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la fiebre global mueve ya casi tanto como su industria del acero

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Todos hemos visto anime. Todos, sin excepción. “No, yo es que tengo 60 años, eso me ha pillado viejo”, no, Jose Miguel, no es así. Tú también has visto anime. Seguramente hayas visto ‘Arupusu no Shōjo Haiji’, ‘Haha o Tazunete Sanzenri’ o ‘Majingā Zetto’. ¿Cómo? ¿No te suenan? Espera, quizá si te digo que has visto ‘Heidi‘, ‘Marco‘ o ‘Mazinger Z‘ la cosa sea diferente.

La animación japonesa es mucho más influyente de lo que pensamos. Es, de hecho, una industria multimillonaria. La industria del entretenimiento japonesa (videojuegos, anime y manga) exporta anualmente contenido por valor de 4,7 billones de yenes, unos 27.734 millones de euros. Estamos hablando de una industria que se queda poco por debajo de la de los semiconductores (5,7 billones de yenes) y la del acero (5,1 billones). ¿Los motivos? Varios.

PD: La serie sobre estas líneas es ‘Sakamoto Days’ y se estrena el año que viene. El manga ya está en serialización y merece muchísimo la pena.

El crecimiento post-pandemia. La COVID-19 nos encerró a todos y no fuimos pocos los que nos refugiamos en el anime. De hecho, si se ha notado un crecimiento importante desde 2020 hasta ahora y, más concretamente, desde 2021-2022 hasta hoy, no es cosa nuestra. Los datos están ahí.

Según detalla el Anime Industry Report 2023 de la Association of Japanese Animation (AJA), “el mercado de la industria del anime en 2022 alcanzó el 106,8% del año anterior, que había sido entonces el más alto registrado, con un aumento de 185.500 millones de yenes”. Entre 2013 y 2022, la industria creció un 198%, que se dice pronto. En 2023, la industria había crecido hasta alcanzar los tres billones (billones, sí) de yenes.

Salir fuera. El mercado internacional ha sido capital para este crecimiento. La AJA lo califica como “el motor de esta evolución”, y no es para menos. Además, las plataformas de streaming se han lanzado a emitir anime, desde Netflix a HBO, pasando por Prime Video y hasta Disney+. Sí, ya existía Crunchyroll, la meca para los que disfrutamos de este género, pero la realidad es que Crunchy, AnimeBox y compañía no son tan populares y masivas como… Netflix, sin ir más lejos.

Satoru Gojo, personaje de 'Jujutsu Kaisen' | Imagen: MAPPA
Satoru Gojo, personaje de 'Jujutsu Kaisen' | Imagen: MAPPA

Satoru Gojo, personaje de ‘Jujutsu Kaisen’ (y dueño de mi corazón) | Imagen: MAPPA

Para hacernos una idea de lo importante que ha sido el mercado internacional para la industria del anime, un par de datos. En 2013, el mercado internacional generó 283.300 millones de yenes. En 2019, año de la pandemia, la cifra fue de 1,2 billones. En 2023, ha sido de casi 1,5 billones. Si sumamos el resto del entretenimiento, a saber manga y videojuegos, la cifra se coloca en los 4,7 billones de yenes que mencionábamos anteriormente.

¿Eso qué significa? Que el mercado internacional es tan, pero tan importante para la industria del anime que solo 9.300 millones de yenes, un 0,6%, lo separa del mercado nacional. El culpable de que los locales ganen, por cierto, es el entretenimiento en vivo, una industria que Japón tiene intención de explotar pero cuyos planes se vieron frustrados por, efectivamente, la COVID-19, según el ya mencionado informe.

DanDaDan | Imagen: Netflix
DanDaDan | Imagen: Netflix

‘DanDaDan’ es uno de los animes que más fuerte están pegando ahora mismo, y con razón. Es muy tontorrón, pero realmente divertido | Imagen: Netflix

El futuro. Japón es una de las diez economías más importantes del mundo, pero también es uno de los países con más deuda. Concretamente, 1.300 billones de yenes. 7.836.751.000.000 euros o 130,6 veces lo que Microsoft pagó por Activision Blizzard, por si nos ayuda a tener una mejor idea. ¿Qué industria está creciendo a pasos agigantados y tiene potencial para ayudar a reducir esa cifra? Efectivamente, el anime.

Bajo la estrategia Cool Japan, el país nipón tiene intención de convertir su industria del entretenimiento en el motor de su economía. El gobierno pretende ampliar el mercado hasta los 20 billones de yenes (118.000 millones de euros), superando así a los 13 billones que genera la industria del motor. Esta estrategia también contempla todo lo relacionado con la cultura japonesa, como la gastronomía, la moda o el turismo. En general, Cool Japan aspira a generar 50 billones de yenes, casi 300.000 millones de euros, para el año 2033.

Chainsaw Man | Imagen: Espinof
Chainsaw Man | Imagen: Espinof

‘Chainsaw Man’ es de esos animes que parten de una premisa muy básica, pero que cuando coge carrerilla se pone muy interesante | Imagen: Espinof

Un win-win. Que las plataformas de streaming se hayan lanzado a publicar anime no es casualidad. El público lo demanda y trae suscriptores. El anime llega más lejos, las plataformas se benefician, win-win.

Netflix, es, sin duda, la plataforma mainstream que más fuerte está apostando por el género con títulos como ‘Cyberpunk: Edgerunners‘, ‘Hunter x Hunter‘, ‘DanDaDan‘, ‘Baki Hanma‘, ‘Naruto‘, ‘Ranma 1/2‘, ‘One Piece‘ a partir de Egghead, ‘Haikyiuu!‘, ‘Blue Eye Samurai‘, ‘Pluto‘ y ‘Jujutsu Kaisen‘, entre otros títulos. También tiene el live action de ‘One Piece’ que, de alguna forma, ha ayudado a evangelizar la obra de Oda a los no iniciados.

Prime Video también tiene cositas, como ‘Spy x Family‘, ‘Kimetsu no Yaiba‘, ‘My Hero Academia‘, ‘Dragon Ball Super‘ y ‘Attack on Titan‘. En el catálogo de Disney+ hay algunos títulos interesantes, como ‘Bleach‘, ‘Tokyo Revengers‘, la serie de ‘Sand Land‘ y ‘Summer Time Render‘. Max, por su parte, se ha quedado algo atrás y lo más potente, que es la reciente adaptación anime de ‘Uzumaki‘, empezó muy fuerte (y tanto, vaya barbaridad), pero tras el primer episodio, todo un ejercicio de cómo animar un manga, la serie ha ido cuesta abajo y sin frenos.

'Attack on Titan' | Imagen: MAPPA
'Attack on Titan' | Imagen: MAPPA

‘Attack on Titan’ es obligatoria. Tiene un par de giros de guion que te dejan del revés y la trama es muy interesante. El final, no obstante, es más discutible | Imagen: MAPPA

No todo es rosa. Aunque la industria del anime vive una suerte de época dorada, la realidad entre bambalinas es compleja. El anime es como la ciencia: no se hace, hay que hacerla. Hay que dibujar, animar, y eso no es algo que todo el mundo sepa hacer. Hay escasez de trabajadores cualificados, algo que tiene sentido si pensamos en que los salarios son bajos.

Un animador novel comienza como “genga man”, es decir, el que dibuja los fotogramas intermedios, las conexiones entre los fotogramas clave. Su salario en 2019 era equivalente a 12.000 dólares anuales, según detalla New York Times citando un informe de la AJA. Esa cifra no tiene en cuenta los freelance, que pueden cobrar incluso menos. Para algunos, el salario es de apenas 200 dólares al mes. Un animador bien pagado cobra una media de 40.000 dólares anuales, nada que ver con los 65-75.000 que cobra un animador de renombre estadounidense, por ejemplo.

Según explica The Asashi Shimbun, en Japón solo hay 6.000 animadores y muchos de ellos “se marchan debido a las malas condiciones de trabajo”. “El salario medio de los animadores es de alrededor de 1.300 yenes por hora, muy por debajo del promedio de 2.400 yenes de todas las industrias”, afirma el medio. En otras palabras, un animador japonés apenas cobra ocho euros la hora.

'Dragon Ball Daima' | Imagen: Netflix
'Dragon Ball Daima' | Imagen: Netflix

‘Dragon Ball Daima’ es de lo más reciente y está gustando mucho | Imagen: Netflix

Un problema estructural. El origen de este problema es la propia industria, que impide que el dinero llegue a los estudios. Tal y como explican desde The Asashi Shimbun citando información del Japanese Research Institute (JRI), “las productoras (de anime) recibieron sólo el 18% de las ventas nacionales de anime en 2022 y sólo el 6% de las ventas en el extranjero”. La mayor parte de los ingresos van a parar a empresas dedicadas a la planificación, la creación de contenidos originales, el marketing, la emisión y el streaming, afirman desde el medio.

En palabras de Yosuke Yasui, investigador principal del JRI, “muchas empresas están operando a duras penas, lo que las lleva a aceptar condiciones contractuales desfavorables y las atrapa en un ciclo de bajos beneficios”. Además, la cantidad de personas jóvenes deseando trabajar en la industria es tan alta que los estudios pueden mantenerse a flote sin tener que subir los salarios.

'Kaiju No. 8' | Imagen: Crunchyroll
'Kaiju No. 8' | Imagen: Crunchyroll

‘Kaiju No. 8’ es, actualmente, uno de los pilares de la Shonen Jump y su anime está muy bien. La animación es chulísima y la trama, aunque previsible, merece la pena | Imagen: Crunchyroll

Karoshi. Es un término que significa “muerte por exceso de trabajo” y es algo relativamente común en el mundo del anime y del manga. Es una industria en la que el crunch y las jornadas maratonianas están a la orden del día. Casos hay muchos, pero uno de los más recientes es el de Kentaro Miura, autor de ‘Berserk’. Falleció a sus 54 años debido a una disección aórtica aguda causada por el estrés y el exceso de trabajo.

Eiichiro Oda, autor de ‘One Piece’, pasó por un 2023 complicado. ‘One Piece’ tiene 1.130 episodios, es una obra a la que el autor ha dedicado su vida y eso pasa factura. En 2023, Oda reconoció que estaba en contacto permanente con su médico, al cual le enviaba todos los días sus datos de presión arterial. De acuerdo a su médico, era demasiado alta. En marzo de 2024, con el arco de Egghead en su punto álgido, Oda acabó tomándose un extraño descanso de tres semanas.

La mayoría de manga y episodios de anime se estrenan con una cadencia semanal, de ahí los plazos de entrega tan brutales

Son solo un par de ejemplos, pero si algo caracteriza a la industria del manga y el anime son los cortos plazos de entrega. No nos olvidemos de que la mayoría de capítulos de manga, con unas 15-20 páginas cada uno, se estrenan con una cadencia semanal, igual que los episodios de anime.

Unas 10.000 personas mueren al año por este Karoshi que, además, supone un tercio de los suicidios anuales en Japón.

'Solo Leveling' | Imagen: Crunchyroll
'Solo Leveling' | Imagen: Crunchyroll

‘Solo Leveling’ no es un manga, es un manwha (de Corea del Sur) y su anime se esperaba tanto que, cuando se estrenó, consiguió tumbar Crunchyroll | Imagen: Crunchyroll

IA. Ante esta situación (ansias de crecimiento, aumentos de volumen de producción, falta de mano de obra, salarios bajos y plazos absurdos), la industria está mirando con cierto interés a la inteligencia artificial generativa, una tecnología que podría relajar ciertos aspectos de la animación. No sin polémica, evidentemente.

K&K Design, un estudio de Nagoya, ha integrado la IA en su flujo de trabajo y, según la empresa, ha conseguido que procesos que antes tardaban una semana ahora lleven solo cinco minutos. Orange, otra empresa japonesa de Tokio, está usando IA para acelerar la traducción. De acuerdo a KrAsia, solo 14.000 de los 700.000 manga que existen se han traducido al inglés, no hablemos ya al español. El propio gobierno nipón está instando a los estudios a implementar IA en la industria en tanto que “la IA generativa puede contribuir a la creatividad en muchos aspectos de la producción de contenidos”.

Y para concluir, una recomendación:

Tienes que ver ‘One Piece’.

Imagen de portada | Toei Animation

En Xataka | Los 26 mejores animes de todos los tiempos y dónde verlos

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“La emoción es el nuevo punk, es algo a lo que la gente no se arriesga”, afirma Guillermo del Toro en Cannes

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EFE.- Guillermo del Toro y Alexandre Desplat dieron este domingo una lección de música en el Festival de Cannes, donde hablaron de sus colaboraciones, pero también de lo que tiene que tener una composición para el cine y los dos coincidieron en que debe “emocionar”.

“Tenemos que permitirnos tener emociones, el arte es emotivo, soy mexicano y soy extremadamente sentimental”, afirmó Del Toro como si de una declaración de intensiones se tratara.

Y agregó: “la emoción es el nuevo punk, es algo a lo que la gente no se arriesga pero nosotros sí nos arriesgamos”.

Hablaba junto a Desplat de las bandas sonoras con la que ha colaborado para ”La forma del agua” (‘The Shape of Water’, 2017) y ”Pinocho” (‘Pinocchio’, 2022) y en la que están trabajando para ”Frankenstein”, la nueva película de Del Toro, que debe estrenarse este año.

“En el cine Guillermo es muy lírico y Mary Shelley, la autora de ‘Frankenstein’, también, así que la música de Frankenstein será muy lírica y sentimental, no estoy escribiendo música de terror“, precisó el compositor francés.

A lo que, Guillermo añadió que se trata de una historia “sentimental” para él y que nunca ha pretendido hacer una película de miedo, aunque dijo que de tanto preguntárselo la gente, igual se lo piensa mejor.

Pero, defendió que “Frankenstein” no es un monstruo, como se le ha mostrado en ocasiones anteriores, la percepción que tenemos de él es por el hecho de que “la gente mira a los otros de manera incorrecta”.

Será la tercera colaboración de Del Toro con Desplat, a quien admira desde hace muchos años aunque no lo contactó por primera vez con él cuando ganó el Óscar por su composición de ”The Grand Budapest Hotel” (‘El gran hotel Budapest’, 2014), de Wes Anderson, uno de los directores con los que más ha trabajado.

Con Desplat, es con el primer compositor con el que Del Toro ha acudido a las grabaciones de la música porque para el francés es importante que el director le diga lo que “siente” desde el punto de vista sentimental.

Fue algo que le gustó mucho, para quien la música es el único momento de la producción de un filme en el que se sorprende. “Yo cocino para todos todo el tiempo y con Alexandre es con el único con el que soy yo el que pruebo cosas”, explicó el mexicano.

Y para Desplat, es una gran ayuda la pasión por la música que tiene el director de ”El laberinto del fauno” (2006), que además siempre está abierto a sugerencias. “Yo necesito que el realizador me escuche”, afirmó Desplat.

“Amo la música”

Esa pasión por la música está clara en la cinematografía de Del Toro, que edita sus películas sin ella porque cree que es el filme el que te dice “lo que necesita”.

“Amo la música”, señaló rotundo el realizador mexicano, que asegura que el 90% de lo que escucha son bandas sonoras y recordó que los primeros discos que compró en su vida eran composiciones para películas, entre las que citó ”El padrino” (‘The Godfather’, 1972), con música de Nino Rota, que ganó un Óscar por la segunda parte de la saga de Coppola.

Para Del Toro, la música es esencial para entender el cine, tanto que “sólo escuchando una banda sonora, con los ojos cerrados, es cuando puedes evocar sin problema una película” asegura.

Señaló, por ejemplo, la impresión que le causó la composición de John Williams para ”Tiburón” (‘Jaws’, 1975), de Steven Spielberg.

También Desplat señaló a Spielberg, además de a Martin Scorsese o Robert de Niro, como sus ídolos de adolescencia y los que le hicieron entrar en el mundo cinéfilo y en la historia del cine.

“Escuchaba toda la música que podía del cine de aquella época y eso le descubrió que era posible componer otros estilos y que la música aportaba a las películas ‘una dimensión suplementaria’ “.

En su caso, siempre le ha gustado introducir ritmos africanos, brasileños o griegos, cosas improbables que dejan volar la imaginación, que es la clave de todo.

Pero al final, lo que intenta es “hacer música accesible, sencilla pero no infantil” y para ello hay que trabajar muy duro para encontrar una buena melodía y llegar a los buenos acordes.

Porque, como dijo Del Toro, “la cámara se mueve como una ola y captura el sentimiento, la película trata de hablar y su voz llega con la música”. 

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review con características, precio y especificaciones

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Caretas fuera: nunca me han hecho demasiada gracia los auriculares TWS semiabiertos. Creo que no ofrecen la mejor experiencia sonora, ni el mejor agarre, ni la mejor estabilidad ni la mejor cancelación de ruido. Si puedo elegir, prefiero unos auriculares TWS cerrados que sellen bien el canal auditivo con unas gomas de silicona (o mejor todavía, de espuma). Pero como todo en esta vida, hay auriculares y auriculares. Los nuevos FreeBuds 6 de Huawei son un ejemplo de estos últimos.

Estos auriculares semiabiertos con esta forma tan peculiar son la nueva propuesta de Huawei. La idea es sencilla: ofrecer unos auriculares cómodos que no nos aíslen por completo y no sacrifiquen la calidad de sonido. Pues no, no han conseguido que abandone mis FreeBuds Pro 4, pero sí debo reconocer que han conseguido sorprenderme en todos los sentidos. He aquí nuestro análisis.

¿Son unos auriculares caros siempre mejor que unos económicos?

Ficha técnica de los Huawei FreeBuds 6

Huawei FreeBuds 6

dimensiones y peso

Auriculares: 30,6 x 18,5 x 24 mm – 4,9 gramos

Estuche: 66,2 x 49,9 x 26,8 mm mm – 40,3 gramos

unidad de diafragma

Driver dinámico de 11 mm

Tweeter

Cancelación de ruido

Cancelación de ruido activa

batería

Auricular: 39,5 mAh

Estuche: 510 mAh

Códecs

AAC, SBC, L2HC, LDAC

Hi-Res Wireless

HWA Lossless

conexión

Bluetooth 5.2

compatibilidad

iOS, Android, PC

extras

Resistencia IP54

Google Assistant

Siri

Conexión multipunto

Ecualizador

Controles táctiles

Carga USB-C

Carga inalámbrica

precio

159 euros

HUAWEI FreeBuds 6 Auriculares Inalámbricos, Ajustados a los Oídos, Sonido Auténtico de Doble Controlador, Llamadas Estables y Claras, Open-fit ANC, 36H Duración de la Batería, IP54, iOS&Android,Negro

* Algún precio puede haber cambiado desde la última revisión

Huawei FreeBuds 6, nuestra experiencia

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka
Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Muy cómodos. A pesar de lo que podría parecer a simple vista, los FreeBuds 6 son realmente cómodos. Su diseño en tres partes hace que el auricular quede en la concha de la oreja, el mástil (que es la zona de control) en la incisura intertrágica y la batería en la parte inferior de la oreja, lo que normalmente llamaríamos “la patilla”. Hasta aquí la charla de anatomía de la oreja. A diferencia de otros auriculares semiabiertos, estos no se menean lo más mínimo cuando estamos en movimiento o haciendo ejercicio suave.

Son muy ligeros, no llegan a los cinco gramos, y están hechos de plástico. Sin ser el acabado más premium que hemos podido probar, son agradables al tacto. Además, gracias a que se quedan bien encajados en la oreja, podemos dar toques y hacer pulsaciones en la zona central sin tener la sensación de que se van a caer. Lo que no son es disimulados. Son realmente cómodos, pero si buscamos unos auriculares que no sean llamativos mejor seguir buscando.

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka
Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Por cierto, en la caja vienen unas fundas de silicona para mejorar el agarre de la zona del auricular y la sujeción en el caso de tener orejas más grandes. Si podéis evitarlas, hacedlo. A mí me han parecido un poco incómodas y, si bien es cierto que aumentan la fricción oreja-auricular, no se sienten del todo bien. Además, ponerlas y quitarlas es un pelín complicado.

El huevito. Parece una nimiedad, pero que tenga esta forma y que se abra en vertical tiene mucho sentido: es muy cómodo de sujetar con una sola mano. Nunca me había percatado de esto, pero se siente más natural tener un estuche vertical en la mano que uno horizontal. ¿Es una tontería? Puede, sobre todo porque lo normal será tener el estuche en el bolsillo, pero es de esas decisiones de diseño acertadas que suelen llamar la atención.

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka
Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Volteretas mentales aparte, el estuche aloja una generosa batería de 510 mAh con carga rápida, puerto USB tipo C y base de carga inalámbrica. A diferencia de los auriculares, este no tiene resistencia IP54. Pesa poco más de 40 gramos y las sensaciones con el plástico del que está hecho son las mismas que en los auriculares: está bien, pero no es el mejor. Pero una de cal y una de arena: kudos a la bisagra y al imán de la tapa, diez de diez.

Experiencia de uso. AI Life será la aplicación que usaremos para conectar y controlar los auriculares al móvil. Recomendación personal: descargadla desde la web de Huawei. Si tenéis un iPhone, la tenéis en la App Store. Desde esta app podemos configurar los gestos, activar el control por la cabeza, buscar los auriculares si los hemos perdido, activar la cancelación de ruido y acceder al ecualizador. Fácil, sencillo y para toda la familia.

Recomendación general: configurad el gesto de mantener pulsado a la izquierda o a la derecha, el que más os guste, para invocar a Google Gemini, porque los auriculares no tienen reconocimiento de voz. También recomiendo cambiar los ajustes para priorizar la calidad de sonido sobre la estabilidad, sobre todo si no frecuentáis lugares abarrotados.

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka
Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Un sonido que sorprende. Huawei ha hecho muy bien los deberes con estos auriculares. A pesar de su diseño semiabierto, los FreeBuds 6 son capaces de ofrecer una calidad de sonido bastante buena. En el interior encontramos un driver dinámico de 11 milímetros (para los graves, hasta 14 Hz) y un tweeter microplano para los agudos (hasta 48 kHz), lo que ayuda a mejorar la reproducción de las frecuencias más extremas.

Los auriculares son compatibles con los códecs AAC y SBC, pero de la alta definición se encargará LDAC y LH2C en la mayoría de terminales. En algunos dispositivos Huawei la tasa de transferencia alcanza los 2,3 Mbps, que es una verdadera barbaridad. Pero en cualquier caso, la realidad es la siguiente: unos auriculares TWS semiabiertos como estos los vamos a usar para escuchar música en streaming vía Spotify, YouTube Music, Apple Music o Amazon Music sobre la marcha. No son dispositivos adecuados para la música en alta definición, aunque teóricamente estén preparados para ello.

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka
Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Ahora bien, es innegable que se escuchan muy bien. Los graves son geniales (sorprendentemente bien dado el formato de los auriculares), pero están mucho (muchísimo) mejor si en la app activamos el modo “Potenciador de graves”. Este me recuerda más al sonido característico de JBL y en géneros urbanos, electro, rock y pop se agradece ese extra de pegada. Las frecuencias más agudas también se aprecian con relativa claridad, pero las medias tienden a quedarse algo enmascaradas cuando tenemos nos graves demasiado pronunciados.

Además, tenemos que sumarle que son unos auriculares semiabiertos, por lo que el canal auditivo no está sellado. Eso significa que se nos colará algo de ruido de fuera y juega en detrimento de la calidad de sonora.

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka
Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Más que cancelación, reducción. La mejor cancelación de ruido se consigue cuando el canal auditivo está completamente sellado. Eso no es posible en estos auriculares, pero no quiere decir que no funcione bastante bien. No cancelan el ruido como sus hermanos FreeBuds Pro 4, pero sí reducen considerablemente el sonido del transporte público o de las tres impresoras 3D que tengo funcionando a escasos dos metros de mí. Es más un sistema de comodidad para evadirse un poco en ambientes ruidoso que uno que busque aislarnos. Funciona bien en ese sentido, pero no podemos esperar la misma experiencia que en modelos in-ear.

Los micrófonos. No son los mejores, pero permiten hacer una llamada sin mayor problema. Se aprecia algo de eco cuando hablamos por teléfono, pero más allá de eso la voz se escucha bien y no resulta desagradable. No tiene ese matiz metálico que sí podemos encontrar en otros auriculares de este estilo.

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka
Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Batería y autonomía. Dependerá mucho de cómo usemos los auriculares, pero utilizando el modo “Priorizar la calidad de sonido” y con la cancelación de ruido activada (es la forma más exigente) podemos esperar alrededor de cuatro horas de autonomía. Si desactivamos la cancelación de ruido conseguiremos una hora adicional. Con el estuche podemos cargar los auriculares al completo en una media hora, más o menos. La autonomía combinada es suficiente para echar el día.

Huawei FreeBuds 6, la opinión y nota de Xataka

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka
Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Huawei FreeBuds 6 | Imagen: Xataka

Aunque no van a conseguir que abandone mis auriculares in-ear por nada del mundo, los nuevos FreeBuds 6 han conseguido sorprenderme. Me esperaba unos auriculares TWS más y me he encontrado con unos auriculares que, sin ser mis favoritos, han resultado ser sorprendentemente cómodos, escucharse bastante bien y ayudar a mantener el ruido a raya.

La autonomía es su punto más flaco, con solo cuatro horas exprimiéndolos al máximo, pero se compensa con una velocidad de carga aceptable. También habría estado bien que los micrófonos fuesen más competentes y que sirvieran para invocar a Google Gemini con solo decir “Hey Google”. En cualquier caso, son una alternativa interesante para los que valoren ergonomía y sonido.

7,9

Diseño
8,5

Calidad de sonido
7,5

Cancelación de ruido
7,5

Ergonomía
9

Experiencia de uso
7,75

Batería
7

A favor

  • Para ser semiabiertos, son bastante cómodos
  • Se escuchan bien
  • El estuche con forma de huevo es todo un acierto

En contra

  • La autonomía no es de las mejores
  • El micrófono tiene algo de eco
  • El formato semiabierto juega en su contra cuando escuchamos música en zonas con ruido

HUAWEI FreeBuds 6 Auriculares Inalámbricos, Ajustados a los Oídos, Sonido Auténtico de Doble Controlador, Llamadas Estables y Claras, Open-fit ANC, 36H Duración de la Batería, IP54, iOS&Android,Negro

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Imágenes | Xataka

En Xataka |  Mejores auriculares inalámbricos. Cuál comprar y 19 modelos desde 20 euros hasta 450 euros

Este dispositivo ha sido cedido para prueba por parte de Huawei. Puedes consultar cómo hacemos las reviews en Xataka y nuestra política de relaciones con empresas.

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Rels B comparte primeras imágenes de su boda con Nicole Betancur en España

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Escrito en ENTRETENIMIENTO el

El cantante y compositor español, Rels B, ha contraído matrimonio con la modelo y empresaria colombiana, Nicole Betancur, ambos han compartido las primeras imágenes de su boda frente al mar en sus redes sociales. 

La pareja se había comprometido cinco meses atrás, con una fotografía del anillo y que fue dada a conocer por el músico.

En una ceremonia privada donde sus amigos cercanos y familiares, ambos se dijeron “sí” en un museo de España llamado Son Marroig, creado en homenaje al archiduque Luis Salvador de Austria

Los dos vestidos de blanco celebraron la unión de su matrimonio. El intérprete de “La última canción” ha tomado por esposa a su novia con la que inició una relación a principios del 2024, cuando Rels B subió un video donde se les podía ver compartiendo juntos un momento romántico que formaba parte de su video oficial “Pretty Girl”.  

El ahora esposo de Nicole Betancurt, visitará México en septiembre con su nuevo tour mundial “A New Star World Tour 2025” cuyas fechas ya son sold out.

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