Por: Mafer Olvera y Paola Palazón
Si de algo tenemos seguridad en la vida es de que algún día vamos a morir. La muerte, a pesar de ser un proceso inminente de este plano físico, naturalmente nos provoca miedo, dolor, tristeza, angustia, melancolía o todas en conjunto, y es que sabemos que ocurrirá, pero no cuándo, ni cómo.
Esto es, tal vez, el gran enigma de la vida. Abordar el tema nunca será fácil y dependerá desde y cómo se mire. Para la medicina, por ejemplo, el significado es práctico y se enfoca estrictamente en el final del organismo vivo creado a partir de un nacimiento (claramente existirán causas clínicas que la ocasionan). Esta definición es tan cierta como directa, tanto que enchina la piel, porque dentro de ese organismo que perdió sus funciones homeostáticas existió un ser querido y una microsociedad en torno a él o ella que sufrirá su ausencia, su partida y vivirá un duelo que requerirá tiempo y sufrimiento para sanar.
Esta pandemia ha dejado hasta el momento más de un millón de muertes en el mundo y en México rebasamos las noventa mil. Más allá de una estadística fría, en este momento miles de familias y seres vivos están tratando de lidiar con el profundo dolor que esto supone, además de las otras muertes ajenas al COVID-19 que suceden todos los días.
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La partida de un ser querido representa un proceso de asimilación y aceptación muy profundo, y en cada cultura y persona se percibe indistintamente, ya que son muy variadas las formas de concebirla. A los mexicanos nos reconocen por rendirle culto y dedicarle nuestra máxima tradición. Esto no quiere decir que nos alejemos del dolor y que la veamos sólo como una festividad, pero sí permite evocar la presencia de nuestros muertos cada año a través de todo aquello que alguna vez disfrutaron comer, beber o cantar, esto para que nunca olvidemos que alguna vez los pudimos ver, escuchar, sentir y tocar.
Una parte importante de este culto prehispánico es la creencia de que somos mucho más que un organismo vivo que dejó de funcionar y que nuestras almas algún día llegarán al Mictlán, para encontrarse con otras y seguir su camino. Esto sonará a disparate para la medicina, la ciencia o para muchos, pero insistimos, la muerte tiene miles de significados y todos son válidos si a ti te hacen sentido o ayudan a superarla.
Desde el punto de vista mental y emocional, la psicóloga y tanatóloga Maricusa Castrejón nos explica las secuelas de la muerte para quienes aquí nos quedamos: “Toda pérdida (muerte, divorcio, pérdida de trabajo, accidente, desastres naturales, etc.) conlleva un duelo. El duelo es la reacción natural ante cualquier pérdida, no sólo de un ser querido”.
Y continúa: “las emociones y aflicciones que acompañan al duelo son muy personales y las expresiones externas pueden ser muy diferentes a las de los demás. La muerte de un ser querido impacta en todas las áreas vitales y la forma en la que se vive el duelo dependerá de la particularidad del individuo, de la relación con el fallecido y de las redes de apoyo con las que se cuente. Generalmente el proceso de duelo se divide en etapas donde se experimentan respuestas emocionales como la negación, enojo, negociación, depresión y aceptación, sin embargo agregaría aprendizaje, ya que todo sufrimiento con el paso del tiempo conlleva algún tipo de experiencia y por naturaleza, el ser humano tiene una gran capacidad de resiliencia”.
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Conversamos un poco más a profundidad con Maricusa Castrejón sobre el tema.
– ¿Cómo lidiar con el dolor?
“El dolor y sufrimiento son parte del proceso para afrontar y finalmente lograr asumir la pérdida. El dolor no solamente se vive de manera física, también emocional y hay quienes afirman que el dolor psicológico es más fuerte que el dolor físico. No se trata de tapar el sufrimiento para olvidar al ser amado, durante este proceso se aprende a vivir sin esa persona. Poco a poco ese dolor comenzará a sanar y el recuerdo estará más cargado de cariño y amor que del mismo dolor”.
– Y, ¿cómo podemos apoyar a alguien que ha sufrido una pérdida, qué podemos hacer o decir?
“La paciencia sin juzgar es clave en todo proceso de duelo, cuando se vive una pérdida todo es normal/anormal, las circunstancias son atípicas. El doliente suele ser presionado con lo que debe sentir y/o hacer. Se necesita tiempo de asimilación y comprensión, los que acompañan necesitan empatía, cariño y paciencia, no tratar de alterar los tiempos de dolor ya que el tiempo emocional no tiene nada que ver con el tiempo cronológico. Habrá veces que el solo hecho de acompañar será suficiente, pero no solo en rituales de despedida como el funeral, ya que lo verdaderamente complicado comienza después”.
La realidad es que la mayoría de las veces no sabemos qué decir o hacer en caso de una muerte, creemos habernos preparado y ser lo suficientemente fuertes para afrontarla o apoyar a alguien, pero en casi todos los casos será normal que nos rebase. Por eso, la especialista Maricusa nos recomienda: “Cuando el duelo llega a ser complicado, se necesita un camino claro que nos dé guía y la ayuda de un profesional de salud mental calificado como un psicólogo tanatólogo que pudiera ser de mucha ayuda. La tanatología se enfoca a todo tipo de pérdidas no nada más por muerte como su etimología pudiera dar a entender. Pidamos ayuda a tiempo, para sentirnos escuchados, validados y sanar”.
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Hoy más que nunca, el Día de Muertos removerá un sinfín de emociones, corazones y memorias. Tal vez nos llega como una pausa necesaria para reflexionar en torno a la vida, a nuestros vivos, porque a veces estamos tan alejados que pareciera que ya no existen. Es momento quizá de hacer una llamada, mandar un mensaje o simplemente decirle a quienes te rodean que valoras su existencia en tu vida y lo mucho que los amas. Estos días serán una buena oportunidad para colocar la mejor ofrenda y de corazón ofrecerla a aquellos que ya no están y pedirles por los que aquí seguimos sobreviviendo.
Les compartimos los datos de la especialista Maricusa Castrejón (Psicóloga – Tanatóloga – Consultora de Recursos Humanos), a quien agradecemos por habernos compartido tanto. Ella está dispuesta a orientar a quien lo necesite: maricusacs@gmail.com.
#HablaHablemos
Mafer Olvera y Paola Palazón Seguel son creadoras de SIKI y Ser Mamá Hoy, plataformas de bienestar emocional y promoción de la salud mental. Mafer es creadora del modelo Hospital de las Emociones, consultora en juventudes y salud mental, y Paola es autora, emprendedora y creadora de proyectos de bienestar emocional y espiritual.
La entrada Día de Muertos: Honrar a los que se fueron, pero también a los que aún están se publicó primero en Sopitas.com.
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