Actualidad
hoy se posiciona como capital de la robótica

La identidad industrial de Odense estuvo marcada por sus astilleros. Durante casi un siglo, sus ingenieros construyeron algunos de los portacontenedores más avanzados del mundo, incluidos los gigantes de la clase Mærsk E, que en su momento fueron los mayores barcos de carga jamás construidos. Pero la industria naval danesa llevaba años perdiendo terreno. Desde finales de 1970, el sector sufrió un repliegue gradual a medida que la construcción naval se trasladaba a Corea del Sur, Japón y China, donde los costes de producción eran significativamente más bajos.
Para contener la crisis, el gobierno danés impulsó subsidios estatales, créditos a la exportación y encargos estratégicos, pero la tendencia era imparable: entre 1977 y 1985, la cuota de mercado de los astilleros europeos cayó del 41 % al 18 %, mientras que la de Asia pasó del 46 % al 70 %, con China emergiendo como un actor clave. Son datos que aparecen en ‘Transforming an Industry in Decline’, un análisis de Thomas Roslyng Olesen sobre la caída de los astilleros daneses.


Odense no fue inmune a este cambio. Hasta finales de la década de 2000, Mærsk había construido muchos de sus barcos en el Odense Steel Shipyard, pero la creciente competencia de los astilleros asiáticos llevó a la compañía a replantear su estrategia. Como recoge Taipei Times, en 2011 Maersk encargó a Daewoo Shipbuilding & Marine Engineering (DSME), en Corea del Sur, la construcción de sus nuevos portacontenedores de la clase Triple-E.
Lo que pudo haber sido el colapso industrial de la ciudad se convirtió en un punto de inflexión. Dinamarca no pudo competir en costes con Asia, pero encontró una alternativa en los nichos tecnológicos de alto valor añadido. En lugar de construir barcos, la industria local comenzó a desarrollar motores marinos más innovadores, software para la automatización portuaria y sistemas térmicos avanzados.
Odense no tardó en seguir ese camino. Su reconversión no ocurrió de un día para otro, ni fue el resultado de un plan maestro perfectamente ejecutado. Fue, más bien, una respuesta a la urgencia. Sin astilleros ni grandes contratos navales, la ciudad tuvo que buscar una alternativa. La inversión pública ayudó, las universidades pusieron de su parte y el ecosistema industrial hizo lo que pudo con las herramientas que tenía. La robótica y la automatización parecían una vía prometedora, una forma de aprovechar el conocimiento técnico heredado de la industria naval para construir algo nuevo.


Oficinas de Universal Robots en Odense
Pero transformar una ciudad no es fácil. No basta con atraer startups o poner incentivos fiscales. Hay que generar talento, convencer a las empresas de que apuesten por quedarse y, sobre todo, demostrar que hay un mercado dispuesto a sostenerlo todo a largo plazo. Odense, precisamente, se encuentra en esta fase. Su antiguo corazón industrial está llenándose de empresas que buscan abrirse camino en la robótica, como Universal Robots y Mobile Industrial Robots (MiR), dos de las firmas más destacadas que han nacido en este ecosistema.
Universal Robots se ha especializado en cobots, robots colaborativos diseñados para trabajar junto a humanos en fábricas, sin necesidad de barreras de seguridad ni programaciones complejas. A diferencia de los robots industriales tradicionales, que suelen estar confinados en celdas y operan con fuerza y velocidad para tareas repetitivas, los cobots están diseñados para la interacción directa con operarios humanos. No hay que confundirlos con los robots humanoides. MiR, por su parte, ha apostado por robots móviles autónomos, máquinas capaces de moverse por almacenes y centros logísticos transportando mercancías.
Un clúster tecnológico en pleno auge
El crecimiento de empresas como Universal Robots no ha ocurrido en el vacío. Una de las claves de la transformación de Odense ha sido el desarrollo de un clúster tecnológico especializado en robótica, que hoy es uno de los más dinámicos de Europa. En toda Dinamarca hay más de 300 compañías dedicadas a la robótica y la automatización, y más de 160 tienen su sede en Odense.
Este ecosistema comenzó a tomar forma entre 1980 y 1990, cuando se empezó a experimentar con tecnología robótica en los astilleros de Odense, pero su consolidación real llegó en las últimas dos décadas. Desde 2015, el número de empresas en el clúster había crecido un 50% en 2020, según el Odense Robotics Insight Report. En el centro de esta red está la Universidad del Sur de Dinamarca (SDU), que no solo aporta talento a las empresas del sector, sino que también lidera investigaciones en automatización e inteligencia artificial.
Si le preguntas a las autoridades locales, no tienen dudas: Odense no solo quiere ser un referente en robótica, sino convertirse en la mejor ciudad del mundo para el desarrollo de robots. “Odense ya es el centro mundial de robots colaborativos, pero soñamos con hacer de Odense la mejor ciudad robótica del mundo”, afirman desde el gobierno local. No es solo un lema: es una estrategia que ya está en marcha.
Uno de los pilares de este plan es desarrollar un campus de robótica, donde startups, grandes empresas y la Universidad del Sur de Dinamarca compartan investigaciones e ideas. Este espacio debería servir como núcleo de innovación, facilitando el contacto directo entre talento emergente y compañías consolidadas. La meta es reforzar la red que ya existe entre las empresas del clúster y hacer que la ciudad sea aún más atractiva para la inversión extranjera.
Odense está apostando fuerte, pero aún falta ver si la jugada funciona
La ciudad ha hecho una apuesta clara: quiere que la robótica sea su nueva industria insignia. Tiene una estrategia bien definida, inversión en marcha y una red de empresas que ya está funcionando. Pero queda la parte más difícil: convertir este ecosistema en un modelo sostenible a largo plazo.


Odense no está compitiendo en solitario. A nivel global, la robótica se ha convertido en una carrera tecnológica en la que solo unos pocos actores podrán consolidarse. China, con su ambición de liderar la automatización mundial, está invirtiendo miles de millones en ciudades como Shenzhen y Hangzhou, donde se están desarrollando robots industriales y de servicio a gran escala, y donde destacan firmas como Unitree, que buscan replicar el éxito que Xiaomi alcanzó en el sector móvil. Su dominio en la fabricación de robots no solo representa una amenaza tecnológica para Estados Unidos, sino que también está generando una batalla por la hegemonía en la industria de la robótica.
Silicon Valley, por su parte, sigue siendo uno de los epicentros de la innovación. Gigantes como Google ya están explorando esta convergencia. Con su proyecto Gemini Robotics, la compañía quiere que la IA deje de estar confinada en pantallas y empiece a actuar en el mundo real, permitiendo que los robots sean más autónomos y adaptables. También en Sunnyvale, California, la startup Figure busca dar el siguiente gran paso con el primer robot humanoide autónomo comercialmente viable. La apuesta es clara: la combinación de IA generativa y hardware avanzado será clave en la nueva era de la automatización.
Silicon Valley sigue siendo uno de los epicentros de la innovación.
Pero la innovación en robótica no se limita a Silicon Valley. En Austin, Texas, Tesla sigue avanzando en automatización e inteligencia artificial aplicada a la movilidad, mientras que en Waltham, Massachusetts, Boston Dynamics continúa experimentando con robots avanzados, dejando atrás sus conceptos del pasado. El futuro de la robótica no solo pasa por mejorar el hardware, sino por integrar inteligencia artificial generativa en robots físicos, un salto que podría cambiar la industria para siempre.
En este contexto, Odense no solo compite contra ciudades chinas, europeas o estadounidenses. La lucha por convertirse en la capital mundial de la robótica es cada vez más global, y la ciudad danesa tendrá que demostrar que su apuesta por la automatización y la colaboración entre universidades y empresas puede sostenerse a largo plazo.
Dinamarca, sin embargo, tiene algo que pocos pueden ofrecer: un modelo de sociedad altamente competitivo y estable. En 2024, el país se posicionó como la tercera economía más competitiva del mundo, solo por detrás de Singapur y Suiza, según el World Competitiveness Ranking del IMD. Este reconocimiento refuerza su capacidad para adaptarse a los cambios globales y consolidarse como un polo de innovación tecnológica.
Por cada empresa consolidada, hay docenas que intentan sobrevivir en un sector altamente competitivo. El desafío sigue siendo enorme: atraer inversores, retener talento local y convencer a gigantes industriales de que Odense puede ser más que un experimento bienintencionado. La ciudad ha logrado sentar las bases, pero aún queda la prueba más difícil: demostrar que realmente puede convertirse en la capital mundial de la robótica.
Imágenes | David Levêque | Odense Robotics | Universal Robots | Mobile Industrial Robots (MiR)
En Xataka | A China le falta tanta gente para cuidar a millones de ancianos que ha tomado una decisión inédita: robots
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
Dentro de las máquinas de fabricación de chips más avanzadas se produce algo increíble: pequeñas supernovas

Identificar una supernova es un acontecimiento que los astrónomos suelen celebrar con entusiasmo. Y no es para menos si tenemos en cuenta que son uno de los sucesos más violentos con los que podemos toparnos en el cosmos. Conocerlas mejor es muy importante porque puede ayudarnos a entender con más precisión cómo son las últimas etapas de la vida de las estrellas masivas, y también los mecanismos que explican cómo el material originado por la síntesis estelar puede dar lugar a nuevos sistemas estelares.
Las herramientas matemáticas que manejan los astrofísicos actualmente describen las supernovas como el resultado inevitable del agotamiento de los procesos de fusión nuclear que tienen lugar en el núcleo de las estrellas masivas. Durante la etapa que se conoce como secuencia principal las estrellas obtienen su energía de la fusión de los núcleos de hidrógeno. A medida que se va consumiendo este elemento químico la estrella comienza a producir núcleos de helio, y, como es lógico, su composición comienza a evolucionar.
Durante este proceso se libera una enorme cantidad de energía y la estrella se ve obligada a reajustarse continuamente para mantener el equilibrio hidrostático, un fenómeno que es el resultado de la coexistencia de dos fuerzas opuestas capaces de compensarse. Una de ellas es la contracción gravitacional, que comprime la materia de la estrella, apretándola sin descanso. Y la otra es la presión de radiación y de los gases, que es el fruto de la ignición del horno nuclear y que intenta que la estrella se expanda.
Las pequeñas supernovas de los equipos de litografía de ultravioleta extremo
Como os hemos anticipado desde el titular, este artículo no va solo de supernovas; también lo protagonizan los semiconductores. A priori podemos intuir que estos eventos cósmicos y los circuitos integrados no tienen nada que ver, pero, curiosamente, sí tienen algo en común. Este es el motivo por el que me ha parecido una buena idea empezar este texto repasando qué es una supernova y por qué se producen. De lo contrario no podríamos entender en toda su extensión la idea en la que estamos a punto de indagar.
El proceso de generación de la radiación ultravioleta que utilizan los equipos de litografía UVE se parece mucho a lo que ocurre durante una supernova
En los equipos de litografía de ultravioleta extremo (UVE) que fabrica la compañía neerlandesa ASML los láseres de alta potencia calientan instantáneamente decenas de miles de diminutas gotas de estaño en un solo segundo hasta que alcanzan una temperatura de medio millón de grados Celsius. Esta interacción produce un plasma extremadamente caliente que emite luz ultravioleta con una longitud de onda de 13,5 nm. Esta luz posteriormente debe ser transportada hasta la oblea gracias a un sistema de espejos y lentes muy preciso con el propósito de plasmar los patrones que definen los circuitos integrados sobre una capa de fotorresina.
Muy a grandes rasgos esta es la estrategia que utilizan las máquinas de fabricación de semiconductores más avanzadas que existen actualmente. Y, como acabamos de ver, los láseres de alta potencia interpretan un papel indiscutiblemente protagonista. Como explica Jayson Stewart, jefe de investigación en ASML, en el interesantísimo artículo que ha publicado en IEEE Spectrum, el proceso de generación de la radiación ultravioleta que utilizan los equipos de litografía UVE para producir chips de vanguardia se parece mucho a lo que ocurre durante una supernova.
Cuando una estrella masiva agota su combustible y se detienen los procesos de fusión nuclear, la presión de radiación y de los gases ya no es capaz de contrarrestar la contracción gravitacional. Este fenómeno provoca que el núcleo de hierro de la estrella se contraiga súbitamente bajo la enorme presión que ejercen sobre él todas las capas de material que tiene por encima. La estrella ha perdido el equilibrio hidrostático. En este instante toda esa materia pierde el soporte que ejercía el núcleo, que ahora es mucho más compacto, y cae sobre él con una velocidad enorme.
Cuando todo ese material de la estrella toca la superficie del núcleo se produce un efecto rebote que provoca que salga despedido con una energía descomunal hacia el medio estelar, quedando diseminado. Acaba de producirse una supernova. Algunas de ellas son tan energéticas que durante unos pocos segundos emiten más luz que toda la galaxia que las contiene. Las diminutas explosiones que tienen lugar en el interior de los equipos de litografía UVE cuando un láser incide sobre una gota de estaño producen una onda de choque similar a la que origina una supernova en el medio estelar, aunque a mucha menor escala.
Sorprendentemente las ecuaciones matemáticas que describen la evolución de estos dos tipos de explosiones son las mismas. Los ingenieros de ASML las utilizan para calcular con mucha precisión cómo va a ser la evolución de la onda de choque que desencadenan las bolas de plasma dentro de los equipos UVE. Y los astrofísicos las emplean para describir los restos de las supernovas y deducir las propiedades de la explosión estelar que las originó. Una supernova tiene 10⁴⁵ veces más energía que una explosión de estaño, pero gracias a este paralelismo los ingenieros de ASML han podido resolver el complejo problema derivado de los residuos de estaño en el interior de sus equipos de litografía más avanzados.
Imagen | ASML
Más información | IEEE Spectrum
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
Google va a matar una app mítica presente en todo Android. La IA tiene la culpa

Debutó hace casi diez años, y Google ha hecho oficial el anuncio de su muerte. El Asistente de Google nacía en 2016 con un simple propósito: convertirse en un sencillo ayudante para las tareas básicas y automáticas del día a día. Poner alarmas, establecer recordatorios, trazar rutas rápidas con Google Maps. Funciones que se realizan en unos pocos pasos en las apps, y que el Asistente podía resolver con un solo comando de voz.
Pero esto ya no es suficiente para Google, que quiere que Gemini esté en todos lados. La nueva inteligencia artificial de la compañía será el remplazo oficial de Google Assistant, que dejará de estar disponible en teléfonos a finales de este año. No es una buena noticia.
Ayudando desde hace casi una década. Google Assistant lleva con nosotros desde el año 2016, y a nivel de funcionalidad estaba extremadamente pulido. Permitía interactuar con las aplicaciones tanto nativas como compatibles (Spotify, YouTube, etc.) para realizar tareas sencillas en cuestión de segundos.
Desde que se lanzó Gemini para Android, este pasó a ser el asistente nativo del sistema, pero siempre podíamos irnos a los ajustes para volver a hacer que Google Assistant fuese la opción nativa. A finales de este año, dejará de ser posible.
Gemini es la evolución natural, pero tiene camino por delante. Gemini será mejor y más completo que el Asistente de Google, pero preocupa que a estas alturas le siga costando realizar tareas de lo más sencillo.
En Xataka profundizamos sobre cómo se comporta Gemini frente a Assistant en tareas sencillas como qué hacer en fin de semana, qué podemos comer hoy, sus limitaciones a la hora de interactuar con funciones nativas del sistema (brillo del panel, sonido del teléfono, etc.). Es un genial asistente, pero aún no está pulido.
IA, queramos o no. En la nueva era Gemini, queramos o no (salvo que inhabilitemos la app y nos quedemos sin asistente), todos los teléfonos pasarán a tener la IA de Google integrada. Esto es una gran noticia a nivel de posibilidades: podremos generar imágenes, acceder al modo de voz avanzada Gemini Live, y tener un asistente que acabará siendo mucho más completo y útil que Assistant.
Para los que no estén demasiado cómodos con la IA de Google, comentar que OpenAI ya trabaja para que ChatGPT pueda utilizarse como asistente de voz nativo en Android, una gran opción para tener el modo de voz avanzado funcionando en pocos segundos (aunque lo tendrá difícil para acceder a otras apps).
El futuro de la industria. El paso de Google es el lógico, más aún si logra integrar (como ya está haciendo) Gemini en todo teléfono con su sistema operativo. Apple quiere dar batalla con el modo avanzado de Siri, pero se le está atragantando y no hay fecha definida para una IA que ya debería estar presente en los iPhone.
Lo que parece claro es que, si las tecnológicas quieren conquistarnos con IA, tienen que hacerlo introduciéndola de forma nativa en el sistema, no como una app disponible más.
Imagen | Xataka
En Xataka | Funciones de Gemini Advance que pasan a ser gratis en marzo del 2025
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
Este puente de Seúl parece ordinario, pero protagoniza uno de los mayores problemas de Corea del Sur: los suicidios

Corea del Sur es un país que avanza a pasos agigantados en cuestión tecnológica. Es hogar de algunas de las empresas más importantes del mundo -Samsung o Hyundai- y está luchando para convertirse en uno de los referentes en el segmento de los chips. Seúl, su capital, supone un vistazo a lo que podría ser el futuro de las ciudades hipertecnológicas, pero tras esa imagen de modernidad, se esconde una pandemia cada vez menos silenciosa: la del suicidio.
Y ningún lugar refleja mejor esta crisis que el puente de Mapo en Seúl, apodado ‘el puente de los suicidios’.
Cifras alarmantes. El suicidio es un tema tabú en muchas sociedades que, en ocasiones, no han prestado la atención que deberían para evitar el trágico desenlace. No es algo que nos pille tan lejos. En 2020, en España se suicidaba una persona cada dos horas y media. Cada país intenta lidiar a su manera con esta situación, pero el caso de Corea del Sur es desolador.
No hay que irse a los archivos para ver la evolución de suicidios en el país asiático:
- En 2021, se suicidaron 13.352 personas.
- En 2022, se dieron aproximadamente unos 13.000.
- En 2023, la cifra subió hasta los 13.770.
- En los primeros seis meses de 2024, 6.375 personas se suicidaron, suponiendo un aumento de más de un 10% respecto al mismo periodo del año anterior. El total fue de 14.439 fallecidos.
Cóctel. Son cifras lejanas a los máximos de 2013, cuando se produjeron 14.427, pero en 2020, el país tuvo la tasa más alta de entre los países de la OCDE con 24,1 suicidios por cada 100.000 habitantes. Es más del doble que la media.
El motivo es que hay un cóctel social y cultural que empuja a miles de personas a acabar con sus vidas. Hay una altísima presión social y competitividad por ser los mejores en estudios y vida laboral. De no conseguirlo, se producen problemas económicos, pero aunque se consiga ese ‘éxito’, hay un alto nivel de estrés y una baja conciencia social sobre las enfermedades mentales. También unos cánones de belleza idealizados e imposibles para gran parte de la población.
Y no es algo que ataña solamente al suicidio, ya que la escasa natalidad que está llevando al país a una situación insostenible también es bruto de esas presiones sociales.


El puente de Mapo
Efecto llamada. El grupo más afectado es el comprendido entre edades de 10 a 39 años y es la principal causa de muerte entre los surcoreanos de entre 10 a 39 años. Entre el 40 y el 56% de los fallecimientos en estos grupos de edad es debido al suicidio. Esas presiones brutales afectan incluso a las celebridades del país, tanto que ya se han realizado estudios que relacionan el aumento de suicidios con el momento en el que una de estas celebridades acaba con su vida.
Como si hubiera un efecto llamado o idealización del acto, tres de los once casos de suicidios entre celebridades dieron como resultado un aumento de la tasa entre la población, llevando a la gente a usar los mismos métodos que dicha celebridad. En los últimos años, se han dado numerosos casos entre jóvenes astros de K-pop, el cine y la televisión, muy expuestos a las críticas en un país en el que hay un estándar moral muy estricto que estas celebridades deben cumplir.


El aviso dice: “Línea SOS Life. Se instaló en el puente del río Han para salvar las preciosas vidas de los ciudadanos. Este es un teléfono de emergencia de prevención del suicidio que funciona las 24 horas del día, los 365 días del año”
Métodos. Han ido cambiando estos últimos años. A comienzos de siglo, la mayoría utilizaban plaguicidas para intoxicarse. Esa intoxicación sigue siendo uno de los métodos más empleados, pero ahora es mediante la quema de yeontan: unos cilindros de carbón que producen envenenamiento por aspiración de monóxido de carbono.
El ahorcamiento también se ha vuelto común (con ejemplos como el de ‘Sulli’ que exponen ese efecto llamada), pero lanzarse a vías de tren o desde puentes también es un método.


El puente de Mapo. Y todo esto nos lleva al puente de Seúl. Hemos hablado de muchos puentes en Xataka y el de Mapo es, estructuralmente, un puente normal y corriente, casi ordinario. No destaca por diseño, ciertamente, pero se ha convertido en el triste protagonista secundario de decenas de suicidios en las últimas décadas.
No es el único desde el que se arrojan los surcoreanos para acabar con su vida, pero sí uno de los más utilizados debido a la corriente del río Han que dificulta muchísimo las labores de rescate.
Tanto es el impacto del puente en las estadísticas del país que empezó a llamar coloquialmente como ‘el puente de los suicidios’. Desde la ciudad, se quiso combatir esto rebautizando la estructura como ‘Puente de la Vida’ como parte de una iniciativa de Samsung Life Insurance. Pero no fue un simple cambio de nombre.
Medidas. La compañía colocó fotos de familias felices, entre otras medidas para disuadir los suicidios, como sensores de movimiento que activaban carteles luminosos con frases de ánimo, pero se consideraron un fracaso en 2015 y fue entonces cuando se cambió el foco para prevenir el suicidio en lugar de disuadirlo.
Así, se instalaron una serie de medidas activas y pasivas para frenar la alta tasa de lanzamientos al vacío, como teléfonos desde los que solicitar ayuda cada pocos metros (tiene una longitud de unos 1.300 metros), espejos para que quienes piensan saltar se vean el rostro, cámaras, barreras altas y rodillos que dificultan que se encaramen al borde.


Las vallas son altas y en el último tramo superior hay un rodillo


Podemos ver el rodillo, así como los espejos


Estrategias sociales. Es, en definitiva, una serie de acciones para hacer que saltar sea más difícil, pero más allá de esto (que no deja de ser un parche), estos últimos años el país se ha tomado más en serio la salud mental de los ciudadanos.
Por ejemplo, estrategias para prevenir el suicidio gracias a una mayor cobertura mediática que aumente la conciencia pública, así como campañas de capacitación y nociones de prevención del suicidio para maestros y trabajadores sociales. También revisiones enfocadas en adolescentes y otra serie de medidas en infraestructura para reforzar la seguridad en puentes y vías de tren.
A pesar de los esfuerzos por reducir la incidencia del suicidio, el puente de Mapo sigue siendo un símbolo de esta crisis, con 846 personas saltando desde el puente entre 2014 y 2018, falleciendo 24 de ellas. Mientras, algunos visitantes intentan contrarrestar la oscuridad con mensajes de esperanza, la verdadera solución sigue estando en cambios más profundos en la sociedad surcoreana.


Fotografías colocadas en 2012-2013
No sólo en Corea del Sur. Ahora bien, lamentablemente, muchos otros puentes son protagonistas cuando alguien intenta acabar con su vida. Un ejemplo de puente célebre es el Golden Gate de San Francisco. En un momento dado, fue el puente que más suicidios registró en todo el mundo. Se instalaron cámaras, teléfonos gratuitos de socorro y redes para que, quien se lance al vacío, caiga en ellas.


Las redes del Golden Gate
Y el que lo adelantó fue el puente de Nanjing Yangtze en China. En él, las medidas de prevención son escasas, pero sí existen voluntarios que llevan décadas asistiendo a personas que deambulan por el puente. Al final, es una tragedia mundial, pero en el caso del puente de Seúl, la vasta implementación de medidas de prevención en la estructura evidencia que es algo muy preocupante para el país.
Imágenes | Yen L., Patrick Vierthaler, Michael Gallagher, Seoul Stroll, Michael Sean Gallagher (2), 박지민내꺼임, Jeremy Thompson
ues de anuncios individuales.
Source link
-
Actualidad2 días ago
La banda Keane cancela su presentación en Mérida por falta de suministro eléctrico
-
Musica2 días ago
Will Smith regresa a la música tras 20 años con su álbum Based On A True Story
-
Curiosidades1 día ago
¿Cómo le ha ido a todos los pilotos de Red Bull en su debut?
-
Actualidad6 horas ago
Este puente de Seúl parece ordinario, pero protagoniza uno de los mayores problemas de Corea del Sur: los suicidios
-
Actualidad2 días ago
el plan de México para dejar de ser un jugador de segunda en la industria de los semiconductores
-
Actualidad8 horas ago
incluso con las sanciones es más barato
-
Musica1 día ago
Christian Nodal cuenta cómo es su relación con Ángela Aguilar
-
Deportes2 días ago
¡Regresa la F1! Así largará la primer carrera de 2025 | Clasificación