A punto de sacar un nuevo álbum en abril, “Cosas que sorprenden a la audiencia”, la cantante Vivir Quintana, reconocida como un referente feminista en México, asegura en entrevista que su música ha cambiado a muchas jóvenes de su país, pero también la ha transformado a sí misma, convirtiéndola en una mujer “más coherente”.
“Más coherente conmigo misma y con la gente que está a mi lado. Trato de serlo en mi vida pública y en la privada, porque no puedo lanzar canciones pidiendo sororidad y compañerismo y tratar mal a las mujeres que trabajan conmigo o relacionarme mal con mis amigas”, señala Quintana, quien presenta en Madrid el inicio de su gira internacional de conciertos.
La cantante originaria del estado de Coahuila y autora de “Canción sin miedo”, un himno al feminismo que cumple ahora cinco años, actuará el próximo martes 11 en la sala Villanos de la capital española y después viajará a Chile, Argentina, Chicago y Los Ángeles, en Estados Unidos y Colombia.
Reconoce que, a veces, su vida como artista es pesada, “cansadísima”, pero es lo que siempre quiso hacer, y su música le ha dado un “refugio muy grande”, además de haber podido conectar con gente “muy bonita”.
Diez casos reales
“Cosas que sorprenden a la audiencia” sigue la misma trayectoria que sus anteriores trabajos, pero “tiene una valentía más grande, rompe ya con todo y dice, esta es mi voz, mi voz mexicana, bravía, la que quiero que la gente escuche y voy con todo”.
De momento ya se puede escuchar un aperitivo, el sencillo “Mejor que en casa”, uno de los 10 temas que componen el nuevo álbum, con 10 casos reales de diez mujeres que están o estuvieron privadas de libertad física por defenderse de sus agresores.
“Considero que la música es una herramienta de cambio, de trasformación y, sobre todo, que se queda en el inconsciente”, afirma Quintana, que comenzó su activismo musical cuando trabajaba en un mariachi y fue consciente de la fuerte carga machista de las letras de muchos corridos mexicanos.
Coincidió en el tiempo el feminicidio de una de sus amigas: “Y ahí me dio un chispazo en el cerebro y en el corazón”, afirma. “Descubrí que había muchas mujeres que se defendían de sus agresores e iban a la cárcel porque se defendieron de más”. “Le hubieras lastimado menos, así les decían”.
Quintana describe el camino de la justicia en México como “sinuoso”, sobre todo “para las madres luchadoras, para las mujeres que denuncian acoso o alguna agresión”, y quiere creer que el hecho de tener una mujer en la presidencia del país por primera vez en la historia pueda ayudar a cambiar las cosas o al menos a mejorarlas.
“Tengo amigas que han sufrido acosos y agresiones fuertes y terminan por no denunciar, porque el camino lo hacen súper pesado. Hacen esperar horas, quieren revictimizar. Hace falta un acompañamiento por otras mujeres, pero también por los hombres”, dice.
La influencia de “Canción sin miedo”
La mexicana aguanta muy bien las críticas o el odio que a veces se encuentra en las redes: “no contesto, los dejo ir, porque entiendo que cada uno tiene su propia realidad, que somos diversos y que cada uno tiene sus creencias diferentes”.
Pero además por encima de eso está lo feliz que le hace saber cómo “Canción sin miedo” ha hecho pensar a muchas jóvenes, sobre todo adolescentes, que le escriben.
“Afortunadamente a través de esta canción he hecho una red grande de compañeras y compañeros. Algunas se han atrevido a denunciar acosos o violaciones, y otras han ido a las marchas por primera vez”, comenta.
A las mujeres del mundo, en el Día Internacional de la Mujer, que se celebró ayer, les recuerda que no todas podemos ser amigas, “pero sí portarnos como compañeras y entender que todas somos diferentes, pero nos une la resistencia en la libertad”.
EL ORIGEN DEL HIMNO
Sandra inspiró el tema
“Canción sin miedo” nació en 2020 por iniciativa de la cantante chileno-mexicana Mon Laferte, quien contactó a Vivir Quintana para pedirle que le compusiera una canción en la cual se tocara el tema de los feminicidios; fue así que el 7 de marzo de 2020, como parte del Festival Tiempo de Mujeres, ambas en el escenario del Zócalo Capitalino, acompañadas por el Coro El Palomar, compuesto por más de 70 cantantes y músicos, la interpretaron por primera vez.
Vivir compartió ese mismo año, que el tema fue inspirado por su amiga Sandra, quien había sido asesinada una década atrás, por eso fue difícil para ella las primeras ocasiones que la interpretaba, pero esa fue una reacción que compartió con muchas de sus compañeras.
“El primer día que ensayamos había chicas del Palomar que no podían terminar de cantar la canción y si veíamos que alguna compañera estaba llorando, entonces era hacer contención junto con ella y acompañamiento. Así pasaron los días de los ensayos, a veces lloraba una, luego la otra. El día del Zócalo tuvimos el ‘soundcheck’ a las 12:00 del día, ahí empecé a llorar súper fuerte y no podía parar y entre todas me agarraron y me dijeron: ‘no estás sola’. Si te sientes sola nos volteas a ver, acuérdate que somos 40 contigo y Mon va a estar a tu lado”, compartió Vivir en esa ocasión.
Un año después la Escuela de Mariachi Ollin Yoliztli presentó su versión, también se realizó otra con fragmentos en maya, y desde entonces cada año, el 8 de marzo, ha sido interpretada en diversos países como Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, España, Honduras, Perú, Francia, con el fin de crear conciencia y erradicar la violencia de género.
Esta canción se volvió un elemento importante en el movimiento feminista, ya que se convirtió en un himno de sororidad y colectividad entre el género femenino, el cual refleja el dolor que por generaciones las mujeres han tenido que callar, debido a la violencia, la represión y el menosprecio hasta el día hoy, un tema que por desgracia no es exclusivo de México, también se vive en todo el mundo, sin importar el país, la cultura o la religión.