Hay que decirlo, enero es un mes difícil y extremadamente largo. El inicio de año nos genera una especie de parálisis emocional por demás abrumadora. Para sentirnos mejor, nada como inmiscuirnos en la filosofía y aprender de diversas culturas del mundo aquellas enseñanzas ancestrales para ser felices y vivir mejor.

Aunque cada país cuenta con su historia y cosmogonía, existen algunas lecciones sobre la existencia que han prevalecido en el tiempo y han logrado cambiar no sólo la forma de pensar sino los hábitos de millones de personas.  

Hay que destacar que cada enseñanza tiene su lógica, pero sin importar el país del que sea todas, comparten su esencia. Coinciden que la felicidad está en saber apreciar las cosas simples y en escapar lo más seguido que se pueda a la naturaleza.

Con esto en mente, y porque todos nos merecemos pasar un 2024 tranquilo y alegre, aquí les dejamos nuestra selección de enseñanzas para ser un poco más felices este año.

1.Enseñanza Hygge, Dinamarca

Esta palabra de origen danés se traduce como “lo acogedor” y para los daneses significa literalmente encontrar la felicidad en la calidez del hogar.

Se trata de una filosofía de vida que nació a propósito de los fríos inviernos que todos los años sacuden a Dinamarca. Ante los días sin luz y la tristeza que generan, Haygge nos invita a buscar la satisfacción en el interior.

Reunirse con amigos en casa, prender la chimenea y hasta darle un trago a un chocolate caliente, ahí está la verdadera felicidad. Una buena enseñanza para alcanzar la felicidad.

2.Enseñanza Ikigali, Japón

El secreto de la población de Okinawa, la más longeva del mundo, para vivir más y mejor es dedicar la existencia a hacer lo que amamos porque eso es lo que hacemos bien y porque es ahí donde está nuestra aportación al mundo.

La etimología de esta palabra proviene de “iki” vida y “gai” valor. Asimismo, para los japoneses Ikigali es la disciplina de vivir cada día con un propósito que nos lleve a encontrar nuestro lugar en el mundo.  

3.Enseñanza Il dolce far niente, Italia

Si de disfrutar la vida se trata esta filosofía es perfecta, ya que literalmente nos enseña a apreciar el descanso, o en otras palabras a aprender a no sentirnos mal cuando no hacemos nada.

Se traduce como el “el dulce encaro de no hacer nada” y en un planeta caótico en el que nos han enseñado a ocuparnos los siete días de la semana, esta filosofía nos ofrece la posibilidad de equilibrar la productividad con la calma.

Y es que aunque suena fácil, el descanso es un arte difícil de dominar, de acuerdo con los italianos, para lograrlo hay que meditar y apreciar la naturaleza. Otra valiosa enseñanza para ser felices.

4.Enseñanza Ubuntu, varios países africanos

África es un continente inmenso, complejo y en el que hay que aprender a tener resiliencia si se quiere sobrevivir. A propósito de esto, se ha creado en todo el continente, una forma fraternal de vivir.  

Nacido en las entrañas de poblaciones alejadas, el Ubuntu nos enseña las grandes virtudes del humanismo. Sólo si somos solidarios, empáticos y compartimos con los demás nuestra esencia encontraremos el camino para ser más felices.

En honor a esto, las trubus usan un viejo proverbio que es tan universal como hermoso, “umuntu mgumuntu” que se traduce como “Tú eres, luego soy”

5.La Tierra es Resbaladiza, enseñanza de México

Al ser un país en el que coexisten una multitud de pueblos originarios, México guarda cientos de miles de filosofías ancestrales destinadas a comprender y fluir con la existencia. Un ejemplo de esto vive en el viejo dicho que tenían los aztecas, “resbaladiza y escurridiza es la Tierra”.

De acuerdo con los expertos, este refrán es una filosofía en sí misma sobre los balances de la vida. No hay felicidad sin dolor y todo, absolutamente todo lo que nos sucede, es pasajero para bien o para mal. Es decir, si tenemos una mala racha tenemos que saber que pasará. Asimismo, si estamos en un buen momento hay que entender que este también pasará.  

6.Enseñanza Koselig, Noruega

De las entrañas del hemisferio norte llega este término que se traduce como “apapachar el invierno”. Aunque podríamos pensar que el concepto sólo se refiere a las bajas temperaturas del país nórdico, en realidad es más universal de lo que pensamos.

Esta filosofía nos invita a disfrutar el presente más allá de las resistencias y obstáculos que encontremos en el camino. El Koselig nos propone atravesar los malos momentos reuniéndonos con amigos, buscando refugio en la naturaleza y sobre todo a través del movimiento. Pase lo que pase, nunca hay que quedarnos estáticos. Sigamos estas sabias enseñanzas para ser felices.

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