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Liam Payne se suma a la lista de los cantantes que son víctimas del lado oscuro del estrellato

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EFE.- Con tan sólo 31 años, Liam Payne, exintegrante de One Direction, falleció inesperadamente en Argentina, uniéndose a la sombría lista de artistas cuya vida terminó prematuramente.

El cantante alcanzó la fama como parte de One Direction, la boyband formada en 2010 durante la séptima temporada de The X Factor en Reino Unido. Rápidamente se convirtieron en un fenómeno global, vendiendo más de 70 millones de discos con éxitos como “What Makes You Beautiful”, “Story of My Life” o “Night Changes”.

Sus apasionados seguidores, conocidos como Directioners, desataron una euforia comparable a la de leyendas musicales como The Beatles o The Backstreet Boys.

La disolución del grupo en 2016 marcó un punto de inflexión para sus cinco miembros, quienes debieron redefinir su identidad musical.

Harry Styles emergió rápidamente como artista en solitario con éxitos como “Sign of the Times” o “Watermelon Sugar”, mientras que Zayn Malik alcanzó notoriedad con “Pillowtalk”.

Por otro lado, Liam Payne lanzó su álbum debut LP1 en 2019 con temas como “Strip That Down”, y, aunque resonó con parte de su audiencia, no lo consolidó en la escena musical internacional de la misma manera que sus compañeros.

La lucha silenciosa detrás del escenario

Liam James Payne, nacido el 29 de agosto de 1993, falleció el 16 de octubre de 2024 tras caer del balcón de un hotel en Buenos Aires, Argentina. Aunque las causas exactas aún no se han esclarecido, se sospecha que el cantante podría haber estado bajo el efecto de sustancias, dada su conocida batalla contra la adicción y episodios de pensamientos suicidas.

Además, recientemente Payne enfrentaba una demanda de su expareja Maya Henry, quien lo acusaba de acoso y comportamientos obsesivos.

La prematura e inesperada muerte de Liam Payne se suma a la sombría lista de artistas que han sucumbido a las adicciones y a la presión de la fama, como Amy Winehouse, quien falleció a los 27 años en 2011 tras una prolongada lucha contra la adicción al alcohol y las drogas. 

El precio del estrellato

Kurt Cobain, líder de Nirvana, dejó este mundo el 5 de abril de 1994 a los 27 años en un trágico suicidio; sus letras desgarradoras capturaron el desencanto de una generación y ayudaron a definir el movimiento “grunge”.

Cobain es uno de los miembros más emblemáticos del Club de los 27, que incluye a artistas como Janis Joplin y Jim Morrison, cuyas muertes prematuras reflejaron el oscuro precio de la fama.

Amy Winehouse, reconocida por su potente voz y estilo inconfundible, falleció el 23 de julio de 2011 a los 27 años debido a una intoxicación etílica.

A lo largo de su vida, enfrentó adicciones y luchas con la bulimia, agravadas por la presión constante del estrellato, amigos cercanos subrayaban que el éxito a menudo complicaba su recuperación.

Su aclamado álbum “Back to Black”, que incluye éxitos como “Rehab” y “Valerie”, es un honesto reflejo de su dolor; pero, a pesar de los avances en su proceso de recuperación, su autopsia reveló niveles de alcohol cinco veces superiores al límite legal para conducir.

Whitney Houston falleció a los 48 años tras ahogarse accidentalmente en la bañera de su hotel después de haber tomado una combinación de medicamentos y cocaína.

Houston ascendió al estrellato mundial pop, pero su voz excepcionalmente talentosa tenía su base en la música góspel, la cual fue inmortalizada en canciones como “I Will Always Love You” y “I Wanna Dance With Somebody”. 

En 2002, la cantante reconoció que tenía problemas con las drogas. 

Avicii, cuyo nombre real era Tim Bergling, fue un destacado DJ y productor sueco cuya prematura muerte el 20 de abril de 2018 a los 28 años dejó un vacío en la industria musical. Con éxitos como “Wake Me Up”, “Levels” y “Hey Brother”, redefinió la música electrónica.

Con tan sólo 26 años, decidió retirarse de los escenarios debido a la presión que afectaba su salud mental y física, lo que lo llevó a luchar contra la ansiedad y la adicción. La última entrada de su diario personal leía: “El desprendimiento del alma es el último apego, ¡antes de reiniciarse!”.

El vocalista de Linkin Park, Chester Bennington, se quitó la vida el 20 de julio de 2017 a los 41 años en su casa de California. Su trágica muerte por ahorcamiento ocurrió poco antes de una gira por Norteamérica.

Pese a que poco antes había compartido en Twitter su entusiasmo por nuevas canciones, Bennington había enfrentado luchas internas a lo largo de su vida.

En este contexto, su canción “Numb” adquirió un nuevo significado para muchos de sus seguidores, ya que expresa la desesperación de no cumplir con las expectativas impuestas, algo con lo que Bennington luchó durante años. 

Dolores O’Riordan, la vocalista de The Cranberries falleció el 15 de enero de 2018 a los 46 años, ahogada en una bañera tras una intoxicación accidental por alcohol.

O’Riordan luchó con trastornos de salud mental durante toda su vida, incluyendo el trastorno bipolar y estrés postraumático, agravados por abusos en su infancia. En el momento de su muerte, estaba en Londres para grabar una nueva versión de “Zombie”, uno de los grandes éxitos de su carrera.

Detrás de los aplausos y el éxito, las presiones de la fama, sumadas a las batallas internas, han precipitado la muerte prematura de muchos talentos.

Cada una de estas pérdidas ha dejado una marca indeleble en la música y en el corazón de sus seguidores.

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La NASA lleva una semana sin noticias de la Voyager 1. La nave espacial está ilocalizable en el espacio interestelar

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Después de 47 años alejándose de la Tierra, la nave Voyager 1 se encuentra ilocalizable. La NASA lleva una semana sin noticias de la mítica sonda espacial, pero sus antenas siguen escuchando con la esperanza de que aparezca pronto.

Una semana sin saber de la Voyager 1. Ni la NASA, ni los controladores de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) han hecho declaraciones al respecto, pero algo no va bien con la Voyager 1.

Bernard Netherclift, un entusiasta de las Voyager que sigue de cerca las comunicaciones de la Red del Espacio Profundo (DSN) con las sondas, reveló que las antenas de la NASA ubicadas en Robledo de Chavela (Madrid), Tidbinbilla (Canberra) y Goldstone (California), dejaron de recibir señales de la Voyager 1 la semana pasada.

Primer intento de recuperación. A 24.700 millones de kilómetros de la Tierra, la Voyager 1 es el objeto fabricado por humanos que más lejos se encuentra de nuestro planeta. Eso son unas 23 horas luz, así que las comunicaciones de la NASA tardan un día entero en ir desde la Tierra hasta la Voyager y viceversa.

Si bien la NASA puede alinear las seis antenas de Madrid para recibir la débil señal de la Voyager 1, la estación de Canberra es la única que tiene un transmisor de alta potencia capaz de cubrir una distancia tan grande, por lo que el JPL ha tomado tres decisiones para atacar la crisis:

  1. Reasignar parte del tiempo de seguimiento de la Voyager 2 a la búsqueda de la Voyager 1 desde la estación de Canberra
  2. Despriorizar las comunicaciones con el observatorio XMM-Newton de la ESA y el satélite meteorológico DSCOVR de la NOAA para que Canberra y también Madrid puedan pasar más tiempo buscando la Voyager 1
  3. Enviar una transmisión de 100 KW desde la antena más potente de la DSN, la de 70 metros de diámetro de Canberra. Es el primer intento de recuperar la Voyager 1, cuyo resultado conoceremos en las próximas horas

Qué está pasando. Sin declaraciones oficiales de la NASA, es difícil saberlo. La Voyager 1, lanzada el 5 de septiembre de 1977, ha sufrido varias anomalías en los últimos meses, que los ingenieros del JPL han ido solucionando de forma heroica luchando contra la distancia abismal, la energía limitada y el software vetusto de la sonda.

Problemas recientes. Entre noviembre de 2023 y mayo de 2024, la Voyager 1 dejó de enviar datos científicos por culpa de un chip de memoria deteriorado. Tras localizar el problema, los ingenieros de la NASA lograron reubicar el código en otras partes de la escasa memoria de la nave y recuperar las comunicaciones.

Más recientemente, los controladores de la misión tuvieron que reencender unos motores que llevaban décadas inactivos para poder orientar la nave. Los tubos de combustible que estaba usando la Voyager 1 se habían obstruido por el envejecimiento de un diafragma de goma, y la sonda corría el riesgo de que sus antenas no pudieran mirar más en dirección a la Tierra.

El peor de los casos. Si los propulsores que estaba usando ahora la Voyager 1 han fallado también y la sonda ha quedado mal orientada, es posible que no se pueda recuperar. Los comandos para corregir cualquier problema no le llegarían.

Si fuera un fallo de los instrumentos, habría esperanzas de recuperarla. La fuente de energía de la Voyager 1 es un generador termoeléctrico de radioisótopos (RTG) que, si bien produce menos energía cada año por el decaimiento natural del plutonio-238, todavía tiene energía para seguir funcionando hasta 2030.

Y ahora qué. La NASA acaba de enviar una transmisión a ciegas a la Voyager 1, lo que probablemente signifique que ha estado mirando las últimas telemetrías recibidas para escribir unos comandos con la esperanza de que lleguen a la sonda y retome las comunicaciones.

Si no aparece después de esto, es posible que sea el final de una de las misiones más legendarias de la exploración espacial. Con permiso de la Voyager 2, que sigue funcionando y a la que también le queda energía en su RTG para seguir recogiendo datos del espacio interestelar hasta 2030.

Imagen | NASA

En Xataka | La NASA ha logrado que la Voyager 1 encienda unos motores inactivos desde hace décadas. Era eso o perder la nave

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Análisis del iPhone 16 Pro un mes después. Gran teléfono para una generación complicada

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Hace poco más de un mes publicamos nuestro análisis del iPhone 16 Pro. Se trata, sin duda alguna, de uno de los teléfonos que va a marcar este 2024 junto al Samsung Galaxy S24 Ultra y el que quizá, este año sí, era su gran rival: el Google Pixel 9 Pro. En nuestro texto, probamos a fondo todo lo que tenía que ofrecer el nuevo terminal, pero no nos hemos querido quedar en ese análisis y, por eso, hemos decidido analizar el iPhone 16 Pro durante todo un mes.

Es algo que también hicimos con el mencionado Google Pixel 9 Pro para comprobar durante más tiempo cómo se comporta el teléfono, y mi compañero Mario Arroyo ha sido el encargado de realizar esta labor. En el vídeo que tienes como portada de este artículo, Mario expone sus opiniones sobre todos los apartados del teléfono y lo que queda claro es algo que ya dijimos anteriormente: esta es la generación de la continuidad.

Apple sabe muy bien hasta dónde puede estirar el chicle cada generación para que su teléfono se sienta como algo nuevo. En esta ocasión, ha decidido apostar por un diseño con más pantalla en el mismo espacio gracias a una reducción de los marcos, una potencia descomunal gracias al chip A18 Pro y la que puede ser la mayor novedad: el nuevo botón de cámara.

Mario comenta todo ello (así como los diferentes modos de grabación y las opciones de captura de audio, que son muy interesantes) en este segundo análisis en vídeo del iPhone 16 Pro, pero un pequeño spoiler es que el botón de cámara, que seguro que tendrá su público, no es algo que le haya convencido al resultar algo engorroso en el día a día.

Es uno de esos detalles de los que te das cuenta llevando un mes el teléfono y utilizándolo en el día a día. Además, en el análisis podemos ver multitud de vídeos y fotografías, incluso comparando con el iPhone 15 Pro. Al final, el vídeo es muy interesante si sigues teniendo dudas sobre si comprar o no el nuevo iPhone 16 Pro, pero si tras verlo no te queda claro si es, o no, para ti, también publicamos una extensa comparativa con iPhone anteriores que puede ser de mucha ayuda.

En Xataka | He cambiado mi iPhone Pro por un nuevo iPhone 16 normal. Me arrepiento de muy pocas cosas

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Que los gatos son líquidos es algo que se intuía, pero ahora lo hemos comprobado científicamente

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Si vives con un gato, sabrás de sobra que hay dos verdades universales. La primera es que si se acercan pidiendo mimos es que te quieren mucho. La segunda es que “fluyen”, como si fueran entes de pelo relleno de alguna especie de líquido, lo que les da la capacidad para pasar por sitios extremadamente estrechos o acomodarse de formas que no parecen, para nada, confortables.

Los gatos son estrellas en nuestra casa y en Internet. Hay decenas de miles de vídeos mostrando gatos de formas muy graciosas (en ocasiones, estresantes para ellos) y algo que es un meme es que los gatos son líquidos. Esto es algo que ha llevado a que nos lo preguntemos, realmente, debido a que un líquido es un elemento que se amolda a un recipiente, y los gatos se ajustan a esa descripción.

Más allá del meme y el chascarrillo, hay quien se ha tomado en serio esto de investigar si los gatos están rellenos de líquido. Y la respuesta es que tienen una excelente habilidad para calcular el tamaño de su cuerpo y adaptarse a los espacios.

Conscientes de su tamaño

Convivir con un perro y un gato refleja que uno de ellos domina su cuerpo y el entorno mejor que el contrario. El perro suele ser más torpón y muchas veces subestima tanto su fuerza como, sobre todo, su tamaño. Intenta entrar por sitios por los que clarísimamente no cabe, se da algún que otro golpe con el mobiliario y es como un niño grande.

Con los gatos eso no ocurre. Si alguna vez uno de mis felinos se ha chocado contra un mueble es porque va derrapando a toda velocidad sobre el suelo y se resbala, pero es asombrosa su capacidad no solo para realizar saltos precisos a espacios diminutos, sino para colarse por donde parece imposible, tomándose un momento para pensar si es un movimiento viable o no. También impacta su capacidad para dormirse en sitios en los que te preguntas si algo ocurre con su columna vertebral.

Fascinado por eso, el etólogo Péter Pongrácz, investigador de la Universidad Eötvös de Loránd en Hungría, decidió que alguien debía investigarlo. Y se puso manos a la obra en un estudio que ha publicado en iScience. En el experimento, Péter evaluó la percepción del tamaño corporal que tienen de sí mismos los gatos domésticos. El modo de evaluarlo fue mediante una plantilla con aberturas diferentes: de más amplias a mucho más estrechas, siendo este un experimento que anteriormente realizaron con perros.

Los observadores se dieron cuenta de que los perros intentaban evadir las aberturas estrechas debido a que son depredadores de persecución de movimiento rápido. Esto quiere decir que, instintivamente, optan por evitar pasar por lugares estrechos, ya que una colisión o quedarse atrapados no es una opción. En el experimento, cuando la abertura era extremadamente estrecha, los perros ni lo intentaban y Pongrácz llegó a la conclusión de que entendían que no podrían pasar y que esto era fruto de que calculaban todo el tiempo su tamaño.

En el caso del experimento con los gatos, se usó el mismo patrón de puertas que se van estrechando y lo primero que notaron fue que, a pesar de que los gatos atravesaron sin vacilar las aberturas más amplias, cuando tocaba pasar por las más estrechas mostraban indecisión por unos segundos. Los bigotes de los gatos, llamados vibrisas, son esenciales para el felino. Se sabe que, entre sus muchas funciones, juegan el papel de “sonar”, ayudándolos a detectar si la abertura es transitable y compensando su mala visión a distancias cercanas.

Así, pueden entrar por orificios muy estrechos sin vacilar, pero cuando la cosa se pone realmente difícil, se toman su tiempo antes de intentar atravesar el obstáculo. También jugaron con las alturas: si la altura del hueco era elevada y el espacio era ancho, los gatos pasaban sin dudar. Cuando se mantenía la altura y el espacio era estrecho, los gatos tampoco dudaron. El problema venía cuando la altura variaba. Ahí es cuando empezaban a dudar, pero terminaban intentando pasar por la abertura, al contrario de lo que ocurría con los perros.

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En la figura A, tenemos aberturas que van menguando a lo ancho, pero no a lo alto. Ahí los gatos pasan sin dudarlo por cualquier hueco. En la figura B, las aberturas menguan a lo alto… y los gatos se lo piensan más

Esto indicó a Pongrácz que los gatos son muy conscientes, sobre todo, de su altura. Puede que sea porque las vibrisas los ayudan a calcular en todo momento su anchura, pero con la altura tienen que realizar otras comprobaciones y, por eso, evalúan más ese tipo de obstáculos. Ivan Khvatov es psicólogo del Instituto de Psicoanálisis de Moscú. No participó en el estudio, pero coincide comentando que los gatos son más maleables y flexibles que los perros, por lo que no tienen que preocuparse tanto como ellos por si pasarán por una abertura, a no ser que esa abertura sea muy baja, donde sí empezarán a realizar los cálculos necesarios.

En la revista Science, el propio Pongrácz comenta que, sin importar lo estrecho que volviera la abertura, si la altura era cómoda para los gatos, estos “no disminuían la velocidad en absoluto. En ese caso, no usan la conciencia corporal. Son, básicamente, como líquidos”. Ahora bien, el estudio, aunque revelador, tiene algunas limitaciones.

En los experimentos participaron un total de 30 gatos, pero estos no se hicieron en el laboratorio. En el caso del estudio con perros, sí se trasladaron a unas instalaciones especiales en las que midieron todos los parámetros, pero en el caso de los gatos, las pruebas se realizaron en los hogares de las mascotas. Al final, lo interesante de todo esto es que los experimentos de investigadores como Pongrácz sirven para descubrir que los humanos no somos las únicas criaturas conscientes de nuestro propio cuerpo.

En el estudio se comenta que los hurones, los periquitos, las serpientes ratoneras, los abejorros o los elefantes asiáticos también tienen esa autoconsciencia corporal que, básicamente, los ha ayudado durante generaciones a sobrevivir en la naturaleza.

Y… sí, en cuanto termine este texto, pienso ir a por un cartón grande para replicar el experimento con mis gatos. Tengo claro que dos pasarán de mí, pero estoy seguro de que el tercero intentará llegar a la latita de comida que le espera al otro lado.

Imagen | Vitali Adutskevich

En Xataka | En un país donde hay más mascotas que hijos, era un paso más o menos lógico: China está enviando a los perros al “colegio”

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