Que Hacer
dónde están y qué hacer

Este año nuestro país vecino va a convertirse en el destino de vacaciones elegido por muchas familias. Por su cercanía, por la seguridad y por la amplia y variada oferta de posibilidades para un periplo inolvidable. Viajamos a los cinco mejores lugares de Portugal para viajar con niños: dónde están y qué hacer.
Después de disfrutar de algunos de los mejores planes para realizar en Portugal ahora que abre de nuevo las fronteras, vamos con nuevas propuestas para viajar en familia a Portugal, con los mejores destinos para disfrutar con los niños. Nos esperan playas, ríos, parques temáticos, zoo, pueblos y ciudades con encanto, museos divertidos…
El Algarve con niños: Olhos de Água y Zoomarine
Empezamos con uno de los destinos más solicitados y bellos de Portugal, la costa sur. Viajamos al Algarve con niños, en concreto a la zona entre Albufeira y Faro, a unos 130 kilómetros de Huelva. Una región que cuenta con la belleza del litoral y la preparación para acoger familias con niños, con mucha oferta de establecimientos hoteleros y un ambiente más familiar y menos masificado que otras zonas del Algarve.
En concreto nos quedamos en Olhos de Agua, un pueblo de costa del Algarve con muchos hoteles y algunas de las playas más bonitas, escogidas por muchas familias por tratarse de las más grandes y accesibles de la zona. La misma playa de Olhos, con sus rocas y manantiales de agua dulce (de ahí el nombre de la localidad, “ojos de agua”), es un buen punto de partida.
Olhos de Agua, además, se encuentra a 6 kilómetros de Albufeira y a 14 kilómetros del considerado el mejor parque oceanográfico de Portugal: Zoomarine. De este modo, podemos combinar el recorrido en coche por la costa para descubrir paisajes y playas con la visita a Zoomarine, mezcla de zoo (de fauna fundamentalmente marina) y parque acuático, en el que los niños disfrutarán de lo lindo, ¡incluso podrán nadar con delfines!
En Zoomarine muchas familias deciden pasar el día entero, ya que hay múltiples opciones para no parar ni un momento: espectáculos de delfines, leones marinos, focas y aves tropicales; visita al acuario, con tiburones incluidos; subirse a las atracciones: los rápidos, toboganes, noria, carrusel, barco pirata, tren infantil…; y para refrescarse jugar en la playa de olas con toboganes de agua.
Desde nuestra base, junto a la conocida Albufeira también estamos cerca de otro centro turístico escogido por muchas familias, Quarteria. Hay que descubrir esta y otras localidades de la región, como la zona portuaria de Vilamoura, Quinta do Lago… En esta parte del Algarve encontrarás también varias posibilidades de parques de agua, minigolf (en Vilamoura está el mayor minigolf de Europa), paseos en barca, karting…
Foto: S. Hoya y William Warby en Flickr-CC. Más información: Zoomarine
Viaje a Lisboa con niños
Si subimos al centro del Portugal no podemos dejar de fijarnos en la capital. Viajamos a Lisboa con niños para sentirnos caballeros en el Castillo de San Jorge, o exploradores en el Monumento a los Descubrimientos y en la Torre de Belém, en el barrio lisboeta en el que hay varias de las declaradas maravillas de Portugal, y eso sin tener en cuenta la increíble degustación de los pasteles de nata de Belém en la propia fábrica pastelería…
En Lisboa con niños podemos vivir la experiencia de subir a los típicos tranvías, a los elevadores (como el de Santa Justa, con las mejores vistas), o subir a un barco para pasear por el Tajo… Por supuesto, el zoológico de Lisboa es uno de los lugares que más disfrutan, con el teleférico, los delfines y animales de todo el mundo.
Pero si hay un lugar en el que pasar el día entero con niños en Lisboa ese es el Parque de las Naciones o Parque das Nações. Aquí, en el Océanario, podemos dormir entre tiburones (se trata del segundo mayor acuario de Europa, con especies como tiburones, rayas, mantas, peces tropicales…), subir en teleférico con las mejores vistas del Tajo y del impresionante puente Vasco da Gama…
En el Pabellón Atlántico encontraremos este espacio espectacular dedicado a promover la conservación del Medio Ambiente, y otro museo muy adecuado para visitar con niños en Lisboa es el Pabellón del Conocimiento y de Ciencia Viva, también en el Parque de las Naciones: un museo interactivo de ciencia y tecnología en el que los niños podrán observar experimentos científicos, construirán sus propias casas…
¿Os quedáis con ganas de naturaleza y de ver animales en libertad? Saliendo de Lisboa pero a poca distancia, hacia el sur de la ciudad, está el Estuario del río Sado, un Área de Reserva Natural donde los pequeños amantes de la naturaleza pueden contemplar en su hábitat una especie única en Portugal, los delfines con nariz de botella.
Fotos: Stuart y Walimai.photo en Flickr-CC. Más información: Visit Lisboa
El hotel del chocolate en Viana do Castelo
El sueño de cualquier niño. Dormir en una casita de chocolate y con un museo dedicado al dulce manjar. Vamos a una de las ciudades más bonitas del norte de Portugal, Viana do Castelo, ubicado en el estuario del río Lima.
Esta localidad de tradición marítima cuenta con el Hotel del chocolate y el Museo del chocolate, localizados en una antigua fábrica de chocolate restaurada. El hotel cuenta con habitaciones temáticas, de la casita de Hánsel y Grétel a la de Willy Wonka. En el museo interactivo, los peques podrán recorrer las cinco salas para conocer los orígenes del cacao, usos, curiosidades…
Además, en Viana do Castelo os encantará llegar a la basílica de Santa Lucía, transportados en el funicular más largo de Portugal hasta lo alto del monte. O visitar el el Castillo de Santiago do Barra, el buque hospital Gil Eannes para conocer la vida en ese barco, disfrutar de los jardines y parques infantiles de la localidad…
El entorno natural es excelente para ir a la playa o a la montaña, realizar alguna actividad deportiva como ciclismo, senderismo, surf, vela, piragüismo… La combinación perfecta para un viaje entre ciudad y natutareza.
Sitio Oficial y Foto: Fabrica do chocolate. Más información: Visit Portugal
Portugal dos Pequenitos en Coímbra
Vamos a orillas del ría Mondego, a la la Región Centro, para viajar en familia a la ciudad universitaria de Coímbra. Nos situamos a 200 kilómetros al norte de Lisboa y a 120 al sur de Oporto. Coímbra es una ciudad histórica de calles estrechas, patios, escaleras y arcos medievales, en la que se sitúa la Universidad más antigua del país (y una de las más antiguas de Europa).
Pero si de disfrutar con los niños se trata, en la hermosa ciudad de Coímbra nos convertimos en gigantes en el Parque dos Pequenitos. Como si fuéramos Gulliver en Lilliput, en un parque al aire libre con construcciones en miniatura que nos llevan a recorrer la historia de Portugal.
Con tres espacios dedicados a las colonias portuguesas, a los monumentos más emblemáticos de Portugal y al las casas regionales típicas del país, incluida Coímbra. En el Museo del traje hay vestimentas en miniatura para conocer la evolución del traje nacional e internacional.
Además, en Coímbra es muy recomendable la visita a la Quinta de las Lágrimas (Quinta das Lágrimas), situada en la margen izquierda del río Mondego, un jardín histórico de más de 15 hectáreas distribuidas alrededor de un palacio del siglo XIX. Y, junto al Acueducto de San Sebastián, podemos recorrer el jardín botánico. Y cómo no, coger el Elevador do Mercado que comunica la parte alta y la baja de la ciudad.
Foto: Rui Ornelas en Flickr-CC. Más información: Visit Portugal, Fbb
Serra da Estrela: en la cima de Portugal con niños
Terminamos en plena naturaleza para nuestro viaje con niños a Portugal. La sierra de la Estrella (Serra da Estrela) es la sierra más occidental del sistema Central, que incluye el Parque Natural de la Sierra de la Estrella, donde encaramarse a la cima del país o bañarse en una playa fluvial. Estamos a 180 kilómetros de Oporto y unos 200 kilómetros desde Salamanca o Plasencia.
Ya en la Serra da Estrela se disfruta de la inmensidad del paisaje y una gran riqueza medioambiental, tanto de flora como faunística. Desde una carretera (o sendero) podremos llegar a la Torre, el punto más elevado de la sierra y de Portugal continental (1993 metros), donde se alza dicho monumento.
En el corazón del Parque da Serra en verano merece la pena visitar la playa fluvial de la pequeña villa de Loriga, y tal vez en los cercanos valles contemplar los rebaños de ovejas pastoreados por perros Estrela, la raza canina que lleva el nombre de la Sierra.
Otro plan interesante es parar en el municipio de Seia, donde podemos visitar el Museo del Pan, con toda la información sobre la producción local del pan y una tienda tradicional para reponer fuerzas y saborear in situ las especialidades caseras. También en Seia está el Museo del juguete.
Por supuesto, si queremos dejar aparcado el coche tenemos múltiples posibilidades, porque Serra da Estrela dispone dice tres vías oficiales de senderismo, así como otros senderos. T1 es un gran sendero que sigue por toda la extensión del parque (cuenta con cerca de 90 kilómetros), y es el más accesible, teniendo en consideración el tipo del terreno (incluye el ascenso a la cumbre de la Torre).
Los senderos T2 y T3 (de unos 80 kilómetros) son algo más duros, pero siempre se pueden hacer tramos de rutas cercanas, seguir el curso de algún río…
La mejor época para realizar estas excursiones entre los meses de mayo y octubre, en invierno las condiciones climáticas no son favorables. Excepto si lo que queremos es nieve: Serra da Estrela es el único lugar en Portugal donde se puede practicar esquí, trineo, snowboard o ir en moto de nieve.
Las cascadas de Poço do Inferno se encuentran cerca de Caldas de Manteigas y conforman un paisaje espectacular. También en esta zona podemos descansar en las aguas termales de Caldas de Manteigas. Como veis, hay opciones para todos los gustos y familias… ¡Buen viaje!
Fotos: Vitor Oliveira y Bradclin Photography en Flickr-CC. Más información: Turismo en Portugal
En Bebés y Más | Vacaciones en familia: cinco mágicas rutas en autocaravana para hacer con niños por Europa
Que Hacer
La preciosa ciudad en la Puglia que compite con Florencia en belleza, pero la supera en tranquilidad

En los últimos años, el turismo global ha llevado a millones de personas a recorrer los mismos caminos: las capitales más célebres, las playas más fotografiadas, los monumentos más compartidos en redes sociales. Pero esa misma masificación ha despertado en muchos viajeros el deseo de ir un poco más allá, de mirar el mapa con otros ojos y descubrir esos destinos que, sin grandes alardes, guardan una belleza serena y auténtica. Lugares que no aparecen en todas las guías, pero que, una vez visitados, se convierten en nuestros grandes descubrimientos.
Uno de esos tesoros se esconde en el sur de Italia, donde el arte florece bajo el sol mediterráneo y la historia se respira en cada rincón: una ciudad considerada por muchos como una de las más bellas del país, y que enamora a primera vista. Hablamos de Lecce, conocida como “la Florencia del Sur“.
Al igual que su prima toscana, esta ciudad presume de un impresionante legado artístico y arquitectónico. Pero lo que la hace única es su estilo barroco leccese, una versión especialmente exuberante del barroco, tallado en la llamada “piedra de Lecce”, una roca clara y maleable que permite decoraciones extremadamente detalladas. El resultado es un conjunto urbano armónico, luminoso y profundamente evocador.
Lecce: la Florencia del sur

Basta con perderse por el casco antiguo para encontrar auténticas joyas. La Basílica de Santa Croce, con su extraordinaria fachada repleta de figuras mitológicas, animales fantásticos y símbolos religiosos, es la joya del barroco local. Muy cerca, la Piazza del Duomo te recibe con un aire teatral: allí se alzan la imponente Catedral de Maria Santissima Assunta, el elegante Palacio Episcopal, el Seminario y el Campanario, desde donde las vistas de la ciudad son una maravilla.
Otro punto clave es el Anfiteatro Romano, descubierto a principios del siglo XX y situado en pleno centro, en la Piazza Sant’Oronzo. Este vestigio de la antigua Lupiae (nombre romano de Lecce) recuerda que aquí también hay una raíz clásica latente. La misma plaza está presidida por la Columna de San Oronzo, patrón de la ciudad, que domina el espacio con su figura bendiciendo a los transeúntes y que fue levantada en siglo XVII para agradecerle que librara a la ciudad de una epidemia de peste.

También es imprescindible visitar la Basílica de San Giovanni Battista al Rosario, que fue construida entre 1691 y 1728 o la Porta Napoli, una de las antiguas puertas de acceso a la ciudad, construida en honor al emperador Carlos V. Cada uno de estos espacios muestra una faceta distinta del espíritu leccese, siempre ligado al arte, la fe y la historia.
Pero Lecce no es solo historia y monumentos: también es una ciudad viva, con alma mediterránea y un carácter vibrante que se siente en cada esquina. A tan solo diez kilómetros del mar, combina la tranquilidad costera con una energía joven, en parte gracias a su universidad, que le da un aire dinámico y desenfadado.
Las calles del centro están salpicadas de cafeterías con encanto, talleres de artesanía tradicional (especialmente de papel maché), y trattorias donde la cocina pugliese despliega todo su sabor. Platos como la orecchiette con cime di rapa, el dulce pasticiotto leccese relleno de crema o los intensos vinos locales como el Negroamaro forman parte de una experiencia gastronómica que seduce tanto como su impresionante patrimonio.
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Que Hacer
dice que este es el pueblo más feo de Teruel pero en realidad es una joya escondida de España

Confiar ciegamente en las recomendaciones de la inteligencia artificial puede parecer práctico, pero no siempre es la mejor opción. Aunque en el terreno del turismo puede ser una herramienta útil a la hora de planificar viajes o descubrir destinos, también puede dar lugar a errores, como ocurrió recientemente en Birmingham, donde cientos de personas acudieron a una celebración que en realidad no estaba programada. También puede pasar por alto lugares que no tienen mucha visibilidad online o, peor aún, etiquetar negativamente a destinos que simplemente no se han hecho un hueco en el escaparate digital.
Uno de esos casos es el de Alloza, un pequeño pueblo de Teruel que fue nombrado como uno de los más feos de la provincia. Sin embargo quien haya estado allí sabe que no hay nada más lejos de la verdad, ya que es un pueblo tranquilo, acogedor y tiene una belleza profunda, de esas que no buscan impresionar, sino acoger.
Entre su patrimonio arquitectónico, sus espacios naturales y su original apuesta por el arte contemporáneo, este rincón aragonés se revela como un lugar lleno de encanto e historia. Una vez más comprobamos que a veces dejarse llevar por la curiosidad, más que por los algoritmos, es la mejor manera de encontrar lugares que realmente merecen la pena.
Alloza: el pueblo que alberga un patrimonio arquitectónico inesperado

El casco urbano de Alloza conserva esa esencia auténtica que tienen los pueblos con historia. Sus calles estrechas y casas de piedra mantienen la estructura tradicional turolense, ofreciendo un paseo tranquilo y lleno de carácter. En la Plaza Mayor, rodeada de fachadas de piedra bien conservadas, se encuentra el Ayuntamiento, un edificio de estilo renacentista que comparte espacio con la antigua ermita de San Blas, del siglo XV. Una edificación que aunque hoy cumple funciones más prácticas como almacén agrícola, sigue siendo un buen ejemplo del barroco popular que marcó la arquitectura religiosa de la zona.
Subiendo hacia la parte más alta del pueblo se alza la Iglesia de la Purísima Concepción, un edificio imponente del siglo XVII de estilo gótico-renacentista. Su torre campanario domina el paisaje y su presencia recuerda la importancia histórica que tuvo Alloza en la comarca. Es un lugar que invita a detenerse y observar, tanto por su valor arquitectónico como por las vistas que ofrece del entorno.
Otro de los espacios famosos del pueblo es, sin duda, el Calvario de Alloza, considerado uno de los más bonitos de Aragón. A través de un pequeño bosque de cipreses centenarios, el camino del Vía Crucis conduce hasta la ermita del Santo Sepulcro, que está decorada con azulejos del siglo XVIII y que alberga doce pinturas sobre cobre que representan escenas de la vida de Cristo, obra del pintor Guillermo Forchón.
Para completar la visita, el Centro de Interpretación del Castelillo ofrece una mirada al pasado más remoto de la zona, con paneles, maquetas y réplicas de piezas halladas en este importante yacimiento arqueológico.

Parque Escultórico “Los Barrancos” | Turismo Sierra de Arcos
Alloza no solo sorprende por su historia o su arquitectura: también ha apostado con decisión por el arte como motor de identidad y transformación. Buena muestra de ello es el Parque Escultórico “Los Barrancos”, una especie de museo al aire libre que reinterpreta el paisaje con esculturas contemporáneas integradas en plena naturaleza. La idea de este proyecto es tan simple como poderosa: hacer del arte parte del entorno, no como adorno, sino como elemento vivo. Muchas de las piezas interactúan con el viento o el paso de la luz, creando una experiencia sensorial donde la caminata se convierte en un recorrido artístico.
Muy cerca de allí, en un pequeño desvío del parque, se puede visitar el Gallipuente, un antiguo acueducto de piedra sillar del siglo XVII que se conserva en un enclave natural frondoso y muy fotogénico. Justo al lado, la fuente natural de Las Señoritas añade un toque de frescura y leyenda a este rincón escondido de la comarca.
Naturaleza que inspira y acompaña
En Alloza, la naturaleza no es un telón de fondo: es parte esencial de la experiencia. Situado en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos, el pueblo está rodeado de un entorno diverso que combina barrancos, campos de olivos y senderos ideales para desconectar. Una de las rutas más recomendables es la que lleva hasta la ermita de San Macario, situada en lo alto de una colina. Desde allí, las vistas al valle son espectaculares, y si se hace la caminata al atardecer, el cielo se tiñe de colores que hacen que el esfuerzo valga la pena.
Para quienes buscan calma total, el pantano de Cueva Foradada, muy cercano al municipio, es una opción perfecta. Un rincón tranquilo donde se puede pasear, hacer picnic o simplemente disfrutar del silencio del agua y los sonidos de la naturaleza.
Imagen | Turismo de Aragón
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Que Hacer
En estos cinco Pueblos más Bonitos de España podrás celebrar por todo lo alto la Semana Santa

Seguimos con nuestras aventuras de proponer opciones para los días libres y aprovechando el tiempo primaveral que nos va a acompañar os proponemos una visita exprés a cinco de los Pueblos más bonitos de España para celebrar por todo lo alto la Semana Santa.
Aunque seamos un país aconfesional no podemos negar lo marcado de las tradiciones y la atracción que provocan las procesiones y celebraciones diversas y siempre es una buena idea visitar alguna de las 111 pequeñas localidades con más encanto del país y que componen la Asociación los Pueblos más Bonitos de España.
Un viaje a la provincia de Salamanca con parada obligada en Ciudad Rodrigo

©Pixabay
El pueblo salamantino de Ciudad Rodrigo saca sus mejores galas durante la Semana Santa y durante los cuatro días se celebran multitud de eventos. El primero de ellos es el paso del Cristo del Silencio el Jueves Santo, una de las procesiones más bellas de la ciudad, con la salida del Cristo de la Iglesia de San Pedro a hombros de los cofrades. Cuando se coloca el paso en las andas se efectúa un voto de silencio que encoge el corazón, seas o no creyente.

Catedral de Ciudad Rodrigo ©Pixabay
La Semana Santa Mirobrigense continúa el Viernes de Dolores con la procesión de la Dolorosa. En esta procesión la Cofradía del Nazareno, recorre las calles de Ciudad Rodrigo y vuelve a salir también a recorrer las calles el domingo de resurrección. Además, un rasgo curioso de la Semana Santa de este pueblo es que los pasos no regresan a su sede de origen, sino que van a la Catedral.
Una vez que todas las Cofradías han llegado el Viernes Santo a las 7 se celebra la “La Carrera”, donde en orden cronológico, desde la Borriquilla hasta el Yacente, todos abandonan la Catedral en un último recorrido, para volver nuevamente a su sede.
Chinchón (Madrid), su plaza abalconada y su Pasión Viviente

Plaza de Chinchón – Manuel M.V. ©Flickr
En este precioso pueblo cercano a la capital se celebra uno de los eventos más conocidos de nuestro país: la Pasión Viviente. Esta representación es una de las más antiguas de la Comunidad de Madrid y se realiza desde 1963.
Es un espectáculo al aire libre que cuenta con una escenografía en la que participan cientos de personas. Cada año esta fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional, reúne en la bella plaza de Chinchón a miles de visitantes tanto nacionales como internacionales. Chinchón es la opción perfecta para los que viven cerca de Madrid y no pueden irse varios días de vacaciones.
A Ponte Maceira (A Coruña), muy cerca de Santiago de Compostela

A Ponte Maceira
A Ponte Maceira es un pequeño pueblo de poco más de 60 habitantes que está situado en la provincia de A Coruña y es una de las paradas obligatorias del Camino marítimo de Santiago. Su precioso conjunto monumental formado por el poblado primitivo, un antiguo molino, presa, capilla, un pazo moderno y el puente construido sobre el Tambre en el siglo XIII, aprovechando los pilares de otro romano anterior, deja sin habla a propios y extraños.
Este hermoso pueblo se encuentra a 20 kilómetros de la ciudad de Santiago de Compostela y es la apuesta perfecta para los que quieren ver la Semana Santa compostelana sin contar con los agobios de la capital de Galicia. Además de esta cercanía a la ciudad de Santiago, A Ponte Maceira ofrece un lugar ideal para descansar durante estos días.
En este pequeño pueblo gallego podemos disfrutar de la naturaleza que posee con unos paisajes y riqueza dignos de mención. Áreas singulares como “El mirador del Cotro”, importantes cauces de agua en los que se puede practicar la pesca, o realizar rutas de senderismo por idílicos parajes, la opción perfecta para los que quieran compaginar la Semana Santa tradicional de Santiago con actividades en la naturaleza
Los balcones de Morella (Castellón) siempre ofrecen buenas vistas

Morella, Castellón – J.A. Llanos ©Flickr
Durante la Semana Santa el pueblo de Morella se prepara para recibir a todo aquel que quiera disfrutar con sus actos tradicionales, culturales y festivos que llenan la agenda de la ciudad durante esos días. Algunos de los eventos más importantes son la celebración de la Santa Cena en la Basílica Arciprestal y la consiguiente procesión de la Pasión del Señor. El viernes, la Basílica Arciprestal alberga la conmemoración de la muerte de Cristo y posteriormente realizan una procesión.

Morella, Castellón
Pero además de estos eventos puramente religiosos el pueblo de Morella ofrece a sus visitantes un amplio cartel de actividades deportivas, culturales y festivas durante todo el fin de semana. Una apuesta perfecta de unión entre la tradición y la celebración.
Arties, Lleida, una Semana Santa en el Valle de Arán

Iglesia de Santa María en Arties, Lleida – Guillén Pérez ©Flickr
Y para aquellos que prefieran descansar estos días en la montaña, el Valle d’´Arán se convierte en el destino perfecto, y podremos relajarnos en el pueblo de Arties (Lleida) y disfrutar de su arquitectura, su patrimonio natural o unos baños termales únicos tan relajantes como imprescindibles para mejorar tu experiencia. Arties se encuentra ubicado a 1143m de altitud en la unión entre los ríos Valarties y Garona, en un pequeño ensanchamiento del Valle. Ubicado a 7km de la estación de esquí Baqueira Beret y a 7km de Vielha, en la provincia de Lleida, es una joya escondida del Pirineo Catalán.

Iglesia de Santa María d’Arties, Lleida – José Antonio Gil Martínez ©Flickr
En el núcleo del pueblo podemos encontrar parte de su Patrimonio Cultural,
destacando la iglesia parroquial de Sta. María de Arties, una construcción románica del siglo XI al XII. En esta construcción podemos encontrar dos campanarios, el primero que data de los últimos años del siglo XIII y primeros del XIV, y el segundo construido en sillería de estilo románico. La iglesia cuenta con tres naves separadas por pilares cilíndricos que no tienen bases y coronados por un ábaco cuadrado y sin decorar de los que arrancan los arcos de medio punto que aguantan los muros.
Además de esta Iglesia podemos encontrar otros monumentos como la Iglesia de San Juan, de estilo gótico, de principios del siglo XIV, que actualmente es sede de exposiciones temporales.
Imagen de portada | José Manuel García en ©Flickr
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