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cómo ha declarado beneficios tras 18 años perdiendo dinero

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  1. Primer acto: en Xataka contamos que Spotify había tenido el primer beneficio trimestral de su historia. Febrero de 2019.
  2. Segundo acto: en Xataka contamos que Spotify ya encadenaba dos trimestres en verde y se asomaba a su primer año rentable. Julio de 2024.
  3. Tercer acto: en Xataka contamos que Spotify ha anunciado, ahora sí, que 2024 fue el primer año rentable de su historia. Febrero de 2025.

Seis años han pasado del primer acto en los que seis continentes ha conquistado Spotify, como seis son las letras que tiene profit, las mismas que tiene ‘dinero’, las cuerdas de una guitarra y las caras de un dado que por fin ha ganado. El dígito que ha conjurado la alquimia perfecta, que no es la de convertir el agua en vino sino la de transformar la sangría en elixir para inversores.

1.138 millones de euros de beneficio neto.

Esa fue la cifra que Spotify presentó para ese ejercicio memorable que fue 2024, el que cambió su historia.

Ingresos Vs Resultado Neto Anual De Spotify
Ingresos Vs Resultado Neto Anual De Spotify

Es un hito, un hitazo, que muchos creían imposible. Durante todo este tiempo, el gigante del streaming musical y niña bonita del emprendimiento tecnológico europeo ha quemado dinero mientras construía un imperio de 675 millones de usuarios. Un 40% de ellos, de pago.

Mv2xs Usuarios De Spotify Gratuitos Y De Pago
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¿Cómo ha transformado pérdidas sistemáticas en beneficios?

Y sobre todo: ¿quién ha pagado el precio de esta metamorfosis?

La ecuación imposible: pagar a la industria y ganar dinero

Spotify nació con una contradicción aparentemente irresoluble: la regla del 70-30. Aproximadamente el 70% de sus ingresos se destinaba a pagar derechos musicales (royalties, regalías) a sellos discográficos, artistas y editoriales. Con el 30% restante debía cubrir tecnología, marketing, desarrollo de producto, oficinas globales y los salarios de más de 9.000 empleados cualificados.

La matemática parecía condenarla a un déficit eterno.

Mientras Apple Music o YouTube Music podían permitirse operar sin prácticamente beneficios –subsidiados por sus matrices multimillonarias–, Spotify no tenía otra opción que encontrar rentabilidad intrínseca o morir. El camino ha sido largo y controvertido.

Daniel Ek, fundador y CEO de Spotify, lo resumió con brutal franqueza: “Durante muchos años, Spotify ha estado enfocada en impulsar el crecimiento a gran escala. La rentabilidad no nos preocupaba”.

Este cambio de mentalidad ha cristalizado en tres grandes transformaciones:

Aumento de precios tras una década congelados

Tras mantener su clásico precio de 9,99 dólares o euros durante más de una década, Spotify acabó subiendo sus tarifas. Rompió un tabú autoimpuesto: el de no ser un doble dígito. Dos rondas de aumentos en varios mercados elevaron el plan individual: una sencilla maniobra que impulsó el ingreso medio por usuario y disparó el margen bruto al 32,2%. Su récord.

Spotify descubrió que los usuarios no se fugaban en masa ante un aumento moderado del precio. Especialmente en un contexto en el que casi todo el entretenimiento digital (Netflix, Disney+, Apple TV+, todas las marcas que ha ido lanzando HBO) subía tarifas.

La magia de la inelasticidad de precios permitió que su base de 263 millones de suscriptores de pago generara más ingresos sin un aumento proporcional en costes. Ta-da.

De plataforma musical a ecosistema multimedia: menos regalías por hora de uso

La jugada maestra de Spotify ha sido su estratégica diversificación. Ya no es sólo una aplicación para escuchar música, sino un “ecosistema de audio y vídeo”, como han insistido desde la empresa una y otra vez, con:

  • 6,5 millones de podcasts.
  • 330.000 videopodcasts.
  • 350.000 audiolibros.

No será que no lo avisamos.

Esta expansión multiproducto tiene una ventaja financiera oculta: cuando un usuario escucha un podcast o ve un videopodcast, Spotify no paga royalties por la reproducción. A diferencia de la música, donde cada stream genera un pago a discográficas, los podcasts y vídeos son monetizados principalmente vía publicidad o acuerdos directos con creadores, con un coste unitario mucho menor. Así lo contamos hace seis años, cuando la sueca abrazó este modelo.

Como dijimos, esa fue su jugada perfecta: que el usuario siga en la app pero sin que le cueste tanto dinero a la empresa. Con más de 270 millones de usuarios consumiendo contenido en vídeo, Spotify logró reducir paulatinamente el coste promedio por hora de uso. Si un usuario pasa una hora escuchando su podcast favorito en lugar de música, Spotify ahorra buena plata en pagos a discográficas.

Año cero: la era de la eficiencia

Cuando Spotify anunció en diciembre de 2023 que recortaría aproximadamente el 17% de su plantilla —unos 1.500 empleados—, pocos imaginaban que ese sería el amargo catalizador final que por fin llevaría a la empresa a la rentabilidad. Fue la tercera ronda de despidos en menos de 12 meses.

“En los últimos dos años, hemos invertido significativamente en negocios adyacentes. Algunos han funcionado, otros no. Demasiado capital se destinó a iniciativas que no generaban el valor esperado”, reconoció entonces Daniel Ek en una carta a los empleados.

Un clásico de la empresa tecnológica.

Este reconocimiento marcó el fin de una era de crecimiento a toda costa y el comienzo de lo que internamente llamaron “el año de la monetización”. La empresa cambió su enfoque: de expandirse indefinidamente a maximizar el valor de cada usuario y cada hora de contenido consumido.

Era el efecto directo de la presión de Wall Street. Tras años de tolerancia –y fomento– de empresas tecnológicas deficitarias, los inversores ya habían cambiado de mentalidad. Las subidas de los tipos de interés y un entorno económico más exigente obligaron a las empresas a demostrar que podían ganar dinero, no solo crecer.

“Hemos operado con demasiados y muy dispersos recursos”, escribió Ek. “Hoy tratamos de ser más eficientes”. Negro sobre blanco.

La austeridad se tradujo en una mejora tangible en los resultados. Los gastos operativos pasaron de representar el 30% de los ingresos en 2023 al 24% en 2024. Este ajuste permitió que el aumento de ingresos del 18% no se disipara en nuevos costes, sino que llegara directamente a la cuenta de resultados. La magia ya empezaba a hacer efecto.

Esta maniobra también tuvo otra lectura: Spotify había desistido del sueño de convertirse en el “Netflix del audio”, al menos en cuanto a producción de contenidos exclusivos carísimos. Las compras de Gimlet, Parcast y The Ringer, así como los contratos millonarios con figuras como Joe Rogan y los Obama, no dieron el rendimiento esperado. A lo largo de 2023 y 2024, la empresa cerró o redujo varias de estas apuestas, centrándose en un modelo más sostenible.

El golpe a los pequeños: “Si no llegas a mil, no existes”

En el camino hacia la rentabilidad, Spotify tomó decisiones que alteraron notablemente las reglas del juego para los creadores. Quizás la más controvertida: desde abril de 2024, cualquier canción que no superara las 1.000 reproducciones anuales dejaría de generar royalties.

Esta medida, según Spotify, buscaba redirigir cerca de 40 millones de dólares —anteriormente desperdigados en micropagos ineficientes— hacia artistas con mayor audiencia. “Se trata de optimizar el reparto de ingresos y evitar dispersarlos en cantidades ínfimas”, explicó un portavoz de la compañía.

Denis Ladegaillerie, CEO de Believe (empresa matriz de la distribuidora TuneCore), fue uno de los más críticos con esta decisión: “¿Qué mensaje enviamos a los nuevos artistas si no reciben ninguna compensación hasta superar un umbral de reproducciones?”, cuestionó.

Si bien la medida puede parecer razonable desde una perspectiva de eficiencia —muchos pagos eran tan pequeños que ni siquiera llegaban a procesarse por no alcanzar los mínimos bancarios—, también estaba enviando un mensaje desalentador a artistas emergentes: si no consigues cierta escala, no verás recompensa alguna.

Más aún, hubo quienes plantearon que ese iba a ser solo el primer paso. Es decir: dejar la puerta abierta a que en el futuro no fueran 1.000, sino 5.000 o 10.000 reproducciones, cercenando más artistas por el camino. Más rentabilidad a costa de menor diversidad musical.

Mientras tanto, Spotify fue adoptando otras medidas para “limpiar” su catálogo, incluyendo restricciones a los sonidos ambientales y de ruido blanco, que generaban muchas reproducciones pasivas con poca relevancia. Combatir el contenido gris o directamente fraudulento es necesario, pero estas políticas también afectaron por el camino a creadores legítimos de contenido ambiental o meditativo.

La inequidad del reparto: 10.000 millones que no llegan a todos

El modelo económico del streaming genera cifras impresionantes a nivel global, pero enormes disparidades en la distribución. Spotify anunció a principios de este año que pagó más de 10.000 millones de dólares a la industria musical durante 2024, lo que eleva su contribución total a cerca de 60.000 millones desde su fundación en 2006.

En un hilo publicado en X hace apenas unos días, Daniel Ek defendía este récord: “Spotify paga más que cualquier otro minorista de música, más que cualquier otro servicio de streaming musical. Eso es un hecho”.

Sin embargo, reconoció una verdad incómoda: “Spotify no paga directamente a artistas o compositores. Como todos los demás servicios de streaming, pagamos a los titulares de derechos, como discográficas o editores. Esos titulares son responsables de transferir los ingresos del streaming a los artistas o compositores”.

Y añadió: “Lo que sí sabemos es que Spotify paga aproximadamente dos tercios de cada dólar que generamos de la música a los titulares de derechos. Por eso, siempre es desafortunado y francamente decepcionante escuchar historias donde la mayoría de esos pagos no llegan a un artista o compositor”.

Esta distancia entre lo que Spotify paga y lo que los artistas reciben se refleja en un largo reportaje publicado por Variety, que revela una realidad compleja bajo las cifras brillantes. Según el informe ‘Loud & Clear’ de Spotify, en 2024 unos 1.500 artistas generaron más de un millón de dólares en royalties solo de Spotify. El número de creadores generando royalties en cada umbral —desde 1.000 hasta 10 millones de dólares anuales— se ha triplicado desde 2017.

Sin embargo, como señala Variety, estas cifras deben matizarse. El dinero no llega íntegro a los bolsillos de los artistas. Las discográficas y distribuidoras toman su porcentaje, los productores reciben otra parte, los managers otro tanto… “Cualquier noción de que cada uno de esos 1.500 artistas está embolsándose un millón de dólares anuales (o más) de Spotify, por no hablar de todos los servicios de streaming, es tremendamente inexacta”, advierte Variety.

Por otro lado, merece la pena comentar algo que publicó hace unos días Damon Krukowsi, antiguo miembro de Galaxie 500, una banda icónica de la esfera indie, en su Substack: desconfía de las cifras publicadas por Spotify y recuerda que no son cifras auditadas. Además, subraya que Spotify no es el retailer como el que se quiere vender para justificar su comisión, ya que su actividad es licenciar la música, no venderla. Y en ese modelo, bares, tiendas o películas son más generosos con los titulares de los derechos: no pagan un 30%, sino un 50%.

El sistema es especialmente injusto para los compositores. Según datos de MIDIA Research citados por Variety, de los aproximadamente 0,004 dólares generados por cada reproducción en Spotify, el lado de la grabación (incluyendo discográfica, distribuidor y artista) recibe el 56%; Spotify se queda con el 30%; y el lado editorial (que incluye a la editorial, la organización de derechos de ejecución y el compositor) recibe apenas el 14%.

De ese 14%, el compositor obtiene el 68%, lo que representa una fracción minúscula del total. Y considerando que la mayoría de canciones populares hoy tienen entre tres y doce compositores que se reparten ese porcentaje, “el cerebro humano ni siquiera puede comprender la cantidad infinitesimal que ganan los creadores de la mayoría de las canciones por cada reproducción”, según Variety.

Hot take.

El elefante en la habitación: los mínimos legales

Uno de los aspectos menos conocidos del modelo económico de Spotify es cómo se determinan las tarifas editoriales (lo que se paga a compositores y editores). Mientras que las tasas para grabaciones se negocian directamente entre Spotify y las discográficas, las tarifas editoriales en Estados Unidos están establecidas por el Copyright Royalty Board (CRB), mediante un proceso que la industria editorial considera obsoleto.

Aunque estas tasas han ido aumentando gradualmente —para el período 2023-2027, el CRB incrementó un 23% la tarifa pagada a compositores y editores musicales, hasta el 15,35% de los ingresos de un servicio de streaming en EE.UU.—, siguen estando muy por debajo de lo que reciben las discográficas por las grabaciones.

“Esta disparidad no fue instituida por Spotify ni por ningún servicio de streaming”, aclara Variety, aunque Spotify ha luchado activamente contra aumentos más notables. La empresa acaba de recibir duras críticas de la industria musical —e incluso una demanda— por su reciente paquete de música-audiolibros, que según estimaciones de Billboard reducirá los royalties pagados a las empresas musicales en 150 millones de dólares durante el próximo año.

Una maniobra que “pudo haber deleitado a los accionistas, pero fue una gran pérdida para los creadores de música”, según evalúa Variety.

Tecnología y algoritmos: la cara B del disco

La rentabilidad de Spotify no se explica solo por recortes o aumentos de precios. La empresa también ha logrado avances en eficiencia tecnológica, que le han permitido servir contenido a cientos de millones de usuarios con un coste de infraestructura relativamente bajo.

Su apuesta por la IA, materializada en funciones como el DJ de Spotify lanzado en 2023, busca aumentar el engagement sin incrementar proporcionalmente los costes. El DJ genera recomendaciones personalizadas y comentarios contextuales, creando una experiencia más inmersiva que retiene a los usuarios por más tiempo.

Para 2024, Spotify dijo que su sistema de recomendación basado en IA había mejorado notablemente el descubrimiento musical, con más de 3.000 millones de playlists personalizadas generadas mensualmente. Esta eficiencia algorítmica no solo mejora la experiencia del usuario, sino que optimiza la distribución del contenido y reduce los costes operativos. Win-win-win.

“Hemos invertido millones en construir algoritmos que entiendan los gustos musicales y faciliten el descubrimiento”, explicó Gustav Söderström, director de tecnología y coproductor de Spotify, en la presentación de resultados de 2024. “Esa inversión ahora da frutos en forma de mayor retención y menor coste por usuario”.

Tras años cuestionando si Spotify podría ser rentable algún día, Wall Street ha recibido el giro con entusiasmo desbordado. Las acciones se dispararon un 11% tras el anuncio en febrero y han continuado su ascenso meteórico. En estos últimos días la capitalización bursátil de Spotify ha llegado a superar los 124.000 millones de dólares, valor superior al de las grandes discográficas Universal Music Group y Warner Music Group. Juntas.

Evolucion Accion Spotify
Evolucion Accion Spotify

La narrativa ha cambiado, ha pasado de “¿podrá conseguirlo?” a “¿cuánto más puede crecer?”. Ahora Daniel Ek ha definido a 2024 como “el año de la monetización” y promete que 2025 será “el año de la ejecución acelerada”.

Ganadores y perdedores

Tras casi dos décadas, Spotify ha encontrado la fórmula de la rentabilidad. Este hito marca un punto de inflexión no solo para la empresa sueca, sino para toda la industria musical.

Los ganadores son evidentes:

  1. Accionistas que vieron dispararse el valor de la empresa.
  2. Ejecutivos cuyas decisiones finalmente dieron resultado.
  3. El ecosistema tecnológico europeo, que ahora puede presumir de un campeón global rentable.

Las grandes discográficas también han salido relativamente bien paradas, recibiendo cantidades récord cada año y manteniendo su posición dominante en el ecosistema.

Sin embargo, la historia también tiene perdedores claros:

  1. Artistas emergentes afectados por el umbral de reproducciones.
  2. Compositores que reciben fracciones minúsculas por cada reproducción.
  3. Y empleados despedidos en nombre de la eficiencia operativa.

Como sintetizó Daniel Ek: “Al final del día, los artistas están haciendo cosas increíbles y los fans alrededor del mundo están decidiendo quién tiene éxito. Estamos orgullosos de jugar un papel en eso”.

Pero la pregunta clave sigue sin responderse: ¿evolucionará ese “papel” de Spotify hacia un sistema más equitativo para todos los participantes del ecosistema musical, o la presión por mantener la rentabilidad simplemente reforzará las desigualdades existentes?

Como explica Variety, “el sistema de pago del streaming necesita una revisión urgente” ahora que ha demostrado poder generar beneficios sustanciales.

Lo cierto es que, como con tantas revoluciones tecnológicas, la transformación digital de la música ha creado un mundo donde nunca se ha consumido tanta música, nunca la industria ha estado tan cerca de recuperar su valor histórico pre-digital… y sin embargo, paradójicamente, nunca ha sido tan difícil para un artista promedio vivir exclusivamente de su música. La risa va por barrios y el negocio va por géneros. La cara agridulce de esta historia.

El tiempo dirá si el triunfo financiero de Spotify representa un punto de partida para un sistema más sostenible para todos, o simplemente la consolidación de un modelo que beneficia desproporcionadamente a unos pocos privilegiados. De momento, 1.138 millones de euros de beneficio neto demuestran que la ecuación imposible, finalmente, tenía solución.

Imagen destacada | Spotify, Xataka

En Xataka | Me paso todo el día escuchando música: así utilizo Spotify para no repetirme y descubrir nuevas canciones

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Las 34 mejores apps y webs para organizar tus vacaciones de Semana Santa

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Vamos a decirte las mejores aplicaciones para organizar tus vacaciones de Semana Santa y poder disfrutarlas al máximo. Porque ahora que se acercan unos días festivos muchos aprovecharán para viajar o para hacer cosas distintas, y muchas aplicaciones pueden ayudarte con ello.

Se trata de una treintena de apps que hemos organizado en varias secciones y en formato de lista, con una pequeña descripción para cada una. Así, podrás repasar las propuestas rápidamente y quedarte con esas que más te convenzan. También incluiremos enlaces en cada una de ellas.

Y como siempre decimos en Xataka Basics, si crees que nos hemos dejado alguna aplicación importante te invitamos a que nos dejes tus propuestas en la sección de comentarios. Así, todos los lectores podrán beneficiarse de los conocimientos de nuestra comunidad de xatakeros.

Aplicaciones para saber el tiempo

Tiempo
Tiempo

Poder saber el tiempo en Semana Santa es bueno para decidir el tipo de ropa a llevar, e incluso puede ayudar a tomar decisiones relacionadas con las actividades planificadas. Por eso, es muy recomendable echar de vez en cuando una mirada a estas apps, ya que además de ver el tiempo que hace ahora también puedes ver la previsión del que va a hacer.

  • AEMET: La aplicación oficial de la Agencia Estatal de Meteorología, donde vas a tener la información oficial y previsiones fiables. Tiene pronósticos de 7 días e información hora a hora de 8.000 municipios españoles, y cuenta también con información sobre lluvias, fenómenos atmosféricos adversos y playas. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Accuweather: Una de las apps meteorológicas más importantes que hay, tanto que muchas aplicaciones de fabricantes de móviles usan sus datos. Ofrece pronósticos de dos semanas, cantidades de lluvia e incluso un radar para saber cuándo se acercan las tormentas. Tienes su página web,y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • El Tiempo: Más allá de las oficiales o las internacionales, esta es una de las apps más fiables para saber el tiempo en España. Te va a ofrecer pronósticos detallados para las próximas 48 horas y otros generales para 14 días, y también hay información por localidades de temperatura, sensación térmica, nubes, presión atmosférica, calidad del aire o niveles de polen. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Rain Alarm: Una de esas apps mágicas que llevan más de 10 años siendo imprescindibles. No ofrece pronósticos de tiempo, sino que simplemente es un radar que te avisa cuando está a punto de llover, y en el que puedes ver la evolución de las nubes. Puedes configurar avisos para que te lleguen cuando las lluvias se acerquen a determinada distancia, y podrás ver la evolución de las nubes en el cielo para comprobar cómo se acercan o se van. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • The Weather Channel: Otra de esas apps cuyos datos utilizan muchos otros fabricantes, como Apple en su app de tiempo. Ofrece pronósticos para 15 días, temperaturas máximas y mínimas, humedad, rachas de viento, presión, condensación y todo lo que necesites. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.

Busca viajes y alojamientos

Booking
Booking

Seguimos con varias aplicaciones que te van a ayudar a encontrar y reservar vuelos y hoteles, y en algunos casos también ofrecerán alquiler de medios de transporte. Con ello, tendrás la opción de encontrar las mejores ofertas de alojamiento, e incluso si no sabes a dónde ir podrás encontrar los destinos más baratos para volar.

  • AirBnb: Pese a todas las polémicas, en AirBnb todavía puedes encontrar buenas y honestas ofertas de alquiler vacacional. Una alternativa a los hoteles clásicos que te permite delimitar dónde quieres buscar el apartamento y filtrar algunas de sus características para dar con lo que más te convenza. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Atrapalo: Uno de los portales más importantes especializados en la búsqueda de ofertas de viajes, desde aviones y trenes hasta cruceros. Además de su buscador de vuelos, trenes, hoteles, viajes o actividades, en su página principal también ofrecen ofertas especiales cada día. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Booking: Posiblemente una de las webs más importantes para buscar hoteles que hay en Internet, y donde también podrás buscar transportes. Cuenta con algunos puntos muy interesantes, como la posibilidad de hacer cancelaciones de forma gratuita en una gran parte de su catálogo de hoteles, y si reservas mucho conseguirás descuentos. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • El viajero fisgón: Un portal de ofertas turísticas con algunos packs interesantes, y un buscador de vuelos y hoteles. También tiene un blog propio, donde vas a encontrar recomendaciones con qué hacer en tu destino. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS
  • Home Exchange: Si buscas algo diferente, este portal es de intercambio de casas, tanto primeras como segundas residencias. Puede ser intercambio en el sentido de ir a casa de alguien y que ese alguien venga, o ir a cambio de puntos que obtendrás ofreciendo tu alojamiento. Una alternativa mucho más económica a los hoteles. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Kayak: Es otra de las grandes referencias mundiales a la hora de buscar vuelos y hoteles, aunque también pertenece a Booking. Tiene una gran cantidad de opciones, destacando las opciones de exploración de un mapa con los destinos más económicos para cuando estés buscando ideas. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Skyscanner: Otra de las páginas de búsqueda de vuelos más populares que hay en la red, un metabuscador de vuelos, hoteles y coches en alquiler, con filtros para especificar las características exactas que buscas para tu viaje. También puedes crear alertas para saber cuándo bajan de precio determinados vuelos. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.

Muévete en las ciudades y fuera de ellas

Tren
Tren

Vamos a decirte ahora algunas apps que te van a servir para moverte en las ciudades y encontrar cosas para hacer dentro de ellas. Así, una vez hayas llegado a tu destino tendrás las herramientas para buscar actividades y transportes públicos.

  • Bolt: Ha llegado recientemente a países como España, y por eso esta alternativa a Cabify y Uber suele tener precios más agresivos. El funcionamiento es el que conoces, decidiendo a dónde quieres ir y teniendo el precio por anticipado. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Cabify: Una de las principales alternativas al taxi en las grandes ciudades europeas. Sólo tienes que decir de dónde quieres ir y hasta dónde, y se te dirá el precio para solicitar un chófer privado para que te lleve. El precio lo sabrás antes de solicitar el viaje para que no haya sorpresas. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Citymapper: Es una aplicación absolutamente imprescindible cuando vas a moverte por alguna gran capital mundial. En su base de datos está todo el transporte público de cada ciudad, y cuando dices que quieres ir de un punto a otro, te dice todo tipo de combinaciones entre las que elegir, guiándote paso a paso en cada transbordo o tramo a pie, e incluso diciéndote en qué parte del tren o metro debes ponerte. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Civitatis: Una página para buscar, encontrar y reservar excursiones en español en todo el mundo. Sólo tienes que buscar el sitio al que quieras ir, y se te propondrán todas las actividades que tengas disponibles con la posibilidad de reservarlas. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Free Now: Antes conocida como MyTaxi, se trata de una aplicación que intenta hacer evolucionar el taxi para igualar sus servicios al de otras apps como Cabify o Uber. Su principal valor es decirte el valor aproximado del viaje, aunque este precio no es cerrado ni definitivo como suele pasar en los taxis. Tienes sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Google Maps: No podía faltar Google Maps , quete permite explorar lo que hay en los alrededores de una ciudad, revisar las valoraciones de sitios y restaurantes, y buscar cómo llegar a sitios concretos. A la hora de moverte puedes elegir también hacerlo por transporte público. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Moovit: Una aplicación que te ayuda con las rutas de transporte público en cualquier ciudad. Dices desde dónde quieres ir y hasta qué punto, y te dice líneas y horarios que puedes usar. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Ticketmaster: Si vas a viajar a un destino, es posible que quieras mirar si hay algún espectáculo allí al que puedas acudir. En ese ámbito, Ticketmaster es una de las aplicaciones de referencia a nivel nacional, aunque también ofrece entradas a nivel internacional. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • TicketSwap: Y si estás buscando planes improvisados, esta es una plataforma para comprar y vender entradas de segunda mano. Esto te permite encontrar muy buenas ofertas para eventos y conciertos que están a punto de realizarse. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Trainline: Así como tenemos buscadores de vuelos y hoteles, Trainline es un buscador de viajes en tren. En España podrás encontrar los precios de todo tipo de trenes, incluyendo alta velocidad low cost, y también en el resto de Europa. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • TripAdvisor: Simplemente, esta es una de las aplicaciones casi imprescindibles cuando viajas a un sitio que no conoces, competencia directa de lo que se ha convertido Google Maps. Podrás descubrir restaurantes, hoteles y actividades o lugares de interés estés donde estés, y leer las reseñas sobre esos sitios escritas por otros usuarios. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Uber: Aunque en España no ha tenido tanto calado como en otros países, sigue siendo una aplicación muy a tener en cuenta si viajas a países en los que Uber tiene mucha más fuerza. Una alternativa al taxi en la que vas a saber desde el principio el precio como pasa en Cabify. Tienes sus aplicaciones para Android e iOS.

Otras aplicaciones

Reserva
Reserva

Vamos ahora con otras aplicaciones variadas que pueden serte útil durante tus vacaciones de Semana Santa, para cuando estés fuera. Tienes desde apps para obtener información sobre playas hasta otras utilidades como traductores de idiomas.

  • Enchufes del mundo: Una web donde puedes ver el tipo de enchufes que hay en el país al que vayas a viajar, para así saber si necesitas un adaptador. Tienes su página web.
  • Flightradar24: Te permite ver en tiempo real dónde está cada avión que hay en el aire en todo el mundo. Te puede servir para saber cuándo llega tu avión o el de alguien a quien esperes, o solo por curiosidad para saber cuál es ese que acabas de ver en el cielo. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Flush: Sirve para decirte dónde están los baños públicos más cercanos al sitio donde te encuentres. Ya sabes, para los apretones inesperados. Tienes sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Google Traductor: Si necesitas un traductor, el de Google es posiblemente tu mejor alternativa. Va más allá del simple traductor, y tiene un modo de traducción de conversaciones, un modo de transcripción, e incluso puedes descargarte idiomas para utilizarlo sin conexión. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • iMar: Una aplicación que usa los datos de AEMET y de Puertos del Estado para consultar el estado del mar. Podrás saber el oleaje, velocidad y dirección del viento, presión atmosférica, la temperatura del agua e incluso la altura de las olas. Tienes sus aplicaciones para Android e iOS.
  • iPlaya: Otra app para quienes quieran ir a la playa, con los datos de las que tienes en la geografía española. Así, podrás informarte sobre esa a la que quieras ir. Tienes sus aplicaciones para Android e iOS.
  • PackPoint: Una app para ayudarte a hacer la maleta, pudiendo anotar lo que necesitas para luego no olvidarte de nada. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • TheFork: Antes conocido como ElTenedor, esta app te permite reservar mesa en restaurantes. Es de TripAdvisor, y cuenta con su sistema de reviews para que sepas la opinión de los clientes que ya han ido. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • TripIt: Una aplicación que te permite planificar tu viaje agregando todos los planes que quieras, desde el transporte hasta los hoteles, tours, alimentos y muchas más cosas con localizaciones en el mapa. Eso sí, para exprimirla al máximo vas a necesitar pagar su versión Pro. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.
  • Wi-Fi Finder: Te permite encontrar puntos WiFi gratuitos de la ciudad en la que estés, para así poder tener algo de conexión sin tener que gastar dinero. Eso sí, recuerda que las WiFis gratuitas son muy poco seguras, o sea que te recomiendo sólo usarlas cuando no tengas otro remedio o estés en un país en el que no tengas ninguna otra cobertura. Tienes su página web y sus aplicaciones para Android e iOS.

En Xataka Basics | Cómo organizar tus vacaciones de verano usando inteligencia artificial

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Japón lleva medio siglo cobrando un arancel 0% a los coches extranjeros. No encontrarás uno entre los 50 más vendidos

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Japón es un país fascinante, de esos que cuesta comprender desde el punto de vista de un occidental. Quizás porque nosotros mismos hemos dado la espalda a la cultura asiática durante nuestros años de enseñanza o porque, sencillamente, tienen unas particularidades históricas y culturales que se nos hace complicado asimilar.

Lo que es seguro es que los japoneses tienen muy arraigado el consumo del producto local. Hay que tener en cuenta que la sociedad japonesa es profundamente nacionalista, quizás por estar rodeada de otras países donde este sentimiento también está muy arraigado como China o las Coreas, lo que ha provocado continuas tensiones en la zona.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos financió la recuperación de Japón, con el claro objetivo de poner un tapón geopolítico al comunismo que amenazaba desde China y desde Corea. Un movimiento que podía haber diluido este sentimiento nacionalista.

Poco a poco, el país fue creciendo y en los años 70 consiguió diversificar su industria y, al mismo tiempo, aplicar novedades técnicas que lo situaron a la vanguardia mundial en muchos sectores. Aprovechando la debilidad del yen frente al dólar, decidieron poner todo su empeño en exportar la mayor cantidad posible de sus productos.

Esas exportaciones inundaron la economía mundial de productos. Uno de los más significativos fueron los coches. En sus innovaciones técnicas, el país priorizó la eficiencia de sus motores, clave para inundar el mercado cuando llegó la crisis del petróleo. Frente a los coches americanos y europeos, los japoneses eran más baratos y eficientes.

Fue en ese momento cuando la industria se disparó por completo y Japón decidió tomar una decisión: levantó los aranceles a los coches extranjeros.

Pasen y vean

Algo así debieron pensar los políticos japoneses en 1978. Con el objetivo de ser más competitivos de cara a los mercados exteriores, el país levantó todos los aranceles para quienes querían importar un coche a su país. Es decir, cualquier marca extranjera podría vender sus coches en Japón sin pagar un solo euro extra.

En Japón no debían tener ningún miedo a lo que iba a suceder. Su industria era tan potente y los factores culturales tan determinantes que los vehículos extranjeros no han terminado de calar en el mercado.

Para prueba, en 2016 la Unión Europea levantó el arancel del 10% con el que gravaba a los coches japoneses. También se levantaba el 3% que pagaban los fabricantes nipones por producir en Europa pero utilizar piezas japonesas. A cambio, la Unión Europea encontraba la puerta abierta para vender otros productos, como queso o vino.

Entonces, la Unión Europea venía de comprarle a Japón 575.000 automóviles por valor de 9.000 millones de euros mientras que apenas les vendimos 279.000 vehículos por un valor de 7.300 millones de euros, recogían en El Mundo. De auqí podemos sacar dos lecturas.

La Unión Europea, especialista en la exportación de coches, apenas había colocado en el país nipón 279.000 coches en un mercado en el que casi se vendieron cinco millones de coches ese 2016. De las 12 marcas más vendidas aquel año en el país, sólo una (Mercedes en décima posición) era extranjera. Y ninguno de los 30 coches más vendidos en el país era extranjero.

Los coches que la Unión Europea conseguía colocar en Japón eran vehículos de precio alto. La unidad media le costaba a Japón más de 26.000 euros mientras que las compradas por la Unión Europea costaban menos de 16.000 euros. Es decir, a Europa le costaba (y mucho) competir por volumen.

Cuando Japón abrió sus puertas al mundo, debía ser conscientes de la particularidades del país. Las duras normas de emisiones y espacio han hecho desaparecer los coches de centro de las grandes ciudades. Desde los años 60 se aplica en el país el Shako Shomeisho, la obligación de contar con un espacio donde aparcar el coche para tener derecho a comprar un coche. En un país que se concentra en las ciudades, la limitación es decisiva.

Además, el cliente japonés confía plenamente en sus compañías y le cuesta abrirse a nuevas tecnologías. La acogida del coche híbrido frente a cualquier otra tecnología (y la resistencia de las propias firmas niponas al coche eléctrico así lo atestigua) es buen ejemplo de ello.

A esto hay que sumar que, por precio, los grandes generalistas no pueden competir ya que los vehículos locales se venden mucho más barato aprovechando una fabricación dentro del país que es más competitiva que más allá de sus fronteras. El valor del yen, más bajo que el dólar, el euro o la libra, les permite obtener grandes cantidades de dinero para el desarrollo y la fabricación de un producto que les permite bajar los precios en su mercado local.

Por el contrario, las compañías extranjeras que tienen que vender allí se enfrentan a un mercado recortado por las normativas de emisiones, la barrera de las regulaciones del espacio y que tienen la obligación de cambiar la producción del coche ya que al conducir por la izquierda necesitan posicionar los mandos en el lado opuesto. Un coste añadido que pone otra traba más.

El resultado es que los europeos y los americanos acabamos por ofrecer a Japón coches que no interesan. Además, en Japón son religión los monovolúmenes, contenidos por fuera y de amplísimo espacio interior. Un tipo de coche que ha desaparecido en Europa mientras que en Japón el Toyota Sienta, el Nissan Note y el Honda Freed ocuparon las plazas de tercer, cuarto y quinto coche más vendido en el país.

Y puedes seguir bajando en el listado de los 50 coches más vendidos en Japón en 2024. No encontrarás uno solo que sea extranjero.

Foto | Toyota

En Xataka | El problema de los coches estadounidenses en Europa no son los aranceles: es que no nos interesan lo más mínimo

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Poner paneles solares en el espacio nunca ha sido rentable, pero hay algo que motiva el interés actual: su uso militar

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La vieja idea de recolectar energía del Sol desde el espacio para transmitirla de manera ininterrumpida a la Tierra ha chocado siempre con los enormes costes y barreras tecnológicas que han impedido su despliegue. Hasta ahora.

Un interés global. Gobiernos y empresas de todo el mundo parecen tener un interés renovado por la energía solar espacial. La drástica caída de los costes de lanzamiento, gracias a la irrupción de cohetes reutilizables como los de SpaceX, podría haber despejado de la ecuación el principal obstáculo económico.

La tecnología necesaria también ha madurado en paralelo: los paneles solares son más ligeros y eficientes, y la transmisión inalámbrica de energía (microondas o láser) está más avanzada. Lo mismo con la robótica, que será necesaria para ensamblar las estaciones en órbita.

El factor militar. Como ocurre con cualquier proyecto renovable, la transición energética y los compromisos de emisiones son el motor de este nuevo esfuerzo. Pero detrás de los intereses recientes del gobierno chino o el Pentágono hay algo más: el potencial militar de la energía solar espacial.

“La utilidad militar de transmitir energía a unidades terrestres, aéreas o marítimas es obvia”, dijo a Spacenews el gestor de proyectos de tecnología táctica de DARPA, Paul Jaffe. Transportar combustible a lugares remotos con aviones cisterna puede ser una práctica habitual, pero “no es una forma práctica de llevar energía donde la necesitemos para fines de defensa”.

Además de DARPA, que mantiene conversaciones con startups de energía solar espacial e invierte en el desarrollo de transmisión de energía inalámbrica a larga distancia, la Fuerza Aérea y la Marina de Estados Unidos están también en el ajo.

Los proyectos del Pentágono.  El Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea (AFRL) desarolla activamente tecnología solar espacial a través de su programa “Space Solar Power Incremental Demonstrations and Research”.

Su misión insignia “Arachne” probará en órbita un panel sándwich que convierte la luz solar en energía de radiofrecuencia para transmitirla a un receptor terrestre. Liderada por Northrop Grumman, está prevista para este mismo año con el objetivo explícito de proporcionar energía a las fuerzas desplegadas y reducir la dependencia de convoyes de combustible, que son más vulnerables.

Por su parte, el Laboratorio de Investigación Naval (NRL) integró un módulo llamado PRAM en el avión espacial secreto X-37B para probar la conversión de energía solar a microondas. Ahora el proyecto forma parte de la Fuerza Espacial.

Qué podemos esperar. El interés militar es un catalizador importante, y posiblemente sea una de las motivaciones detrás del gigantesco proyecto de la Academia China de Tecnología Espacial (CAST), que desplegará sus primeros satélites en órbita baja para 2028 y en órbita geoestacionaria para 2030.

Pero en los próximos años también veremos todo tipo de despliegues comerciales y de agencias espaciales, incluida la Agencia Espacial Europea con su iniciativa SOLARIS, que se centra en estudios de viabilidad. A pesar de estos progresos, los desafíos siguen siendo considerables.

Las dos grandes dudas son la rentabilidad, en el caso de los esfuerzos comerciales, que competirán con las energías renovables desplegadas en tierra, cada vez más rentables a pesar de su intermitencia. Y la seguridad, que depende de que los haces emitidos a distancias de cientos o decenas de miles de kilómetros sean muy precisos. Tal vez veamos algunos pájaros “fritos” por el camino.

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