Connect with us

Actualidad

Fidel Castro tenía el sueño de construir una central nuclear “soviética” en Cuba. Hoy solo quedan ruinas

Published

on


Convertir Cuba en el primer país de Latinoamérica con energía nuclear. Ese era uno de los sueños de un Fidel Castro que, en plena Guerra Fría, tenía en mente una ambiciosa revolución energética. Su aliado: la Unión Soviética, con quien compartió planes para crear la central nuclear de Juraguá para dejar de depender de la importación del petróleo.

El resultado: una catástrofe que se convirtió en un sueño truncado durante y tras la caída de la URSS. Esta es la historia de la central nuclear de Cienfuegos que aún está a medio hacer y es una ciudad nuclear fantasma.

¿Estados Unidos? Que Cuba tenía una gran relación con la Unión Soviética no es un secreto. Pero antes de la Revolución Cubana de 1959, el país mantuvo conversaciones para crear una central nuclear con los menos esperados: Estados Unidos. De hecho, en 1956, los dos gobiernos firmaron un ‘Acuerdo de cooperación en materia de usos civiles de la energía’.

Con él, se pretendía cooperar para diseñar y construir reactores nucleares para producir electricidad. Con la revolución y, sobre todo, con la crisis de los misiles en 1962, todo quedó en papel mojado. Sin embargo, el recién ascendido Fidel Castro podía mirar a un nuevo aliado: la Unión Soviética.

Juraguá. Los líderes del país habían cambiado, pero el anhelo de una potente fuente de energía se mantuvo y, a mediados de los 70, La Habana y Moscú firmaron acuerdos para la cooperación en los campos de la energía nuclear y lo más importante: un acuerdo para la construcción de reactores. En un primer momento, el proyecto contemplaba una docena de reactores, estando cuatro ubicados en Juraguá, otros cuatro en Puerto Esperanza y otros tantos en Holguín, pero al final se concretó la construcción de únicamente dos, ambos en Juraguá.

Diseño soviético. Los reactores serían los VVER-440 V318. Eran los primeros de diseño soviético y ya se habían probado en Europa del Este. El otro diseño soviético era el de los RBMK que puede que te suene porque era el que tenía la planta de Chernóbil. Pero bueno, volvamos a suelo caribeño.

Los VVER-440 utilizaban agua ligera como refrigerante, por lo que era eficiente para la época y la idea era construir cuatro unidades capaces de generar 440 MW cada una. Se estimó que sólo el primero de los reactores habría satisfecho más del 15% de la demanda energética de todo el país.

Cen Juragua
Cen Juragua

Así habría sido

Imprescindible. Así, en 1983, comenzó la construcción del primer rector. La mano de obra era cubana, las piezas eran soviéticas, algunas mentes pensantes también eran ingenieros rusos y supervisando todo el proyecto estaba Fidel Castro Díaz-Balart, el hijo de Fidel Castro. Conocido como ‘Fidelito’, era un físico nuclear que se había formado en Moscú, concretamente en la Universidad Estatal de Voronezh, por lo que tenía sentido que supervisara el proyecto (también era hijo de quien era).

La idea era que el primer reactor estuviera operativo de cara a 1993 y, en un informe de 1990 firmado por el propio ‘Fidelito’, se mostraba la energía nuclear como el “factor imprescindible para el desarrollo” de la nación, teniendo en cuenta que sería el motor energético de sectores como el de la medicina, la agricultura, la industria o las ciencias. Además, la idea era dejar de depender de la importación de petróleo.

Fidel afirmó que “se dejarán de consumir anualmente 2,4 millones de toneladas de petróleo, cantidad que duplica los volúmenes de extracción nacional del crudo”. Además, hizo el cálculo del ahorro que supondría la operación: varios cientos de millones de dólares. No fue muy concreto, no.

La caída de la URSS y de la central. Al final, los cálculos y las intenciones no importaron lo más mínimo. De la deseada apertura del primer reactor en 1993, tras recalcular las opciones, se indicó que estaría operativo a finales de 1995, como muy pronto, pero los 90 tenían otros planes. La Unión Soviética se desmoronó y, con ella, el sueño de la central nuclear de Fidel Castro. 1.100 millones de dólares a la basura.

Sin la URSS, Cuba perdió a su principal socio comercial, su fuente de apoyo financiero y también toda la asistencia técnica necesaria por parte de los ingenieros y técnicos rusos. La construcción se paralizó en 1992, cuando el primer reactor se había completado en un 90% y el segundo en un 30%. Pese a medios que afirmaban en 1997 que Cuba no había renunciado al proyecto nuclear, el gobierno fracasó al intentar conseguir lazos con otros países para su reactivación.

Dudas. Durante ese tiempo, algunos de los trabajadores de la planta desertaron a Estados Unidos, comentando que Cuba no tenía capacidad para operar de forma segura en la instalación nuclear. Simplemente, los operarios cubanos no habían recibido la formación completa para comprobar los componentes del reactor y que, de los 5.000 puntos de soldadura que habían pasado inspección entre el 10 y el 15% eran defectuosos. Asimismo, surgieron voces que apuntaban a la construcción defectuosa de la planta.

Intento de resurrección. Podemos pensar que simplemente fue un fracaso económico, pero lo cierto es que el esqueleto de la central de Juraguá sigue ahí, donde se detuvo hace 30 años, con los materiales descomponiéndose y protagonizando un paisaje que parece sacado de una película o videojuego sobre desastres naturales.

Cuba miró a otro lado hasta que, a finales del año 2000, Vladimir Putin visitó la isla. Su oferta: 800 millones de dólares en seis años para terminar el reactor, pero Fidel no estaba interesado. Y la de Putin no era una oferta por buena voluntad: Cuba tenía una deuda estimada en 20.000 millones de dólares con la URSS, una deuda que heredó Rusia y de la que Fidel tampoco quería saber nada.

Picapiedras. Lo peor no es el daño que se causó a la naturaleza, sino que la idea era que los operarios se mudaran a la zona. Como podemos leer en BBC, alrededor de 4.000 personas decidieron quedarse en la llamada ‘Ciudad Nuclear’ tras el abandono del proyecto. La idea inicial era crear algo como Chernóbil: una ciudad de la nada, anexa a una central nuclear, pero el proyecto se fue al traste junto a la URSS, impidiendo la consecución de ese sueño nuclear.

Central nuclear cuba
Central nuclear cuba

Esto es lo que queda a día de hoy

Nunca se llegó a entregar combustible nuclear y tampoco se habían instalado los componentes primarios, por lo que ahí sólo hay piedra y hormigón. Curiosamente, y como apuntan en Cubanet, hay quien sí puede vivir de la central. Son los llamados ‘picapiedras’, personas que cada día se levantan y se dedican a golpear el hormigón para llegar al cobre de las tuberías y al acero del hormigón armado, que posteriormente venden.

Y, de toda esta historia, seguro que alguien se sintió aliviado: Estados Unidos, que vio cómo, de un día para otro, su principal enemigo iba a levantar una central nuclear a solo 4.600 kilómetros de sus costas.

Imágenes | Google Maps, David Grant, Hvd69

En Xataka | La otra Cuba de Fidel Castro: la que recluía a los homosexuales en campos de trabajos forzados

ues de anuncios individuales.

Source link

Continue Reading
Advertisement

Actualidad

Si la pregunta es “dónde se encuentra el secreto de la felicidad”, un experto cree que se esconde en estas 15 afirmaciones

Published

on


Según el Informe Mundial de la Felicidad (World Happiness Report o WHR) de 2024, España es el 36º país más feliz del mundo con un índice de 6,42. A la cabeza de este ranking se encuentran tres países nórdicos: Finlandia, Dinamarca e Islandia, con índices de entre 7,53 y 7,74.

Medir la felicidad no es algo fácil. Los autores de este informe, en el que colaboran, entre otras instituciones, la consultora Gallup y el Oxford Wellbeing Research Centre, tienen en cuenta tres indicadores a los que denomina evaluaciones vitales, emociones positivas y emociones negativas.

Incluso si damos por válidos estos puntos, medir la felicidad de las personas es complicado, dependemos de evaluaciones subjetivas. Y a veces responder a preguntas como “¿eres feliz?” o “¿Cuán feliz eres?” nos resulta difícil. Sin embargo, existen estrategias que pueden ayudarnos a evaluar nuestra propia felicidad.

Dan Witters es consultor Gallup National Health and Well-Being Index, un experto en este tipo de estudios sobre la felicidad. Mientras preparaba su libro “El Secreto de Las Zonas Azules: Come y Vive Como la Gente Más Saludable Del Planeta”, el experto en longevidad Dan Buettner, charló con Witters para documentar su trabajo.

Más recientemente, Buttener publicaba un artículo en el que hablaba de 15 afirmaciones propuestas por el consultor que podrían ayudarnos a responder la engorrosa pregunta. Según explicaba, si afirmaciones como “comes sano todos los días” o “aprendes algo nuevo e interesante todos los días” se nos pueden aplicar, la felicidad será

Estas afirmaciones, también pueden verse como “consejos” que nos ayuden a acercarnos más a la felicidad.

Las afirmaciones son variadas, pero podemos agruparlas en unas pocas categorías, como dinero, vida saludable o pertenencia a la comunidad. Empecemos, como hace Buttener, por el dinero.

“Gestionas bien tus financias y vives dentro de tus posibilidades. Tienes suficiente dinero para hacer todo lo que quieras”. El dinero no da la felicidad, pero es un componente clave para esta. La falta de dinero puede generarnos importantes quebraderos de cabeza: hipotecas, inflación, paro… son una menor amenaza para nuestra felicidad si contamos con recursos. El dinero también nos puede dar acceso a ciertas actividades y experiencias que puedan ayudarnos a ser más felices, como un hobby, viajar o hacer más ejercicio.

Volviendo al nivel “macro”, podemos comprobar también que los países más felices según el WHR son algunos de los países con mayor renta per capita del mundo. No solo los países nórdicos: los puestos superiores de la lista los acaparan países europeos y otros de renta alta como los Estados, Unidos, Israel o Canadá. Existen algunas excepciones, como Costa Rica (puesto 12) o México (puesto 25). En el extremo contrario: países como Sierra Leona, Lesoto, Líbano o Afganistán, países no solo condicionados por la pobreza sino en ocasiones también por un conflicto armado.

No solo dinero

La segunda categoría tiene que ver con nuestra productividad. Esta incluye afirmaciones como “te fijas y alcanzas objetivos continuadamente”; “utilizas tus fortalezas para hacer lo que mejor se te da cada día”; “aprendes algo nuevo o interesante cada día”; y “eres activo y productivo cada día”.

Alcanzar nuestras metas puede dar un empujón a nuestra felicidad, al hacernos sentir más realizados. Nuestro cerebro, además, ha evolucionado para recompensarnos al aprender cosas nuevas segregando dopamina, una de las hormonas que asociamos al bienestar y la felicidad. Eso sí, la productividad puede ser un arma de doble filo: obsesionarnos con ser productivos también puede derivar en frustración y, con ello, en un grado menor de felicidad.

La tercera categoría podríamos denominarla como sentido de pertenencia y comunidad. Esta incluye por ejemplo “haces siempre tiempo para viajes o vacaciones con familia y amigos”; te sientes “seguro en tu comunidad”; y “en los últimos 12 meses, has recibido reconocimiento por ayudar a mejorar la ciudad o área donde vives”.

Nuestro entorno es un componente importante de la felicidad. La soledad es un problema para nuestra salud y bienestar, un problema creciente además, que ya ha llevado a algunos a hablar de una “epidemia de soledad”. Una epidemia que no afecta a todos por igual.

A caballo entre la tercera y la cuarta categoría, podríamos colocar la afirmación “tienes alguien en tu vida que te anima a ser saludable”.

Porque la cuarta categoría en la que podemos englobar estas afirmaciones es la de la salud. Esta categoría cuenta con otras seis afirmaciones: “comes saludablemente cada día”; “comes cinco raciones de fruta y verdura al menos cuatro días a la semana”; “vas al dentista al menos una vez al año”; “no fumas”; “tienes un peso normal, sano”; “te ejercitas al menos 30 minutos al menos tres días por semana”.

Puede ser redundante señalar la necesidad de consumir cinco raciones de fruta y verdura al día tras hablar de comer saludablemente. Redundante y no muy exigente: las cantidad semanal de estos alimentos recomendada por las guías nutricionales suele ser superior a la propuesta por  Witters. La alusión al “peso normal, sano”, también resulta llamativa. El sobrepeso es un factor de riesgo para diversas enfermedades, y el infrapeso entraña sus propios riesgos para la salud. Sin embargo, una dieta saludable y una vida activa son los factores que afectan directamente a nuestro bienestar y calidad de vida, así como a nuestro peso.

En Xataka | Vivir sin objetivos: cada vez hay más gente sustituyendo los “propósitos” de Año Nuevo por tareas y rituales

Imagen | Cande Westh

ues de anuncios individuales.

Source link

Continue Reading

Actualidad

La contraseña del botón nuclear de EEUU fue tan absurdamente simple durante años que lo raro es que nadie la vulnerara

Published

on


Durante mucho tiempo, la posición pública del gobierno de Estados Unidos fue bastante clara: tan solo el presidente podía ordenar un ataque nuclear. Hasta aquí, todo más o menos “normal”. Lo que no se entiende tanto era la “clave” de acceso al botón, la seguridad máxima en caso de sabotaje. Tampoco los planes aprobados en caso de que el presidente muriese a manos de una lista de países, cuyas consecuencias hubiesen sido literalmente apocalípticas.

La seguridad nuclear en la Guerra Fría. En el punto álgido de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, la seguridad de los códigos nucleares estadounidenses era alarmantemente deficiente, por decirlo de manera suave. A pesar de la necesidad crítica de proteger estos códigos para evitar lanzamientos accidentales o peor, no autorizados a través de algún tipo de sabotaje, las medidas de seguridad, como veremos, eran sorprendentemente laxas.

La propuesta de Fisher. En la década de 1980, Roger Fisher, académico de Harvard y especialista en negociación y manejo de conflictos, propuso una idea innovadora al Pentágono, una que, de haberse aprobado, hubiera sido motivo de una película y varias series de televisión: implantar los códigos nucleares en el pecho de un voluntario que acompañaría al presidente. De esta manera, si el jefe de la Casa Blanca decidía lanzar un ataque nuclear, tendría que quitarle la vida al pobre hombre para acceder a los códigos, confrontando directamente las consecuencias humanas de tal decisión.

Fisher argumentaba que un acto de este calibre haría que el presidente comprendiera profundamente el peso de causar millones de muertes inocentes. La propuesta de Fisher fue rechazada por el Pentágono. Los oficiales expresaron que obligar al presidente a matar a alguien podría distorsionar su juicio y potencialmente impedirle actuar en una crisis nuclear. La respuesta subrayó una preocupación mayor por la capacidad de respuesta rápida que por implementar salvaguardias morales adicionales.

Las revelaciones. Y entonces apareció un informe que dejó a muchos con la boca abierta. Bruce Blair, experto nuclear y exoficial de lanzamiento, revelaba que tras la orden del presidente John F. Kennedy en 1962 de utilizar códigos para proteger las armas nucleares, el Comando Aéreo Estratégico (SAC) modificó el sistema para priorizar la rapidez de lanzamiento.

¿Esto en qué se traduce? Según Blair, el SAC estableció los códigos de lanzamiento de los misiles nucleares Minuteman en “00000000”, es decir, ocho ceros, para facilitar un lanzamiento inmediato en caso de orden, reduciendo así las barreras para un lanzamiento no autorizado. Dicho de otra forma, cuando año tras año la recopilación de las contraseñas más utilizadas en el mundo muestra que volvemos a caer en el 123456, habría que recordar que para lanzar bombas nucleares era mucho más fácil que eso.

Negociación y controversia. La Fuerza Aérea de Estados Unidos quedó tan expuesta con las afirmaciones de Blair que declararon no recordar que se utilizara un código de ocho ceros para activar o lanzar misiles balísticos intercontinentales Minuteman. Blair no solo mantuvo su posición, además citó manuales técnicos que indicaban que los interruptores de inserción de código debían estar configurados en “00000000” en condiciones normales. Por si fuera poco, acusó a la Fuerza Aérea de proporcionar información engañosa sobre sus procedimientos de seguridad nuclear.

Añadimos una capa de seguridad. Coincidencia o no con las declaraciones de Blair, en 1977 se implementó un sistema más robusto que requería que el personal de lanzamiento contactara a una autoridad superior para recibir los códigos necesarios, fortaleciendo así las medidas de seguridad y reduciendo el riesgo de un lanzamiento accidental o no autorizado.

The Big Red Button 3085157011 3
The Big Red Button 3085157011 3

Las órdenes Furtherance y el SIOP. No podíamos hablar de la historia del control nuclear estadounidense sin recordar otro momento crítico. Ocurrió un poco antes, en la década de 1950, cuando la Unión Soviética probó su primera bomba nuclear y posteriormente una bomba de hidrógeno en 1955.

El desarrollo de bombarderos de largo alcance y un creciente arsenal nuclear soviético planteaban una nueva amenaza para Estados Unidos: un ataque sorpresa que pudiera dejarlos sin la capacidad de respuesta. El escenario llevó a los líderes estadounidenses a reconsiderar quién podía tomar decisiones en ausencia del presidente.

Así, a finales de los años 50, el presidente Dwight D. Eisenhower emitió órdenes secretas llamadas Furtherance, otorgando a los comandantes militares “preautorización” para lanzar ataques nucleares en dos casos: si el tiempo apremiaba y no permitía consultar al presidente, o si éste moría durante un ataque. Estas órdenes incluían activar el Plan Operativo Integrado Único (SIOP), diseñado para responder a cualquier ataque, incluso convencional, con un contraataque nuclear masivo que involucraría miles de objetivos en la Unión Soviética, China y otros países del bloque comunista.

Apocalipsis. No es un término baladí. En aquellas fechas se utilizó mucho para escenificar lo que significaba activar la operación. El SIOP, de hecho, era apocalíptico en su alcance. Preveía ataques nucleares contra más de 4.000 objetivos en un lapso de 30 horas, con múltiples armas asignadas a los blancos más críticos.

Para que nos hagamos una idea, se estimaba que más de 200 millones de personas morirían de inmediato, mientras que decenas de millones más sucumbirían a las consecuencias posteriores, todo con el objetivo de asegurar una victoria unilateral para Estados Unidos.

Revisión de la política. Aunque Eisenhower y sus sucesores reconocieron los riesgos de delegar esta autoridad, consideraron que la falta de un mecanismo de respuesta era un peligro aún mayor. En 1968, el presidente Lyndon B. Johnson revisó las órdenes para adoptar una política más flexible. En lugar de un ataque nuclear a gran escala, Estados Unidos respondería con armas convencionales si el ataque inicial no involucraba armas nucleares. Este cambio marcó un alejamiento del borde de la guerra nuclear, estableciendo por primera vez una política de proporcionalidad en las respuestas militares.

Por lo pelos. En definitiva, la historia de la “seguridad nuclear” en Estados Unidos, un tema que se pensaría cubierto y estudiado de forma exhaustiva, deja muchas dudas y posibles brechas que, afortunadamente, nunca llegaron a suceder. Todas estas situaciones ponen de relieve las tensiones entre la necesidad de una respuesta rápida en caso de crisis y la implementación de salvaguardias estrictas para prevenir usos indebidos de armas nucleares.

Por supuesto, también destacan cómo, durante períodos de extrema tensión internacional, las medidas de seguridad pueden ser comprometidas en favor de la eficiencia operativa, planteando importantes preguntas sobre el equilibrio entre seguridad y preparación militar. Lo mejor de todo es que seguimos vivos tras una larga época en la que ocho ceros fueron la llave del botón rojo, o incluso en la que se planteó que un hombre llevara la clave del apagón insertada en el corazón.

Imagen | PickPik, The Big Red Button, U.S. Air Force

En Xataka | Ha comenzado una inédita carrera armamentística nuclear: una en la que participan EEUU, Rusia… y también China

En Xataka | De todas las potencias mundiales, solo una se ha negado a firmar un acuerdo clave: que la IA no controle el botón rojo nuclear

*Una versión anterior de este artículo se publicó en diciembre de 2024

ues de anuncios individuales.

Source link

Continue Reading

Actualidad

Cuando Samsung adelantó a Nokia y Motorola con el primer teléfono con reproductor de MP3 del mundo: así era el UpRoar

Published

on


Los teléfonos móviles han recorrido un largo camino hasta convertirse en dispositivos inteligentes capaces de sustituir, en cierto modo, a otros productos como cámaras, reproductores de música y agendas electrónicas. Aquellos con cierta cantidad de años probablemente recordarán el día que Steve Jobs subió al escenario del Moscone Center de San Francisco para presentar “un iPhone, un teléfono y un comunicador de Internet”, que no eran tres dispositivos, sino uno: el iPhone.

Si bien el teléfono de Apple supuso una auténtica revolución cuando apareció en 2007, y significó la ruina para algunos actores establecidos de la industria como BlackBerry, no fue pionero en muchas de sus funciones. Samsung fue la primera compañía en lanzar al mercado un teléfono con reproductor de MP3. Lo hizo en el 2000, cuando comenzó a vender el Samsung SPH-M100 (llamado Samsung UpRoar si se ofrecía con el operador estadounidense Sprint), que presumía de esta interesante novedad.

Samsung SPH-M100, el primer teléfono móvil con MP3

En el año inaugural del nuevo milenio ni siquiera existía el iPod. La primera versión del reproductor de música de la compañía de la manzana no llegó hasta el 2001. En el mercado existían algunos reproductores portátiles de MP3, como el MPman F10 y el Rio PMP300, pero la norma era escuchar tus canciones con este formato de archivo en el ordenador. Si lo que buscabas era libertad para escuchar música desde cualquier parte, una opción tremendamente popular era el CD Walkman de Sony.

Después de más de una década en las tiendas, los teléfonos móviles habían evolucionado notablemente. Ya no eran grandes y pesados como el legendario Motorola DynaTAC 8000X o el Nokia 2010. Estos dispositivos ya eran más pequeños, livianos y elegantes. ¿El paso siguiente? Incorporar más y más funciones. Samsung pensó que sería buena idea añadir la función de reproducción de MP3, algo que, como decimos, se materializó a principios del siglo XXI con el SPH-M100, pero con varias limitaciones.

Samsung Sph M100 1
Samsung Sph M100 1

El teléfono tenía una memoria de 32 MB, lo que le permitía almacenar unas 10 canciones en MP3. Si querías que exprimir más el almacenamiento disponible, podrías hacerlo con un truco: codificando los archivos por debajo de los 128 Kbps. Para pasar los archivos al móvil necesitabas utilizar un cable que estaba incluido en la caja para conectar el móvil al puerto paralelo de una PC. Y no podrías arrastrar las canciones fácilmente, debías utilizar el programa MP3 Manager de Samsung.

Samsung incluía, además, unos auriculares con micrófono que servían para hablar por teléfono y para escuchar música. Este accesorio tenía cuatro botones, que permitían contestar y colgar una llamada, reproducir o pausar música, y pasar a la siguiente canción o reproducir la anterior. Si recibías una llamada, la música se pausaba automáticamente. Al terminar de hablar, no obstante, había que reanudar la reproducción de forma manual. En cualquier caso, el dispositivo prometía 10 horas de producción continúa.

Desde luego se trataba de un teléfono más que interesante para la época, aunque definitivamente no era para todos. Se trata de una opción premium que tenía un precio de 400 dólares (poco más de 730 dólares en la actualidad). El tiempo ha pasado, y algunos usuarios que conservan este teléfono han decidido ponerlo en venta en eBay. Los precios oscilan entre los 99 dólares y los 299 dólares. Eso sí, no estamos seguros si captarán la atención de los coleccionistas como otros productos.

Imágenes | Samsung | Captura de pantalla

En Xataka | Qué fue de los palos selfie: auge, caída y resurrección de un cacharro amado y odiado a partes iguales

ues de anuncios individuales.

Source link

Continue Reading

Trending