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Las 35 mejores películas en la historia
Hacer una lista de las mejores películas en la historia no es una tarea nada fácil. Sería imposible si quiera hacer una lista de todas las películas que se han hecho desde el nacimiento del cine, por lo que escoger unas cuantas entre todas ellas es casi imposible. Sin embargo, aún así decidimos intentarlo.
Para elegir estas 35 películas seguimos ciertos lineamientos, empezando por el hecho de que no consideramos ninguna película que no haya salido hace al menos 10 años. Esto es porque una de las características más importantes que hace que una película pueda ser considerada como una de las mejores es si resisten o no el paso del tiempo.
También consideramos su calidad en términos narrativos, lo cual básicamente significa que tomamos en cuenta qué tan buena es la historia que cuenta. Asimismo, también consideramos su calidad en términos técnicos, es decir, la forma en la que fue filmada, las actuaciones que dieron sus actores, su fotografía y sonido, entre otros elementos.
Además de esto también consideramos la recepción que tuvieron por parte de la crítica, por parte de las audiencias, e incluso por parte de algunos directores de cine. Para hacer esto consultamos fuentes como Rotten Tomatoes, IMDb, Sector Cine, y la publicación Sight & Sound del British Film Institute (Instituto británico del cine).
La lista no está ordenada en ningún orden particular, pero pueden tener la certeza de que vale la pena ver cada una de estas películas, ya que ofrecen una experiencia cinematográfica como ninguna otra.
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El padrino (Dir. Francis Ford Coppola, 1972)
Desde que el autor Mario Puzo publicó su novela El padrino, la historia fascinó a los lectores por cómo parecía darles un vistazo dentro del oscuro mundo de la mafia. Sin embargo, varios directores rechazaron adaptar la novela al cine antes de que el guión cayera en manos de Francis Ford Coppola. El resto, como dicen, es historia.
A diferencia de Coppola, el actor Marlon Brando siempre fue la primera opción para interpretar al icónico Vito Corleone, y hoy es imposible separarlo de este papel. Además de Brando, esta película también lanzó a la fama a varios actores que hoy se consideran como legendarios como Al Pacino y Robert Duvall. Aunque siempre existirá un debate sobre si es mejor la primera o segunda parte de esta trilogía, la realidad es que El padrino siempre será acreditada como la obra maestra del subgénero del cine de mafiosos.
8 ½ (Dir. Federico Fellini, 1960)
La filmografía de Federico Fellini es de las más impresionantes que existen, pero usualmente 8 ½ se considera como su magnum opus. Esta película se llama así porque el director la realizó después de haber filmado 7 largometrajes y 3 cortometrajes, por lo que consideró que se podía considerar como su octavo (y medio) proyecto. Es casi imposible que cualquier lista de las mejores películas en la historia no la incluya, y por muy buena razón.
Este proyecto casi autobiográfico de Fellini es una obra maestra del neorrealismo italiano, y verla significa echarse un clavado en el subconsciente del director mientras lucha con la falta de inspiración y la enorme presión externa que tenía cada que realizaba una nueva película. Marcello Mastroianni es sublime en el papel principal, y sus monólogos internos junto con las secuencias de ensueño y la impresionante fotografía en blanco y negro ayudan a crear una de las experiencias cinematográficas más fascinantes que se han hecho.
Los siete samuráis (Dir. Akira Kurosawa, 1954)
Varios de los directores que realizaron las películas incluidas en esta lista podrían considerarse entre los mejores del mundo. No obstante, cuando se habla sobre el mejor director en la historia, un nombre que suele repetirse es el de Akira Kurosawa. Muchas obras de este director japonés podrían formar parte de esta lista, como Rashomon o El intendente Sansho, pero Los siete samurais es indudablemente su mejor y más épico trabajo.
La película comienza cuando los habitantes de una aldea le piden ayuda a un samurai para protegerlos de sus enemigos, quien a su vez enlista la ayuda de otros seis samurais para cumplir este propósito y enseñarle a los aldeanos a protegerse por ellos mismos. Aunque la película dura más de tres horas y media, su historia es tan cautivadora y tan bien realizada que incluso quisieras que durara otra hora más.
2001: Odisea en el espacio (Dir. Stanley Kubrick, 1968)
En una época durante la cual casi no se realizaban películas sobre el espacio, 2001: Odisea en el espacio fue una revelación en todos los sentidos. El legendario director Stanley Kubrick reclutó al escritor de ciencia ficción Arthur C. Clark para escribir el guión juntos, y el resultado fue una historia épica que lidia con temas como la vida extraterrestre, la linealidad del tiempo, lo que significa ser humano, y la ética y el peligro de la inteligencia artificial.
Todo sobre esta obra se puede considerar como épico, en el sentido más literal de la palabra. Desde su historia, hasta sus técnicas de filmación, su cinematografía, su banda sonora y los impresionantes efectos especiales que le ganaron a Kubrick el premio Óscar. 2001: Odisea en el espacio sin duda es una de las películas que más influencia han tenido sobre la industria cinematográfica, y también es una de las mejores que se han hecho en la historia.
Sueños de libertad (Dir. Frank Darabont, 1994)
Sueños de libertad suele considerarse como la mejor adaptación cinematográfica de una novela del autor estadounidense Stephen King. Además, el sitio web de IMDb tiene a esta película dirigida por Frank Darabont en el primer lugar de su lista de las películas mejor calificadas en la historia. Esta cuenta la historia de Andy Dufrense (interpretado por Tim Robbins), un banquero que fue injustamente condenado a pasar dos cadenas perpetuas en prisión por el asesinato de su esposa y su amante.
La película lo sigue a través de su estadía en prisión, y muestra cómo a pesar de las terribles circunstancias en las que se encuentra no deja que esto quiebre su espíritu, e incluso entabla una honesta amistad con otro de los prisioneros conocido como Red (interpretado por Morgan Freeman). Sueños de libertad es una obra sobre la importancia de la esperanza y de pelear por la justicia, pero en esencia también es una historia sobre cómo una sola persona puede inspirar a miles a ser mejores.
El ciudadano Kane (Dir. Orson Welles, 1941)
Para muchas personas, El ciudadano Kane es una película que conocen únicamente por su nombre pero que nunca han visto, ya sea porque piensan que es aburrida o que está sobrevalorada. No obstante, tiene muy merecido el hecho de que una gran mayoría de los críticos y los espectadores la consideren como la mejor película de todos los tiempos.
No hay nada acerca de El ciudadano Kane que no sea impresionante. Desde el hecho de que Orson Welles la dirigió y la protagonizó, hasta las técnicas tan innovadoras que se utilizaron durante su rodaje, es una película que ayudó a moldear la industria del cine de Hollywood como la conocemos. Aunque tanto Welles como el guionista Herman Mankiewicz lo negaron varias veces, el personaje principal tiene una vida muy similar a la del magnate estadounidense William Randolph Hearst, quien después de tener una infancia difícil se convirtió en uno de los hombres más poderosos de su país. Esta es una película tan entretenida como lo es extraordinaria, y definitivamente se tiene que ver aunque sea una vez en la vida.
Intriga internacional (Dir. Alfred Hitchcock, 1959)
El director estadounidense Alfred Hitchcock es una de las figuras más icónicas dentro del mundo del cine y de la cultura popular, y varias de sus películas podrían ser consideradas como parte de las mejores que se han hecho. No obstante, una que siempre ha destacado según la opinión de los críticos y las audiencias es Intriga internacional, protagonizada por el espectacular actor Cary Grant.
La película sigue a Roger O. Thornhill, un agente publicitario que un grupo de criminales confunden con un agente de la CIA (Agencia central de inteligencia). Esto lo lleva a verse involucrado en una serie de eventos progresivamente más peligrosos por los que tendrá que pasar para salvar su propia vida. Tanto sus secuencias de acción como su brillante sentido del humor han hecho que sea una de las películas más adoradas por los fanáticos del cine, y también que muchos cineastas hagan referencia a ella en sus propias obras.
Historias de Tokio (Dir. Yasujirô Ozu, 1953)
Yasujirô Ozu es conocido por sus películas que lidian con las partes más sensibles de la experiencia humana, pero Historias de Tokio definitivamente es la más conmovedora. El British Film Institute (Instituto británico de cine) la describe como “una historia realmente universal sobre la familia, el paso del tiempo, y el difícil sentimiento que es la pérdida”.
Historias de Tokio sigue a un matrimonio entrando en la última etapa de sus vidas, que deciden ir a visitar a sus hijos adultos que viven lejos de ellos desde hace muchos años. Sin embargo, al ser un estudiante de medicina y una estilista, los hijos no le pueden dedicar mucho tiempo a sus papás. Esta es una película que nos hace reflexionar sobre lo que realmente importa en esta vida, y sobre la importancia de apreciar lo que tenemos porque nunca sabemos cuánto tiempo puede durar.
Buenos muchachos (Dir. Martin Scorsese, 1990)
Hay pocos directores que siguen trabajando el día de hoy que sean más respetados que Martin Scorsese, y la realidad es que varias de sus obras podrían ser incluidas en esta lista. Sin embargo, Buenos muchachos destaca entre su excepcional filmografía. Con un elenco conformado por Ray Liotta, Joe Pesci, Robert De Niro y Lorraine Bracco, hay varias escenas en esta película que se consideran de las mejores y más memorables en la historia del cine.
Mientras que El padrino es una historia ficticia acerca de lo que significa formar parte de la mafia por derecho divino, Buenos muchachos se concentra en una historia real de lo que significa entrar en ese mundo por voluntad propia. Es la historia de un mundo en el que la lealtad lo es todo hasta que no lo es, y muestra cómo al final del día cuando se vive siguiendo un código moral cuestionable, es imposible que la supervivencia del más fuerte no se convierta en la ley máxima a seguir.
La lista de Schindler (Dir. Steven Spielberg, 1993)
Steven Spielberg indudablemente es uno de los directores estadounidenses más reconocidos a nivel mundial, si no es que el más reconocido, y sus películas tienen el poder de asombrar y conmover a todas las audiencias por igual. Sin embargo, es incuestionable que esta película basada en una historia real y ambientada en la Segunda Guerra Mundial es su mejor trabajo.
Liam Neeson interpreta a Oskar Schindler, un empresario alemán que lo arriesga todo para ayudar a salvar las vidas de miles de judíos que trabajaban como esclavos en la fábrica que poseía. Lo que hace especial a La lista de Schindler es cómo logra que las audiencias comprendan la magnitud de esta guerra, y que empaticen con las personas que sufrieron horrores inimaginables de tal forma que incluso llega a ser difícil de procesar. Steven Spielberg muestra el impacto que pueden tener las acciones de una sola persona, y la importancia de nunca ser indiferentes al sufrimiento de otros ni de dejar que el miedo nos venza.
Los olvidados (Dir. Luis Buñuel, 1950)
Aunque Luis Buñuel nació en España, el director vivió y trabajó durante varios años de su vida en México. Por esto, Los olvidados se considera como una de las películas mexicanas que además es de las mejores películas en la historia. Esta sigue a un grupo de jóvenes, casi niños, que viven en una comunidad muy pobre de nuestro país y cuyo código moral se ve influenciado por las pandillas que también la habitan.
Su título en inglés se traduce literalmente a “los jóvenes y malditos”, y justamente lo que Buñuel buscó explorar es cómo el nacer en una situación de pobreza es casi una maldición. El personaje principal, Pedro, parece ser como cualquier otro niño al principio de la película, pero mientras más se involucra con los criminales a su alrededor más se va corrompiendo. Los olvidados es una película que presenta la cruda realidad sobre lo que implica ser pobre en México, y por esto es una de las obras más importantes que se han hecho sobre nuestro país.
Jeanne Dielman, 23, Quai du Commerce, 1080 Bruxelles (Dir. Chantal Akerman, 1975)
Esta película no es tan conocida por el público general como otros de los títulos que se encuentran en esta lista, pero esto no significa que no merezca estar aquí. Chantal Akerman creó una obra maestra sobre lo que significa ser mujer, mostrando todas las dificultades que esto conlleva a través de la vida aparentemente normal de una viuda que vive en Bruselas.
Jeanne Dielman, 23, Quai du Commerce, 1080 Bruxelles sigue la vida diaria de Jeanne (interpretada por Delphine Seyrig), quien debe luchar por mantener su rutina diaria y darle una vida estable a su hijo. Jeanne lo hace todo y más para que ella y su hijo puedan salir adelante, algo con lo que muchas mujeres y hombres por igual se identificarán. La brillantez de la película recae en cómo retrata una condición casi universal al contar una historia tan personal como la de Jeanne, y es una fuerte crítica a todas las sociedades que hacen que una vida tranquila y digna sea casi imposible de obtener.
Persona (Dir. Ingmar Bergman, 1966)
Cuando se toma en cuenta que el director sueco Ingmar Bergman dirigió 49 películas a lo largo de su vida, se entiende por qué no es tarea fácil escoger cuál es la mejor entre ellas. No obstante, Persona siempre parece ser la que la mayoría de las personas señalan cuando se les pide intentarlo. Esta película lleva confundiendo y fascinando a los espectadores desde su estreno hace 53 años, y su influencia se siente hasta el día de hoy.
Liv Ullmann interpreta a la actriz Elisabet Vogler, quien aunque parece no tener alguna enfermedad física simplemente se rehúsa a hablar. Bibi Andersson interpreta a Alma, la joven enfermera que debe cuidarla y que encuentra en ella una confidente a la que le puede contar todos sus secretos sin siquiera ser interrumpida. Sin embargo, Alma comienza a darse cuenta de que Elisabet parece estar robando su personalidad, y así Bergman nos sumerge en un viaje surrealista en el cual nunca queda explícitamente claro cuál es la realidad.
Con ánimo de amar (Dir. Wong Kar-Wai, 2000)
Usualmente, las películas románticas se aprecian por la hermosa y duradera relación que se forma entre los personajes principales. Pero casi dos décadas antes de que La La Land presentara una historia sobre un amor que casi fue, Wong Kar-Wai nos dio Con ánimo de amar, una de las obras más conmovedoras y emocionalmente impactantes que se han hecho.
Tony Leung interpreta a un escritor reservado que tiene una visión un tanto cínica sobre la vida, mientras que Maggie Cheung interpreta a una mujer que está desilusionada con su matrimonio actual. Sus caminos se cruzan cuando descubren que sus respectivas parejas están teniendo un amorío, y lo que comienza como un encuentro entre dos extraños rápidamente se convierte en algo mucho más profundo que eso. Wong Kar-Wai cuenta esta historia prácticamente sin utilizar diálogo, basándose únicamente en miradas que dicen más que mil palabras, y en tomas que se demoran en detalles aparentemente pequeños que realmente lo valen todo.
Apocalipsis ahora (Dir. Francis Ford Coppola, 1979)
Apocalipsis ahora es una de las películas más reconocidas a nivel mundial, y es de las pocas obras cuya filmación es casi igual de mítica que la propia historia que cuenta. Francis Ford Coppola, el elenco, y todos los involucrados en su realización tuvieron que vivir en condiciones casi inhumanas y pasar por miles de contratiempos para hacerla, pero al menos pueden decir que el resultado final hizo que valiera la pena.
La película se desarrolla durante la Guerra de Vietnam, pero en vez de concentrarse en el conflicto entre los estadounidenses y los vietnamitas se centra en las tensiones que surgen dentro del propio ejército del país norteamericano. Martin Sheen da una de las mejores actuaciones de su carrera interpretando al soldado que debe enfrentarse a un ex-capitán militar que se rebeló después de caer en la locura (interpretado por Marlon Brando). Apocalipsis ahora muestra los efectos que las atrocidades de la guerra pueden tener en una persona y los dilemas morales que todos los soldados deben enfrentar como ninguna otra película lo ha hecho, y sin dudas merece tener un puesto en esta lista.
Más corazón que odio (Dir. John Ford, 1956)
Con Más corazón que odio, el director John Ford creó lo que muchos consideran como el mejor western que se ha hecho en la historia. John Wayne interpreta al antihéroe Ethan Edwards, un vaquero sumamente racista cuyo odio hacia los nativos americanos se acrecentó cuando secuestraron a su sobrina (interpretada por Natalie Wood) nueve años antes de los sucesos de la película.
Esta no es una película fácil de ver, sobre todo por la forma increíblemente realista en la que retrata el racismo que siempre ha formado parte intrínseca de Estados Unidos. La realidad es que por culpa de su obsesivo odio contra los indios que lo lleva a cometer actos verdaderamente atroces, el personaje de Edwards a veces se siente más como un villano que un antihéroe. Sin embargo, Más corazón que odio es una película que merece ser vista justo por lo difícil que resulta hacerlo, ya que plantea cuestiones morales que te dejarán pensando en ellas por mucho tiempo después de que termine.
Amores perros (Dir. Alejandro González Iñárritu, 2000)
Hoy, Alejandro González Iñárritu es uno de los nombres más conocidos dentro del mundo del cine a nivel mundial. Sin embargo, en el 2000 logró impactar a las audiencias Mexicanas por primera vez con su impresionante ópera prima Amores perros, por la cual recibió su primera nominación al premio Óscar por Mejor película extranjera.
La película cuenta tres historias diferentes que giran en torno a un mismo incidente: un terrible accidente automovilístico que cambia para siempre la vida de todos los involucrados. Amores perros es tan brutal como el título parece indicarlo, y muestra tanto las peores partes de la sociedad Mexicana como de los seres humanos como individuos mediante sus diferentes personajes. Esta obra cimentó a Alejandro González Iñárritu como uno de los mejores directores del siglo XXI, lanzando así su carrera y llevándolo a ganar cuatro premios de la Academia, incluyendo tres por Mejor director.
Casablanca (Dir. Michael Curtiz, 1942)
Casablanca es una película tan icónica que incluso aquellos que no la han visto seguramente conocen la frase de “siempre nos quedará París”. De igual forma, es muy poco probable que alguien no haya visto al menos una de las escenas que conforman esta maravillosa película que muchos consideran como el pináculo del viejo Hollywood.
Humphrey Bogart interpreta a Rick, el cínico dueño de un bar en una ciudad del país africano de Marruecos, donde está obligado a residir como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. La incomparable Ingrid Bergman interpreta a Ingrid Lund, una hermosa mujer que Rick nunca se imaginó volver a encontrarse. Casablanca es una historia de amor atemporal, que muestra cómo hay ciertas relaciones que aunque terminen nunca dejarán de ser parte de tu vida. Pero además de esto, también es una película sobre la forma en la que la guerra afectó incluso a las personas que no participaron en los combates armados.
Sin aliento (Dir. Jean-Luc Godard, 1960)
Como lo dice una reseña publicada en el Criterion Channel: “hubo un antes y un después de Sin aliento”. Esta es la primera película dirigida por el legendario Jean-Luc Godard, y aunque claramente no es tan refinada como otros de sus trabajos sigue siendo excepcional, y es una de las principales razones por la cual el movimiento de la nueva ola francesa comenzó a ser tan popular.
Sin aliento sigue a un ladrón de autos que asesina a un policía y después intenta convencer a una hermosa joven de huir a Italia con él. Jean Paul Belmondo y Jean Seberg son increíblemente carismáticos en sus respectivos papeles, y no es ninguna sorpresa que hoy se les recuerde como dos íconos del cine francés. El debut directorial de Godard inspiró a otros directores a salirse de los cánones que dominaban a la industria cinematográfica de esa época, y sería imposible listar todas las películas que influenció de forma directa.
Petróleo sangriento (Dir. Paul Thomas Anderson, 2007)
Paul Thomas Anderson comenzó su carrera como cineasta cuando tenía tan solo 26 años, y aunque en los años siguientes a su debut directorial realizó varias películas espectaculares, parece haber un consenso sobre el hecho de que Petróleo sangriento es su obra maestra. La película recibió ocho nominaciones a los premios Óscar y ganó cuatro, entre los cuales destaca el premio por Mejor actor que recibió Daniel Day-Lewis por su papel como Daniel Plainview, la cual muchos consideran como la mejor actuación que una persona ha dado en la historia.
Esta es la obra más reciente incluida en esta lista, y lo tiene más que merecido. El título en inglés de la película se traduce literalmente como “habrá sangre”, y sirve como una profecía de lo que se mostrará en sus casi tres horas de duración. Petróleo sangriento muestra cómo es casi imposible evitar que el poder te corrompa, sin importar de dónde provenga dicho poder. Esta película es una crítica despiadada de la sociedad estadounidense, una sociedad tan obsesionada con el éxito individual que está completamente despreocupada por el daño que se le puede causar a los demás, y al mundo en general.
Y tu mamá también (Dir. Alfonso Cuarón, 2001)
Antes de que Alfonso Cuarón deslumbrara a Hollywood con películas como Gravedad y más recientemente Roma, sorprendió a amantes del cine a nivel internacional con Y tu mamá también. La película sigue a dos amigos adolescentes llamados Tenoch y Julio (interpretados por Diego Luna y Gael García Bernal) que conocen a Luisa (interpretada por Maribel Verdú), una mujer española que accede a acompañarlos en un viaje a la playa improvisado.
Y tu mamá también se puede ver como una coming-of-age bastante inusual, que explora el despertar sexual de estos dos jóvenes de una forma graciosa, sensual, y sorprendentemente conmovedora. Cuando se discute sobre esta película casi siempre se habla de cómo muestra lo hermoso que es vivir cuando te permites ser completamente libre, algo que a veces se pierde junto con la juventud, pero que definitivamente no tiene por qué ser así.
Las zapatillas rojas (Dir. Emeric Pressburger y Michael Powell, 1948)
Emeric Pressburger y Michael Powell fueron un dúo que creó varias obras espectaculares a lo largo de su colaboración, pero entre toda su filmografía esta es la que vale la pena destacar. Martin Scorsese ha dicho en repetidas ocasiones que Las zapatillas rojas es una de sus películas favoritas, e incluso la ha descrito como “la película que pasa en su corazón”.
Moira Shearer interpreta a Vicky Page, una bailarina que sueña con alcanzar la grandeza pero que debe lidiar con el dilema que presenta dedicarse completamente a su trabajo o permitirse tener un tiempo para otras cosas, especialmente el amor. Las zapatillas rojas es una historia sobre pasión, sacrificio, y la dificultad de entregarte por completo a una sola disciplina. Es un logro artístico monumental, y definitivamente se debe considerar como una de las mejores películas en la historia.
Buen trabajo (Dir. Claire Denis, 1999)
Claire Denis se considera como una de las mejores directoras de cine en la historia, y Buen trabajo indudablemente es su magnum opus. La historia sigue a un oficial militar que debe lidiar con el hecho de que sus días de gloria ya se quedaron atrás, pero que también debe cuestionarse si estos fueron tan gloriosos como él lo recuerda mientras lucha con la envidia que siente hacia uno de los nuevos (y jóvenes) reclutas.
El estilo de Denis se caracteriza por cómo logra decir todo lo que quiere casi sin el uso de las palabras, en vez apoyándose en el lenguaje corporal, el movimiento de la cámara, e incluso mediante la música que elige para una cierta escena. Buen trabajo es un poético estudio acerca de la masculinidad, más específicamente de lo frágil que puede ser cuando se basa en la represión emocional inescapable que caracteriza a un ambiente tan opresivo como la milicia.
El ángel exterminador (Dir. Luis Buñuel, 1962)
Luis Buñuel es un director conocido por cómo retrata la frivolidad que caracteriza al estilo de vida de las clases altas, sobre todo cuando lo contrasta con los problemas muy reales de las clases bajas. En El ángel exterminador, Buñuel cuenta una historia un tanto surrealista sobre un grupo de amigos de la alta sociedad que atienden una cena en una elegante mansión. Sin embargo, la noche de un extraño giro cuando se dan cuenta que por alguna razón no pueden irse de la mansión. Con esta obra Buñuel exploró el lado más terrible de los seres humanos, específicamente cómo no es tan difícil que salgan a la luz a sus instintos más básicos bajo las circunstancias correctas para ello.
El ángel exterminador es una película que busca inquietar a los espectadores por los temas que trata pero también con las técnicas que usa, como por ejemplo la forma en la que repite ciertas escenas sutilmente para que el espectador sienta que hay algo mal sobre lo que está viendo y esto le provoque ansiedad. No cabe duda de que Buñuel fue uno de los directores que más experimentó con sus trabajos y que siempre buscó superar los límites de lo que era permitido.
Dr. Insólito o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba (Dir. Stanley Kubrick, 1964)
Si hay otra película de Kubrick que merece incluirse en esta lista además de 2001: Odisea en el espacio, definitivamente tiene que ser Dr. Insólito o: Cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba. Esta película de 1964 sirvió como una potente crítica anti-guerra que causó mucho descontento entre el gobierno estadounidense, ya que al momento de su estreno aún estaba en curso la Guerra de Vietnam.
Usualmente se recuerda a Kubrick por sus películas dramáticas que provocan tensión e incomodidad en las personas que las ven, pero con esta sátira política demuestra que su sentido del humor también es excepcional. Hay muchos momentos en la película que se pueden sentir absurdos, pero lo realmente absurdo es lo fácil que es imaginarse que algo así pasara en la vida real. Es por esto que la última escena de la película es igual de graciosa como lo es deprimente, y esto es una prueba incuestionable de la genialidad de su director.
Los 400 golpes (Dir. François Truffaut, 1959)
Los 400 golpes del director francés François Truffaut se considera como una de las mejores películas que se han hecho, y también como el “abuelo” de las películas coming-of-age que conocemos el día de hoy. Esta es la primera parte de una serie de cinco películas que se consideran como autobiográficas del director, y el personaje de Antoine Doinel (interpretado por Jean-Pierre Léaud) es uno de los más famosos en la historia del cine.
Este clásico de la nueva ola francesa hace que los espectadores recuerden lo difícil que puede llegar a ser la infancia, incluso cuando intentamos recordarla como una bella etapa libre de problemas. Los 400 golpes es una obra que ha inspirado a innumerables cineastas al momento de realizar sus propios proyectos, tanto por su estructura, como por las técnicas que utilizó Truffaut e incluso por la brillante actuación del joven Jean-Pierre.
El laberinto del fauno (Dir. Guillermo del Toro, 2006)
Esta película del director Mexicano Guillermo del Toro aún tiene el récord de ser receptora de la ovación más larga en la historia del festival de Cannes, ya que después de su estreno los espectadores le aplaudieron durante 22 minutos consecutivos. Al ver este macabro cuento de hadas que indudablemente es una obra maestra, no es difícil comprender que haya suscitado esta reacción.
La historia está ambientada poco después la Guerra Civil española, y aunque la película tiene muchos elementos de fantasía, nunca deja que se te olvide que la mayor parte de lo que se ve se inspiró en la terrible realidad que se vivió durante esa época. El laberinto del fauno es una historia sobre cómo no es posible escapar de las atrocidades que plaga al mundo incluso cuando eres un niño pequeño, y así demuestra la importancia de que todos hagamos lo posible para evitar que se revivan estos capítulos tan oscuros en la historia.
Tiempos violentos (Dir. Quentin Tarantino, 1994)
Quentin Tarantino ha escandalizado tanto a críticos como a espectadores desde que estrenó su ópera prima Perros de reserva, una película que seguramente estaría incluida en esta lista si fuera un poco más larga. En su segunda obra, Tarantino amplificó todos los elementos que hicieron que la primera funcionara tan bien, y fue así como surgió esta obra maestra del cine moderno.
Tiempos violentos cuenta tres historias diferentes de un grupo de criminales que de alguna forma se relacionan unos con otros, y la manera errática en la que la película salta del pasado al presente junto con la brillantez de su diálogo y la locura de sus personajes hace que sea una experiencia cinematográfica como ninguna otra. Esta película revolucionó la industria de Hollywood, marcó para siempre la cultura popular y rompió con todos los esquemas que dictaban cuáles obras podían ser exitosas en taquilla.
Vértigo (Dir. Alfred Hitchcock, 1958)
No es hipérbole decir que todo el mundo considera a Alfred Hitchcock como uno de los mejores directores de la historia. Pero justamente por esta razón suele ser difícil elegir cuáles de sus películas merecen mencionarse cuando se habla de sus mejores trabajos. En esta lista ya mencionamos a Intriga internacional, y si hay otro de sus títulos que se debe incluir tiene que ser Vértigo, que superó a El ciudadano Kane en la lista de las mejores películas en la historia curada por la revista Sight and Sound.
El propio Hitchcock llamó a esta película su proyecto más personal, y es fácil creerlo gracias al hecho de que contiene la gran mayoría de los elementos y técnicas que caracterizan a su filmografía. Vértigo es una historia sobre la obsesión, específicamente la obsesión romántica. James Stewart y Kim Novak protagonizan en esta película donde nada es lo que parece, que lleva al espectador a tener que cuestionar todo lo que ven en pantalla para intentar hacer sentido del intrigante rompecabezas que Hitchcock magistralmente construyó.
El espejo (Dir. Andrei Tarkovsky, 1975)
En esencia, lo que hizo Andrei Tarkovsky con El espejo es comparable a lo que Fellini hizo con 8 ½. Pero si la película de Fellini se considera como parte del neorrealismo, la película de Tarkovsky prácticamente se puede considerar como arte conceptual. No obstante, esto no significa que no sea una película que cualquier persona puede admirar y disfrutar.
En El espejo, el director ruso cuenta partes de la historia de su vida mediante fragmentos episódicos que no siguen una línea del tiempo concreta. Estos episodios representan memorias, y Tarkovsky quería representar cómo las memorias son entes que existen por separado pero que se pueden juntar sin estructura alguna y aún así lograr transmitir una historia. Esta película muchas veces se ha descrito como un poema visual, tanto por su cinematografía hermosa como por su diálogo lírico, y es muy fácil perderte en la belleza de lo que estás observando.
Nosotros los pobres (Dir. Ismael Rodríguez, 1947)
Esta película de Ismael Rodríguez perfectamente captura una faceta de la sociedad mexicana que otros directores suelen ignorar o parodiar. Como lo dice su título, Nosotros los pobres se centra en mostrar lo que implica vivir en una situación de pobreza, lo cual es una realidad que sufre un gran porcentaje de la población de nuestro país.
El legendario actor Pedro Infante interpreta al igualmente legendario personaje de Pepe “El Toro”, un humilde carpintero que no tiene nada más que a su familia y el amor que siente por ellos. Nosotros los pobres muestra lo difícil que es ser pobre en todos los sentidos, ya sea por el rechazo que se sufre por parte del resto de la sociedad y por los evidentes problemas que conlleva no tener dinero suficiente para comprar aquellas cosas necesarias para tener una vida digna.
Tiburón (Dir. Steven Spielberg, 1975)
Encontrar un póster más reconocible que el de esta película dirigida por Steven Spielberg sería una misión imposible. Tiburón tuvo y sigue teniendo un impacto inmensurable dentro del mundo del cine, y tanto su icónico póster como varias de sus escenas han sido referenciadas desde su estreno en una enorme variedad de películas, series, obras de arte y hasta libros. Esta película es tan famosa que incluso su tema musical principal es conocido alrededor del mundo.
Con Tiburón, Spielberg perfeccionó el arte de crear suspenso en los espectadores, y el hecho de que lo lograra casi sin mostrar al “monstruo” de la historia es impresionante, y algo que muchos directores han buscado replicar. Esta película es la prueba de que mientras se tenga el talento necesario para trabajar con lo que se tiene y saber improvisar, no se necesita un presupuesto enorme para crear una obra maestra.
Cantando bajo la lluvia (Dir. Stanley Donen y Gene Kelly, 1951)
Si nunca se ha visto Cantando bajo la lluvia, es fácil descartarla como un musical cursi más. Pero la realidad es que esta película dirigida por Stanley Donen y Gene Kelly (quien también la protagoniza) tiene muy merecido su lugar en esta lista por cómo retrata la transición que Hollywood tuvo que hacer cuando se pasó del cine mudo al cine sonoro.
Gene Kelly, Debbie Reynolds y Donald O’Connor son espectaculares en sus respectivos papeles, y es imposible no disfrutar de las pegajosas canciones que cantan y las complejas rutinas de baile que realizan a lo largo de la película. Sin embargo, además del aspecto musical, Cantando bajo la lluvia también es sumamente graciosa y es prácticamente imposible que tu humor no mejore después de verla.
Titanic (Dir. James Cameron, 1997)
A 22 años de su estreno, Titanic aún comparte el récord de ser la película que ganó más premios Óscar en la historia por haber recibido 11 de las codiciadas estatuillas doradas. Pero por más impresionante que sea este logro, no es la razón por la cual este proyecto del director James Cameron se considera como una de las mejores películas que se han hecho, tanto técnicamente como narrativamente hablando.
Titanic fue un logro monumental en todos los sentidos. Cameron combinó una historia de amor con la historia real de uno de los accidentes marítimos más devastadores que han sucedido, y el resultado fue una obra maestra que capturó el corazón de las audiencias alrededor del mundo. Leonardo DiCaprio y Kate Winslet dan actuaciones inolvidables en esta película, y logran transmitir el amor que existe entre Jack y Rose de una forma tan efectiva que hace que todo lo que ocurre después de que el barco choque contra el iceberg sea aún más trágico.
Mulholland Drive (Dir. David Lynch, 2001)
El director estadounidense David Lynch es conocido por su estilo profundamente surrealista que lo lleva a realizar obras que se sienten más como alucinaciones que como películas. Su filmografía es tan fascinante que vale la pena visitar cada una de sus obras, pero si hay un lugar por donde comenzar ese es Mulholland Drive.
A grandes rasgos, la película trata sobre una actriz que se muda a Hollywood para perseguir su sueño, y que conoce a una misteriosa mujer con amnesia que no recuerda nada sobre su propia identidad. Mientras menos sepas sobre la película antes de verla mejor, ya que intentar resolver el misterio que se desenvuelve en pantalla es parte del encanto. Naomi Watts y Laura Harring son espectaculares en los papeles principales, y sus actuaciones son gran parte de la razón por la cual Mulholland Drive ya es considerada como una de las mejores películas en la historia.
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Déjame estar contigo es una producción mexicana en la que Bruno y Lucía, un par de adolescentes con toda la inexperiencia del mundo y nada de tiempo restante, deciden aventurarse en la mágica experiencia humana que es querer a alguien y dejarse querer por ese alguien.
¿De qué trata Déjame estar contigo?
Bruno es un joven de 18 años que es deportado de Estados Unidos a México sin conocer nada ni a nadie. Lucía es una universitaria de 19 años con una enfermedad incurable. Sus caminos se cruzan cuando Bruno, trabajando en un call-center, llama a Lucía, quien le pide ayuda con una situación urgente.
En esta llamada encontrarán empatía, esperanza y mariposas en el estómago provocadas por alguien a quien todavía no conocen. Cuando lo hacen, tendrán que decidir cómo enfrentar sus sentimientos por el otro.
¿Quiénes están detrás de Déjame estar contigo?
Esta montaña rusa de emociones está escrita por Fernanda Eguiarte (La flor más bella) y dirigida por Isaac Cherem (Leona), quien nos compartió en entrevista para Cine PREMIERE que ella “es una persona muy tierna, entonces siento que ella ve así las relaciones”, además de que la inspiración para tomar este proyecto fue “mi experiencia personal de transición a la adultez, que tengo muy presente, que fue muy importante, que fue muy intensa y que, además, fue mientras me mudaba la Ciudad de México. Entonces era como un poco lo que vive el personaje de Bruno”.
En las sillas de producción tenemos a José Nacif Gobera (La caída), Marco Polo Constandse (Casi el paraíso), Catalina Aguilar Mastretta (Cindy, la regia: la serie) y Mariana Rodríguez Cabarga (Temporada de huracanes) a través de Filmadora; mientras que Fernanda Eguiarte y Ramiro Ruiz (Somos oro) se enmarcan como productores ejecutivos. La cinta está distribuida por Videocine.
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El elenco detrás de Déjame estar contigo
Aksel Gómez hace su debut fílmico en esta cinta, quien también nos contó en entrevista que encontró muchas similitudes con su personaje, a tal punto que sentía que estaba predestinado. Como Bruno, él también ha vivido toda su vida en Estados Unidos, lo que ayuda muy poco en su habla del español, sin embargo, aunque al principio podemos detectar cierto acento que lo delata, para el final su pronunciación tiene una notoria mejoría.
Al respecto, dijo que todo fue cuestión de “práctica, también, hablando con Andrea y con el crew. Y también hice una playlist de canciones de puro español, y las cantaba en la mañana antes de ir al set para que se me aflojara la lengua”. En esta misma conversación, Isaac preguntó cómo se comunicaba con sus papás, a lo que Aksel respondió que utilizaba el inglés, el español y el spanglish: “Como mi papá no es de Estados Unidos, es de México también, con él hablo mucho español; y con mi mamá es mayormente en inglés, pero sí, a veces le hablo en español también”.
A su lado, también protagonizando, se encuentra Andrea Sutton (The Gigantes), uniéndoseles Silvia Navarro (Papá o mamá), Johanna Murillo (La liberación) y Regina Blandón (Firma aquí).
¿Cuándo estrena Déjame estar contigo?
Este coming of age llega a las salas de cine mexicanas a partir del 30 de enero de 2025.
Póster oficial
Trailer oficial de Déjame estar contigo
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Yessica R. Viais Vivo creyendo que no se trata de lo que ves en la pantalla, sino de lo que te hace sentir, y mí me gusta mucho sentir. I’m just a girl… jaja
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Cine y Tv
Óscar 2025: Mejor actriz, predicciones y análisis de nominadas
Como ha sucedido en los últimos años, la fuerza interpretativa de las mujeres ha dejado espectaculares resultados. Hace unos meses, dos leyendas de la industria (Angelina Jolie y Nicole Kidman) parecían inamovibles entre las nominadas al Óscar 2025 como Mejor actriz, pero las últimas semanas han dado un gran giro a la competencia. Contendientes internacionales, películas exitosas y otros premios han hecho que la categoría sea una de las más difíciles para predecir. Y no nos malentiendan, eso se agradece.
Considerando los resultados de la temporada de premios, la narrativa alrededor de esta, e incluso los discursos, a continuación te presentamos nuestra predicción de la actriz que se alzará con la estatuilla más codiciada de la industria cinematográfica.
Revisa aquí la lista completa de nominaciones y nuestro análisis (con predicciones) por categoría.
Demi Moore – La sustancia (Predicción CP)
Tras años de ausencia, Demi Moore demostró que no sólo tiene el talento para protagonizar una cinta arriesgada, sino también las agallas para retarse a sí misma. Si los momentos más “extraños” en La sustancia funcionan (y vaya que hay muchos) es gracias a ella, que además ya tiene en la bolsa el Globo de Oro. Es díficil imaginar a otra actriz que pudiera interpretar a Elisabeth Sparkle con tanta dignidad y precisión.
A favor: Una poderosa narrativa muy similar a la que se ve en la película. Su discurso de agradecimiento en los Globos de Oro hizo que el mundo volteara a verla. Por otro lado, la Academia ama los regresos como este… y a los actores ocultos tras grandes capas de maquillaje.
En contra: El poco amor que los votantes han dado al terror / thriller, o a películas con una temática e imágenes igual de sangrientas. Mikey Madison también representa una gran amenaza.
Mikey Madison – Anora
La historia de una trabajadora sexual que sucumbe ante el amor hizo que esta joven actriz consiguiera el reconocimiento mundial. Los fans de Scream y Había una vez… en Hollywood ya la conocían, pero ahora fue el turno de la industria para ponerla en la cima. Como en el caso anterior, no habría una Anora tan aclamada de no ser por Madison.
A favor: Una película constante en nominaciones para otros premios. Madison ha conseguido todas las nominaciones de los premios precursores y carga, totalmente, con el peso de la cinta. Para quienes no la conocían, es toda una revelación.
En contra: El contenido sexual de la cinta podría alejar a algunos votantes. Se trata, también, de una actriz que “apenas” tiene 25 años. Muchos podrían considerar que, con su talento y edad, no batallará en conseguir otra nominaciones y galardones en el futuro.
Cynthia Erivo – Wicked
Después de una larga carrera en el teatro y algunos papeles en la pantalla grande (no todos igual de exitosos), la británica consiguió uno de los personajes más aclamados en 2024: Elphaba. La historia no contada de la bruja verde nos recordó su increíble talento vocal, pero también el rango que tiene para ir de la felicidad al coraje en sólo instantes.
A favor: Una película más que complaciente. La gran mayoría de los que ven Wicked resultan fascinados por su historia y mitología. Por otro lado, la cinta cierra con su interpretación de Defying Gravity, donde entrega todo de sí y crea momentos memorables. Tampoco se ha quedado fuera de las nominaciones más importantes.
En contra: Hay una competencia brutal por parte de Madison y Moore, y si hay una actuación de Wicked que será premiada por la Academia, esa pinta para ser la de Ariana Grande como Glinda. No todo está perdido, pues podría competir el próximo año gracias a Wicked: For Good, y a la canción que coescribió para la película.
Karla Sofía Gascón – Emilia Pérez
Más de una década atrás disfrutamos de su talento en Nosotros los Nobles, e incluso hace un par de años participó en un programa de cocina mexicano. Hoy, Karla Sofía Gascón llega a la contienda con un premio de Cannes y múltiples marcas en otras ceremonias, pero sobre todo, con una seguridad impresionante. Hay muchas cosas cuestionables en la película donde participa, pero si alguien cumple con lo que se le pide, es ella.
A favor: Una película adorada por la crítica internacional. Si los votantes extranjeros apoyan una actuación, muy probablemente sea esta. Al ser la primera actriz trans nominada a un Óscar, también arrastra consigo una importante narrativa. Su triunfo, por muchas razones, sería un momento histórico.
En contra: Las dudas sobre su rol en la película. Esta lleva el nombre de su personaje como título, pero muchos la consideran una interpretación secundaria y ven a Zoe Saldaña como la verdadera protagonista y es ella quien ha recibido más elogios.
Fernanda Torres – I’m Still Here
Creció en un entorno marcado por el arte. Su madre, Fernanda Montenegro, es considerada una de las actrices brasileñas más importantes de la historia, y ahora es su turno para continuar con el legado. Las buenas críticas a su trabajo y el apoyo de fans y críticos internacionales parecen coincidir en una cosa: “lo que bien se aprende, nunca se olvida”. Es considerada una gran figura en el arte contemporáneo brasileño.
A favor: Una sorpresiva victoria en los Globos de Oro, donde venció a actrices con mayor renombre. Su película, desde entonces, ha debutado con éxito en otros países y ha generado más conversación a su alrededor. Es una carrera muy abierta, y si los votantes internacionales deciden apoyarla, podría repetir la sorpresa. Además, que su película contienda al premio máximo no se debe ignorar.
En contra: Prácticamente todos los premios precursores han ignorado su trabajo. No estuvo presente en los Critics Choice Awards, SAG o BAFTA, y por ello, se puede considerar que la nominación es su verdadero triunfo.
Juan José Cruz. Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.
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Cine y Tv
en este documental, un hipopótamo narra la crisis ambiental provocada por Pablo Escobar
Desde mediados de la década de los 80, Colombia enfrenta una peculiar crisis ambiental. Resulta que, un día, al conocido narcotraficante Pablo Escobar se le ocurrió que, en su zoológico privado, ubicado dentro de la finca apodada como Casa Nápoles, faltaban ejemplares de una especie: hipopótamos. Así, mandó traer a su tierra, primero desde África y después desde Estados Unidos, a cuatro de estos animales. Lo que él no imaginaba era que dos de ellos escaparían de la finca y se reproducirían, iniciando una sobrepoblación incontrolable.
Hoy ya son más de 170 hipopótamos los que rondan por el territorio colombiano, y la realidad es que su estancia en la región preocupa no sólo por el bienestar de los pobladores de las áreas cercanas al río Magdalena, donde los animales prefieren estar, sino porque no se tienen los recursos necesarios para que vivan ahí. Ante las llamadas a la acción, las autoridades no escuchan. Y los migrantes de cuatro patas y grandes mandíbulas siguen ahí. Ese es su nuevo hogar, aunque no lo hayan elegido.
Si bien la situación no se ha atendido de la debida forma, en 2007 sucedió algo que puso la problemática bajo el foco público, pues un grupo de cazadores asesinó a uno de estos hipopótamos traficados para satisfacer una personalidad estrafalaria. La prensa se encargó de darle un nombre al animal: Pepe.
El cineasta dominicano Nelson Carlo de los Santos Arias se enteró de esta historia y se puso manos a la obra para trasladarla a la pantalla. El resultado es en partes iguales una sátira del capitalismo y de los absurdos de las excentricidades, además de un ejercicio de estilo que derriba las barreras entre el documental y la ficción. Todo mientras el tenaz Pepe nos narra su travesía mediante voz en off.
En entrevista, el director del documental Pepe nos cuenta cuáles fueron las decisiones que informaron su cinta.
El documental tiene esta escena en la que vemos un letrero de la Casa Nápoles que, de manera muy irónica, dice: “Por favor, no alimentar a los animales. Protejamos a los animales”. Pero creo que, si algo no estaba haciendo Pablo Escobar, al mandar traer estos animales (para su finca), por su excentricidad, es protegerlos. ¿Siempre fue tu intención manejar este tono irónico para retratar otro aspecto del ambientalismo?
Sí, entiendo la pregunta. Yo creo que, como latinoamericanos, nuestras realidades están llenas de ironías y de absurdos. Entonces, creo que mi trabajo, a veces, como realizador, a lo mejor se puede simplificar en decir: hay que ver una situación, una historia, un personaje, digamos, [y preguntarnos] qué emociones o qué figuras literarias o poéticas se construyen desde allí.
Yo creo que hay algo absurdo directamente en el origen de esta historia, porque Pablo Escobar yo creo que sería el primero que marca esa cultura de la excentricidad en los narcotraficantes, que de alguna u otra forma es otra cara del capitalismo puro y duro, y que también ejerce el Estado o sus élites políticas. Creo que el contrabando es el [lado] negativo del poder político económico de nuestros países desde la colonia. Entonces, esas historias de dominaciones son absurdas porque acaparan las vidas de las personas de una forma arbitraria, esa forma arbitraria de dominación.
A veces, nosotros los latinoamericanos hemos aprendido a reírnos sobre eso, pero nuestros ancestros africanos en el Caribe nos enseñaron a reírnos cuando realmente llorábamos. Al cambiar el llanto por la risa, [todo] se complejizaba. Entonces, para mí, por eso el humor es tan importante, porque es una forma de resistencia, de asumir el absurdo de las dominaciones.
Tengo entendido que una parte de la idea para esta película vino cuando tú en 2007 supiste, a través del trabajo de Camilo Restrepo (afamado artista visual colombiano), de un animal que asesinaron en el río Magdalena. Desde que te enteraste de este incidente, ¿qué tanto cambió tu idea para llegar a lo que vemos en pantalla? Y, por otra parte, ¿qué tanto acercamiento tuviste con Camilo para trabajar en esta película?
En realidad, Camilo no trabaja en la película, sino que cuando yo terminé una película que se llama Cocote (2017), terminé muy cansado. Yo siempre quise ir a Colombia. Tenía algunos amigos ahí y en distintas ciudades, y como no tenía el dinero para andar en hoteles y cosas así, me quedaba donde los amigos. Entonces me quedé en la casa de Camilo cuando conocí Medellín. Él tenía una escultura [de Pepe] en su sala y me contó la historia como salió en los periódicos, [o en internet]. Bastaba simplemente buscarlo y salían distintas cuestiones.
Pero cuando él me lo cuenta, tiene un error. Tiene un error biológico en su relato, porque él me dice que cuando un hipopótamo se pelea con el dominador –o sea, con el alfa– y pierde, él debe irse de la manada para encontrar otra. Lo exilian. Y lo que le pasó a este hipopótamo es que se fue exiliado en busca de otra manada sin saber que no existe, porque él no está en el continente africano, está en el continente americano. Pero cuando yo comienzo a investigar, me doy cuenta de que [lo que dijo Camilo] no es verdad, que en realidad los hipopótamos machos, cuando pierden la pelea, se van con una hembra y así es que ellos se expanden en el territorio. Entonces, así se van multiplicando. Eso es una idea completamente diferente. Es el crecimiento de una población desplazada que llega a través de un secuestro, ¿no? Como pasó con migrantes africanos o árabes, con plantas, vacas, burros o caballos.
Ese error biológico fue lo que me despertó. (…) Empecé a pensar en todas esas personas que han muerto en este continente sin saber realmente dónde estaban, por todas estas migraciones y la construcción de este mundo occidental que tenemos, que tiene su base en la colonización del continente americano. Luego ellos se van a expandir al mundo, pero digamos que hay una conquista de la América que va a marcar la pauta de dominación que hoy conocemos.
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¿Qué te atrae de la docuficción para contar este tipo de historias? ¿Por qué decidiste que tenía que ser una docuficción?
Comencé a estudiar cine formalmente cuando tenía 20 años, aunque ya a los 17 o 18 hacía cortos. Me gané una beca y me fui a estudiar a Buenos Aires porque en Dominicana no había escuela de cine. Para nuestra generación, la docuficción era lo peor que se podía decir porque la docuficción era un modelo mainstream de la televisión norteamericana. Me he dado cuenta de que no participo tanto del mundo del cine. Más bien, cuando hago una película, salgo a los festivales y veo lo que está pasando y todo eso. Pero en mi vida normal, aunque veo un montón de películas, estoy en otro mundo, casi no tengo amigos en el cine, para que tú entiendas.
Entonces, ahora que volví a salir al mundo con esta película, me encontré con que la palabra “docuficción” se había normalizado. Para mí, era un insulto decir que una película era una docuficción porque implicaba una cosa horrible de la televisión norteamericana de los 90 o principios de los 2000. Yo diría que, más que una docuficción –que, por Dios, no quisiera hacer nunca–, lo que realmente estoy haciendo es una ficción. Ante todo, mi película se constituye como una ficción, porque una definición rápida de ficción, digamos, es todo aquello que construye un verosímil en sí mismo, ¿verdad?
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Hay una discusión muy vieja de Godard en la cual todo es ficción y todo es documental al mismo tiempo. Y en todo caso, cuando uno filma algo, la imagen en sí misma guarda esa particularidad. (…) Te voy a poner un ejemplo: una imagen siempre es ficción y siempre es documental porque, cuando estamos filmando a un actor, estamos filmando al personaje de la película, pero también estamos filmando al actor que hace de ese personaje. Otro ejemplo es cómo se da el problema del tiempo en el cine. En el cine se da al mismo tiempo un tiempo que es directo, que es el tiempo de la toma, y también un tiempo que es construido en el montaje. El cine en sí mismo, o la imagen del cine o ese lenguaje al que nosotros llamamos cine, ya es un lenguaje que es un mutante que lleva en sí mismo dualidades, en vez de ser dicotómico. La docuficción lo vuelve dicotómico cuando en realidad hay una dualidad en la imagen en la que uno puede abrazar ese documento que se está pensando y, al mismo tiempo, se está creando una fábula, como en el caso de Pepe.
Otra de las conversaciones que creo que se pueden abrir con tu película es con respecto a las palabras y los idiomas. Me gusta mucho cómo Pepe comienza su viaje hablando en otro idioma, pero cuando ya está en Colombia, en otros pasajes de su vida, nos habla en español. ¿Cómo fue para ti difuminar esas líneas en el idioma?
Mira, yo vengo de un territorio muy oral, ¿no? Del Caribe. Tal vez ya no lo tengo tan marcado porque tengo la mitad de mi vida viviendo fuera, y la verdad es que cuando uno vive fuera, sobre todo en otros países hispanohablantes, uno se adapta una forma en la que nos podemos comunicar. Pero digo, el castellano dominicano es un castellano bastante lejos de la regla. Es algo que, por ejemplo, tú y yo podemos ir a un barrio y, a pesar de que yo te estoy hablando así, yo entiendo perfectamente todo lo que está pasando y tú no vas a entender absolutamente nada.
Entonces, la oralidad en el Caribe es maravillosa, porque la oralidad del Caribe es casi un créole. Es un créole y la invención del humor en el Caribe es la destrucción del lenguaje como nosotros lo conocemos. Es todo lo contrario a Colombia y México, que tienen un castellano bastante cercano a la regla. En el Caribe se destruyen las lenguas coloniales. Por ejemplo, en el Caribe francés directamente hay un créole.
Para mí, la oralidad con la cual yo trabajo es mi inspiración para pensar en el montaje. Cuando pienso en el montaje o en la idea de hacer significación en el montaje, no pienso en reglas narrativas. La oralidad caribeña, loca, disruptora, fuera de las reglas, es más inspiradora para mí que el arco del héroe.
Eso lo tomo de un gran pensador caribeño, para quien la oralidad no se contenta simplemente con describir los paisajes, sino que los construye al mismo tiempo. Por eso quise que Pepe abordara todos esos lenguajes que intervienen en ese hecho histórico. Entonces, él comienza hablando en Bukushu, que es el lenguaje predominante del río Cabango. Luego habla afrikáans. Afrikáans es una creolización del holandés con palabras bantúes. Se le habla afrikáans porque es el idioma que en ese territorio que hoy conocemos como Namibia fue el idioma del opresor y el que realmente colonizó a la mayoría de las tribus ahí. Y evidentemente, habla español o castellano porque llega a una América hispana.
Para mí, Pepe tenía que tener esa esquizofrenia que tiene el ser que, como todos nosotros, somos producto de un proceso de colonización.
Pepe ya está disponible en MUBI.
José Roberto Landaverde Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los “Philly Steps” y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.
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