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La forma más sencilla de entender por qué cambiamos de hora esta madrugada es este mapa

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La historia es conocida: durante la Segunda Guerra Mundial, la práctica totalidad de los países de Europa Occidental cambiaron de huso horario. En algunos casos, fue por la invasión de la Alemania Nazi; en otros, fue una decisión (más o menos) voluntaria de los distintos países. Sea como sea, cambiaron a la hora de Berlín. No obstante, eso no es lo llamativo. Lo realmente llamativo es que, después de la Guerra, ninguno de esos países volvió a su huso anterior. La explicación, aunque no lo parezca, es mucho más sólida de lo que parece.

Cuando en 1912 se celebra la Conférence internationale de l’heure radiotélégraphique y se aprobó el sistema de 24 husos horarios, se partía de un fenómeno astronómico que resultó muy útil: el hecho de que el mediodía es estable a lo largo del año. Es decir, ocurre casi cada veinticuatro horas exactas. Gracias a ello, establecer la hora de cada lugar del mundo (adoptar el huso horario) resultó ser algo realmente sencillo y potente. Revolucionario en muchos aspectos, de hecho. Luego empezaron los problemas.

Empezaron los problemas porque los acontecimientos se sucedieron. La Primera Guerra Mundial hizo que la convención internacional de la hora no llegó ni a ratificarse por sus miembros hasta 1919. Después de eso, los distintos países empezaron a unificar sus horarios progresivamente. En España, llevábamos en el meridiano de Greenwich desde el 1 de enero de 1901, como la mayor parte de países europeos, en virtud de la conferencia del Meridiano del 1884. La nueva convención, en cambio, exigía que muchos países cambiaran de hora.

En aquella época los argumentos eran claros: “normalizar” y “estandarizar” la hora era algo necesario en la medida en que el transporte por ferrocarril, los dirigibles y la incipiente aviación empezaban a tener un papel más importante en la vida de la gente. Tener un horario distinto para cada ciudad (como ocurría hasta ese momento) hacía todo mucho más complejo de lo necesario. Los costos de coordinación empezaban a ser inasumibles.

Y, luego, la gente hizo lo que quiso…

El problema es que ese ‘racionalismo’ horario pecó de optimista. Como había señalado Sandford Fleming, el ‘padre de los husos horarios‘ en 1884, “la adopción de los principios correctos de cómputo del tiempo no cambiará o alterará gravemente los hábitos a los que están acostumbrados. No perderán nada de valor. El Sol saldrá, se pondrá y regulará todos los usos sociales. […] La gente se levantará y acostará, comenzará a y dejará de trabajar, desayunará o cenará en los mismos intervalos de tiempo actuales, y nuestros hábitos sociales y costumbres no cambiarán”.

Y justamente eso fue lo que ocurrió. La gente siguió con su vida adaptándose al Sol. Lo sorprendente, lo que los expertos del Meridiano no habían sospechado, es que, aunque el medio día es estable y eso nos viene muy bien para establecer el huso; la sociedad no se rige por el mediodía solar, se rige por el amanecer. Y eso, como veremos, no se rige por los husos horarios convencionales. Por ello, para sorpresa de muchos, el cambio de huso para adaptarnos a Berlín vino como “agua de mayo” para otra cosa: adaptar el horario civil al que realmente tenían los ciudadanos.

Cambio De Hora 2
Cambio De Hora 2

La clave para entender por qué, pese a la mala prensa, seguimos en el huso horario de Berlín está en el mapa superior. La simulación confeccionada por un viejo conocido de Xataka, el profesor de la Universidad de Sevilla y mayor experto en el tema del país Martín Olalla, permite responder con muchísima claridad este asunto. En invierno, cuando es de día en Orense, en Madrid, o en Barcelona, no es de día en Londres. De hecho, es de día en Las Palmas de Gran canaria y eso, independientemente, al huso horario que le tocaría teóricamente a cada uno.

En general, tomamos como referencia el invierno por una sencilla razón de que es cuando menos horas de luz hay. Nos da el “intervalo mínimo” de referencia. Si ajustáramos la hora civil con el verano, los días se desacoplarían completamente del mediodía y pasaríamos buena parte de la jornada invernal en plena madrugada. Si lo valoramos objetivamente, pese a los trastornos que ocasiona tener más horas de luz, este es el arreglo que tiene menos inconvenientes.

Además, por la latitud de la Península y Baleares (en torno al paralelo 40), buena parte de esos inconvenientes pueden solucionarse, sencillamente, cambiado de hora dos veces al año. Es decir, moviendo el horario civil para acercarlo al amanecer real. Esto no puede hacerse en países con una latitud menor y/o mayor. Esta es la razón, al final, de por qué países como Portugal fueron tan combativos en su decisión de mantener el cambio de hora y el motivo por el que se mantiene en España pese a su mala imagen.

Cambio De Hora 3
Cambio De Hora 3

¿Por qué hay tanto problema con el huso, entonces? Fundamentalmente por la primavera y el verano. Si nos fijamos en el siguiente mapa, veremos que el sol incide de forma mucho menos oblicua y eso provoca que el atardecer sí encaje mucho mejor con los husos horarios. El resultado es que, el desajuste que arrastramos, provoque que en Galicia anochezca mucho más tarde de lo que sería “normal” o deseable.

Esto es un problema real y, evidentemente, podría solucionarse introduciendo una zona horaria extra para Galicia (al modo portugués) o para Baleares (como también se ha reclamado), pero tradicionalmente se ha considerado que generaría muchos problemas de coordinación y muy pocas ventajas comparativas. ¿Es así? Lo cierto es que es difícil decirlo. Lo único que podemos señalar, porque tenemos más de cien años de evidencia para ello, es que podemos hacer los cambios que queramos… la gente seguirá comportándose como hasta ahora.

Imagen | J. M. Martín Olalla

En Xataka | Son muchos los países que decidieron acabar con el cambio de hora (y pocos los que han regresado a él)

En Xataka | La guerra que acabó a dos horas diferentes: el cambio de horario lleva ya casi un siglo dando dolores de cabeza a los españoles

*Una versión anterior de este artículo se publicó en octubre de 2022

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Sentir que alguien te mira fijamente no es un superpoder, pero tiene un nombre: escopaestesia

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Nuestro cerebro es fascinante, pero también increíblemente complejo de descifrar. Sabemos que es un “superordenador” capaz de hacer sus propias copias de seguridad, que tiene una “potencia de cálculo” de 1,4 petabytes por milímetro cúbico y poco a poco vamos aprendiendo más de él. Sigue guardando misterios (el Alzheimer es uno de ellos), pero la habilidad para sentir cuando alguien nos mira fijamente no es uno de ellos.

De hecho, es más una curiosidad evolutiva que una función alucinante de nuestro cerebro. Y tiene un nombre: escopaestesia.

La mirada psíquica. Si alguna vez, en un espacio público rodeado de personas, has sentido que alguien te estaba mirando fijamente, te has dado la vuelta y, efectivamente, alguien te observaba, sabrás de lo que estamos hablando. Tener esa sensación de estar siendo observado, además de escopaestesia, recibe el nombre de “efecto de la mirada psíquica“. Y es algo que ha sido estudiado tanto por psicólogos como por parapsicólogos.

Un sexto sentido. Edward B. Titchener fue un psicólogo que, en 1898, se dio cuenta de que algunos estudiantes de primaria podían sentir cuando alguien los observaba a sus espaldas. No era algo nuevo, ya que ese “hormigueo” en la nuca cuando pensamos que nos observan fijamente se había descrito antes y se daba en espacios públicos, como aularios o por la calle. Quienes habían experimentado eso afirmaban que ese hormigueo solo se pasaba cuando se giraban para comprobar que, efectivamente, los estaban mirando fijamente.

Nada de telepatía. Titchener recurrió a la razón para proponer una hipótesis. Su planteamiento fue que, cuando una persona tenía la sensación de ser observada y se giraba, otra persona que tuviera a la primera en el campo de visión notaría ese movimiento y la miraría. De este modo, la persona que se sentía observada vería que realmente alguien estaba observándola, reforzando su idea inicial.

Y la explicación del psicólogo para ese picorcito inicial en la nuca que desencadena lo demás se debe a que la persona se estaba concentrando en esa parte del cuerpo, de igual manera que enfocarse en una rodilla, un codo o un pie puede aumentar una sensibilidad irreal en esas zonas. Vamos, que si pones todo tu esfuerzo en pensar en el pie derecho, seguramente cualquier mota de polvo que pase al lado hará que te pique.

Más experimentos. Titchener realizó experimentos de laboratorio con aquellos que decían ser capaces de notar que alguien los miraba y con aquellos que afirmaban que eran capaces de hacer que la gente se volviera. En ambos casos, los resultados fueron “invariablemente negativos”. Pero como la ciencia no se hace sola, los experimentos de Titchener se replicaron varias veces a lo largo de los años.

En 1913, John Edgar Coover —psicólogo y parapsicólogo— pidió a 10 sujetos que dijeran si podían o no sentir que un experimentador los miraba. Con una muestra de 100 posibles periodos de observación, las respuestas de los sujetos fueron correctas el 50,2% de las veces. ¿La conclusión de Coover? Pues que era una “aproximación asombrosa de pura casualidad”, corroborando esa explicación de Titchener del hormigueo infundado.

Estudios polémicos. Parecía claro que era una mera casualidad y que Titchener tenía razón, pero el parapsicólogo Rupert Sheldrake no estaba convencido. A comienzos de la década de los 2000, realizó un experimento en el que los sujetos debían hacer lo mismo: decir cuándo creían estar siendo observados. En el mismo, se afirmó haber encontrado una tasa de aciertos del 53,1%, demasiado alta como para ser aleatoria (aunque… no deja de ser el 50% de las veces), pero se criticó el experimento argumentando que las secuencias utilizadas eran cortas y no aleatorias, lo que podía facilitar que los sujetos de prueba se aprendieran el patrón.

Tirando de tecnología. Vale, pero… ¿qué ocurre si metemos cámaras en la ecuación? Un experimento realizado en 1963 empleó cámaras de circuito cerrado para observar a los sujetos y el resultado fue un llamativo 74% de éxito. Sin embargo, se criticó el experimento alegando que no se había controlado adecuadamente y, en 2009, se replicó utilizando tanto cámaras como un sistema de monitorización de la conductancia de la piel para detectar, realmente, ese hormigueo.

Los observadores debían jugar a videojuegos mientras no miraban a los sujetos de prueba para evitar pensar en ellos y se pidió a los sujetos que indicaran el momento en el que sentían que estaban siendo observados. Los resultados fueron… inconcluyentes.

Y explicaciones simples. Vale, hemos visto muchos estudios y parece que no tenemos una habilidad sobrenatural o un sexto sentido para notar cuándo nos miran, pero… ¿entonces qué ocurre? En The Conversation, Francisco José Esteban Ruiz —profesor de biología celular en la Universidad de Jaén— y Sergio Iglesias Parro —profesor de psicología en la misma universidad— comentan que uno de los factores que puede explicar esta sensación es que estamos diseñados para estar en constante vigilancia, incluso cuando no prestamos atención de manera consciente.

Esto es un sistema de alerta denominado “atención exógena” y es “la capacidad del cerebro para reaccionar automáticamente a estímulos repentinos o cambios en nuestro entorno”. Es algo que ha resultado crucial para la supervivencia humana, una habilidad para notar cuándo otro humano enemigo o un depredador están acechando. Actualmente no es algo necesario para sobrevivir estrictamente hablando, pero se nos ha quedado como un reflejo que puede seguir siendo útil, como a la hora de percibir peligros por la calle.

“Superpoderes”. De esta forma, inconscientemente podemos notar elementos que cambian a nuestro alrededor, como el movimiento ocular de otra persona, y ahí entra en juego la visión periférica. Con ella, no podemos ver claramente debido a que no estamos enfocando, pero se trata de una herramienta que permite notar cualquier minúsculo cambio.

¿Has visto vídeos de personas que prácticamente dan la espalda a un bebé a punto de caerse y, en el último momento, se dan cuenta de que eso va a ocurrir y reaccionan con unos reflejos dignos de Spider-Man? Pues ese es un ejemplo de lo bien que funciona nuestra visión periférica y lo alucinantes que son nuestros “reflejos” en esos momentos, que no es más que el cerebro procesando información sin que lo sepamos de manera consciente.

También somos un poco egocéntricos. Aquí también tiene que ver cómo somos. Por ejemplo, si alguna vez hemos notado ese hormigueo y nos volvemos para mirar, ya hemos visto que una persona a nuestra espalda puede notar nuestro giro de cabeza y mirar de forma instintiva. Sin embargo, pensaremos que nos estaba observando y lo que puede pasar es que eso condicione nuestro pensamiento al haber confirmado nuestra sospecha. También somos un poco egocéntricos y, cuando estamos en situaciones nuevas o incómodas, pensamos que todo el mundo nos está observando.

Por ejemplo, cuando vamos a un gimnasio por primera vez, con algo de vergüenza, y pensamos que todos están pendientes de nosotros en lugar de lo que realmente ocurre: que el resto de personas van a lo suyo.

Hay casos… y casos. Ahora bien, Sergio y José exponen que, en casos extremos, esa sensación de recibir miradas ajenas puede estar relacionada con la paranoia, sobre todo en personas que padecen ansiedad. Si ya están hipervigilantes, confirmar sus sospechas de que están siendo observadas puede llevar a que interpreten cualquier pequeño gesto como eso, que los están juzgando. Pero más allá de estos casos, esta escopaestesia o mirada psíquica es de lo más normal.

Imagen | prostooleh

En Xataka | El cerebro se acostumbra a todo y eso es veneno para nuestra productividad. Los consejos de una neurocientífica para evitarlo

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qué autos pueden circular y cuáles descansan el 26 de octubre

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Nuevo sábado nuevo día de restricciones del Hoy No Circula. Y es que como seguro que ya conoces, las restricciones del programa ideado por la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX (SEDEMA) cuenta con sus propias normas el sábado.

Este plan, diseñado para reducir las emisiones contaminantes presentes en la atmósfera, saca de la ecuación a algunos automóviles específicamente los sábados. De esta manera, se reducen los automóviles que circulan y, evidentemente, las partículas contaminantes que respiramos.

Estas restricciones, por tanto, obligan a algunos automóviles a quedarse en casa allí donde se aplican. ¿Dónde es esto?  En las 16 alcaldías en la Ciudad de México y en los siguientes municipios conurbados del Estado de México:

  • Atizapán de Zaragoza
  • Coacalco de Berriozábal
  • Cuautitlán
  • Cuautitlán Izcalli
  • Chalco
  • Chicoloapan
  • Chimalhuacán
  • Ecatepec de Morelos
  • Huixquilucan
  • Ixtapaluca
  • La Paz
  • Naucalpan de Juárez
  • Nezahualcóyotl
  • Nicolás Romero
  • Tecámac
  • Tlalnepantla de Baz
  • Tultitlán
  • Valle de Chalco
HNC
HNC

A qué autos y placas afecta el Hoy No Circula sabatino

Teniendo todo esto en cuenta, lo primero que hay que entender es cómo funciona el Hoy No Circula y qué normas se aplican los sábados. Restricciones que se ponen en marcha utilizando como referencia el holograma de cada coche.

Estas limitaciones, que se aplican entre las 05:00 y las 22:00 horas, obligan a que algunos coches se queden en casa todas las semanas y otros, sin embargo, podrán moverse con total libertad. Por último, algunos sólo tendrán que hacerlo en sábados alternos…

Para tener una fotografía más clara de lo que estamos hablando, el Hoy No Circula sabatino se aplica de la siguiente manera:

  • Los que pueden circular todos los sábados
  • Los que tienen que descansar todos los sábados
  • Los que descansan un sábado sí y otro no

Una vez tenemos todo esto en la cabeza. Lo primero que tenemos que tener claro es que los dueños de los coches con holograma 0 y 00 no tendrán que hacer frente a restricciones ningún sábado del año. Cualquier sábado, los coches con esta categoría pueden circular cuando quieran.

Todo lo contrario sucede con los autos con holograma dos. En este caso, los dueños no tienen tanta suerte y estarán obligados a quedarse en casa todos los sábados del año. Aquí, no hay mucho que pensar: sábado es sinónimo de dejar en casa el coche.

Los que pueden tener más dudas son los coches con holograma uno. En este caso, las restricciones se aplican alternativamente, semana sí y semana no. Esto dependerá del número de placa. Si el último número es impar, descansaremos los sábados de las semanas impares. Si es par, lo contrario.

En este caso, estamos ante el cuarto sábado del mes de octubre. Esto quiere decir que tendrán que quedarse en casa los coches con holograma uno y número de placa terminado en número par.

Pese a ello, no hay que olvidar que existen algunas excepciones que permiten la circulación de vehículos concretos como cualquier otro día de la semana. En este caso, no se aplica el Hoy No Circula y, por supuesto, tampoco el Hoy No Circula sabatino:

  • Aquellos con holograma 0 y 00
  • Aquellos que funcionan a electricidad, gas natural o sean híbridos
  • Los que poseen placa para discapacitados
  • Todos aquellos dedicados a servicios de transporte urbano (incluye los funerarios)
  • Los que ofrezcan transporte escolar o de pasajeros
  • Aquellos destinados a la seguridad pública y/o protección civil

En caso de incumplir estas restricciones, la multa será de 20 a 30 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA), lo que equivale a 1,924.40 pesos y hasta 2,886.60 pesos.

Imagen | engin akyurt

En Xataka | La contaminación no sólo te está haciendo vivir menos y peor. También te está haciendo más tonto

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Tom Holland regresará como Peter Parker en la cuarta película de “Spider-Man” para julio de 2026

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EFE.- El actor británico Tom Holland volverá a ponerse en la piel de Peter Parker en la cuarta película de “Spider-Man”, cuyo estreno en los cines está previsto para el 24 de julio de 2026, anunció este viernes Sony.

La cuarta entrega de “Spider-Man”, que todavía no tiene título, tendrá un nuevo director: Destin Daniel Cretton, quien debutará en la saga tras las tres primeras películas dirigidas por Jon Watts.

Holland ha interpretado a Peter Parker en los tres filmes dirigidos por Watts: “Spider-Man: de regreso a casa” (2017), “Spider-Man: lejos de casa” (2019) y “Spider-Man: sin camino a casa”, (2021).

Las tres anteriores cintas también han estado protagonizadas por la aclamada actriz estadounidense Zendaya (“Dune”, “Euphoria”), aunque su participación en el proyecto, que comenzará a filmarse el año que viene, todavía no ha sido confirmada.

La última cinta de “Spider-Man” generó unos ingresos de casi 2 mil millones de dólares en taquilla mundial, a pesar de los desafíos de la pandemia, la Covid-19, según los datos del portal Box Office Mojo.

Una semana antes del lanzamiento de “Spider-Man 4”, Holland estrenará una película junto al director Christopher Nolan, un proyecto que se mantiene todavía en secreto.

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