“Tenía la urgencia de hablar de la muerte desde ese lugar: desde la infancia, desde el silencio, que es parte de mi cultura”, dijo la directora Ángeles Cruz durante una conferencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), esto luego de mostrar su película Valentina o la serenidad.

La también actriz de raíces mixtecas daba una explicación más sobre la importancia de esta historia. Como adultos, a veces evitamos hablar de la pérdida de un ser querido con los niños; pensamos que ellos quizá no entiendan lo que significa el duelo.

O quizá le tenemos miedo a lidiar con la reacción de los más pequeños ante el fallecimiento de alguien amado. Y lo entendemos pues en este tipo de momentos delicados, nosotros mismos también nos sentimos aterrados a pesar de ser ‘personas maduras’.

Lo cierto es que, más allá de la edad o la madurez, nunca estamos preparados para enfrentar la ausencia de ese individuo al que amamos, sea quien sea. Pero en la nueva película de Ángeles Cruz, encontramos una idea tan inspiradora como emotiva sobre afrontarlo, asimilarlo y continuar manteniendo el lindo recuerdo a perpetuidad.

La trama de ‘Valentina o la serenidad’

En la nueva película de Ángeles Cruz conocemos a Valentina, una pequeña niña que vive en un poblado de Villa Guadalupe Victoria, esto en Oaxaca. Se le nota alegre, aventurera, entusiasta y curiosa, además de que es una amante de la naturaleza. Pasa el día jugando con Pedro, su compañero de clase e inseparable mejor amigo, con quien imagina ser una superheroína.

Un día, recibe la noticia de que hubo un accidente en el río cercano luego de una noche de tormenta… Y su padre falleció en el incidente. Sin embargo, ella se muestra incrédula y segura de que no es verdad pues su padre le prometió volver con un regalo que ella anhelaba más que nada.

Ella confía en que él volverá aferrándose al cariño mutuo y a la idea de que su amado padre es un hombre de palabra, esto a pesar de que la evidencia que dicta que él se ha ido para siempre.

Valentina y su actitud inocente incomodan tanto a su mamá como a sus hermanos. Ellos no saben cómo decirle o hacerle entender que su papá falleció, que no volverá, que la vida también tiene estos momentos de desgracia y que ni ellos saben cómo, pero deberán sobrellevar el duelo y ser resilientes a pesar de sentirse destrozados.

Así, la historia de Valentina o la serenidad nos llevará por un camino donde la curiosidad, la inocencia, el dolor y la esperanza de esta niña nos muestren los diferentes matices de lo que es el duelo… Porque como dijimos antes, no hay edad ni madurez suficiente para hacerle frente a este tipo de situaciones.

Una historia biográfica

La nueva película de Ángeles Cruz tiene un importante componente biográfico. Como confesó la directora anteriormente a Imcine, Valentina es una representación de su propia infancia viviendo el duelo de perder a su padre a los nueve años de edad. Para la cineasta de origen mixteco, aquel momento le cambió la perspectiva sobre la vida.

Y también la reciente crisis de salud por COVID la movió para desarrollar esta historia. “Debido a la pandemia, volví a sentir un miedo tremendo de perder a un ser querido”, dijo ella al organismo de la Secretaría de Cultura revelando ese momento como la motivación para llevar su experiencia a la pantalla.

La inocencia y la esperanza

Cuando llegan a nosotros las malas noticias, siempre queda un poco de esperanza en que todo sea mentira. En esos momentos, en cierto nivel, somos niños temerosos desafiando la lógica y la evidencia. Es nuestra cualidad vulnerable la que nos lleva por ese camino esperanzado e inocente donde pensamos que todo está bien, aunque no sea precisamente así de momento.

En Valentina o la serenidad, podemos ver ese detalle con la mamá de la protagonista. La señora es consciente de la pérdida, pero en el fondo desea que todo lo que su hija menor dice y piensa sea real. Quiere tener esa misma fe aunque sea por un instante.

El duelo y la serenidad

Valentina y su amigo Pedro –que en la película es un personajazo de esos con los que te encariñas mucho– se ponen sus capas y juegan a ser algún tipo de héroe. Constantemente, hablan del rayo y el trueno como uno de sus superpoderes.

Ese elemento no parece sustancial de inicio, pero tiene sentido a medida que avanza la nueva película de Ángeles Cruz. La perdida de su padre es un rayo que atraviesa a la pequeña y a su familia.

Y en ese sentido, como lo explicó la propia directora en el Festival Internacional de Cine de Morelia, aceptar nuestra mortalidad, vivir el duelo y mantenerse de pie es lo que realmente nos convierte en seres resilientes…

Esas cualidades son la serenidad de la que se nos habla en el título de esta película. Y eso es lo que hace de esta entrega una experiencia conmovedora que se siente como un abrazo ante la adversidad. Tan pronto se estrene para todo el público, darán cuenta de eso.

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