Cine y Tv
Carrie: ¿Por qué es un clásico?
Hoy, es prácticamente imposible pensar en un libro de Stephen King que no haya sido llevado al cine. Con más de 100 adaptaciones fílmicas y televisivas basadas en sus obras, los horrores que el autor ha plasmado en las páginas se han quedado en el imaginario colectivo gracias a la intervención de muchos cineastas. Si bien, pareciera que hemos vivido siempre en el Kingverso, lo cierto es que no es difícil rastrear donde inició todo. Se trata de Carrie: extraño presentimiento (1976), dirigida por Brian De Palma. Un filme que pionero en muchas cosas, empezando por hacer que el escritor de la novela declarara que la versión filmada superaba el relato primigenio.
Ruptura de esquemas: no todo es color de rosa
Estrenada a finales de la década de los 70, Carrie fue una de esas producciones que marcó un antes y un después en la manera en la que los habitantes del mundo —y particularmente de Estados Unidos— percibían su entorno. El ’76 fue el año en el que también llegaron a salas cintas como Taxi Driver, Network: Poder que mata, La profecía o Todos los hombres del presidente. Estas retratan el despertar del país a la crudeza social que se empezaba a vivir. Había enojo, decepción tras las guerras y, sobre todo, hambre y sed de verdad. Que las cosas se digan como son. Sin edulcorantes. Sin tapujos.
¿Qué mejor escenario para desarrollar con plenitud esta visión de la novela de King? Desde su publicación dos años antes, en 1974, el libro dio de qué hablar. Le dio cabida a temas como la liberación adolescente y la exploración de la sexualidad en la juventud, así como también los cambios emocionales que llegan en esta etapa de cambio. Lo interesante es que el autor decidió abordar estas vicisitudes desde la perspectiva de un personaje femenino: Carrie White. Personaje que, además, como parte de su desarrollo, tiene un obstáculo importante: la falta de popularidad y el abuso escolar como consecuencia de su vida en un ambiente doméstico represivo. Carrie no sabe cómo desenvolverse alrededor de sus compañeros y compañeras de clase porque nadie le ha dicho cómo hacerlo. Y en este sentido, la historia, tanto impresa como fílmica, deja claro que enfrentarse a lo desconocido puede ser aterrador.
También te podría interesar: Sueño de fuga, ¿por qué es un clásico?
No obstante, la versión para la pantalla grande es quizá la que hace más énfasis en los miedos que surgen durante una etapa de cambio. Lo hace mediante una escena de apertura tan memorable como angustiante y disruptiva, que inmediatamente le deja ver al espectador el tono realista que tendrán futuros eventos dentro de la trama. En ella, después de un partido de voleibol del equipo de la escuela, la protagonista y sus compañeras acuden a los vestidores. Cuando Carrie se está bañando tranquilamente, de pronto le llega su primera menstruación. Asustada, confundida y cubierta de sangre, ella corre hacia las demás jóvenes, quienes, hasta hace unos segundos, se paseaban libremente por el lugar, demostrando confianza en sus cuerpos.
Lo que vemos en pantalla contrasta sobremanera con la música calmada y dulce. Además, algunos momentos están editados en cámara lenta. Todo esto simboliza la dificultad de la estelar para adaptarse a una realidad mucho más abierta que de costumbre. Evidentemente, las burlas y el acoso no se hacen esperar, pues las chicas comienzan a lanzarle a la atemorizada Carrie varios tampones y toallas.
En cuestión de minutos, se nos comunica que estamos ante un conjunto que explorará el crecimiento humano por medio de la oscuridad y la venganza. De hecho, este ambiente de peligro se hace presente más allá de este incidente. A lo largo del resto de la película, la forma en la que los adolescentes se relacionan tiene un dejo de rebeldía y desconfianza. No hay tiempo para fraternidad, y eso es deprimente.
La religión como base del horror
A la par de la ansiedad omnipresente, Carrie: extraño presentimiento se permite hablar de otro aspecto que ya estaba en boga en otras producciones de la época: las costumbres religiosas.
No obstante, llama la atención que, si bien, en otras cintas como la ya mencionada Profecía (The Omen) o El exorcista, estrenada tres años antes, la espiritualidad era presentada como antídoto al mal en cuestión, en este filme el enfoque es mucho más pesimista, e incluso antagónico. En la cinta, Margaret White, la madre de la estelar, es retratada como una fanática que lleva su cristianismo a niveles extremadamente peligrosos. Esto hace que Carrie sea víctima de reprimendas terribles derivadas de sucesos que, para muchas personas, son totalmente normales, tales como asistir al baile de graduación.
En retrospectiva, es curioso que no haya registros de grupos religiosos protestando afuera de los cines que exhibieron la película en su época. Vamos, incluso el libro de King, a la fecha, está prohibido en algunas escuelas del país vecino por su tratamiento “negativo” de la devoción.
Sin embargo, la interpretación que se hace en el largometraje de imágenes bíblicas como la crucifixión, o la alusión al ejercicio de la sexualidad como puerta al pecado (“¡Eva fue débil!”, le repite Margaret a Carrie en repetidas ocasiones), es mucho más directa, por lo que cuesta creer que no haya levantado controversia, al tratarse de una de las primeras veces en las que una persona cristiana es vista bajo una óptica ominosa en el cine.
También te podría interesar: La naranja mecánica, ¿por qué es un clásico?
No es como que Stephen King o las personas involucradas en la realización de la película decidieran atacar la fe de los lectores o espectadores. De hecho, el autor de la novela, considerado el “maestro del horror”, ha dicho que, aunque piensa que la religión “es una herramienta muy peligrosa que ha sido mal utilizada por mucha gente”, él mismo cree en Dios y le ha pedido ayuda en su proceso para mantenerse sobrio desde hace mucho tiempo. Esto le dijo a Rolling Stone en 2014:
“Elijo creer que Dios existe y, por tanto, puedo decir: ‘Dios, no puedo hacer esto yo solo. Ayúdame a no beber hoy. Ayúdame a no tomar drogas hoy’. Y eso funciona bien para mí”.
Por otro lado, en una entrevista para la edición especial de la película lanzada por Shout! Factory, el guionista, Lawrence D. Cohen aseguró que los abusos, disfrazados de protección por Margaret, son incluso más dañinos que los que se ve obligada a soportar en la escuela:
“[Uno de los aspectos que más me llamó la atención de la historia] era que Carrie regresaba a casa después de estar en un infierno escolar, y nos damos cuenta de que tiene una madre fanática religiosa, quien hace que ir a la escuela parezca un día en la playa”.
Entonces, el mensaje es claro: creer no es malo. Lo que sí es malo es utilizar esas creencias como escudo para desestimar aquello a lo que se le teme. Aquí entra un interesante giro, y es que Carrie descubre que tiene poderes telequinéticos. Cuando está perturbada, puede mover objetos y causar desastres. Con esto, caemos en cuenta de que Margaret no sólo se siente intimidada por la “impureza” física de su hija. También por su poder sobrenatural, el cual no logra comprender.
De nueva cuenta, se hablaba de lo perjudicial que puede ser el miedo a lo desconocido. Pero hacerlo cuestionando algo como la espiritualidad, que casi siempre se considera incuestionable, era sin duda algo transgresor.
Brian De Palma y su equipo
Tras analizar los anteriores elementos, ahora sí es momento para hablar de la principal razón por la que funcionan tan bien en conjunto: la dirección de Brian De Palma, quien supo inyectarle su estilo hiper-cinemático a un proyecto que ya era redondo por sí solo desde su origen literario.
Como parte de la entrevista ya citada, Cohen cuenta que, cuando estaba en proceso de escribir la película, inmediatamente se dio cuenta de algo:
“Después de leer 12 o 15 páginas, me quedó claro que esta no sólo era una novela debut impactante que tenía mucha seguridad y confianza, y era ambiciosa y retadora. Esto era algo serio. Y este sujeto [King] lo tenía. Abordó muchos temas, desde Carrie como una niña que, más o menos, servía como ejemplo del acoso; había elementos sobrenaturales y de ciencia ficción”.
También te podría interesar: El exorcista: ¿Por qué aún es tan aterradora?
Esto sin duda suena como algo que De Palma estaba capacitado para adaptar. Después de todo, ya había demostrado ser capaz de trabajar en casi cualquier género. Dándoles a sus largometrajes mucha sustancia narrativa, siempre incluía también un estilo visual impactante y muy bien ejecutado.
Por esa razón, los ejecutivos del estudio United Artists decidieron que él era la mejor opción para hacerse cargo del filme. En una entrevista con la revista Cinefantastique, publicada en 1977, un año después del estreno, el cineasta comentó lo siguiente:
“El proyecto estaba en manos de United Artists, y el jefe de producción, Mike Medavoy, y el presidente, Eric Pleskow, insistieron en que querían que yo dirigiera la película. No creían que debiera hacerla nadie más. A Paul Monash [el productor], sin embargo, no le convencí, y sólo gracias a la presión de la gente del estudio llegó a la conclusión de que tal vez yo era la persona adecuada para su película”.
En UA tenían razón. De Palma logró, con creces, trasladar la atmósfera inquietante y tenebrosa de la novela a la gran pantalla. Levantada con un presupuesto de $1.8 MDD, al final de su corrida en salas de Estados Unidos y Canadá la cinta recaudó $33.8 MDD. Un éxito inesperado.
Pero el director no lo consiguió solo. Estaba acompañado de un equipo técnico y actoral inmejorable. Por ejemplo, para capturar el mundo de Carrie con cuadros simétricos, claustrofóbicos y desconcertantes, reclutó al cinefotógrafo Mario Tosi, quien elevó las cualidades de thriller de la cinta a niveles estratosféricos, sobre todo en tres escenas clave: cuando Margaret, la madre de la joven, le apunta con un cuchillo en las sombras; también en la escena en la que la señora White corta una zanahoria como si fuera un robot, todo en un plano cenital que provoca vértigo; y una que sucede en la ya mítica secuencia del baile de graduación, que presenta un diálogo entre la tímida estelar y el galán Tommy Ross. Mientras ellos bailan, la cámara gira sin parar, cada vez más rápido, acentuando la sensación de confusión.
Aunado a la fotografía, está el trabajo de edición de Paul Hirsch. Sin él, todo el misticismo del conjunto no existiría. Simplemente basta con recordar la escena de las duchas, en las que la cámara lenta retrata la soledad de Carrie, contrastándola con la actitud rebelde de sus compañeras de clase, que desfilan al compás de la dulce banda sonora compuesta por Pino Donaggio.
De igual forma, la edición destaca durante la graduación, en la que la pantalla dividida con colores contrastantes nos muestra la escala del terror que se cierne sobre los asistentes al gimnasio cuando el personaje principal desata sus poderes como venganza tras ser víctima de una broma cruel.
Con todo esto, queda hablar de las personas que se pusieron en la piel de los personajes más emblemáticos de la novela en su salto al celuloide. En su noveno esfuerzo directoral, De Palma fichó a actrices y actores con los que volvería a colaborar años más adelante en otras obras de su filmografía, como Nancy Allen y un jovencísimo John Travolta, de quien —erróneamente— se decía que este era “su primer papel en cine”. Estos dos actores, quienes después aparecerían en Estallido mortal (1981), encarnaban a los bullies principales, Chris Hargensen y Billy Nolan.
También tenemos a Amy Irving, quien fue la compasiva Sue Snell, compañera que comienza su arco molestando a Carrie, pero que, de a poco, se da cuenta de que puede ayudarla a destacar en el ámbito social. Por ello, junto a su novio, Tommy Ross, interpretado por William Katt, diseña un plan para cambiar el rumbo de la vida de Carrie.
Claro está, hay dos nombres que no se pueden dejar de mencionar: Sissy Spacek y Piper Laurie.
Spacek, quien al momento de la preproducción tenía 26 años, no fue la primera actriz en mente para el rol de la chica titular. En la novela y en la cinta, Carrie tiene 16 años, pero la actriz fue convencida por su esposo, el director de arte Jack Fisk, para hacer la audición.
Se quedó con el protagónico y su intervención le valió una nominación al Óscar a Mejor actriz en 1977. El que la Academia la haya considerado para el premio está totalmente justificado, pues el personaje está escrito como alguien que pasa de ser introvertida a alguien que, al menos por unas horas, recobra el control de su vida. Spacek logra capturar estos matices de forma excepcional. Sobre su actuación, ella le dijo esto a ComingSoon.net en 2017:
“Leí el libro antes de saber que se iba a hacer la película, pero lo volví a leer el día antes de la audición. Lo que más me llamó la atención de la novela fue que la niña era tan patética, tan perdedora, y creo que lo que añadí a la hora de filmar la película fue que le di al personaje un poco de esperanza”.
De igual forma, la interpretación de Laurie fue aclamada de manera unánime. La actriz se tomó un descanso de los escenarios y las cámaras tras aparecer en El audaz (1961), y el largometraje de De Palma significó su gran regreso tras 15 años de ausencia del cine.
Por su trabajo, cargado de intensidad y cólera que hacían de Margaret una villana en toda la extensión de la palabra, la Academia también le otorgó una nominación en la categoría de Mejor actriz de reparto. Aunque hay que aclarar que, al principio ella pensó que formaría parte de una sátira. Antes de su fallecimiento, comentó esto en una entrevista con el sitio HollywoodChicago.com:
“Una vez que De Palma me reveló que no quería un enfoque satírico y me dijo: ‘Te vas a reír si haces eso’, me di cuenta de que no quería risas, al menos no en nuestra interpretación consciente. Me limité a aceptar la realidad de lo que estaba interpretando. Debo decir que disfruté de la libertad infantil de actuar y ser la bruja malvada. Fue muy liberador y divertido”.
No es casualidad que, después de décadas, éste sea, para muchas personas, uno de los mejores exponentes cinematográficos de horror jamás hechos. No sólo por tratarse de la primera adaptación de una novela de King, sino porque, en un periodo en el que las imágenes en movimiento se usaban para expresar nuevas inquietudes, reconfiguró una conocida fórmula, entregando una de las obras mejor logradas del género. Si tan sólo el público hubiera sabido que ella tenía el poder…
La entrada Carrie: ¿Por qué es un clásico? se publicó primero en Cine PREMIERE.
ues de anuncios individuales.Cine y Tv
en este documental, un hipopótamo narra la crisis ambiental provocada por Pablo Escobar
Desde mediados de la década de los 80, Colombia enfrenta una peculiar crisis ambiental. Resulta que, un día, al conocido narcotraficante Pablo Escobar se le ocurrió que, en su zoológico privado, ubicado dentro de la finca apodada como Casa Nápoles, faltaban ejemplares de una especie: hipopótamos. Así, mandó traer a su tierra, primero desde África y después desde Estados Unidos, a cuatro de estos animales. Lo que él no imaginaba era que dos de ellos escaparían de la finca y se reproducirían, iniciando una sobrepoblación incontrolable.
Hoy ya son más de 170 hipopótamos los que rondan por el territorio colombiano, y la realidad es que su estancia en la región preocupa no sólo por el bienestar de los pobladores de las áreas cercanas al río Magdalena, donde los animales prefieren estar, sino porque no se tienen los recursos necesarios para que vivan ahí. Ante las llamadas a la acción, las autoridades no escuchan. Y los migrantes de cuatro patas y grandes mandíbulas siguen ahí. Ese es su nuevo hogar, aunque no lo hayan elegido.
Si bien la situación no se ha atendido de la debida forma, en 2007 sucedió algo que puso la problemática bajo el foco público, pues un grupo de cazadores asesinó a uno de estos hipopótamos traficados para satisfacer una personalidad estrafalaria. La prensa se encargó de darle un nombre al animal: Pepe.
El cineasta dominicano Nelson Carlo de los Santos Arias se enteró de esta historia y se puso manos a la obra para trasladarla a la pantalla. El resultado es en partes iguales una sátira del capitalismo y de los absurdos de las excentricidades, además de un ejercicio de estilo que derriba las barreras entre el documental y la ficción. Todo mientras el tenaz Pepe nos narra su travesía mediante voz en off.
En entrevista, el director del documental Pepe nos cuenta cuáles fueron las decisiones que informaron su cinta.
El documental tiene esta escena en la que vemos un letrero de la Casa Nápoles que, de manera muy irónica, dice: “Por favor, no alimentar a los animales. Protejamos a los animales”. Pero creo que, si algo no estaba haciendo Pablo Escobar, al mandar traer estos animales (para su finca), por su excentricidad, es protegerlos. ¿Siempre fue tu intención manejar este tono irónico para retratar otro aspecto del ambientalismo?
Sí, entiendo la pregunta. Yo creo que, como latinoamericanos, nuestras realidades están llenas de ironías y de absurdos. Entonces, creo que mi trabajo, a veces, como realizador, a lo mejor se puede simplificar en decir: hay que ver una situación, una historia, un personaje, digamos, [y preguntarnos] qué emociones o qué figuras literarias o poéticas se construyen desde allí.
Yo creo que hay algo absurdo directamente en el origen de esta historia, porque Pablo Escobar yo creo que sería el primero que marca esa cultura de la excentricidad en los narcotraficantes, que de alguna u otra forma es otra cara del capitalismo puro y duro, y que también ejerce el Estado o sus élites políticas. Creo que el contrabando es el [lado] negativo del poder político económico de nuestros países desde la colonia. Entonces, esas historias de dominaciones son absurdas porque acaparan las vidas de las personas de una forma arbitraria, esa forma arbitraria de dominación.
A veces, nosotros los latinoamericanos hemos aprendido a reírnos sobre eso, pero nuestros ancestros africanos en el Caribe nos enseñaron a reírnos cuando realmente llorábamos. Al cambiar el llanto por la risa, [todo] se complejizaba. Entonces, para mí, por eso el humor es tan importante, porque es una forma de resistencia, de asumir el absurdo de las dominaciones.
Tengo entendido que una parte de la idea para esta película vino cuando tú en 2007 supiste, a través del trabajo de Camilo Restrepo (afamado artista visual colombiano), de un animal que asesinaron en el río Magdalena. Desde que te enteraste de este incidente, ¿qué tanto cambió tu idea para llegar a lo que vemos en pantalla? Y, por otra parte, ¿qué tanto acercamiento tuviste con Camilo para trabajar en esta película?
En realidad, Camilo no trabaja en la película, sino que cuando yo terminé una película que se llama Cocote (2017), terminé muy cansado. Yo siempre quise ir a Colombia. Tenía algunos amigos ahí y en distintas ciudades, y como no tenía el dinero para andar en hoteles y cosas así, me quedaba donde los amigos. Entonces me quedé en la casa de Camilo cuando conocí Medellín. Él tenía una escultura [de Pepe] en su sala y me contó la historia como salió en los periódicos, [o en internet]. Bastaba simplemente buscarlo y salían distintas cuestiones.
Pero cuando él me lo cuenta, tiene un error. Tiene un error biológico en su relato, porque él me dice que cuando un hipopótamo se pelea con el dominador –o sea, con el alfa– y pierde, él debe irse de la manada para encontrar otra. Lo exilian. Y lo que le pasó a este hipopótamo es que se fue exiliado en busca de otra manada sin saber que no existe, porque él no está en el continente africano, está en el continente americano. Pero cuando yo comienzo a investigar, me doy cuenta de que [lo que dijo Camilo] no es verdad, que en realidad los hipopótamos machos, cuando pierden la pelea, se van con una hembra y así es que ellos se expanden en el territorio. Entonces, así se van multiplicando. Eso es una idea completamente diferente. Es el crecimiento de una población desplazada que llega a través de un secuestro, ¿no? Como pasó con migrantes africanos o árabes, con plantas, vacas, burros o caballos.
Ese error biológico fue lo que me despertó. (…) Empecé a pensar en todas esas personas que han muerto en este continente sin saber realmente dónde estaban, por todas estas migraciones y la construcción de este mundo occidental que tenemos, que tiene su base en la colonización del continente americano. Luego ellos se van a expandir al mundo, pero digamos que hay una conquista de la América que va a marcar la pauta de dominación que hoy conocemos.
También te podría interesar: The Last Year of Darkness: Mucho más que vida nocturna
¿Qué te atrae de la docuficción para contar este tipo de historias? ¿Por qué decidiste que tenía que ser una docuficción?
Comencé a estudiar cine formalmente cuando tenía 20 años, aunque ya a los 17 o 18 hacía cortos. Me gané una beca y me fui a estudiar a Buenos Aires porque en Dominicana no había escuela de cine. Para nuestra generación, la docuficción era lo peor que se podía decir porque la docuficción era un modelo mainstream de la televisión norteamericana. Me he dado cuenta de que no participo tanto del mundo del cine. Más bien, cuando hago una película, salgo a los festivales y veo lo que está pasando y todo eso. Pero en mi vida normal, aunque veo un montón de películas, estoy en otro mundo, casi no tengo amigos en el cine, para que tú entiendas.
Entonces, ahora que volví a salir al mundo con esta película, me encontré con que la palabra “docuficción” se había normalizado. Para mí, era un insulto decir que una película era una docuficción porque implicaba una cosa horrible de la televisión norteamericana de los 90 o principios de los 2000. Yo diría que, más que una docuficción –que, por Dios, no quisiera hacer nunca–, lo que realmente estoy haciendo es una ficción. Ante todo, mi película se constituye como una ficción, porque una definición rápida de ficción, digamos, es todo aquello que construye un verosímil en sí mismo, ¿verdad?
Continúa leyendo: Entrevista con el director del documental Pepe
Hay una discusión muy vieja de Godard en la cual todo es ficción y todo es documental al mismo tiempo. Y en todo caso, cuando uno filma algo, la imagen en sí misma guarda esa particularidad. (…) Te voy a poner un ejemplo: una imagen siempre es ficción y siempre es documental porque, cuando estamos filmando a un actor, estamos filmando al personaje de la película, pero también estamos filmando al actor que hace de ese personaje. Otro ejemplo es cómo se da el problema del tiempo en el cine. En el cine se da al mismo tiempo un tiempo que es directo, que es el tiempo de la toma, y también un tiempo que es construido en el montaje. El cine en sí mismo, o la imagen del cine o ese lenguaje al que nosotros llamamos cine, ya es un lenguaje que es un mutante que lleva en sí mismo dualidades, en vez de ser dicotómico. La docuficción lo vuelve dicotómico cuando en realidad hay una dualidad en la imagen en la que uno puede abrazar ese documento que se está pensando y, al mismo tiempo, se está creando una fábula, como en el caso de Pepe.
Otra de las conversaciones que creo que se pueden abrir con tu película es con respecto a las palabras y los idiomas. Me gusta mucho cómo Pepe comienza su viaje hablando en otro idioma, pero cuando ya está en Colombia, en otros pasajes de su vida, nos habla en español. ¿Cómo fue para ti difuminar esas líneas en el idioma?
Mira, yo vengo de un territorio muy oral, ¿no? Del Caribe. Tal vez ya no lo tengo tan marcado porque tengo la mitad de mi vida viviendo fuera, y la verdad es que cuando uno vive fuera, sobre todo en otros países hispanohablantes, uno se adapta una forma en la que nos podemos comunicar. Pero digo, el castellano dominicano es un castellano bastante lejos de la regla. Es algo que, por ejemplo, tú y yo podemos ir a un barrio y, a pesar de que yo te estoy hablando así, yo entiendo perfectamente todo lo que está pasando y tú no vas a entender absolutamente nada.
Entonces, la oralidad en el Caribe es maravillosa, porque la oralidad del Caribe es casi un créole. Es un créole y la invención del humor en el Caribe es la destrucción del lenguaje como nosotros lo conocemos. Es todo lo contrario a Colombia y México, que tienen un castellano bastante cercano a la regla. En el Caribe se destruyen las lenguas coloniales. Por ejemplo, en el Caribe francés directamente hay un créole.
Para mí, la oralidad con la cual yo trabajo es mi inspiración para pensar en el montaje. Cuando pienso en el montaje o en la idea de hacer significación en el montaje, no pienso en reglas narrativas. La oralidad caribeña, loca, disruptora, fuera de las reglas, es más inspiradora para mí que el arco del héroe.
Eso lo tomo de un gran pensador caribeño, para quien la oralidad no se contenta simplemente con describir los paisajes, sino que los construye al mismo tiempo. Por eso quise que Pepe abordara todos esos lenguajes que intervienen en ese hecho histórico. Entonces, él comienza hablando en Bukushu, que es el lenguaje predominante del río Cabango. Luego habla afrikáans. Afrikáans es una creolización del holandés con palabras bantúes. Se le habla afrikáans porque es el idioma que en ese territorio que hoy conocemos como Namibia fue el idioma del opresor y el que realmente colonizó a la mayoría de las tribus ahí. Y evidentemente, habla español o castellano porque llega a una América hispana.
Para mí, Pepe tenía que tener esa esquizofrenia que tiene el ser que, como todos nosotros, somos producto de un proceso de colonización.
Pepe ya está disponible en MUBI.
José Roberto Landaverde Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los “Philly Steps” y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.
ues de anuncios individuales.
Source link
Cine y Tv
2024: Un año de musicales, sorpresas y grandes eventos
Se termina 2024, uno de los años más extraños y reveladores que la industria ha experimentado recientemente. Si bien, tuvimos los clásicos taquillazos que abarrotaron los cines (y agotaron palomeras coleccionables), también hubo fracasos que sacudieron a más de un estudio, polémicas capaces de convertir las redes sociales en un campo minado, y eventos que hicieron de este, un año inolvidable. Digamos adiós al 2024 con un repaso por aquellas películas y eventos que marcaron la agenda en los últimos meses.
Todo inició con la batalla final del llamado Barbenheimer. La temporada de premios se convirtió en el escenario perfecto para que Greta Gerwig (directora de Barbie) y Christopher Nolan (realizador de Oppenheimer) se hicieran presentes en casi todas las ceremonias de la industria. Aunque la taquilla favoreció a la muñeca, los premios le dieron la victoria al hombre que creó la bomba atómica. Entre vestidos rotos y números musicales de ensueño, Emma Stone (con su segundo Óscar) y Ryan Reynolds (interpretando I’m Just Ken) también hicieron historia.
Quienes sufrieron en la primera parte del año fueron, principalmente, Dakota Johnson y Henry Cavill. Ella se enfrentó a las burlas y los comentarios de Madame Web, pero él no se quedó atrás con la decepción de Argylle: Agente secreto. Al final, la película nos traicionó y demostró que Cavill no era el protagonista (como se vendió), pero el daño a su imagen (por un fracaso más) ya estaba hecho. Si todos los que le dan like a sus fotos sexys en redes pagaran un boleto para verlo en el cine, las cosas serían diferente.
Godzilla y Kong regresaron para partirse la cara (otra vez), asegurar otra película y dejarnos algunos memes. Melissa Barrera nos demostró en Abigail por qué su despido de Scream fue todo un error, y Zendaya no sólo montó gusanos de arena. Con Desafiantes hizo que el tenis le pareciera emocionante hasta a quienes no lo entienden.
También llegó el pánico. No, no se debió a ninguna pandemia (toquemos madera), sino a dos fracasos sorpresivos que dejaron temblando a más de uno. Por un lado, Ryan Gosling y sus increíbles stunts en Profesión peligro le importaron a muy pocos. Por el otro, Chris Hemsworth y Anya Taylor-Joy demostraron con Furiosa: De la saga Mad Max que las interacciones en redes sociales tampoco equivalen a boletos vendidos en el cine. La baja taquilla de Amigos imaginarios y El planeta de los simios: Nuevo reino también hizo que muchos se mordieran hasta la cutícula. El fin del cine como lo conocemos parecía inevitable.
O al menos eso creíamos… ya saben que los cinéfilos a veces somos un poquito dramáticos.
Will Smith regresó con otra cachetada, pero ahora con guante blanco y dirigida a todos quienes dudaron de su poder taquillero. La cuarta película de Bad Boys dio inicio a un junio de ensueño. Los cines se llenaron de gente, las palomitas y los nachos se vendieron como antes, hubo familias incómodas, salas atiborradas, empleados con cansancio y cara de pocos amigos. Todo eso que sucede cuando hay un éxito histórico.
Y sí, ese éxito histórico tiene nombre: Intensamente 2, que se convirtió en la película más taquillera en la historia de México. Entre personas que compartieron sus frustraciones con Riley o se sintieron identificados con sus ataques de ansiedad, nadie pudo escapar de dicho título.
Todos los que se alegraban por los fracasos de Marvel Studios se comieron sus palabras. Deadpool y Wolverine (su único estreno del año) arrasó en la taquilla y rompió récords para una película con clasificación para adultos. El cine basado en cómics no ofreció propuestas tan fuertes como otros años, pero aquellas que sí llegaron (Madame Web, Hellboy: The Crooked Man, Guasón 2 y Kraven El Cazador), pasaron con más pena que gloria. Hasta a Venom le costó alcanzar la taquilla de sus antecesoras.
Otro aspecto inolvidable es la avalancha de musicales que recibimos en los últimos 12 meses. Los mexicanos todavía coreábamos las canciones de Wonka (o al menos aquellas que no son tan olvidables) cuando Chicas pesadas llegó a la cartelera. De forma mañosa, Paramount Pictures ocultó que se trataba de un musical, y aunque el impacto fue nulo a comparación del éxito de 2024, muchos ya desearíamos sus $100 millones de dólares recaudados.
Algo curioso ocurrió con Guasón 2: Folie à Deux, pues a semanas del estreno nadie parecía tener claro si era un musical o no. Lady Gaga lo negó, Todd Phillips (director) lo confirmó, y el mundo entero lo odió. Vaya diferencia con Wicked, cuyas canciones hicieron de algunas salas (y la premiere en el Auditorio Nacional) toda una fiesta. Tristemente, las canciones de Moana 2 no le llegaron a los talones a las de su antecesora. Y para cerrar el año tenemos Mufasa: El rey león, con canciones de Lin-Manuel Miranda… y la promesa de arruinar lo que conocíamos sobre el padre de Simba.
Para los amantes del terror, Desaparecer por completo demostró que el cine mexicano podría ofrecer propuestas muy originales. Un Tarot de la muerte se encargó de llenar la pantalla con sangre, y Lupita Nyong’o (con un gato) se enfrentó al primer día de la invasión en Un lugar en silencio: Día uno. Nicolas Cage se convirtió en Longlegs, y Sonríe 2 nos demostró que las maldiciones también acechan a las cantantes. Incluso la saga Alien revivió con éxito. Ojalá MaXXXine hubiera corrido con la misma suerte.
México fue el país seleccionado para grandes eventos, y no necesariamente por esa “regla” que relaciona las visitas de los actores con una terrible calidad. En realidad, es porque nuestro país se ha convertido en una de las economías más importantes para la industria hollywoodense. El elenco de Duna: Parte dos provocó gritos, lágrimas (y malas preguntas del programa Venga la alegría) en su visita al Auditorio Nacional de la Ciudad de México. Timothée Chalamet nos habló de futbol, se puso la playera de la Selección Mexicana y reafirmó por qué es uno de los favoritos del público.
Otras producciones siguieron los pasos de Duna: Parte dos, y así recibimos a los elencos de Furiosa: De la saga Mad Max, Bad Boys: Hasta la muerte, Beetlejuice Beetlejuice, Venom: El último baile y Wicked (al grito de ¡Ariana, hermana, ya eres mexicana!). Hasta Aaron Taylor-Johnson quiso cerrar el año en México, pues vino para presentar Kraven El Cazador, robarle suspiros a más de uno y despertar bajas pasiones en redes.
Por primera vez, la Comic-Con Experience (CCXP) celebró una de sus ediciones en México. Miles de fans se dieron cita para presumir su cosplay, comprar coleccionables, escuchar a sus artistas favoritos de cerca y sentirse parte de una comunidad. Sydney Sweeney promocionó Inmaculada, su más reciente película de terror. Los organizadores quedaron fascinados y ya anticipan una un espectacular regreso en 2025.
El Festival Internacional de Cine de Morelia también nos dejó otra edición para recordar. Nos visitaron Alfonso Cuarón, Rodrigo Prieto y hasta el enorme Francis Ford Coppola. Este último presentó Megalópolis, la vapuleada película que durante décadas quiso hacer y por fin lo logró. Es cierto que dicho título dejó a los espectadores confundidos, pero no tanto como los que se preguntaron qué demonios hacía la polémica Emilia Pérez (con su fallida representación de México) en el festival. Esperemos que, en 2025, más y más estrellas quieran visitar el país y no teman a los reporteros y conductores de Venga la alegría.
Fue un gran año para quienes gozan del cine mexicano y todas sus propuestas. José Eduardo Derbez consiguió su primer protagónico. Fiona Palomo y Alfonso Dosal nos estremecieron con Un actor malo, Osvaldo Benavides (sí, Nandito de María la del barrio) debutó como director con Noche de bodas, mientras que Rodrigo Prieto hizo lo mismo, pero con un clásico como Pedro Páramo. Firma aquí nos enseñó que el amor no debe ser perfecto, y Casi el paraíso convirtió al primer best seller mexicano en una película muy interesante. La querida Ana Serradilla también volvió, esta vez con una comedia sobre dos inseminaciones mal realizadas (Una pequeña confusión).
Isaac Ezban volvió a mezclar la fantasía, el horror y el drama familiar con Párvulos: Hijos del apocalipsis. Sujo, de Astrid Rondero y Fernanda Valadez emprendió el camino rumbo al Óscar, y Alonso Ruizpalacios impactó al público con La cocina, que lo llevó a conseguir una nominación en los Independent Spirit Awards. El ganador, al menos en cuanto a taquilla se refiere, fue Adrián Uribe con El candidato honesto. Esta es apenas la tercera película mexicana que supera los $100 millones de pesos (MDP) desde 2020.
Muchos podrán quejarse de Televisa a través de todos los medios posibles. Pero eso no evitó que La casa de los famosos México llegara a la conversación cinematográfica. A alguien se le ocurrió que la final de la segunda temporada se transmitiera en el cine, y los resultados fueron inquietantes: $1.97 MDP. Quizá a algunos no les parezca mucho, pero es más de lo que recaudaron 60 estrenos nacionales en todo el año. Muchos actores, analistas de la industria y directores sintieron más miedo con dicho dato que con Longlegs: Coleccionista de almas, Sonríe 2, o el acento de Selena Gomez en Emilia Pérez.
El año también será recordado por hacernos llorar… y mucho. Fue demoledor ver cómo Zac Efron perdió a casi toda su familia en Garra de hierro. Blake Lively y Justin Baldoni por poco y se avientan hasta los floreros en la filmación de Romper el círculo, pero vaya que conmovieron a millones de espectadores con la relación tóxica de sus personajes.
Muchos se identificaron con Demi Moore en La sustancia y su crisis frente al espejo. Otros tantos lloraron como bebés con la viudez de Andrew Garfield en El tiempo que tenemos. Pero si de “lágrimas sabrosas” hablamos, nada como el primer vuelo de Brillo en Robot salvaje o el primer abrazo de Elphaba y Glinda en Wicked. ¿Acaso no se siente bien dejar fluir nuestras emociones con un buen puño de palomitas como acompañamiento?
Ha llegado el momento de despedir el 2024, pero no podemos hacerlo sin mencionar todas esas propuestas que, sin esperarlo, se ganaron un lugar destacado. Ahí rondan un sanguinario payaso que rompió récords sin un gran distribuidor, Demi Moore con la actuación de su vida, Longlegs y su brillante marketing, Sydney Sweeney y Glen Powell derramando miel en Con todos menos contigo, y hasta Hugh Grant como un hereje perturbador.
¡Adiós, 2024! Y como dijeran en esa película que tiene tan en boga a Eugenio Derbez: ¡Hasta nos duele esa p*nche parte del cuerpo nada más de acordarnos de ti!
Juan José Cruz. Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
Wicked deslumbra México: Ariana Grande, Cynthia Erivo y un mágico estreno en el Auditorio Nacional
La magia del mundo de Oz llegó a México con la espectacular premiere de la película Wicked en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. El evento, que se llevó a cabo el 11 de noviembre de 2024, reunió a fanáticos del musical y a destacadas personalidades del espectáculo, convirtiendo la alfombra amarilla en un desfile de talento y glamour.
Una alfombra amarilla llena de estrellas
La alfombra amarilla, decorada con elementos inspirados en el mágico mundo de Oz, recibió a las estrellas principales de la película. Ariana Grande, quien interpreta a Glinda, deslumbró con un vestido blanco que evocaba la elegancia de su personaje. Por su parte, Cynthia Erivo, en el papel de Elphaba, conquistó a los presentes con su energía y cercanía, firmando autógrafos y compartiendo momentos con los asistentes.
Jonathan Bailey, quien interpreta a Fiyero, también estuvo presente, añadiendo un toque de encanto británico al evento. Los actores se mostraron emocionados por la calurosa recepción del público mexicano, quienes abarrotaron el Auditorio Nacional desde tempranas horas.
Celebridades mexicanas y un toque de nostalgia
El evento contó con la presencia de Danna Paola y Ceci de la Cueva, quienes dejaron su huella en la versión teatral de Wicked en México. Ambas actrices expresaron su orgullo por formar parte de este proyecto, con Danna Paola prestando su voz para la versión en español de Elphaba. La cantante tuvo un emotivo encuentro con Ariana Grande, quien elogió su interpretación con las palabras: “Suenas hermoso”.
Un evento para la historia
La premiere no estuvo exenta de momentos de emoción. La multitudinaria asistencia generó momentos de caos cuando algunos fanáticos cruzaron las vallas de seguridad en su afán por acercarse a las estrellas. A pesar de ello, el evento se desarrolló con éxito, dejando a los asistentes con la promesa de una película que estará a la altura de las expectativas.
El impacto cultural de Wicked en México
Wicked no solo ha sido un fenómeno en Broadway, sino que ha dejado una profunda huella en México a través de sus adaptaciones teatrales. Ahora, con su salto al cine, la historia de Elphaba y Glinda promete conquistar una nueva generación de fanáticos.
Con una dirección magistral de Jon M. Chu y actuaciones memorables, Wicked se perfila como uno de los estrenos más importantes del año, y México tuvo el privilegio de ser parte de este mágico viaje.
-
Musica2 días ago
10 colaboraciones de Kevin Parker más allá de Tame Impala
-
Musica2 días ago
Emily Armstrong: Quién es la vocalista de Linkin Park
-
Tecnologia2 días ago
Investigadores logran una hidra de dos cabezas
-
Actualidad2 días ago
El mejor truco para hacer el café en la cafetera italiana es no hacer el café en la cafetera italiana
-
Musica2 días ago
Pete Doherty se ofrece a telonear a Oasis a cambio de boletos para sus conciertos
-
Actualidad2 días ago
así funciona el método STAR en entrevistas de trabajo
-
Curiosidades2 días ago
6 puntos para recordar la genialidad de ‘Homework’ de Daft Punk
-
Curiosidades2 días ago
El caso de Génesis Mei Ling, el feminicidio de una niña de 10 años en Puebla