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Estas son los pasos a seguir para la compra de boletos del UltraMexico
Estámos a muy pocas horas de que inicie la venta para la primera edición de UltraMexico. Y muchos de ustedes que se registraron no les llego a su correo la información, nosotros te la mostramos aquí pero tienes que tener en cuenta que si no recibiste te el correo puede que no completaste bien los pasos de registro y no logres aplicar para comprar los boletos más baratos pero como dicen ” No hay peor lucha que la que no se hace” así que aquí tienes las instrucciones. Más abajo te escribo u as recomendaciones para que seas de los afortunados en comprar tus boletos en la tier 1.
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Ante la lluvia y la nieve, estas son las recomendaciones de la DGT para salir a la carretera antes y durante el viaje
Durante los próximos días, buena parte de España estará azotada por la lluvia y allí donde las temperaturas bajen lo suficiente, también por la nieve. Por eso, la DGT ha lanzado una campaña para recordar qué debemos tener en cuenta, qué es imprescindible y qué es lo que no debemos olvidar si tenemos pensado coger el coche.
El tiempo. Previsiones de lluvia y nieve. Según la AEMET, buena parte de Extremadura, el oeste de Andalucía y algunas zonas de Burgos, Soria y La Rioja tienen activadas alerta amarilla por lluvias o nevadas. Es esta última zona, la referente a la frontera entre la Rioja y el este de Castilla y León el que está amenazado por la nieve.
Aunque las alertas están localizadas en estas zonas, se espera que la lluvia se mantenga durante toda la semana y que las nubes también se conviertan en tormenta el próximo miércoles. La agencia de meteorología espera que llueva sobre la mayor parte de España hasta el próximo viernes.
El aviso. Ante situaciones de fenómenos como estos, la DGT lo tiene claro: hay que extremar las precauciones. Para ello, el organismo ha puesto en marcha una campaña de comunicación con un aviso muy claro:
La Dirección General de Tráfico solicita a los ciudadanos que tengan que desplazarse por carretera consultar, antes de emprender el viaje, el pronóstico meteorológico y el estado de vialidad en el que se encuentran las vías, así como disponer de cadenas por si su utilización fuera necesaria para circular o llevar instalados neumáticos de invierno o de todo tiempo.
Antes de salir de casa. La DGT nos recuerda que, ante el mal tiempo, es imprescindible consultar la meteorología que nos puede sorprender en la carretera, especialmente si acudimos a una zona donde se espera que pueda nevar. En ese caso, de poderlo evitar, es mejor que busquemos una alternativa al viaje, bien por una vía donde no se espera nieve o que, en el mejor de los casos, lo aplacemos.
Si no queda más remedio, recuerda echar las cadenas de nieve al maletero. En caso de que la nieve se acumule, pueden ser imprescindibles (o bien los neumáticos de invierno) para circular por algunas carreteras. Tampoco olvides llevar suficiente ropa de invierno y tener siempre reservas suficientes en el depósito como para afrontar un corte de carretera imprevisto.
Si tenemos que salir de casa. En ese caso, recuerda que la DGT mantiene siempre activa una página web en la que se muestra el estado de las carreteras, se alerta de los cortes de tráfico activos y las posibles restricciones que nos encontraremos. Esto es esencial para poder tomar una alternativa justo antes de salir de viaje o ya en el mismo.
Al volante, la DGT recuerda que es esencial prestar especial atención al hielo que se puede formar en la carretera (especialmente en las zonas de sombra). Si perdemos tracción, podemos tener un accidente. Si llegamos a una zona de nieve, trata de circular con marchas largas, movimientos suaves y, en definitiva, aplicar estos trucos.
Qué medidas se pueden tomar. Desde el organismo señala que si las condiciones de tráfico son especialmente adversas, los agentes pueden tomar la decisión de cortar el tráfico a los vehículos pesados, a todo el que no lleve cadenas de nieve o neumáticos de invierno o, en el peor de los casos, a todos los vehículos.
También se puede limitar la velocidad de circulación y prohibir los adelantamientos con el objetivo de reducir los riesgos de accidente. Además, recuerda que es recomendable dejar el carril izquierdo para el uso de quitanieves y vehículos de conservación de carreteras.
Foto | Magda Ehlers
En Xataka | El método más rápido para calentar el interior del coche ahora que llegan el frío y las heladas
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así funciona el método STAR en entrevistas de trabajo
Steve Jobs decía que lo importante de una buena comunicación no es el mensaje en sí mismo, sino la forma en la que lo transmites. De ahí surgió su popular frase: “No es lo que dices, es cómo lo dices“. Durante una entrevista de trabajo no importa lo bueno que seas en tu trabajo, sino lo bien que sepas transmitir a tu entrevistador que eres la persona adecuada para el puesto, algo que Steve Jobs hacía con gran maestría.
En muchas ocasiones, las entrevistas de trabajo no son para determinar si tienes los conocimientos técnicos para el trabajo ya que eso ya debe quedar claro en el currículum, es para conocer a la persona y sus habilidades blandas (Soft skills).
Jeremy Schifeling fue líder del equipo de Educación de LinkedIn, exsocio de OpenAI y reclutador para empresas como Google, Apple, Amazon y McKinsey compartió algunos consejos en un artículo publicado por CNBC para mejorar las habilidades de comunicación con el sistema STAR, que utilizan los guionistas de Hollywood, para afrontar las preguntas de las entrevistas de trabajo. Al fin y al cabo, estas entrevistas son como una obra de teatro.
El método STAR: haz de tu experiencia una película
El método STAR es un acrónimo que sirve para recordar la forma de estructurar el relato de tu respuesta para que, al contarla, el entrevistador reciba la información de forma ordenada. “Por grandes que sean tus logros, si los compartes de manera descuidada, tu entrevistador asumirá que eres descuidado y no te verá como el profesional organizado, lógico y competente que está buscando”, aseguraba el experto en reclutamiento.
STAR toma sus iniciales de Situación, Tarea, Acción y Resultado. Estructurando las respuestas para responder a cada uno de los apartados se obtiene un relato sólido en el que no se omite información importante para responder a las preguntas de los entrevistadores. Ante la pregunta de un entrevistador sobre, por ejemplo, alguno de tus éxitos en anteriores empleos, el experto recomienda ordenar la información de este modo:
- Situación: ¿Cuál fue el contexto de tu experiencia?
- Tarea: ¿Cuál fue su responsabilidad y objetivo específico en la situación?
- Acción: ¿Qué pasos tomaste?
- Resultado: ¿Cuál fue el impacto de tu trabajo? ¿Qué aprendiste?
Según Schifeling, esta estructura proporciona el “principio básico de la narración humana” y por eso lo usan los guionistas de Hollywood para construir las historias que luego llegan a la gran pantalla. Un ejemplo: Star Wars.
- Situación: Hay una hipotética galaxia muy, muy lejana, en la que Darth Vader gobierna con mano férrea y reduce a cenizas los planetas insurrectos.
- Tarea: Hay que derrocarlo para liberar a la galaxia de su malvada influencia.
- Acción: El joven Luke Skywalker lidera la resistencia que lucha heroicamente contra las tropas del tirano y destruyen la Estrella de la Muerte.
- Resultado: Se restablece la paz en la galaxia y los planetas se unen en una alianza para restablecer un régimen democrático.
Los reclutadores también la usan
De la misma forma, los entrevistadores también pueden estructurar las entrevistas en base a este esquema, conduciendo al candidato por cada una de las etapas para determinar sus habilidades, tal y como confirmaban desde la plataforma de reclutamiento TalentÁrea.
Al ofrecerle el relato de tu experiencia ya estructurado previamente, el reclutador se limitará a hacer “check” en el conjunto de habilidades que está buscando en el candidato, lo cual dejará una buena impronta que influirá en su decisión final.
ChatGPT, para entrenar las respuestas STAR
Jeremy Schifeling aseguraba que “dominar la narración de historias puede llevar toda una vida, pero puedes usar la IA para practicar y perfeccionar tus respuestas STAR”, de ese modo, habrás ensayado la estructura de algunas respuestas antes de las entrevistas.
Comienza pidiendo a ChatGPT una lista de posibles preguntas que pueden surgir en una entrevista de trabajo con un mensaje como: “¿Cuáles son las 10 preguntas de entrevista más probables para esta descripción de trabajo: [descripción del trabajo]?”
Esto generará una lista de posibles preguntas que pueden surgir en la entrevista en base al puesto vacante. A continuación, puedes pedir a ChatGPT que genere una respuesta STAR (Situación, Tarea, Acción y Resultado) para una de las posibles preguntas que dio en su respuesta anterior, teniendo en cuenta tu currículum, adjuntándole el documento junto a la petición.
Según el experto en reclutamiento, “el objetivo no es memorizar y repetir la respuesta exacta que te da ChatGPT [que probablemente se habrá inventado buena parte de su historia], sino perfeccionar tu capacidad para dar una respuesta completa, concisa y contundente utilizando el método STAR”. ¡Que la fuerza te acompañe!
Imagen | Pexels (Anna Shvets)
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El mejor truco para hacer el café en la cafetera italiana es no hacer el café en la cafetera italiana
La pandemia primero y el confinamiento después despertaron numerosas ansiedades latentes en millones de personas. Todo lo que antaño parecía urgente se transformó, de repente, en accesorio. Todas aquellas aficiones aspiracionales con las que fantaseábamos a cada cambio de año se hicieron accesibles, prioritarias. Tuvimos todo el tiempo del mundo para dedicarnos a ellas. Tuvimos todos los incentivos sociales y emocionales para obsesionarnos.
El café fue uno de los tantos nuevos intereses adoptados por los españoles en su momento (el pan casero, la jardinería y el cuidado de plantas, hacer deporte compulsivamente, las manualidades). Uno que ha pervivido. No hace falta preguntarse por qué: con un consumo anual de 4,5 kilos por persona, el café juega un papel fundamental en nuestro día a día. Nos acompaña en el desayuno, nos acompaña a media mañana, nos acompaña después de comer. A algunos les acompaña incluso después de cenar.
Dada su omnipresencia, parecería comprensible asumir una preocupación exquisita por sus calidades y características. Nada más lejos de la realidad.
Si por algo se ha caracterizado siempre España es por la pésima, espantosa calidad de su café. Tanto el servido en los millones de bares que se reparten a lo largo y ancho del país como el preparado el casa. Ambos tienen un denominador común: el torrefacto. La técnica, una especie de caramelizado que recubre al grano ya tostado para conservarlo mejor, surgió de la mente de un comerciante de café hace más de un siglo. En la España depauperada de la post-guerra, la prioridad no era beberse el mejor café sino conservarlo del mejor modo posible.
España no fue el único país arrasado por el torrefacto, pero sí el único donde ha pervivido con tanta insistencia. El café nos resulta barato y duradero, sí, pero a cambio también sabe a rayos: el torrefacto amarga su sabor y obliga a preparaciones muy drásticas donde lo prioritario es bebérselo rápido y dolorosamente (o con bastante leche). La imagen de un trabajador degustando su café a primera hora de la mañana como quien se toma un chupito de amoniaco es intrínsecamente española. Porque nuestra relación con el café es traumática.
La pandemia modificó nuestro orden de intereses. También cierto cambio cultural. Europa llevaba años experimentando aquello que se ha venido a bautizar como “la tercera ola” del café, un movimiento social y comercial que ha puesto a la calidad del grano en el centro de nuestra relación con el café. En miles de cafeterías hip esparcidas por el continente se comenzó a vender “café de especialidad”, es decir, café obtenido en plantaciones controladas y monovarietales, explotadas por pequeños campesinos, donde la calidad es la máxima prioridad. A cambio, sus precios son muy elevados.
Esta transición ha atravesado de raíz a la cafetera por antonomasia empleada en España: la italiana. De repente quisimos mejorar la calidad de nuestro café, pero no a cualquier precio (un paquete de café de especialidad de 250 gramos puede rondar los 15€ sin muchos problemas) ni tampoco cayendo en demasiadas complicaciones. Brotaron como la pólvora artículos y “trucos” sobre cómo mejorar el sabor de nuestro café haciendo pequeños ajustes a su preparación con la cafetera italiana. No se trataba del café, ni del instrumento, nos contamos. Simplemente no sabíamos utilizarla correctamente.
En mi opinión, hemos errado el foco por completo.
Huyendo de la cafetera italiana
Como explicó hace algunos días nuestro querido compañero Javier Jiménez, la cafetera italiana es un invento estupendo. Uno que responde a cuestiones muy específicas: a saber, cómo obtener el café de forma rápida y sencilla y sin tener demasiado en cuenta la técnica del proceso.
Hay algo de paradójico en la reciente obsesión por “los trucos” de la cafetera italiana, cuando su inventor, Alfonso Bialetti, la diseñó con la intención de facilitar y popularizar para siempre el consumo de café en los hogares. No hay nada de casual en los tiempos de su invención (1933, cuando la economía de consumo europea se precipitaba hacia su formulación definitiva) ni en los materiales (fundamentalmente aluminio). La cafetera italiana es una hija pluscuamperfecta de la Era de las Revoluciones (industriales) y de la transformación de una economía local y artesana en una nacional e industrial.
En ese sentido, obsesionarnos con los pequeños trucos que pudieran ayudarnos a perfeccionar el sabor de nuestro café tiene algo de contradictorio. Su funcionamiento es el más sencillo posible porque está pensado para ser lo más universal y masivo posible. Un pequeño recipiente calienta una cantidad fija de agua (de los 50 ml en adelante), sube por un embudo cargado de café, supera un filtro,y brota por una pequeña fuente hacia su depósito final. El agua, filtrada intensamente por la molienda, se transforma en café.
Y listo. Uno incluso puede despistarse unos minutos mientras el proceso se cumplimenta.
Los problemas asociados a este procedimiento son variados. El fundamental es físico-químico, por así decirlo. Para funcionar correctamente la cafetera italiana obliga a extraer el café a altísimas temperaturas, lo que resulta, por norma general, en sabores amargos. No podemos controlar ni los tiempos de extracción ni la temperatura del agua ni la relación café/agua ni el grado de molienda (extremadamente fino, de otro modo el café no se infusiona de forma eficiente) ni muchos otras variables que convierten a la preparación de café en un arte antes que en un tosco proceso industrial.
Porque el café es un arte. Una de las cosas que más me sorprendieron del primer tallé sobre café al que acudí (impartido por Hidden Coffee Roasters) fue la idea de su preparación como “cocina”. No estamos “haciendo” café, estamos “cocinando” café del mismo modo que cocinaríamos un filete o un manojo de verduras. Y en la cocina el 50% del resultado final depende de la técnica y de las habilidades del cocinero. Del mismo modo que abrasar un filete no es el mejor camino para extraer sus mayores virtudes gastronómicas, la cafetera italiana, si bien simple, si bien fácil, si bien barata, no es el camino más rápido hacia un buen café. Es el camino más rápido hacia un café.
En mi experiencia como aficionado al café en sus distintas variantes y métodos de preparación, la italiana es sinónimo de monotonía. De aburrimiento en el peor de los casos. Un sistema efectivo pero rígido que deja pocas oportunidades a la imaginación o a la aventura; un sabor fuerte y reconocible, pero carente de matices en la mayor parte de los casos.
Behold! I bring you the Aeropress
Siempre que alguien me pregunta cómo puede mejorar la calidad de sus tazas de café mi respuestas es invariable: comprando buen café. Invirtiendo algo más de dinero en el producto sobre el que pivota todo lo demás (herramientas, técnicas de preparación, cultura). No hace falta recurrir a muy buenos (pero muy caros) tostaderos de especialidad como Puchero, Hola, San Agustín o Nomad. Es posible optar por marcas italianas masivas como Lavazza, Illy o Segafredo (cada vez más presentes en los supermercados) para dar un salto de calidad notable respecto al clásico café-marca-blanca-torrefactado.
Segundo paso: si de verdad te preocupa la frescura del café, compra un molinillo. Del mismo modo que uno no esperaría comerse una nuez igual de fresca y sabrosa cuarenta días después de ser cascada, el café conserva mejor sus propiedades inmediatamente después de ser molido. Al romperse, el grano libera sabores y aromas que se pierden con el proceso de envasado y con el paso de los días. Hay molinillos de todo tipo (los mejores son los cerámicos, manuales) pero podemos conformarnos con algunos de menos de 30€ disponibles en Amazon.
Llegados a este punto es posible que nadie quiera avanzar más en su relación con el café. Totalmente comprensible. Podemos obsesionarnos con un número finito de cosas en esta vida. Pero si queremos dar el salto al siguiente nivel, el tercer paso consistiría en aparcar la cafetera italiana.
¿Y sustituirla con qué? Si nos gusta el clásico espresso italiano, un café concentrado y cargado de intensidad, necesitaremos un elevado presupuesto. Marcas como La Marzocco o Rocket Espresso comercializan auténticas virguerías del diseño industrial con las que es posible replicar las tazas de los mejores baristas. Son por lo general muy caras. Las hay más pequeñas y de marcas de todo tipo, comercializadas en ocasiones por Lidl y otros minoritas caracterizados por su buen precio. Raro será encontrarlas por menos de 100€ (aunque alguna hay).
Hay una tercera vía, y pasa por el café de filtro. Tanto en España como en Estados Unidos las palabras “café de filtro” están asociadas a un café aguoso y de sabor plano, difícilmente compatible con el estándar de placer al que deseamos conducirnos. Es este el café de oficina, una enorme y aparatosa máquina que deposita el café por goteo en una jarrita transparente. Por lo general hablamos de preparaciones pensadas para consumirse a lo largo de todo un día (de ahí los volúmenes: muchísima agua, muchísimo café) y que, en ocasiones recalentado, conduce a espantos nuevos.
Por fortuna, esta imagen no se corresponde con la auténtica realidad del café de filtro, del mismo modo que el señor aterrorizado cada mañana por el café negrísimo de los bares españoles tampoco se corresponde con la realidad del espresso. El filtro es quizá la preparación que más libertad creativa nos permite y que más sabores, aromas y notas de cata desbloquea. Adaptarse a él lleva un tiempo; una vez dentro de su universo, es imposible escapar.
Su oferta de cafeteras es amplia: desde el renacimiento de las Melitta (las denostadas cafeteras de oficina) hasta la sofisticación de las V60, pasando por las prensas francesas. La inversión aquí suele ser menor que en las cafeteras de presión y vapor (se pueden encontrar Chemex por 45€), lo que las hace más accesibles. En todas ellas, sin excepción, la preparación es manual, lo que permite un alto grado de personalización. Nosotros decidimos cuántos gramos de café utilizamos; cómo de fino o grueso lo molemos; cuánta agua utilizamos para infusionar el café; a qué temperatura lo infusionamos; o durante cuánto tiempo lo cocinamos y extraemos.
Exceptuando la Melitta, poseo y doy uso regularmente a todas ellas. Pero a ninguna con tanta frecuencia como a la Aeropress.
Inventada en 2005 por un obsesivo ingeniero estadounidense, la Aeropress combina a un tiempo la practicidad de la cafetera italiana y la infinidad de posibilidades de las cafeteras de filtro. Su funcionamiento es sencillísimo: molemos el café a nuestro gusto, lo introducimos en un recipiente cilíndrico previamente sellado con una tapa de rejilla y un filtro, y vertemos el agua a la temperatura deseada para que se infusione. Acto seguido, introducimos un émbolo en el cilindro, empujamos hacia abajo y extraemos el café.
La gracia del invento es el vacío que se genera cuando el émbolo se acopla al cilindro de plástico. En esencia, estamos ejerciendo una presión que permite extraer el café rápidamente y en excelentes condiciones. La mezcla de un mecanismo rápido y de las bondades naturales del filtro depara, sin excepción, tazas riquísimas donde explotamos todas y cada una de las virtudes del grano que hayamos elegido. También los defectos, y de ahí la importancia del producto.
Desde su llegada al mercado internacional, la Aeropress se ha convertido en una de las cafeteras más populares entre los aficionados la café. Su precio es bastante asequible (unos 35€), apenas ocupa espacio y se puede transportar con facilidad. Su listado de recetas es casi infinito (puedes consultar algunas aquí): desde preparaciones extremadamente concentradas (mucho café, poca agua) similares al espresso hasta otras más equilibradas, pasando por diferentes tiempos de extracción e infusionado. No hace falta medir y pesar cada gramo de café o agua. Es, en el fondo, una cafetera muy intuitiva.
Por supuesto, nada de esto tiene sentido sin un producto que lo acompañe. En lo personal, recurro de forma diaria a Boconó (unos 26€ el kilo; café de especialidad), pero hay muchas otras opciones de igual calidad (y similar precio o superior).
¿Significa eso que he dado por muerta a la cafetera italiana? En absoluto. Sigue cumpliendo su rol, aunque más disminuido. No tiendo a recomendar el cambio de cafetera cuando alguien sólo quiere mejorar marginalmente la calidad de sus cafés diarios: la italiana es, como ya he dicho más arriba, un invento estupendo. Uno que cubre las necesidades de la mayoría de sus consumidores. Y uno que, en sus “trucos”, introduce cierta rutina conductual que permite preocuparse más por el café (mejorando su sabor en el proceso).
Sin embargo, mi recelo principal parte de aquí: la obsesión viral por sus “trucos” (la tapa levantada, hervir el agua antes de colocarla en el fuego, etcétera, etcétera) no son más que trampantojos. De nada sirve recurrir a ellos si la cafetera no está debidamente mantenida o limpia o si nuestro café es de marca blanca de supermercado. Al igual que el dedo y la luna, preocuparse por estas pequeñeces, que tienen un impacto objetivamente marginal en el resultado final, desvía el foco de atención hacia lo que sí importa en el café.
El propio café.
El salto hacia métodos de cocinar el café más complejos tiene el mismo resultado que las trampas conductuales a las que nos sometemos cuando dejamos la tapa de la italiana abierta: preocuparnos por el proceso. Dotar de importancia a la taza de café. La diferencia es la escala de los cambios y el infinito mundo de posibilidades al que habilitan. Por eso, mi recomendación honesta para explorar el café es, primero, alejarse de las limitaciones que impone la italiana. Siempre habrá tiempo de regresar a ella.
Imagen | Perry Merrity II
En Xataka | Qué dice la ciencia sobre el gran debate de la cafetera italiana: si es mejor levantar la tapa o no
*Una versión anterior de este artículo se publicó en febrero de 2023
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