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No me decidía entre el Google Pixel 9 Pro y el iPhone 16 Pro. Ahora lo tengo más claro que nunca
Si me preguntas cómo tiene que ser el móvil perfecto lo tengo clarísimo:
- Tamaño compacto.
- Cámara espectacular.
- Rendimiento impecable.
- Software limpio con varios años de actualizaciones.
- Batería suficiente para aguantar la jornada intensa de uso.
No pido más -no pido poco- y, pese a ello, es bastante difícil encontrar lo que busco. Algunas de las alternativas Android más ambiciosas en hardware suelen tener cámaras que no terminan de convencerme. Del mismo modo, suelen ir de la mano de ROMs muy completas, pero alejadas de lo que busco.
Es por ello que, durante los últimos años, he utilizado el iPhone como mi móvil personal. Los Pixel siempre me han hecho ojitos pero, siendo honesto, nunca han estado a la altura de lo que pido. Este año las cosas han cambiado.
He comparado el Pixel 9 Pro con el iPhone 16 Pro. Son dos teléfonos que tendría con gusto en el bolsillo pero, si solo pudiese quedar uno… ¿cuál sería? Voy a tratar de responder a esta pregunta.
Ficha técnica de los iPhone 16 Pro y Google Pixel 9 Pro
apple iphone 16 pro |
Google pixel 9 pro |
|
---|---|---|
dimensiones y peso |
149,6 x 71,5 x 8,3 mm 199 g |
152,8 x 72 x 8,5 mm 199 g |
pantalla |
Super Retina XDR 6,3″ ProMotion 120 Hz 2.868 x 1.320 px 460 ppp 2.000 nits Contraste 2.000.000:1 |
6,34″ Super Actua OLED 2.856 x 1.280 px 2.000 nits (HDR) / 3.000 nits (brillo máximo) 120 Hz HDR10+ |
procesador |
Apple A18 Pro |
Google Tensor G4 |
ram |
8 GB |
16 GB |
almacenamiento |
128 / 256 / 512 GB / 1 TB |
256 GB / 512 GB / 1 TB UFS |
cámaras traseras |
48 megapíxeles, f/1.78 48 megapíxeles ultra gran angular, f/2.2 12 megapíxeles teleobjetivo 5x, f/2.8 |
50 megapíxeles, f/1.68 48 megapíxeles ultra gran angular, f/2.2 48 megapíxeles teleobjetivo 5x, f/2.8 |
cámara frontal |
12 MP f/2.2 |
42 MP |
batería |
N.d. Carga rápida de 30W Carga inalámbrica de 25W |
4.700 mAh Carga rápida 45 W Carga inalámbrica 23 W |
sistema operativo |
iOS 18 |
Android 14 |
conectividad |
5G (sub-6 GHz) |
5G (sub-6 GHz) LTE Gigabit con MIMO 4×4 y LAA WiFi 7 Bluetooth 5.4 Chip de banda ultraancha NFC |
otros |
IP68 Botón de acción Control de cámara |
IP68 Sonido estéreo Lector de huellas en pantalla Reconocimiento facial 2D |
precio |
Desde 1.219 euros |
Google Pixel 9 Pro – Smartphone Android Desbloqueado con Gemini, Sistema de cámara Trasera Triple, batería con una autonomía de 24 Horas y Pantalla Super Actua de 6,3″ – Porcelana, 256GB
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión
El tamaño soñado, por fin en un Pixel
Un Pixel pequeño con las mismas especificaciones que el modelo grande y un iPhone 16 Pro con el mismo teleobjetivo que el Pro Max. Dos fantasías cumplidas. Este año, ambas compañías han puesto toda la carne en el asador, y por fin podemos comprar uno de los reyes de Android en tamaño compacto, al igual que sucede con el iPhone.
A nivel de diseño he de mojarme: el Google Pixel 9 Pro me parece mucho más atractivo. El gris, desde mi punto de vista, está mejor logrado. El módulo de cámara es peculiar, pero muy interesante y, en definitiva, es un móvil con bastante más personalidad. El iPhone 16 Pro está muy bien rematado, pero tras tantos años viendo el mismo diseño, se acaban echando en falta novedades.
El peso es idéntico en ambos, aunque el Pixel es ligeramente más alto. Si les doy la vuelta, me encuentro ante dos de las mejores pantallas que hay en el mercado. La diferencia es que, por fin, el Pixel tiene un mejor panel que el iPhone. La calibración de ambos es muy similar, quizás algo más precisa en el móvil de Apple.
Por primera vez, el Pixel tiene un panel notablemente superior al del iPhone a nivel de brillo máximo. Y se nota.
Pese a ello, el brillo máximo es superior en el Pixel. Hablamos de 2.000 nits de brillo HDR y 3.000 nits para un 5% de la pantalla en automático. El iPhone repite las cifras del 14 Pro: 1.600 nits en HDR y 2.000 nits pico. En mi experiencia, el Pixel mantiene mejor el brillo máximo.
En años anteriores, se sentía claramente cómo el panel del Pixel era bueno, pero no sobresaliente. Este año las tornas han cambiado por completo. Por fin tenemos un Pixel, pequeño, y con una pantalla de 10.
Rendimiento y experiencia de usuario: las tornas cambian
Ay, Google. Qué bien funciona el Pixel 9 Pro corriendo Android Stock, pero qué poco confío en que el Google Tensor G4 sea capaz de soportar los siete años de actualizaciones que promete Google. Y es que esto es clave para mí: en la gama alta no se trata de que el teléfono funcione bien al sacarlo de la caja, se trata de que siga funcionando como el primer día varios años después.
Lo importante no es el rendimiento cuando sacamos el móvil de la caja. Es lo que sucede años después
Llevo usando Google Pixel desde el 2 XL hasta el 8 Pro. Desde el 2 XL hasta el Pixel 6, todos han sufrido, y mucho, conforme han ido superando los tres años de vida. Algo que no sucedía en ningún caso con los iPhone.
iPhone 16 pro |
google pixel 9 pro |
|
---|---|---|
PROCESADOR |
A18 Pro |
Tensor G4 |
RAM |
8 GB |
16 GB |
GEEKBENCH 6 (SINGLE/MULTI) |
3.106/7.799 |
1.833/3.521 |
3D MARK Wild Life Unlimited |
16.809 |
9.263 |
3D MARK Wild Life Stress Unlimited |
16.906/8.538 |
9.220/5.505 |
PCMARK WORK |
– |
12.397 |
De hecho, ni siquiera hace falta esperar a que pasen esos años. El iPhone 16 Pro rinde mucho mejor que el Pixel. Sí, abriendo WhatsApp, Instagram y X los dos vuelan, pero no es ese el uso que yo le doy a un gama alta. Procesamiento de imágenes RAW, exportación de archivos 4K en apps de vídeo, traspaso de archivos -especialmente importante esto, porque el Pixel ni siquiera tiene memoria UFS 4.0-… Todo funciona más lento en el Pixel.
Sucede algo similar en autonomía. En uso ligero, los dos superan las siete horas de pantalla sin demasiado problema. La clave viene cuando les damos caña. He notado al iPhone 16 Pro especialmente eficiente a la hora de grabar contenidos en LOG, disparar en RAW, e incluso en juegos de gran peso. El Pixel no se drena en exceso, pero dura algo menos.
Ecosistema y fotografía: dos mundos distintos
Sí, tranquilo. Lo del “ecosistema Apple” a mí también me pone un poco nervioso. Todo funciona mejor cuando todos nuestros productos son de la misma compañía -faltaría más-, pero hay vida más allá. Esto no quita que el Apple Watch se lleve mejor con el iPhone que cualquier WearOS con el Pixel –incluido el Pixel Watch-. Si usas Mac la compatibilidad es sencillamente espectacular -vinculación automática de llamadas, portapapeles universal, AirDrop, etc-. Estamos en 2024 y no es necesario aclarar esto, pero suma.
El asunto del ecosistema no acaba tan solo con la integración con otros productos Apple. La clave aquí es que cuando uno busca un móvil “Pro”, espera que haya aplicaciones “Pro”. Es algo que en Android no sucede. Me explico.
En iOS hay menos apps que en Android, pero las apps especializadas suelen ser de una calidad mayor
Si somos apasionados de la fotografía móvil, el Pixel nos permite disparar en RAW. Pero es un RAW con apilamiento de imágenes -dispara varias imágenes para lograr más nitidez y HDR-, no un RAW prácticamente bruto, desde el sensor. El iPhone dispara un RAW similar, pero si no nos gusta tenemos aplicaciones como Halide para lograr un RAW sin apilar.
A nivel de grabación de vídeo, hay una diferencia sustancial: LOG. La grabación de archivos en curva logarítmica nos permite evitar el procesado del fabricante para pasar a grabar casi en bruto, sin procesado. Aplicaciones como la de Blackmagic -disponible en Android, pero sin LOG en el Pixel ya que este móvil no lo soporta-, permiten incluso grabar con un LUT de conversión ya preaplicado.
El iPhone graba a 4K 120 FPS, tiene un modo cine muchísimo mejor y, tanto en estabilización como a nivel de calidad, está un par de años por delante de lo que consigue Google en el Pixel.
Si nos vamos a los resultados fotográficos, las diferencias con la cámara principal son prácticamente inapreciables salvo que empecemos a ampliar bastante. La cámara del iPhone ofrece fotografías algo menos sobreprocesadas, aunque no ha habido salto alguno respecto a la generación anterior. De hecho, es una cámara algo más oscura en las sombras.
En el ultra gran angular las cosas cambian. El del iPhone 16 Pro es sencillamente malo, mientras que el Google Pixel 9 Pro se defiende bastante bien. Sigue siendo la cámara más débil del conjunto, pero es más que aprovechable.
El trabajo con los teleobjetivos de cinco aumentos es muy similar en ambos. En el caso del Pixel, las sombras quedan algo más apagadas, aunque el look es quizás más atractivo que el del iPhone. Ninguno de los dos brilla especialmente en nitidez, pero contar con un teleobjetivo de cinco aumentos en móviles compactos es un sueño hecho realidad.
En resumidas cuentas, a nivel fotográfico tenemos dos propuestas tan similares como distintas. En mi caso, la balanza se inclina por la mejor calidad de grabación de vídeo del iPhone, así como por las apps disponibles para sacarle partido.
Google Pixel 9 Pro vs iPhone 16 Pro, cuál me compraría
El Google Pixel 9 Pro cuesta, de partida, 1.199 euros. El iPhone 16 Pro cuesta 1.219 euros. En otras palabras, cuestan prácticamente lo mismo. Con el Google Pixel 9 Pro tenemos una mejor pantalla y 16 GB de memoria RAM. Tenemos también 256 GB de partida, configuración que si queremos igualar en el iPhone nos costaría 1.349 euros. El ultra gran angular es mejor que el del iPhone y, si el ecosistema Android es nuestra zona de confort, este es de lejos el mejor teléfono compacto que se puede comprar ahora mismo.
Sobre iOS vs Android, más allá de las apps, es una guerra en la que prefiero no entrar. Es una elección puramente personal y subjetiva que, en mi caso, se decanta por iOS y el ecosistema Apple dada la mejor integración.
Si nos decantamos por el iPhone nos llevamos un móvil con un procesador notablemente mejor, una cámara principal con un vídeo muy por encima de la del Pixel y un ecosistema de aplicaciones bastante más rico para ciertos usos muy específicos, “Pro”. Este último punto es decisivo para mí, las apps profesionales lo son todo a la hora de usar un móvil de gama alta.
Teniendo en cuenta que el precio es casi idéntico, en mi caso particular, sigo considerando al iPhone como la compra más acertada. Si pago por uno de los móviles más caros del momento, también exijo el mejor procesador del momento. En caso de que el teléfono tan solo estuviese conmigo un par de años a capricho, este sería un año estupendo para disfrutar del mejor Pixel hasta la fecha.
Imagen | Xataka
En Xataka | He probado los iPhone 16 y 16 Pro. Tengo clarísimo cuál me compraría
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la Comisaria de Competencia aspiraba a algo más
A Margrethe Vestager nunca le ha temblado el pulso a la hora de enfrentarse a los gigantes tecnológicos. La Comisaria de Competencia de la Unión Europea ha promovido investigaciones contra una amplia variedad de compañías por incurrir en prácticas ilícitas y obstaculizar a la competencia.
Estos movimientos muchas veces se han traducido en cuantiosas multas que ciertas firmas no han conseguido evitar. Uno de los ejemplos más notables lo encontramos en la sanción de 2.400 millones de euros contra Google que recientemente confirmó el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
Vestager buscaba algo más que multas
Vestager ha permanecido en el puesto de Comisaria de Competencia durante una década. Durante este tiempo, la Unión Europea ha multado varias veces a Google, pero también ha apuntado contra Apple, Amazon y Meta. La gestión de esta política danesa ha cosechado tanto elogios como críticas.
Mientras que algunos no han dudado en admirar su valentía, otros han señalado que tales acciones acabarían perjudicando a Europa. En cualquier caso, Vestager no ha dudado en describir a su gestión como “parcialmente exitosa” en una entrevista con el periódico estadounidense The New York Times.
“La gente pensaba que estábamos locos porque hace 10 años, las grandes tecnológicas eran intocables”, expresó Vestager, que dejará de ser Comisaria de Competencia antes de que termine este mes, cediéndole su puesto durante el segundo mandato de Ursula von der Leyen a la ministra española Teresa Ribera.
Vestager también dijo que le hubiera gustado que junto con su equipo hubieran actuado más rápido en el control de las grandes tecnológicas. Como decimos, las multas multimillonarias han sido parte de la identidad de su período en Competencia, pero ella buscaba algo más: cambios estructurales estrictos en las compañías.
La posición de la Comisaria saliente no ha cambiado a lo largo de los años. En 2023, cuando la entrevistamos en el marco de nuestro premio Xataka Leyenda, Vestager afirmó que, si bien a veces se preguntaba si deberían “aflojar un poco” en su misión, la respuesta era que no, que debían arriesgar para ganar.
Cuando un regulador se enfrenta a una compañía gigante como cualquiera de las mencionadas debe prepararse para un proceso de años. Las investigaciones suelen dilatarse en el tiempo y, una vez que las sanciones son impuestas, los acusados pueden llevar el caso por múltiples instancias que, literalmente, consumen años.
La multa de más de 2.000 millones de dólares sobre el caso Google Shopping que mencionamos arriba apareció en escena en 2017, pero no fue hasta septiembre de este año que finalmente fue desestimada la última opción con la que la compañía del buscador podría haberla evitado.
El caso de Apple e Irlanda es otro ejemplo. La compañía de Cupertino pagó menos impuestos en 2014, lo que provocó la reacción de Unión Europa, bajo el liderazgo de Vestager en Competencia, en 2016 para que se pagaran los impuestos adeudados. El juicio llegó a su fin hace dos meses.
Imágenes | Guillaume Périgois | Wikipedia| Christian Lue
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de perder dinero ha pasado a registrar un beneficio millonario
Telegram tiene más de 900 millones de usuarios activos mensuales y es una de las aplicaciones de mensajería instantánea más populares del mundo. Sin embargo, este rival de alternativas como WhatsApp o WeChat lleva años tratando de alcanzar la rentabilidad. Financial Times señala que las finanzas de la compañía dirigida por Pavel Durov mejoraron drásticamente en el primer semestre de 2024, aunque podrían haber experimentado un revés después de la detención del empresario en Francia.
Dado que estamos hablando de una entidad de capital privado sus balances no están disponibles de manera pública, pero sí son accesibles para algunos inversores. El mencionado periódico estadounidense se ha hecho con uno de ellos y ha encontrado información sumamente interesante. Telegram registró ingresos por 525 millones de dólares entre enero y junio de este año, lo que se traduce en un espectacular crecimiento del 190% en relación al mismo período del año anterior.
Los ingresos de Telegram se dispararon en la primera mitad de 2024
Todo apuntaba a que el 2024 sería un buen año para Telegram. Los esfuerzos de la compañía para monetizarse comenzaban a dar sus frutos. Casi la mitad de sus ingresos para los primeros seis meses del año, unos 225 millones de dólares, provinieron de una cuerdo de donde el servicio de mensajería adoptó de manera exclusiva la criptomoneda Toncoin como método de pago exclusivo para que las pequeñas empresas adquirieran servicios de publicidad. Este acuerdo, eso sí, caducó el pasado 1 de octubre.
Es probable que el nombre Toncoin te resulte familiar. Se trata de la principal criptomoneda de The Open Network (TON), una cadena de bloques que surgió dentro de Telegram con la misión de descentralizar el servicio (y conseguir dinero), pero que acabó separándose en 2020 después de enfrentarse a problemas regulatorios en Estados Unidos. Desde ese entonces, Toncoin ha continuado su desarrollo de manera independiente.
Pero los ingresos no nos dicen nada sobre la rentabilidad de la compañía. Ya hemos visto cómo muchas tecnológicas ingresan enormes cantidades de dinero, pero gastan más dinero del que tienen. En este punto, Telegram obtuvo un beneficio de 335 millones de dólares en el primer semestre de 2024. La ganancia para el mencionado período ha sido casi tan elevada como la totalidad de los ingresos registrados para el año 2023, que se situaron en 342 millones de dólares y registraron pérdidas de 173 millones de dólares.
Ahora bien, cuando de rentabilidad se trata no basta con obtener beneficios por un breve período de tiempo. Lo ideal es que una compañía pueda mantener un flujo de caja positivo al o largo del tiempo. Telegram parece encaminada alcanzar su primera ganancia anual en 2024, pero tendremos que esperar para saber si esto será una realidad. El segundo semestre llega con varios desafíos. Uno de ellos es la detención de Durov en Francia. Aunque el empresario ha sido liberado, permanece bajo fianza en el país europeo.
Otro de los desafíos es la ausencia de la ingente cantidad de dinero que la empresa ingresó por su acuerdo con la criptomoneda Toncoin. Pronto deberíamos saber si los esfuerzos de monetización a través de anuncios y suscripciones serán suficientes para mantener la rentabilidad de Telegram lo largo del tiempo. Por lo pronto, la compañía ha recaudado más de 2.000 millones de dólares en financiación mediante una deuda que vencerá en 2024. La salida a la bolsa también es una opción posible para su futuro.
Imágenes | Xataka con Bing Image Creator | TechCrunch
En Xataka | Así gana dinero Telegram: cada vez más vías para monetizar una aplicación que sigue sin ser rentable
En Xataka | El otro gran problema de Telegram no tiene nada que ver con Rusia: bots que desnudan a personas con IA
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Dos estudiantes fueron castigados por usar IA para sus deberes. Un juez acaba de dar la razón a su instituto
En diciembre de 2023 el Instituo Hingham, en Massachusetts (EEUU), descubrió que dos jóvenes “habían copiado en un proyecto de Historia de Estados Unidos al intentar hacer pasar por trabajo propio material que se había tomado de una aplicación de IA”. Los acontecimientos posteriores son llamativos y reflejan un problema que probablemente se acreciente a corto y medio plazo.
Castigados por copiar. Los dos estudiantes recibieron un suspenso en dos apartados del proyecto, pero se les permitió volver a rehacerlos por separado para completar el trabajo y volver a entregarlo. Uno de los jóvenes, del que solo se indican sus siglas —RNH—, recibió un castigo disciplinario que incluyó tener que ir al instituto el sábado y no poder formar parte de un grupo selecto de estudiantes.
Demanda para el instituto. Los padres de RNH acabaron denunciando a los profesores de su hijo y al instituto. Según esa demanda, no había normas en el manual del estudiante que indicaran explícitamente que no se podía usar herramientas de IA en los trabajos del instituto.
Los chicos copiaron hasta los errores de la IA. Pero como señalan en Ars Technica, el Juez Paul Levenson, de la Corte del Distrito de Massachusetts, emitió una sentencia (PDF) que daba la razón al instituto. Según este magistrado, el instituto permite “usar IA para ayudar en las tormentas de ideas de temas y para identificar fuentes”. Sin embargo, “en esta ocasión los estudiantes copiaron y pegaron de forma indiscriminada desde la aplicación de IA, incluyendo citas a libros no existentes (alucinaciones de IA)”.
Usar la IA de ayuda, sí, pero con límites. Como señala la sentencia, ese fue uno de los argumentos que revelaron que efectivamente los estudiantes habían utilizado estas herramientas de IA de forma inadecuada. Los propios profesores destacaron que aclararon los principios de integridad académica varias veces a RNH, y en ellos estaba incluida la forma adecuada de usar IA.
Revisar lo que dice la IA es siempre buena idea. En concreto, los estudiantes usaron las funciones de IA de Grammarly, una herramienta muy conocida por su capacidad de corregir la sintaxis y ortografía en textos. Según el juez Levenson, los estudiantes “ni siquiera revisaron las fuentes” que les dio esa aplicación.
Este trabajo parece hecho por una máquina. Susan Petrie, profesora de Historia, analizó el trabajo y estimó que RNH solo había invertido unos 50 minutos en el documento, cuando otros estudiantes habían dedicado entre siete y nueve horas. Utilizó varios sistemas de detección de textos de IA como ‘Turnitin’, ‘Draft Back’ y ‘Chat Zero’, y ambas mostraron que era muy probable que provinieran de un motor de IA.
Cuidado con las IAs que hacen los deberes. El dictamen del juez Levenson deja claro que una cosa es usar la IA como ayuda y otra muy distinta usarla para que haga los deberes de principio a fin, y encima sin revisar el resultado e incluyendo errores y alucinaciones de estos sistemas.
El sector educativo trata de adaptarse. La aparición de ChatGPT en noviembre de 2022 pronto desató un importante debate entre educadores de todo el mundo. De repente este tipo de chatbots amenazaban con el fin de los deberes, y aunque estos sistemas cometen errores y hay formas de pillar ese tipo de usos no adecuados, su uso promete crecer de forma notable. La pregunta es si la educación tradicional tiene sentido y si memorizarlo todo y hacer deberes —algo que no funciona como antes— es la forma adecuada de formarse de cara al futuro. Quizás sería mucho más importante aprender a pensar.
Imagen | Headway
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