Max Verstappen nació en Bélgica

Aunque cuenta con la nacionalidad neerlandesa, Max Verstappen en realidad nació en Bélgica el 30 de septiembre de 1997, en Hasselt, un poblado en la provincia de Limburgo, donde residían tanto su padre, como su madre, la belga Sophie Kumpen. 

Tanto Max como su hermana, Victoria Jane, adoptaron después la nacionalidad neerlandesa en gran parte por Jos, pensando en la gestión de la carrera de Max como piloto, y es por ello que, aunque cuenta con doble nacionalidad, el volante de Red Bull compite con bandera de Países Bajos. 

Cuando Max nació, su padre era piloto de la escudería Tyrrel, que después de múltiples cambios de propietarios es lo que hoy conocemos como escudería Mercedes. Compitió en el Gran Circo cuatro temporadas más, hasta 2003 y fue cuando comenzó a ser más cercano y a la vez más severo con su hijo, quien comenzó en el karting a los cuatro años de edad. 

Una infancia marcada por la violencia física y psicológica

Sophie Kumpen también fue piloto y renunció a su carrera en el deporte motor para educar a su s hijos, especialmente a Victoria, ya que Jos pasaba mucho tiempo con Max en las pistas. “Mi hermana me echaba de menos a mí y a mi padre porque él siempre estaba conmigo”, confesó Max en una entrevista. 

Jos ha confesado algunos capítulos en los que hizo sufrir de más a su hijo. En una ocasión, Max regresó de la escuela y su padre, en pleno invierno, lo puso a conducir un kart con un nuevo chasis y nuevo motor. A pesar de las bajas temperaturas, puso a Max a conducir hasta que se le congelaron los dedos. El pequeño pedía a su padre parar un momento, pero “no me importaba”.

“Quería probar cosas, porque estaba construyendo motores y cambiando de chasis, y quería obtener un resultado porque quería seguir adelante. Casi no podía sujetar el volante. Y luego, cuando los dedos se volvieron a calentar, le dolían mucho. Dije ‘ah, cállate’”.

En otra ocasión, cuando Max Verstappen no podía obtener buenos resultados, su padre lo golpeó varias veces sobre el casco mientras le pedía que dejara de conducir como si estuviera ebrio. 

La violencia de su padre contra su madre

El matrimonio entre Jos Verstappen y Sophie Kumpen terminó en 2008, cuando Max tenía 11 años. En el año 2000, Jos fue condenado a cinco años de prisión por golpear a un hombre hasta fracturarle el cráneo durante una competencia de karts, aunque el entonces piloto de Fórmula 1 no piso prisión. 

En 2008 sí fue condenado a cumplir tres meses después de haber golpeado a Sophie, quien vivía con miedo. “Necesitaba esconderme, y no sabía qué esperar cuando lo fueran a liberar”. Cuatro años después, en 2012, Jos volvió a golpear a Sophie pese a que ya estaban separados y esta vez le causó heridas que requirieron hospitalización. 

Max ha indicado que se sintió responsable del divorcio de sus padres debido a que no siempre podía ganar todas las carreras y todos los campeonatos, como su padre le exigía. “Mi familia tuvo que vivir para mí. Probablemente le costé el matrimonio a mi padre”, indicó.

Ya separados, Jos se molestó tanto con Max por haber chocado, que empacó todo, menos el kart de Max (lo tuvo que recoger él junto con un amigo) y volvió a casa sin dirigirle la palabra a su hijo, que intentaba explicar lo sucedido en la pista, pero su padre de hartó y lo obligó a bajar de la camioneta en una estación de gas, donde minutos después fue recogido por su madre.

“Hay gente que dice que soy un mal padre porque maltraté a mi hijo, pero nunca lo maltraté. Yo lo crié, fui duro con él y ese era mi plan”, indicó Jos, de acuerdo con Infobae.

Max Verstappen quiere una infancia diferente para sus hijos

El coequipero de Checo Pérez mantiene una relación con la hija del expiloto brasileño, Nelson Piquet. Kelly, nueve años más grande que Max, tiene una hija con el también piloto Daniil Kvyat, y aunque Max se lleva bien con ambas, él desea tener sus propios hijos, a quienes de ninguna manera les quiere dar una infancia como la que él tuvo. 

“Definitivamente quiero niños y si quieren correr, está bien, pero creo que lo haría de manera diferente a como lo manejamos mi padre y yo. La pasión que tenía fue muy lejos. Al menos no voy a presionar a mis hijos para que corran. Tienen que quererlo ellos mismos”.

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