Si nos ponemos a pensar en las bandas más importantes que han surgido de nuestro país, seguramente nos costaría trabajo armar una lista porque son muchísimas. Pero hablando de la última década, hay un nombre que por supuesto que no podemos dejar de lado: Enjambre, pues en todos estos años se convirtieron en la voz de una generación que necesitaba encontrar su propia identidad.

Parece que fue ayer cuando Luis Humberto, Rafael y Julián Navejas junto a Ángel Sánchez lanzaron su exitoso disco, Daltónico, con el que lograron posicionarse como una de las agrupaciones mexicanas más atractivas gracias a su peculiar sonido lleno de vibras retro y letras emotivas. Más tarde vinieron más álbumes como Huéspedes del Orbe, Proaño, Imperfecto Extraño y Próximos Prójimos, los cuales aumentaron su popularidad. Sin embargo, ha pasado el tiempo y es increíble ver la evolución no solo de ellos como músicos y artista, también del público que los ha seguido a lo largo de su carrera.

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Enjambre regresó al Teatro Metropólitan para una primera noche llena de nostalgia

Lo decimos porque en la primera de cinco noches en el Teatro Metropólitan nos encontramos con toda clase de fans de Enjambre. Por supuesto que la chaviza no podía faltar al concierto, pero lo más cool de todo fue ver que hay algunos que crecieron a la par de la banda e incluso ya formaron sus propias familias (porque por ahí vimos a muchos niños). Y es que eso fue justo lo que pasó con el concierto que dieron el 17 de septiembre, pues en muchos aspectos fue una combinación de melancolía por el pasado y emoción por el futuro.

Después de la presentación de Arroba Nat y tras unos minutos de espera, las luces en el venue del Centro Histórico se apagaron y mientras sonaba un sintetizador inquietante, cada uno tomó su lugar en el escenario y se arrancaron con “Luz en las manos”. Luego se siguieron con “Divergencia” y por supuesto que todos corearon a todo pulmón el coro. Y ojo, que fue justo con esta rola donde voló el único Dr. Simi de la noche jiar jiar jiar.

Una noche llena de grandes rolas y entrega total

Enjambre no se guardó los clásicos para el final, pues casi al inicio sonó “Manía Cardiaca”, que volvió loco al Teatro Metropólitan e hizo que algunos soltaran una que otra lagrimilla de emoción (no se hagan). “Eliza mi hortaliza”, Sábado Perpetuo” y “Relámpago” continuaron con un setlist que prácticamente cubrió todas las etapas de Enjambre hasta la fecha. Ahora sí que como dicen por ahí, hubo canciones para todo los gustos, pues sonó de lo más nuevo hasta esos temazos que ya forman. parte del soundtrack de la vida de muchos.

Si hay algo que no podemos dejar pasar es la vibra que se sentía entre la banda y sus fans. Parece cliché decir que hubo una conexión única, pero realmente eso pasó durante el primer concierto en el Metropólitan, pues la agrupación soltaba cada rola y el público respondía cantando la letra enterita. La entrega entre ambas partes fue mutua y durante dos horas fueron uno solo.

¡Hasta le cantaron “Las mañanitas” a Rafa!

“Ciencia de la lluvia”, “Luces de periferia”, “Enemigo” y “Los extraños días de Abril” continuaron prendiendo a la gente que no parecía cansarse y mucho menos tenían ganas de que Enjambre dejara de tocar. Después de esto vino uno de los momento más especiales del show, pues Luis Humberto le recordó a todos que era el cumpleaños de Rafa y por supuesto que tanto ellos como los presentes le cantaron “Las mañanitas” para celebrar una vuelta más al sol del bajista.

La agrupación no bajó la intensidad, pues siguieron rolones como “Tercer tipo”, “Nueve” e “Intruso”, donde muchos cantaron con tanta emotividad que hasta nos enchinaron la piel (100% real, no fake). Aunque eso sí, la agrupación tambié n hizo espacio para una que otra rareza, como “Hombre elefante” que tomó por sorpresa a la gran mayoría, pues ya tenía rato que no la tocaban en vivo y a todo color.

Enjambre se lució tocando algo para todos los gustos

Poco a poco nos acercábamos al “cierre”, pero no podían faltar hitazos del tamaño de “Cámara de faltas”, “Dulce Soledad”, “Vida en el espejo”, “Impacto” (la cual pedían a gritos y se les cumplió), “En tu día” y “Visita”, un verdadero combo lleno de sentimiento que dejó a muchos con la adrenalina a tope. Después de estas rolas, Enjambre salió del escenario y las luces se apagaron, aunque no sería lo último que tocarían para nosotros.

Luego de un montón de gritos pidiendo “otra”, los de Fresnillo, Zacatecas regresaron al escenario del Teatro Metropólitan para echarse “Espalda de Bronce” y dejando a todos con el ojo cuadrado porque de verdad, es sumamente raro que suene en sus shows y por supuesto, los fans old school andaban agradecidos y contentos porque la pudieron cantar como si no hubiera un mañana.

La noche no podía terminar de mejor manera que con “Somos Ajenos”, con todo el público coreando con las últimas energías que le quedaban. Al final, los Navejas y Ángel Sánchez se juntaron en el centro del escenario para agradecerle a todas las personas que se lanzaron a ver su primer show de esta serie de presentaciones completamente sold out que demuestran una vez más que son una de las bandas más grandes e importantes de nuestro país.

Quizá nos hubiera gustado escuchar rolas más viejitas o de los primeros discos de Enjambre, pero por supuesto que no todo se puede y era muy complicado armar un setlist que dejara contentos a todos o que de plano cubriera cada uno de sus álbumes. De cualquier manera, vimos a muchas personas con una sonrisa de oreja a oreja al salir del Teatro Metropólitan porque acababan de presenciar un concierto espectacular, lleno de emoción, melancolía y magia.

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