Las leyendas urbanas existen dentro del mundo de la música, pero quizá ninguna causa tanto misticismo, escalofríos y desencaje como lo que se habla sobre la canción “Gloomy Sunday”. En este punto, quizá ya habrán escuchado hablar de ella a grandes rasgos, sobre todo por esa antigua creencia de que incita al suicidio.
¿Es verdad todo eso? Desde luego, esa es una idea sobre la que se ha debatido por mucho tiempo al grado de que se ha desestimado dicho efecto. Pero más allá de eso, lo cierto es que hay un estela oscura de rumores, anécdotas y otros detalles que han encumbrado a la composición del húngaro Rezső Seress como una canción ‘sombríamente llamativa’.
Para la ocasión, rascamos la historia detrás de la canción de “Gloomy Sunday”, su infame popularidad y lo que supuestamente desencadenó en quienes la escuchaban.
Rezső Seress. Foto: Especial
El origen de “Gloomy Sunday”
Como dijimos, en este punto seguramente ya ubican -aunque sea de nombre- “Gloomy Sunday” y su desafortunada fama como ‘la canción húngara del suicidio’, ‘la canción maldita’, entre otras desafortunadas menciones. Y bueno, podemos decir que no es para menos teniendo en cuenta el lúgubre historial de composición que lo alberga. Eso sí, la historia ha pasado de ‘boca en boca’ durante mucho tiempo y si a eso le sumamos la vastedad del universo del internet, la cosa se ha distorsionado un poco.
Muchos medios y sitios atribuyen la composición, la letra y su significado a un rompimiento del pianista Rezső Seress con una supuesta pareja sentimental y al día siguiente, se dice, era domingo… un sombrío domingo. Esta ha sido una de las conjeturas más conocidas aunque no la más precisa específicamente hablando.
Tal como recaba El País, hay un par de factores que delinearon a “Gloomy Sunday” como la conocemos hoy, así que recapitulemos. Rezső Seress era un pianista que por ahí a finales de 1932 buscaba la fama y el reconocimiento en París, aunque no tuvo mucha fortuna. Eso provocó que regresará entre ese año y 1933 a su natal Budapest, donde se asentó como músico en un popular y exclusivo restaurante llamado Kispipa, frecuentado por intelectuales y bohemios húngaros.
Su infortunada carrera musical de éxito mediano (a bajo), la transición y el asentamiento del autoritarismo en Europa y las fricciones bélicas de la época -que desencadenarían eventualmente en la Segunda Guerra Mundial-, llenaron al pianista de un pesimismo sin ataduras. Entonces, según algunos registros, compuso la partitura y progresiones melódicas de lo que hoy conocemos como “Gloomy Sunday”, pero no con ese nombre sino con el de Vége a világnak, que en una traducción general significa “es el fin del mundo”. Esa es la primera concepción del tema.
Adolf Hitler junto a las autoridades de Hungría en 1938. Foto: Getty.
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La transformación hacia un tema relacionado con el amor
Si bien el concepto de Seress era hablar sobre la decadencia del mundo desde su ángulo de percepción más pesimista, la pieza se convertiría en “Gloomy Sunday” gracias a la letra del poeta, también húngaro, László Jávor. Este escritor le dio a la lírica un tono más ‘lúgubremente romántico’, enfocándose en el sentimiento de extrañar a un ser amado que perdió la vida y el deseo de reunirse con esa persona en la muerte.
A partir de ello, diversas traducciones rescatan cualquier cantidad de versos llenos de pesadumbre, pero hay uno que ejemplifica todo el misticismo detrás de la canción: “mi corazón y yo hemos decidido terminar con todo”… Aquí cabe destacar una aclaración pues aunque muchos medios atribuyen que Jávor se basó en su propia ruptura amorosa (así como otros dicen que Seress se inspiró en la suya propia), lo cierto es que hay muy poca documentación sobre ello como para confirmar que esta fue la inspiración verdadera detrás de la canción.
Lo único que se sabe con certeza y que podemos recalcar sin titubeos, es que la primera partitura del tema se produjo en 1932 mientras que la música y la letra de “Gloomy Sunday” (ya convertida en su versión más conocida) se registraron en 1933. Para 1935, la canción fue grabada por Pál Kalmár en su idioma original y un año después, comenzaría a editarse en inglés con diversas traducciones y diversos artistas.
Ahí, el compositor estadounidense Sam M. Lewis se anotó una reversión donde al final le quitaba todo el aspecto trágico con un verso final donde el protagonista exclama que “todo se trataba de un sueño”.
La leyenda urbana de los suicidios y la prohibición en la BBC
Como buena leyenda urbana, todo lo que se refiere a los suicidios supuestamente provocados por “Gloomy Sunday” es prácticamente difícil de verificar con certeza. Todo data de registros de prensa antiguos que, en todo caso, no han sido rescatados y evidentemente no han llegado a la digitalización… pero hay casos sonados.
Según recorre la leyenda, la canción está involucrada en cerca de 100 suicidios que tuvieron lugar en Hungría durante la década de los 30. Una de las historias más sonadas es la de una mujer que supuestamente se ahogó en el Río Danubio con la partitura de la canción en sus manos... pero ningún registro oficial ayuda a verificar el hecho.
Lo que sí es cierto es que se desestima el efecto de la canción como principal causa de la alta de suicidios en Hungría durante esa época. En realidad, mencionan algunos expertos, es que la gente se suicidaba debido a la situación de la hambruna extrema o los problemas económicos que atravesaba un país que se sumía en la pobreza.
En 1941, seis años después de que se grabara la versión original con Kalmár en la voz, la cantante estadounidense Billie Holiday reversionó el tema en una entrega contemporánea que se popularizó masivamente en 1941. Sin embargo, la versión de la icónica intérprete sufrió el veto, por ejemplo, de la BBC debido a la mala fama que arrastraba la canción, pero sobre todo por la sensible connotación dentro del contexto de la guerra que se libraba en el mundo para esos años. La restricción, como sea, se levantó a principios de los 2000.
Billie Holiday. Foto: Getty.
El legado de “Gloomy Sunday”
Como mencionamos, el misticismo generado por “Gloomy Sunday” se atesora a través de su propia leyenda urbana y sobre todo, los rumores que de ‘boca en boca’ la convirtieron en “la canción suicida”. Como dijimos, había muchos factores externos para adjudicar a los supuestos suicidios provocados por la canción.
Sin embargo, la leyenda se asentó. ¿Por qué? Difícil definirlo, pero el morbo, la fantasía y el romanticismo por lo lúgubre, el eterno gusto del ser humano por darle un significado específico a la muerte pueden entrar en la bolsa. Eso sí, el hecho de que el propio compositor, Rezső Seress, se haya suicidado en 1968 seguro ayudó a establecer aún más la leyenda de la canción maldita.
La entrada “Gloomy Sunday”: La historia real de la llamada ‘canción húngara del suicidio’ se publicó primero en Sopitas.com.
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