. En esta canción sin sentido la frase que más se repite (¡come on!) es referencia a la forma en que el susodicho le pedía al respetable acercarse… de ahí en fuera, puro (aparente) desvarío. Pero del bueno. Hay que escuchar las distintas tomas que se publicaron en la edición del 50 aniversario para checar los juegos de guitarras. Lennon, como casi siempre desgarrándose las cuerdas vocales.
Sexie Sadie
Una canción que desde las primeras notas del piano irradia decepción. Sí, una más inspirada en el Maharishi. Qué personaje. Por ahí dicen que intentó tocarle la jalea a Mia Farrow. Lo que sí es que su conducta dejó bastante desilusionados a los del cuarteto y qué mejor manera de sacar el sentimiento que con un sabroso cumbión.
Helter Skelter
La canción que, junto con “Piggies”, le acabó de desacomodar la chirimoya a Charles Manson. Un tema con el que McCartney quiso superar la presunción de The Who de haber grabado la canción más salvaje (“I Can See for Miles”). ¿Lo logró? Ustedes decidan. Lo que sí es que la grabación estuvo tan ruda que quedó para la posteridad cómo Ringo se lamentó de darle tan duro a la batería: “I got blisters on my fingers!” (¡Tengo ampollas en mis dedos!”)
Long, Long, Long
La cara A del disco 2 concluye bajando los decibeles de Helter Skelter con una composición de George Harrison. Tranquila canción de amor que, conociendo al creador de “My Sweet Lord”, bien podría estar dirigida a su pareja o a alguna entidad superior. Como sea, lo que resalta es la introspección musical que concluye con un delicioso alarido.
Revolution 1
Versión acústica de una de las canciones más populares del cuarteto de Liverpool. Rock adecuado para toda época: siempre habrá quienes quieren hacer la revolución. Obvio el tema se presta más para ser escuchado a todo volumen y con sus respectivas distorsiones, así que les dejamos la versión no incluida en el Álbum Blanco.
Honey Pie
El lado B del disco dos sin duda es el más interesante de este álbum doble. Más arriesgado, por así decirlo. Muestra para dónde iba cada uno de los integrantes del cuartero. En el caso de McCartney, “Honey Pie” lo confirma como un compositor fuera de serie, versátil a más no poder y capaz de hacer hits para cualquier época. Si antes lo tuvimos dejando las bases para el heavy metal con Helter Skelter, con “Honey Pie” se va décadas atrás y se convierte en un virtuoso de la music hall.
Savoy Truffle
El enlistado de golosinas que se hace en la canción es lo de menos. Aquí tenemos al Harrison divertido y que hace maravillas con la guitarra. Canción en la que retumban los metales, haciéndola un tanto vertiginosa. Precisos remates de batería que demuestran por qué Starr estaba en esta banda. En fin, de esas canciones que son buenas para ir en la carretera a toda velocidad.
Cry Baby Cry
Canción basada en un cuento. Composición de Lennon en la que nuevamente le saca brillantes notas a la guitarra acústica. Es un placer escuchar los pequeños detalles. Los sonidos de cuando sirven el té, por ejemplo. Todavía es un misterio qué es lo que al final canta McCartney. Algunos lo conocen como “Can You Take Me Back”.
Revolution 9
Si todavía varios se quedan con cara de “¿qué diablos acabo de oír?”, imaginen lo que fue hace 50 años. Vanguardia artística en la que se nota la influencia de Yoko Ono y que no es recomendable escuchar bajo los efectos de algún enervante (alcohol, por supuesto). Esas grabaciones de bebé sí sacan de onda.
Ah no, es ésta:
Good Night
Delicado cierre del vertiginoso collage de sonidos que fue Revolution 9… y de géneros que es White Album. A pesar de las diferencias que ya existían al interior de la banda, una de las grabaciones que se incluye en la nueva edición del disco revela que, cuando de hacer música se trataba, estos muchachos se metían en serio. Un abrazo al corazón esta versión.
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Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com
La música es una disciplina que se caracteriza por representar la belleza y el arte a través de los sonidos, además de ser parte fundamental de nuestra cultura y de nuestra identidad personal. La música es un lenguaje universal que puede suscitar emociones, sensaciones y recuerdos únicos, y cada 22 de noviembre se hace una reconocimiento a aquellas personas que se dedican a esta profesión para plasmar sus sentimientos por medio de melodías y letras con las que otras personas se pueden sentir identificadas.
Según la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) estableció el 22 de noviembre como el Día Mundial de la Música en honor a Santa Cecilia, a quien el Papa Gregorio XIII la declaró Patrona de los Músicos, en 1584. Aquí te contamos su historia que dio origen a esta conmemoración:
Santa Cecilia de Roma, más conocida como Santa Cecilia, fue una joven mártir que encontró en la música un refugio y un medio para afrontar los tormentos de su vida. Vivió entre los siglos II y III D.C. en medio de la época de la persecución a los cristianos.
Su historia dice que cuando fue obligada a casarse le cantó a Dios para que la ayudara, y sus armonías además de ser un acto de fe también transformaron un momento de opresión en un gesto de belleza. Cecilia convirtió al cristianismo a su marido y a su hermano, por lo que fue arrestada y condenada a muerte, pero incluso en sus momentos finales, se dice que su espíritu continuó “cantando” a Dios como símbolo de su fe y fortaleza inquebrantables. En sus pinturas y representaciones siempre se le reconoce por estar acompañada de un instrumento musical como una lira o arpa.
Aunque murió en el siglo III d.C., no fue hasta el año 1584 cuando el Papa Gregorio XIII nombró a Santa Cecilia patrona de los músicos, para conmemorar su figura eterna que sigue inspirando a músicos y creyentes de todo el mundo.
La importancia de la música a través de los años
En la prehistoria, la música estaba presente cuando el hombre trataba de imitar los sonidos de la naturaleza y elaboraba instrumentos de percusión, las melodías representaban una parte importante de sus rituales.
En Egipto antiguo la música era parte de la mitología y le pertenecía a personajes como Euterpe, una de las nueve musas, y a Orfeo, que a través de su lira podía calmar a las bestias.
En la Edad Media se relacionó con la iglesia y se caracterizaba por los cantos gregorianos o en los eventos profanos de círculos aristocráticos interpretados por trovadores y juglares.
En el renacimiento se caracterizaba por su polifonía, y posteriormente se formó la música que consideramos “clásica” con los estilos del barroco, romanticismo, clasicismo e impresionismo.
Hoy en día es una parte importante de nuestra vida diaria, la música es un fenómeno que mueve masas y nos permite expresarnos. Es por esto que la conmemoración de este día también es importante para reconocer su importancia en la cultura y en la historia de la humanidad.