Que Hacer
estas son las ferias y mercados que no debes perderte

No sé muy bien en qué momento podemos dar por inaugurada la época navideña, pero visto que ya estamos a tope de decoraciones en la mayor parte de los sitios creo que podemos empezar. Como nos gusta conocer y que conozcáis tradiciones, hoy os traemos planes de Navidad en Cataluña: estas son las ferias y mercados que no debes perderte.
Porque siempre hablamos de los mercados alemanes y centroeuropeos pero en Cataluña hay una gran tradición de mercados de artesanía y gastronomía, así que con una selección queremos ir abriendo boca.
Barcelona se llena de ferias y mercados
Fira de Santa Llucia, Barcelona
Barcelona huele a Navidad por los cuatro costados desde muy temprano. La Feria de Santa Lucía es uno de los mercados navideños más conocidos de Cataluña y el más antiguo. La Avenida de la Catedral se vuelve verde del 26 de noviembre al 23 de diciembre: se engalana con luces y casetas de madera donde hay Portales de Belén (con el imprescindible caganer), artesanía, zambombas y panderetas.
Además está la Feria de Navidad de la Sagrada Familia, del 28 de noviembre al 23 de diciembre, perfecta para comprar regalos y productos de típicos de la época navideña (neules, turrones y castañas). También del 18 de diciembre al 6 de enero está la Feria de Navidad de Reyes de la Gran Vía.
Poble Espanyol
Pero sin lugar a dudas uno de los eventos navideños más esperados de Barcelona es la Navidad en el Poble Español. Del 4 al 8 de diciembre, el 11 y el 12 de diciembre, del 18 al 30 de diciembre (excepto el 25 de diciembre) y del 2 al 5 de enero, el Poble Espanyol se convierte, una vez más, en un calendario de adviento gigante para recibir la Navidad más mágica de Barcelona. Habrá 24 rincones temáticos relacionados con personajes, tradiciones y escenas típicas de la Navidad, artesanías, música en directo y dar personalmente la carta de deseos en la casa de Papá Noel o a Sus Majestades los Reyes de Oriente.
Los árboles se compran en la Feria del Abeto, Espinelves (Girona)
Abetos en la Feria del Abeto de Espinelves
Del 4 al 12 de diciembre, a los pies del Montseny, se celebra la tradicional Feria del Abeto de Espinelves. En el idílico entorno de un pequeño pueblo de calles empedradas encontraremos puestos donde comprar el abeto perfecto para decorar nuestra casa y también todos los ornamentos necesarios. Además hay actividades familiares, productos de alimentación y artesanía.
También podrás salir de Espinelves con el ramo de la suerte, que es una tradición que se regala en navidad.
Y el Tió también la suya en Arbúcies (Girona)
Si hay otro personaje famosos durante las navidades en Cataluña ese es el Tió, y también tiene su feria particular en Arbúcies (Girona). El primer fin de semana de diciembre, también a los pies del Montseny, se celebra la Feria del Tió. Para los despistados es ese tronco de cara simpática que después de unos golpes de bastón en su lomo al ritmo de una canción, caga regalos a los niños/as cada noche del 24 de diciembre. Para ello, el tió aparece unas semanas antes en casa y hay que alimentarlo, para que así, ese día cague muchas cosas.
Los pesebres se van a comprar a Olot (Girona)
Ya tenemos árbol, decoraciones, tió y caganer, así que si no tenemos pesebre en el que colocar a éste último el lugar a visitar es Olot, en Girona, y su Feria del Pesebre. Durante el Puente de la Inmaculada se llena de casetas de mercado tradicional, con figuras y pesebres elaborados artesanalmente. Además es el sitio perfecto para coger ideas, porque durante todo el mes de diciembre, y hasta principios de enero, se celebra la Muestra de Pesebres.
Pero la Navidad en Cataluña también es gastronomía
El primer fin de semana de diciembre el lugar que visitar es Caldes de Montbui y su Feria de Navidad. Allí, desde hace más de 30 años, se prepara el brou de Nadal amb carn d’olla (Caldo de Navidad) en la olla más grande de todo Cataluña (1,5 metros de diámetro y capacidad para 1600 litros de caldo). Por cierto, el agua utilizada es de las aguas termales del pueblo. No puede faltar tampoco el Tió, al que se puede hacer cagar regalos también, talleres navideños, espectáculos culturales y puestos.
Pero es que siguiendo con la gastronomía también se pueden visitar mercados y ferias como la Feria del Turron Artesano de Cardedeu o la Feria del Gallo en Vilafranca del Penedés, ambas en la provincia de Barcelona.
También hay mercados de navidad más originales
Cambiando los mercados tradicionales por unos más modernos y originales, en Sant Gregori (Girona) se celebrará del 3 de diciembre al 5 de enero el Golden Christmas Market: una mezcla de festival y mercado donde habrá espectáculos, conciertos, food trucks, tiendas de ropa e incluso la posibilidad de volar en globo. El lugar es en un mirador en lo alto de la ciudad.
También es original el Sitges Christmas Festival, donde se pueden encontrar todo tipo de adornos navideños realizados con la técnica del patchwork.
Y terminamos con la espectacularidad de Els Llums de Sant Pau. En el recinto modernista se instalará desde el 22 de noviembre de 2021 hasta el 09 de enero de 2022 un un luminoso paisaje de cuento de hadas con juegos de luces navideñas, impresionantes vegetaciones iluminadas y creativas figuras lumínicas. Un recorrido circular a lo largo de 1,5 kilómetros con millones de puntos de luz. Para poder entrar a disfrutar del espectáculo es necesario comprar entrada con antelación.
Imágenes | Jesús Corrius, SteveR-, Valerie Hinojosa, Luis Levrato, en Flickr; Facebook Poble Espanyol
Que Hacer
cómo llegar y qué ver tras las últimas lluvias

Las generosas lluvias caídas en las últimas semanas han transformado el paisaje español, tiñéndolo de verdes intensos y reflejando una exuberancia poco habitual incluso en los rincones más secos del país. Este renacer natural ha impulsado el turismo rural, que está viviendo un gran momento y somos muchos los que no hemos podido resistirnos a regalarnos un merecido “homenaje de naturaleza”.
En este contexto de esplendor paisajístico, hay lugares que brillan con especial intensidad. Uno de ellos es una joya escondida entre las cumbres del norte de Extremadura, entre montañas cubiertas de bosques y ríos cristalinos: la Garganta de los Infiernos.
Ubicada en la comarca del Valle del Jerte, esta maravilla natural es una Reserva protegida que enamora por igual a senderistas, amantes del agua y exploradores de paisajes singulares. Declarada Reserva Natural en 1994 y perteneciente a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Extremadura, la Garganta de los Infiernos se extiende a lo largo de 7.226 hectáreas de belleza en estado puro.
Un espectáculo geológico y natural en el corazón del Valle del Jerte
La Garganta de los Infiernos es célebre por sus Pilones, un conjunto de pozas naturales formadas por la erosión del agua sobre la roca granítica. Estas marmitas de gigante, como se las conoce geológicamente, se han convertido en un icono del turismo de naturaleza por sus aguas verdes y cristalinas, ideales para un chapuzón en verano (¡eso sí, siempre con precaución!). Además cuenta con una amplia red hidrográfica que incluyen abundantes saltos y cascadas, una de las principales peculiaridades de este espacio natural.
Pero más allá de los Pilones, el espacio protegido ofrece rutas de senderismo que atraviesan robledales y miradores que permiten contemplar la inmensidad del valle, con altitudes que van 2.290 m. hasta los 600 m. La biodiversidad del lugar también es otro reclamo importante de la zona, con especies como la salamandra común, el águila real o el desmán ibérico.
Cómo llegar a la Garganta de los Infiernos

Pilones de la Garganta de los Infiernos
La entrada principal a la Reserva se encuentra cerca de la localidad de Jerte, a través de la carretera N-110. A pocos metros de la rotonda que conecta esta vía con el acceso a la reserva, se encuentra una zona de aparcamiento habilitada. Es importante tener en cuenta algunas normas de acceso y estacionamiento para evitar inconvenientes durante la visita.
No está permitido aparcar entre el campo de fútbol de Jerte y el Camping Valle del Jerte. Esta zona está expresamente restringida y quienes estacionen allí podrán ser sancionados. Por otro lado, la zona de aparcamiento ubicada junto a la rotonda de la N-110, que da acceso a la Reserva Natural, funciona con sistema de pago desde mediados de marzo hasta finales de octubre (fuera de este periodo, el uso es gratuito). Asimismo, se permite la libre circulación de vehículos por la pista que conecta la N-110 con el Camping Valle del Jerte y la localidad de Jerte, aunque no está permitido aparcar en el tramo anteriormente mencionado.
A la hora de visitarlo, es recomendable llevar calzado adecuado, ya que aunque los senderos están señalizados, algunos tramos pueden ser pedregosos o resbaladizos. También es fundamental respetar el entorno: la Garganta es un espacio protegido, por lo que no se deben dejar residuos ni encender fuegos. Además en temporada alta (primavera y verano), conviene acudir a primera hora, ya que la afluencia es elevada y los aparcamientos pueden llenarse rápidamente.
Imágenes | Turismo Valle del Jerte
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Que Hacer
la escapada perfecta de fin de semana es esta ciudad europea que alberga un original Patrimonio de la Humanidad

Aunque ciudades como París o Londres suelen encabezar las listas de destinos europeos favoritos para una escapada corta (según Euromonitor International, solo en 2023 más de 15 millones de turistas visitaron la capital francesa), también existe un nicho creciente que busca lugares que ofrecen una riqueza cultural, arquitectónica y gastronómica comparable, pero sin el bullicio constante del turismo masivo.
Huir de los típicos “top 10” y los tiktoks virales es tendencia. Afortunadamente Europa está salpicada de ciudades llenas de encanto que aún conservan la calma y la autenticidad, y entre ellas, hay una que destaca con luz propia: Bolonia.
Esta ciudad situada en el corazón del norte de Italia, cautiva sin necesidad de artificios. Conocida como La Dotta, La Rossa y La Grassa (la sabia, la roja y la golosa), sus apodos encapsulan a la perfección su alma. La Dotta, por ser la sede de la universidad más antigua de Europa, fundada en 1088. La Rossa, por el característico tono terracota de sus tejados y fachadas medievales. Y La Grassa, por su riquísima tradición culinaria, considerada una de las más exquisitas y auténticas del país.
Un paseo por la historia bajo los pórticos más largos del mundo
Bolonia no se descubre, se recorre. Y no hay mejor manera de hacerlo que bajo sus icónicos pórticos, declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2021. Con más de 40 kilómetros de estas elegantes estructuras que protegen del sol y la lluvia, pasear por la ciudad es un verdadero placer en cualquier época del año.
Los pórticos surgieron como respuesta al crecimiento demográfico, impulsado en gran parte por la llegada de estudiantes e intelectuales a su prestigiosa universidad. Su origen se encuentra en el sporto, un tipo de balcón de madera que se añadía a las fachadas para ampliar el espacio habitable de los pisos superiores. Con el tiempo, estos balcones fueron ganando volumen, lo que obligó a construir columnas para sostenerlos y evitar su colapso.
En un principio, los pórticos se construyeron en madera. Sin embargo, tras un decreto promulgado en 1568, su edificación pasó a realizarse con ladrillo o piedra. A pesar de ello, Bolonia aún conserva algunos ejemplos de pórticos de madera, como los de la famosa Casa Isolani en Strada Maggiore o el Palazzo Bolognini.
El más emblemático de todos es el pórtico de San Luca, que con sus 3.796 metros ostenta el récord de ser el más largo del mundo. Conecta el centro histórico de la ciudad con la basílica que se alza en la cima de la colina, ofreciendo un recorrido tan monumental como simbólico.
Cinco lugares imprescindibles para una visita de 48 horas
- Piazza Maggiore: el corazón vibrante de la ciudad. Aquí convergen la imponente Basílica de San Petronio, el Palazzo d’Accursio y otros edificios históricos que narran el pasado comunal de la ciudad.
- Las Dos Torres (Le Due Torri): Garisenda y Asinelli, las torres medievales inclinadas que se alzan como símbolos de Bolonia. Subir los 498 escalones de la Torre Asinelli recompensa con una vista panorámica espectacular.
- Archiginnasio y Teatro Anatómico: un verdadero viaje al origen de la educación universitaria europea, donde se enseñaba anatomía observando disecciones reales en un teatro de madera del siglo XVII.
- Cuadrilátero: el antiguo mercado que hoy es un paraíso para los amantes de la artesanía y de la buena gastronomía.
- Santuario de San Luca: Situado en el Colle della Guardia y construido en el siglo XVIII, este santuario es uno de los grandes símbolos de Bolonia. Desde su privilegiada ubicación, ofrece una impresionante vista panorámica de 180 grados sobre la ciudad. Está conectado con el casco histórico a través de una singular columnata porticada, única en su género.
Y como no podía ser de otra manera, la mejor forma de completar esta escapada es disfrutando de la exquisita gastronomía local en una ciudad considerada por muchos como el mejor lugar para comer en Italia. No es casualidad que Bolonia sea la cuna del ragù alla bolognese, la auténtica base de la popular, aunque a menudo malinterpretada fuera de Italia, salsa boloñesa.
Entre los sabores imprescindibles destacan las crescentine, unas ligeras y crujientes masas fritas que suelen servirse con embutidos locales; los tortellini in brodo, la emblemática pasta rellena servida en caldo; y la cotoletta alla bolognese, una jugosa chuleta de ternera empanada, coronada con jamón y queso parmesano. Una experiencia gastronómica que será la guinda perfecta de esta escapada, tan sabrosa como inolvidable, al corazón de una ciudad que conquista por el paladar y por la vista.
Imagen | Wikipedia Francobraso
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Que Hacer
Este es el pueblo gallego de los hórreos sobre el mar que te deja sin aliento

Galicia es una tierra que se experimenta con todos los sentidos. Sus paisajes, marcados por la fuerza del Atlántico y la suavidad de los valles interiores, ofrecen una combinación única de naturaleza, cultura y tradición. El verde de sus montes, el olor a salitre que llega desde las rías, y la cocina local, rica en productos del mar y de la tierra, hacen de esta comunidad un destino que invita a disfrutar sin prisas.
Su costa, surcada por rías que se adentran en el territorio, guarda algunos de los pueblos más auténticos de España. Y aunque cada localidad cuenta su propia historia, todas comparten un rasgo común: una fuerte identidad que percibes en cuanto llegas allí.
Entre estos enclaves destaca Combarro, un pequeño pueblo marinero en la provincia de Pontevedra que conserva como pocos el alma de la Galicia costera. Una parada obligatoria para quienes desean conocer de cerca la arquitectura popular, la tradición pesquera y la vida a orillas de la ría. Su belleza no radica solo en el paisaje, sino en cómo ésta ha sabido mantenerse fiel a sus raíces.
Combarro: entre hórreos, granito y mar

Hórreos de Combarro
Combarro, situado en la provincia de Pontevedra, es uno de los pueblos más pintorescos de Galicia. A orillas de la ría del mismo nombre, este pequeño enclave marinero parece detenido en el tiempo. Sus calles estrechas, empedradas y flanqueadas por casas de granito, son el mejor ejemplo de la arquitectura popular gallega.
Pero lo que realmente hace único a Combarro son sus casi sesenta hórreos: estas peculiares estructuras tradicionales elevadas sobre pilares, servían para almacenar el grano y protegerlo de la humedad y de los roedores. A diferencia de otras partes de Galicia y Asturias, estos no están dispersos por el campo, sino alineados frente al mar creando una estampa mágica, sobre todo al atardecer, cuando el sol cae sobre la ría y tiñe las piedras de tonos dorados.
El pueblo comenzó su historia como una aldea de pescadores, y su desarrollo se ligó íntimamente a las mareas y a la vida del mar. De hecho, sus cruceiros (cruces de piedra tallada, muchas de ellas con más de un siglo de antigüedad) se erigen como símbolos de protección y espiritualidad en cada esquina. Algunos miran hacia tierra, otros hacia el mar, como si quisieran bendecir el trabajo de los marineros y el descanso de quienes eligieron este lugar como hogar.

Pasear por Combarro es entregarse al ritmo pausado de los sentidos. Este encantador pueblo marinero, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1972, seduce por la armonía perfecta entre la arquitectura y el entorno. Las viviendas, muchas con soportales bajos y balcones de madera o forja, junto a los hórreos, fueron concebidos para responder a las necesidades cotidianas de una comunidad profundamente ligada al mar, que ha sabido construir su modo de vida en torno a él.
El pueblo conserva pequeñas plazas llenas de carácter y simbolismo. Una de las más singulares es el Peirao da Chousa, donde se encuentran hórreos de distintos estilos y materiales, formando una especie de museo al aire libre que ilustra la cultura agrícola y marinera de la zona. Allí mismo, un lavadero comunal, aún en uso, permite atisbar una estampa del pasado: mujeres que lavan a mano, como se ha hecho durante generaciones, manteniendo viva una tradición que se resiste a desaparecer. Un poco más adelante, la Praza de San Roque guarda dos cruceiros que representan escenas de la Pasión de Cristo, testigos mudos de la profunda religiosidad gallega.
Muy cerca se alza la Iglesia Parroquial de San Roque, del siglo XVIII, construida sobre una antigua ermita. Su edificación marcó un momento clave para la comunidad: la independencia eclesiástica de Combarro respecto al monasterio de Poio. En su interior se venera a la Virgen del Carmen, patrona de los marineros. Cada 16 de julio, en una de las festividades más emotivas del año, la imagen de la Virgen es llevada en procesión marítima. Las embarcaciones, engalanadas con flores y banderas, compiten por el honor de transportarla sobre las aguas de la ría, en una mezcla de devoción y celebración que transforma el pueblo en un espectáculo de fe y color.
Y como no puede ser de otra forma en Galicia, la gastronomía ocupa un lugar central en la experiencia. En Combarro, podemos disfrutar de las delicias que nos brinda el mar sin artificios, pero con toda su intensidad, siendo las almejas a la marinera, pulpo á feira, o las empanadas de zamburiñas algunos de sus platos más representativos. Por eso Combarro no solo se visita: se siente, se saborea, se escucha. Es, en definitiva, un lujo para los cinco sentidos.
Imágenes | Turismo Rias Baixas
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