Encontrar un rincón de Europa libre de multitudes se ha vuelto una tarea cada vez más desafiante. Mientras España, Francia e Italia continúan reinando como los destinos más concurridos, el creciente interés por países menos conocidos está transformando los viajes en una búsqueda constante por descubrir el lugar más auténtico y menos masificado. La tendencia actual convierte el turismo en una carrera por hallar esos destinos que aún preservan su esencia.

En el otro extremo se encuentran otros lugares que parecen no llamar mucho la atención y donde este sigue siendo un sector sin explotar. Tal es el caso del Principado de Liechtenstein, un diminuto país, con apenas 160 kilómetros cuadrados y una población cercana a los 39.000 habitantes, que destaca por su tranquilidad, paisajes de ensueño y una atmósfera que combina exclusividad y autenticidad.

A diferencia de los destinos europeos más populares, Liechtenstein ofrece una experiencia alejada del turismo masivo. Con poco más de 101.000 visitantes en 2022 según datos de la Organización Mundial del Turismo OMT, este rincón del continente garantiza una escapada tranquila, donde la calma y la belleza natural son protagonistas. Este hecho lo ha convertido en un lugar ideal para quienes buscan disfrutar de un viaje realmente tranquilo.

Un pequeño país con mucho que ofrecer

Lo que hace especial a Liechtenstein no es solo su tamaño reducido, sino también la riqueza cultural e histórica que alberga. Su capital, Vaduz, concentra buena parte de la vida cultural del país, con lugares emblemáticos como el Castillo de Vaduz, residencia oficial de la familia real, que domina el paisaje desde una colina, y el Museo de Arte de Liechtenstein, donde una notable colección de arte moderno atrae a los amantes de la cultura.

Pero esta ciudad no es el único lugar de interés. Balzers, con su impresionante Castillo de Gutenberg, y Malbun, una encantadora estación de montaña y el único resort de esquí del país, es una joya para los aficionados a los deportes de invierno y un paraíso para los senderistas en verano.

Por otro lado, Triesenberg, con sus vistas panorámicas y arquitectura tradicional, es un rincón perfecto para los que desean adentrarse en la esencia rural del principado, aunque en general en las aldeas y senderos del país se respira una calma que contrasta con el ritmo frenético de otros destinos turísticos

Además de sus paisajes alpinos y sus encantos culturales, Liechtenstein resulta atractivo por la variedad de experiencias que ofrece en poco espacio. Recorrer el país es sencillo y agradable gracias a su eficiente red de autobuses, que conecta cómodamente sus principales localidades.

El presupuesto puede no ser un impedimento, pero el acceso sí

Malbun

En cuanto al presupuesto, aunque Liechtenstein tiene fama de exclusivo, viajar al país no es excesivamente costoso. Se pueden encontrar desde acogedoras pensiones hasta elegantes hoteles boutique, con precios que oscilan entre los 100 y 300 euros por noche. Por su parte, la gastronomía ofrece opciones para todos los bolsillos: una comida sencilla en una cafetería o panadería local puede costar alrededor de 10 a 15 euros, mientras que una experiencia en un restaurante de lujo supera los 50 euros.

Sin embargo uno de sus puntos débiles es el acceso. El país carece de aeropuerto propio y los más cercanos son Zúrich y Friedrichshafen, ambos a aproximadamente una hora y media en coche de Vaduz, la capital. Aunque también es posible llegar en tren, el viaje implica varios transbordos, ya que Liechtenstein tampoco cuenta con una compañía ferroviaria propia y solo dispone de tres estaciones en la línea que conecta Feldkirch (Austria) con Buchs (Suiza), la cual está operada por los Ferrocarriles Federales de Austria (ÖBB).

Una de las rutas de peregrinación más emblemáticas y transitadas a nivel mundial es el Camino de Santiago, que atrae anualmente a cientos de miles de personas de diferentes partes del mundo. Este trayecto, con sus diversas variantes suele ser una experiencia transformadora para muchos. Sin embargo, no todo es positivo, pues a medida que aumenta su popularidad, también se incrementan los desafíos relacionados con la seguridad y el bienestar de los peregrinos, particularmente de las mujeres que lo recorren solas o en pequeños grupos.

En los últimos años, numerosas mujeres han denunciado episodios de acoso sexual y violencia durante su travesía, encendiendo alarmas sobre la vulnerabilidad de ciertos tramos del recorrido. Estos incidentes incluyen agresiones verbales, comportamientos intimidatorios, exhibicionismo e incluso amenazas físicas.

El caso más trágico y mediático ocurrió en 2015 con el asesinato de Denise Thiem, una peregrina estadounidense que fue asesinada mientras realizaba el Camino Francés, desaparición que no solo impactó profundamente a la comunidad internacional, sino que también puso en evidencia las carencias en la seguridad del recorrido. Este macabro hecho impulsó cambios en la infraestructura y protocolos de seguridad en algunas regiones, pero dejó claro que es muy complicado garantizar que el Camino sea un espacio tranquilo para todos.

Las denuncias en el Camino van en aumento

Según Pedro Blanco, Delegado del Gobierno en Galicia, el año pasado  recorrieron el Camino 446.000 personas, el 53% de ellas mujeres. En   recientes declaraciones a los medios, Blanco señaló que “más de 230.000 mujeres lo hicieron el año pasado, y muchas de ellas no dudaron en hacerlo solas“.

Precisamente este es el colectivo más vulnerable. Recientemente The Guardian publicaba que nueves mujeres han relatado historias de como fueron perseguidas o acosadas por hombres durante su recorrido, especialmente en áreas rurales o poco transitadas. Sin embargo este número es la punta del iceberg que Camigas, un foro para mujeres que hacen el Camino, califica como “endémico”, y denuncian que no existen unas estadísticas reales de este problema.

Dentro de las historias que ha recogido el diario londinense, se encuentra la de Sara Dhooma, quien enfrentó uno de los momentos más aterradores de su vida en las afueras de Mieres, en el norte de España. Mientras recorría un tramo del Camino, notó que un hombre la seguía. Intentó refugiarse en un café, pero al salir, el mismo hombre parecía esperarla más adelante. En ese momento, él se bajó la cremallera de los pantalones y se tocó los genitales.

Horrorizada y sin nadie cerca, Dhooma intentó huir, pero el hombre la persiguió. Desesperada, vio una casa con humo en la chimenea, empujó la puerta y gritó pidiendo ayuda. El agresor la siguió hasta allí, intensificando su miedo. “Pensé que iba a morir, no sabía qué quería hacer”, relató.

Por suerte, la casa pertenecía a un policía fuera de servicio, lo que probablemente evitó una tragedia. Más tarde se descubrió que el hombre llevaba un cuchillo y balas en su mochila, además de tener antecedentes por violación. “Si no hubiera encontrado esa casa, no sé qué habría pasado“, confesó Dhooma.

Algunas recomendaciones para hacer el Camino de Santiago en solitario

Estos sucesos han motivado demandas públicas de mayor seguridad, con propuestas que incluyen mayor vigilancia, patrullajes regulares en zonas rurales, y la creación de canales de denuncia más accesibles para las víctimas.

Aunque las autoridades han implementado medidas como la campaña “No caminas sola” y el uso de aplicaciones como AlertCops, que permite compartir la posición con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad  del Estado, para que en caso de emergencia o riesgo los puestos  policiales puedan atender a la usuaria de forma más eficaz, muchas peregrinas consideran que la sensación de inseguridad persiste y se trata de un problema muy extendido.

Desafortunadamente para personas que hagan el Camino en solitario, especialmente mujeres, se realizan algunas recomendaciones que pueden opacar un poco la experiencia, pero que a su vez pueden marcar la diferencia: realizar tramos menos transitados en compañía de otros peregrinos, evitar áreas remotas durante horas de poca luz y por supuesto mantener el móvil con batería y acceso a herramientas de comunicación.

Imagen de freepik

La política, como el fútbol, levanta pasiones que a veces superan los límites más inesperados. Es el caso de algunos norteamericanos que están han optado por embarcarse en un crucero de cuatro años alrededor del mundo para evadirse de todo lo que supone la presidencia de Donald Trump. ¿Descabellado? No lo sé, pero la campaña publicitaria que ha surgido, sin duda está dando resultado.

Con una oferta sin precedentes, Villa Vie Residences ha captado la atención de viajeros de todo el mundo, especialmente de aquellos en Estados Unidos, con su nuevo Tour la Vie, un viaje que promete no solo experiencias únicas, sino un novedoso estilo de vida que atrae a quienes buscan un cambio significativo en su rutina.

Al coincidir con los recientes comisios, este “hogar en el mar” se ha convertido no solo una alternativa para explorar el mundo, sino también una opción cada vez más popular entre personas que buscan evitar la incertidumbre política y legislativa actual en los Estados Unidos, particularmente entre quienes disienten de las políticas de la administración Trump.

La historia del crucero para huir de Trump

El crucero de 4 años de Villa Vie Residences no fue diseñado con la intención de convertirse en un refugio para escapar de ninguna administración política; sin embargo, la idea ha tomado fuerza en redes sociales, donde tanto la empresa como los usuarios han comenzado a verlo como una forma de apartarse del clima político en su país.

De esta forma, lo que comenzó como una oferta innovadora para quienes desean explorar el mundo en un entorno de lujo y comodidad, terminó resonando de manera especial entre quienes buscan huir de Trump: “No había intención de provocar un escándalo político, sino ofrecer una forma real para que las personas que están decepcionadas con los resultados de las elecciones se alejen de la realidad, así como ofrecer una manera única e inigualable de ver el mundo entero a un ritmo lento”, ha señalado un portavoz de la empresa a Quartz.

La compañía ofrece varios paquetes para vivir en el mar: el plan “Skip Forward” de cuatro años, el paquete “Everywhere but Home” de tres años, el “Mid-Term Selection” de dos años y el plan “Escape from Reality” de un año.

Los precios parten de 40.000 dólares, pero si se desea una habitación individual por cuatro años, el costo es de 255.999 dólares por persona, mientras que para una habitación doble el precio es de 159.999 dólares por persona por el mismo periodo. Estos precios incluyen comidas a bordo y bebidas como cerveza y vino de cortesía durante el almuerzo y la cena, además del acceso a una amplia variedad de instalaciones, entre ellas un spa y un gimnasio.

El crucero, con capacidad para hasta 600 pasajeros, actualmente se encuentra en el segundo año de un impresionante recorrido de 15 años alrededor del mundo. Próximamente iniciará el recorrido de cuatro años, tiempo durante el cual el barco explorará los siete continentes, 13 de las maravillas del mundo y más de 100 islas tropicales.