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Los grandes millonarios están poniendo sus ojos en la captura del CO2 del aire. Y Bill Gates tiene un favorito

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Bill Gates lleva décadas comprometido en inversiones que contribuyan a frenar el cambio climático y los efectos del calentamiento global. Ahora, además de reforzar su apoyo a esa lucha climática, las grandes fortunas han encontrado la forma de hacerse todavía más ricos: limpiar el CO2 de la atmósfera separándolo del aire para almacenarlo bajo tierra.

Un nuevo mercado para ganar dinero. Según publicaba The New York Times, el grupo de inversión climática conocido como Breakthrough Energy Ventures, respaldado por el capital de grandes fortunas como Bill Gates, Jeff Bezos, el fundador de SoftBank, Masayoshi Son o el príncipe al-Waleed bin Talal de Arabia Saudita, acaba de invertir 40 millones de dólares en una startup llamada Deep Sky.

Su modelo de negocio se basa en extraer el dióxido de carbono de la atmósfera mediante un proceso químico, separándolo del aire. No es la primera empresa que desarrolla un sistema similar, y todavía está lejos de poder considerarse una solución climática a tener en cuenta, pero abre la puerta a un mercado que moverá millones de dólares en las próximas décadas.

El proyecto de Deep Sky. La propuesta de Deep Sky consiste en construir la planta Deep Sky Alpha en Alberta (Canadá), desde la que comenzará a desarrollar y escalar su tecnología de extracción de CO2 de la atmósfera utilizando distintas tecnologías de extracción.

De acuerdo con lo publicado por Forbes, Deep Sky utiliza un sistema formado por grandes ventiladores y extractores para aplicar una técnica llamada Captura Directa de Aire (DAC). Durante este proceso, se aspira el aire de la atmosfera y se filtra a través de distintos compuestos químicos que atrapan el CO2. Una vez capturado, el CO2 se separa del material que lo atrapó y se puede almacenar en formaciones geológicas profundas (minas fuera de servicio, campos petrolíferos, depósitos salinos, etc.), o usarse para aplicaciones industriales como la fabricación de materiales de construcción o combustibles sintéticos.

Un negocio de miles de millones. Breakthrough Energy Ventures respalda a más de 800 pequeñas empresas de eliminación de carbono, tomando posiciones para lo que los inversores califican como una previsión de crecimiento explosivo. Se calcula que este sector podría alcanzar un volumen de mercado de 1,2 billones de dólares en 2050

Según un informe de la consultora Mckinsey, se estima que solo durante el próximo año las empresas podrían gastar hasta 10.000 millones de dólares en tecnologías para reducir las emisiones de sus procesos productivos. Según datos de The New York Times, un grupo de empresas formado por Stripe, H&M, JP Morgan y Meta han comprometido ya más de 1.000 millones de dólares para la eliminación de CO2 de la atmósfera. Otras como Airbus, Equinor y Boeing también han asegurado partidas presupuestarias para compensar sus emisiones de CO2, aunque no han especificado una cifra.

Los ambientalistas desconfían de su impacto. Pese a las enormes inversiones que se llevarán a cabo durante las próximas décadas, los ambientalistas son escépticos sobre el impacto real de esta medida, tal y como refleja un informe de Naciones Unidas. “Las actividades de eliminación basadas en ingeniería no están probadas tecnológicamente ni económicamente, especialmente a gran escala, y plantean riesgos ambientales y sociales desconocidos”, recordaban en su informe desde el organismo mundial.

El ex vicepresidente de los Estados Unidos Al Gore y fundador de la organización Climate Trace que monitoriza las emisiones globales de gases de efecto invernadero, declaraba en el NYT: “No pretendamos que estará disponible dentro del plazo que necesitamos para reducir las emisiones. Tenemos que obedecer la primera ley de los agujeros: cuando estés en uno, deja de cavar”, aseguraba Gore, señalando que la mejor opción para frenar la deriva climática es detener de forma drástica el consumo de combustibles fósiles.

Las emisiones no se detienen. Las previsiones de crecimiento en el desarrollo de tecnologías de captura de CO2 se producen en un contexto global en el que, en lugar de contener la emisión de más contaminantes, como señalaba Gore, se están incrementando.

Las empresas están utilizando la compra de créditos climáticos para compensar sus cuotas de emisiones, por lo que, lejos de contener sus emisiones, las incrementan pagando más por ellas.

La falsa seguridad de los créditos de carbono. Uno de los mejores ejemplos de esta práctica la encontramos en el sector de los jets privados. Pese a ser uno de los medios de transporte más contaminantes, se ha incrementado su usoen los últimos años.

De media, un jet privado emite dos toneladas de CO2 a la atmósfera por cada hora de vuelo. Capturar una tonelada de CO2 del aire con sistemas como el que propone Deep Sky cuesta en la actualidad unos 1.000 dólares por tonelada, según publicaba el New York Times en su artículo.

Como medio alternativo, las empresas que operan estos vuelos compran créditos climáticos con los que “compensan” estas emisiones. Por poner un ejemplo, Taylor Swift emitió más de 1.216 toneladas de CO2 con los desplazamientos en sus jets privados durante su gira The Eras Tour, que compensó comprando 2.433 créditos de carbono que se pueden adquirir por una media de 9,87 dólares por crédito.

En Xataka | El África subsahariana tiene algo que todos los países desarrollados anhelan: créditos de carbono

Imagen | Unsplash (Yzy Pop), Wikimedia Commons (Jennifer Jacquemart)

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Médico ligado a la muerte de Matthew Perry no estará en prisión: le dan ocho meses de arresto domiciliario

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Escrito en ENTRETENIMIENTO el

AP.- Un médico que se declaró culpable en un plan para suministrar ketamina al actor Matthew Perry antes de su muerte por sobredosis fue sentenciado el martes a ocho meses de arresto domiciliario.

La jueza Sherilyn Peace Garnett dictó la sentencia que incluyó tres años de libertad condicional para el doctor Mark Chavez, de 55 años, en un tribunal federal en Los Ángeles.

Antes de que se dictara la sentencia, Chavez se dirigió a la jueza y dijo que había perdido recientemente a un ser querido y entendía el dolor que la muerte de Perry ha causado.”Solo quiero decir que mi corazón está con la familia Perry”, expresó.

Chavez adquirió ketamina y se la dio al doctor Salvador Plasencia, quien fue sentenciado a dos años y medio de prisión a principios de este mes por vender ketamina a Perry en los meses previos a su muerte.

Los abogados de Chavez enfatizaron la diferencia entre los dos médicos y dijeron que Chavez “aceptó la responsabilidad desde el principio” al cooperar con los investigadores y renunciar voluntariamente a su licencia médica antes de su audiencia de detención.

“Estos son pasos reales que alguien toma hacia la rendición de cuentas“, comentó el abogado Matthew Binninger. Calificó la sentencia como un “resultado justo y equitativo” para el caso.

Perry había tomado legalmente el anestésico quirúrgico ketamina como tratamiento para la depresión. Pero cuando su médico habitual no se la proporcionó en las cantidades que quería, recurrió a Plasencia.

Plasencia admitió haber aprovechado la situación de Perry, sabiendo que era un adicto en recuperación. Plasencia le envió un mensaje de texto a Chavez diciendo que Perry era un “idiota” que podía ser explotado por dinero, según documentos judiciales.

Chavez admitió haber obtenido la ketamina de un distribuidor mayorista con falsos pretextos y se declaró culpable de un cargo de conspiración para distribuir ketamina. No ha estado bajo custodia.

Perry luchó contra la adicción durante años, desde su tiempo en “Friends”, cuando se convirtió en una de las mayores estrellas de televisión de su generación como Chandler Bing. Protagonizó junto a Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc y David Schwimmer durante 10 temporadas desde 1994 hasta 2004 en el gran éxito de NBC.

Chavez es la segunda persona en ser sentenciada de los cinco acusados que se han declarado culpables en relación con la muerte de Matthew Perry a los 54 años en 2023.

El actor fue encontrado muerto por su asistente el 28 de octubre. El médico forense determinó que la ketamina fue la causa principal de la muerte. El actor había usado la droga a través de su médico habitual en un tratamiento legal, pero poco ortodoxo, para la depresión que se ha vuelto cada vez más común.

Buscando más ketamina de la que su médico le daría, aproximadamente un mes antes de su muerte, Perry encontró a Plasencia, quien a su vez le pidió a Chavez que obtuviera la droga para él.

Se reunió con Plasencia entre San Diego y Los Ángeles para entregar la ketamina que obtuvo usando recetas fraudulentas. En total, admitió haber suministrado 22 viales de cinco mililitros de ketamina y nueve pastillas de ketamina.

Chavez también deberá realizar 300 horas de servicio comunitario.

Los otros tres acusados que llegaron a acuerdos para declararse culpables serán sentenciados en sus propias audiencias en los próximos meses. Garnett ha dicho que buscaría asegurarse de que todas las sentencias tengan sentido en relación unas con otras.

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El turrón se las prometía felices en su búsqueda de sabores imposibles. Hasta que las almendras y huevos dispararon su precio

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Si te gusta celebrar la Navidad con turrón, malas noticias: este año te tocará rascarte más el bolsillo. Bastante más, de hecho. No importa que seas más de tabletas blandas o duras, te pirre el de chocolate, tengas un fabricante predilecto o no te importe probar la marca blanca de tu súper. Casi con toda probabilidad tendrás que pagar más. Así lo concluyen varios estudios de Facua y la OCU, que muestran que los dulces navideños no son ajenos a los vaivenes del mercado.

Aunque no es la tónica general, en sus informes advierten de algunos casos concretos en los que los precios han llegado a dispararse por encima del 50%, amenazando con amargar uno de los grandes placeres de las fiestas.

El dulce, menos dulce. No hay Navidad sin turrón, pero este año nos saldrá bastante más caro llevarlo a la mesa. Lo refleja con claridad un informe reciente de la OCU que advierte de que, por término medio, el clásico turrón de almendra se ha encarecido un 16%. Para ser más precisos la organización detectó un alza del 15,8% en el precio de las tabletas duras y del 16,1% en las blandas. 

Suben también (aunque en menor medida) las variantes que prescinden de los azúcares añadidos, en las que la miel o azúcar se sustituye por edulcorantes: en esos caso el precio se ha incrementado, aunque algo menos, un 13,6%.

Un dato: 23 €/kg. Los cálculos parten de un estudio la OCU, que se ha dedicado a analizar la cotización de más de un centenar de turrones. Para el estudio se centró en concreto en las variedades más clásicas, las de almendra, tanto el de Alicante (duro) como Jijona (blando). Luego sus técnicos se dedicaron a comprar los precios de cada tableta con los registros que almacenan de 2024. 

Con los nuevos precios, el kilo de turrón se sitúa de media en 23 €/kg, aunque si hablamos de “turrón de marca” ese indicador asciende hasta los 33 €/kg.

Misma foto, diferentes detalles. Si bien el informe muestra un encarecimiento general, la subida no ha sido igual de intensa en todas las tabletas. Influye (y mucho) de qué marca hablemos. Los mejor parados son los turrones de marca blanca, los comercializados bajos los sellos del distribuidor. 

En ese caso la subida ha sido de cerca del 9,4%. Es un incremento considerable, pero palidece cuando se compara con el 24,3% que se han encarecido de media los turrones de marcas de fabricante. Dentro de esta categoría también se aprecian diferencia notables en función de la compañía y producto.

¿Puede irse más allá? Sí. Según la OCU, los turrones de la línea “Cosecha propia” de El Almendro cuestan un 37% más que en 2024. La palma se la lleva sin embargo El Lobo, que tiene productos en su catálogo que cuestan hoy un 57% más. La organización reconoce en cualquier caso que ese porcentaje tiene una explicación: en su análisis de 2024 figuraba como el más barato, lo que explica que haya experimentado una actualización de precios tan pronunciada.

“Estas subidas han convertido el precio del turrón tradicional de marca en un artículo de lujo. El de fabricante cuesta ya 33 €/kg de media, frente a los 15 €/kg del turrón de marca blanca de supermercado”, explican desde la organización de consumidores. El valor medio del turrón de almendra ronda los 23 €/kg.

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Mucho más allá del turrón. La OCU no ha sido la única que ha sacado la calculadora para estudiar cuánto más tendremos que pagar por los dulces estas fiestas. Ejercicio similar ha hecho FACUA, que en noviembre advertía ya de que los postres navideños se habían encarecido un 15,4% en las grandes cadenas de distribución. Esa era al menos la media, ya el organismo llegó a detectar casos concretos con “picos de subida” desorbitados, de hasta el 65,3%. 

El estudio analizaba 185 artículos entre los que se incluían turrones, pero también bombones, mantecados y polvorones disponibles en varias cadenas de supermerados, como Mercadona, Dia, Hipercor, Alcampo, Eroski y Carrefour.

“Solo tres han bajado”. “Del total de precios analizados en los meses de octubre de 2024 y 2025, solo tres han bajado con respecto al pasado año y ocho se mantienen igual. El resto, 174 de 185, son más caros”, advierte FACUA, que advierte de subidas en Hipercor, Alcampo, Carrefour, Eroski, Dia y Mercadona. 

El caso más claro lo detectó en un turrón de yema tostada Calidad Suprema El Corte Inglés Selection de Hipercor: de 2,39 euros en 2024 pasó a 3,95 euros, lo que supone una subida de algo más del 65%. En general la organización detectó un encarecimiento medio de los dulces del 22,6% desde octubre de 2023.

Buscando las causas. Que el turrón experimente una subida de precios tan pronunciada no es casualidad. Aunque hay varios factores que entran en juego, para la OCU y CaixaBank hay uno que destaca: la deriva en el precio de una de sus principales materias primas, la almendra. De hecho la OCU recuerda que en las tabletas de mayor categoría llega a representar más del 60% del peso, lo que explica que las fluctuaciones en su cotización se dejen sentir en las tarifas.

¿Tanto ha subido? “Su precio ha aumentado de forma significativa: de 90-95 euros por 100 kg de almendra con cáscara entre enero y agosto de 2024 a unos 120 euros en 2025, con picos de 138 euros en junio”, argumenta la organización, que asegura que variedades como Marcona, Largueta y Comuna han visto cómo sus cotizaciones subían del 15 al 25%. No es ninguna sorpresa si tenemos en cuenta que la almendra se ha situado en valores no vistos desde 2019.

CaixaBank recuerda que las heladas y sequías han marcado la cosecha de las últimas campañas, afectando a los precios. Si en la temporada 2024-2025 los agricultores recibían de media 5,6 euros por el kilo de almendra comuna (la más barata), en las temporadas anteriores ese mismo valor se movía en torno a 4,09 o 2,95 euros el kilo. El cambio en las condiciones meteorológicas ha mejorado las perspectivas de la campaña que se inició en septiembre, pero ese efecto no se ha dejado notar todavía en la campaña de turrones de la Navidad 2025/26.

Almendras… y algo más. Para ser justos la almendra no es el único ingrediente que se ha encarecido en el último año. Lo ha hecho también (y no poco) el huevo, otro elemento destacado en la receta de los turrones y que ha visto cómo su cotización subía por la demanda e influencia de la gripe aviar.

Los últimos datos del INE sobre precios muestran que en los último años los huevos se han encarecido un 30,2%, muy por encima del 3% del índice general. La misma tabla refleja aún la subida de costes de otro ingrediente socorrido en la elaboración de turrón: el chocolate. A lo largo del último año subió un 14,5% y su variedad en polvo y cacao un 12,4%. La ICCO espera una mejora en la campaña 2025-2026 y el Banco Mundial aprecia una moderación de precios y confía en una caída en 2026, aunque (de nuevo) no ha llegado a tiempo para Navidad.

¿Hay algo más? Hay quien cree que sí. En noviembre Rubén Sánchez, de Facua, publicó un interesante análisis en el que cuestionaba que el pronunciado encarecimiento de algunos dulces de Navidad se pueda explicar únicamente por la subida de precios de las almendras o la cotización al alza de los huevos.

“En estos cinco años ha subido todo, sobre todo los ingredientes, la materia prima. También, obviamente, el transporte ha subido mucho, el gas, electricidad, la luz…”, reconoce a laSexta Primitivo Rovira, turronero de Xixona. Solo el azúcar parece dar un ligero respiro a los fabricantes de tabletas tradicionales: según los últimos datos desgranados por el INE, este año se ha abaratado un 7,5%.

Imágenes | Tetiana Bykovets (Unsplash), Pixabay y Lablascovegmenu (Flickr)

En Xataka | Si la pregunta es cuál es el futuro de la industria del turrón, una idea empieza a ganar fuerza en España: las mascotas

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La UE necesita rearmarse de forma rápida y barata. Y su mejor opción pasa ahora mismo por la IA

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Tanto el GPS como ARPANET, el germen de lo que luego sería Internet, nacieron en el seno del Departamento de Defensa de Estados Unidos. Del radar, que se desarrolló durante los años 30 y se perfeccionó durante la Segunda Guerra Mundial, surgieron después avances como el sistema de control del tráfico aéreo o el microondas.

Hubo un momento en que la tecnología militar era una fuente de invenciones para el ámbito civil. Con la IA, los avances técnicos se empiezan a producir en sentido inverso: de lo civil a lo militar. Son empresas que todos conocemos —Google, OpenAI o Anthropic— las que están desarrollando los modelos más sofisticados del mundo y los organismos de defensa están a la expectativa.

A la Unión Europea, esta tendencia le coincide con una crisis aguda en el terreno de la defensa. La guerra de Ucrania ha socavado los cimientos de la vida política en Bruselas, al tiempo que presenta a Rusia como una amenaza creciente. A esto se suma la voluntad de la Administración Trump de frenar la ayuda en materia de seguridad a los países europeos. Un caldo de cultivo que ha impulsado la necesidad de rearmarse.

En marzo, la Comisión Europea anunció la iniciativa ReArm Europe o Readiness 2030. El objetivo es aumentar de forma significativa las capacidades de defensa de la UE. Se trata de un plan que quiere movilizar cerca de 800.000 millones de euros, entre ellos 150.000 millones en préstamos para inversiones militares. Se espera que los gobiernos de los Estados empujen la modernización de sus ejércitos, pero también se busca la movilización de capital privado.

El incremento del gasto en seguridad también se refleja en el Marco Financiero Plurianual (2028-2034), presentado en verano. Este presupuesto, que define a nivel financiero las prioridades de la UE para los próximos años, prevé una asignación de 131.000 millones de euros para apoyar la inversión en las áreas de defensa, seguridad y espacial. A falta de saber cómo es el reparto, los fondos son cinco veces superiores a los del anterior periodo (2021-2027).

Mesa Redonda Websummit
Mesa Redonda Websummit

(Pablo Bejarano)

Estos esfuerzos de la UE por recuperar el terreno perdido en defensa podrían beneficiarse de la carrera tecnológica que se vive en la actualidad. Sobre todo de los avances en IA, llamados a reconvertir los ejércitos y las formas de disuasión que hoy exhiben los países. En una de las mesas redondas de la Web Summit, celebrada en Lisboa el pasado noviembre y que actúa como punto de reunión de startups de todo el mundo, varios expertos abordaron este tema. Bajo el título ‘From code to combat: Why AI defense tech is exploding’, los participantes debatieron sobre el auge de la IA en materia de defensa.

“Lo que está cambiando el panorama tecnológico es la velocidad de innovación”, comentaba Josh Araujo, CEO de la startup Forterra, en referencia al acelerado ritmo de evolución de las tecnologías. “Y en Europa, lo que ocurre con los presupuestos de defensa es que ya no interesa comprar cosas viejas. Se puede tomar un sistema, tripularlo con humanos y colocarle un blindaje, con lo que hablamos de sistemas refinados y caros para cuyo diseño se emplean décadas. O se pueden desplegar sistemas autónomos low cost que ponen a los humanos fuera de peligro y permiten proyectar más potencia de fuego y más capacidad de disuasión a un coste mucho menor”.

El impulso de las startups y el capital privado

Forterra es una empresa estadounidense que se dedica a desarrollar sistemas autónomos terrestres, para el ámbito de la defensa y la logística industrial. Araujo acostumbra a tratar tanto con actores militares como civiles y resalta la importancia de la disuasión: “Se trata de que para Europa y nuestros aliados, a los agresores les suponga un coste mucho mayor llevar a cabo una acción de agresión. La clave aquí es desplegar tanta capacidad y tan rápido como sea posible al menor coste posible”.

Para hacer este despliegue a bajo coste, la IA será clave. Un informe del think tank RAND recomienda  estima que los avances en autonomía y robótica permitirán que este tipo de tecnología se use en masa. “La IA representa una gran oportunidad. Si nos damos cuenta de lo que generamos hoy en el campo de batalla, con enjambres de drones, vehículos autónomos terrestres y diferentes sistemas de misiones, vemos que son enormes cantidades de datos”, señala Araujo. 

“Tradicionalmente tenías que tener a un montón de gente mirando fijamente las pantallas de sus ordenadores para analizar y absorber la información. Pero la IA nos ofrece la posibilidad de tomar esta información, darle un sentido y ponerla en contexto para que un humano tome decisiones basadas en esa información”, añade. El CEO de Forterra añade que este cambio se ha producido durante los últimos tres o cuatro años.


tanques
tanques

(IDF Spokesperson’s Unit/Commons)

Uno de los casos de uso más directos de la IA tiene que ver con la mejora en la capacidad de vigilancia del terreno, mediante el análisis de imágenes en masa. Pero la tecnología también se ha empleado en la búsqueda e identificación de objetivos o para guiar drones hacia el blanco sin la intervención de un operador. Asimismo, en Ucrania se ha ensayado el despliegue de vehículos autónomos terrestres, al tiempo que se plantea la puesta en marcha de enjambres de drones que actúen en misiones de manera controlada.

Todas son fórmulas de incrementar capacidades bélicas a bajo coste, en comparación con los medios que se han usado hasta la fecha. Aún queda mucho por afinar, eso sí. En una conversación informal, un directivo de una compañía del sector de defensa en España admitía que la IA generativa todavía está en fase de exploración y que por ahora no tiene usos claros en el ámbito militar.

Esto no impide que un aluvión de startups tecnológicas dirija sus esfuerzos hacia el sector de la defensa. James Cross, codirector de inversión privada en la firma Franklin Templeton, fue el otro de los participantes en la mesa redonda de la Web Summit y pintaba un contexto repleto de incentivos económicos: “Invierto en defensa desde finales de los años 90, pero las cosas han cambiado mucho en los últimos diez años. Antes ninguna firma de capital riesgo habría invertido en una compañía orientada a defensa y hoy, aparte de la IA, la defensa es probablemente el sector más candente”.

Cross aderezaba esta visión con dos apuntes: los gobiernos ahora se han implicado, algo que no sucedía desde hacía tiempo, y cada vez más dinero va a parar a startups en vez de a contratistas tradicionales de armamento. En la primera mitad de 2025, el capital riesgo en Estados Unidos inyectó alrededor de 38.000 millones de dólares a startups tecnológicas vinculadas a defensa, según JP Morgan. Anduril, Palantir o SpaceX son algunos de los nombres que suenan.

Del mercado comercial al ámbito militar

Pero hay otras empresas mucho más populares que han metido cabeza en el mercado de la defensa. Los contratos gubernamentales en este ámbito son lucrativos y esto ha atraído a los grandes actores de la IA. En Estados Unidos, el Pentágono ha firmado contratos con OpenAI, Google, Anthropic y xAI por valor de 200 millones de dólares cada uno para sistemas de inteligencia artificial. 

Como apunte, hace meses que Google abandonó oficialmente su compromiso —adquirido en 2018 tras las protestas entre su plantilla— de no usar la IA para aplicaciones de cibervigilancia o armamento. No es un detalle menor.

Tanto Google como OpenAI, Anthropic o xAI son compañías que han desarrollado sus sistemas para el mundo comercial. Sus productos están dirigidos a consumidores o empresas y prosperan en ese marco. Pero de esta forma han construido los modelos más avanzados del momento, que ahora son exportables al ámbito militar.

torreta
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Ya tenemos pequeños experimentos “autónomos” a nivel terrestre en Ucrania, como esta torreta Predator montada en un vehículo oruga. (UGV Robotics)

Araujo hablaba de las ventajas que esta forma de operar presenta para las empresas: “Si puedes encontrar aplicaciones que tengan un uso dual, tanto en contextos comerciales e industriales como militares, podrás ser mucho más eficiente en costes a la hora de entregar tus capacidades, porque estarás vendiendo a un mercado mucho mayor. Además, estarás adaptando tu sistema con conjuntos de datos más grandes, tanto comerciales como militares, y podrás conseguir modelos que generalicen mejor”.

En Europa, Mistral, la baza de IA generativa dentro de la UE también se ha lanzado a buscar contratos en el ámbito militar. Se ha aliado con la startup alemana Helsing, especializada en sistemas autónomos, y su CEO Arthur Mensch declaró que era imprescindible que el gasto militar en IA se canalizara hacia empresas europeas. Una alusión clara a la soberanía tecnológica que promueven las instituciones europeas.

No es tan fácil

Desde luego, desplegar la IA en el frente de batalla no es comparable a entregar servicios a una empresa o a una masa de consumidores. 

Hay dificultades técnicas que aún están por resolver. “Lo hemos visto en Ucrania con los drones y la robótica. Su expansión trae enormes cantidades de datos y la mejor manera de gestionar esto es aprovechando la IA. Pero para introducir la IA en el campo de batalla necesitamos desplegarla localmente”, afirma Araujo. “No podemos simplemente ir a una nube normal desde una red 5G. Tenemos que tener infraestructura para desplegar la IA. Estamos viendo esto en forma de robots y vehículos autónomos, que impulsan la necesidad del edge computing”.

El despliegue de telecomunicaciones, complejo ya de por sí, siembra otro obstáculo. “No podemos tener cargas de trabajo de IA exigentes con computing edge si no tenemos una fuente de energía que prácticamente no se agote. Y llevar energía al frente es bastante peligroso y bastante caro”, apuntaba Cross. Para solventar esto se barajan diferentes opciones, incluidos los reactores nucleares pequeños (SMR).

ucrania
ucrania

(Ministry of Defense of Ukraine)

Aunque la IA es un atajo económico para incrementar las capacidades de defensa, las nuevas tecnologías implican una inversión que nos devuelve al aumento del gasto. Una política con la que no todos los países están de acuerdo. En la propia Unión Europea, algunos Estados miembro han mostrado sus reticencias. Entre ellos, Bélgica, Italia y España, que se ha comprometido a un incremento hasta el 2% del PIB este año (en 2024 fue del 1,3%). Si bien el comisario europeo de Defensa Andrius Kubilius señalaba que el país deberá tratar de cumplir con el 3% que exigirá Estados Unidos.

No cabe duda de que el armamento experimentará un cambio debido a la aplicación de la IA y los sistemas autónomos. La guerra moderna ha dado otro salto y esto traerá capacidades militares de consecuencias desconocidas. De ahí que algunas voces ya hayan pedido que se regule el uso de este tipo de armamento. 

Imagen | Ministerio de Defensa de Ucrania

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