Cine y Tv
Películas más importantes del cine soviético
El cine hollywoodense convirtió a la URSS en eterna amenaza y, como tal, en continua rival a vencer. Basta con un vistazo a la larga y compleja industria de la región para conocer una cara más certera de la sociedad euroasiática. Historias de distintos géneros, algunas de las cuales son dominadas por el nacionalismo, pero también por sensaciones e inquietudes bien conocidas en todo el mundo. El resultado es una filmografía tan fascinante como hipnótica y que sigue siendo motivo de estudio y admiración a casi 30 años de la caída del bloque. Desde clásicos del cine silente hasta las obras maestras de directores de talla mundial y con divertidas escalas por la comedia, repasamos las películas esenciales del cine soviético.
10. The Irony of Fate, or Enjoy Your Bath! (Dir. Eldar Ryazanov, 1976)
La ficción convirtió a los soviéticos en una sociedad fría y trágica en el imaginario colectivo occidental, al grado de que resulta difícil imaginar una comedia al interior de su industria. The Irony of Fate, or Enjoy Your Bath! no sólo es una de las más exitosas, sino también una de las más queridas entre las audiencias rusas al tratarse de todo un clásico de la temporada navideña. Una comedia romántica sobre un hombre que planea pasar el Año Nuevo con su prometida en Moscú, pero una tarde previa de alcohol con sus amigos le deja en un vuelo rumbo a Leningrado y en una serie de divertidas confusiones. A pesar de su naturaleza ligera, la cinta no ha estado exenta de debate en territorio occidental, pues mientras algunos la consideran un mero equivalente de ¡Qué bello es vivir! (1946), hay quienes la ven como una crítica velada a la uniformidad soviética. Más allá de la polémica, su popularidad resultó en una secuela estrenada a 30 años de distancia. No ha podido igualar el estatus de la original, pero el público la recibió con entusiasmo y la convirtió en una de las películas más taquilleras en la historia del cine soviético.
9. Bim, mi mejor amigo (Dir. Stanislav Rostovsky, 1977)
Un título obligado para quienes disfrutaron –y lloraron– con filmes como Marley y yo (2008) y Siempre a tu lado (2009). La cinta explora el afecto entre un hombre mayor y su perro Bim, el cual se caracteriza por una coloración impropia de su raza: cuerpo blanco y una oreja negra. El drama inicia cuando el hombre es hospitalizado y el desesperado can parte en búsqueda de su mejor amigo, en un viaje que le permitirá conocer en carne propia las dos caras de la naturaleza humana. La profundidad de su mensaje en una trama de bases sencillas le valió la nominación al Premio de la Academia en la categoría de Mejor película extranjera. No ganó, pero su presencia en la terna representó un impulso importante que le permitió convertirse en una de las películas más representativas del cine soviético.
8. The Diamond Arm (Dir. Leonid Gaidai, 1969)
Leonid Gaidai es uno de los grandes exponentes de la comedia soviética, siendo The Diamond Arm su título más representativo. Como es una tradición en su filmografía, la película combina humor y criminalidad, en este caso para presentarnos a un hombre cualquiera que se ve involucrado accidentalmente en una operación de tráfico de joyas a gran escala. Como muchos de los principales exponentes del género en toda la historia del cine, la película tuvo un gran impacto sociopolítico al incluir elementos sumamente polémicos para su contexto, como alusiones a la prostitución o el alcoholismo. No menos sonada fue la incorporación de vehículos estadounidenses que estaban prohibidos en el país, lo que fue visto como un desafío directo a las autoridades estatales. Estos elementos, aunados a una memorable banda sonora y la hilarante actuación estelar de Yuriy Nikulin le convirtieron en una de las cintas más populares de la región, así como en uno de los grandes clásicos de la comedia a nivel mundial.
7. La guerra y la paz (Dir. Sergey Bondarchuk, 1966)
La primera adaptación del clásico literario de León Tolstói fue realizada en Rusia en 1915, pero la primera en obtener fama mundial fue la dirigida por King Vidor y protagonizada por Audrey Hepburn y Henry Fonda. Ambas fueron relegadas a segundo término por la versión soviética de Sergey Bondarchuk y que fragmentada en cuatro partes –dura más de siete horas–, facilitó la traslación cinematográfica de la que es considerada una de las obras cumbre de la literatura rusa. Una historia que muestra las distintas caras de las élites euroasiáticas ante la inminente guerra con Napoleón: los adultos se preparan para una invasión que podría resultar catastrófica; los jóvenes habitan en un mundo de ensoñaciones que les priva de toda preocupación. Todo esto resulta en un estupendo recuento histórico del conflicto y en una brillante exploración social de una sociedad que se ha ido para siempre. Su grandeza le convirtió en la primera del cine soviético en ser reconocida con el Óscar a Mejor película extranjera.
6. Moscú no cree en las lágrimas (Dir. Vladimir Menshov, 1980)
Aunque nunca ha gozado de la aceptación total del público y la crítica de cine por la naturaleza de su mensaje central, la película sí que ha sido ovacionada por su fiel reflejo del pensamiento soviético en una época de franca reestructuración social a escala global. La historia inicia en 1958 con la llegada de una joven a Moscú quien es embarazada y abandonada por un joven de la ciudad, para luego trasladarnos a 1979 y mostrar cómo el ser una madre soltera no le impidió cosechar una carrera exitosa, pero que complicó su búsqueda de felicidad al condenarla a una complicada vida sentimental. Fue la tercera y última película de la URSS en hacerse con el Óscar a Mejor película extranjera, pero más destacado aún fue que Ronald Reagan la empleó como franco objeto de estudio al verla al menos ocho veces para entender la mentalidad de los euroasiáticos previo a sus encuentros diplomáticos con Mikhail Gorbachev. Esta situación no pasó desapercibida en Hollywood que consideró la realización de un remake estadounidense que nunca se concretó porque el guionista Valentin Chernykh consideraba que la esencia de la trama nunca podría ser replicada fuera de la unión.
5. Pasaron las grullas (Dir. Mikhail Kalatozov, 1957)
Las películas del cine soviético siempre mostraron un enorme interés por los distintos conflictos bélicos de la región. No sólo para explorar su heroísmo en el campo de batalla, sino también los sacrificios propios de la pérdida y la separación. Pocas lograron el cometido con la destreza de Pasaron las grullas, sobre un romance interrumpido cuando el joven es reclutado para pelear en el frente durante la II Guerra Mundial. Sus bases le permitieron explorar los pesares vividos por los rusos durante los ataques germánicos, destacando además que esto fue hecho desde una inusual perspectiva femenina con una brillante Tatiana Samoilova en el rol estelar. Su estreno cuatro años después de la muerte de Stalin fue clave para el resurgimiento de la industria local, así como para elevar la moral de un país en una dura transición política. Fue la primera y única película de la URSS en ser reconocida con la Palma de Oro, mientras que la historia le considera una pieza fundamental rumbo a la segunda era dorada del cine soviético.
4. El hombre de la cámara (Dir. Dziga Vertov, 1929)
El documental experimental concebido por Dziga Vertov fue visto con recelo en sus primeros años. Mientras el cineasta deseaba demostrar el poder narrativo y omnipresente de la cámara, las autoridades soviéticas consideraron que las imágenes capturadas sólo confirmaban los peligros de un cine que mal ejecutado podía ser un temible distractor de masas. El tiempo demostró su valía al elevarle entre las películas más trascendentes no sólo del cine soviético, sino de toda la historia del celuloide gracias a una amplia gama de técnicas experimentales que fueron decisivas para la evolución del arte cinematográfico. Esto incluye el slow motion, el primer plano extremo, la animación en stop motion y el metraje invertido, por nombrar algunas. El Festival Internacional de Cine de Toronto le ubicó entre las cien películas esenciales que todo cinéfilo debe ver, mientras que una encuesta de la revista Sight & Sound a cargo del British Film Institute la nombró la octava mejor película de todos los tiempos. El cine contemporáneo no sería el mismo sin ella.
3. Stalker (Dir. Andrei Tarkovsky, 1979)
Ninguna lista con las mejores películas del cine soviético estaría completa sin la presencia de Andrei Tarkovsky. El director responsable de clásicos como La infancia de Iván (1962), Solaris (1972) y El espejo (1975) alcanzó su punto más alto con la adaptación de la novela Roadside Picnic escrita por los hermanos Strugatsky. Una historia de ciencia ficción sobre tres hombres que emprenden un viaje hacia una zona misteriosa bajo la promesa de que la travesía concederá el mayor deseo de cada uno, pero que en manos del cineasta se convierte en una profunda reflexión sobre la naturaleza humana. Los méritos del proyecto incrementan cuando recordamos que, no conforme con los retos propios de una cinta tan compleja en sus aspectos narrativos y simbólicos, la realización se complicó aún más por problemas técnicos con el revelado de la cinta. Esto obligó a un reshoot prácticamente completo que, según muchos de los involucrados en la producción, dejó una película muy distinta a la contemplada originalmente. Nunca sabremos cuáles eran los primeros planes de Tarkovski para esta historia, pero nos queda el consuelo de que el resultado que todos conocemos fue memorable.
2. Ven y mira (Dir. Elem Klimov, 1985)
La que suele ser considerada como la mejor y más cruenta película de la Segunda Guerra Mundial no fue realizada en Estados Unidos, Alemania o Japón, sino en la Unión Soviética. Aun así, son pocos los que siquiera saben de su existencia, ya que sus orígenes limitaron su distribución a nivel internacional. El guionista Ales Adamovich aprovechó su propia experiencia para abordar la historia de un chico bielorruso cuya búsqueda de un rifle perdido que le permita unirse a la resistencia resulta en la brutal aniquilación de su pueblo y en su inmersión en un conflicto plagado de horrores que nunca imaginó. Ha sobresalido por su hiperrealismo extremo, lo que incluyó el uso de uniformes originales y armas reales que ayudaron a construir una atmósfera dominada por el miedo, la incertidumbre y la desolación. No menos significativa es su parte simbólica encabezada por un rifle que representa el paso a una madurez en un mundo dominado por la violencia y de la que no hay vuelta atrás. Finalmente sobresalen los inusuales métodos empleados por el director Elem Klimov, quien intentó hipnotizar a su joven protagonista para evitar que el rodaje le dejara secuelas psicológicas. Aunque no fue susceptible al tratamiento, su profesionalismo y fuerza emocional le permitieron soportar la carga sin mayores complicaciones.
1. El acorazado Potemkin (Dir. Sergei Eisenstein, 1925)
Historia pura del cine. No hay mejor manera de referirse a la dramatización realizada por Sergei Eisenstein sobre el motín ocurrido en 1905 y en el que los elementos del acorazado ruso Potemkin se levantaron contra sus oficiales. El cineasta plasmó un suceso determinante para el país euroasiático y que terminaría convirtiéndose en uno de los primeros pasos hacia la revolución rusa de 1917. Más importante aún fue el modo en que lo hizo, con el primer gran montaje realizado por el cine. El resultado es un título de primer nivel, nombrado la mejor película de todos los tiempos en la Feria Mundial de Bruselas de 1958 y la undécima mejor de todos los tiempos por el British Film Institute, y cuyas bases técnicas y narrativas le han convertido en objeto de estudio por generaciones.
La entrada Películas más importantes del cine soviético se publicó primero en Cine PREMIERE.
ues de anuncios individuales.Cine y Tv
en este documental, un hipopótamo narra la crisis ambiental provocada por Pablo Escobar
Desde mediados de la década de los 80, Colombia enfrenta una peculiar crisis ambiental. Resulta que, un día, al conocido narcotraficante Pablo Escobar se le ocurrió que, en su zoológico privado, ubicado dentro de la finca apodada como Casa Nápoles, faltaban ejemplares de una especie: hipopótamos. Así, mandó traer a su tierra, primero desde África y después desde Estados Unidos, a cuatro de estos animales. Lo que él no imaginaba era que dos de ellos escaparían de la finca y se reproducirían, iniciando una sobrepoblación incontrolable.
Hoy ya son más de 170 hipopótamos los que rondan por el territorio colombiano, y la realidad es que su estancia en la región preocupa no sólo por el bienestar de los pobladores de las áreas cercanas al río Magdalena, donde los animales prefieren estar, sino porque no se tienen los recursos necesarios para que vivan ahí. Ante las llamadas a la acción, las autoridades no escuchan. Y los migrantes de cuatro patas y grandes mandíbulas siguen ahí. Ese es su nuevo hogar, aunque no lo hayan elegido.
Si bien la situación no se ha atendido de la debida forma, en 2007 sucedió algo que puso la problemática bajo el foco público, pues un grupo de cazadores asesinó a uno de estos hipopótamos traficados para satisfacer una personalidad estrafalaria. La prensa se encargó de darle un nombre al animal: Pepe.
El cineasta dominicano Nelson Carlo de los Santos Arias se enteró de esta historia y se puso manos a la obra para trasladarla a la pantalla. El resultado es en partes iguales una sátira del capitalismo y de los absurdos de las excentricidades, además de un ejercicio de estilo que derriba las barreras entre el documental y la ficción. Todo mientras el tenaz Pepe nos narra su travesía mediante voz en off.
En entrevista, el director del documental Pepe nos cuenta cuáles fueron las decisiones que informaron su cinta.
El documental tiene esta escena en la que vemos un letrero de la Casa Nápoles que, de manera muy irónica, dice: “Por favor, no alimentar a los animales. Protejamos a los animales”. Pero creo que, si algo no estaba haciendo Pablo Escobar, al mandar traer estos animales (para su finca), por su excentricidad, es protegerlos. ¿Siempre fue tu intención manejar este tono irónico para retratar otro aspecto del ambientalismo?
Sí, entiendo la pregunta. Yo creo que, como latinoamericanos, nuestras realidades están llenas de ironías y de absurdos. Entonces, creo que mi trabajo, a veces, como realizador, a lo mejor se puede simplificar en decir: hay que ver una situación, una historia, un personaje, digamos, [y preguntarnos] qué emociones o qué figuras literarias o poéticas se construyen desde allí.
Yo creo que hay algo absurdo directamente en el origen de esta historia, porque Pablo Escobar yo creo que sería el primero que marca esa cultura de la excentricidad en los narcotraficantes, que de alguna u otra forma es otra cara del capitalismo puro y duro, y que también ejerce el Estado o sus élites políticas. Creo que el contrabando es el [lado] negativo del poder político económico de nuestros países desde la colonia. Entonces, esas historias de dominaciones son absurdas porque acaparan las vidas de las personas de una forma arbitraria, esa forma arbitraria de dominación.
A veces, nosotros los latinoamericanos hemos aprendido a reírnos sobre eso, pero nuestros ancestros africanos en el Caribe nos enseñaron a reírnos cuando realmente llorábamos. Al cambiar el llanto por la risa, [todo] se complejizaba. Entonces, para mí, por eso el humor es tan importante, porque es una forma de resistencia, de asumir el absurdo de las dominaciones.
Tengo entendido que una parte de la idea para esta película vino cuando tú en 2007 supiste, a través del trabajo de Camilo Restrepo (afamado artista visual colombiano), de un animal que asesinaron en el río Magdalena. Desde que te enteraste de este incidente, ¿qué tanto cambió tu idea para llegar a lo que vemos en pantalla? Y, por otra parte, ¿qué tanto acercamiento tuviste con Camilo para trabajar en esta película?
En realidad, Camilo no trabaja en la película, sino que cuando yo terminé una película que se llama Cocote (2017), terminé muy cansado. Yo siempre quise ir a Colombia. Tenía algunos amigos ahí y en distintas ciudades, y como no tenía el dinero para andar en hoteles y cosas así, me quedaba donde los amigos. Entonces me quedé en la casa de Camilo cuando conocí Medellín. Él tenía una escultura [de Pepe] en su sala y me contó la historia como salió en los periódicos, [o en internet]. Bastaba simplemente buscarlo y salían distintas cuestiones.
Pero cuando él me lo cuenta, tiene un error. Tiene un error biológico en su relato, porque él me dice que cuando un hipopótamo se pelea con el dominador –o sea, con el alfa– y pierde, él debe irse de la manada para encontrar otra. Lo exilian. Y lo que le pasó a este hipopótamo es que se fue exiliado en busca de otra manada sin saber que no existe, porque él no está en el continente africano, está en el continente americano. Pero cuando yo comienzo a investigar, me doy cuenta de que [lo que dijo Camilo] no es verdad, que en realidad los hipopótamos machos, cuando pierden la pelea, se van con una hembra y así es que ellos se expanden en el territorio. Entonces, así se van multiplicando. Eso es una idea completamente diferente. Es el crecimiento de una población desplazada que llega a través de un secuestro, ¿no? Como pasó con migrantes africanos o árabes, con plantas, vacas, burros o caballos.
Ese error biológico fue lo que me despertó. (…) Empecé a pensar en todas esas personas que han muerto en este continente sin saber realmente dónde estaban, por todas estas migraciones y la construcción de este mundo occidental que tenemos, que tiene su base en la colonización del continente americano. Luego ellos se van a expandir al mundo, pero digamos que hay una conquista de la América que va a marcar la pauta de dominación que hoy conocemos.
También te podría interesar: The Last Year of Darkness: Mucho más que vida nocturna
¿Qué te atrae de la docuficción para contar este tipo de historias? ¿Por qué decidiste que tenía que ser una docuficción?
Comencé a estudiar cine formalmente cuando tenía 20 años, aunque ya a los 17 o 18 hacía cortos. Me gané una beca y me fui a estudiar a Buenos Aires porque en Dominicana no había escuela de cine. Para nuestra generación, la docuficción era lo peor que se podía decir porque la docuficción era un modelo mainstream de la televisión norteamericana. Me he dado cuenta de que no participo tanto del mundo del cine. Más bien, cuando hago una película, salgo a los festivales y veo lo que está pasando y todo eso. Pero en mi vida normal, aunque veo un montón de películas, estoy en otro mundo, casi no tengo amigos en el cine, para que tú entiendas.
Entonces, ahora que volví a salir al mundo con esta película, me encontré con que la palabra “docuficción” se había normalizado. Para mí, era un insulto decir que una película era una docuficción porque implicaba una cosa horrible de la televisión norteamericana de los 90 o principios de los 2000. Yo diría que, más que una docuficción –que, por Dios, no quisiera hacer nunca–, lo que realmente estoy haciendo es una ficción. Ante todo, mi película se constituye como una ficción, porque una definición rápida de ficción, digamos, es todo aquello que construye un verosímil en sí mismo, ¿verdad?
Continúa leyendo: Entrevista con el director del documental Pepe
Hay una discusión muy vieja de Godard en la cual todo es ficción y todo es documental al mismo tiempo. Y en todo caso, cuando uno filma algo, la imagen en sí misma guarda esa particularidad. (…) Te voy a poner un ejemplo: una imagen siempre es ficción y siempre es documental porque, cuando estamos filmando a un actor, estamos filmando al personaje de la película, pero también estamos filmando al actor que hace de ese personaje. Otro ejemplo es cómo se da el problema del tiempo en el cine. En el cine se da al mismo tiempo un tiempo que es directo, que es el tiempo de la toma, y también un tiempo que es construido en el montaje. El cine en sí mismo, o la imagen del cine o ese lenguaje al que nosotros llamamos cine, ya es un lenguaje que es un mutante que lleva en sí mismo dualidades, en vez de ser dicotómico. La docuficción lo vuelve dicotómico cuando en realidad hay una dualidad en la imagen en la que uno puede abrazar ese documento que se está pensando y, al mismo tiempo, se está creando una fábula, como en el caso de Pepe.
Otra de las conversaciones que creo que se pueden abrir con tu película es con respecto a las palabras y los idiomas. Me gusta mucho cómo Pepe comienza su viaje hablando en otro idioma, pero cuando ya está en Colombia, en otros pasajes de su vida, nos habla en español. ¿Cómo fue para ti difuminar esas líneas en el idioma?
Mira, yo vengo de un territorio muy oral, ¿no? Del Caribe. Tal vez ya no lo tengo tan marcado porque tengo la mitad de mi vida viviendo fuera, y la verdad es que cuando uno vive fuera, sobre todo en otros países hispanohablantes, uno se adapta una forma en la que nos podemos comunicar. Pero digo, el castellano dominicano es un castellano bastante lejos de la regla. Es algo que, por ejemplo, tú y yo podemos ir a un barrio y, a pesar de que yo te estoy hablando así, yo entiendo perfectamente todo lo que está pasando y tú no vas a entender absolutamente nada.
Entonces, la oralidad en el Caribe es maravillosa, porque la oralidad del Caribe es casi un créole. Es un créole y la invención del humor en el Caribe es la destrucción del lenguaje como nosotros lo conocemos. Es todo lo contrario a Colombia y México, que tienen un castellano bastante cercano a la regla. En el Caribe se destruyen las lenguas coloniales. Por ejemplo, en el Caribe francés directamente hay un créole.
Para mí, la oralidad con la cual yo trabajo es mi inspiración para pensar en el montaje. Cuando pienso en el montaje o en la idea de hacer significación en el montaje, no pienso en reglas narrativas. La oralidad caribeña, loca, disruptora, fuera de las reglas, es más inspiradora para mí que el arco del héroe.
Eso lo tomo de un gran pensador caribeño, para quien la oralidad no se contenta simplemente con describir los paisajes, sino que los construye al mismo tiempo. Por eso quise que Pepe abordara todos esos lenguajes que intervienen en ese hecho histórico. Entonces, él comienza hablando en Bukushu, que es el lenguaje predominante del río Cabango. Luego habla afrikáans. Afrikáans es una creolización del holandés con palabras bantúes. Se le habla afrikáans porque es el idioma que en ese territorio que hoy conocemos como Namibia fue el idioma del opresor y el que realmente colonizó a la mayoría de las tribus ahí. Y evidentemente, habla español o castellano porque llega a una América hispana.
Para mí, Pepe tenía que tener esa esquizofrenia que tiene el ser que, como todos nosotros, somos producto de un proceso de colonización.
Pepe ya está disponible en MUBI.
José Roberto Landaverde Me fascina escribir, escuchar, leer y comentar todo lo relacionado con el cine. Me encanta la música y soy fan de The Beatles, Fleetwood Mac y Paramore. Mis películas favoritas son Rocky y Back to the Future y obvio algún día subiré los “Philly Steps” y conduciré un DeLorean. Fiel creyente de que el cine es la mejor máquina teletransportadora, y también de que en la pantalla grande todos nos podemos ver representados.
ues de anuncios individuales.
Source link
Cine y Tv
2024: Un año de musicales, sorpresas y grandes eventos
Se termina 2024, uno de los años más extraños y reveladores que la industria ha experimentado recientemente. Si bien, tuvimos los clásicos taquillazos que abarrotaron los cines (y agotaron palomeras coleccionables), también hubo fracasos que sacudieron a más de un estudio, polémicas capaces de convertir las redes sociales en un campo minado, y eventos que hicieron de este, un año inolvidable. Digamos adiós al 2024 con un repaso por aquellas películas y eventos que marcaron la agenda en los últimos meses.
Todo inició con la batalla final del llamado Barbenheimer. La temporada de premios se convirtió en el escenario perfecto para que Greta Gerwig (directora de Barbie) y Christopher Nolan (realizador de Oppenheimer) se hicieran presentes en casi todas las ceremonias de la industria. Aunque la taquilla favoreció a la muñeca, los premios le dieron la victoria al hombre que creó la bomba atómica. Entre vestidos rotos y números musicales de ensueño, Emma Stone (con su segundo Óscar) y Ryan Reynolds (interpretando I’m Just Ken) también hicieron historia.
Quienes sufrieron en la primera parte del año fueron, principalmente, Dakota Johnson y Henry Cavill. Ella se enfrentó a las burlas y los comentarios de Madame Web, pero él no se quedó atrás con la decepción de Argylle: Agente secreto. Al final, la película nos traicionó y demostró que Cavill no era el protagonista (como se vendió), pero el daño a su imagen (por un fracaso más) ya estaba hecho. Si todos los que le dan like a sus fotos sexys en redes pagaran un boleto para verlo en el cine, las cosas serían diferente.
Godzilla y Kong regresaron para partirse la cara (otra vez), asegurar otra película y dejarnos algunos memes. Melissa Barrera nos demostró en Abigail por qué su despido de Scream fue todo un error, y Zendaya no sólo montó gusanos de arena. Con Desafiantes hizo que el tenis le pareciera emocionante hasta a quienes no lo entienden.
También llegó el pánico. No, no se debió a ninguna pandemia (toquemos madera), sino a dos fracasos sorpresivos que dejaron temblando a más de uno. Por un lado, Ryan Gosling y sus increíbles stunts en Profesión peligro le importaron a muy pocos. Por el otro, Chris Hemsworth y Anya Taylor-Joy demostraron con Furiosa: De la saga Mad Max que las interacciones en redes sociales tampoco equivalen a boletos vendidos en el cine. La baja taquilla de Amigos imaginarios y El planeta de los simios: Nuevo reino también hizo que muchos se mordieran hasta la cutícula. El fin del cine como lo conocemos parecía inevitable.
O al menos eso creíamos… ya saben que los cinéfilos a veces somos un poquito dramáticos.
Will Smith regresó con otra cachetada, pero ahora con guante blanco y dirigida a todos quienes dudaron de su poder taquillero. La cuarta película de Bad Boys dio inicio a un junio de ensueño. Los cines se llenaron de gente, las palomitas y los nachos se vendieron como antes, hubo familias incómodas, salas atiborradas, empleados con cansancio y cara de pocos amigos. Todo eso que sucede cuando hay un éxito histórico.
Y sí, ese éxito histórico tiene nombre: Intensamente 2, que se convirtió en la película más taquillera en la historia de México. Entre personas que compartieron sus frustraciones con Riley o se sintieron identificados con sus ataques de ansiedad, nadie pudo escapar de dicho título.
Todos los que se alegraban por los fracasos de Marvel Studios se comieron sus palabras. Deadpool y Wolverine (su único estreno del año) arrasó en la taquilla y rompió récords para una película con clasificación para adultos. El cine basado en cómics no ofreció propuestas tan fuertes como otros años, pero aquellas que sí llegaron (Madame Web, Hellboy: The Crooked Man, Guasón 2 y Kraven El Cazador), pasaron con más pena que gloria. Hasta a Venom le costó alcanzar la taquilla de sus antecesoras.
Otro aspecto inolvidable es la avalancha de musicales que recibimos en los últimos 12 meses. Los mexicanos todavía coreábamos las canciones de Wonka (o al menos aquellas que no son tan olvidables) cuando Chicas pesadas llegó a la cartelera. De forma mañosa, Paramount Pictures ocultó que se trataba de un musical, y aunque el impacto fue nulo a comparación del éxito de 2024, muchos ya desearíamos sus $100 millones de dólares recaudados.
Algo curioso ocurrió con Guasón 2: Folie à Deux, pues a semanas del estreno nadie parecía tener claro si era un musical o no. Lady Gaga lo negó, Todd Phillips (director) lo confirmó, y el mundo entero lo odió. Vaya diferencia con Wicked, cuyas canciones hicieron de algunas salas (y la premiere en el Auditorio Nacional) toda una fiesta. Tristemente, las canciones de Moana 2 no le llegaron a los talones a las de su antecesora. Y para cerrar el año tenemos Mufasa: El rey león, con canciones de Lin-Manuel Miranda… y la promesa de arruinar lo que conocíamos sobre el padre de Simba.
Para los amantes del terror, Desaparecer por completo demostró que el cine mexicano podría ofrecer propuestas muy originales. Un Tarot de la muerte se encargó de llenar la pantalla con sangre, y Lupita Nyong’o (con un gato) se enfrentó al primer día de la invasión en Un lugar en silencio: Día uno. Nicolas Cage se convirtió en Longlegs, y Sonríe 2 nos demostró que las maldiciones también acechan a las cantantes. Incluso la saga Alien revivió con éxito. Ojalá MaXXXine hubiera corrido con la misma suerte.
México fue el país seleccionado para grandes eventos, y no necesariamente por esa “regla” que relaciona las visitas de los actores con una terrible calidad. En realidad, es porque nuestro país se ha convertido en una de las economías más importantes para la industria hollywoodense. El elenco de Duna: Parte dos provocó gritos, lágrimas (y malas preguntas del programa Venga la alegría) en su visita al Auditorio Nacional de la Ciudad de México. Timothée Chalamet nos habló de futbol, se puso la playera de la Selección Mexicana y reafirmó por qué es uno de los favoritos del público.
Otras producciones siguieron los pasos de Duna: Parte dos, y así recibimos a los elencos de Furiosa: De la saga Mad Max, Bad Boys: Hasta la muerte, Beetlejuice Beetlejuice, Venom: El último baile y Wicked (al grito de ¡Ariana, hermana, ya eres mexicana!). Hasta Aaron Taylor-Johnson quiso cerrar el año en México, pues vino para presentar Kraven El Cazador, robarle suspiros a más de uno y despertar bajas pasiones en redes.
Por primera vez, la Comic-Con Experience (CCXP) celebró una de sus ediciones en México. Miles de fans se dieron cita para presumir su cosplay, comprar coleccionables, escuchar a sus artistas favoritos de cerca y sentirse parte de una comunidad. Sydney Sweeney promocionó Inmaculada, su más reciente película de terror. Los organizadores quedaron fascinados y ya anticipan una un espectacular regreso en 2025.
El Festival Internacional de Cine de Morelia también nos dejó otra edición para recordar. Nos visitaron Alfonso Cuarón, Rodrigo Prieto y hasta el enorme Francis Ford Coppola. Este último presentó Megalópolis, la vapuleada película que durante décadas quiso hacer y por fin lo logró. Es cierto que dicho título dejó a los espectadores confundidos, pero no tanto como los que se preguntaron qué demonios hacía la polémica Emilia Pérez (con su fallida representación de México) en el festival. Esperemos que, en 2025, más y más estrellas quieran visitar el país y no teman a los reporteros y conductores de Venga la alegría.
Fue un gran año para quienes gozan del cine mexicano y todas sus propuestas. José Eduardo Derbez consiguió su primer protagónico. Fiona Palomo y Alfonso Dosal nos estremecieron con Un actor malo, Osvaldo Benavides (sí, Nandito de María la del barrio) debutó como director con Noche de bodas, mientras que Rodrigo Prieto hizo lo mismo, pero con un clásico como Pedro Páramo. Firma aquí nos enseñó que el amor no debe ser perfecto, y Casi el paraíso convirtió al primer best seller mexicano en una película muy interesante. La querida Ana Serradilla también volvió, esta vez con una comedia sobre dos inseminaciones mal realizadas (Una pequeña confusión).
Isaac Ezban volvió a mezclar la fantasía, el horror y el drama familiar con Párvulos: Hijos del apocalipsis. Sujo, de Astrid Rondero y Fernanda Valadez emprendió el camino rumbo al Óscar, y Alonso Ruizpalacios impactó al público con La cocina, que lo llevó a conseguir una nominación en los Independent Spirit Awards. El ganador, al menos en cuanto a taquilla se refiere, fue Adrián Uribe con El candidato honesto. Esta es apenas la tercera película mexicana que supera los $100 millones de pesos (MDP) desde 2020.
Muchos podrán quejarse de Televisa a través de todos los medios posibles. Pero eso no evitó que La casa de los famosos México llegara a la conversación cinematográfica. A alguien se le ocurrió que la final de la segunda temporada se transmitiera en el cine, y los resultados fueron inquietantes: $1.97 MDP. Quizá a algunos no les parezca mucho, pero es más de lo que recaudaron 60 estrenos nacionales en todo el año. Muchos actores, analistas de la industria y directores sintieron más miedo con dicho dato que con Longlegs: Coleccionista de almas, Sonríe 2, o el acento de Selena Gomez en Emilia Pérez.
El año también será recordado por hacernos llorar… y mucho. Fue demoledor ver cómo Zac Efron perdió a casi toda su familia en Garra de hierro. Blake Lively y Justin Baldoni por poco y se avientan hasta los floreros en la filmación de Romper el círculo, pero vaya que conmovieron a millones de espectadores con la relación tóxica de sus personajes.
Muchos se identificaron con Demi Moore en La sustancia y su crisis frente al espejo. Otros tantos lloraron como bebés con la viudez de Andrew Garfield en El tiempo que tenemos. Pero si de “lágrimas sabrosas” hablamos, nada como el primer vuelo de Brillo en Robot salvaje o el primer abrazo de Elphaba y Glinda en Wicked. ¿Acaso no se siente bien dejar fluir nuestras emociones con un buen puño de palomitas como acompañamiento?
Ha llegado el momento de despedir el 2024, pero no podemos hacerlo sin mencionar todas esas propuestas que, sin esperarlo, se ganaron un lugar destacado. Ahí rondan un sanguinario payaso que rompió récords sin un gran distribuidor, Demi Moore con la actuación de su vida, Longlegs y su brillante marketing, Sydney Sweeney y Glen Powell derramando miel en Con todos menos contigo, y hasta Hugh Grant como un hereje perturbador.
¡Adiós, 2024! Y como dijeran en esa película que tiene tan en boga a Eugenio Derbez: ¡Hasta nos duele esa p*nche parte del cuerpo nada más de acordarnos de ti!
Juan José Cruz. Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.
ues de anuncios individuales.
Source link
Actualidad
Wicked deslumbra México: Ariana Grande, Cynthia Erivo y un mágico estreno en el Auditorio Nacional
La magia del mundo de Oz llegó a México con la espectacular premiere de la película Wicked en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. El evento, que se llevó a cabo el 11 de noviembre de 2024, reunió a fanáticos del musical y a destacadas personalidades del espectáculo, convirtiendo la alfombra amarilla en un desfile de talento y glamour.
Una alfombra amarilla llena de estrellas
La alfombra amarilla, decorada con elementos inspirados en el mágico mundo de Oz, recibió a las estrellas principales de la película. Ariana Grande, quien interpreta a Glinda, deslumbró con un vestido blanco que evocaba la elegancia de su personaje. Por su parte, Cynthia Erivo, en el papel de Elphaba, conquistó a los presentes con su energía y cercanía, firmando autógrafos y compartiendo momentos con los asistentes.
Jonathan Bailey, quien interpreta a Fiyero, también estuvo presente, añadiendo un toque de encanto británico al evento. Los actores se mostraron emocionados por la calurosa recepción del público mexicano, quienes abarrotaron el Auditorio Nacional desde tempranas horas.
Celebridades mexicanas y un toque de nostalgia
El evento contó con la presencia de Danna Paola y Ceci de la Cueva, quienes dejaron su huella en la versión teatral de Wicked en México. Ambas actrices expresaron su orgullo por formar parte de este proyecto, con Danna Paola prestando su voz para la versión en español de Elphaba. La cantante tuvo un emotivo encuentro con Ariana Grande, quien elogió su interpretación con las palabras: “Suenas hermoso”.
Un evento para la historia
La premiere no estuvo exenta de momentos de emoción. La multitudinaria asistencia generó momentos de caos cuando algunos fanáticos cruzaron las vallas de seguridad en su afán por acercarse a las estrellas. A pesar de ello, el evento se desarrolló con éxito, dejando a los asistentes con la promesa de una película que estará a la altura de las expectativas.
El impacto cultural de Wicked en México
Wicked no solo ha sido un fenómeno en Broadway, sino que ha dejado una profunda huella en México a través de sus adaptaciones teatrales. Ahora, con su salto al cine, la historia de Elphaba y Glinda promete conquistar una nueva generación de fanáticos.
Con una dirección magistral de Jon M. Chu y actuaciones memorables, Wicked se perfila como uno de los estrenos más importantes del año, y México tuvo el privilegio de ser parte de este mágico viaje.
-
Musica1 día ago
Inteligencia Artificial: ¿Cuál es la mejor canción de Red Hot Chili Peppers, según ChatGPT?
-
Actualidad1 día ago
por qué los grandes accionistas ven en Murtra al gestor que necesita Telefónica para su próxima década
-
Musica2 días ago
Edith Márquez: “Empezó como un sueño y hoy es una realidad”
-
Curiosidades2 días ago
Lo que se sabe sobre el desalojo a la fábrica ‘El Oso’ en CDMX
-
Deportes1 día ago
Infantino queda horrorizado por insultos racistas a Alejandro Balde en Getafe | Video
-
Actualidad2 días ago
así es el astillero de Chittagong al que los grandes buques van a morir
-
Musica2 días ago
Gabito Ballesteros y Anuel AA estarán en el Super Bowl LIX
-
Actualidad2 días ago
La historia desconocida de WinRAR, el rey de los compresores de archivos que casi todos hemos usado