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10 discos que cumplen 10 años en 2025
Lo que necesitas saber:
En este 2025, hay varios discos icónicos que cumplen 10 años. Aquí uno de nuestros especiales de aniversarios de álbumes.
Sí, lo sabemos… Los recuerdos del 2015 se sienten tan frescos que parece irreal que haya pasado ya una década. Y cuando se trata de música, no podemos creer que algunos discos icónicos ya estén cumpliendo 10 años en este 2025.
Sobre todo, porque son álbumes que a día de hoy aún se sienten nuevos, recientes. Son materiales que marcaron una tendencia ya por su producción o que marcaron época gracias a una, dos o más canciones.
10 discos que cumplen 10 años en el 2025
¿Ustedes recuerdan cuál fue el álbum que más escucharon en el 2015? Y además, ¿lo siguen escuchando después de una década? Acá les traemos un trancazo de nostalgia con 10 discos que cumplen 10 años en el 2025.
‘Currents’ de Tame Impala
Este disco significó un parteaguas para el proyecto liderado por Kevin Parker. Con su tercer disco, Tame Impala se convirtió en un fenómeno masivo de reconocimiento mundial.
No es como que Innerspeaker y Lonerism no tuvieran impacto internacional, pero es justo decir que ese par de álbumes, en su momento, se escuchaban en nichos específicos porque estaban más inclinados hacia la textura más rockera del compositor australiano.
Currents no abandonó esa línea del todo, pero amplificó las influencias de Parker mostrándonos su capacidad para componer canciones de corte más pop, todo en un disco que hablaba sobre dejar que la vida –en todos sus aspectos– siga su curso, sea para bien o para mal.
“Let It Happen” era el sencillo que ejemplificaba mejor que nada ese concepto, con todo y su video musical. “Eventually” también mostraba esta idea desde el punto de vista de una relación amorosa que ya no da más, diciéndonos que así como el amor, la tristeza es pasajera.
Y claro, el gran impacto de este disco de Tame Impala no se puede medir sin tomar en cuenta “The Less I Know The Better”, que se convirtió en un clásico absoluto de la década del 2010 ofreciéndonos también uno de los videos musicales más icónicos de la última época.
Además, Currents fue el disco que le abrió las puertas a Kevin Parker para ser considerado como un compositor/productor de alto perfil para figuras como Kanye West, Rihanna, Mark Ronson, Lady Gaga o Travis Scott, que no dudaron en recurrir a él para colaborar en sus discos posteriores al 2015.
‘To Pimp a Butterfly’ de Kendrick Lamar
En este punto, ya con el beneficio de la perspectiva, es justo decir que Kendrick Lamar es uno de esos artistas que no tiene un solo disco malo. Por algo es considerado el mejor rapero de su generación y con seguridad, entra ya en la conversación de los mejores de todos los tiempos.
Si nos remontamos 10 años atrás, muchos tal vez se habrán preguntado cómo Kendrick podría, cuando menos, igualar el éxito y el impacto que obtuvo con Good Kid MAAD City del 2012, que lo convirtió en una figura de altísimo perfil dentro del hip-hop… Con To Pimp a Butterfly se reafirmó como tal.
Mientras Good Kid era un ejercicio inspirado en la vida de Lamar en Compton y cómo eso lo moldeó, Butterfly se amplió en concepto con la idea de celebrar la identidad afroestadounidense a través del ‘rap consciencia’ y los diferentes estilos musicales que han marcado a esa misma comunidad.
Como señala UDiscoverMusic, Kendrick Lamar entregó un disco conceptual sobre un rapero que ha alcanzado la fama, pero que empieza a lidiar con la tentación y la presión de su nueva e influyente posición, algo que lo empieza a hacer sentir desorientado y fuera de sí.
Es así que este personaje realiza una exploración sobre la historia afroestadounidense para conectar de nuevo con sus raíces y mantenerse humilde, real y cercano a la comunidad a la que perteneció alguna vez, esto antes de la riqueza. Para no perder el piso, pues.
To Pimp a Butterfly es un disco con muchas lecturas sociales en ese sentido, celebrando la riqueza cultural afrodescendiente y recordando también las heridas que esta comunidad ha atravesado a lo largo del tiempo.
Esto no solo lo pone de manifiesto en las letras, sino en la música como tal. No por nada, las bases de hip-hop se complementan con elementos del funk o el jazz, estilos de origen afroamericano, esto con la participación de grandes músicos contemporáneos como Thundercat, Pharrell Williams y Kamasi Washington, entre otros
‘Carrie & Lowell’ de Sufjan Stevens
Si uno busca rankings de los mejores discos de Sufjan Stevens, encontrará de inmediato Carrie & Lowell en el puesto 1 o 2 de esos listados. En gran medida, esto se debe a lo minimalista, melancólico, catártico y honesto que es el disco. Y si lo ponemos sobre la mesa, este debe ser el que mejor proyecta todos esos calificativos.
Como sabrán los más fans, Sufjan escribió este material tras la muerte de su madre, Carrie, en el 2012. La relación con su madre no fue ni de cerca sencilla; era una mujer que experimentó el abuso de sustancias, que padeció de depresión y esquizofrenia, y que incluso abandonó repetidamente al artista en su juventud.
Por otro lado, el disco también nos habla sobre Lowell, el padrastro de Sufjan, quien fue una figura importante en la infancia del artista y que incluso lo apoyó como cofundador de Asthmatic Kitty, el sello discográfico que Stevens estableció en 1999.
En términos generales, Carrie & Lowell fue un disco que ayudó a Sufjan Stevens a sobrellevar la pérdida de su madre; a reflexionar sobre la complicada relación entre ellos y cerrar un capítulo de la vida de ambos. Como haciendo las paces de alguna manera, todo en un viaje musical duro y triste hasta los huesos que justamente inicia con la canción “Death with Dignity”.
Pero Sufjan también muestra momentos de brillo y habla de una ‘temporada de esperanza’, esto como referencia a los cinco años que Lowell estuvo casado con Carrie. Un momento que lo marcó y que convirtió a su padrastro en una figura de apoyo que hacia falta en su vida.
Tremendo discazo, por donde se le escuche.
‘Hasta la raíz’ de Natalia Lafourcade
Natalia Lafourcade siempre fue una artista reconocida en México, ya fuese como solista o con La Forquetina. Pero si hacemos un recorrido por su carrera, podemos decir que el 2015 fue el año que marcó un antes y un después para la artista, esto gracias al disco Hasta la raíz.
Dicho material significó su transición completa hacia el folk pop, además de estilos musicales tradicionales y folclóricos de Latinoamérica que han marcado la dirección musical de sus lanzamientos a partir de ese año… Y es ahí donde encontramos uno de los aspectos más geniales en el desarrollo de este material que entra a la lista de discos que cumplen 10 años en 2025.
Como ella misma contó al Chicago Tribune, todo comenzó cuando preparaba Mujer divina, el disco tributo a Agustín Lara que lanzó en el 2012. Trabajar con las canciones del llamado ‘Flaco de Oro’, la hizo sentir nuevamente una cercanía hacia la música tradicional mexicana.
“La música de Agustín Lara fue mi referencia más cercana e inmediata; quería escribir canciones tan bonitas como las suyas. Lara era mi referencia y una bastante exigente”, dijo al medio antes citado.
Después, en el 2014, viajó por diferentes partes de México, así como de Colombia, Cuba y otros países latinoamericanos como parte de un proceso personal de sanación, según cuenta. En estos lugares, encontró más fuentes de inspiración escuchando a compositores icónicos de la música folclórica latinoamericana.
Y gracias a todo ello, encontró una sensibilidad especial, casi poética, para escribir nuevas canciones. Todo eso se puede percibir en Hasta la raíz, dentro del cuál encontramos la canción homónima que, sin duda, fue un hit masivo que pasó a volverse un clásico de la música hispanoamericana de la década del 2010.
La repercusión de esa canción fue tanta que incluso se le dedicó un episodio en el popular programa estadounidense Song Exploder (la adaptación de Netflix del reconocido podcast conducido por Hrishikesh Hirway). Y a partir de ese disco, Natalia Lafourcade encontró su lugar como una de las artistas mexicanas más importantes de la última década.
‘The Magic Whip’ de Blur
No hay nada como la emoción de saber que tu banda favorita está de regreso luego de un largo rato de ausencia. En el caso de Blur, esa ausencia fue de 12 años (sin contar las reuniones esporádicas y un par de sencillos independientes entre 2010 y 2012) para lanzar The Magic Whip y marcar una de las vueltas triunfales definitivas del 2015.
Hay muchos detalles que hacen espectacular este disco. Por un lado, la banda volvería a trabajar en el estudio con Stephen Street, el productor que los acompañó en su etapa más brillante a lo largo de los 90. Y por otro lado, también significaba el regreso de Graham Coxon en la guitarra luego de que este último se había separado de la banda en el 2003.
Pero The Magic Whip tiene un componente ‘mágico’ (valga la redundancia) que lo hace muy especial: fue un disco que ni siquiera estaba en el radar de la banda y que empezaron a realizar de la manera más inesperada posible.
Blur, en una de sus esporádicas reuniones, hizo un viaje a mediados del 2013 para tocar en un festival en Japón que se canceló de la nada. Entonces, a la banda le quedaron algunos días libres en su agenda y decidieron establecerse en Hong Kong para armar algunas sesiones de estudio improvisadas.
Los tracks que trabajaron eran maquetas de canciones en las que estaba trabajando Damon Albarn. Las cosas salieron bien con la banda en el estudio, pero no lograron terminar las canciones en ese momento por el limitado tiempo de agenda que tenían. Damon dijo alguna vez que The Magic Whip pudo ser un disco de esos que se quedan en la bóveda para nunca ver la luz.
Sin embargo, Graham Coxon, que tenía la espina de clavada de no haber contribuido en el disco Think Tank del 2003, se involucró completamente en este nuevo álbum. De hecho, él fue quien se aferró a seguir produciendo el disco para luego mostrar las canciones a Damon, quien escuchó los demos terminados y se dedicó de lleno a escribir las letras y otros arreglos.
‘What Went Down’ de Foals
Foals es una de esas bandas que ha moldeado su sonido con el paso de los años. Y si en sus inicios tenían una carga importante de math-rock e indie rock de corte dance, fue a partir del 2013 con Holy Fire que su estilo se hizo más diverso, experimentando con la música disco o incluso progresiones musicales más pesadas.
Dos años después, la banda lanzó What Went Down, que en palabras de los integrantes fue una especie de seguimiento de lo que venían haciendo desde el álbum pasado. Es decir, un equilibrio ideal entre temas suaves y otros mucho más agresivos, donde encontramos algunos de los más pesados de su discografía.
Así, pasamos de las relajantes y nostálgicas secuencias de “Birch Tree” o “Mountain At My Gates”, a la parte más experimental y psicodélica con “A Knife in the Ocean”… Y después, hay una descarga de adrenalina con temas potentes como la propia “What Went Down” o “Snake Oil”, que tienen toques de stoner rock y garage rock.
En su momento, el disco fue precisamente señalado por presentarnos esta característica más pesada de Foals. Y en una entrevista con Coup de Main Magazine, Yannis Philippakis dijo que esta influencia más áspera y enérgicas la quisieron recrear en este disco ya que les encantó la energía en vivo que provocaban canciones como “Inhaler” (una de las rolas ‘pesadas’ del Holy Fire).
‘Caracal’ de Disclosure
Settle fue una muy buena carta de presentación para Disclosure, que en su momento provocó algo similar a Daft Punk (guardando distancias por supuesto): encontrar un punto para gustarle tanto a los clavados de la música electrónica, así como a los oyentes pop radiales casuales y al público más ‘alternativo’.
Ese primer disco también ayudó a establecer las carreras de los artistas invitados como Sam Smith (“Latch) o AlunaGeorge (“White Noise”) que también apenas estaban empezando a hacer ruido… Y bueno, la cosa cambió enormemente en el 2015 cuando los hermanos Lawrence lanzaron Caracal.
A diferencia de su primer disco que tenía algunas canciones puramente dance y más rápidas, Disclosure apostó en Caracal por la incorporación de más estilos como el R&B, el soul, por ahí hay algo de house de rollito disco, un poquito de synth-pop… Vaya, es un álbum muy diverso en ese sentido.
Además, si algo tiene este material, es que mostró a los hermanos Lawrence como potenciales productores de éxitos pop masivos con canciones como “Nocturnal”, “Omen”, y “Magnets”, las cuales lanzaron en colaboración con estrellas que estaban en pleno ascenso para hacerse en figuras pop mundiales como The Weeknd, el ya mencionado Sam Smith o Lorde.
Este es un infaltable en los discos que cumplen 10 años en 2025 ya que marcó tendencia, como dijimos, con esta capacidad de hacer canciones que le pueden gustar al oyente más casual o al melómano clavado.
Y por supuesto, no podemos olvidar la trilogía de videos que nos mostraban una historia de ciencia ficción a través de las canciones “Holding On”, “Omen” (clips grabados en la Ciudad de México) y “Jaded”.
‘English Graffiti’ de The Vaccines
Hay discos que significan un cambio importante para las bandas que los hacen. Y en ese sentido, English Graffiti es el parteaguas con el que The Vaccines diversificaron lo que habían hecho en sus primeros dos discos.
What Did You Expect from the Vaccines? y Come of Age nos habían mostrado el lado enérgico de Justin Young y compañía, esto en una combinación de lo que sería el hijo divertido pero crudo de los Ramones y The Strokes.
Pero con su tercer álbum, la banda inglesa tomó por sorpresa a todos. No abandonaron del todo las canciones frenéticas, pero ya no eran el ADN del disco. Si acaso, dos canciones por ahí rescataban lo mejor de las primeras dos producciones.
Solo que ahora, la banda también hizo canciones más elaboradas, con más arreglos de teclados y sintetizadores, y de tempos más lentos como “Dream Lover” o “Minimal Affection”.
También hay baladas indie pop al estilo “Want You So Bad” o “Maybe I Could You”. E incluso, coqueteándole con la esencia pop de los 80, había rolitas de coros pegajosos como “Give Me a Sign”.
En términos generales, con English Graffiti, The Vaccines se cansó de estas reglas autoimpuestas del indie-rock más crudo sobre sonar ‘descuidado’ o ‘poco producido’. Y por el contrario, por primera vez en su carrera, decidieron meterse en la composición de arreglos para ser más ambiciosos… Y les quedó genial.
Seguro que a muchos fans no les habrá gustado del todo este cambio radical, pero ahora con una década… ¿Qué les parece el disco?
‘Depression Cherry’ de Beach House
A veces, quienes escribimos de música, abusamos de los términos ‘etéreo’ y ‘onírico’ para hablar de un disco repleto de capaz de sonido envolventes, llenas de eco, delay y reverberación, voces tenues, entre otras cosas. Realmente, pocos álbumes pueden llevarse esos calificativos… y Depression Cherry de Beach House es uno de ellos.
Para muchos, fue un gran regreso de Victoria Legrand y Alex Scally a las bases del dream pop que se les conocían antes de Bloom del 2012, un disco que tal vez no los dejó del todo satisfechos después de la gira de promoción correspondiente.
La banda ha dicho que la gira de Bloom no les agradó tanto en su momento porque se incorporó una batería en vivo. Esto supuso un contraste muy marcado con el sonido atmosférico de las canciones ya que la batería opacaba muchos momentos instrumentales de la ejecución en vivo. Algo no encajaba.
Entonces, para Depression Cherry, regresaron a las composiciones más simples utilizando cajas de ritmos que no le quitaran protagonismo a los sintetizadores ni a esas guitarras ‘etéreas’ y ‘oníricas’ que son el sello de la casa.
Al final este disco que cumple 10 años en 2025 le dio a Beach House no solo la certeza de qué es lo que realmente les gusta tocar y cómo… También les dio su mayor éxito con la inolvidable “Space Song”, un clásico total de la música alternativa de los 2010.
‘I Love You, Honeybear’ de Father John Misty
Para muchos, este es el mejor disco que Josh Tillman, alias Father John Misty, ha hecho en su carrera como solista. Y es curioso cómo funciona I Love You, Honeybear… porque sí, es un disco innegablemente cursi, pero no de una manera sumamente empalagosa y convencional.
Misty hizo de este un álbum conceptual, en parte inspirado por su matrimonio con su esposa Emma. La canción que da el nombre al disco, “When You Are Smiling and Astride Me”, “The Ideal Husband” y “Chateau Lobby #4” son las que hablan más explícitamente de su encantadora relación.
Pero este viaje de amor para ser el ‘esposo ideal’, Tillman también habla tanto de sus desventuras pasadas antes de enamorarse perdidamente, como también de los males del mundo, sobre todo de la cultura estadounidense.
Y lo hace con mucho cinismo, humor y sátira, presentándose como un tipo quejumbroso e insoportable que parece odiar y burlarse de todo lo que le rodea. Pero como dice la canción que da el nombre al disco, este sujeto solo quiere estar con su amada mientras ven el barco hundirse, mientras ven las calles llenarse de muerte…
Este disco que cumple 10 años en 2025, es la prueba de que también los misántropos tienen buenos sentimientos, jeje.
Menciones honoríficas de discos que cumplen 10 años en el 2025
In Colour de Jamie xx
Vulnicura de Björk
Anthems for Doomed Youth de The Libertines
Blurryface de Twenty One Pilots
Wiped Out! de The Neighbourhood
Music Complete de New Order
Every Open Eye de CHVRCHES
Art Angels de Grimes
Sound and Color de Alabama Shakes
Beauty Behind the Madness de The Weeknd
GO:OD AM de Mac Miller
How Big, How Blue, How Beautiful de Florence + The Machine
Froot de Marina
Product de Sophie
Another One de Mac DeMarco
Sometimes I Sit And Think, And Sometimes I Just Sit de Courntey Barnett
Marks To Prove It de The Maccabees
Teens Of Style de Car Seat Headrest
Bahía Santiago de Technicolor Fabrics
Amor supremo de Carla Morrison
The Future Sugar de Rey Pila
The Desire Effect de Brandon Flowers
Vol. 1 de Mon Laferte
Beneath The Skin de Of Monster and Men
Uptown Special de Mark Ronson
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Vuelven las serenatas tradicionales a Plaza de Armas; fechas y horarios
Según Cultura Jalisco, durante el mes de enero de 2025 las serenatas tradicionales regresarán a la Plaza de Armas dos veces por semana. Así, los asistentes podrán disfrutar de conciertos totalmente gratuitos en el centro de Guadalajara como ya es tradición en nuestra ciudad.
Las serenatas tendrán lugar todos los viernes de enero a las 6:30 pm con la Orquesta Típica de Jalisco, y todos los domingos a la misma hora con la Banda de Música del Estado de Jalisco.
¡Regresan las Serenatas Tradicionales a Plaza de Armas!
En enero podrás disfrutar de estas presentaciones los viernes a las 6:30 pm con la Orquesta Típica de Jalisco y los domingos a las 6:30 pm con la Banda de Música del Estado de Jalisco.
¡Te esperamos en Plaza de Armas!
pic.twitter.com/fcRYSlPGNC— Cultura Jalisco (@CulturaJalisco)
January 8, 2025
En estos conciertos podrás vivir una experiencia extraordinaria al escuchar una gran variedad de música tradicional como sones, polkas, huapangos, boleros, pasos dobles, valses y mosaicos musicales.
Recuerda que la entrada es completamente libre para el público en general. Así, los recitales se realizan en el Kiosco de la pintoresca Plaza de Armas, ubicada justo al lado izquierdo de la Catedral Metropolitana, en la Avenida 16 de septiembre del Centro Histórico de Guadalajara.
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Sobre la Orquesta Típica de Jalisco
La Orquesta Típica de Jalisco es una agrupación que lleva varios años cumpliendo la función de acercar la música regional a los oídos de todos los mexicanos. Según la página de la Secretaría de Cultura Jalisco, la orquesta desempeña sus funciones bajo el lema de “México, rescate y tradición”.
En general, el conjunto está integrado por los mismos instrumentos que una orquesta clásica. Es decir, que cuenta con la presencia de cuerdas, flautas, oboes y clarinetes, trompetas, trombones y percusiones. Sin embargo, lo que le da el toque particular regional son los instrumentos tradicionales como el salterio, bandolón, mandolinas, arpa, guitarra y marimba.
Desde su fundación, la Orquesta ha realizado conciertos semanales en el centro de la perla tapatía. Recuerda que se trata de una programación regular y sin costo para todos los interesados, por lo que puedes asistir sin problema cuando desees empaparte del sabor musical de Jalisco.
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La canción con la que David Bowie se despidió de este plano
Lo que necesitas saber:
Antes de morir, David Bowie nos dio “Lazarus”, una canción desgarradora y emotiva con la que le dijo adiós a este mundo.
La música es tan poderosa que tiene la capacidad de generarnos toda clase de emociones al escucharlas. Para los artistas, también sirve como un espacio en el que pueden compartir con el mundo sus pensamientos y sentimientos. Sin embargo, hay quienes llevan esto al siguiente nivel, como el caso de David Bowie, quien utilizó esta herramienta para despedirse del mundo con “Lazarus”.
El 2016 inició de la ‘patada’, pues durante los primeros días de aquel año nos enteramos de la muerte de este legendario artista, quien sin lugar a dudas, marcó un antes y después en la historia de la música, el arte y la moda. Su fallecimiento tomó a la industria y a sus fans por sorpresa, pues nadie se imaginaba que lo perderíamos a los 69 años.
Aunque para todo el mundo esto fue algo inesperado, el propio David Bowie sí sabía que tenía los días contados y se acercaba su final. Es por eso que antes de partir de este plano y para aumentar su legado, nos entregó un último material discográfico en el que podemos encontrar una de sus canciones más desgarradoras, emotivas y reales: “Lazarus”.
Así surgió la idea de “Lazarus” de David Bowie
A finales de 2015 y luego de presentar “Blackstar” (su primera canción inédita en dos años que se convertiría en el primer sencillo de su vigésimo quinto álbum de estudio del mismo nombre), David Bowie lanzó “Lazarus”. Esta rola a diferencia de la anterior, estaba pensada dentro de un proyecto mucho más ambicioso que un disco, pero ambos temas compartían algo: un mensaje que parecía de despedida.
Durante las sesiones de grabación del que se convertiría en su último material discográfico, Bowie estaba desarrollando un musical llamado Lazarus, que serviría como secuela de su película clásica de culto, The Man Who Fell to Earth, donde interpretó al protagonista Thomas Jerome Newton. Los números estuvieron formados por algunas rolas clásicas de David, pero también compuso canciones nuevas, entre ellas la que le da nombre a esta puesta en escena.
Finalmente, el musical se estrenó en noviembre de 2015 y contó con Michael C. Hall como el protagonista, la cual se presentó en Nueva York y Londres (de hecho, la función de apertura fue la última aparición pública de David Bowie). Sin embargo, parece que el músico tenía la necesidad de incluir a “Lazarus” en su siguiente disco, es por eso que a finales de ese año la lanzó como sencillo y tiene mucho sentido que insistiera tanto en esto.
18 meses antes de que estrenara esta canción, Bowie fue diagnosticado con cáncer de hígado y aparentemente sabía que su vida estaba llegando a su fin. Sin embargo, en lugar de dejar que la enfermedad se lo llevara y esperar su inevitable final, David decidió hacer lo que más le gustaba y le daba fuerzas: crear música auténtica y de paso, dejarnos una última muestra de su enorme genialidad con Blackstar.
Bowie quería despedirse con esta canción y ‘Blackstar’
Según el mismísimo Tony Visconti (legendario productor que colaboró en un montón de discos junto al músico británico), la letra de “Lazarus” y otras canciones del álbum se supervisaron para que se convirtieran en una especie de auto-epitafio de David Bowie, un comentario sobre la propia muerte inminente de este multifacético artista. Y vaya que eso queda claro si analizamos la letra.
La canción abre con la frase “Look up here, I’m in heaven. I’ve got scars that can’t be seen” (“Mira aquí arriba, estoy en el cielo. Tengo cicatrices que no se pueden ver“), que sería una referencia precisamente al cáncer que estaba consumiendo a Bowie. Sin embargo, para la última parte de la rola, el propio David parece estar aceptando su final, cuando canta “This way or no way, you know I’ll be free. Just like that bluebird now, ain’t that just like me?” (“De esta manera o de ninguna manera, sabes, seré libre. Como ese pájaro azul, ahora, ¿no es eso propio de mí?)”.
Aunque no está confirmado, existe la teoría de que “Lazarus” estuviera influenciada de alguna manera en Lázaro, personaje del Evangelio de Juan que fue resucitado a los cuatro días después de su muerte por Jesucristo. No está claro por qué David Bowie haría referencia al nombre bíblico en el título de la canción, pero podría ser una metáfora de la resurrección del personaje de Thomas Jerome Newton o quizá, el músico estaba reflexionando y prediciendo el posible resurgimiento de su propia carrera y fama tras su muerte.
El impactante video de “Lazarus” y su evidente mensaje
De cualquier manera, si no había sido lo suficientemente claro con lo que quería transmitir con esta rola, Bowie le abrió los ojos a quien faltaba cuando estrenó el video oficial de la canción, el cual contó con la dirección de Johan Renck (cantautor que ha estado detrás de clips para artistas como Madonna, Kylie Minogue, The Libertines, Suede, New Order, Lana Del Rey, Chris Cornell, Robbie Williams y más).
En el visual, David Bowie canta desesperadamente en una cama de hospital caracterizado como el personaje Button-Eyes (el mismo que apareció en el video de “Blackstar”), con un vendaje que le cubre parte del rostro y botones cosidos sobre sus ojos. En un momento, el artista se levanta de lo que parece ser su lecho de muerte y podemos ver que lleva puesto el mismo atuendo que usó en la contraportada de su disco Station to Station.
El videoclip video termina con Bowie entrando en un ropero oscuro y cerrando la puerta: esa fue su escena final. Resulta que durante la filmación, los médicos le informaron al músico británico que el cáncer era terminal y que ya no había nada más qué hacer. Aunque Johan Renck mencionó que se enteró de la situación de David después de contarle su idea, lo que crearon para este visual refuerza esa despedida que una leyenda como él se merecía.
El 7 de enero de 2016, apareció el video oficial de “Lazarus” y un día después (en el que fue el cumpleaños 69 de David Bowie) vio la luz Blackstar, el cual contó con una portada minimalista a cargo de Jonathan Barnbrook (con quien trabajó en The Next Day) que muestra una estrella de color negro sobre un fondo blanco, pero en la parte superior se puede ver la descomposición de la estrella en cinco partes distintas, que al checarlas detalladamente forman la palabra “Bowie”.
Bowie no dejó de hacer arte hasta sus últimos días
Lamentablemente, el 10 de enero de 2016 y tras un par de días luego de lanzar este material discográfico, Bowie murió, dejando un enorme hueco y legado tanto en la industria musical como en las personas que marcó con su trabajo a lo largo de más de cinco décadas de carrera. Con este emotivo, críptico, estructurado y espontáneo disco, David se despidió como debía del mundo que lo vio brillar y en el que desarrolló su talento.
Aunque la muerte de David Bowie representó la pérdida de uno de los artistas más importantes de todos los tiempos, y a pesar de que sabía que no le quedaba mucho tiempo de vida, se mantuvo fiel a lo que siempre fue hasta sus últimos días, pues en Blackstar se negó a cumplir con las expectativas que habían sobre él. Y claro, “Lazarus” es la prueba de ello, un adiós lúgubre pero ideal para una figura de su tamaño donde nos recuerda que por fin será libre.
La mejor definición de esta canción y del último material discográfico lanzado por David Bowie la podemos ver en las palabras que Tony Visconti publicó en un comunicado en sus redes sociales, tras la muerte de quien fuera su amigo y compañero musical por muchos años.
“Siempre hizo lo que quiso hacer. Y quiso hacerlo a su manera y de la mejor manera. Su muerte no fue diferente a su vida: una obra de arte. Hizo Blackstar para nosotros, su regalo de despedida (…) Era un hombre extraordinario, lleno de amor y vida. Siempre estará con nosotros”.
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La historia de “Let’s Dance” de David Bowie con Nile Rodgers
Lo que necesitas saber:
Esta es la historia detrás de “Let’s Dance” y cómo David Bowie reclutó a Nile Rodgers para entregarle al mundo uno de sus más grandes éxitos.
Eterno por siempre, David Bowie. Pocas figuras como la del músico inglés se respetan tanto dentro de la industria musical. Y no es para menos: nos dejó tantos discos, canciones, estilos musicales y visuales, mismos que componen su infinito legado y siguen impregnándose –en mayor o menor medida– en la obra de otros artistas.
Precisamente, una de esas canciones de las que hablamos es “Let’s Dance”, tema que marcó en su momento un antes y un después en las aspiraciones artísticas del Duque Blanco de la música.
Y no nos malentiendan; hay tanto material del británico con el que fácilmente explicaríamos su virtuosismo y valor artístico, pero hoy es momento de hablar de la rola que terminó por confirmarlo como un ídolo pop masivo hacia la década de los 80.
Con todo el genio musical que tenía en la palma de su mano, Bowie estaba listo para reclutar a otro grande nombre como el de Nile Rodgers, con quienes armó este estupendo track que a día de hoy nos sigue moviendo cuando de bailar se trata…
David Bowie y los cambios en los 80
La década de los 80 debe ser sin duda una de las épocas más fructíferas para la industria musical. El boom de las grandes estrellas de pop se comenzaba a gestar con fuerza y, por supuesto, David Bowie estaba preparado para alzarse entre esas estrellas.
El músico de Brixton ya tenía un recorrido demasiado importante detrás suyo, cimentado en su obra cercana al rock más experimental y un tanto glam de finales de los 60 que se extendió en gran parte de los 70. Pero él estaba preparado para decirle a los 80 que su nueva etapa allanaba el camino a un éxito sin precedentes.
De hecho, hubo muchas cosas en ese cambio. Una de las más significativas sería la firma en 1983 con EMI en Estados Unidos, disquera con la que oficialmente se alejaba de RCA Records y de su viejo colaborador, el productor Tony Visconti. Seguramente una decisión complicada… pero no había marcha atrás.
De acuerdo con Rolling Stone, Bowie se fue de vacaciones en el 1982 con una buena cantidad de discos de artistas como James Brown, Buddy Guy, Albert King y Little Richard, exponentes todos ellos del funk y el R&B de la época. “Me pregunté, ¿por qué elegí esta música para escuchar? Es música que no provoca tensión y por el contrario, causa una sensación de placer y felicidad. Hay entusiasmo y optimismo en esas canciones”, dijo en su regreso a su estudio en Suiza.
“Let’s Dance” de David Bowie y cómo entró Nile Rodgers a la grabación
David Bowie no dudó un segundo en quién quería como su próximo productor. El hambre artística del reconocido Starman quería explorar nuevos terrenos, tal vez uno más comercial. Y que mejor que proponerse con uno de los músicos y productores más importantes de la época como lo era Nile Rodgers.
Para que se den un idea, el guitarrista venía de hacer hits para Diana Ross y tras su tiempo con Bowie, sería el encargado del éxito de Madonna con Like A Virgin. Es decir, tener a Rodgers en su equipo era una buena garantía.
Entonces, luego de conocerse en Nueva York durante 1982, comenzaron las sesiones de grabación esta vez con un equipo de músicos renovado básicamente contratados por Nile, quien también hizo lo propio en el estudio. Dicen por ahí, Bowie no tocó un solo instrumento (o al menos no lo hizo como parte de un track) en toda la producción. Pero sin duda lo mejor estaba por venir por parte del propio David.
Según recuerda Rodgers en una entrevista con The Telegraph, Bowie se le acercó un día y le dijo “Nile, cariño, creo que esto es un éxito” al tiempo que comenzó a rasguear una melodía en su guitarra de doce cuerdas. Eran los primeros resquicios de “Let’s Dance” de David Bowie, una melodía que en su primera forma a Rodgers le pareció muy folk como para que hablara sobre baile.
“Vengo de la música dance. No puedes llamar a esa cosa que acabas de tocar ‘Let’s Dance’”, dijo un desencajado Nile a Bowie. Entonces con algunos efectos, subiendo tonalidades, invirtiendo acordes y modificando rasgueos, aquella primera muestra ‘folk’ de Bowie, de mano suya junto a Rodgers, se convirtió en lo que hoy conocemos como esa rolita que nos invita a ponernos los zapatos rojos y bailar el blues.
De hecho, en 2018, dos años después del fallecimiento de Bowie y 35 tras su lanzamiento original, el afamado guitarrista de funk mostró al mundo una de las primeras maquetas de la canción. “Cambió mi vida, cambió la vida de David, y terminamos trabajando juntos en otros cinco proyectos durante el los próximos cinco años”, recapitula Nile en declaraciones recogidas por Open Culture. Acá abajo te dejamos el demo.
La importancia de “Let’s Dance” de David Bowie
A aquel esfuerzo también se unió Stevie Ray Vaughan, guitarrista que David Bowie había visto actuar en el Festival de Jazz de Montreux. Impresionado por su talento, el inglés invitó al músico a que participara en las sesiones de grabación de su nuevo disco. “Le agregó un espíritu de blues a nuestro sonido europeo”, comentó en alguna ocasión el británico sobre la colaboración con Stevie.
Desde luego, “Let’s Dance” fue la canción que encabezó el lanzamiento del disco homónimo en 1983. Dicho material, en el que también hallamos otras enormes composiciones como “China Girl” y “Modern Love”, le valió a David Bowie una nominación al Mejor Disco del Año en los Grammy de 1984. Esta distinción finalmente terminó en las manos de Michael Jackson con Thriller.
Aún así, debemos decir que David Bowie le entregó al mundo un disco para la posteridad. De la misma manera, sus canciones –en especial la que le da el nombre al álbum– siguen sonando fuerte y nos mantienen bailando con esa textura funky-disco que Bowie supo acuñar de maravilla. Qué grande eres, David Bowie.
Algunas canciones no tan conocidas del Duque Blanco
¿Qué te pareció la historia de “Let’s Dance de David Bowie? Como dijimos más arriba, hablamos de una de las canciones más famosas del músico británico y una que lo reafirmó como ídolo pop total.
Pero por supuesto, su legado no se limita a esos hits super masivos. Así que por acá te dejamos una lista con 5 canciones no tan conocidas de Bowie para celebrar su figura e importancia. Y de verdad, son joyas absolutas.
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