Desafiar uno de los juegos más populares en un casino y ganarle ha sido, desde siempre, el sueño de todo jugador. Esta hazaña fue llevada a la práctica hace más de 20 años por una familia española que terminó convirtiéndose en el terror de aquellas instalaciones de juegos de azar. Gonzalo García-Pelayo fue la mente maestra detrás de lo que muchos llaman de «hacer saltar la banca» y que incluso se convirtió en una historia del cine y la literatura. Recientemente, quien hoy radica en Buenos Aires, Argentina, debido a su desempeño como director de cine, ofreció una entrevista donde relató su más grande epopeya.

¿Quién es Gonzalo García-Pelayo?

Productor musical, manager de toreros, presentador de televisión y locutor de radio, García-Pelayo es un español que se identifica, entre sus tantas profesiones, como director de cine. Sus más recientes creaciones corresponden a una serie llamada 10+1, entre las que destacan “Dos hermanas: Paula” y “Cuatro Hombre”. Su popularidad, sin embargo, se debe en gran medida a los años 90 cuando él y su familia visitaron varios casinos del mundo destruyendo el acorazado funcionamiento de las ruletas.

Como su trabajo no se limitó solo a casinos físicos, sino que trascendió hasta el mundo virtual, se iniciaron en el póker online, a finales de los años 90, con el que apoderaron incluso al campeón en dicha disciplina, Juan Carlos Mortensen. Además, en 2006 crearon la escuela “Los Pelayo Póker”. La principal modalidad con la que se relacionaron fue el Poker Texas Holdem, un juego que incluso hoy en día sigue siendo popular, apareciendo en varios casinos online como en los que puedes ver haciendo click aquí. A día de hoy la mayoría de casinos online ofrecen este y otros muchos tipos de juegos de casino.

En la actualidad, el cine es su verdadera pasión, contando con más de 30 largometrajes y habiendo participado en múltiples festivales. Asimismo, es considerado el padre del rock andaluz y fue productor de 130 discos.

El método de Gonzalo García-Pelayo para ganarle al casino

Según relata en su entrevista, todo comenzó cuando era solo un jugador aficionado. Descubrió que en la ruleta pueden existir imperfecciones físicas que generan la probabilidad de que algunos números sean ganadores más que otros. Según explicó, el casino paga 36 de 37 oportunidades que tiene la bola de salir, siendo esta la ventaja de la instalación, representada exactamente en un 2,7%. Sin embargo, descubrió que esa desventaja contra el jugador podría revertirse si algún casillero brindaba 35 de 37 de probabilidad, además de influir determinadas circunstancias físicas.

Ante ese panorama, Gonzalo comenzó a sacar estadísticas, observando el juego de alrededor de 5000 bolas de la ruleta y anotando los números ganadores en el casino Gran Madrid, de Torrelodones. Para tan ardua faena estuvo allí 15 días durante seis o siete horas aproximadamente. De esa forma pudo descubrir que algunos casilleros salían 1 vez de 28, lo cual significaba una ventaja de 8 puntos. A esos casilleros los calificó de maravillosos. La probabilidad le hizo descubrir, además, que al mezclar los que tienen 1 de 28, con los que tiene 1 de 35, la ventaja del jugador es del 6% neto, dos veces más que el casino.

Tras la astuta investigación, hacia septiembre de 1991 García-Pelayo, acompañado de su familia, hizo su primera apuesta con 2200 dólares.  Conformaron dos equipos, uno de los cuales estaba dirigido por su hijo mayor, y organizaron su estocada en distintos casinos a la vez. Estos debían ser grandes, con al menos seis mesas de ruleta. Asimismo, existía otro equipo que se encargaba de analizar el comportamiento de las bolas durante los ya establecidos 15 días. De esta forma, el resto podía jugar los números que salían con más frecuencia o con una posibilidad de 35 o menos. Cada jornada duraba para la familia Pelayo hasta siete horas, apostando entre nueve y doce números por bola.

Según su explicación, cuando la ruleta está mal muestra un desequilibrio compensado, lo cual favorece al jugador. Esto significa que existe una tercera o cuarta parte de números mejores, igual cantidad de números peores, y una media donde los números salen al ritmo indicado. Con este sistema se mantuvieron jugando durante tres años, llegando a amasar una fortuna de 240 millones de pesetas, lo cual se traduce en un millón y medio de dólares. Durante todo ese tiempo no solo jugaron en España, sino que visitaron también casinos en Copenhague, París, Ámsterdam y Viena. Llegaron incluso hasta Las Vegas, sin embargo, las ruletas en esa ciudad de Nevada poseían el doble cero, lo cual era más complicado.

Gonzalo García-Pelayo y su familia pasaron a la posteridad como “Los Pelayos” gracias a una hazaña que se volvió muy popular.

Reacción de los casinos ante el método de “Los Pelayos”

El apellido familiar se regó como la pólvora, por lo que varios casinos ya sabían de su existencia. Esto incluso los llevó a enfrentarse a una demanda por parte del casino Gran Madrid, sin embargo el tribunal falló a su favor alegando que no hubo fraude ninguno sino que habían ganado debido a la inteligencia. Asimismo, surgieron las “ruletas anti Pelayos”, una variante inglesa que giran internamente. Se diferencian del resto por el color verde en todos sus casilleros.

Ganarle a la ruleta llevó a Gonzalo a escribir, junto a su hijo Iván, el libro “La fabulosa historia de los Pelayos” que, más tarde, fue adaptada al cine bajo el título “The Pelayos”.

Staff Cine PREMIERE Este texto fue ideado, creado y desarrollado al mismo tiempo por un equipo de expertos trabajando en armonía. Todos juntos. Una letra cada uno.