Cine y Tv
Guionistas de Infinity War revelan planes originales con Capitán América
La última edición de Quarantine Watch Party de ComicBook dejó en el aire varias preguntas sobre datos y secretos no revelados de Avengers: Endgame (2019) y Avengers: Infinity War (2018). Sobre esta última cinta salió a relucir un cuestionamiento por parte de un internauta, quien interrogó a los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely sobre el rol original de Capitán América/Steve Rogers debido a su status de prófugo tras lo sucedido en Capitán América: Civil War (2016).
La pregunta a continuación: «Escuché que había un borrador donde Capitán América originalmente no aparecía en Infinity War hasta el tercer acto. ¿Eso es verdad?». Stephen McFeely se limitó a responder que el borrador existía, pero que la idea apestaba.
Haciendo una retrospectiva y viajando al 2018, Anthony y Joe Russo platicaron con ET para confesar que el plan inicial sí era presentar a Steve Rogers hasta la batalla de Wakanda contra Thanos.
«Todos en Marvel, creo que aparte de Joe y yo, estábamos enojados porque nuestra idea era traerlo de regreso casi al final de la película. Pensamos que [Wakanda] era el lugar correcto para hacerlo, pero después de un tiempo nos rendimos porque ¡Necesitamos más Cap!», dijo Anthony Russo entre risas.
Como sabemos, lo que sucedió en realidad es que Capitán América apareció en Infinity War mucho antes. En concreto, durante una secuencia en la ciudad de Edimburgo, donde Wanda Maximoff (Elisabeth Olsen) y Vision (Paul Bettany) son atacados por miembros de la Orden Negra. La pelea provoca que Vision sea arrojado dentro de una estación de tren gravemente herido, mientras la Bruja Escarlata se prepara para ejecutar un contraataque, se asoma una silueta del otro lado del andén que nos advierte el triunfal regreso de un barbudo Capitán América listo para el rescate.
El año pasado los mismos escritores le comentaron a Collider que pensaron en otra entrada triunfal para Steve Rogers en Infinity War. En la secuencia nuestro héroe fungía como un rehén para posteriormente hacerle frente a un grupo de Terroristas de Medio Oriente. La idea se descartó por la densidad de la historia, pues no había espacio para narrar subtramas.
Tras la partida definitiva de Chris Evans como el superhéroe toca el turno de The Falcon and the Winter Soldier, la cual nos anticipan que la historia del show probablemente se centrará en la negativa del gobierno para reconocer a Sam Wilson (Anthony Mackie) como el nuevo Capitán América. Lo que ya sabemos es que John Walker (Wyatt Russell) será justamente el nuevo Capitán América, incluso imágenes desde el set nos aseguran que unirá fuerzas con Bucky Barnes para combatir el mal.
La producción de The Falcon and the Winter Soldier tuvo que detener filmaciones, aunque aún se espera su estreno para agosto de 2020.
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Cine y Tv
2024: Un año de musicales, sorpresas y grandes eventos
Se termina 2024, uno de los años más extraños y reveladores que la industria ha experimentado recientemente. Si bien, tuvimos los clásicos taquillazos que abarrotaron los cines (y agotaron palomeras coleccionables), también hubo fracasos que sacudieron a más de un estudio, polémicas capaces de convertir las redes sociales en un campo minado, y eventos que hicieron de este, un año inolvidable. Digamos adiós al 2024 con un repaso por aquellas películas y eventos que marcaron la agenda en los últimos meses.
Todo inició con la batalla final del llamado Barbenheimer. La temporada de premios se convirtió en el escenario perfecto para que Greta Gerwig (directora de Barbie) y Christopher Nolan (realizador de Oppenheimer) se hicieran presentes en casi todas las ceremonias de la industria. Aunque la taquilla favoreció a la muñeca, los premios le dieron la victoria al hombre que creó la bomba atómica. Entre vestidos rotos y números musicales de ensueño, Emma Stone (con su segundo Óscar) y Ryan Reynolds (interpretando I’m Just Ken) también hicieron historia.
Quienes sufrieron en la primera parte del año fueron, principalmente, Dakota Johnson y Henry Cavill. Ella se enfrentó a las burlas y los comentarios de Madame Web, pero él no se quedó atrás con la decepción de Argylle: Agente secreto. Al final, la película nos traicionó y demostró que Cavill no era el protagonista (como se vendió), pero el daño a su imagen (por un fracaso más) ya estaba hecho. Si todos los que le dan like a sus fotos sexys en redes pagaran un boleto para verlo en el cine, las cosas serían diferente.
Godzilla y Kong regresaron para partirse la cara (otra vez), asegurar otra película y dejarnos algunos memes. Melissa Barrera nos demostró en Abigail por qué su despido de Scream fue todo un error, y Zendaya no sólo montó gusanos de arena. Con Desafiantes hizo que el tenis le pareciera emocionante hasta a quienes no lo entienden.
También llegó el pánico. No, no se debió a ninguna pandemia (toquemos madera), sino a dos fracasos sorpresivos que dejaron temblando a más de uno. Por un lado, Ryan Gosling y sus increíbles stunts en Profesión peligro le importaron a muy pocos. Por el otro, Chris Hemsworth y Anya Taylor-Joy demostraron con Furiosa: De la saga Mad Max que las interacciones en redes sociales tampoco equivalen a boletos vendidos en el cine. La baja taquilla de Amigos imaginarios y El planeta de los simios: Nuevo reino también hizo que muchos se mordieran hasta la cutícula. El fin del cine como lo conocemos parecía inevitable.
O al menos eso creíamos… ya saben que los cinéfilos a veces somos un poquito dramáticos.
Will Smith regresó con otra cachetada, pero ahora con guante blanco y dirigida a todos quienes dudaron de su poder taquillero. La cuarta película de Bad Boys dio inicio a un junio de ensueño. Los cines se llenaron de gente, las palomitas y los nachos se vendieron como antes, hubo familias incómodas, salas atiborradas, empleados con cansancio y cara de pocos amigos. Todo eso que sucede cuando hay un éxito histórico.
Y sí, ese éxito histórico tiene nombre: Intensamente 2, que se convirtió en la película más taquillera en la historia de México. Entre personas que compartieron sus frustraciones con Riley o se sintieron identificados con sus ataques de ansiedad, nadie pudo escapar de dicho título.
Todos los que se alegraban por los fracasos de Marvel Studios se comieron sus palabras. Deadpool y Wolverine (su único estreno del año) arrasó en la taquilla y rompió récords para una película con clasificación para adultos. El cine basado en cómics no ofreció propuestas tan fuertes como otros años, pero aquellas que sí llegaron (Madame Web, Hellboy: The Crooked Man, Guasón 2 y Kraven El Cazador), pasaron con más pena que gloria. Hasta a Venom le costó alcanzar la taquilla de sus antecesoras.
Otro aspecto inolvidable es la avalancha de musicales que recibimos en los últimos 12 meses. Los mexicanos todavía coreábamos las canciones de Wonka (o al menos aquellas que no son tan olvidables) cuando Chicas pesadas llegó a la cartelera. De forma mañosa, Paramount Pictures ocultó que se trataba de un musical, y aunque el impacto fue nulo a comparación del éxito de 2024, muchos ya desearíamos sus $100 millones de dólares recaudados.
Algo curioso ocurrió con Guasón 2: Folie à Deux, pues a semanas del estreno nadie parecía tener claro si era un musical o no. Lady Gaga lo negó, Todd Phillips (director) lo confirmó, y el mundo entero lo odió. Vaya diferencia con Wicked, cuyas canciones hicieron de algunas salas (y la premiere en el Auditorio Nacional) toda una fiesta. Tristemente, las canciones de Moana 2 no le llegaron a los talones a las de su antecesora. Y para cerrar el año tenemos Mufasa: El rey león, con canciones de Lin-Manuel Miranda… y la promesa de arruinar lo que conocíamos sobre el padre de Simba.
Para los amantes del terror, Desaparecer por completo demostró que el cine mexicano podría ofrecer propuestas muy originales. Un Tarot de la muerte se encargó de llenar la pantalla con sangre, y Lupita Nyong’o (con un gato) se enfrentó al primer día de la invasión en Un lugar en silencio: Día uno. Nicolas Cage se convirtió en Longlegs, y Sonríe 2 nos demostró que las maldiciones también acechan a las cantantes. Incluso la saga Alien revivió con éxito. Ojalá MaXXXine hubiera corrido con la misma suerte.
México fue el país seleccionado para grandes eventos, y no necesariamente por esa “regla” que relaciona las visitas de los actores con una terrible calidad. En realidad, es porque nuestro país se ha convertido en una de las economías más importantes para la industria hollywoodense. El elenco de Duna: Parte dos provocó gritos, lágrimas (y malas preguntas del programa Venga la alegría) en su visita al Auditorio Nacional de la Ciudad de México. Timothée Chalamet nos habló de futbol, se puso la playera de la Selección Mexicana y reafirmó por qué es uno de los favoritos del público.
Otras producciones siguieron los pasos de Duna: Parte dos, y así recibimos a los elencos de Furiosa: De la saga Mad Max, Bad Boys: Hasta la muerte, Beetlejuice Beetlejuice, Venom: El último baile y Wicked (al grito de ¡Ariana, hermana, ya eres mexicana!). Hasta Aaron Taylor-Johnson quiso cerrar el año en México, pues vino para presentar Kraven El Cazador, robarle suspiros a más de uno y despertar bajas pasiones en redes.
Por primera vez, la Comic-Con Experience (CCXP) celebró una de sus ediciones en México. Miles de fans se dieron cita para presumir su cosplay, comprar coleccionables, escuchar a sus artistas favoritos de cerca y sentirse parte de una comunidad. Sydney Sweeney promocionó Inmaculada, su más reciente película de terror. Los organizadores quedaron fascinados y ya anticipan una un espectacular regreso en 2025.
El Festival Internacional de Cine de Morelia también nos dejó otra edición para recordar. Nos visitaron Alfonso Cuarón, Rodrigo Prieto y hasta el enorme Francis Ford Coppola. Este último presentó Megalópolis, la vapuleada película que durante décadas quiso hacer y por fin lo logró. Es cierto que dicho título dejó a los espectadores confundidos, pero no tanto como los que se preguntaron qué demonios hacía la polémica Emilia Pérez (con su fallida representación de México) en el festival. Esperemos que, en 2025, más y más estrellas quieran visitar el país y no teman a los reporteros y conductores de Venga la alegría.
Fue un gran año para quienes gozan del cine mexicano y todas sus propuestas. José Eduardo Derbez consiguió su primer protagónico. Fiona Palomo y Alfonso Dosal nos estremecieron con Un actor malo, Osvaldo Benavides (sí, Nandito de María la del barrio) debutó como director con Noche de bodas, mientras que Rodrigo Prieto hizo lo mismo, pero con un clásico como Pedro Páramo. Firma aquí nos enseñó que el amor no debe ser perfecto, y Casi el paraíso convirtió al primer best seller mexicano en una película muy interesante. La querida Ana Serradilla también volvió, esta vez con una comedia sobre dos inseminaciones mal realizadas (Una pequeña confusión).
Isaac Ezban volvió a mezclar la fantasía, el horror y el drama familiar con Párvulos: Hijos del apocalipsis. Sujo, de Astrid Rondero y Fernanda Valadez emprendió el camino rumbo al Óscar, y Alonso Ruizpalacios impactó al público con La cocina, que lo llevó a conseguir una nominación en los Independent Spirit Awards. El ganador, al menos en cuanto a taquilla se refiere, fue Adrián Uribe con El candidato honesto. Esta es apenas la tercera película mexicana que supera los $100 millones de pesos (MDP) desde 2020.
Muchos podrán quejarse de Televisa a través de todos los medios posibles. Pero eso no evitó que La casa de los famosos México llegara a la conversación cinematográfica. A alguien se le ocurrió que la final de la segunda temporada se transmitiera en el cine, y los resultados fueron inquietantes: $1.97 MDP. Quizá a algunos no les parezca mucho, pero es más de lo que recaudaron 60 estrenos nacionales en todo el año. Muchos actores, analistas de la industria y directores sintieron más miedo con dicho dato que con Longlegs: Coleccionista de almas, Sonríe 2, o el acento de Selena Gomez en Emilia Pérez.
El año también será recordado por hacernos llorar… y mucho. Fue demoledor ver cómo Zac Efron perdió a casi toda su familia en Garra de hierro. Blake Lively y Justin Baldoni por poco y se avientan hasta los floreros en la filmación de Romper el círculo, pero vaya que conmovieron a millones de espectadores con la relación tóxica de sus personajes.
Muchos se identificaron con Demi Moore en La sustancia y su crisis frente al espejo. Otros tantos lloraron como bebés con la viudez de Andrew Garfield en El tiempo que tenemos. Pero si de “lágrimas sabrosas” hablamos, nada como el primer vuelo de Brillo en Robot salvaje o el primer abrazo de Elphaba y Glinda en Wicked. ¿Acaso no se siente bien dejar fluir nuestras emociones con un buen puño de palomitas como acompañamiento?
Ha llegado el momento de despedir el 2024, pero no podemos hacerlo sin mencionar todas esas propuestas que, sin esperarlo, se ganaron un lugar destacado. Ahí rondan un sanguinario payaso que rompió récords sin un gran distribuidor, Demi Moore con la actuación de su vida, Longlegs y su brillante marketing, Sydney Sweeney y Glen Powell derramando miel en Con todos menos contigo, y hasta Hugh Grant como un hereje perturbador.
¡Adiós, 2024! Y como dijeran en esa película que tiene tan en boga a Eugenio Derbez: ¡Hasta nos duele esa p*nche parte del cuerpo nada más de acordarnos de ti!
Juan José Cruz. Soy de los que siempre defendió a Robert Pattinson como Batman y puede ver la misma película en el cine hasta 7 veces. ¿Mi gusto culposo? El cine de terror de bajo presupuesto.
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Actualidad
Wicked deslumbra México: Ariana Grande, Cynthia Erivo y un mágico estreno en el Auditorio Nacional
La magia del mundo de Oz llegó a México con la espectacular premiere de la película Wicked en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. El evento, que se llevó a cabo el 11 de noviembre de 2024, reunió a fanáticos del musical y a destacadas personalidades del espectáculo, convirtiendo la alfombra amarilla en un desfile de talento y glamour.
Una alfombra amarilla llena de estrellas
La alfombra amarilla, decorada con elementos inspirados en el mágico mundo de Oz, recibió a las estrellas principales de la película. Ariana Grande, quien interpreta a Glinda, deslumbró con un vestido blanco que evocaba la elegancia de su personaje. Por su parte, Cynthia Erivo, en el papel de Elphaba, conquistó a los presentes con su energía y cercanía, firmando autógrafos y compartiendo momentos con los asistentes.
Jonathan Bailey, quien interpreta a Fiyero, también estuvo presente, añadiendo un toque de encanto británico al evento. Los actores se mostraron emocionados por la calurosa recepción del público mexicano, quienes abarrotaron el Auditorio Nacional desde tempranas horas.
Celebridades mexicanas y un toque de nostalgia
El evento contó con la presencia de Danna Paola y Ceci de la Cueva, quienes dejaron su huella en la versión teatral de Wicked en México. Ambas actrices expresaron su orgullo por formar parte de este proyecto, con Danna Paola prestando su voz para la versión en español de Elphaba. La cantante tuvo un emotivo encuentro con Ariana Grande, quien elogió su interpretación con las palabras: “Suenas hermoso”.
Un evento para la historia
La premiere no estuvo exenta de momentos de emoción. La multitudinaria asistencia generó momentos de caos cuando algunos fanáticos cruzaron las vallas de seguridad en su afán por acercarse a las estrellas. A pesar de ello, el evento se desarrolló con éxito, dejando a los asistentes con la promesa de una película que estará a la altura de las expectativas.
El impacto cultural de Wicked en México
Wicked no solo ha sido un fenómeno en Broadway, sino que ha dejado una profunda huella en México a través de sus adaptaciones teatrales. Ahora, con su salto al cine, la historia de Elphaba y Glinda promete conquistar una nueva generación de fanáticos.
Con una dirección magistral de Jon M. Chu y actuaciones memorables, Wicked se perfila como uno de los estrenos más importantes del año, y México tuvo el privilegio de ser parte de este mágico viaje.
Cine y Tv
Fuimos a Comala a ver a un tal Pedro Páramo, pero nos recibió la fuerza de Susana San Juan
Vine a Comala no a encontrar a mi padre, pero sí a Pedro Páramo, la adaptación cinematográfica del relato de Juan Rulfo. Sin embargo, este Comala no se encuentra en Jalisco, geografía de la que se componen los paisajes rulfianos, sino en un set de los Estudios Churubusco, en la Ciudad de México. Al mando de estos terrenos no se encuentra el legendario cacique que da nombre al libro, sino el cineasta Rodrigo Prieto, también una leyenda: consiguió su primera nominación al Óscar en 2006 como cinefotógrafo de Brokeback Mountain (Dir. Ang Lee) y le siguieron otras tres en el mismo rubro, gracias a su trabajo en cintas dirigidas por Martin Scorsese (Silencio, El irlandés y Los asesinos de la luna). Ha trabajado también con Alejandro González Iñárritu, Pedro Almodóvar y Greta Gerwig, e incluso en los videos musicales de Taylor Swift.
En su regreso a México, el cineasta y su equipo nos reciben en la novena de diez semanas de rodaje, repartidas entre locaciones de San Luis Potosí y un set construido en estos estudios. “Filmar en México ha sido reencontrarme con mucha gente y con esa energía y pasión de los técnicos mexicanos, que es inigualable”, mencionará Prieto durante nuestro encuentro. El aire huele a madera y en el ambiente se respiran las prisas de cumplir con las agendas de grabación, pues hoy se filma una de las escenas más trascendentales para esta historia: la muerte de Susana San Juan, el evento que marca la destrucción de un pueblo entero.
Ilse Salas y Manuel García-Rulfo me reciben a mí y a otros periodistas en el set antes de dedicarse por completo a ponerse el traje de Susana San Juan y Pedro Páramo y nos comparten un poco de cómo fue su experiencia en esta película, la primera de Rodrigo Prieto como director, y la adaptación de la que muchos consideran la novela más importante de la literatura mexicana.
“Cuando me piden que recomiende un libro a amigos que son extranjeros, les digo que traten de leer a Rulfo porque, para mí, es la voz de México. Siento que cuando lees a Rulfo entiendes y ves a México, lo que es, las raíces, las culturas, los problemas sociales y lo complejo que es. Obviamente para mí llevar el apellido es algo muy personal y crecí con eso. Pero sí, para mí Rulfo es México”, explicó el actor, quien es familiar del escritor. “Yo tenía una dislexia fuertísima entonces lo leí pero nunca capté nada, hasta que la releí a mis veintitantos años. No me quiero colgar del apellido ni nada, pero sí fue algo muy presente en la familia, hacíamos lecturas, se hablaba mucho de lo que era la novela, en el rancho hablábamos de los muertos y fantasmas y recurríamos a la novela”.
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Por su parte, Ilse Salas se ha reencontrado con el libro y sus interpretaciones al momento de crear a su personaje. “Yo recordaba a Susana San Juan como el gran amor de Pedro Páramo. Entonces mi ego de actriz dijo: ‘Sí, acepto ser el gran amor de Pedro’. Luego lo leí y vi que es el símbolo de un montón de cosas y representa una figura femenina que me duele muchísimo. Y adquirió otra dimensión, la obra y los personajes”.
Para sumar a la construcción de este universo, se recrearon con precisión cada uno de los detalles, desde los tintes naturales en la ropa, hasta la medida exacta de los rebozos y sombreros usados por los personajes, ubicados en el contexto de la Revolución Mexicana. Se confeccionaron más de 400 enaguas y 700 huaraches en modelos de aquella época y región; se consiguieron telas de varios estados de la República y se hicieron textiles con telares y bordados a mano en una labor de vestuario encabezada por Anna Terrazas (ganadora del Ariel por su trabajo en Bardo).
En el diseño de producción participó Eugenio Caballero (ganador del Óscar por Dirección de Arte en El laberinto del fauno) junto con Carlos Y. Jacques (seis veces nominado al Ariel y ganador por La habitación). Juntos construyeron los detalles del calor, bonanza y decadencia de Comala, y los espacios más representativos de los personajes, como la habitación de Susana, adornada con cortinas de terciopelo azul y una imponente cabecera dorada. Aunque a cuadro será imperceptible, la mesita de noche tiene pequeños frascos de medicamentos y las sábanas están decoradas con detalles bordados en azul cielo. El vestuario del personaje está codificado en las mismas tonalidades, que no solo remiten a sus ojos aguamarina, sino también a la idea del mar, la fluidez y la libertad.
En la novela y en la película, Susana San Juan conoce a Pedro Páramo en la infancia y forman un lazo que se rompe cuando ella deja el pueblo. Treinta años después, y ya como un hombre poderoso, Pedro consigue que vuelva, pero ella ha enviudado y vive inmersa en su mente, desafiando las autoridades que intentan someterla.
“Me identifico con su rebeldía, porque sí siento que es una punk de verdad. Y su rebeldía viene de un profundo dolor. Por ejemplo, con la religión, como está cuestionando y burlándose de un sistema poderosísimo en ese entonces. Me conmueve. Yo tenía muchas discusiones con Rodrigo, no me gustaba que la pusieran tan débil, ¿por qué siempre en una cama?, fue una discusión y otra. Y la que gané fue mostrar que es una mujer que no le tiene miedo a su vulnerabilidad, no le tiene miedo a llorar”, sostiene Ilse Salas, quien reveló que tomó inspiración de múltiples tesis universitarias y sus lecturas del personaje, así como de la película Camille Claudel 1915 (Dir. Bruno Dumont).
El resultado es un personaje intenso e indescifrable, que desde la enfermedad y hasta su último aliento se niega a doblegarse a los protocolos y expectativas de la religión y el matrimonio.
García Rulfo agrega: “El personaje de Pedro está basado en que Susana no le corresponde, y por más que la tiene en su casa, no puede entrar. Y lo que vivieron de niños no lo puede volver a sentir, por más que quiera no puede volver a tener a esa Susana. Y también habla mucho del patriarcado: el lado masculino de no tener, no poseer, y eso revienta todo».
Los actores coinciden en su gratitud por haber contado con la compañía de un equipo talentoso y la guía de Rodrigo Prieto, a quien califican como un director con humildad y sencillez. Además, consideran que su ojo como fotógrafo lo llevaba a prestar atención a detalles del ambiente, en conjunto con el trabajo actoral.
“Mi énfasis ha sido emocional», comenta Rodrigo Prieto, «el lado visual se me da automáticamente, entonces mi énfasis han sido los personajes, la historia, cómo contarla, qué partes de la historia contar. Así como Juan Rulfo la editó y la editó, hemos tenido que tomar decisiones de qué dejamos, qué enfatizamos, qué quitamos. Y, a nivel visual, cada momento y cada escena ha sido preguntarnos cuál es la mejor manera de contarla con la cámara. La parte fotográfica también la compone la atmósfera y qué hace la cámara para contar las cosas que importan”.
Es hora de dejar este mundo de fantasmas, texturas, ocres y madera, pues el rodaje continúa en el set de Pedro Páramo.
“Ya me voy a maquillaje a quitarme lo sana”, se despide Ilse Salas antes de regresar una última vez a Comala.
Fabiola Santiago Periodista y crítica de cine. Le interesa la diversidad de miradas en películas y series. Habla y escribe sobre cine hecho por mujeres, por cineastas indígenas y latinoamericanos.
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