Escrito en ENTRETENIMIENTO el
Actualidad
En la Edad Media ya usaban nombres ingeniosos y cómicos para sus mascotas. Y eso nos dice mucho de cómo vivían

¿Qué tienen en común el fresco ‘La Última Cena’, de Pietro Lorenzetti, el ‘Libro de Horas de Maastricht’, el ‘Libro de la caza’ de Gaston Fébus y ‘Las muy ricas horas del Duque de Berry’, más allá de que las cuatro obras se elaboraron entre los siglos XIV y XV y están llenas de vistosas miniaturas? Que contienen dibujos de gatos y perros. Y no son las únicas. En el arte medieval no es extraño encontrarlos junto a sus dueños, representados al aire libre o en entornos domésticos. Tan frecuentes son que los historiadores hasta les han dedicado estudios específicos.
Al ver esas mascotas cuando se pasan las páginas de los códices medievales es difícil no plantearse una pregunta… ¿Les ponían nombre sus dueños, igual que lo hacemos hoy nosotros? Y si es así, ¿cómo llamaban en la Edad media a los perros y gatos? ¿Había nombres tan populares como lo pueden ser ahora Toby o Garfield?
Mejor con un perro (o michi) al lado. A los humanos nos gusta acompañarnos de animales. Desde siempre. Sobre todo de perros y gatos. Algunos investigadores creen que ya domesticábamos canes hace 15.000 o incluso 30.000 años y que hace 5.400 había felinos paseándose por las aldeas del norte de China.
Hace 6.000 años las poblaciones neolíticas del norte de la península Ibérica enterraban a sus canes, a los que alimentaban además con una dieta similar a la suya, y sabemos que a los romanos les gustaba su compañía. Entre los restos de la malograda Pompeya, sin ir más lejos, se encontró el cuerpo de un perro con un collar que hoy puede contemplarse en el Museo Arqueológico de Nápoles.


Detalle del cuadro “El matrimonio Arnolfini”.
Domesticados, sí; pero… ¿Mascotas? La gran pregunta es… ¿Eran mascotas esos animales? ¿Podían considerarse como tales en el sentido que hoy damos a la palabra? Hay investigadores convencidos de que la idea no empezó a cuajar hasta bastante tiempo después, durante la Baja Edad Media y el Renacimiento.
“Entre el XIV y XVI empezó a desarrollarse el concepto actual de animal doméstico. En el XVI los vínculos registrados entre el animal y su amo se hicieron cada vez más comunes junto con la cría para la compañía humana”, señala Linsey Nicole Blair, investigadora de la Universidad de Iowa: “Se permitía tener animales en casa por placer y no por necesidades estrictamente prácticas, lo que constituyó el primer concepto de animal de compañía tal y como lo conocemos hoy”.
¿Y cómo los llamaban? Pese al paso de los siglos, tenemos pistas de cómo llamaban a sus animales domésticos en la Edad Media. ¿Cómo? Gracias a escritos de autores como el poeta Geoffrey Chaucer o tratados entre los que destaca ‘The Master of Game’ del duque de York, en el que se incluye una lista de nombres que, en opinión de su autor, eran buenas opciones para perros de caza. Hay animales además que, por pertenecer a grandes personajes medievales, como Ana Bolena o el famoso filósofo Leon Battista Alberti, han pasado a los anales de la historia.


“La La última cena”, de Pietro Lorenzetti.
Sturdy, Whitefoot o “Pequeño Martillo”. Entre otras cosas, esas referencias nos muestran que en la Edad Media solía tirarse de inventiva (y humor) a la hora de bautizar a las mascotas. Sabemos que Sturdy, Whitefoot, Hardy, Jakke, Terri, Bo, Troy, Nosewise, Amiable, Nameles, Clenche, Bragge, Ringwood y Holffast eran nombres populares para canes, como recoge Mediavalist, pero también que había perros a los que se bautizaba en función del oficio que desempeñasen sus dueños.
A la mascota de un herrero la llamaron Little Hammer (“pequeño martillo”), o Hemmerli. Para la de un carretero optaron por “Little Spoke”, en referencia a los radios del carro (spoke). En Suiza hay referencias de animales llamados Fortuna, Venus o Turgk. Entre los gatos triunfaba Gilbert, palabra con la que se designaba a los mininos domésticos. En Francia se decantaban por Tibers o Tibert.
No todos se ceñían a los nombres más populares. Ana Bolena llamó a su can Purkoy, una adaptación del francés “pourquoi”, el caballero Jehan de Seure optó por el más épico Parceval para su can y Battista Alberti hizo gala de su erudición llamando al suyo Megastomo (Boca grande). En cuanto a la dama italiana Isabella d´Este se decantó por los elegantes Aura y Mamia para dos de sus mascotas.
Buenos (y provechosos) compañeros. Se apreciase más o menos su compañía, lo cierto es que durante la Edad Media a los perros y gatos domésticos se les miraba a menudo con ojos prácticos. Sobre todo eran útiles. De ahí que haya autores que consideren que las mascotas como tal eran “una rareza” en el mundo medieval. “La mayoría de los perros tenían un trabajo”, resume la profesora Emily Savage en The Conversation. Los canes protegían casas y ayudaban en la caza y el pastoreo. Los gatos eran aliados efectivos para atrapar ratones y alimañas. Limitar sus funciones a la guardia o como sabuesos es sin embargo quedarse cortos.
Hace años un grupo de investigadores españoles analizó restos de animales descubiertos en yacimientos medievales de Barcelona. Su análisis les sirvió para confirmar la diversidad de perros que había entre los siglos IX y XV y concluir, tras apreciar deformidades en algunas vértebras, que había canes que se usaban para cargar mercancías en las calles estrechas por las que no podían pasar caballos.
Se cuenta que en la Edad Media había perros que ayudan al trabajo en las cocinas, corriendo en una rueda que activaba engranajes que hacían girar la carne al fuego. Incluso había una raza específica para esa labor, el Turnspit, un can inglés, del que hay referencias ya en el siglo XVI y que se dio por oficialmente extinto en el XIX.


“Tríptico de la Vanidad terrenal y la Salvación eterna”, de Hans Memling.
Cuestión de prestigio. Los animales domésticos servían para otro fin, tan o incluso más importante: reafirmar la posición de su dueño. Si tenías un perro de una raza exclusiva y bien cuidado era porque podías permitírtelo. “Las mascotas se convirtieron en parte de la identidad personal de la aristocracia. Tener un animal al que se prodigaba atención, afecto y comida a cambio de ningún propósito , más allá de la compañía, significaba un alto estatus”, relata Madeleine S. Killacky, de la Universidad de Bangor. Había quien incluso acudía con sus perros a la iglesia durante las celebraciones para cabreo de las autoridades eclesiásticas.
Mascotas hasta en los retratos. La experta recuerda que era relativamente habitual que en la Edad Media las familias con poder y dinero encargasen retratos en los que aparece una mascota, sobre todo peros y gatos. Era símbolo de estatus. Igual que posar con joyas o vestidos. No hay que rebuscar para encontrar ejemplos. En el cuadro ‘El matrimonio Arnolfini’, obra de Jan var Eyck fechada en 1434 y que muestra al mercader Giovanni Arnolfini, hay un tercer protagonista, además de la pareja: un perro que para los expertos representa también la fidelidad y el amor.
En ocasiones la devoción por las mascotas iba más allá. Se sabe que Isabel de Baviera, reina de Francia del siglo XIV, se gastó una buena suma en adornos para sus mascotas. En 1387 incluso llegó a encargar un collar con perlas y una hebilla de oro para su ardilla y años después mandó comprar una tela verde brillante para su gato. En el XIV, Gastón III, conde de Foix, dejó escrito en un tratado dedicado a la caza, ‘Livre de Chasse’, que los galgos debían de vivir con ciertas comodidades, lo que incluía perreras construidas con madera, a cierta distancia del suelo y de tal forma que los animales pudieran estar frescos en verano y calientes en invierno.


¿Un alarde de vanidad?. Quizás por ese significado como símbolo de riqueza y poder, en la Baja Edad Media es posible encontrar también escritos que se refieren a las mascotas con tono crítico. Los juzgan frívolos. Y un desperdicio de comida. Ni eso ni la mala reputación de los gatos, asociados con el paganismo, impidieron que las mascotas llegasen incluso a los hogares de los religiosas católicas. “Aunque la Iglesia desaprobaba las mascotas, los propios clérigos solían tener perros. Al igual que las mujeres, los suyos eran generalmente perros falderos”, desliza Savage.
Se han encontrado huellas de perros en baldosas del monasterio de Pedralbes, fundado en el XIV, y Killacky recuerda la gran cantidad de manuscritos medievales con iluminaciones que muestran a monjas con gatos en los claustros o mininos garabateados en los márgenes de los libros de horas. “Son un símbolo de estatus muy común en los espacios religiosos medievales”, apunta la experta.
Más allá de los perros y gatos. Al igual que hoy no todos los animales domésticos eran perros y gatos. La doctora en Historia Antigua y medieval Dolores Carmen Morales recuerda que las poesías, libros de viajes, tratados veterinarios, aranceles y documentos sobre tributos nos permiten saber que en la Edad Media había otros muchos animales domésticos, como pájaros, conejos y especies más exóticas, como ardillas, tejones, civetas, comadrejas, mangostas o incluso monos de origen indio, norteafricano y subsahariano. Tras los viajes de Cristóbal Colón llegaron especies como papagayos americanos o conejillos de indias.
Dentro de una misma especie no era extraño encontrar diferentes tipos. Había perros falderos, blanchetes, “perros corredores”, sabuesos… En el siglo XVI, en su tratado ‘Of Englishe Dogges’, el médico John Caius incluso trazó una clasificación de perros para la que utilizó un criterio peculiar, diferente al de la raza: el “oficio” de cada can. Estaban los de caza, los destinados a damas o “mungrells”, incapaces de ejercer “ninguna propiedad digna de la verdadera especie perfecta y apacible”.
Imágenes | Wikipedia 1, 2, 3, 4 y 5
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
Darwin es una ciudad australiana con 250.000 habitantes. 100.000 de ellos son cocodrilos protegidos

Australia es un país peculiar. No tanto por su cultura, mezcla de las costumbres indígenas y occidentales, sino porque se ha convertido a ojos del resto del mundo en, prácticamente, un meme. Y lo es debido a la curiosa variedad de fauna con la que cuenta, siendo una broma recurrente eso de que cualquier bicho que te encuentres será enorme y podrá matarte. Entre ellos, están los cocodrilos, que no son tan exóticos, pero tienen sitiado a un pueblo entero.
La localidad es Darwin, y los 100.000 cocodrilos que la rodean son de una especie bastante agresiva.
La ironía. Puede que lo estuvieras pensando, y así es: Darwin se llama así en honor al naturalista Charles Darwin. Se fundó en 1869 y, en su corta historia, ha tenido que ser reconstruida en un par de ocasiones. Una, debido a un bombardeo japonés durante la Segunda Guerra Mundial. La otra por la acción de un ciclón. Tiene 150.000 habitantes y es la capital más poblada del Territorio del Norte del país, pero gran parte de su población no camina sobre dos piernas.
Larrakia. Darwin está ubicada en un enclave privilegiado para el deporte al aire libre, sobre todo para quien disfrute de los deportes marítimos. Sin embargo, esa exposición al mar y a uno de los pocos ríos del país tiene letra pequeña: una población de cocodrilos apabullante. Actualmente, se estima que hay más de 100.000 cocodrilos en los alrededores de la localidad, pero hasta hace no mucho, la situación era completamente distinta.
Los Larrakia son los habitantes aborígenes de esa región y, durante 65.000 años, convivieron con los cocodrilos. ¿El motivo? Doble: espiritual y útil. Eran venerados, pero debido a que resultaban de un gran valor para el pueblo debido a su carne y huevos. Estos cocodrilos son de una especie particularmente agresiva, los cocodrilos de agua salada o Crocodylus porosus, y su suerte cambió a mediados del siglo XX.


Desafío. Después de la Segunda Guerra Mundial, los Larrakia pintaban poco en un territorio más occidentalizado, y los cocodrilos empezaron a ser cazados en masa no debido a su carne, sino a su piel. La moda de mediados de siglo imperaba e importaba poco acabar con poblaciones enteras de animales, lo que redujo la población de cocodrilos a entre 3.000 individuos para los 60.
Esa caza se vio como una forma de desarrollo económico debido al lucrativo negocio de la moda, pero las cosas cambiaron en la década de los 70.


El girito. En 1971 se implantaron políticas de conservación, impidiendo la caza de los cocodrilos y la población… explotó. De ser apenas 3.000, en 50 años se han multiplicado hasta alcanzar los 100.000 ejemplares. Debido a la numerosa costa y a las temperaturas cálidas, el Territorio del Norte de Australia es un hábitat ideal para estos cocodrilos y, aunque son una especie agresiva, en los últimos años se han dado menos incidentes mortales de los que podríamos pensar.
Y, debido a que la zona es ideal tanto para pescar como para nadar, o para realizar cualquier otra actividad al aire libre, Darwin tiene un sistema de trampas y guardaparques que se encargan de mantener a los cocodrilos a raya. Sobre todo en las épocas de celo, cuando estos reptiles están más inquietos.


Escudo. Kelly Ewin es uno de estos guardaparques, cuyo trabajo es atrapar y retirar cocodrilos de las zonas más cercanas a la población. En BBC cuenta que hay un sistema compuesto por 24 trampas que rodean la ciudad de Darwin y están diseñadas para atrapar a los que se acercan demasiado, sobre todo en la zona del puerto. “Obviamente, no vamos a capturar a todos los cocodrilos, pero cuantos más saquemos del puerto, menor será el riesgo de que haya un encuentro entre cocodrilos y personas”, comenta este antiguo policía.
Además, otra herramienta es la educación de la población. En el Territorio del Norte, el gobierno puso en marcha un programa llamado “Sé sabio en torno a los cocodrilos” para enseñar a la gente cómo comportarse de forma responsable en el hábitat de estos animales. Natasha Hoffman dirige el programa y comenta que, viviendo en un país de cocodrilos, deben conocer la respuesta a cómo comportarse si se cruzan con uno.
“Si estás en un barco cuando estás pescando debes ser consciente de que los cocodrilos están allí. Cazan mediante emboscadas, se sientan, observan y esperan. Si tienen la oportunidad de agarrar algo de comida, eso es lo que van a hacer”, comenta la educadora.


También están estos pobres con mala fama debido a ‘Jurassic Park’
Licencia para matar. Ahora bien, aunque en el Territorio del Norte no está permitido matar masivamente a los cocodrilos debido a esa protección, pero si se han aprobado planes para aumentar la cuota de cocodrilos que se pueden matar anualmente de 300 a 1.200 con el objetivo de controlar la población. Además, cuando hay un encuentro potencialmente peligroso entre un cocodrilo y un humano, los guardaparques tienen permiso para acabar con la amenaza.
El problema es que hay… demasiados, son agresivos si un humano se acerca demasiado y, como exponen en BBC, cada vez que se produce una muerte, se reaviva el debate que pone sobre la mesa la posibilidad de matanzas masivas. Hay políticos que aprovechan para afirmar que la población está fuera de control, algo con lo que no todos están de acuerdo.
Negocio. Porque no sólo mueren locales: también turistas. En el mismo reportaje, Alex Williams es el capitán de un crucero enfocado al visionado de cocodrilos y afirma que ha habido un auge de turistas en los últimos diez años. Además, hay ríos impracticables. “Si vas a nadar al río Adelaide junto a Darwin, hay un 100% de posibilidades de que te maten. La única pregunta es si llevará cinco minutos o diez. No creo que llegues nunca a los quince, acabarás destrozado”, comenta Grahame Webb, experto en estos cocodrilos. Sin embargo, hay atracciones como la ‘Cage of Death’ que te permite nadar con cocodrilos gigantes.
Y, al margen del turismo, se está produciendo una cría intensiva de cocodrilos que pasan su vida en jaulas individuales con el objetivo de matarlos y vender su piel a marcas de lujo. Es una industria enormemente lucrativa y se estima que sólo Australia produce el 60% del comercio mundial de pieles de cocodrilo, siendo el Territorio del Norte responsable de dos tercios de esa producción. Estas granjas suministran pieles a marcas como Hermès y Louis Vuitton.
La ética. A esos 100.000 cocodrilos salvajes que rodean Darwin, hay que sumar otras cuantas decenas de miles que son criadas en cautividad desde que nacen. Organizaciones ecologistas denuncian que esas granjas que suministran a marcas de lujo amontonan a los cocodrilos jóvenes en piscinas grupales, donde se estresan y es más fácil que contraigan enfermedades como la salmonela y otras infecciones bacterianas que no sólo afecta a los reptiles, sino a los trabajadores y al resto del hábitat.
“Hemos hecho lo que muy pocas personas pueden hacer, que es tomar un gran depredador y gestionarlo de tal manera que el público esté dispuesto a tolerarlo”, comenta Webb, en un ejemplo de pragmatismo en una situación complicada. Porque lo cierto es que gestionar algo así no es sencillo debido a que no parece haber una manera ideal para lidiar con esta situación.
Las peleas entre ecologistas, cría intensiva y que no entiende de ética, políticos y descendientes de la población aborigen es una constante, pero pese a todo, la evidencia es que hace 60 años casi acabamos con estos grandes reptiles que, ahora, vuelven a poblar con un buen número de ejemplares las tierras que les pertenecieron.
Imágenes | Bidgee, Tourism NT, fvanrenterghem, Achim Raschka
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
“Minecraft”, la película con la que Hollywood logra triunfar en taquilla durante su estreno

AP.- Hollywood necesitaba que “A Minecraft Movie” fuera un éxito, y lo logró en su fin de semana de estreno, reduciendo significativamente el déficit de taquilla de este año.
Nadie adivinó cuán grande sería. En sus primeros días en los cines, la película recaudó la asombrosa cifra de 157 millones de dólares en ventas de boletos en los cines de Estados Unidos y Canadá, según estimaciones del estudio este domingo.
A nivel internacional, se espera que sume 144 millones de dólares adicionales para un debut global de 301 millones de dólares. Y con las vacaciones de primavera escolares en curso, “A Minecraft Movie” apenas está comenzando.
No solo es el mayor estreno de 2025, “A Minecraft Movie” también rompió el récord de una adaptación de videojuego, una distinción que anteriormente tenía “The Super Mario Bros. Movie” (146 millones de dólares). Antes del fin de semana, los analistas proyectaban que “Minecraft” podría alcanzar los 80 millones de dólares. En cambio, casi duplicó esa cifra.
Nada está garantizado en el negocio del cine, pero una oferta basada en el videojuego más vendido de todos los tiempos es un buen comienzo. Apenas importó que el juego basado en bloques no tenga exactamente una narrativa. Muchos de sus 200 millones de jugadores activos mensuales acudieron en masa de todos modos.
La película, clasificada para todo público y dirigida por Jared Hess (“Napoleon Dynamite”), fue una coproducción de Legendary Entertainment y Warner Bros. Se informó que costó 150 millones de dólares hacerla, sin incluir los gastos de marketing y promoción. Jack Black y Jason Momoa lideran el elenco conformado también por Danielle Brooks, Emma Myers y Sebastian Eugene Hansen. Sus personajes son transportados a una dimensión imaginativa llamada el Overworld y deben embarcarse en una aventura peligrosa e inmensamente tonta para regresar a casa.
Warner Bros. apostó en grande con su estreno, lanzando la película en 4 mil 263 ubicaciones a nivel nacional y 36 mil pantallas a nivel internacional.
Las adaptaciones de videojuegos han tenido algunos éxitos cruciales en los últimos años, incluyendo “The Super Mario Bros. Movie”, la serie de “Sonic” y “Five Nights at Freddy’s”.
El segundo lugar en la taquilla de esta semana fue para la película de acción de Jason Statham “A Working Man”, que sumó 7.3 millones de dólares en su segundo fin de semana cines.
“Snow White” cayó al cuarto lugar en su tercer fin de semana, recaudando 6.1 millones de dólares. Ahora ha superado los 168 millones de dólares a nivel mundial.
A continuación, el ingreso en taquillas de viernes a domingo en cines de Estados Unidos y Canadá, según Comscore:
1. “A Minecraft Movie”, 157 millones
2. “A Working Man”, 7.3 millones
3. “The Chosen: Last Supper – Part 2”, 7 millones
4. “Snow White”, 6.1 millones
5. “The Woman in the Yard”, 4.5 millones
6. “Death of a Unicorn”, 2.7 millones
7. “The Chosen: Last Supper – Part 1”, 1.9 millones
8. “Hell of a Summer”, 1.8 millones
9. “The Friend”, 1.6 millones
10. “Captain America: Brave New World”, 1.4 millones de dólares
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
lo llamó Bob y acabó siendo un fracaso estrepitoso

Microsoft cumple medio siglo. La compañía de Redmond ha superado crisis, reinvenciones y momentos complicados, pero ha logrado mantenerse en la carrera. Podría haberse quedado como un recuerdo lejano de sus años dorados, algo similar a lo que hoy nos viene a la cabeza cuando pensamos en marcas como Kodak o BlackBerry. Pero no fue así. Microsoft no solo ha sobrevivido, sino que está en uno de sus mejores momentos. No es solo una de las empresas más valiosas del planeta (en el momento de escribir estas líneas ocupa el segundo puesto en capitalización bursátil), sino que también lidera áreas tan estratégicas como la computación en la nube, la inteligencia artificial o el mundo de los videojuegos.
Ya lo comentábamos hace unos días: una de las claves de su éxito ha sido su capacidad para adaptarse. La lista anterior tiene una ausencia notable: Windows. Y no es un descuido. Aunque sigue siendo una pieza importante dentro del ecosistema Microsoft, hace tiempo que dejó de ocupar el papel protagonista en el negocio. Hoy está instalado en más del 70 % de los ordenadores del mundo y es difícil encontrar a alguien que no sepa lo que es. Pero hace unas décadas, la informática personal era cosa de unos pocos.
La solución para humanizar Windows
A mediados de los noventa, la presencia de ordenadores en los hogares seguía siendo limitada. Muchos usuarios se apuntaban a cursos para aprender a manejar un sistema operativo, y sentarse por primera vez frente a un PC podía ser una experiencia desconcertante. Microsoft entendió que, si quería ampliar su base de usuarios, debía hacer Windows más accesible. Y su forma de intentarlo fue un software curioso llamado “Microsoft Bob”.


El programa, que internamente se desarrolló bajo el nombre en clave “Utopia”, llegó a las tiendas el 31 de marzo de 1995, unos meses antes del lanzamiento de Windows 95. Era compatible con Windows 3.1 y versiones posteriores, y su planteamiento era claro: convertir la interfaz del PC en una especie de casa virtual, con habitaciones, muebles y personajes animados que sirvieran como guías. Al iniciar el programa, el usuario se encontraba con una puerta. Tras tocar e introducir las credenciales, accedía a un entorno doméstico donde podía elegir entre distintas estancias, como un estudio, una sala de estar o un despacho.


Cada habitación ofrecía accesos a herramientas del sistema: un calendario, una libreta de direcciones, un reloj o aplicaciones educativas. Todo se presentaba con una estética de dibujos animados que, aunque buscaba resultar simpática, fue percibida como excesivamente infantil. Cada espacio contaba, además, con un personaje digital que guiaba al usuario. El más recordado fue Rover, un perro animado que ejercía de asistente, aunque también aparecían una tortuga, un elefante y otros personajes.


El objetivo de Microsoft era que la experiencia fuese más amena que con el Windows tradicional. Pero Bob no terminó de cuajar. No solo por su diseño, que despertó todo tipo de críticas, sino también por sus exigencias técnicas: requería un ordenador con al menos 8 MB de RAM, una cifra considerable para muchos hogares en 1995. El resultado fue el previsible: pocos lo adoptaron y el programa fue retirado del mercado menos de un año después de su lanzamiento. Para entonces, Windows 95 ya estaba disponible y ofrecía una experiencia mucho más intuitiva, sin necesidad de decorarla con mascotas digitales.
Cuando Bob volvió sin avisar
Pero su historia tiene un giro inesperado. Cuando Microsoft preparaba el CD de instalación de Windows XP, el equipo se dio cuenta de que quedaban unos 30 MB de espacio libre. ¿Qué hacer con ellos? Para no desaprovecharlos y, de paso, dificultar un poco las descargas ilegales, decidieron rellenarlos con datos ficticios.


En lugar de generar archivos aleatorios, un desarrollador rebuscó en los archivos históricos de la compañía, recuperó las imágenes de los disquetes originales de Bob, las combinó, las cifró con una clave escrita al azar… y las usó como relleno digital. El resultado fue tan irónico como inesperado: Microsoft Bob acabó escondido dentro de millones de copias legales de Windows XP, sin que nadie lo supiera.
Aun así, Microsoft Bob dejó cierto legado. Rover regresó años más tarde como asistente de búsqueda en Windows XP. Y aunque Clippy, el célebre clip de Office, no nació dentro de este programa, la idea de acompañar al usuario con personajes animados que ofrecían ayuda en pantalla ya estaba ahí.
Para muchos fue un desastre. Para unos pocos, un descubrimiento. Microsoft Bob no triunfó, pero para algunos fue su primer contacto con la informática vivido como un juego. Algunos recuerdan horas diseñando habitaciones. Otros, partes de su casa virtual con vistas a la ciudad.
No todos los intentos de Microsoft han salido bien. Y Bob forma parte de esa lista de experimentos que no funcionaron, junto a productos como Zune, Windows Vista o Windows Phone. Pero también demuestra la capacidad de la compañía para probar, equivocarse y seguir adelante.
Imágenes | Microsoft | Wikimedia Commons | Sweetcoffeemug (Reddit)
ues de anuncios individuales.
Source link
-
Actualidad2 días ago
qué autos pueden circular y cuáles descansan el 5 de abril
-
Musica1 día ago
Música: Estas son las mejores canciones de Daft Punk, según la crítica
-
Deportes1 día ago
El fuera de juego cumple 100 años: ‘La regla que cambió el mundo del futbol’
-
Actualidad1 día ago
los aranceles del 25% a los coches ya se traducen en despidos y plantas a medio gas en México
-
Actualidad2 días ago
estos son los millonarios más amados y odiados, explicados en un gráfico
-
Actualidad2 días ago
estos son los millonarios más amados y odiados, explicados en un gráfico
-
Actualidad8 horas ago
En 2019 descubrimos unos hongos capaces de metabolizar el oro. Ya hay quien quiere convertirlo en la clave de la minería espacial
-
Tecnologia2 días ago
Bill Gates vislumbra el futuro con IA como una compañera en el 50 aniversario de Microsoft