Lamar Jackson es uno de esos jugadores diferentes. Llegó a la NFL en el 2018 tras ser el pick 32, pero desde sus primeros partidos hizo que varios nos preguntáramos: ¿cómo no lo eligieron antes?

Su movilidad con el balón, su velocidad y su inteligencia para lanzar bajo presión y corriendo, son cualidades que pocos tienen. Además, es uno de esos jugadores cuya motivación va mucho más allá de lo meramente deportivo. Su familia ha sido clave en su éxito, así como las creencias religiosas que heredó de ella.

La historia de por qué Lamar Jackson juega con el número 8

Seguro has visto muchas veces a Lamar Jackson en el emparrillado y notaste que juega con el número 8. Pero esto no es porque “era el único que quedaba”. Tiene un significado muy especial.

En la biblia, el número 8 significa “un nuevo comienzo”. Esto porque según su religión, Dios creó el mundo en siete días; entonces, el octavo día es más que el inicio de una nueva semana: representa el inicio de un nuevo ciclo, de una nueva vida… de un nuevo comienzo.

Fue Felicia Jones, su madre, quien le aconsejó usar ese número precisamente por ese significado. Así, el número 8 pasó a ser algo positivo para Lamar, pues recordemos que su padre y su abuelo murieron el mismo día, justo cuando él tenía 8 años.

El impacto que tuvo Felicia Jones, madre de Lamar Jackson, en su carrera

La madre de Lamar Jackson fue la persona más importante para su vida y carrera. Fue quien evitó que se derrumbara aquel trágico día en que perdió a su padre y abuelo. Lo motivó y lo impulsó a entrenar desde esa edad. Corría todos los días con él en un puente cercano a su casa en su natal Pompano Beach, para luego regresar a entrenar futbol americano.

Además, cuando por tema de calificaciones lo suspendieron del futbol americano en la Boynton Beach High School, lo obligó a seguir entrenando como si tuviera que jugar al siguiente día en la escuela para no bajar su nivel, según contó él mismo en una entrevista para The Players Tribune.

Al recibir el trofeo Heisman en el 2016, Lamar Jackson dedicó su agradecimiento precisamente a Felicia Jones, su madre: “Todos mis logros se los debo a ella”.

Por si fuera poco, ella fue una parte importante para los contratos que ha firmado Lamar con los Ravens. Desde que fue elegido en el Draft, el número 8 evitó contratar un agente y negoció su contrato con apoyo de su madre. Ella también fue importante al firmar su nuevo contrato por 260 millones de dólares hasta 2028, justo antes de la temporada 2023 cuando ya se hablaba de que dejaría al equipo.

Pero Lamar Jackson podría cambiarse el número y usar el “1” en lugar del “8”

Maravillosa historia, sin duda, aunque tras el Super Bowl LVIII ésta podría terminar. Lamar Jackson ha dejado legado con ese número 8, al grado de que la Universidad de Louisville retiró ese dorsal en honor a su joven QB.

Pero en caso de ganar el Super Bowl LVIII con los Ravens, Lamar Jackson cambiará ese dorsal para usar en adelante el número 1. Y no, no es que olvide esa bonita historia con su madre sólo por ser campeón de la NFL, sería para también honrar a su padre, quien siempre le aconsejó usar el número 1 porque significaría ser el mejor.

Lamar Jackson esperará hasta levantar el Vince Lombardi para honrar a su padre portando el número 1, es decir, cuando sea el mejor de la NFL.

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