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Los restaurantes de EEUU han salido de la pandemia un 15% más productivos. Hay una explicación: las visitas “exprés”

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El COVID no le ha sentado mal a los bares de EEUU. Al menos si hablamos de niveles de productividad. A pesar de que la pandemia golpeó con saña a la hostelería de medio mundo (incluida la española), hundió la facturación del sector y condenó a no pocos negocios al cierre, los locales estadounidenses alcanzaron durante la crisis sanitaria un nivel de productividad laboral un 15% mayor del que tenían antes del COVID, un aumento notable que no se ha diluido.

La explicación es muy sencilla: las visitas exprés.

La herencia del COVID. Que la pandemia fue demoledora para la hostelería y obligó a cerrar muchos negocios está claro. Hace poco sin embargo un grupo de investigadores de las universidades de Chicago y Nueva York se hicieron una pregunta que va un poco más allá: ¿Influyó de alguna manera el COVID-19 en la productividad de los locales? Y si fue así, ¿en qué sentido? ¿Se mantiene todavía ese efecto?

Sus conclusiones las plasmaron en un estudio que acaba de publicar la National Bureau of Economic Resarch (NBER) con un título bastante elocuente y que da una pista de hacia qué dirección apuntan sus hallazgos: ‘El curioso aumento de la productividad en los restaurantes de Estados Unidos’.

Dan Gold E6hjqab7uea Unsplash
Dan Gold E6hjqab7uea Unsplash

Un porcentaje: el 15%. El equipo de economistas no solo ha constatado que efectivamente el rendimiento de los restaurantes pareció incrementarse durante los años de la crisis sanitaria. Incluso ha cifrado ese aumento, como precisan en las conclusiones de su informe: “Comprobamos que, tras mantenerse prácticamente constante durante casi 30 años, la productividad laboral real en los restaurantes aumentó más del 15% durante la pandemia de COVID-19”.

El dato es interesante porque no refleja solo una realidad puntual y pasada, relacionada con los peores años del coronavirus. Tras deslizar ese porcentaje (15%) los investigadores aclaran que ese giro aún no ha diluido su efecto. “Este aumento se ha mantenido incluso cuando muchas condiciones han vuelto a los niveles prepandémicos”.

¿Y cuál fue la razón? Aclarado y calculado el aumento de la productividad, la siguiente duda resultaba obvia: ¿Cuál era el motivo? ¿A qué respondía? Para responder a todas esas cuestiones los expertos examinaron unos 100.000 restaurantes repartidos por EEUU, centrándose en aspectos como las ventas o el número de consumidores atendidos por cada empleado. También tuvieron acceso a información sobre las visitas gracias a los móviles. La muestra es amplia, pero presenta ciertas características que conviene tener en cuenta.

Para empezar los expertos se fijaron en un perfil muy específico de negocio, la hostelería de servicio limitado (LSR), aquella en la que la interacción entre el personal y el cliente se reduce al mínimo, como ocurre en muchos locales de fast food. El estudio precisa de hecho que se centró en tres subcategorías: restaurantes del estilo de Taco Bell o McDonald´s, bufets y cafeterías como Starbucks. Para que la muestra fuese amplia abarcaron más de 600 marcas.

¿Por qué esa elección? El estudio aclara que los LSR representan alrededor del 45% del empleo y ventas del sector en EEUU y a lo largo de las últimas décadas su productividad ha evolucionado de forma “muy similar” a la del conjunto del sector de la restauración. Además los locales de servicios limitados ofrecían una ventaja extra: los economistas disponen de información completa de su flujo de visitas.

Peinando (miles de) datos. Con toda esa información sobre la mesa los economistas empezaron a sacar conclusiones. Y las primeras resultaron llamativas. “Los microdatos revelan un crecimiento significativo de la productividad, ya se mida en ventas por empleado o incluso en una media más básica/física del total de visitas de clientes por empleado”, recoge el estudio publicado por NBER, que descarta además que ese repunte del rendimiento pueda explicarse por economías de escala, un mayor peso del sector o cambios en la demanda.

Los expertos también constataron que si los empleados vendían más no era porque pasasen más tiempo en sus puestos. Al echar cuentas comprobaron que la media de horas semanales trabajadas entre julio de 2022 y junio de 2024 era de 25,1 horas, “la misma”, aclaran, que de 2006 a 2008. “De hecho las horas actuales por trabajador están en realidad un poco por debajo de la media pre-COVID de 2018 a 2019”.

¿Entonces cuál es la causa? El ritmo. O mejor dicho, la duración de las visitas. Los investigadores apreciaron “descensos significativos en la cantidad de tiempo” que los clientes pasaban en los restaurantes, con un aumento especialmente pronunciado en el grupo de consumidores que permanecía en los locales 10 o incluso menos minutos. Ese fenómeno se constató durante los años de la pandemia y no pareció disiparse una vez superada la crisis sanitaria.

“El tiempo medio de permanencia de los clientes disminuyó y la mayor parte de la reducción se debió al aumento del porcentaje de visitas que duraron menos de 10 minutos”, señala el estudio. Su lectura es por lo tanto clara: el aumento en el rendimiento de los restaurantes “está fuertemente correlacionado” con la reducción del tiempo que los clientes pasan en los negocios, sobre todo con las visitas exprés, las que no llegan al cuarto de hora.

Más allá de los minutos. El dato de los minutos aclaraba parte del misterio sobre el aumento de rendimiento (visitas más breves se traducen en la posibilidad de atender un mayor número de clientes sin necesidad de incrementar las plantillas), pero dejaba botando otra pregunta igual de importante: ¿Por qué? ¿A qué se debió ese aumento de las visitas fugaces, de 10 o incluso menos minutos? Los investigadores lo tienen claro: comida para llevar.

“La frecuencia de estos clientes de comida para llevar se incrementó durante el COVID-19, incluso en restaurantes de fast food, y no ha vuelto a disminuir”, concluyen los economistas. La clave serían por lo tanto, además del delivery, el aumento de los encargos hechos por teléfono o apps de clientes que luego se pasan a recoger sus pedidos para comérselos en casa, la oficina o cualquier otro lugar.

“Si los negocios pueden satisfacer a estos clientes rápidos, además de los habituales, con la misma mano de obra, los datos reflejarán un incremento claro y legítimo de la productividad”, añaden los economistas en su artículo.

Un avance con matices. El aumento de rendimiento del 15% es positivo para los negocios, pero hay expertos que invitan ya a valorarlo con perspectiva. Douglas Hoktz-Eakin, presidente del Foro de Acción Estadounidense, apuntaba tras examinar el estudio que hay un valor inmaterial que no se valora, al menos en términos cuantitativos: el factor humano.

“Los camareros y el personal del bar prestan dos servicios. El primero es la comida y la bebida, igual que en la comida para llevar, y el segundo es la adulación, es decir, el servicio. El servicio es valioso, pero el restaurante no le pone precio. En consecuencia, se subestima el ‘rendimiento’ de los camareros y se infravalora su productividad”.

Imágenes | Priscilla Du Preez 🇨🇦 (Unsplash) y Dan Gold (Unsplash)

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¿es más “sano” el vino blanco o el tinto?

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Hemos leído innumerables artículos sobre beneficios y riesgos del vino. Como el resto de bebidas alcohólicas, el consumo de vino, especialmente el consumo excesivo (pero no solo), se ha vinculado con problemas diversos para la salud, desde problemas hepáticos hasta el cáncer. Por otra parte, el vino también contiene compuestos beneficiosos para nuestra salud, aunque estos beneficios no necesariamente compensen los riesgos.

Analizando el riesgo. Por supuesto no todas las bebidas alcohólicas tienen el mismo impacto sobre nuestra salud, e incluso no todos los vinos tienen por qué afectarnos igual. Ahora un grupo de investigadores ha estudiado si el vino tinto es más saludable que el blanco, centrándose en el impacto de estas bebidas sobre nuestro riesgo de padecer cáncer.

La respuesta obtenida es que no. No solo no encontraron diferencias entre los efectos de uno u otro tipo de vinos sobre el riesgo general de padecer cáncer, tampoco hallaron efecto alguno del consumo de uno y otro vino sobre este riesgo. Sí encontraron diferencias al estudiar el impacto del vino blanco sobre el cáncer de piel.

Alcohol y cáncer. El alcohol es considerado un alucinógeno del Grupo 1, es decir, una sustancia vinculada con el desarrollo de cáncer en humanos. El motivo está en el hecho de que nuestro cuerpo, al metabolizar el etanol, lo transforma en compuestos potencialmente dañinos para proteínas y ADN, lo que aumenta el riesgo de cáncer.

Pese a ello, existe cierta noción de que el vino tinto es más sano, al menos comparado con el vino blanco.

42 estudios. El equipo realizó un metaanálisis, un estudio cuantitativo que explora los resultados de los estudios previos para ponderar posibles discrepancias entre ellos. Lo hizo tomando 42 estudios observacionales, entre los cuales sumaban un total de 96.000 participantes.

Este análisis de la literatura científica no detectó impactos significativos sobre el riesgo de padecer cáncer asociados al consumo de vino, independientemente de su color. Los detalles del análisis fueron publicados en un artículo en la revista Nutrients.

El caso del cáncer de piel. Sí detectaron una diferencia que se manifestaba a largo plazo en el caso del cáncer de piel: el consumo de vino blanco se relacionaba con un aumento del 22% en el riesgo de padecer este tipo de cáncer con respecto al consumo de vino tinto.

“Los resultados de nuestro metaanálisis no revelaron ninguna diferencia significativa entre el vino tinto y el vino blanco en general”, explicaba en una nota de prensa Eunyoung Cho, quien colideró el estudio. “Sin embargo, sí observamos una distinción en lo que respectaba al riesgo de cáncer de piel. Específicamente, el consumo de vino blanco, pero no el de tinto, se asociaba con un aumento en el riesgo de padecer cáncer de piel”.

El equipo admitía no saber qué podía causar esta diferencia. El consumo genérico de vino podría vincularse a la posibilidad de que quienes consumen vino son más propensos a actividades que se vinculan con el cáncer de piel como tomar el sol en exceso. El problema es que esto no explicaría la diferencia entre el tipo de vino preferido.

¿Es entonces el vino bueno? Hay que tener cautela a la hora de interpretar los resultados en este sentido ya que el metaanálisis tan solo analiza resultados globales de estudios anteriores. En algunos contextos, como el estadounidense, el vino es una bebida vinculada a situaciones socioeconómicas más favorables.

En este tipo de contextos, el consumo de vino puede estar correlacionado también con un mayor cuidado en otros aspectos: alimentación más saludable, ejercicio físico… etc. Esto podría hacer que el efecto carcinógeno del alcohol contenido en el vino sea compensado, de forma que, globalmente, su impacto no pueda apreciarse a través de las herramientas estadísticas empleadas.

En Xataka | El estudio de dos vinos de hace 1.500 años ilustra algo interesante: elegir uno frente a otro ya era cuestión de postureo

Imagen | Zachariah Hagy

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Piri Reis dibujó en 1513 el mapa más increíblemente preciso de América. Tanto que incluyó regiones aún sin descubrir

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Los mapas han sido, están siendo y serán, una pieza clave en la historia de la humanidad. Los cartógrafos llevan miles de años perfilando la tierra de nuestro planeta, una silueta que ha ido cambiando a lo largo de los siglos y con Europa y Asia como los protagonistas indiscutibles en la cartografía. Sin embargo, a partir del siglo XVI, la obsesión cambió al oeste: ahora queríamos cartografiar América.

500 años antes, exploradores nórdicos ya pisaron el continente Americano, alcanzando las costas de lo que hoy es Canadá y parte de Estados Unidos y plasmando su visión en un mapa. Este documento vikingo refleja a la perfección esa ‘perfección’ de la silueta europea y el boceto, o la mancha, que era el continente americano.

Y, entre todos los mapas incipientes de América, puede que el más intrigante sea el de Piri Reis. El motivo es que es muy preciso para su época y el autor afirmó que se basó en unos perdidos mapas, supuestamente, dibujados por Cristóbal Colón.

A Peculiar Map Drawn By The Turkish Admiral Piri Reis Around 1513
A Peculiar Map Drawn By The Turkish Admiral Piri Reis Around 1513

El misterioso mapa de Piri Reis

En la Era de los Descubrimientos, exploradores como Colón, Magallanes o Vasco da Gama encontraron su mejor aliado en los mapas. Éstos ayudaban a cruzar los océanos, pero a medida que lo hacían, iban plasmando su visión del ‘Nuevo Mundo’ en mapas para ayudar en la planificación de futuras expediciones.

El mapa de Juan de la Costa de 1500 es considerado el primero que incluye una representación de América. Tiene exactitudes importantes, pero es el único realizado por un testigo de los dos primeros viajes de Colón y el perfil terrestre, inequívocamente y pese a los errores, es América. Unos años más tarde, en 1507, llegó el enigmático mapa de Waldseemüller, en el que se utilizó por primera vez el nombre “América”.

De nuevo, había errores en el perfil de la costa oriental de Sudamérica, pero estos dos exploradores no fueron los únicos que cartografiaron el continente en esta época. En 1513, el otomano Piri Reis no sólo cartografió el mismo territorio, sino que lo hizo con una exactitud pasmosa y detallando territorios que no deberían estar ahí (porque no se habían descubierto).

En este mapa, encontramos lo siguiente:

  • La costa este de Sudamérica hasta la Patagonia argentina.
  • Las Islas Malvinas.
  • La Antártida.
Mapa Piri Reis
Mapa Piri Reis

Aquí hay varios detalles que sorprenden e invitan a levantar una ceja. Piri Reis fue un almirante y cartógrafo que, desde muy joven, participó en varias batallas en el Mediterráneo, cartografiando el territorio y sus islas. Sin embargo, en 1501, sólo nueve años después del descubrimiento de América, su tío y capitán Kemal Reis de la flota otomana capturó varios navíos españoles cerca de las costas españolas.

Interrogando a la tripulación y saqueando las naves, descubrió que uno de ellos había estado en el Nuevo Mundo durante la travesía de Colón y tenía un mapa dibujado por él mismo que representaba el perfil Americano. Como él no era cartógrafo, se lo llevó a Piri para que lo estudiara.

Así, el cartógrafo se puso manos a la obra y, teniendo como fuente ese mapa de Colón, otros mapas portugueses y varias cartas, empezó en 1511 a diseñar su mapa. Lo hizo sobre piel de gacela y sorprende que Piri, realmente, no viajó al Nuevo Mundo, sino que lo trazó todo basándose en las fuentes que sí habían ido de expedición. Así como conocimiento de los mapamundis ptolemaicos.

¿Lo más polémico del asunto? Para empezar, las Malvinas. Como tantas veces a lo largo de nuestra historia, el descubrimiento de las islas tiene varios novios. Numerosos mapas posteriores a 1520 sugieren que las Malvinas fueron avistadas por primera vez por Magallanes, pero Portugal también quiere el mérito y lo atribuye al viaje de Américo Vespucio de 1504.

En el mapa de Waldseemüller ya se intuyen las islas, pero es en el de Piri Reis en las que aparecen representadas de una forma mucho más fiel a la realidad. Identificadas como ‘il de Sare’, las islas se han comparado con las Malvinas, ubicadas al este del estrecho de Magallanes. El cuerno de Argentina está más estirado de lo que debería, también el Caribe, pero sorprende lo bien representada que está toda la zona oriental del continente.

Mapa Piri Reis
Mapa Piri Reis

Criaturas… extrañas

Por otro lado, y lo más extraño, es la Antártida. Lo primero es que está representada sin hielo, algo imposible, pues lleva 4.000 años cubierta por ese manto blanco. Lo segundo es que, oficialmente, fue descubierta en 1820.

Aparte de esto, el cartógrafo realizó algunas descripciones de algunas de las zonas y representó tanto animales como criaturas mitológicas, algo normal en la época.

Chiripa y polémica

Durante años, el mapa de Piri Reis estuvo en la sombra. Sin embargo, en 1929, un grupo de estudiosos tuvieron el encargo de organizar los archivos del Palacio de Topkapi en Estambul. La idea era convertir el palacio en un museo, por lo que había que limpiar los sótanos y clasificar todo lo encontrado.

En una pared de la sección del Imperio otomano, escondido y olvidado, el director de los Museos Nacionales, Halid Edhem, encontró el mapa. Debido a las menciones a fuentes como Cristóbal Colón y a que representaba detalles desconocidos para los otomanos de comienzos del siglo XVI, el mapa fue estudiado con atención casi desde el primer momento.

Es orgullo nacional turco desde 1933, pero hay un problema: si bien tiene zonas extremadamente bien representadas, otras, como las estiradas islas caribeñas o la unión de Argentina con la Antártida, sumado a la intriga por saber cómo un otomano que no viajó a un Nuevo Mundo que, cuando se realizó el mapa estaba en una fase extremadamente temprana de exploración, han levantado polémica a lo largo de los años.

Piri Reis Map Interpretation
Piri Reis Map Interpretation

La teoría más aceptada sobre el perfil del mapa. Hay quien dice que el cuerno de Argentina es un error de los mapas de la época, pero también que el haberse quedado sin espacio para dibujar habría motivado esa forma alargada

Se han generado teorías sobre la existencia de civilizaciones antiguas con capacidades de cartografía avanzadas -controvertidas y sin fundamento-. Esto puede ser debido a que, si bien Piri citó fuentes fidedignas, también hizo referencia a los “antiguos reyes del mar”. Pero, sobre todo, la principal controversia es que ciertas partes del mapa parecen realizadas desde perspectivas aéreas, algo imposible.

El año que China descubrió el mundo y el legado de Colón

Lo cierto es que el mapa sigue trayendo de cabeza a muchos investigadores. Entre todas las fuentes que empleó Piri para realizar su célebre mapa, otras teorías apuntan que una de ellas podría haber sido china. La del almirante Zheng que habría llegado a la costa pacífica de América unos 60 años antes que Colón. En 1421, concretamente.

Pero bueno, polémicas y fuentes aparte, porque más allá de las Malvinas o la Antártica, también aparece la isla Marajó que se descubrió décadas después de la elaboración del mapa, los Andes o el nacimiento del Amazonas, todo inexplorado en aquel momento, el de Piri Reis es una obra espectacular y de gran importancia cultural.

¿El motivo? Es el mejor testimonio de aquel mapa perdido de Cristóbal Colón. Hay inexactitudes, sí, pero también es notablemente preciso en algunas áreas y, como decimos, es considerado uno de los mejores testimonios de los mapas dibujados de Colón, de los cuales sólo se conserva un pequeño boceto del norte de la isla La Española.

Teniendo en cuenta la forma alargada de la isla en el mapa de Piri Reis y las tres torres que representa el otomano y que también estaba en el mapa de Colón, así como nombres de algunos puertos reflejados en los textos colombinos, este mapa sirve para tener una idea de cómo Colón reflejó América en sus primeros viajes.

Actualmente, el mapa se encuentra en el Museo Topkapi Sarayi de Estambul, pero es tremendamente frágil y, por eso, no se exhibe comúnmente al público. Se sigue estudiando, pero en este caso, es mediante reproducciones e imágenes de alta resolución porque, como decíamos, más allá de su precisión, es un compendio perfecto de la información disponible sobre América a comienzos del siglo XVI.

Imágenes | Yair Haklai, Robert Jones, Karamanli86

En Xataka | El Google Maps de los cables submarinos: un imponente mapa  interactivo que nos permite conocer el esqueleto del mundo moderno

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el plan de México para dejar de ser un jugador de segunda en la industria de los semiconductores

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Convertir México en una potencia científica y tecnológica. Ese es el plan de la presidenta Claudia Sheinbaum que, desde que ocupó el cargo a finales del año pasado, no ha parado de presentar propuestas para lograr ese objetivo. Fruto de ello es el llamado ‘Plan México’, la intención de crear su propio coche eléctrico barato. Ahora, México quiere dejar de depender de otros para obtener chips, convirtiéndose en una potencia tecnológica por el camino.

El nombre clave del proyecto es ‘Kutsari’ y, aunque ambicioso, deberá enfrentarse a importantes desafíos.

Kutsari. En una rueda de prensa, Sheinbaum anunció la creación del Centro Nacional de Diseño de Semiconductores “Kutsari”. Explicó que “es la unión de muchos científicos, desarrolladores tecnológicos e instituciones públicas de educación superior que pondrán toda su inteligencia, diseño y creatividad para generar nuevos diseños de semiconductores”.

La idea es ambiciosa y está englobada en las propuestas del Plan México para revitalizar el país y dejar de depender tanto de las importaciones. En este caso, las importaciones de todo tipo de chips para los dispositivos que México ya produce y, de esta forma, fortalecer al mismo tiempo la manufactura local. Dejar de ser un país que ensambla chips para convertirse en uno que los diseña y fabrica, en definitiva.

Objetivos. La visión de Sheinbaum está clara:

  • Creación del Centro Nacional de Diseño de Semiconductores.
  • Más adelante, establecer un centro de fabricación de semiconductores.
  • Por último, crear una cadena que permita probar, encapsular y ensamblar en equipos esos chips.

En el comunicado, la presidenta habla de tres sedes ubicadas en Puebla, Jalisco y Sonora que, además, estarán coordinadas y apoyadas por instituciones como el instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, el Centro de Investigación de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional.

Kutsari significa “arena” en purépecha, el material clave del que se extrae silicio para crear semiconductores

Hoja de ruta. Tras la implementación de las primeras sedes en las que se diseñarán los semiconductores, se espera una consolidación de las mismas de cara a 2027. En algún momento del año que viene, la idea es empezar a buscar cómo una empresa privada, pública o mixta podría establecer una fábrica que produzca estos chips de cara a la consolidación en 2029 y 2030. El objetivo de estos primeros semiconductores mexicanos es la industria automotriz, electrodomésticos y equipos médicos. También mencionan “otros dispositivos estratégicos para el país”, sin especificar cuáles serían.

Ahora bien, en el diseño de semiconductores entran en juego las patentes y ese compromiso del país se verá reflejado en una modificación de la Ley Federal de Protección a la Propiedad Intelectual con el objetivo de acelerar el proceso de patentes. Así, se agilizará ese registro de las innovaciones tecnológicas para agilizar el proceso de producción y venta tras la fase inicial de diseño. Y también es algo que permitirá proteger los diseños ante posibles plagios.

Inversiones. Entramos en la parte crítica del plan. Como mencionamos, Kutsari es parte del Plan México, pero producir semiconductores no sólo no es fácil: tampoco es barato. Así, la idea es atraer iniciativa privada nacional e inversiones extranjeras que pretenden seducir con la creación de una malla tecnológica empresarial más potente. Varias empresas ya están apostando por México y, sin salirnos del segmento de los chips, tenemos a una todopoderosa como Foxconn que está construyendo en México la mayor factoría del planeta para chips de NVIDIA.

Retos. Pero, más allá de la dificultad a la hora de establecer esa nueva industria, Kutsari se encontrará con otros retos en el camino. Uno es la altísima competencia con países como Vietnam o India que llevan años ofreciendo agresivos incentivos para que las empresas se muden de China a su territorio, seduciendo incluso a gigantes como Apple y Samsung. A esa competencia salvaje hay que añadir que se necesita silicio o germanio, dos materiales críticos para los semiconductores que son estratégicos en países como Estados Unidos y China.

Y, evidentemente, se necesita talento nacional e internacional, así como un entorno político y económico estable, pues los chips no se desarrollan de un día para otro. Sobre esto, Sheinbaum ha comentado que “ya hay mucha investigación en México y ahora lo que estamos haciendo es poner todas estas mentes juntas”, una buena piedra de toque que sólo falta consolidar con buenas políticas de desarrollo que permitan que el país entre a jugar en el complicado y competitivo mundo de los semiconductores.

Imagen | ASML

En Xataka | Si la pregunta es cómo responder a la guerra comercial de EEUU, Europa cree tener la respuesta: aranceles inteligentes

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