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así funciona el método STAR en entrevistas de trabajo
Steve Jobs decía que lo importante de una buena comunicación no es el mensaje en sí mismo, sino la forma en la que lo transmites. De ahí surgió su popular frase: “No es lo que dices, es cómo lo dices“. Durante una entrevista de trabajo no importa lo bueno que seas en tu trabajo, sino lo bien que sepas transmitir a tu entrevistador que eres la persona adecuada para el puesto, algo que Steve Jobs hacía con gran maestría.
En muchas ocasiones, las entrevistas de trabajo no son para determinar si tienes los conocimientos técnicos para el trabajo ya que eso ya debe quedar claro en el currículum, es para conocer a la persona y sus habilidades blandas (Soft skills).
Jeremy Schifeling fue líder del equipo de Educación de LinkedIn, exsocio de OpenAI y reclutador para empresas como Google, Apple, Amazon y McKinsey compartió algunos consejos en un artículo publicado por CNBC para mejorar las habilidades de comunicación con el sistema STAR, que utilizan los guionistas de Hollywood, para afrontar las preguntas de las entrevistas de trabajo. Al fin y al cabo, estas entrevistas son como una obra de teatro.
El método STAR: haz de tu experiencia una película
El método STAR es un acrónimo que sirve para recordar la forma de estructurar el relato de tu respuesta para que, al contarla, el entrevistador reciba la información de forma ordenada. “Por grandes que sean tus logros, si los compartes de manera descuidada, tu entrevistador asumirá que eres descuidado y no te verá como el profesional organizado, lógico y competente que está buscando”, aseguraba el experto en reclutamiento.
STAR toma sus iniciales de Situación, Tarea, Acción y Resultado. Estructurando las respuestas para responder a cada uno de los apartados se obtiene un relato sólido en el que no se omite información importante para responder a las preguntas de los entrevistadores. Ante la pregunta de un entrevistador sobre, por ejemplo, alguno de tus éxitos en anteriores empleos, el experto recomienda ordenar la información de este modo:
- Situación: ¿Cuál fue el contexto de tu experiencia?
- Tarea: ¿Cuál fue su responsabilidad y objetivo específico en la situación?
- Acción: ¿Qué pasos tomaste?
- Resultado: ¿Cuál fue el impacto de tu trabajo? ¿Qué aprendiste?
Según Schifeling, esta estructura proporciona el “principio básico de la narración humana” y por eso lo usan los guionistas de Hollywood para construir las historias que luego llegan a la gran pantalla. Un ejemplo: Star Wars.
- Situación: Hay una hipotética galaxia muy, muy lejana, en la que Darth Vader gobierna con mano férrea y reduce a cenizas los planetas insurrectos.
- Tarea: Hay que derrocarlo para liberar a la galaxia de su malvada influencia.
- Acción: El joven Luke Skywalker lidera la resistencia que lucha heroicamente contra las tropas del tirano y destruyen la Estrella de la Muerte.
- Resultado: Se restablece la paz en la galaxia y los planetas se unen en una alianza para restablecer un régimen democrático.
Los reclutadores también la usan
De la misma forma, los entrevistadores también pueden estructurar las entrevistas en base a este esquema, conduciendo al candidato por cada una de las etapas para determinar sus habilidades, tal y como confirmaban desde la plataforma de reclutamiento TalentÁrea.
Al ofrecerle el relato de tu experiencia ya estructurado previamente, el reclutador se limitará a hacer “check” en el conjunto de habilidades que está buscando en el candidato, lo cual dejará una buena impronta que influirá en su decisión final.
ChatGPT, para entrenar las respuestas STAR
Jeremy Schifeling aseguraba que “dominar la narración de historias puede llevar toda una vida, pero puedes usar la IA para practicar y perfeccionar tus respuestas STAR”, de ese modo, habrás ensayado la estructura de algunas respuestas antes de las entrevistas.
Comienza pidiendo a ChatGPT una lista de posibles preguntas que pueden surgir en una entrevista de trabajo con un mensaje como: “¿Cuáles son las 10 preguntas de entrevista más probables para esta descripción de trabajo: [descripción del trabajo]?”
Esto generará una lista de posibles preguntas que pueden surgir en la entrevista en base al puesto vacante. A continuación, puedes pedir a ChatGPT que genere una respuesta STAR (Situación, Tarea, Acción y Resultado) para una de las posibles preguntas que dio en su respuesta anterior, teniendo en cuenta tu currículum, adjuntándole el documento junto a la petición.
Según el experto en reclutamiento, “el objetivo no es memorizar y repetir la respuesta exacta que te da ChatGPT [que probablemente se habrá inventado buena parte de su historia], sino perfeccionar tu capacidad para dar una respuesta completa, concisa y contundente utilizando el método STAR”. ¡Que la fuerza te acompañe!
Imagen | Pexels (Anna Shvets)
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la historia interminable del Algarrobico
Llegará un día en que tumben el edificio más feo, en el sentido más amplio de la palabra, jamás perpetrado en la costa de España. En la playa del Algarrobico, en Carboneras, en pleno Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, se alza desde hace más de veinte años una mole de hormigón que nunca abrió sus puertas y que terminó convirtiéndose en el símbolo más reconocible del desastre urbanístico español.
El monumento imposible. El hotel de veinte plantas y más de cuatrocientas habitaciones nació en los años del pelotazo inmobiliario, cuando la fiebre constructora parecía no reconocer límites legales ni ambientales, y acabó encajado literalmente sobre la arena de una de las playas vírgenes más valiosas del Mediterráneo.
Hoy, oxidado, resquebrajado y abandonado, sigue ahí como una anomalía física y moral: un edificio declarado ilegal por los tribunales, rechazado por la sociedad y, sin embargo, extraordinariamente resistente a desaparecer.
Una aberración irreconciliable. El contraste explica por sí solo el escándalo. Cabo de Gata-Níjar es uno de los espacios naturales más singulares de la península ibérica: Reserva de la Biosfera por la Unesco, espacio Ramsar, Red Natura 2000 y candidato recurrente a parque nacional por la excepcionalidad de sus paisajes volcánicos, su biodiversidad terrestre y marina y sus praderas de posidonia, de las mejor conservadas del Mediterráneo.
En ese escenario de calas, dunas, acantilados y fauna protegida, el Algarrobico irrumpe como un cuerpo extraño, visible desde kilómetros de distancia, provocando incredulidad en visitantes y vergüenza ajena entre quienes conocen la historia. Lo que debía ser un paraíso natural terminó albergando uno de los mayores atentados ambientales del litoral español.


Licencias, planos falsos y un disparate. El origen del problema se remonta a finales de los años noventa y principios de los dos mil, cuando la promotora Azata del Sol obtuvo una licencia de obras del Ayuntamiento de Carboneras con el aval inicial de la Junta de Andalucía.
Aquella autorización se apoyó en una modificación irregular del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales del Cabo de Gata, en la que un plano fue sustituido sin seguir el procedimiento legal ni publicarse en el BOJA, reclasificando de facto como urbanizable un suelo protegido. Años después, la Fiscalía señalaría que, de haber existido errores técnicos, la única vía legal habría sido una modificación formal aprobada por el Consejo de Gobierno andaluz. Ese atajo administrativo abrió la puerta a una construcción que nunca debió empezar.


Un laberinto judicial. Desde que en 2006 un juzgado ordenó paralizar las obras cuando el hotel estaba casi terminado, el Algarrobico se convirtió en un caso judicial interminable. Más de una decena de sentencias del Tribunal Supremo, resoluciones del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y pronunciamientos reiterados han concluido que el hotel se construyó en suelo protegido y que debe demolerse.
Sin embargo, cada fallo abría una nueva vía de bloqueo. El Supremo llegó a señalar que antes de derribar era necesario anular formalmente la licencia municipal, una obligación que el Ayuntamiento de Carboneras ha incumplido durante años pese a los requerimientos judiciales. El resultado ha sido un callejón sin salida en el que nadie parecía tener la llave definitiva.


Responsabilidades. En este enredo han convivido durante años la inacción municipal, las posiciones cambiantes de la Junta de Andalucía y los anuncios reiterados del Gobierno central. Protocolos firmados, compromisos públicos y promesas políticas se sucedieron sin que la mole desapareciera.
Mientras tanto, organizaciones como Greenpeace, Ecologistas en Acción y WWF mantuvieron viva la presión social y jurídica, llevando el caso incluso a instancias europeas y denunciando que El Algarrobico no era una anomalía aislada, sino el emblema de un modelo que dejó cicatrices similares en muchas otras costas españolas.
La vía de la expropiación. El cambio más relevante llegó cuando el Gobierno decidió activar la vía de la expropiación de los terrenos que invaden el dominio público marítimo-terrestre. En febrero de 2025 se declaró la utilidad pública de esas parcelas y se inició el procedimiento para ocuparlas y proceder al derribo. La promotora Azata del Sol trató de frenar el proceso con un recurso de alzada, pero en agosto de 2025 el Ministerio para la Transición Ecológica lo rechazó, cerrando la vía administrativa y acelerando los plazos.
La Administración sostiene que no hay indefensión, que la causa expropiatoria está claramente motivada y que el interés general de restaurar un espacio protegido justifica la actuación. Con esta decisión, el Ejecutivo se acerca a cumplir su compromiso de demoler al menos la parte del hotel situada en los primeros cien metros de costa.
La historia interminable. Aunque el rechazo del recurso acerca el derribo, el procedimiento sigue siendo complejo. La determinación del justiprecio, la posibilidad de recursos judiciales y la coexistencia de dos vías distintas (la expropiación estatal y la anulación de la licencia municipal, defendida por la Junta) mantienen abierto el riesgo de nuevos retrasos.
El Gobierno puede ocupar los terrenos por interés social, consignar una cantidad y continuar, pero la promotora aún podría acudir a los tribunales. Al mismo tiempo, el Ayuntamiento de Carboneras, presionado por el TSJA, ha iniciado por fin la revisión de la licencia, un proceso que, según los ecologistas, podría encallar si no hay voluntad política real.
Un símbolo que trasciende el propio edificio. Más allá de los plazos y los tecnicismos, El Algarrobico se ha convertido en algo más que un hotel ilegal. Es el recordatorio permanente de una época en la que el lema implícito era “construye, que algo queda”, y de cómo la falta de controles efectivos permitió vulnerar la ley incluso en espacios naturales de máximo valor.
Su demolición no es solo una cuestión estética o ambiental, sino un gesto de reparación institucional y de credibilidad del Estado de derecho. Mientras el edificio siga en pie, seguirá proyectando la idea de que la ilegalidad puede resistir indefinidamente.
Veinte años después, el desenlace parece más cerca que nunca, aunque la historia del Algarrobico invita a la cautela. Si finalmente cae, no será solo la demolición de un hotel, sino la clausura simbólica de una de las páginas más oscuras (y feas) del urbanismo español.
Imagen | Greenpeace, Untipografico, PhotoLanda, Millars
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“Por qué el ‘efecto rebote’ se ha convertido en el mejor aliado del cirujano frente al Ozempic
En los últimos dos años, los agonistas del receptor GLP-1 como por ejemplo Ozempic o Wegovy han pasado de ser fármacos para la diabetes a convertirse en el fenómeno cultural y médico de la década para luchar contra la obesidad. Y tal fue su impacto, que se pensaba que la cirugía para la obesidad había llegado a su final, pero la realidad ha sido muy diferente.
La premisa. La idea es bastante clara: si me puedo estar pinchando dos veces al mes un medicamento para adelgazar… ¿Por qué voy a entrar a un quirófano? Una idea lógica, sobre todo por los riesgos que siempre se tienen al entrar a una cirugía, por muy controlados que estén.
Pero este entusiasmo de abandonar el bisturí se está diluyendo poco a poco, ya que según las últimas investigaciones, la cirugía bariátrica sigue siendo superior a los agonistas de GLP-1 y logran unos resultados mucho mejores.
El dato demoledor. El estudio que ha sacudido el tablero proviene de la NYU Langone donde los investigadores compararon a los pacientes sometidos a intervenciones como un bypass gástrico con aquellos que habían tomado Ozempic.
El resultado fue bastante claro. Aquellos que se habían sometido a la cirugía consiguieron perder entre un 24 y un 26% de su peso corporal, mientras que los pacientes con fármacos perdieron una media entre un 5 y un 6%. Un resultado que no concuerda con el esperado por parte de las farmacéuticas con sus ensayos clínicos en la mano. Pero el problema es que la variable de adherencia al tratamiento vuelve a ser un gran problema en medicina.
Más datos. La Clínica Universitaria de Navarra también quiso investigar en este campo, haciendo un gran estudio con 20.000 pacientes, concluyendo exactamente lo mismo: la cirugía bariátrica supera a los agonistas GLP-1 en pérdida de peso total, reducción de IMC y en composición corporal.
El factor humano. El gran fallo que tiene un tratamiento farmacológico es sin duda los humanos que lo van a tomar. Y es que es bastante común en medicina que los pacientes se olviden de la toma de una dosis de su medicamento o incluso abandonen el tratamiento a mitad sin ningún tipo de control. Pero por suerte, la gran diferencia entre una pastilla (o inyección) y una cirugía es que la segunda no se puede “olvidar”
Los estudios son claros en este sentido: entre el 60% y el 70% de los pacientes abandonan el tratamiento con GLP-1 antes del primer año. Algo que provoca un gran efecto rebote que hace que un paciente vuelva a su peso original, sobre todo si vuelve a tener los mismos hábitos alimentarios que antes de iniciar el tratamiento con Ozempic u otros.
La diferencia. Las razones para llegar a este punto en el tratamiento son variadas: desde efectos secundarios gastrointestinales persistentes hasta el elevado coste mensual del tratamiento o el desabastecimiento. Pero la cuestión es que mientras que dejar de pincharse provoca un efecto rebote, la cirugía bariátrica, aunque es invasiva, ofrece unos resultados mucho más estables a largo plazo. Aunque lógicamente tiene otros muchos problemas a sus espaldas.
Más allá de la báscula. La superioridad de la cirugía no se mide solo en centímetros de cintura. La ciencia apunta a través de una revisión sistemática publicada en JAMA Network Open este 2025 apunta a que la cirugía se asocia con una menor mortalidad general y una reducción más drástica de eventos cardiovasculares mayores comparada con los fármacos.
Y aunque los GLP-1 han demostrado grandes beneficios, la verdad es que la ciencia apunta a que la cirugía sigue siendo mejor en la remisión de la diabetes tipo 2 con un riesgo de mortalidad mínimo. Además, a pesar del coste inicial de la operación, a largo plazo la cirugía resulta más barata para los sistemas de salud que un tratamiento farmacológico crónico que cuesta cientos de euros al mes de por vida.
Una terapia combinada. A pesar de todo esto, no estamos en una guerra de uno contra otro, sino que el futuro apunta a una integración de ambos elementos. De esta manera, ya se están explorando estrategias donde los GLP-1 se utilizan antes de la cirugía para reducir el riesgo operatorio en pacientes con obesidad extrema, o después de la cirugía como una herramienta de rescate si el paciente empieza a recuperar peso años después.
Incluso la OMS ha comenzado a incluir estos fármacos en sus guías de tratamiento integral, pero recalcando que son una pieza más del puzzle, no un sustituto universal.
Imágenes | David Trinks
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un palacio de 2,8 millones de m2 para cuatro personas
En Vadodara, ciudad india de poco más de dos millones de habitantes, se alza Lakshmi Vilas Palace: la mansión más grande del mundo, superando incluso a Istana Nurul Iman del sultán de Brunéi, con una superficie de 2,8 millones de metros cuadrados distribuidos en más de 170 habitaciones.
Por ponerlo en perspectiva, Lakshmi Vilas Palace es cuatro veces más grande que el Palacio de Buckingham incluyendo sus jardines (242.000 m2) y casi cinco veces la superficie que ocupa el Palacio Real de Madrid (595.000 m2 con jardines). Lo más curioso de todo es que en este impresionante palacio solo viven cuatro personas.
Un edificio para vivir como un marajá
Construido entre 1878 y 1890 como símbolo de poder del marajá Sayajirao Gaekwad III, Lakshmi Vilas Palace ocupa 2,8 millones de m2 distribuidos en más de 170 habitaciones en varias plantas.
Sus estancias quedan por debajo de las 3.418 habitaciones del Palacio Real en Madrid o de las 775 habitaciones que cuenta el londinense Palacio de Buckingham pero la diferencia es el tamaño de las mismas ya que todas las estancias de la parte inferior fueron diseñadas como grandes salones para eventos diplomáticos y sociales de la familia real que lo construyó, mientras que las estancias privadas quedaron relegadas a las plantas superiores para preservar mejor la privacidad de sus huéspedes.
En su construcción se experimentó con estilos indo-sarraceno fusionado con gótico, morisco e indio en piedra y mármol, con grandes vidrieras importadas de Bélgica y tallas en madera de artesanos locales. En resumen, una apuesta que agrupa en un mismo espacio la historia colonial de India, con una estética exterior muy al gusto indio de la época, y unas decoraciones interiores más cercanas a una casa de campo europea.

Foto del Palacio Lakshmi Vilas tras su construcción en 1890
El coste de su construcción ascendió a más de 6,3 millones de libras esterlinas, lo cual era una auténtica fortuna a finales del siglo XIX. Detalles como pisos de mármol y trabajos en madera tallada por artesanos locales definen su opulencia. El palacio contaba con las comodidades más modernas para su tiempo, incluidos varios ascensores que comunicaban las plantas.
Solo cuatro moradores en un reino privado
Samarjitsinh Ranjitsinh Gaekwad, actual marajá de Baroda desde 2012, su esposa Radhikaraje Gaekwad y sus hijas Padmaja Raje y Narayani Raje son los únicos inquilinos del enorme palacio, por lo que, dada su escala descomunal, cada miembro de la familia podría disfrutar de unos 700.000 m2 para su uso exclusivo.


Según detallaba el medio especializado en arquitectura Architectural igest, la familia Gaekwad procede de una prominente dinastía Maratha que reinó en estas tierras (ahora conocidas como Vadodara) desde principios del siglo XVIII hasta 1947. Este suntuoso palacio ha sido testigo de la coronación de cuatro monarcas de esta saga familiar.
“La escala del palacio es descomunal. He vivido aquí durante 23 años y ahora mismo estoy descubriendo cosas por primera vez”, declaraba Radhikaraje, esposa del marajá, en una entrevista con el medio especializado.

Uno de los salones del Palacio Lakshmi Vilas
Aunque tiene menos habitaciones que palacios europeos icónicos, sus estancias son descomunales. Radhikaraje Gaekwad explicó a Architectural Digest: “Es fácil dejarse cautivar por la grandeza. Pero este es nuestro hogar”.
Además de contar con mosaicos venecianos o candelabros de cristal en sus interiores, el palacio está rodeado por enormes jardines, un campo de golf, un pequeño tren privado que recorre los jardines y hasta un antiguo zoo con un estanque en el que habitaban varios cocodrilos.

Biblioteca del Palacio Lakshmi Vilas tras su finalización en 1890
El Salón Hathi, con lujosos ornamentos en azul y oro, era el punto desde donde el marajá montaba su elefante para procesiones reales, con tallas decorativas de elefantes en arcos y pilares. La biblioteca de Lakshmi Vilas constaba de unos 20.000 volúmenes, que el marajá Sayajirao Gaekwar III donó en 1910 para formar el núcleo de la Biblioteca Central de Baroda.
En la actualidad, parte de esos enormes salones que ocupan la planta baja se destinan a un uso cultural como museo con armas, pinturas y mosaicos históricos, mientras otras alas del palacio, como Laxmi Vilas Banquets, acogen eventos y ceremonias. Así, el lujo se democratiza sin perder su esencia señorial, y se contribuye a su mantenimiento.
Como nota curiosa, uno de estos salones fue escenario de la reunión entre el primer ministro de India Narendra Modi y Pedro Sánchez durante su visita de Estado en octubre de 2024.
Imagen | Flickr (sandeepachetan) , Wikimedia Commons (Notnarayan)
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