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Ay #$#%$…Decir groserías tiene más beneficios de lo que crees

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Ay #$#%$...Decir groserías tiene más beneficios de lo que crees

Seguramente te ha pasado que vas caminando por tu casa, sin zapatos y de pronto te pegas en la pata de la cama en el dedo chiquito del pie. Además de la correspondiente lágrima se te sale todo el repertorio de groserías que has aprendido en la vida.

Pero ¿sabías que decir groserías incluso puede ayudarte a lidiar con el dolor? Acá te contamos de algunos beneficios que tiene soltar la lengua de vez en cuando.

Ay #$#%$...Decir groserías tiene más beneficios de lo que crees
Foto: Gaceta UNAM

Las groserías y el dolor: Ay jijo

Por allá de 2009 investigadores de la Universidad de Keele, en Reino Unido, publicaron un estudio sobre cómo decir malas palabras o groserías es una respuesta efectiva al dolor. 

Este experimento analizó si decir groserías afecta la tolerancia al dolor por presión fría (meter la mano en agua helada), la percepción del dolor y la frecuencia cardiaca. 

Hubo dos grupos: a unos les pidieron que repitieran una grosería y a otros una palabra neutral… ¿qué encontraron?

Resulta que decir groserías en efecto aumentó la dolencia al dolor, aumentó la frecuencia cardiaca y disminuyó el dolor percibido en comparación cono no decirlas. 

Pero no funciona para todas las personas. Por ejemplo, decir malas palabras no aumentó la tolerancia al dolor en hombres con tendencia a pensar en la catástrofe. 

dolor-cuerpo-groserias
Foto: AARP

Pero ¿cómo funciona? Bueno, el efecto de alivio del dolor se puede explicar porque decir groserías induce en cierta medida la respuesta de lucha o escape en el cuerpo humano, como cuando estás en una situación de peligro. Además, anula el vínculo entre el miedo al dolor y la percepción del dolor. 

Digamos, pues, que decir una grosería te lleva a una analgesia inducida por estrés, es decir, ser más tolerante el dolor por adrenalina y el aumento de la presión cardiaca.

Solo para que nos demos una idea: quienes dijeron una grosería pudieron mantener la mano sumergida en agua helada por casi 50% más que los que dijeron una palabra neutral. 

Decir groserías y la honestidad

Con sus excepciones, claro. Investigadores del Departamento de Psicología Social de la Universidad de Maastricht, en Países Bajos, publicaron una investigación que apunta a que decir groserías se socia con menos mentiras y engaños a nivel individual en una persona, así como una mayor integridad a nivel social. 

El estudio mostró que los participantes con un mayor uso de groserías eran más honestos. Además, que las groserías se asociaron también con patrones de lenguaje más honestos, al menos en las actualizaciones de estado de Facebook.

Es más, un profesor de Ciencias Cognitivas de la Universidad de California, en San Diego, Estados Unidos, afirma que en situaciones sociales las groserías sirven como un método de conexión. 

Foto: Grupo P&A

Si quieres, entonces, que la gente piense que estás diciendo la verdad, entonces tal vez las groserías pueden ayudarte un poco con eso. Viene de la idea que quienes mienten, tienen que activar mucho su cerebro para pensar qué van a decir y cómo para que les crean.

Pero quienes sueltan la verdad no piensan mucho y lo dejan salir como va, en ocasiones con groserías, una expresión real de sus emociones.

Un buen manejo del lenguaje

Como las groserías son “malas palabras” y palabras tabú, mucho se ha dicho que quien dice groserías evidencia un lenguaje pobre, pero en realidad no tanto.

Va otro estudio lanzado en 2015. En el Departamento de Psicología del Marist College, en Estados Unidos, encontró que decir groserías se relaciona con una mayor fluidez verbal. 

Les pidieron a los participantes que en un minuto dijeran la mayor cantidad de palabras que se les ocurrieran con F, A y S. Luego, les pidieron decir groserías que comenzaran con esas letras. 

¿Y qué creen? Quienes encontraron más palabras comunes con esas letras, también lograron más groserías. 

Si la inteligencia se relaciona con el lenguaje, entonces las personas que son buenas para el lenguaje son también buenas para decir groserías. 

¿Decir groserías tiene un efecto de catarsis?

Mucho se ha pensado también que decir groserías en un contexto específico podría tener un efecto catártico para dejar salir una emoción. En ciertas condiciones sí, pero aguas.

Gerardo Sánchez Dinorín, docente de la Facultad de Psicología de la UNAM, afirma que decir groserías podría tener el resultado contrario al desahogo y alimentar la energía o el impulso del ser humano de luchar. El mismo que nos ayuda a ser más tolerantes al dolor, por ejemplo.

Hablemos de la amígdala. Esta estructura que parece almendra en el cerebro incrementa su actividad metabólica cuando una persona observa un rostro enojado o escucha una grosería

Foto: RPP

Y no solo eso, se desencadena una mayor respuesta del sistema nervioso simpático, la que se prepara fisiológicamente para pelea o huir de una amenaza: se acelera el corazón, nos tensa los músculos, sudan las manos, etc. 

Entonces, uno podría decir que si estamos en peligro decir groserías nos podría ayudar a escapar y puede ser. La cosa es que este rush de cambios fisiológicos también podría hacerte más difícil resolver una confrontación de manera calmada.

Y es más: si nos enganchamos con ciertas groserías dirigidas hacia nosotros mismos o alguien más, el enredo verbal puede potenciar respuestas emocionales como la ira. A largo plazo eso representa más problemas. Todo con medida….

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Vhagar, Meleys y Sunfyre: La historia de los dragones del cuarto episodio de ‘House of the Dragon’

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Vhagar, Meleys y Sunfyre: La historia de los dragones del cuarto episodio de 'House of the Dragon'

Estamos en el cuarto episodio de la segunda temporada de House of the Dragon. Y nos atrevemos a decir que hasta ahora, ha sido el capítulo más emocionante de todos porque por fin la “Danza de los dragones” se hizo realidad.

Antes de que piensen que les vamos a dar spoilers, aquí sólo van a encontrar un peso de contexto sobre los dragones que aparecen en este episodio. Les platicaremos la historia de Meleys, la dragona de Rhaenys; Vhagar, el enorme dragón de Aemond; y Sunfyre, el hermoso dragón de Aegon.

Y como dato extra, también les platicaremos de Dreamfyre, el dragón de Helaena. Este dragón nunca ha salido en la serie, pero su historia es una de las más interesantes desde los primeros años tras la conquista de Aegon. Así que pongan atención porque se puede poner enredado.

Pensando en los nombres repetidos de la familia Targaryen en 'House of the Dragon'
Pensando en los nombres repetidos de la familia Targaryen en ‘House of the Dragon’ / Foto: El internet de las cosas

Sunfyre, el dragón de Aegon III

Cuando Aegon tenía 13 años, “conectó” con su dragón, el cual lleva el nombre de Sunfyre. De acuerdo al libro Fire & Blood, Sunfyre era el dragón más hermoso que jamás se hubiera visto, pues tenía las escamas doradas y sus alas eran rosadas.

Ahora bien. En la época de los Targaryen que vemos en House of the Dragon, coexisten dragones viejos y dragones jóvenes. Uno de los más viejos es Vhagar, el cual pertenece a Aemond, pero tuvo más jinetes desde la conquista (ahorita vamos a eso).

El rey Aegon II Targaryen en 'House of the Dragon'
El rey Aegon II Targaryen en ‘House of the Dragon’ / Foto: Max

Sunfyre, en el caso contrario, era de los dragones más jóvenes, y su primer jinete fue el mismo Aegon. Después de los episodios vistos en este cuarto capítulo de la serie (aguas porque pueden ser spoilers), el destino de Sunfyre es incierto.

Sunfyre, de ser el dragón más hermoso, pasa a estar gravemente herido, con un ala rota, sin un ojo y un montón de heridas en su cuerpo que tardan en sanar. Tan mal estaba, que incluso lo mandan a matar, pero el dragón dio batalla y sobrevive.

Meleys, la dragona de Rhaenys

En la primera temporada de House of the Dragon, Meleys y Rhaenys protagonizaron una de las escenas más emocionantes. Al cierre, la princesa y su dragona se aparecen en la coronación de Aegon como rey de Westeros (muy al estilo de Shrek, pues).

Sabemos perfectamente que Rhaenys pudo decir “dracarys“, matar a Aegon, Alicent, Otto y toda la familia usurpadora, y evitar que la guerra diera inicio. Pero también entendemos el punto de Rhaenys al decir que no le correspondía dar ese primer paso.

Te decimos quién es quién en 'House of the Dragon'
Eve Best como Rhaenys Targaryen. Foto: HBO.

Conocida como la “Reina Roja”, Meleys le perteneció, primero, a la princesa Alyssa Targaryen. ¿Y quién era ella? Alyssa era hija de Jaehaerys I, el rey conciliador, y madre de Viserys y Daemon. En ese caso, Alyssa estaba casada con Baelon o el príncipe de la primavera (no olviden su nombre porque vuelve a aparecer).

Después, Rhaenys logra montarla y convertirse en una de las figuras más temidas en todo Westeros y entre los dragones de los Targaryen.

Vhagar, el dragón de Aemond

Baelon, el llamado rey de la primavera, esposo de Alyssa y padre de Viserys I y Daemon, fue el jinete de Vhagar, uno de los dragones que participaron en la conquista de los Targaryen en Westeros (Vhagar tenía unos 52 años durante la conquista).

*Sólo como dato curioso, Baelon y su hermano Aemon se querían mucho y tomaron la decisión de que ambos compartirían el trono. Uno sería rey y el otro la Mano. Y aunque las cosas no salieron como lo planeado, han de saber que Aemon es el papá de Rhaenys, y fue el primer jinete de Caraxes, el extraño dragón de Daemon en House of the Dragon.

Volviendo a Vhagar… como les contamos, este dragón formó parte de la conquista de Aegon junto a sus hermanas y esposas. Una de ellas era Rhaenys junto a su dragón Meraxes. También estaba Visenya, una reina guerrera, y su dragón (adivinen) Vhagar.

El príncipe Aemond Targaryen
El príncipe Aemond Targaryen / Foto: Max

Después de Visenya, Baelon toma a Vhagar. Y después pasa a Laena Velaryon, la hija mayor de Lord Corlys y la princesa Rhaenys. Como recordamos, ella se casa con Daemon, con quien tiene dos hijas gemelas, Rhaena y Baela.

La muerte de Laena no es igual en los libros y la serie. En la serie, la princesa le pide a Vhagar, su dragón, que la mate. Pero en los libros no es así. Laena tuvo complicaciones durante un parto, y tras días enferma, decide que quiere volar a Vhagar por última vez. En camino hacia el dragón, colapsa y muere.

Tras la muerte de Laena, Vhagar se queda sin jinete, lo cual coincide con la falta de un dragón para el príncipe Aemond. Tras las burlas de sus hermanos y sobrinos (los hijos de Rhaenyra), Aemond se arma de valor y monta a Vhagar.

Sin embargo, Aemond nunca logra controlar por completo a Vhagar, pues es un dragón enorme y viejo. Parte de las consecuencias de esto es la muerte de Lucerys Velaryon: Vhagar destroza a Luke y su joven dragón Arrax de una mordida. Como alguna vez dijo Viserys, controlar a un dragón es una “ilusión”.

Dreamfyre, la dragona de Helaena

Visenya, la jinete de Vhagar en la conquista, tuvo un hijo llamado Maegor, quien al convertirse en rey recibió el nombre de “Maegor el Cruel”. Era hijo de Aegon el conquistador, pero no su primogénito. Sin embargo, su madre siempre quiso que él fuera el sucesor.

El segundo rey Targaryen en Westeros fue Aenys (hijo de Rhaenys), al cual describían como una persona amable y culta. Contrario a los deseos de Visenya, Aenys se convierte en rey y tiene dos hijos: Aegon y Rhaena. Aegon heredaría el trono, y lo quería hacer tomando como esposa a su hermana.

El rey Aenys acepta, pero el pueblo se niega bajo la manipulación de la Fe de los Siete. Entonces, Aenys se arma un plan y le dice a sus hijos/esposos que viajen por todo Westeros para demostrar que no pasa nada si son hermanos y están casados (Cersei y Jaime necesitaban un representante como Aenys, sin duda).

A estas alturas, Aegon no tenía dragón, pero Rhaena sí, Dreamfyre. Mientras el heredero está de viaje, el rey Aenys enferma y muere. ¿Qué debía suceder? Aegon tomaría el trono para convertirse en rey… pero aparece Maegor con su dragón Balerion (el mismo dragón de Aegon el conquistador), y toma el reino con ayuda de su madre Visenya.

Aegon lucha para tomar lo que le pertenece, pero Maegor lo mata. Es así como se convierte en el rey de los Siete Reinos, mata a los líderes de la Fe de los Siete, y toma a muchas mujeres como esposas. Entre ellas están las Black Brides (les decían así porque eran viudas a partir de que sus esposos habían muerto en manos de Maegor).

¿Y adivinen quién estaba entre las Black Brides? La princesa Rhaena, viuda de Aegon y sobrina del mismo Maegor. Pero esa no es la parte más interesante del chisme. Rhaena siempre estuvo enamorada de una mujer de la corte: Elissa Farman. Y así como llevaba a su hermano Aegon sobre Dreamfyre, también lo hizo con Elissa (como cuando te dedican la misma canción).

El chisme real dice que tras la muerte de Maegor, Rhaena se casó con Androw Farman, hermano de Elissa. Pero sólo lo hizo para estar cerca de ella… pero esa es otra historia.

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