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review con características, precio y especificaciones
(Casi) todo el mundo conoce las airfryers pero poca gente sabe que Philips fue la marca pionera en usar eso de “freidora de aire” (aunque no fríe los alimentos). Pues bien, sus freidoras de aire se han hecho mayores y de qué manera. Primero porque este pequeño electrodoméstico lleva ya unos años de moda y por otro porque literalmente cada vez es más común encontrar estas versiones XXL con más potencial para sustituir al horno, en tanto en cuanto tienen más capacidad y son más potentes.
Precisamente pasa por nuestra mesa de pruebas de la cocina la Philips Airfryer Dual Basket Serie 3000, una versión que como su nombre indica tiene dos cestas, literalmente (no como otras versiones como esta Cosori Dual que hace trampa). La hemos probado a fondo y esta ha sido nuestra experiencia.
Ficha técnica de la Philips Dual Basket Serie 3000
Philips Dual Basket Serie 3000 |
|
---|---|
Dimensiones y peso |
382,5 x 443,9 x 314,2 mm, 7,85 kg |
Potencia |
2.750 W |
Cestillo |
6 + 3 L |
Rango de temperaturas |
40 – 200 °C |
Tiempo |
horas |
Manejo |
Panel táctil (8 programas) |
Conectividad |
No |
Accesorios |
Pinzas y rejillas |
Precio |
Philips Airfryer con Dual Basket Serie 3000, 9L, Freidora de aire con 2 cestas, Kit De Desayuno, Tecnología Rapid Air, Freidora grande y versátil para familias
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
Diseño: que viva la versatilidad
Como puedes deducir de la imagen de portada, esta no es una freidora pequeña. Así que si tienes una cocina de reducidas dimensiones, mejor pensárselo dos veces. ¿Y si solo somos dos en casa? Pues no la descartes porque lo de que tenga dos cestas es una gran ventaja como iremos viendo.
Así, si quieres hacerte algo para ti como un par de muslos de pollo, usas la cesta pequeña. Si quieres preparar una pizza (el truqui es partirla en cuartos y ya ponerla con un poco de maña para que entren varias porciones) o una buena bandeja de patatas, usas la bandeja grande. Versatilidad al poder.
Dicho esto, hemos probado otros modelos que en lugar de usar dos cestas independientes optan por un separador y tienen una ventaja que esta no: al retirar el separador, tienes una freidora XXL. Aquí como mucho puedes usar las dos cestas a la vez para ganar en capacidad, pero no te va a caber una pata de gorrín o de cordero o una lubina grande. Pero spoiler: la independencia tiene sus ventajas.
El aspecto de la freidora es bastante top tanto por diseño como por materiales. El plástico de la carcasa exterior soporta bien la diferencia de temperaturas, de modo que puedes moverla sin miedo a quemaduras. Las asas están diseñadas para que puedan agarrarse bien para tirar de ellas y extraer las cestas.
El interior está recubierto de un material antiadherente similar al teflón y viene con dos rejillas de metal para colocar y facilitar el paso del aire y que la grasa caiga durante el cocinado. Algo que me llamó la atención cuando lo vi por primera vez fue ese diseño como de aspa del fondo y que las cestas tuvieran los topes altos, posibilitando que haya bastante espacio entre el fondo y la rejilla. Quédate con el detalle porque ya te adelanto que tiene su explicación: pasa más aire y eso es algo que se nota a la hora de cocinar.
La freidora forma de prisma rectangular con bordes redondeados y salvo un par de detalles es completamente lisa, lo que facilita enormemente el poderla limpiar. Y creéme, vas a tener que limpiarla a menudo si quieres que quede tan bonita como cuando la sacas de la caja. El motivo es que tiene una carcasa negra mate en prácticamente todas las caras menos en la superior (donde están los controles) que, si bien resulta atractivo a la vista, se marcan las huellas que da gusto.
De hecho, mi gran aliado en esta aventura ha sido un paño de cocina. La cara superior es brillante y también se marcan las huellas, más teniendo en cuenta que se controla de forma táctil. Allí hay un par de pantallas para indicar tiempos y temperaturas. La nota de color la ponen las dos asas, de un sobrio y elegante dorado.
El cable tiene una longitud de 80 centímetros, lo que nos aboca a tener un enchufe cerca de la freidora o, en su defecto, una alargadera. No obstante, siempre te queda reservarle un sitio generoso para guardarla y sacarla cuando la vayas a usar, pero te advierto que vacía pesa casi 8 kg. Un detalle importante: viene con un soporte de cable para enrollarlo que también sirve para espaciador, porque lo suyo es dejar holgura entre la pared y el electrodoméstico, permitiendo que salga el calor por las rejillas de atrás.
Control: tiene app, pero no conectividad
Quiero empezar este apartado con una puntualización: en la ficha de producto de la web de Philips aparece el mensaje ‘Recetas sabrosas y saludables adaptadas a tu Philips Airfryer en nuestra app HomeID‘ que puede llevar a error. Esta freidora de aire no tiene conectividad, sino que la aplicación es única y exclusivamente de consulta. Así, una vez eliges cuál es tu dispositivo tienes acceso a un recetario, el manual, trucos y una sección de ayuda y contacto. Pero no, no puedes controlarla con el móvil.
El control de la Philips airfryer Dual Basket Serie 3000 recae sobre ese panel táctil de la zona superior, que casi está duplicado a cada lado, de modo que puedes controlar cada cajón de forma independiente con su propio panel. Tiene los botones habituales para subir y bajar temperaturas y tiempos, el play/pause y ocho programas predefinidos diferentes donde no faltan clásicos como las patatas o el pollo (patatas fritas frescas y congeladas, pollo, carne, verduras, pescado, tartas y recalentar).
Dejando esto al margen, hablemos de los botones particulares. Hay uno que sincroniza los tiempos para que ambos cestillos terminen a la vez. Dispone de otro con la función de copiar para poner los mismos tiempos y temperaturas. También encontramos un botón que al tocarlo, se configura un aviso para recordarnos que hay que agitar de vez en cuando (pero tienes que hacerlo tú, ya que no tiene partes móviles para remover). Finalmente, dispone del clásico botón de retroceso que tan bien conocemos en la tecnología.
Una vez tienes claras las particularidades anteriores, manejarla no tiene mucho misterio, por lo que es apta para todos los públicos, incluso los poco tecnológicos. Si solo quieres cocinar con uno, por ejemplo en el primer cestillo, tocas sobre el botón “1” y configuras tiempos, temperaturas o eliges el programa. Si quieres cocinar con los dos a la vez, puedes configurarlos o bien por separado o tirar de esas opciones de copiar y sincronizar.
En cualquier caso, se trata de un control bastante intuitivo, con iconos bastante claros y que responde bien al tacto. Eso sí, conviene tener a mano ese pañito porque con las manos mojadas la sensibilidad es peor y la superficie se ensucia.
Cocinar: la experiencia se nota en pequeños detalles
Hablábamos en el apartado de diseño de sus cestillos independientes, pero es que cada una también tiene sus propias resistencias. Así, metes la comida en uno, programas ese y solo funcionan las resistencias de ese lado. O sea que aunque sea una freidora potente, el dato de potencia general se refiere al funcionamiento por completo, no parcial. En pocas palabras: es como tener dos freidoras de aire pegadas.
La gran ventaja es poder usar la que necesitas sin despilfarrar energía. Pero tiene una cara B: que sean independientes implica un peor aprovechamiento de esos nueve litros. Lo explico mejor con un ejemplo: traje berenjenas del huerto y me hubiera gustado hacer seis mitades rellenas. Con esta separación hice tres mitades en un cestillo y otra mitad en el otro. Si los cestillos no fueran independientes y tuvieran un separador, me habrían cabido más. ¿Qué es mejor? Depende de si te gustaría usar el espacio total para una sola preparación (por ejemplo, si no tienes horno) o si prevalece más hacer raciones más pequeñas o preparar dos comidas a la vez.
En cuanto a pillarle el punto, si como yo ya tienes una freidora, basta con mirar los programas predefinidos para hacerte a la idea e ir viendo qué tal (en comparación con mi freidora habitual), lo mismo que si eres principiante. En ese escenario, le haces caso a los programas y ya luego vas jugando con tiempos y temperaturas en función de cantidades y gustos. O sino, toma como referencia el horno y quítale unos minutos y unos grados, porque el calor es más directo.
Una vez explicado esto y teniendo claro el control, toca hablar de cocinado y aquí hay buenas noticias: quizás no tenga una horquilla de potencia tan alta como otras, pero no la necesita. Operando desde los 40 grados hasta los 200 le basta y le sobra para que alimentos delicados como carnes y pescados queden jugosos por dentro y doraditos por fuera en tiempos habituales o incluso menores. He usado otras freidoras (más sencillas y baratas) que llegan a 220 e incluso 240 grados y más allá de quemar algunas zonas y dejar otras blancas, no tiene una incidencia clara en el tiempo empleado.
En pocas palabras: no hace falta alcanzar cuanta más temperatura, mejor, sino que el calor llegue bien a todas partes. La clave está en que tiene una distribución de calor bastante uniforme y eso se nota a simple vista. Es decir, que no te vas a encontrar partes del alimento quemadas y sin hacer. El truco está en esa holgura conseguida tanto en la base como en los laterales gracias a esa forma de aspa y los soportes, que dejan los cestillo como levitando, lo que posibilita que el aire caliente en movimiento (cocina por convección) circule más y mejor. Es lo que Philips llama ‘tecnología RapidAir Plus’.
En estas semanas de prueba la hemos usado prácticamente a diario. Aparte de para clásicos como las patatas o las alitas, también para recalentar esa pizza que sobró del día anterior o para descongelar en tiempo récord el pan y dejarlo crujientito. Hacer la pizza en airfryer es algo que te cambia la vida: mientras que en el horno tienes que ponerle 10 minutos de precalentamiento y esperar otros tantos para que se haga, aquí metiéndola partida en porciones en menos de 10 minutos la tienes lista.
Algo que he descubierto con esta freidora es que sí, viene muy bien tener un cestillo pequeño y lo demuestro con algunos ejemplos cotidianos: esa guarnición que quieres poner de forma testimonial (un puñadito de cherries), un trozo de pan que quieres descongelar, esas castañas que quedan de cine o, como véis bajo estas líneas, unos trozos de calabaza que asé para un rissoto.
Quiero terminar con un detalle que me ha llamado la atención: pese a ser una de las aifryers más grandes que he probado (y que hay en el mercado) y también de las más potentes, es bastante silenciosa. Los motores encargados de mover el aire tanto por dentro de las cestas como al exterior suenan sorprendentemente poco para sus watios y su pericia cocinando.
Mantenimiento: bendito lavavajillas
El paño protagonista del apartado de diseño vuelve a hacer su aparición: siempre a mano tanto para limpiarme las manos como para limpiar la superficie de huellas y grasa. El fabricante recomienda que sea suave y liso y si está muy sucia la freidora, puede humecederse un poco. En el caso de las resistencias nunca me ha tocado limpiarlas, pero se haría con un cepillo.
Cuando leí que la Philips airfryer Dual Basket Serie 3000 era apta para el lavavajillas, me alegré bastante porque limpiar la grasa de alimentos como el pollo o el salmón del cestillo o de los agujeros del cubilete no es lo más agradable del mundo y ese aspa es la candidata perfecta para que se peguen restos. Pero la noticia es mejor: pueden meterse tanto el recipiente como la cesta.
Y si no tienes, pues como si fuera una sartén: agua, jabón, una esponja suave y paciencia. Lo bueno es que al ser dos cestas independientes, ya sea a mano o a máquina, no ocupan demasiado y no resulta engorroso por volumen.
No obstante y si está muy sucia, siempre se puede dejar en remojo con algo de lavavajillas líquido y agua caliente con la freidora desenchufada y la cesta fuera, nada de ponerla en marcha (algún que otro vídeo ya he visto sugiriendo esta nada recomendable idea que puede deteriorar el aparato y además generar vapores poco saludables).
Philips Dual Basket Serie 3000, la opinión de Xataka
Si ya has tenido una aifryer y se te ha quedado pequeña, la Dual Basket Serie 3000 es una candidata perfecta para amantes de la cocina que tengan espacio suficiente. Lo del espacio no tiene mucha explicación: pese a aprovechar bien sus dimensiones, es grande y no cabe en cualquier lado.
La primera parte se resume en lo bien que cocina y la versatilidad que ofrece. No, por culpa de sus dos cestas separadas no te va a caber cosas grandes y alargadas tipo lubina, pero si tienes un horno o no sueles cocinar eso, no es problema. Porque tener dos airfryers en una tiene muchas ventajas: hacer dos platos a la vez, cocinar guarniciones o platos principales o simple y llanamente necesitar más capacidad. Eso por no hablar de poder usar una u otra gastando la energía necesaria y no despilfarrar.
Freidoras hay muchas y aunque siempre recomiendo echar un vistazo a la ficha técnica en busca de un modelo potente que ronde los 1.500 W, no todo son cifras: la realidad es que con 200 grados es suficiente para cocinar bien un alimento al punto (jugoso por dentro y ligeramente dorado por fuera) y que más no siempre es mejor (de hecho, puede ser peligroso). Poco se habla de la importancia de una buena distribución del aire caliente y aquí esta airfryer es sobresaliente. La experiencia es un grado.
Philips Airfryer con Dual Basket Serie 3000, 9L, Freidora de aire con 2 cestas, Kit De Desayuno, Tecnología Rapid Air, Freidora grande y versátil para familias
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Portada | Xataka
Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Philips. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
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He desinstalado todas las apps de productividad de mi teléfono. Ahora soy mucho más productivo
Me gustaría que hicieras algo. Es muy sencillo: simplemente, mira en tu teléfono, ordenador o tablet la cantidad de aplicaciones que has descargado para sustituir a las aplicaciones nativas que hacen lo mismo de una manera muy similar.
¿Ya? Si tienes apps alternativas al calendario de Google o Apple, aplicaciones de notas que sustituyen a la nativa u otro gestor de correo, seguro que están ahí porque buscas potenciar tu productividad. Hasta hace no mucho tiempo, yo estaba en esa situación, pero me di cuenta de una cosa: era extremadamente productivo rellenando información en apps, pero el trabajo “real” se me hacía bola.
Entonces vi algo curioso: mi pareja estaba haciendo lo mismo que yo hacía en una app específica, pero en la app Notas del iPhone. Empecé a prestar atención a esa forma de utilizar la aplicación y, al tiempo, vi que yo tenía otra app distinta a la anterior para algo muy específico que mi pareja volvía a hacer en… Notas.
Y por casualidad, recordé el meme de cómo usamos las aplicaciones. Es ese que muestra un usuario ingenuo usando una app preinstalada en su móvil, otro avanzado y frustrado porque tiene que rellenar información de 20 aplicaciones y, en el extremo contrario de la gráfica, el usuario experto: el que hace todo lo que el avanzado, pero en la aplicación que ya usaba el usuario ingenuo.
De hecho, hablando con mis compañeros de esto, Javier Lacort me compartió una imagen perfecta que resume lo que me estaba pasando:
Tristemente, me vi muy identificado en la figura de ese usuario frustrado. Y la mitad de las aplicaciones que usa tienen un diseño que me suena bastante. El principal problema es que no te puedes desenganchar de la noche a la mañana.
Trabajando para completar una app
No soy una persona minimalista. Lo he intentado, pero me encanta coleccionar videojuegos y consolas. También me gustan un montón de cosas más, así que aunque veo muchos vídeos de estilos de vida minimalistas, hace tiempo que me bajé del barco de intentar ser lo que no soy.
Sin embargo, creo que hay varios tipos de minimalismo y uno que me está permitiendo ser más productivo es el digital. No es sencillo, ya te digo, y voy a poner como ejemplo mi propio trabajo. Antes de empezar con esto del minimalismo, utilizaba las siguientes aplicaciones:
- Airtable – Gestión de calendario de publicación de artículos.
- Fantastical – Calendario.
- Spark – Gestión del correo.
- Asana – Gestión de proyectos (antes usaba Trello) y fechas límite.
- Todoist – Listas de cosas por hacer.
- Notion – Escribir artículos.
- Hoja de cálculo – Recuento de los artículos escritos.
- Google Keep – Apuntar ideas que se me ocurren fuera de casa gracias a su widget.
- Apps de pomodoro.
Todo eso para el trabajo, ya que en mi vida personal también usaba unas cuantas. Son aplicaciones geniales a las que se puede sacar mucho más partido del que yo hacía. Muchas son tremendamente versátiles, pero yo usaba una sola cosa de cada una de ellas. La primera vez que las abrí, recuerdo pasar horas configurando cada rincón, añadiendo páginas nuevas para potenciar mi productividad y dejándolas preciosas porque, en definitiva, me iban a hacer más productivo.
Lo consiguieron, pero sólo en lo que a “rellenar” esas aplicaciones se refiere. A lo largo de la jornada, pasaba demasiado tiempo completando celdas y tareas de esas aplicaciones, lo que aumentaba mi tiempo laboral frente a la pantalla. En definitiva: trabajaba para la aplicación, no la aplicación para mí.
Y ahí estaba mi error.
La verdadera salud
Si estás en esa situación, seguro que sabes de lo que estoy hablando y, como digo, la transición no fue sencilla, pero mi decisión fue desinstalar todo lo que fuera una alternativa a una app nativa y probar qué tal me iba durante una semana.
Así, me quedé con:
- Notion – Para escribir, organización de proyectos y como hoja de cálculo.
- Mail nativo – No necesita explicación.
- Recordatorios – La app nativa del iPhone por Todoist.
- Calendario – En lugar de Fantastical y como sustituto a Asana.
- Notas – Para apuntar esas ideas rápidas, listas de la compra, etc.
- Modos de concentración del iPhone. Esto es importante.
No sólo son menos apps, sino que ya no tengo aplicaciones repetidas porque he ido desinstalando las demás. Y eso en el móvil, pero en el PC o Mac me ocurre lo mismo y uso las apps nativas o las versiones web de las apps que acabo de comentar. De hecho, la única aplicación que he descargado de la Store es Notion y lo que he hecho es aprovechar más lo que me ofrece cada app.
En lugar de usar una nueva para cada tarea, utilizo las nativas y Notion para más cosas. Puede sonar estúpido por mi parte en un primer momento ir en la otra dirección, pero al final son aplicaciones hechas para eso: tienen diseños muy cuidados y atractivos para que queramos usarlas todas. Todas son todoterreno, pero extremadamente buenas para una cosa concreta y lo que terminamos teniendo es una galaxia de apps multifunción que usamos para una sola cosa.
Como digo, eso estaba matando mi productividad porque pasaba horas completando listas de tareas que debía realizar y, cuando no llegaba a los objetivos, me frustraba, todas las apps me mostraban iconos rojos recordando que no había llegado y eso me hacía pasar más tiempo en esas apps reorganizando las tareas con la esperanza de llegar la próxima semana.
Sin esa “presión”, estoy trabajando mejor. No me hace falta una app de pomodoro si me quiero concentrar en una tarea durante un determinado tiempo porque no tengo mucho que hacer más allá de estar enfocado en esa tarea. No tengo que actualizar una etiqueta con el estado de la misma (si está pendiente, si la he empezado, si me falta maquetar o si la he terminado). Simplemente, está hecha… o no.
Y lo mismo con el resto de apps. En el móvil tengo Mail y en el Mac la misma app, ya instalada, por lo que si por lo que sea tengo que usar otro Mac, esa app ya está y sólo tengo que meter mi cuenta. Y así con todas excepto con Notion. Además, hay aplicaciones interconectadas, como Recordatorios y Calendario, sin necesidad de dar permisos entre aplicaciones de diferentes compañías (y los riesgos a la seguridad que implica).
En definitiva, considero que las aplicaciones de productividad son geniales (y ahora que están integrando diferentes usos de la IA, más). Están ahí y son tan populares por un motivo, pero en lo personal, tras usarlas durante años, he descubierto que lo que mejor me va son las apps que ya tengo. Es, incluso, algo que podría calificar como la ironía de las aplicaciones de productividad.
Y me he centrado en iOS, pero en Android más de lo mismo. De hecho, en el sistema de Google es algo mejor porque podría olvidar Notion, ya que tengo Hoja de Cálculo y Docs listos para usar. Pero bueno, es lo que tiene estar muy dentro del ecosistema de Apple.
Si estás en esa situación que describía al principio, te sientes identificado con la imagen que compartía mi compañero Lacort y has llegado hasta aquí, te animo a que pruebes esa “productividad minimalista”. Al menos durante unos días. Si no te funciona, siempre puedes volver atrás, aunque hay quien lo disfruta. Mi compañero Lacort, sin ir más lejos.
Imagen | Xataka
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review características, precio y especificaciones
Si se apellida Combo y es una Roomba, entonces aspira y friega. Aclarado este punto, conviene recordar que desde la Roomba Combo j7+, iRobot ha apostado por un sistema de visera descapotable bastante original que vimos en la Roomba Combo j9+ y ahora en esta Roomba Combo 10 Max con AutoWash, cuyo segundo apellido es el auténtico protagonista.
Porque la verdadera novedad de este aspirador es la base: desde hace unas cuantas generaciones la gama alta de iRobot es autovaciable y su predecesor además suministraba el agua para fregar, pero esta base sube de nivel con otro depósito más para el agua sucia procedente de la limpieza del paño. Como otros robots aspiradores topes de gama, vamos. Una vuelta de tuerca para seguir teniendo lo último de lo último. Lo hemos probado a fondo y esta ha sido nuestra experiencia.
Ficha técnica del Roomba Combo 10 Max con AutoWash
IROBOT ROOMBA Combo 10 max |
|
---|---|
DIMENSIONES |
Robot: 339 x 338 x 87 mm Base: 401 x 510 x 446 mm |
peso |
Robot: 4,1 kg Base: 9,1 kg |
Fregado |
Smart Scrub Dry Rug Intelligence |
capacidad |
313 mL (aspirado) 210 mL (tanque de agua) |
capacidad base |
2,5 L (suciedad) 3 L (tanque de agua) |
base |
AutoWash Hasta 60 días / 7 días de agua |
compatibilidad |
Protocolo Matter Apple Home |
PROGRAMABLE |
Sí Compatible con Alexa, Siri y Google Assistant |
NAVEGACIÓN INTELIGENTE |
Precision Vision Enhanced Dirt Detect Sistema de limpieza en cuatro fases |
sistema operativo |
iRobot OS |
BATERÍA |
4.200 mAh (fosfato de hierro-litio) |
Precio |
iRobot Roomba Combo 10 Max + base AutoWash, Robot aspirador y friegasuelos, multifuncional autolimpiable, rellena el depósito agua, lava&seca mopa, autovaciado, mopa retráctil, evita obstáculos, App
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Diseño: la diferencia está en la base
Comparada con su antecesor, la Combo 10 Max difiere de la Combo j9+ solamente en lo estético: mientras que el modelo viejo tiene una zona central que emula el metal, la nueva al completo tiene un chasis completamente negro mate tan elegante como sucio. De hecho, ha sido misión imposible evitar huellas y polvo en su superficie. Asimismo, la capota tiene unas estrías que refuerzan esa elegancia visual.
Lo demás, igual: un único botón con anillo LED alrededor, cámara para navegación en la zona central y disposición de sensores, forma cilíndrica achatada, el parachoques para evitar que potenciales golpes dañen el aparato y esa visera con una mopa adherida con velcro que sube y baja en función de si queremos fregar o no. Así que vamos a lo importante: la configuración de los cepillos. Tampoco cambia, pero es un aspecto clave en la limpieza.
Tiene un doble rodillo central para atrapar mejor la suciedad con una única pasada, es de goma por lo que soporta mejor potenciales enredos con pelos (importante si tienes mascotas) y finalmente cuenta con un cepillo lateral para barrer la suciedad a la parte central.
Porque lo que cambia es la base. Ojo, esencialmente por fuera sigue siendo la misma, la diferencia está en el interior. Así, es voluminosa y resulta moderadamente agradable a la vista gracias a detalles como la solapa de cuero o el estriado negro o lo discretas que resultan las luces para informarnos del estado (cargando, depósito de agua sucia/agua limpia/suciedad vacío).
Eso sí, mientras que la generación anterior apostaba por un acabado que recordaba a la madera en la zona superior, por lo que podía pasar por una mesita de noche de diseño, aquí puedes seguir colocando cosas encima como si fuera un mueble pero ya no lo parece. En cualquier caso, la sorpresa está al abrir la compuerta.
En la zona superior hay dos compartimentos iguales: un cajón transparente para el agua limpia con un medidor de nivel y otro paralelo pero a la derecha para guardar el agua sucia procedente de la limpieza del aspirador. Abajo, un tercer cajón esta vez opaco donde está la bolsa para guardar lo que se acumula en el depósito de sólidos. La bolsa es la misma que en otras generaciones, ya que iRobot dispone de una bolsa estandarizada para todos los modelos.
Navegación: es imperdible
Mientras que el mayoría de modelos de gama alta apuestan por la combinación de visor láser y cámara, en iRobot el peso de la navegación cae principalmente en una cámara situada en el frontal que, si ya en la generación anterior ofrecía un altísimo rendimiento, en esta sigue siendo sobresaliente… pero con matices. La cámara le sirve tanto para orientarse como para esquivar obstáculos (y como profundizaremos más adelante, ahora también para ver la suciedad).
La falta de luz no es un problema en tanto en cuando cuenta con LED para iluminar en escenarios de baja luminosidad, como por ejemplo debajo de la cama. Eso sí, este robot no se limita a ir de habitación en habitación delimitando perímetro y haciendo zigzags como otras, sino que sigue cierto orden en función de lo sucio que está una sala o de si hay que incidir más. O sea: es una navegación optimizada ajustada a la suciedad y arquitectura, más próxima a lo que cabe esperar de un dispositivo inteligente.
Como en otras generaciones, promete evitar los posibles excrementos de perros y gatos (y en caso de no hacerlo, la compañía promete sustituir el robot sin coste) y del mismo modo, también esquiva con aciertos zapatos, cables, calcetines o cualquier cosa que se nos haya quedado en el suelo y no sea una alfombra en la que subirse.
Ojo porque por ejemplo unas cortinas que caen hasta el suelo o un edredón largo tiene el mismo efecto: el robot aspirador no se va a meter bajo la cama si la ropa de cama llega hasta el suelo. No obstante, puede informarte de lo que ve y cómo proceder con ese obstáculo en futuras ocasiones, por ejemplo con ese edredón largo.
Aquí viene la explicación a lo de ‘con matices’: los esquiva y eso es una buena noticia para evitar desastres, pero a costa de no limpiar el área que lo rodea, lo que implica que en algunos sitios deje bastante espacio sin limpiar. He ido probando y el mapa trazado en la aplicación no engaña: como dejes una habitación hecha unos zorros, te va a aspirar poquísimo. No está de más recordar algo: si quieres los mejores resultados en limpieza, mejor despejar antes el suelo para que el aspirador pase y limpie.
Quiero destacar asimismo que realiza unos cálculos del espacio disponible bastante exactos para determinar si cabe por un lugar o no, algo que si tienes una casa muy abarrotada de cosas o lugares estrechos agradecerás enormemente puesto que pasa y limpia. Hay muchísimos modelos, incluso de gama alta, que no entran por lugares por donde caben, como por ejemplo entre las patas de una silla, pero no es el caso de este.
Por cierto, la primera vez que lanzas el robot a limpiar, traza un mapa con la arquitectura doméstica que luego es necesario modificar añadiendo separadores y poniendo nombres a las habitaciones. En ese primer recorrido de descubrimiento el reconocimiento de objetos no está activado. Si tienes un hogar con varias plantas, puedes repetir el proceso varias veces ya que tiene capacidad multimapa.
Así pues, las tres palabras para definir su navegación son optimizada, depurada y personalizada. En estas semanas de prueba con el Roomba Combo 10 Max AutoWash no solo nunca ha atropellado nada sino que siempre ha vuelto a la base. Eso sí, considerando que mis padres tienen mascota y que suele haber cosas por el suelo, he seguido el consejo de iRobot y he dejado la detección de obstáculos activada. Solo desactivaría esta opción en un hogar sin mascotas ni cosas potencialmente atropellables.
Limpieza: sobresaliente en alfombras
iRobot también se diferencia de la mayoría de fabricantes en cuanto a opciones de limpieza, simplificándolas al máximo y a juzgar por mi experiencia, tiene razón.
Así, esencialmente encontramos solo aspiración, solo fregado y aspiración y fregado. Eso sí, rebuscando entre las opciones también podemos configurar si preferimos un modo más intenso recomendado para áreas pequeñas y otro más suave para dar un repaso, pero iRobot tiene el modo normal como recomendado y tiene sentido: no hace falta más. Además y a una mala, es posible elegir una o dos pasadas.
La marca no acostumbra a proporcionar datos de succión, pero atendiendo tanto al ruido como a los resultados, estamos en disposición de decir que es bastante potente: aspira polvo, pelos, migas y arena, pero tampoco se le resisten copos de cereales. Más allá de tener buenos rodillos y alta succión, es que la sensación cuando lo ves limpiar es como si viera: no es un zigzag programado independiente del suelo y la suciedad, sino que incide más donde es necesario.
Teniendo en cuenta que hay un cocker en casa, la diferencia es abismal respecto a la vieja escoba: la conjunción de doble rodillo de goma junto a la succión deja el suelo bastante limpio. Obviamente, la excepción es por donde no pasa, por ejemplo alguna que otra esquina. En este sentido, es un buen candidato para hogares con mascotas peludas.
Lo que más me ha sorprendido es cómo deja las alfombras. Tenemos un par de alfombras pequeñas y peludas a los pies de varias camas y no solo se sube, sino que las deja impecables tanto a nivel visual como sacudiéndolas después. No se limita a recorrerlas y ya, sino que hay ocasiones y zonas en la que insiste al apreciar suciedad. Mi madre las aspira manualmente varias veces al año y tras un par de días con esta Roomba, quedan tan bien que no se plantea volver a sacar el aspirador de trineo del armario.
Un punto a su favor respecto a la competencia es la visera, paradójicamente. Al margen de que habrá que ver cómo soporta esta pieza mecánica que sube y baja el paso del tiempo, resulta de lo más efectivo para evitar que la mopa de fregar roce con las alfombras, algo que de hecho puede pasar con la mayoría de robots aspiradores fregadores, que normalmente elevan la pletina con la mopa unos milímetros. Así, tiene fuerza para subir a alfombras gorditas y estas no corren riesgo de mojarse.
Para fregar dispone de esa pletina que sube y baja con una mopa texturizada, la posibilidad de elegir la cantidad de agua y el SmartScrub, que básicamente es un movimiento de vaivén para repasar esas zonas donde hay manchas. Normalmente friego el suelo tal cual y compruebo qué tal queda, pero añado una prueba extra: verter unas gotas de refresco en la cocina y dejar que se seque para fregar al día siguiente.
Tras el uso diario y la prueba del refresco concluimos que ofrece un fregado aceptable para mantener el suelo limpio y quitar alguna que otra mancha suave, pero la suciedad más seca y grande se le resisten. En este sentido y según mi experiencia, creo que van mejor aquellos con rodillos con pelito que giran cual lijadora radial.
Autonomía: una batería bien optimizada
A diferencia de otros robots aspiradores, que suelen ofrecer una autonomía teórica máxima, iRobot se limita a proporcionar la capacidad de la batería: 4.400 mAh, lo mismo que su predecesor. A partir de aquí la duración variará en función de lo que configures: solo aspirar o aspirar y fregar y dentro de las preferencias de limpieza, ya hemos visto que puede configurarse para varias pasadas, dosificar el líquido de fregado, el tipo de aspiración y fregado o si usa la detección de obstáculos.
Aunque para el análisis lo he probado todo, para el día a día con el modo normal de aspiración y fregado (eso sí, con el SmartScrub) ha sido más que suficiente para dejar los suelos limpios y aquí el aspirador ha completado más de dos limpiezas completas hasta volver a la base para recargarse por tener la batería demasiado baja. Después, retorna al punto donde lo había dejado y continúa la limpieza hasta completarla. Así que quedarse sin batería no es un problema.
No obstante, para simplificar y poder homogeneizar frente a otros aspiradores, he comprobado cuánto dura la batería solo aspirando con la configuración que viene por defecto y aquí he quedado más que satisfecha: ha sido capaz de limpiar la casa de mis padres, de unos 100 metros cuadrados, dos veces y media. En este sentido, este es un robot aspirador apto para pisos de tamaño mediano y grande: la batería tiene buena capacidad, la optimiza adecuadamente para limpiar y moverse y no va a dejar limpiezas a medias.
Cómo es la aplicación
Una de las grandes bazas de los robots aspiradores de iRobot es el buen diseño de su aplicación iRobot (disponible gratis para Android en Google Play Store y para iOS en App Store), que en esencia la misma para todos los modelos aunque con pequeñas variaciones en función de las prestaciones que ofrezca. Así, en este caso proporciona información del estado de los depósitos mediante unos gráficos claros o del comportamiento del fregado.
No obstante, la clave está en una interfaz clara e intuitiva que deja a mano lo que más vamos a usar y oculta las opciones más rebuscadas. En la pantalla principal veremos el estado del robot y de la base, los mapas podremos poner en marcha los programas de limpieza favoritos (los que más usamos) y haciendo scroll hacia abajo accederemos a la programación, el historial, mensajes, la configuración, el manual y la sección de ayuda.
Pero lo que más se usa, a mano y bien clarito con gráficos y botones grandes. iRobot hace tiempo que logró un buen equilibrio entre ofrecer prestaciones avanzadas y no complicar la aplicación demasiado, lo que constituye una ventaja diferencial frente a la mayoría de aplicaciones de otros fabricantes. ¿El resultado? Una app para todo tipo de público: incluso mis padres, poco tecnológicos, podrían ponerlo en marcha sin mucha complicación.
Mencionaba antes de los programas de limpieza, pero merecen algo más de atención. Al toca sobre nuevo trabajo pueden elegirse las plantas donde limpiar, cada habitación y qué hacer ella al detalle, lo que implica por ejemplo el ‘Smartscrub’ para frotar o las pasadas. Lo normal será configurar algunos al principio y luego limitarnos a ponerlos en marcha. En cuanto a la configuración, es bastante minuciosa, con más preferencias de limpieza del robot y de la base, bloqueo infantil y para mascotas, reiniciar el dispositivo, entre otros. En definitiva: si quieres una experiencia más personalizada y quieres complicarte más, también tiene opciones para configurarla a fondo.
En casa tengo una Roomba desde hace un lustro y la marca sigue actualizándola, lo que da confianza de cara a invertir en un modelo de la marca, pero es que además este modelo mira al futuro al ofrecer compatibilidad con el protocolo Matter (implementado en el último trimestre de 2024) y el ecosistema de Apple. En pocas palabras, que no vas a tener problemas de compatibilidad en tu casa conectada.
Mantenimiento: poquito
Cuando allá por 2019 iRobot se aventuró con las bases autolimpiables con su Roomba i7 fue de los primeros, pero con las bases 3 en 1 se ha hecho esperar. Es cierto que la mayoría de modelos de su catálogo solo aspira, pero también lo es que desde hace años esta característica está presente en varias marcas de la gama alta. Con este Roomba Combo 10 Max con AutoWash llega más tarde pero lo hace muy bien.
Ahora ya no solo ejecuta un estruendoso sonido con el que succiona la suciedad del depósito de sólidos para pasarlo a una bolsa y así no tener que preocuparse y minimizar la exposición al polvo y suministra agua para volver a fregar, es que también lava y seca la mopa. Por cierto, así como la succión de la suciedad es un proceso ruidoso (pero corto, que no cunda el pánico), el borboteo del lavado es suave y el secado es prácticamente imperceptible (le lleva unas cuatro horas, aunque puedes usarlo en ese tiempo si lo necesitas).
Hay dos cosas destacables: pese a ser una de las bases más completas del mercado, su tamaño es bastante moderado. Pero también llama la atención la poca agua que gasta en el proceso de limpieza. De hecho, mientras que en general con otros modelos tengo que llenar dos depósitos de agua a la semana, con este robot aspirador solo he llenado el tanque una vez a la semana. Así hay que estar menos pendiente. En cuanto a la bolsa de sólidos, puede aguantar tranquilamente unos tres meses.
Todo lo demás, sin novedad: viene con un filtro extra, una bolsa de recambio y otro cepillo lateral para sustituir cuando sea necesario, algo que puede verse tanto en el manual en papel como en la aplicación (en las estadísticas de uso). Tampoco hay variaciones en el proceso de limpieza de cepillos: basta con darle la vuelta, apretar las dos presillas para liberar la pieza y extraerlos para retirar pelos que se hayan podido enredar.
iRobot Roomba Combo 10 Max con AutoWash, la opinión de Xataka
Con este modelo con AutoWash, iRobot se pone a la altura en cuanto a funciones con la gama alta más avanzada del mercado. No obstante y aunque las bases ofrecen unas características convenientes para minimizar el mantenimiento o saludables para quienes tienen problemas de alergias, siguen estando en un segundo plano respecto a lo que es y lo que hace el robot aspirador.
Y aquí solo hay buenas noticias: este Roomba Combo 10 Max ofrece una potencia y configuración de cepillos solvente y una batería bien optimizada para limpiar a fondo un hogar de tamaño mediano o grande, pero lo verdaderamente diferencial es su inteligencia, aplicada tanto a la navegación como a la limpieza.
En pocas palabras, es como si viera y entendiera lo que tiene delante. Así es capaz de esquivar el comedero del perro o al propio perro, pero también en insistir más en una zona donde sea necesario. El fregado, sin ser de lo mejor que hay, también resulta ser más que suficiente para mantener suelos limpios y eliminar alguna que otra mancha.
La guinda del pastel es la buena experiencia que ofrece su aplicación y su apuesta por la conectividad: si lo tuyo no es la tecnología, vas a apañarte con la app. Pero si tienes una casa inteligente donde no falta domótica, agradecerás todas sus opciones o la interoperabilidad de Matter. En este sentido y sin ser un robot aspirador barato ni mucho menos, es una compra de presente y futuro.
iRobot Roomba Combo 10 Max + base AutoWash, Robot aspirador y friegasuelos, multifuncional autolimpiable, rellena el depósito agua, lava&seca mopa, autovaciado, mopa retráctil, evita obstáculos, App
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de iRobot. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.
ues de anuncios individuales.
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Actualidad
El Control de Cámara del iPhone 16 Pro ha llegado a Android. La pregunta es si se quedará o no
En los últimos años, las innovaciones en telefonía móvil han seguido un patrón claro: Android toma ideas de iOS, iOS integra funciones de Android, y el ciclo se repite. Es un proceso prácticamente inevitable en un mercado donde la competencia empuja a los fabricantes a evolucionar constantemente.
Pero, lejos de ser un problema, esta dinámica tiene un efecto positivo para los usuarios: ambas plataformas terminan ofreciendo lo mejor de ambos mundos, con mejoras que benefician a todos sin importar en qué lado del ecosistema estés. Al final, los verdaderos ganadores somos los usuarios, con dispositivos cada vez más completos.
El problema viene cuando un fabricante “se inspira” en características que no tienen una buena acogida. El Control de Cámara de los iPhone 16 es una de ellas: es algo que criticamos en la review y que, como dejan leer los foros, no está contentando demasiado a los usuarios.
OPPO ha abierto la veda. Es el primer móvil Android con un botón capacitivo dedicado a la cámara -esto es muy distinto y lejano al simple botón de cámara que integra Sony en su familia Xperia-, y estamos más que convencidos de que no será el último. De hecho, Realme ya está probándolo.
¿El problema? El mismo que comentamos en el análisis del iPhone: este botón quiere solucionar un problema que no existe. Aunque comentaremos primero lo positivo. Como botón para invocar la cámara de forma rápida es una alternativa excelente. El proceso de desbloquear el teléfono y abrir la cámara es rápido, pero pulsar el botón dos veces lo es más aún. Hasta aquí, todo bien.
El botón de cámara es una buena idea ejecutada a medias. Actualmente, es objetivamente más incómodo que tocar la pantalla
La clave es que los fabricantes no están logrando hacer del botón de cámara uno en el que las funciones que pretende realizar sean más cómodas que las que ya venimos haciendo con la pantalla.
La más sencilla de todas, tomar fotos, es muy incómoda. Tengamos el móvil en horizontal o vertical, suele bastar con acercar el pulgar para pulsar la pantalla y hacer una foto. Es algo inmediato. La ubicación de estos botones, que no recae sobre el índice -algo que deberían lograr si quieren simular un botón de cámara profesional-, obliga a mover al completo la mano para que el dedo llegue. A la incomodidad se le suma el tiempo extra que nos toma acomodar la mano.
Lo mismo sucede con el zoom. El gesto de pinch to zoom nos permite ser notablemente más precisos que este tipo de botones capacitivos, amén de ser mucho más rápido a la hora de hacer un zoom profundo. Con los dedos simplemente tenemos que exagerar el gesto, con los botones tenemos que ir deslizando poco a poco para llegar al punto de zoom que queremos.
La pregunta es clara, y puede depender de Apple: ¿este botón ha llegado para quedarse o será un experimento? La acogida del Control de Cámara del iPhone 16 no ha sido demasiado buena, pero el mercado ha empezado a mover ficha emulándolo. Si Apple acaba con él, la industria se moverá en consecuencia. Tan solo hay dos caminos, intentar mejorarlo lo máximo posible o aceptar que, quizás, tocar la pantalla para hacer una fotografía no estaba tan mal.
Imagen | Xataka
ues de anuncios individuales.
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