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Pedro Pascal: Éste es su camino

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En un mundo pre-COVID, tuvimos la oportunidad de sentarnos en una mesa redonda con Pedro Pascal. Esto sucedió hace casi un año. La primera temporada de The Mandalorian acababa de terminar en Disney+ y Warner comenzaba con la promoción de Wonder Woman 1984, que estaba programada para el 5 de junio. Después de ver algunas escenas de la película, nos sentamos con otros cinco periodistas en una habitación de hotel, esperando la llegada del actor chilenoestadounidense.

Pedro Pascal entró a la habitación sin hacer mucho alarde, caminando casi sigilosamente. Las estrellas en este tipo de eventos suelen estar vestidas con una sofisticación digna de una premiación; Pedro, por otro lado, detentaba una apariencia más casual, aunque no descuidada: una chamarra de mezclilla y chinos. Se sentó sin hacer ruido, enfrente de la mesa llena de celulares grabando. Para romper el hielo, los tomó uno por uno y se los acercó. Dijo en una voz baja: “Denme todas las grabadoras”, con el mismo tono guasón y hambriento de poder de Max Lord, el villano que interpreta en la secuela de Diana Prince. Después remató con sinceridad “creo que ya arruiné una, lo siento”, mientras las regresaba a su lugar.

Pascal dejó claro que estaba mucho más abierto que sus colegas a reflexionar sobre su vida y carrera en tan corta entrevista. Una simple pregunta sobre su relación con la época de WW84 provocó una reflexión sobre su niñez. “Los 80 me forjaron. Nací en el 75, así que fui un niño y adolescente en los 80. Probablemente mi generación está arruinada y traumatizada por eso, porque tenemos un concepto erróneo de lo que es la realidad.

Todo se trataba del consumo de la cultura popular. Mi hermana y yo nacimos en Chile y crecimos en Estados Unidos. Teníamos cable a los siete años, mi papá nos llevaba al cine tres veces por semana, íbamos a conciertos de rock; eso era lo nuestros padres querían hacer, porque eran muy jóvenes. Siempre le digo a la gente que fui criado por Spielberg y HBO. Todo lo que aprendí y me inspiró vino de ahí”.

Surgió la pregunta inevitable: ¿Es cierto que Hollywood está abierto a talentos latinos? “No, no puedo encontrar trabajo”, respondió con una sonrisa burlona. Desde su papel como Oberyn Martell en Game of Thrones, Pedro ha participado en proyectos como The Mentalist, The Great Wall, Narcos, Kingsman: The Golden Circle y Triple Frontier. No lo sabía en ese momento, pero el actor estaba por cerrar el año con su cara en todos lados, debido a que el retraso de WW84 la haría coincidir con el final de The Mandalorian y el lanzamiento de We Can Be Heroes. “Creo que Hollywood está abierto a lo que sea que funcione. Definitivamente la representación de culturas y personas latinoamericanas es muy importante, porque hay tantos de nosotros.

Lo que se debe aprender es la multidimensión cultural que es Latinoamérica. México no podría ser más diferente que Chile, Cuba o Puerto Rico, pero aun así hay un hilo común y solidaridad que siento con toda Latinoamérica. Realmente no hay límite a lo mucho que se puede representar eso. Lo veo sucediendo, pero falta mucho”.

De víbora a mercenario espacial

De la carrera en cine y TV de Pedro Pascal llama la atención lo diferentes que son varios de sus papeles. Incluso a veces es difícil imaginar a Oberyn Martell debajo del casco de Mando. Cada que se lo quita nos sorprendemos todavía más, pues nos damos cuenta que efectivamente esa voz calmada es la misma que la de la imprevisible Víbora Roja de Dorne. ¿Pero en qué tipo de papel se siente más cómodo? “Esa es una buena pregunta. No lo sé, en realidad. Ambos son desafiantes de distintas formas. Yo tengo una personalidad grande cuando estoy con mis amigos y gente cercana, así que diría que compartir esa parte mía con un personaje, esa parte que está expuesta, es más aterrador, pero también más emocionante. Y luego hay mucho que va detrás de un personaje más serio como Javier Peña en Narcos, en donde aprender a internalizar es un desafío diferente”.

Sin importar de qué papel que se trate, Pascal sabe valorarlo, pues trabajó mucho para llegar hasta donde está. Su camino “Fue indescriptiblemente difícil. Tengo mucha suerte, pero sí… fui mesero como por… ¿10 años?”, responde tomándose su tiempo para hacer el cálculo. Baja su volumen de voz, recordando momentos difíciles: “Me despidieron mucho… Hay años en donde obtienes suficiente para cubrir tu seguro y otros en donde no trabajas nada. Llegué al punto en que, a mitad de mis 30s, empecé a perseguir trabajos en la televisión simplemente como forma de pagar la renta. No fue un compromiso, de ninguna forma, aún era perseguir mi sueño, pero fui realista conmigo mismo en términos de ‘éste es quien soy, esto es lo que hago. No me hará rico, ¿pero cómo sobrevivo?’. Y luego me quedé en Game of Thrones…”. Hay un segundo de silencio en la habitación. “Y eso cambió todo…”.

Pedro Pascal obtuvo el papel que lo lanzó a la fama a los 38 años de edad. ¿Hubo momentos en los que se quiso rendir? “Absolutamente”, nos responde. Poco después confiesa qué lo hizo seguir adelante: “No sabía hacer nada más. Pasé tanto tiempo invirtiendo mi vida en esto que no desarrollé ninguna otra habilidad. Así que estaba atrapado”. Maxwell Lord, el villano que desafía a Mujer Maravilla, dice constantemente “la vida es buena, pero puede ser mejor”. Al igual que su personaje, Pedro anhelaba el éxito, pero sabía que la única forma de conseguirlo era seguir trabajando. No hay atajos o piedras mágicas. Tampoco hay injusticias. “Éste es el camino”, como diría el Mandaloriano.

“Pienso mucho en [qué hubiera pasado si me hubieran descubierto antes]. No sé cómo responder eso, más allá de que el viaje es como debe ser. Probablemente fue muy útil para mí haber estado más listo, ser parte de proyectos grandes y trabajar con gente tan increíble. Si hubiera obtenido un papel que cambiara todo cuando estaba en mis 20s, probablemente no estaría aquí sentado ahora. Habría sucumbido a las drogas y las fiestas, hecho enojar a demasiada gente y arruinado mis relaciones. Estoy bromeando. No tengo idea”.

Los 15 minutos de la entrevista terminan. Su agente lo presiona a irse a la siguiente mesa redonda. Pedro comienza a levantarse, pero no sin antes responder adecuadamente la pregunta, con una sonrisa: “¿Sabes qué? Quizá si me hubieran descubierto antes, sería demasiado importante como para estar aquí sentado”.

La entrada Pedro Pascal: Éste es su camino se publicó primero en Cine PREMIERE.

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