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en este documental, un hipopótamo narra la crisis ambiental provocada por Pablo Escobar
Desde mediados de la década de los 80, Colombia enfrenta una peculiar crisis ambiental. Resulta que, un día, al conocido narcotraficante Pablo Escobar se le ocurrió que, en su zoológico privado, ubicado dentro de la finca apodada como Casa Nápoles, faltaban ejemplares de una especie: hipopótamos. Así, mandó traer a su tierra, primero desde África y después desde Estados Unidos, a cuatro de estos animales. Lo que él no imaginaba era que dos de ellos escaparían de la finca y se reproducirían, iniciando una sobrepoblación incontrolable.
Hoy ya son más de 170 hipopótamos los que rondan por el territorio colombiano, y la realidad es que su estancia en la región preocupa no sólo por el bienestar de los pobladores de las áreas cercanas al río Magdalena, donde los animales prefieren estar, sino porque no se tienen los recursos necesarios para que vivan ahí. Ante las llamadas a la acción, las autoridades no escuchan. Y los migrantes de cuatro patas y grandes mandíbulas siguen ahí. Ese es su nuevo hogar, aunque no lo hayan elegido.
Si bien la situación no se ha atendido de la debida forma, en 2007 sucedió algo que puso la problemática bajo el foco público, pues un grupo de cazadores asesinó a uno de estos hipopótamos traficados para satisfacer una personalidad estrafalaria. La prensa se encargó de darle un nombre al animal: Pepe.
El cineasta dominicano Nelson Carlo de los Santos Arias se enteró de esta historia y se puso manos a la obra para trasladarla a la pantalla. El resultado es en partes iguales una sátira del capitalismo y de los absurdos de las excentricidades, además de un ejercicio de estilo que derriba las barreras entre el documental y la ficción. Todo mientras el tenaz Pepe nos narra su travesía mediante voz en off.
En entrevista, el director del documental Pepe nos cuenta cuáles fueron las decisiones que informaron su cinta.

El documental tiene esta escena en la que vemos un letrero de la Casa Nápoles que, de manera muy irónica, dice: “Por favor, no alimentar a los animales. Protejamos a los animales”. Pero creo que, si algo no estaba haciendo Pablo Escobar, al mandar traer estos animales (para su finca), por su excentricidad, es protegerlos. ¿Siempre fue tu intención manejar este tono irónico para retratar otro aspecto del ambientalismo?
Sí, entiendo la pregunta. Yo creo que, como latinoamericanos, nuestras realidades están llenas de ironías y de absurdos. Entonces, creo que mi trabajo, a veces, como realizador, a lo mejor se puede simplificar en decir: hay que ver una situación, una historia, un personaje, digamos, [y preguntarnos] qué emociones o qué figuras literarias o poéticas se construyen desde allí.
Yo creo que hay algo absurdo directamente en el origen de esta historia, porque Pablo Escobar yo creo que sería el primero que marca esa cultura de la excentricidad en los narcotraficantes, que de alguna u otra forma es otra cara del capitalismo puro y duro, y que también ejerce el Estado o sus élites políticas. Creo que el contrabando es el [lado] negativo del poder político económico de nuestros países desde la colonia. Entonces, esas historias de dominaciones son absurdas porque acaparan las vidas de las personas de una forma arbitraria, esa forma arbitraria de dominación.
A veces, nosotros los latinoamericanos hemos aprendido a reírnos sobre eso, pero nuestros ancestros africanos en el Caribe nos enseñaron a reírnos cuando realmente llorábamos. Al cambiar el llanto por la risa, [todo] se complejizaba. Entonces, para mí, por eso el humor es tan importante, porque es una forma de resistencia, de asumir el absurdo de las dominaciones.
Tengo entendido que una parte de la idea para esta película vino cuando tú en 2007 supiste, a través del trabajo de Camilo Restrepo (afamado artista visual colombiano), de un animal que asesinaron en el río Magdalena. Desde que te enteraste de este incidente, ¿qué tanto cambió tu idea para llegar a lo que vemos en pantalla? Y, por otra parte, ¿qué tanto acercamiento tuviste con Camilo para trabajar en esta película?
En realidad, Camilo no trabaja en la película, sino que cuando yo terminé una película que se llama Cocote (2017), terminé muy cansado. Yo siempre quise ir a Colombia. Tenía algunos amigos ahí y en distintas ciudades, y como no tenía el dinero para andar en hoteles y cosas así, me quedaba donde los amigos. Entonces me quedé en la casa de Camilo cuando conocí Medellín. Él tenía una escultura [de Pepe] en su sala y me contó la historia como salió en los periódicos, [o en internet]. Bastaba simplemente buscarlo y salían distintas cuestiones.
Pero cuando él me lo cuenta, tiene un error. Tiene un error biológico en su relato, porque él me dice que cuando un hipopótamo se pelea con el dominador –o sea, con el alfa– y pierde, él debe irse de la manada para encontrar otra. Lo exilian. Y lo que le pasó a este hipopótamo es que se fue exiliado en busca de otra manada sin saber que no existe, porque él no está en el continente africano, está en el continente americano. Pero cuando yo comienzo a investigar, me doy cuenta de que [lo que dijo Camilo] no es verdad, que en realidad los hipopótamos machos, cuando pierden la pelea, se van con una hembra y así es que ellos se expanden en el territorio. Entonces, así se van multiplicando. Eso es una idea completamente diferente. Es el crecimiento de una población desplazada que llega a través de un secuestro, ¿no? Como pasó con migrantes africanos o árabes, con plantas, vacas, burros o caballos.
Ese error biológico fue lo que me despertó. (…) Empecé a pensar en todas esas personas que han muerto en este continente sin saber realmente dónde estaban, por todas estas migraciones y la construcción de este mundo occidental que tenemos, que tiene su base en la colonización del continente americano. Luego ellos se van a expandir al mundo, pero digamos que hay una conquista de la América que va a marcar la pauta de dominación que hoy conocemos.
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¿Qué te atrae de la docuficción para contar este tipo de historias? ¿Por qué decidiste que tenía que ser una docuficción?
Comencé a estudiar cine formalmente cuando tenía 20 años, aunque ya a los 17 o 18 hacía cortos. Me gané una beca y me fui a estudiar a Buenos Aires porque en Dominicana no había escuela de cine. Para nuestra generación, la docuficción era lo peor que se podía decir porque la docuficción era un modelo mainstream de la televisión norteamericana. Me he dado cuenta de que no participo tanto del mundo del cine. Más bien, cuando hago una película, salgo a los festivales y veo lo que está pasando y todo eso. Pero en mi vida normal, aunque veo un montón de películas, estoy en otro mundo, casi no tengo amigos en el cine, para que tú entiendas.

Entonces, ahora que volví a salir al mundo con esta película, me encontré con que la palabra “docuficción” se había normalizado. Para mí, era un insulto decir que una película era una docuficción porque implicaba una cosa horrible de la televisión norteamericana de los 90 o principios de los 2000. Yo diría que, más que una docuficción –que, por Dios, no quisiera hacer nunca–, lo que realmente estoy haciendo es una ficción. Ante todo, mi película se constituye como una ficción, porque una definición rápida de ficción, digamos, es todo aquello que construye un verosímil en sí mismo, ¿verdad?
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Hay una discusión muy vieja de Godard en la cual todo es ficción y todo es documental al mismo tiempo. Y en todo caso, cuando uno filma algo, la imagen en sí misma guarda esa particularidad. (…) Te voy a poner un ejemplo: una imagen siempre es ficción y siempre es documental porque, cuando estamos filmando a un actor, estamos filmando al personaje de la película, pero también estamos filmando al actor que hace de ese personaje. Otro ejemplo es cómo se da el problema del tiempo en el cine. En el cine se da al mismo tiempo un tiempo que es directo, que es el tiempo de la toma, y también un tiempo que es construido en el montaje. El cine en sí mismo, o la imagen del cine o ese lenguaje al que nosotros llamamos cine, ya es un lenguaje que es un mutante que lleva en sí mismo dualidades, en vez de ser dicotómico. La docuficción lo vuelve dicotómico cuando en realidad hay una dualidad en la imagen en la que uno puede abrazar ese documento que se está pensando y, al mismo tiempo, se está creando una fábula, como en el caso de Pepe.
Otra de las conversaciones que creo que se pueden abrir con tu película es con respecto a las palabras y los idiomas. Me gusta mucho cómo Pepe comienza su viaje hablando en otro idioma, pero cuando ya está en Colombia, en otros pasajes de su vida, nos habla en español. ¿Cómo fue para ti difuminar esas líneas en el idioma?
Mira, yo vengo de un territorio muy oral, ¿no? Del Caribe. Tal vez ya no lo tengo tan marcado porque tengo la mitad de mi vida viviendo fuera, y la verdad es que cuando uno vive fuera, sobre todo en otros países hispanohablantes, uno se adapta una forma en la que nos podemos comunicar. Pero digo, el castellano dominicano es un castellano bastante lejos de la regla. Es algo que, por ejemplo, tú y yo podemos ir a un barrio y, a pesar de que yo te estoy hablando así, yo entiendo perfectamente todo lo que está pasando y tú no vas a entender absolutamente nada.
Entonces, la oralidad en el Caribe es maravillosa, porque la oralidad del Caribe es casi un créole. Es un créole y la invención del humor en el Caribe es la destrucción del lenguaje como nosotros lo conocemos. Es todo lo contrario a Colombia y México, que tienen un castellano bastante cercano a la regla. En el Caribe se destruyen las lenguas coloniales. Por ejemplo, en el Caribe francés directamente hay un créole.

Para mí, la oralidad con la cual yo trabajo es mi inspiración para pensar en el montaje. Cuando pienso en el montaje o en la idea de hacer significación en el montaje, no pienso en reglas narrativas. La oralidad caribeña, loca, disruptora, fuera de las reglas, es más inspiradora para mí que el arco del héroe.
Eso lo tomo de un gran pensador caribeño, para quien la oralidad no se contenta simplemente con describir los paisajes, sino que los construye al mismo tiempo. Por eso quise que Pepe abordara todos esos lenguajes que intervienen en ese hecho histórico. Entonces, él comienza hablando en Bukushu, que es el lenguaje predominante del río Cabango. Luego habla afrikáans. Afrikáans es una creolización del holandés con palabras bantúes. Se le habla afrikáans porque es el idioma que en ese territorio que hoy conocemos como Namibia fue el idioma del opresor y el que realmente colonizó a la mayoría de las tribus ahí. Y evidentemente, habla español o castellano porque llega a una América hispana.
Para mí, Pepe tenía que tener esa esquizofrenia que tiene el ser que, como todos nosotros, somos producto de un proceso de colonización.
Pepe ya está disponible en MUBI.
José Roberto Landaverde Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los “Philly Steps” y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.
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La sombra del Catire: misterioso y reflexivo ajuste de cuentas
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Con una delicadeza notable, pero no por eso menos directa en los temas que quiere abordar, llega a salas de cine mexicanas la película La sombra del Catire. Se trata de una cinta que nos presenta a Benigno Cruz (Francisco Denis), un bandolero que, a merced de paisajes desolados y desérticos, deberá enfrentar los demonios de su pasado, todo mientras se pregunta cuál es su legado.
En entrevista con Cine PREMIERE, el protagonista, Denis, y el director, Jorge Hernández Aldana, diseccionan la cinta y nos cuentan por qué, según su criterio, sigue siendo importante narrar este tipo de historias que muestran la importancia de poner en perspectiva lo que hemos sido, con el objetivo de mejorar lo que seremos.

Esta es una cinta que habla muy bien de algo que sucede al llegar a una edad adulta: que muchas veces las personas que ya han vivido una vida muy larga, con muchas experiencias, se quedan guardados muchos sentimientos. Jorge, ¿para ti cómo fue llegar a la decisión de abordar este tema de la represión de los sentimientos? Y para Francisco, ¿cómo fue interpretarlo?
Jorge Hernández Aldana: Por un lado, a mí me gusta hacer películas que hagan a la gente sentir cosas. A veces son cosas que no son comunes y justamente descubrir nuevos sentimientos, yo digo que es como un ejercicio. Es como cuando vas al gimnasio y empiezas a estirar un músculo que no sabías que podías usar. Al principio te duele, pero ya sientes que está ahí, y una vez que lo ejercitas, te sientes como una persona nueva. Yo creo que con las emociones también es así. Las películas nos permiten explorar vidas de otras personas y hacer crecer nuestra experiencia de estar vivos.
Un poco la idea comienza por ahí, y también muy sencillamente por el hecho de querer ser padre y proyectarme yo a futuro qué tipo de padre puedo ser. Los artistas, la gente que creamos obras, a veces tenemos una manera muy extraña de crear obras a partir de nuestras propias experiencias. Esta es una manera en la que yo lo hago: parto de mi propia experiencia y mis propias dudas sobre ser padre, y hago una historia completa sobre la familia y qué significa una familia.
Francisco Denis: En cuanto al trabajo de interpretación, algo similar fue importante para mí: conectar también con imágenes mías, con emociones mías, con mi pasado. También estoy quizás en una etapa de mi vida parecida a la de Benigno, en donde mirar hacia atrás y ver el camino recorrido es fundamental para seguir adelante. No es que esté terminando, pero sí es el hacer una parada y reflexionar sobre el camino recorrido. Creo que Benigno está en esa etapa quizás más avanzada, en donde él está consciente de que está viviendo en una especie de limbo entre la vida y la muerte. Entonces, tiene que saldar cuentas. Es un leitmotiv viejo en el cine, además.
¿Por qué creen ustedes que en esta época sean necesarias películas, o cualquier tipo de arte, que hable de la redención y por qué les atrae ese tema?
JH: Me parece una gran pregunta y una inquietud muy importante, yo también me lo pregunto. Para mí, es importante no perder de vista una visión del mundo donde tengamos un acuerdo entre lo que es ético y moral. Y no solo eso, que también tengamos las herramientas necesarias para lidiar con las consecuencias de nuestras propias acciones. Yo creo que, sobre todo, se trata de eso.
Primero, de que nunca es tarde para adquirir esas herramientas y poder tener algo de paz. Y segundo, porque siento que las hemos ido perdiendo con la inmediatez de la vida que estamos viviendo hoy en día. Nos cuesta [lidiar con esto], y creo que parte de la polarización que se está viviendo en el mundo viene a partir de la intolerancia con el otro y una falta de capacidad nuestra de lidiar con nuestras propias emociones y frustraciones.

También es la convención del western, porque es un western latinoamericano, es una cosa poco vista también. Estamos muy contentos porque creemos que hicimos una película que no se parece a otra. Hicimos una película nuestra, de nuestra tripa, de nuestra experiencia de vida, que no se parece a nada más. La intención justo es explorar estos temas a profundidad en la medida que sea posible, y compartir esa experiencia con el espectador.
FD: Es un poco de lo que decíamos hace rato: hay momentos en la vida donde quizás te das cuenta de que has cometido errores y es tarde para pedir perdón; ya sucedieron, las acciones tienen consecuencias. Pero quizás hay algo al final de ese último impulso, antes de pasar a otro lado, de solucionar de alguna manera eso que no pudiste hacer en algún momento. Y creo que todo eso le pertenece a todo ser humano; es decir, la carga de la vida, ese bulto que cargamos a medida que vamos viviendo. Y pues no toca más que enfrentarlo.
JH: Yo nada más quiero agregar una cosa: pienso que son tiempos de muchas cosas nuevas que estamos viendo que están sucediendo, que pensamos que no iban a suceder. Y creo que aquí lo importante es que la película te recuerda que todo lo que hagas, te va a encontrar en algún momento en tu futuro.
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Francisco, esta película es un estudio de personaje. Es muy reflexiva y se enfoca mucho en las vivencias de Benigno, pero también tiene esta contraparte de que las personas con las que interactúa en su camino lo forman y también lo hacen ser quien es. Le dan otra perspectiva de la vida, ya sea con esta venta que tiene que hacer o cómo sobrevivir con su soledad. ¿Cómo te enfrentaste a esta propuesta que es sobre tu personaje, pero también una composición de varias vidas más?
FD: Gracias por la pregunta. A ver, creo que efectivamente el trabajo del actor tiene varias capas, varios niveles. Hay un primer nivel de acercamiento que es la palabra, ese guion que está escrito ahí, que te marca un poco hacia dónde va esto. Pero, en definitiva, creo que se termina de componer en el sitio donde vas a rodar, con la gente que vas a rodar, con los otros actores y, sobre todo, en el momento en que dicen: «acción».

Todo lo demás es una preparación. Y en el caso de Benigno fue una preparación muy física, de bajar de peso, de estar en el sitio durante un mes, un mes y medio, dos meses antes. Es un sitio, además, que determina muchísimo el comportamiento de los personajes que ahí viven. Es un desierto, hay espinas por todos lados, y donde la gente digamos que se expresa de una manera muy sintética, muy reducida, porque el calor es tal que lo demás sería como un desperdicio casi.
Entonces, esa preparación termina cuando el director dice acción. Ahí es donde lo inesperado cobra vida. Sucedió varias veces en el rodaje de Benigno que la magia sucedió sin prepararla. Es decir, tanto Jorge como director, y el director de foto, que es también el camarógrafo, y yo, empezamos a bailar con eso que estaba pasando. Y yo creo mucho en eso, no solamente en el cine, yo hago mucho teatro. Y creo que esa magia sucede cuando tú estás abierto a que cualquier cosa es posible, y eso, gracias al tipo de cine que hace Jorge, fue posible.
José Roberto Landaverde Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los “Philly Steps” y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.
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¿Cuál será el salario de los actores de Stranger Things en la Temporada 5?
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La entrega final de una de las series insignia de Netflix está muy cerca y, por ello, la expectativa está por las nubes. Ahora, se ha revelado cuál sería el salario de los actores de Stranger Things para su quinta temporada que, aparentemente, será la que concluya las aventuras en Hawkins.
Esta información llega cortesía de Puck News (vía The Direct), desde donde se aclara que cada histrión del show estaría recibiendo aumentos considerables en comparación con lo que ganaban cuando la producción fue lanzada en el año 2016. Sin duda, las y los intérpretes que aparecen en la serie se han consagrado como grandes estrellas a lo largo de los años, así que es lógico que para el gran cierre de la iteración original de la franquicia se busque que el elenco adulto y juvenil reciba una mayor cantidad de dinero.
Este será el salario de los actores de Stranger Things: Temporada 5
Por lo que se menciona en el artículo original, la forma en la que se decidió cuánto aumentaría el pago de cada persona fue muy organizada. Se dividió al reparto en grupos para, entonces, decidir de mejor manera las cantidades.

Así, se tiene que el primer grupo lo conforman Winona Ryder y David Harbour, quienes interpretan a Joyce Byers y Jim Hopper, respectivamente. Según lo que se sabe, cada uno recibirá alrededor de $9.5 MDD por los ocho episodios que conformarán la temporada. En comparación, en temporadas pasadas la cantidad no era tan fuerte. Por ejemplo, durante la tercera temporada, Ryder y Harbour percibieron $350,000 dólares cada uno. Por lo visto, esta vez lograron un gran acuerdo.
Otro grupo es el que está conformado por las estrellas Finn Wolfhard, Noah Schnapp, Caleb McLaughlin, Gaten Matarazzo y Sadie Sink –quienes dan vida a Mike Wheeler, Will Byers, Lucas Sinclair, Dustin Henderson y Max Mayfield, respectivamente–. Durante la primera temporada –Sadie Sink entró en la temporada 2–, las primeras cuatro estrellas ganaban $25,000 dólares por episodio y, ahora, obtendrán, $7 MDD. Cabe señalar que Millie Bobby Brown, quien interpreta a Eleven, no entra en el acuerdo, ya que ella tiene un contrato exclusivo con el estudio de la “N” roja que se estima en $18 MDD.
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El tercer grupo en el que aumentará el salario de los actores de Stranger Things es el que está compuesto por Maya Hawke, Joe Keery, Natalia Dyer y Charlie Heaton –quienes encarnan a Robin Buckley, Steve Harrington, Nancy Wheeler y Jonathan Byers–, cuya ganancia será de $7 MDD por cabeza. Además, habrá un cuarto grupo del cual no se reveló la ganancia, pero se sabe que las personas que lo conforman ganarán muchísimo menos.
La primera parte de la quinta temporada de Stranger Things llega el 26 de noviembre de 2025.
José Roberto Landaverde Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los “Philly Steps” y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.
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“Maldita Suerte” de Colin Farrell acapara toda la atención en Netflix
Con una actuación visceral, un guión retorcido y una ambientación espectacular, Maldita Suerte, cuyo título original es Ballad of a Small Player, ha encendido las redes y los medios cinematográficos como el próximo gran estreno en Netflix.
Está protagonizada por Colin Farrell, y es una película dirigida por Edward Berger que se presenta como un thriller psicológico que invita al espectador a sumergirse en el vértigo del juego, la obsesión y las consecuencias personales.
En plena expectación por su estreno en la plataforma el 29 de octubre, Maldita Suerte ya apunta a ser uno de los títulos más comentados del año.
La obsesión de Farrell por el papel
Desde antes de comenzar el rodaje, Colin Farrell dejó claro que su implicación con Lord Doyle sería total. Según ha contado en entrevistas, su forma de abordar el personaje no fue sólo técnica, sino obsesiva: “Lo leo, lo leo, lo leo”, repite, expresando el método de inmersión que empleó para comprender la psicología de Doyle.
Ese nivel de entrega vino acompañado de un desgaste emocional. En palabras del actor, “estaba muy jodido al final” aludiendo al peso acumulado durante las exigentes jornadas de rodaje. Pero lejos de presentar esto como una queja, Farrell lo interpreta como parte del proceso creativo, un precio que aceptar cuando uno aspira a tocar los bordes más auténticos de un personaje y a tratar las situaciones que se genera cuando no se enfoca bien el ocio jugando a la ruleta online o a cualquier otro otro videojuego.
Además, el propio Farrell ha reflexionado sobre su historia personal y su relación con los excesos. En una rueda de prensa en el Festival de San Sebastián confesó que, en su vida real, su adicción afectó “cuerpo y cerebro, pero no su cuenta bancaria”, enfatizando que interpretar a un personaje con dependencia implicó construirlo desde la imaginación, la empatía y el guión.
Una historia de apuestas, deudas y redención en Macao
Ambientada en Macao, epicentro asiático del juego y el riesgo, Maldita Suerte sigue los pasos de Lord Doyle, un hombre atrapado por sus propias deudas y su compulsión por el azar. Rodeado de luces, humo de casino y la presión constante de su pasado, Doyle busca una salida cuando conoce a Dao Ming, una figura misteriosa con sus propios ecos internos.
El contrapunto aparece con Cynthia Blithe, una detective privada empeñada en desenmascarar las maquinaciones ocultas de Doyle. Esa tensión entre huida y confrontación ofrece un pulso narrativo dinámico que mantiene al espectador en continuo vértigo.
La adaptación proviene de la novela de Lawrence Osborne, con participación en el guión, y su enfoque visual corre a cargo del experimentado Edward Berger, autor de títulos reconocidos como Sin novedad en el frente o Cónclave. La película fue añadida a la competencia oficial en San Sebastián, un respaldo a su valía como producción cinematográfica con ambición internacional.
El rodaje extremo y el universo de tensión
Rodar en Macao implicó para el equipo desafíos logísticos y emocionales. Las jornadas largas, la reprogramación constante de escenas y la necesidad de mantener una tensión dramática constante pusieron a prueba la fortaleza de todos los involucrados. Farrell admite que incluso fuera del set sentía que el personaje no le abandonaba.
Fala Chen, en su papel como Dao Ming, intentó aportar calma y simplicidad como contrapunto a la intensidad de Doyle. “Lo más difícil es hacer las cosas de forma simple”, señaló la actriz, entendiendo que su personaje debía ser un ancla emocional para la narrativa.
El director Edward Berger tuvo que navegar esta tormenta creativa con firmeza, con ajustes imprevistos, reuniones tras rodaje y decisiones de último minuto marcaron su labor detrás de cámaras.
Visualmente, Maldita Suerte explora una paleta de contrastes, del brillo del casino al aislamiento interior de Doyle, del rojo intenso al azul melancólico.
Netflix, crítica y público
La puesta en escena, la actuación arriesgada de Farrell y la narrativa psicológica han elevado las expectativas en torno a Maldita Suerte. En medios especializados ya se destaca que la película será, sin duda, una de las más vistas en Netflix tras su estreno, y probablemente atraerá la atención de quienes buscan una estrategia ruleta para jugar en Betfair.
Que la obra haya competido por la Concha de Oro en San Sebastián subraya que no se trata solo de puro entretenimiento, sino de cine con ambición estética y estructural. Además, en España su paso por salas será limitado, pero eso no resta relevancia, ya que su llegada directa al streaming permite que un público amplio acceda desde el primer día.
Staff Cine PREMIERE Este texto fue ideado, creado y desarrollado al mismo tiempo por un equipo de expertos trabajando en armonía. Todos juntos. Una letra cada uno.
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