Si habías pensado dedicar parte del viernes a la noche y el sábado a la madrugada para echarte unas partidas online con tu juego favorito de PlayStation, es posible que tengas que cambiar de planes. PlayStation Network (PSN), el servicio que permite jugar en línea con otros usuarios, está caído y no funciona.

La información nos llega desde Downdetector, que da cuenta de los fallos generalizados que se están produciendo en este momento. Debido al problema, todas las experiencias de multijugador en línea se están viendo afectadas. Es decir, no se trata de un inconveniente de tu proveedor de Internet.

Curiosamente, la página de estado del servicio de red de PSN no señaló el problema inicialmente, pero ahora dice que “Algunos servicios están experimentando problemas“. Esto incluye básicamente todos los servicios de la plataforma, es decir, la gestion de cuentas, los juegos y redes sociales, PlayStation Video y PlayStation Store.

Además de lo que refleja Downdetector, varios usuarios han reflejado el problema en Reddit y X. Explican que PSN no está funcionando y que, al intentar conectarse, la plataforma les informa que se encuentra “en mantenimiento”. No está claro cuál es el origen del problema que afecta a Sony por estas horas.

La última caída importante del servicio se produjo en octubre del año pasado. En ese momento, los jugadores de todo el mundo no pudieron jugar o acceder a la administración de cuentas durante aproximadamente ocho horas. El servicio ha presentado fallos notables anteriormente.

En 2011 el servicio fue “desconectado” intencionalmente por Sony después de que la compañía sufriera un ciberataque que acabó con el robo de información de millones de usuarios. La caída de 2014 fue producto de un ataque de denegación de servicio (DDoS, por sus siglas en inglés) que acabó colapsando los servidores por la enorme cantidad de tráfico que recibieron.

Al cierre de este artículo, el servicio aún no ha vuelto a la normalidad.

Imágenes | PlayStation | Captura de pantalla

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Rob Liefeld, dibujante y guionista de cómics, creador de personajes como Deadpool, anunció que ya no trabajará para Marvel tras denunciar varios desaires por parte de la empresa, como no haber sido invitado a la fiesta posterior al estreno de la película “Deadpool y Wolverine”, lanzada el año pasado.

De acuerdo con The Hollywood Reporter, Liefeld puso fin a su relación con Marvel después de 30 años, detallando el desdén que ha recibido por parte de los directivos de la compañía.

El artista señaló que ni él ni su familia fueron invitados a la fiesta celebrada tras el estreno de “Deadpool y Wolverine“. Además, comentó que Kevin Feige, presidente de Marvel Studios, pasó junto a él en la alfombra roja sin saludarlo.

Liefeld habló sobre el tema en un pódcast, donde aseguró que este desaire tuvo el propósito de “avergonzarme, disminuirme, derrotarme”.

Según el medio, el dibujante también relató que posó en una sesión fotográfica con el equipo creativo de la película, pero su publicista le informó después que las imágenes fueron eliminadas. Liefeld considera que las tomas se hicieron solo por cortesía y no había intención de utilizarlas.

“He recibido el mensaje y el mensaje es claro”, declaró en su pódcast. Tras el estreno de la cinta, tomó la decisión de finalizar su relación con Marvel.

En 2024, Liefeld habría enviado un correo electrónico a Marvel para solicitar un crédito especial en “Deadpool y Wolverine”, pero no obtuvo respuesta. Posteriormente, publicó un mensaje en redes sociales en el que afirmó que a sus representantes les colgaron el teléfono, según el medio.

Rob Liefeld es reconocido por ser el creador de Deadpool, personaje que debutó en la pantalla grande en 2016, interpretado por Ryan Reynolds.

Airbus quería llevar al merado el primer avión comercial del mundo propulsado por hidrógeno en 2035. La ambiciosa iniciativa sigue existiendo, solo que ahora no está claro cuándo acabará materializándose. El gigante aeroespacial europeo ha reconocido que el proyecto está progresando a un ritmo más lento del previsto.

Como recoge Reuters ha precisado que “el desarrollo de un ecosistema de hidrógeno, que incluye infraestructura, producción, distribución y marcos regulatorios, es un gran desafío que requiere colaboración e inversión globales”. Uno de los obstáculos más importantes tiene que ver con la obtención de hidrógeno renovable.

Un proyecto ambicioso, múltiples retos

El principal objetivo del avión de hidrógeno es reducir las emisiones del transporte aéreo, y en este punto entra en juego la producción de hidrógeno: obtener grandes cantidades utilizando energías renovables todavía es complicado. El hidrógeno verde necesita mucha inversión y un largo camino por recorrer para ser ampliamente rentable.

Guillaume Faury, CEO de Airbus, ha dicho en el pasado que duda de que haya suficiente hidrógeno verde en el futuro para impulsar una gran cantidad de aviones comerciales, pero la compañía ha seguido impulsando sus planes para reducir emisiones, que también incluyen la utilización de combustible sostenible de aviación (SFA).

Airbus aún no ha dado un nuevo calendario para el proyecto, pero las señales no son optimistas. Según el sindicato Force Ouvrière, los trabajadores fueron informados esta semana de que la tecnología lleva un retraso de entre cinco y diez años con respecto al ritmo necesario. Con este panorama, el objetivo de 2035 parece cada vez más complicado.

La mencionada organización ha señalado que la firma europea también está evaluando la finalización de “ciertos subproyectos”. No está claro si además de los mencionados retos relacionados al suministro de combustible alternativo hay otro tipo de inconvenientes en el desarrollo de las aeronaves propuestas.

Airbus presentó en 2020 tres conceptos. El primero, un turbofán con capacidad para unos 200 pasajeros y un alcance de 3.704 kilómetros. El segundo, un turbohélice más contenido, diseñado para unos 100 pasajeros y con 1.852 kilómetros de alcance. Y el tercero, un modelo de ala mixta, también turbofán, con las mismas cifras que el primero.

La compañía también contemplaba dos sistemas de propulsión. Por un lado, la combustión de hidrógeno, con turbinas de gas con inyectores de combustible modificados. Por otro lado, un sistema de propulsión completamente eléctrico con pilas de combustible de hidrógeno, que alimentan motores eléctricos que hacen girar las hélices o las turbinas del avión.

Imágenes | Airbus

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