Un mes antes de las elecciones en Rusia, el líder opositor del gobierno de Vladimir Putin Alexéi Navalny (Navalni) murió de manera repentina en una prisión ubicada en la zona polar ártica. Su muerte ha sido noticia en medios internacionales de la talla del New York Times, El País o la DW por lo que el activista ruso representaba.

Y no es que Alexéi Navalny estuviera en la lista de los candidatos para competir en estas elecciones de 2024 en Rusia —en las que se renovará la Presidencia de este país y donde también participará Vladimir Putin con miras a la reelección.

El caso de Alexéi Navalny ha cobrado importancia en el mundo porque se convirtió en uno de los principales opositores del gobierno de Vladimir Putin y sus colegas han acusado que el activista llegó a prisión por una persecución política.

La muerte de Alexéi Navalny, líder opositor de Putin

Lo que sabemos de la muerte de Alexéi Navalny es que el activista de pronto se sintió mal y se desvaneció después de dar una caminata ahí en prisión.

El encargado de dar a conocer la muerte de Navalny fue el Servicio Penitenciario Federal del Distrito Autónomo de Yamal-Nenets. De acuerdo con la información oficial, se hizo todo lo posible para salvar al activista con “todas las medidas de reanimación necesarias pero fracasaron“.

Por lo pronto, la causa de la muerte de Alexéi Navalny es incierta porque aún no concluye la autopsia y no hay resultados definitivos, aunque medios locales oficialistas hablan de tromboembolismo.

Del otro lado de la moneda, uno de los abogados de Alexéi Navalny dice que la última vez que lo vio —el miércoles 14— estaba, dentro de lo que cabe, bien.

Y decimos “dentro de lo que cabe” porque su misma defensa denunció irregularidades en la atención de Navalny dentro de la prisión IK-3 de Jarp —conocida como Lobo Polar por lo rudo de sus condiciones, más adelante les contamos más.

Los abogados alegaron que el activista de 47 años de edad no recibía sus medicinas mientras su salud se deterioraba.

Persecución política contra Navalny

El político ruso llegó a prisión por una tanda de cargos, de los que sus colegas acusan que fueron fabricados por una persecución política de Vladimir Putin. Los delitos en distintos casos, fueron: fraude, extremismo y desvío de fondos.

Pero lo cierto es que las acusaciones y condenas llegaron después de que Alexéi Navalny encabezara las protestas contra el gobierno ruso en las elecciones del congreso o la famosa Duma de 2011.

Además de liderar las protestas, Navalny fundó una plataforma dedicada a investigar casos de corrupción del mismísimo gobierno de Putin.

Ataques y envenenamiento

No está de más decir que Navalny vivió entre amenazas y ataques muy rudos. En 2017, el empresario fue atacado con colorante afuera de su oficina. Y en 2020 vivió el caso más sonado: un envenenamiento durante un velo desde Tomsk hasta Moscú en Rusia.

Alexéi Navalny fue hospitalizado de emergencia, estuvo en cuidados intensivos y poco tiempo después supimos que fue por una sustancia mezclada con su té.

La prisión Lobo Polar en Rusia

Alexéi Navalny llegó a la prisión conocida como la colonia Lobo Polar luego de un traslado en diciembre de 2023.

Sí, esto supuso una alerta entre sus abogados por que la prisión a la que iría —la colonia penal IK-3 de Jarp, ubicada en la zona de Yamal-Nenets donde como se imaginarán el frío pega cañón, con temperaturas bajo cero— es una de las más rudas de Rusia.

Tan sólo con decirles que la cárcel Lobo Polar fue fundada en los 60 del siglo XX, en plena Guerra Fría y como parte de la red de campos de trabajos forzados de la URSS.

Ahí fue donde Alexéi Navalny pasó sus últimos días, después de años de activismo para que el gobierno de Vladimir Putin rindiera cuentas por las investigaciones de casos de corrupción y el apoyo de miles de rusos.

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