Recientemente falleció Paul Alexander, mejor conocido como el hombre con el pulmón de acero. Y es que se trata de un hombre que vivió por más de 70 años dentro de una cápsula de metal que le permitía respirar.

Pero ¿cómo funcionaba ese pulmón de acero? ¿por qué estaba dentro de esa cápsula?

El hombre dentro del pulmón de acero

Paul Richard Alexander nació en enero de 1946 en Dallas, Texas en Estados Unidos. A los 6 años contrajo poliomielitis y quedó completamente paralizado con excepción de la cabeza, el cuello y la boca.

Todo esto fue parte de un brote de poliomielitis de la década de 1950 que infectó a cientos de niños. La mayoría fueron llevados al Hospital Memorial Parkland donde fueron tratados en una sala de pulmones de acero, por una hora cada día. 

Afortunadamente un médico se dio cuenta de que Alexander no podría respirar por lo que tuvieron que meterlo a un pulmón de acero para que viviera. Y así fue por 78 años.

Y es que en Estados Unidos fue hasta 1955 cuando se determinó que la vacuna inyectable de Jonas Salk contra la polio era segura y se inició una campaña nacional de inmunización.

Si bien los pulmones de acero eran grandes, incómodos y muy caros, salvaron la vida de miles de víctimas de la polio. Esto fue lo último en tecnología de soporte vital en la primera mitad del siglo XX. 

Si bien con el paso del tiempo se desarrollaron varios modelos de pulmones de acero, todos funcionaban más o menos igual.

El respirador funcionaba empujando aire hacia los pulmones mediante un método de respiración artificial llamado ventilación con presión negativa externa. 

Los fuelles del aparato succionan el aire de la caja en la que está encerrado el paciente y a medida que cae la presión del aire, los pulmones del paciente se expanden automáticamente, aspirando aire hacia el diafragma.

Cuando los fuelles permiten que el aire vuelva a entrar a la caja, entonces la presión del aire aumenta y los pulmones se desinflan pasivamente, expulsando el aire. 

Algunos pacientes podían respirar voluntariamente estando fuera del pulmón de acero, después de aprender a hacerlo, pero por muy pocos minutos. El resto del tiempo tenían que estar adentro sin poder hacer nada más.

La mayoría de pacientes solo usaban el pulmón de acero durante pocas semanas o meses dependiendo de la gravedad del ataque de polio pero aquellos que quedaron con los músculos del pecho paralizados permanentemente se enfrentan a toda una vida ahí.

En la actualidad ¿se sigue usando el pulmón de acero?

En realidad no, es una técnica que quedó obsoleta hace mucho tiempo. Cuando se desarrolló una vacuna eficaz contra la polio los pacientes infectados disminuyeron y con ellos los pulmones de acero. 

Poco a poco los pacientes que dependían de ellos para respirar reemplazaron los pulmones de acero por ventiladores modernos. 

Ahora el paciente ya no necesita estar encerrado en una caja que parece ataúd, sino que utilizan ventiladores en unidades de cuidados intensivos. Estos permiten un acceso total al paciente además de lo que lo monitorear, registran la respiración y otros signos vitales. 

Las máquinas modernas son compactas, se ponen al lado de la cama y mediante la intubación de las vías respiratorias se empuja el aire directamente a los pulmones. 

Paul Alexander era abogado

Fue en 1984 cuando Paul Alexander se convirtió en abogado en la Universidad de Texas de Austin. Antes de prestar juramento como abogado, en 1986, consiguió trabajo como profesor en una escuela de comercio de Austin. 

El activista Christopher Ulmer, quien entrevistó a Paul en 2022, organizó una campaña en Go Found Me para recaudar dinero y ayudar con los cuidados a su hermano, Philip. Por este medio fue que anunciaron su fallecimiento.

“Estoy muy agradecido a todos los que donaron para la recaudación de fondos de mi hermano. Le permitió vivir sus últimos años sin estrés. También pagará su funeral durante este momento difícil. Es absolutamente increíble leer todos los comentarios y saber que tantas personas se inspiraron en Paul. Estoy muy agradecido”, dijo el hermano de Paul Alexander.

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