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Los JJOO de México 68 marcaron un antes y un después en el país. Y existe la creencia de que los ciudadanos los siguen pagando
Los Juegos Olímpicos son más que una competición entre atletas de todos los rincones del mundo. Sí, claro, eso es vital, pero al final se trata de un evento global en el que las ciudades participantes aprovechan para remodelar su infraestructura. Y también es una cita muy ligada a la historia tecnológica. En 1968 se celebraron los Juegos Olímpicos de México con momentos icónicos como el saludo del Poder Negro por parte de John Carlos y Tommie Smith o la manifestación en la plaza de las Tres Culturas que acabó con decenas de muertos.
Son momentos que no se han ido de la memoria colectiva en el país, como tampoco la famosa “tenencia”, el impuesto sobre la tenencia o uso de vehículos. ¿El motivo? 50 años después, se sigue asociando este impuesto a la celebración de los Juegos Olímpicos. Aunque hay letra pequeña en todo el asunto.
La “tenencia”. Como en muchos otros países, en México existe un impuesto sobre tenencia o uso de vehículos. Básicamente, si se tiene un coche, se debe pagar este impuesto que sirve para apoyar la infraestructura, el transporte público o impulsar medidas contra la contaminación. El pago varía dependiendo de la cilindrada del vehículo, el año del modelo y parámetros como la marca y si el modelo es tope de línea o no. Cuanto más lujoso, más se paga.
Hay estados en los que esta tenencia se derogó hace años, pero en los que sigue vigente hay que pagar sí o sí. De lo contrario, no se puede cambiar la matrícula en caso de compra-venta, si te pillan es probable que haya un recargo adicional por el retraso y si el vehículo se retiene debido a una infracción, también tocará pagar.
Los Juegos Olímpicos. Vale, sí, un impuesto de circulación en toda regla. Pero el motivo por el que es polémico no es (sólo) porque en unos estados siga vigente, mientras en otros no, sino porque se sigue asociando la creación de la “tenencia” a la celebración de los mencionados Juegos Olímpicos.
Como suele suceder, el país tuvo que afrontar un pago enorme para preparar sus sedes de cara a la llegada de los deportistas internacionales y las miradas de todo el planeta. Concretamente, unos 175 millones de dólares de la época. Muchísimo dinero, y se asocia la “tenencia” (lo ponemos entre comillas al ser el nombre popular del gravamen) con la competición. Básicamente, lo que se dice es que los propietarios de coches fueron los que ayudaron a pagar los JJOO.
¿Mito o realidad? La relación entre la financiación de los Juegos Olímpicos del 68 y la “tenencia” viene de largo, pero lo que no cambia es que los conductores mexicanos tienen claras dos cosas: que iba a ser una medida temporal y que ellos siguen pagando unos Juegos que se celebraron hace 46 años. Y no todos, ya que, como decimos, en algunos como Sonora, Sinaloa o Jalisco, el impuesto se eliminó con los años.
Esa opinión empapa tanto a parte de la ciudadanía como a medios, pero… ¿es correcta? Es complicado ponerse en la mente de quien ideó el impuesto, pero como comentan medios como Vanguardia o Animal Político, las fechas no cuadran. La primera vez que apareció el impuesto fue en la Ley de Ingresos de la Federación de 1962, publicada en diciembre de 1961. Después, en el Diario Oficial de 1962, se detalla el impuesto y no se alude a un carácter temporal. De hecho, se afirma en el Artículo 10 del Capítulo II que “el impuesto se causará anualmente y deberá quedar cubierto dentro de los dos primeros meses de cada año”.
Lo más relevante es que México fue seleccionado como sede de los JJOO en 1963, por lo que o el gobierno de Adolfo López Mateos se anticipó muchísimo a esa elección que no era segura (peleaba contra otras importantes ciudades) o, simplemente, fue una coincidencia y esa relación entre la “tenencia” y los Juegos del 68 forma parte del mito.
Arma arrojadiza. De la manera que sea, hay algo que está claro: desde entonces ha mutado y se ha convertido en arma electoral. En los años 80, la “tenencia” se modificó para que vehículos como aviones, yates, motocicletas, helicópteros y hasta los esquíes acuáticos entraran en el impuesto, pero con el paso de ley federal a local en 2012, diferentes candidatos han jugado con ella, prometiendo que la eliminarían si eran elegidos.
Y hay casos curiosos. Enrique Peña Nieto, exgobernador del Estado de México, se negó a eliminarla, pero prometí que la cancelaría… cuando terminara su gobierno. Esto obligó al nuevo gobernador a cumplir con el compromiso de su antecesor, del mismo partido. Otro ejemplo es el de Jaime Rodríguez, quien prometió eliminar la “tenencia” si ganaba en Nuevo León y, tras la victoria, confesó que no podían hacerlo. “Si no, no podremos tener más policías. Necesitamos 600 millones de pesos para contratar mil policías por año”, comentó.
Lógico. De la manera que sea, el impuesto llegó en un momento de proliferación de los vehículos por las calles del país, lo que obligaba a invertir más recursos para poder ampliar y mejorar las infraestructuras. En el mismo 63, Volkswagen llegó a Puebla y el “vochito” se consolidó como un coche popular, haciendo necesaria esa inversión en mejora de los caminos y carreteras.
Aunque, claro, como ocurre en estos casos, la leyenda popular seguirá protagonizando fuertes debates. Es complicado pensar que los gobernantes se adelantaran tantísimo a la celebración de unos Juegos Olímpicos que no tenían asegurados, pero si fue así… fue un movimiento galáctico por parte de López Mateos.
Porque, claro, declaraciones como la de Jaime Rodríguez, uniendo el impuesto de circulación con la contratación de policías, dejan botando la duda sobre para qué se utiliza ese dinero que debería ir a infraestructuras.
Imágenes | FORTEPAN / Romák Éva
En Xataka | En los Juegos Olímpicos de 1900 ya había competiciones de tiro. De tiro con cañón, en concreto
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“¡Saquen sus trajes!”: el código de vestimenta para el Met Gala será “Hecho a tu medida”
“Invitados a la Met Gala, ¡saquen sus trajes!”
Esa fue la orden desde lo alto cuando el Museo Metropolitano de Arte reveló el código de vestimenta para su celebración anual de la moda en mayo: “Hecho a tu medida”, un guiño al enfoque de la exposición de trajes y moda masculina que inaugurará la gala.
Es un concepto adecuado —destinado a ser interpretado de manera liberal, por supuesto— para la primera exposición de la Met Gala en más de 20 años que se centra exclusivamente en la moda masculina, específicamente en el estilo negro a lo largo de los siglos.
El Instituto del Vestido del Met también anunció el martes que revivirá lo que llamó una tradición de larga data de un “comité anfitrión”, básicamente una nueva lista de celebridades de alto perfil además de los anfitriones de la gala previamente anunciados: Pharrell Williams, Lewis Hamilton, Colman Domingo, A$AP Rocky y LeBron James.
La editora de Vogue, Anna Wintour, quien supervisa la gala cada año, completa la lista.
El nuevo comité incluye a una serie de luminarias de varios campos: los deportistas Simone Biles y su esposo Jonathan Owens, Angel Reese y Sha’Carri Richardson; los cineastas Spike Lee, Tonya Lewis Lee y Regina King; los actores Ayo Edebiri, Audra McDonald y Jeremy Pope; los músicos Doechii, Usher, Tyla, Janelle Monáe y André 3000; la autora Chimamanda Ngozi Adichie; los artistas Jordan Casteel, Rashid Johnson y Kara Walker; los dramaturgos Jeremy O. Harris y Branden Jacobs-Jenkins; y figuras de la moda como Grace Wales Bonner, Edward Enninful, Dapper Dan y Olivier Rousteing.
El chef celebridad Kwame Onwuachi creará el menú para la gala. Un enorme evento de recaudación de fondos para el Instituto del Vestido, el evento anual —que el año pasado recaudó una suma récord de más de 26 millones de dólares— inaugura la exposición de primavera: “Superfine: Tailoring Black Style” (Superfino: Confeccionando el estilo negro), que durará más que las muestras anteriores con seis meses, y está inspirada en el libro de Monica L. Miller, “Slaves to Fashion: Black Dandyism and the Styling of Black Diasporic Identity” (“Esclavos de la moda: el dandismo negro y el estilo de la identidad diaspórica negra”).
“El tema de este año no sólo es oportuno”, dijo Usher, “sino que también habla de nuestra rica cultura que siempre debería ser ampliamente celebrada”.
Agregó Richardson: “Nuestro estilo no es sólo lo que vestimos, es cómo nos movemos, cómo ocupamos nuestro espacio, cómo contamos nuestra historia sin decir una palabra”. Ambos miembros del comité anfitrión hablaron en un comunicado proporcionado por el Met.
El Met dice que la muestra “presenta un examen cultural e histórico del estilo negro desde el siglo XVIII hasta hoy a través del prisma del dandismo”.
Miller, profesora de Barnard y curadora invitada de la muestra, junto con el curador estrella del Met, Andrew Bolton, señalaron en un evento del museo el año pasado que ya en la década de 1780, los “dandis” a menudo se definían como “hombres que prestaban una atención distinta y a veces excesiva al vestir”.
“Las definiciones históricas de dandismo van desde la precisión absoluta en el vestir y la sastrería hasta la extravagancia y la fabulosidad”, dijo Miller. La muestra se centrará específicamente en el dandismo negro; más ampliamente, cronometrará las formas en que las personas afroamericanas han utilizado el vestir y la moda a lo largo de los siglos para transformar sus identidades, dijo el museo.
La muestra se dividirá en 12 secciones, cada una representará una característica que define el estilo “dandi”: propiedad, presencia, distinción, disfraz, libertad, campeón, distinción, jook (casa de placer para negros), herencia, belleza, frescura y cosmopolitismo.
La Met Gala tendrá lugar el 5 de mayo. “Superfine: Tailoring Black Style” estará abierta al público del 10 de mayo al 26 de octubre.
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Meta se acerca a los 100.000 millones invertidos en el metaverso, y no tiene intención de levantar el pie del acelerador
Más de diez años han pasado desde que Mark Zuckerberg anunció la compra de Oculus y empezó a perfilar su idea del ‘metaverso’, aunque el concepto no ganó protagonismo hasta 2021, cuando Facebook, Inc. pasó a llamarse Meta Platforms, Inc. Reality Labs, la división que impulsa esta iniciativa, está en camino de quemar 100.000 millones de dólares, y todo apunta a que aún queda un largo camino antes de que aquellas promesas de mundos virtuales increíbles, donde trabajar, jugar y socializar, se hagan realidad.
Las gafas de realidad virtual y mixta, como las Meta Quest Pro, Meta Quest 3 o Apple Vision Pro, son la puerta de entrada a este tipo de experiencias. Sin embargo, estos dispositivos todavía no son lo suficientemente potentes, livianos y asequibles para ganar terreno en el público general. Un reflejo de esta realidad son las declaraciones de Tim Cook el año pasado, cuando el CEO de Apple reconoció que sus gafas son “un producto de adopción temprana” destinado a “las personas que quieren tener la tecnología del mañana hoy”.
Meta sigue quemando dinero en el Metaverso
Entre 2014 y 2024, Meta ha invertido más de 80.000 millones de dólares en sus ambiciones de realidad virtual y aumentada. Los datos proceden de sus financieros que reflejan un gasto de 19.875 millones de dólares y un beneficio de 2.146 millones de dólares a lo largo del año pasado. En otras palabras, la división Reality Labs cerró 2024 con unas pérdidas de 17.729 millones de dólares.
Lejos de levantar el pie del acelerador, el gigante de las redes sociales sigue convencido de que este es el camino, por lo que anticipa un 2025 con más inversión y más pérdidas en Reality Labs. Pocas compañías en el mundo pueden permitirse apuestas a tan largo plazo. Meta, desde luego, es una de ellas: en 2024 registró ganancias netas de 87.109 millones de dólares en Family of Apps (FoA), el segmento que engloba productos y servicios como Facebook, Instagram, Messenger y WhatsApp.
Aunque Reality Labs está estrechamente vinculada al metaverso, su alcance va mucho más allá. En lo inmediato, esta división es el epicentro de productos comerciales con relativo éxito, como la familia de gafas Meta Quest y las Ray-Ban Meta, desarrolladas en colaboración con EssilorLuxottica. Pero también es el laboratorio donde se está construyendo, literalmente, el futuro de la compañía.
El año pasado vimos por primera vez a Orion, un prototipo de gafas de realidad aumentada que, según el propio Zuckerberg, podría algún día sustituir al smartphone tal y como lo conocemos. A simple vista, las gafas Orion son más voluminosas y robustas que las Ray-Ban Meta, probablemente debido a los componentes internos necesarios para proyectar imágenes. Y es que integran proyectores Micro LED, capaces de superponer información en el mundo real. La idea es utilizar el entorno físico como un lienzo para apps en 2D y 3D.
Pero hay más. Reality Labs está trabajando en las gafas potentes, livianas y asequibles que mencionábamos al principio. Y eso, desde luego, requiere mucho trabajo. A nivel de visualización, el objetivo es alcanzar una experiencia prácticamente indistinguible de la realidad. Pero no basta con pantallas de alta resolución en gafas de próxima generación, sino que es necesario desarrollar tecnologías que aún no existen para adaptarse al complejo sistema visual humano.
Además, los proyectos incluyen la exploración de nuevas interfaces, como las basadas en electromiografía, que permiten controlar dispositivos a través de señales neuromusculares. Como reconoce la propia compañía, su apuesta pasa por desarrollar productos que no veremos pronto, sino que alcanzarán su máximo esplendor “en la próxima década”. Habrá que ver si esta meta sigue en pie con el avance de la inteligencia artificial (IA), un campo en el que Meta está invirtiendo miles de millones y que, en algún punto, converge con su visión del metaverso.
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“Soy víctima de la cultura de la cancelación”: Karla Sofía Gascón, nominada al Óscar
EFE.- La actriz española Karla Sofía Gascón, nominada al Óscar de mejor intérprete femenina y objeto de una intensa polémica por una serie de mensajes xenófobos que publicó hace años en redes sociales, asegura que no tiene “nada que esconder” y que es víctima de la llamada “cultura de la cancelación”.
Lo dice en un mensaje en Instagram poco después de conocerse que estará ausente de los eventos que se celebran estos días en Los Ángeles (Estados Unidos.), en una semana clave para la decisión de los académicos cinematográficos de Hollywood, que tienen hasta el 18 de febrero para votar los premios Óscar de este año.
Según informa el medio especializado The Hollywood Reporter, a la actriz “la están sacando de la campaña de los Óscar de ‘Emilia Pérez’“, la película por la que está nominada, tras la polémica por sus publicaciones en redes.
En el mensaje de Instagram, la actriz, primera transexual que opta a ese galardón, afirma que en los últimos días “ha pasado por una montaña rusa de emociones”.
“He sido transparente porque no tengo nada que esconder. Durante un tiempo, me sentí perdida en mi transición, buscando aprobación en los ojos de los demás. Pero hoy, por fin sé quién soy. Solamente busco la libertad de existir sin miedo, de crear arte sin barreras y de seguir adelante con mi nueva vida”, escribió.
Frente a eso, dice, le quieren “aplicar el ‘cancel culture'” (la cultura de la cancelación).
El mensaje, que dirige a numerosos medios internacionales, concluye: “Les pregunto a los expertos de Hollywood, a los periodistas que me conocen y que han seguido mi trayectoria,¿cómo avanzar?”.
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