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6 icónicos directores que nunca ganaron el premio Oscar como Mejor Director


Teníamos la idea de que la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas siempre tenía la razón. Cuando ellos decían que una película era la ganadora, automáticamente esa cinta se convertía en la favorita del mundo entero. Pero con todo y eso hay algunos directores que nunca ganaron el premio Oscar.
Por acá te dejamos a esos directores, cuyos nombres ya pasaron a la historia, que más de una vez se fueron con las manos vacías y uno que otro premio de ‘consolación’. Son rifados, pero la Academia de plano les ha hecho el feo.

6 directores geniales que no han ganado el premio Oscar a Mejor Director
Ingmar Bergman está entre los directores que no han ganado el premio Oscar a Mejor Director
Abrimos la lista de directores que no ganaron el premio Oscar con el sueco Bergman, quien sin lugar a duda es uno de los cineastas más influyentes de todos los tiempos, y no sólo dentro del mundo del cine, sino también en el teatro como director de varias obras que incluyeron varios clásicos.
La mayor parte de sus películas lo respaldan como un verdadero artista dentro de las artes cinematográficas; sin embargo, nada de lo que hizo durante más de 40 años, le valió un Oscar como Mejor Director a pesar haber estado nominado para esta categoría en tres ocasiones.

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Tres cintas suyas le dieron un Oscar como Mejor Película Extranjera y unas cuantas categorías más: The Virgin Spring, Through a Glass Darkly y Fanny och Alexander, pero ninguna para su trabajo en específico. En 1974 Cries and Whispers le dio su primera nominación en la máxima categoría. En 1977 fue nominado por su trabajo en Face to Face y se fue con las manos vacías.
Finalmente, en 1984 Fanny och Alexander tuvo seis nominaciones de las cuales se llevó cuatro incluido Mejor Película Extranjera, pero nada para Bergman como director. Increíble que esté entre los directores que no han ganado un premio Oscar a Mejor Director.
David Lynch también se une al listado
Podemos pensar que Lynch todavía tiene la oportunidad de llevarse algo a casa a diferencia de Bergman, quien murió sin llevarse el “premio más importante de la industria”. Pero también el buen David aparece en la lista –infame si ustedes quieren– de icónicos directores que no han ganado el premio Oscar a Mejor Director.
Al paso que va, no podemos esperar que la Academia, por fin, lo reconozca como se debe. Su último filme fue hace 12 años con Inland Empire. Ahora bien. Tres de sus películas lo llevaron a los Oscar como nominado a Mejor Director, pero lo dejaron sentado con las manos vacías.

En 1981, The Elephant Man junto a John Hurt le dio su primera nominación, pero perdió como Mejor Película y Director frente a Robert Redford por Ordinary People. Unos seis años después llegó con la película que lo convirtió en uno de los directores más simbólicos y extraños del cine, Blue Velvet. Esta cinta le valió su segunda mención y fracaso frente a Oliver Stone.
Para terminar, muchos años después, llegó a nosotros la hipnotizante Mulholland Drive de 2001 que lo llevó por última vez como nominado. Esa ocasión, Ron Howard se llevó el premio por A Beautiful Mind. Pero no importa.
Frente a la indiferencia de la Academia siempre estará Cannes, quien sí lo reconoció por dos de sus películas con la Palma de Oro para Wild at Heart y el premio para director por Mulholland Drive. ¿Ustedes también creen que es injusto que Lynch esté entre los directores que nunca han ganado el premio Oscar a Mejor Director?
Ridley Scott también está entre los directores que nunca han ganado un premio Oscar a Mejor Director
Sir Ridley Scott es el ejemplo perfecto de crecimiento y constancia. Ha tenido una de las carreras más prolíficas de la industria, dinero que ha utilizado para mejorar las técnicas de sus películas que en algunos casos él mismo ha financiado. Pero eso no ha sido suficiente para evitar que forme parte de los directores que nunca han ganado el premio Oscar a Mejor Director.
Si no nos creen, basta con pensar en All the Money in the World, la cual se vio manchada por las acusaciones de acoso sexual en contra de Kevin Spacey. El director, sin problema, agarró sus cámaras, sus actores y a Christopher Plummer, y grabó todas las escenas en la que salía Spacey en tan sólo ¡10 días! ¿Algo más?

Sí, nunca ha sido galardonado con un Oscar como Director a pesar de ser el responsable de varios clásicos tanto de la ciencia ficción, el drama histórico y la acción. Thelma and Louise de 1991 lo llevó por primera vez, pero perdió en el 92 contra Jonathan Demme por El silencio de los inocentes.
Su segunda nominación fue en 2001 por el enorme “My name is Maximus Decimus Meridius, Commander of the Armies of the North, General of the Felix Legions, loyal servant to the true emperor, Marcus Aurelius. Father to a murdered son, husband to a murdered wife. And I will have my vengeance, in this life or the next” de Gladiador... y nada.
Se fue con las manos vacías porque Steven Soderbergh se llevó el premio por Traffic. Ese mismo año estrenó Black Hawk Down para que en 2002 no le dieran, nuevamente, el Oscar por su trabajo. Aquí compitió contra el mismo Lynch por su Mulholland Drive… y ya sabemos cómo termina. Otro genio a la lista de directores que nunca han ganado un premio Oscar a Mejor Director.
Stanley Kubrick estuvo cerca, pero no lo logró
Sí, Stanley Kubrick estuvo nominado cuatro veces en la categoría, pero es parte de los directores que nunca ha ganado el premio Oscar a Mejor Director. ¿Lo peor? Sólo una de sus películas se llevó un Oscar, y esa fue 2001: A Space Odyssey por Mejores Efectos Especiales.
Sólo tres de sus cintas fueron nominadas a Mejor Película: Dr. Strangelove, A ClockWork Orange y Barry Lyndon con una de las mejores fotografías en la historia. ¿Qué hay de la categoría de Director? Lo mismo.

La tragedia empezó en 1964 cuando Dr. Strangelove llegó a los premios Oscar en las máximas categorías para perder en ambas. Una segunda ‘oportunidad’ se le dio cuatro años después por la que es considerada la mejor película de ciencia ficción, 2001: A Space Odyssey, la cual ni siquiera estuvo nominada por Mejor Película.
Se fue con las manos vacías para Diseño de Producción, Mejor Guión Original y Director. ¿La tercera es la vencida? No. En 1972 lo nominaron por su trabajo en A Clockwork Orange, pero se lo llevó a casa William Friedkin por The French Connection. ¿De verdad? Incluso perdió contra esta como Mejor Película.
Y porque parece una costumbre, en 1975 fue para ver si los votantes decidían que Barry Lyndon era suficiente, pero no. Perdió contra el checo Miloš Forman por One Flew Over the Cuckoo’s Nest. Para rematar, su última película Eyes Wide Shut del 99 no fue valorada como debía. Conclusión: Kubrick es parte de la lista de directores que nunca han ganado el premio Oscar a Mejor Director.
Federico Fellini es otro de los directores que nunca ganó el premio Oscar a Mejor Director
Quizá Fellini esté demasiado lejano, pero precisamente eso lo hace tan importante en esta lista de geniales directores que nunca ganaron el premio Oscar a Mejor Director… Eso sí, recibió un premio de consolación –que le dicen honorario– en 1993 a pesar de sus cuatro nominaciones como Director y sus tantas otras como guionista.
En 1961, Fellini fue nominado por La dolce vita, una de las películas italianas más importantes; sin embargo, no se lo llevó. Los ganadores fueron los directores de West Side Story… Tres años después, en el 64, se quedó en las mismas con 8 ½. Aquí sí se lo llevó por Película Extranjera porque, de acuerdo con otros expertos, es una de las mejores películas que se han hecho en la historia.
Satyricon lo llevó en 1971 a los Oscar para quedarse sentado durante la ceremonia en el momento de anunciar al Mejor Director. Por último, en 1975 con Amarcord, se enfrentó contra otro grande que apareció en esta lista: Stanley Kubrick con Barry Lyndon. ¿Uno de los años más injustos de los premios de la Academia? Definitivamente.

Increíblemente, Alfred Hitchcock tampoco lo ganó
No se puede terminar de la peor manera. Hitchcock representa el arte de la manipulación visual en el cine y el suspenso en las historias. ¿Qué necesitaba la Academia para darle un Oscar después de cinco nominaciones como Mejor Director?
Al parecer, nada. En 1968 recibió un Oscar Honorífico por su gran trabajo… “Muchas gracias”, fue lo único que pudo decir. No había otras palabras después de Notorious, Vertigo, Strangers on a Train, The Birds… Con eso en mente, uno no se puede imaginar que esté entre los directores que nunca ganaron el premio Oscar a Mejor Director.
Lo terrible comienza en 1941 con Rebecca, cinta que también estuvo nominada a Mejor Película, Director, Actriz, Actor, Actriz de Reparto, Mejor Guión Adaptado, Música Original, Fotografía, Dirección Artística, Montaje, Efectos Visuales… para llevarse sólo el Oscar por Fotografía. Nada más.

Este fue el primero de otras cuatro “groserías” en contra de su trabajo y el cine. En 1945 Hitchcock apareció con Lifeboat donde tampoco se llevó nada a pesar de sus diversas nominaciones. En la edición número 18 de los premios, llegó con su tercera cinta reconocida, Spellbound, que ganó Mejor Música.
La cuarta fue en 1955 con Rear Window, película que ni siquiera estuvo nominada a Mejor Película y no se llevó junto con Hitchcock el Mejor Guión ni Sonido. Manos vacías.
Por último, en 1961 lo nominaron por Psycho, quizá su película más famosa que a la fecha sigue causando impacto y mucha admiración. Lo nominaron para dejarlo con las manos vacías. Ni siquiera estuvo nominada como Mejor Película… Vaya manera de rematar nuestra lista de directores que nunca ganaron el premio Oscar a Mejor Director.
Ahora, cuéntenos ustedes quién de estos directores creen que merecía la estatuilla. ¿O falta alguno más para agregar a la infame lista de geniales directores que nunca ganaron el premio Oscar a Mejor Director?
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Hombres G declaran su amor a México en su concierto en Guadalajara

Bastó solo un acorde de apertura, estridente, para que la noche se llenara de vida. Los Hombres G necesitaron de muy poco para conquistar el domingo de Guadalajara, y aunque el día se había enrarecido con unas inesperadas nubes de lluvia -y pese a que los españoles aparecieron con media hora de retraso-, la agrupación inundó de calor el recinto del Estadio 3 de Marzo frente a cientos de fanáticos.
“Estamos muy contentos de compartir esta noche con vosotros. Hemos dado tres conciertos en este maravilloso país. Ya cerramos aquí, en esta hermosa ciudad, Guadalajara, vamos a cantar un montón de canciones y las van a cantar con nosotros. En definitiva la vamos a pasar de pu… madre”, gritó con visible entusiasmo David Summers, el vocalista de la banda, acompañado de los aplausos de los tapatíos.
LEE: Paradise Lost envuelve a Guadalajara en una noche de oscuridad y melancolía
La agrupación española dio inicio al concierto entonando un breve cover de “Me he de comer esa tuna”, de Jorge Negrete en versión acústica: “Guadalajara en un llano, México en una laguna…”. Le siguió inmediatamente “México”, con la cual dejaron en claro su agradecimiento a nuestro país.
“El ataque de las chicas cocodrilo”, “Tengo una chica” y “Mujer de bandera” siguieron sin descanso alguno; “Solo otra vez”, “Chico tienes que cuidarte” y “Si no te tengo a ti” conformaron la primera parte del concierto al que acudieron cerca de 17 mil personas, según datos de OCESA.
Hombres G regresó a nuestra ciudad en medio de su gira “Gracias, México”, y si bien, no es la primera ocasión que traen sus clásicos a Guadalajara, pero sí es la primera vez que dan un espectáculo en el 3 de Marzo. David Summers no dejó de interactuar con el público y de agradecer a nuestra ciudad en cada momento; Hombres G estaban contentos de estar de regreso. “Nos sentimos mexicanos cada que estamos aquí, los queremos como a nadie en el mundo”, aseguró.
Rafa Gutierrez, el guitarrista, no falló en ninguno de sus solos, tocando de la misma manera en la que lo hacía a sus 20 años. Gritos euforicos saturaron la noche con “Te quiero”, “Visite nuestro bar” y “Marta tiene un marcapasos”, tres grandes éxitos que fueron de las canciones más coreadas del concierto.
Fanáticos de todas las edades asistieron al 3 de Marzo. Familias enteras, esposos con expectativa en las miradas, jóvenes tomados de las manos y solitarios entusiasmados. Todo el mundo estaba cantando. “Siempre es un gusto verlos”, comparte David Maldonado, de 53 años, y que no es la primera vez que asiste a un concierto de la agrupación. “Es la música que escuchaba cuando estaba chavo y andaba noviando y toda la cosa, la verdad es que me traen muy buenos recuerdos. Son las canciones de mi juventud”.
Aída Velarde, de 49 años, también compartió su entusiasmo, es la primera vez que estuvo en un concierto de Hombres G, los cuales le robaron el corazón en la adolescencia. “Se me hacían guapísimos cuando estaba en la prepa, siempre ponía sus casettes cuando me estaba arreglando. Ahorita ellos y yo ya estamos grandes pero pues es bonito recordar”.
La velada, como era de esperar, finalizó con tres grandes clásicos de la agrupación: “Venezia”, “Voy a pasármelo bien” y “Devuélveme a mi chica”, que fue un éxito rotundo. Pareció que Guadalajara entera cantó la línea legendaria: “sufre, mam…” Después de casi 30 canciones, la música y las voces siguieron resonando y cantando en la noche los mismos clásicos que han acompañado los desamores y las juventudes de incontables generaciones, desde hace más de cuatro décadas. Hombres G, de nuevo, se llevaron consigo el corazón de Guadalajara.
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Paradise Lost envuelve a Guadalajara en una noche de oscuridad y melancolía

Guadalajara fue testigo de una noche estridente y pesada con el concierto de Paradise Lost en tierras mexicanas, como parte de su gira The Devil Embraced “Latin America 2025”. La emblemática banda británica, que ha sido un pilar en la evolución del metal gótico y el gothic doom, se presentó este domingo en el C3 Stage.
La velada comenzó con la banda colombiana Under Threat, quienes supieron calentar el ambiente con su poderoso set de metal pesado; su energía y técnica lograron captar la atención del público.
En punto de las 21 horas, las luces se apagaron y la multitud estalló en vítores al ver salir a Paradise Lost al escenario. La banda arrancó con “Enchanment”, una de sus canciones más representativas. Los británicos, liderados por el carismático Nick Holmes, mostraron por qué son considerados los padres del metal gótico, con una mezcla perfecta de pesadez, atmósfera oscura y líricas profundamente emocionales.
El público, aunque eran solo poco más de un centenar se mostró en todo momento entregada a su banda.
El setlist estuvo conformado por canciones como “One Second”, “Forsaken”, “Pity the Sadness”, “Eternal”, “As I Die”,“TheLast Time” y “Say Just Words”. El sonido, impecable, permitió que cada matiz de su música se escuchara de forma nítida, lo cual sumergió a todos en la atmósfera gótica y melancólica que caracteriza su estilo.
El concierto culminó con un encore que incluía “Darker Thoughts”, “Smalltown Boy” y su emblemática “Ghosts”, que puso el broche de oro a la noche.
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Y si Adelita se fuera con otro…
Los corridos son y han sido parte de nuestra historia. Hemos crecido escuchándolos desde la infancia. ¿A cuántos nos hicieron memorizar en la primaria “Y si Adelita se fuera con otro…”? Escrito para la enfermera Adela Velarde por un teniente enamorado durante la Revolución Mexicana. O “La cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar, porque no tiene porque le falta marihuana que fumar”, que -antes de ser una canción infantil- fue un corrido en referencia al general Victoriano Huerta, ex presidente de México, alcohólico y afín a la marihuana.
Eso son los corridos: canciones narrando historias, hablando del amor y el desamor, de situaciones de la vida cotidiana y de personajes emblemáticos… Ahora sus estrofas y sus ritmos han evolucionado; en su música hay mezclas de norteño y banda o de rap y hip hop, y sus letras se han ido adaptando a distintos contextos.
Mientras a la Adelita le cantaban “si Adelita fuera mi mujer le compraría un vestido de seda para llevarla a bailar al cuartel”, hoy Peso Pluma, en uno de sus famosos corridos tumbados cortejando a una chica, entona: “Compa, ¿qué le parece esa morra? La que anda bailando sola me gusta pa’ mí. Bella, ella sabe que está buena”.
Entonces, ¿cuál ha sido la discusión sobre este género musical mexicano durante las últimas semanas? Más allá del gusto o no por ese tipo de música, la discusión son las temáticas que abordan. Y es que no todos los corridos son narcocorridos. La principal diferencia está en las historias que cuentan y cuando estas hacen apología del delito. Es decir, los corridos bélicos que glorifican la violencia, que reconocen, exaltan o alaban delincuentes, que cantan historias del crimen organizado, de confrontaciones armadas y actividades relacionadas con el narcotráfico.
Con Estados Unidos calificando como terroristas a los cárteles mexicanos y nuestro país sin poder encarar la terrible crisis de desaparecidos por el crimen organizado, a través de la música se sigue enalteciendo la violencia.
Su prohibición en conciertos y espectáculos públicos -como medida para desincentivar los corridos bélicos- ha tenido repercusiones directas para los grupos y cantantes (algunos con décadas dedicadas a ese género musical). En Estados Unidos no dudaron en retirarles la visa a quienes sigan entonándolos, mientras en México los propios seguidores abuchean y hasta les destrozan los instrumentos a los músicos por no incluir esas canciones en su repertorio. Un lamentable y penoso espectáculo.
Los narcocorridos no son canciones que sólo escuchen delincuentes o personas relacionadas con actos delictivos o ilícitos. Para todo hay gustos, pero su difusión y reproducción tiene un impacto social y hasta moral. En sus letras hay una cultura vinculada al narco, a un estilo de vida con lujos, drogas, violencia y excesos, e incluso algo aspiracional, como si el crimen organizado pudiera ser aceptable bajo ciertas circunstancias. Y la violencia no puede ser parte de la cotidianeidad ni los delitos jamás ser socialmente aceptables ni mucho menos tolerables, bajo ninguna circunstancia; los actos criminales lastiman familias y a la sociedad.
“La Adelita” se escribió y comenzó a cantarse en pleno conflicto armado, se volvió parte de nuestra cultura, exaltando el amor y el valioso papel de la mujer durante la Revolución (llamando “adelitas” a todas las valientes que participaron desde distintas trincheras). Hoy se le cantan a la muerte, a la violencia y al crimen. Los delincuentes no son modelo a seguir.
Instagram: vania.dedios
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