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Tras años buscando la forma de mejorar los embarques, las aerolíneas tienen un nuevo reto: acabar con los "gate lice"

Quizás nunca hayas viajado en un vuelo intercontinental, hecho transbordos o —al igual que quien esto escribe— experimentado las comodidades de la clase business, pero a poco que recurras a aerolíneas es probable que te hayas encontrado con lo que los estadounidenses llaman despectivamente “gate lice”, los “piojos de puerta”. No te confundas. Aunque suena exótico, el concepto tiene poco de glamuroso. Se refiere a los pasajeros que se apelotonan ante la puerta de embarque.
No importa que aún no hayan llamado al grupo que figura en su tarjeta, que haya otros viajeros prioritarios o incluso que no se haya presentado todavía el personal de la aerolínea. Lo más probable es que los gate lice estén ya ahí, agolpados frente al acceso al finger del avión, dificultando el paso a los pasajeros con preferencia —por el grupo que tienen asignado u otras circunstancias— o incluso buscando la ocasión de saltarse su turno y llegar a sus asientos antes que el resto.
Quizás parezca una cuestión menor, pero los gate lice se han vuelto lo suficientemente frecuentes y molestos como para que una de las aerolíneas más grandes del mundo, American Airlines, haya decidido mover ficha. ¿Cómo? Desarrollando una tecnología que le ayudará a detectarlos. Y repelerlos.
Alerta anti “colones”
Lo que ha hecho American Airlines es probar un sistema que básicamente le permite controlar (y responder) a los pasajeros impacientes que no esperan a su turno para embarcar. De momento la iniciativa está en una fase piloto y no han trascendido demasiados detalles técnicos, pero su filosofía es sencilla: si un viajero intenta acceder al avión antes de lo que le corresponde —por ejemplo, si su billete es del grupo C y se cuela entre los pasajeros de acceso prioritario— el sistema emitirá una “señal audible” para el personal de la compañía aérea.
¿Con qué propósito? Muy sencillo. Su tarjeta de embarque no se aceptará y al pasajero en cuestión no le quedará otra que volver a la fila para esperar al turno que realmente le corresponde. Rápido. Simple. Y a los operarios de las aerolíneas les evitará tener que estar pendientes de si realmente el pasajero que les acaba de entregar su billete esté embarcando cuando le corresponde o se ha colado.
“La nueva tecnología está diseñada para garantizar que los clientes reciben los beneficios del embarque prioritario con facilidad y ayuda a mejorar la experiencia de embarque al brindar mayor visibilidad del progreso para nuestro equipo” explican hace unos días American Airlines a The New York Times.
De momento el sistema está en una fase inicial y se ha desplegado solo en tres terminales de EEUU: los aeropuertos internacionales de Albuquerque, en Nuevo México, y el de Tucson, en Arizona; además del aeródromo nacional R. Reagan, en Washington. La aerolínea asegura que está satisfecha con los resultados.
TNYT desliza otra clave que ayuda a entender por qué American Airlines ha decidido mover ficha, una que explica también el fenómeno de los gate lice. Si las tarjetas de embarque están numeradas, si cada pasajero tiene una plaza asignada y no hay riesgo de quedarse sin asiento en el avión… ¿Por qué hay gente dispuesta a pasarse minutos y más minutos de pie ante la puerta de embarque? Más allá del factor psicológico, la ansiedad o la simple imitación, hay una explicación sencilla: la “pugna” por el espacio en los compartimentos para el equipaje de mano.
Que un pasajero embarque antes que el resto de los viajeros de su grupo puede revelar algo más que impaciencia. Es una forma de asegurarse de que podrá dejar su maleta en la cabina. Y, a ser posible, cerca de su propio asiento.
“La única razón para embarcar primero y no último es el espacio en el compartimento superior”, concuerda Gary Leff, de View from the Wing, en una entrevista con News Week. El problema es que al adelantarse a su grupo, los gate lice pueden entorpecer el proceso de embarque, dificultan el paso a otros viajeros que tienen derecho —bien por sus necesidades o sencillamente porque han pagado— a pasar primero al avión y se adelantan de forma ilegítima a su grupo.
“Hoy en día hay muchas más personas que se saltan las colas que antes porque embarcar con antelación supone un beneficio que antes no existía”, comenta Scott Keyes, fundador de la app Going.com. El aumento de los costes de facturación o las dificultades del personal de las aerolíneas para controlar el orden de embarque y que todos los viajeros pasan al finger siguiendo los grupos asignados en su tarjeta ayudan a que el fenómeno de los gate lice siga siendo frecuente a día de hoy.
Una señal acústica como la que está probando American Airlines les ayuda a localizar a los viajeros que quieren saltarse el turno de embarque y, lo que es igual o incluso más importante, reducir las discusiones entre el personal de la compañía y los viajeros. Si el método acaba extendiéndose más allá de los tres aeropuertos en los que se está probando, logrará un efecto extra: disuadir a los gate lice.
En busca del “embarque perfecto”
La de American Airlines es une iniciativa interesante, pero no la primera que intenta agilizar un trámite engorroso que ha ido volviéndose más frecuente a medida que lo hacen los viajes en avión: el embarque y la gestión del equipaje.
Hace unos meses os hablábamos de un truco sencillo compartido por un operario del aeropuerto de Dublín y que puede ahorrarse más de un disgusto al manejar nuestras maletas y trolleys: retirar cualquier cinta o pegatinas de antiguos vuelos de cualquier bulto que queramos facturar. A ti igual te ayudan a identificar tu maleta, pero a los técnicos puede complicarles el escaneo, lo que les obligará a hacerlo a mano. Y eso, advierten, “puede significar que no llegue al vuelo”.
Otra compañía que ha experimentado con formas de agilizar el embarque de sus pasajeros fue United Airlines. Hace justo un año probó un método conocido como WILMA, siglas en inglés de “ventana-medio-pasillo”, y que básicamente se centra en cómo facilitar que los viajeros de clase económica se acomoden en sus plazas.
Su apuesta es bastante intuitiva: embarca primero a los pasajeros de la ventana, luego a los de los asientos intermedios y por último a los del pasillo. De esa forma evita que haya viajeros que deban levantarse (y ocupar el corredor central) para permitir el paso de otros compañeros de viaje que han llegado más tarde.
No se trata solo de una cuestión de comodidad. Un estudio de 2008 divulgado por Los Angeles Times reveló que las propias aerolíneas se juegan mucho dinero en agilizar al máximo sus embarques. Para ser más precisos, podrían ahorrarse unos 30 dólares por cada vuelo y minuto ahorrado. Multiplicado por el número de operaciones y minutos al año, sale una suma de dinero más que considerable.
Esas cifras explican que las compañías hayan prestado una atención especial a los embarques, más allá de su lucha contra los gate lice. Se ha probado el WILMA (de fuera a adentro) y esa misma versión por filas alternas; el embarque aleatorio, con asientos escogidos al azar; acomodar primero a los pasajeros VIP pasando luego a los viajeros de la cabina principal y clase económica ordenándolos de atrás hacia adelante; o incluso ir más allá y prescindir de la asignación de asientos a los pasajeros, lo que en la práctica permite agiliza las esperas en el pasillo.
“videoId”:”x91sz26″,”autoplay”:false,”title”:”Así es el EMBARQUE PERFECTO de un avión Y NINGUNA AEROLÍNEA LO HACE ❌✈️”, “tag”:”webedia-prod”, “duration”:”567″
De nuevo, el tiempo y el dinero en juego explican que unas y otras opciones se hayan estudiado en detalle para valorar cuál es la mejor. Hay expertos como Menkes van den Briel o Jason Steffen que se han dedicado a analizar el desafío desde una perspectiva científica e incluso han publicado papers al respecto.
Ahora la guerra por lograr los embarques más ágiles, cómodos, tranquilos (y también rentables) parece haberse marcado un nuevo objetivo, y no menor precisamente: plantar cara al molesto fenómeno de los gate lice.
Imágenes | Mike McBey (Flickr), Phillip Mallis (Flickr) e Image Catalog (Flickr)
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Tras años buscando la forma de mejorar los embarques, las aerolíneas tienen un nuevo reto: acabar con los “gate lice”
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Carlos Prego
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las cinco marionetas que ponen patas arriba la arqueología de El Salvador

Durante mucho tiempo, El Salvador ha sido un caso curioso dentro de la arqueología precolombina en Latinoamérica. Considerábamos que estaba menos conectado con Mesoamérica que sus vecinos y asumimos que no se encontraba tan integrado en las redes comerciales en la región. Todo eso acaba de ser puesto patas arriba debido a un descubrimiento de lo más curioso:
Cinco figurillas de cerámica con cabezas intercambiables de hace unos 2.400 años.
Complicaciones. La foto arqueológica de El Salvador es curiosa si tenemos en cuenta los restos precolombinos hallados en los países de alrededor porque, realmente, hemos encontrado poco en comparación. No porque no haya restos o porque los investigadores no quieran realizar la tarea, sino por una serie de complicaciones históricas.
Falta de recursos humanos y económicos, una falta de conciencia sobre la importancia de estos restos, inestabilidad institucional a la hora de afrontar medidas, saqueo de los sitios arqueológicos, la guerra civil y la degradación de los mismos debido al paso del tiempo son elementos que han supuesto un desafío para esa investigación de los vestigios arqueológicos del país. Amén de otras prioridades.
Las muñecas. Simplemente, había otras prioridades antes que la investigación arqueológica. Es algo que ha ido cambiando estas últimas décadas y, fruto de ello, han surgido nuevos enfoques e investigaciones para reconstruir el pasado del país. La más reciente es la que ha terminado con el hallazgo de las mencionadas figurillas de cerámica. Un grupo de arqueólogos de la Universidad de Varsovia dio con ellas en la cima de la pirámide más grande de San Isidro en 2022, pero es ahora cuando han terminado de analizarlas.
En un estudio publicado en Antiquity, estiman que datan de entre el 300 y 400 a.C. y los investigadores creen que el lugar del descubrimiento se utilizaba como depósito funerario. Curiosamente, no encontraron restos humanos, pero teniendo en cuenta las características de las muñecas, de entre 10 y 30 centímetros de altura, los restos humanos habrían estado en un segundo plano.


Cabezas inquietantes. El motivo es que tres de las figurillas tienen cabezas articuladas, similares a las muñecas más actuales. No sólo pueden intercambiarse, sino que tienen esa estructura de torso con una especie de aplique que haría de cuello para colocar la cabeza. Cuatro representan mujeres de diferentes edades, una representaría a un hombre y lo más peculiar, sin embargo, es la expresión de sus caras.
“Una de las características más llamativas es su expresión facial dramática”, expone Jan Szymański, uno de los investigadores. “Cambia según el ángulo en el que se observe. Vistas desde arriba, muestran enfado o desdén. Desde abajo, parecen asustadas”, continúa el arqueólogo.


El rostro masculino muestra tatuajes o esferificaciones
Mensaje. Szymański y su equipo tienen claro que esos rostros fueron tallados con esa expresión cambiante a conciencia. “Es un diseño consciente, quizás destinado a enriquecer el rango de interpretaciones rituales en las que pudieron haberse usado”, continúa. Porque sí, consideran que estas marionetas se usaban en importantes rituales, posiblemente públicos, en esa zona superior de la pirámide.
Personalización. Y algo que refuerza la teoría es que las figuras tienen protuberancias y huecos en los que podrían haberse asegurado cuerdas para moverlas a distancia, como si fueran marionetas. Además, tienen zonas específicamente diseñadas -los lóbulos de las orejas, por ejemplo- en las que colocar accesorios como adornos de jade.
Algunas de las figuras son más “neutras” y podrían haber sido personalizables para asumir diferentes identidades a través de prendas intercambiables


Representación de la posición en la que se encontraron
¿Teatro o algo más profundo? Los investigadores manejan una hipótesis más allá del ritual público. No está claro, pero es posible que estas marionetas fueran “retratos” de individuos reales debido a la posición en la que se encontraron. La masculina y dos femeninas estaban boca arriba y podrían representar a un gobernante y sus esposas actuales. Otra figura femenina fue encontrada boca abajo y podría haber representado a una primera esposa fallecida y la figura más pequeña una hija, también boca abajo.
Pero bueno, por teorizar, los investigadores también afirman que podrían ser simplemente acatares de figuras divinas o idealizadas.
Conexión. Lamentablemente, hay piezas del puzle que aún faltan y que corresponden a ese vacío o retraso en conocimiento de la sociedad precolombina salvadoreña en comparación con otras de las que sabemos mucho más (o eso creemos). La de los mayas, por ejemplo. Lo que también tienen claro los investigadores es que “este descubrimiento contradice la noción prevalente sobre el atraso cultural o el aislamiento de El Salvador en la antigüedad”, afirma Szymański.
El motivo es que, aparte de las marionetas, se hallaron otros artefactos como colgantes de jade que tienen semejanzas con otros objetos de Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Esto demostraría que había conexiones comerciales y culturales entre las sociedades, revelando la “existencia de comunidades dinámicas y de largo alcance capaces de intercambiar ideas con lugares muy distantes”, asegura el investigador.
Así, puede que hallazgos como el de estas muñecas de cerámica animen aún más la investigación arqueológica de El Salvador, ya que es algo clave para la preservación de la historia del país y la identificación cultural.
Imaágenes | Antiquity
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Un cohete Falcon 9 reentró sin control sobre Polonia. Ahora Polonia ha despedido a la cúpula de su agencia espacial

La caída de varios restos de un cohete Falcon 9 de SpaceX en Polonia ha provocado otra caída semanas más tarde: la del presidente de la agencia espacial polaca, fulminado por el gobierno de su país.
Un poco de contexto. En la madrugada del 19 de febrero, la segunda etapa de un cohete Falcon 9, que había fallado al desorbitar dos semanas antes, reentró sin control en la atmósfera terrestre. El propulsor de 13,8 metros de largo por 3,66 metros de diámetro se desintegró sobre el norte de Europa.
Los fragmentos que sobrevivieron al calor de la reentrada cayeron cerca de la ciudad de Poznan. Un depósito de metro y medio de longitud, revestido de fibra de carbono, impactó en el recinto de un almacén de material eléctrico sin causar daños. Un empleado del almacén dio el aviso a la policía.
La respuesta inicial. Al día siguiente, la Agencia Espacial Polaca (POLSA) aseguró haber informado oportunamente a diversas instituciones del gobierno polaco sobre el incidente. Su Departamento de Seguridad Espacial, dijo, siempre vigila amenazas de objetos espaciales artificiales, como los cohetes.
SpaceX desorbita normalmente el Falcon 9 sobre el océano, lejos de zonas pobladas. En este caso, un fallo técnico tras el despliegue de la misión Starlink 11-4 el 2 de febrero hizo que la segunda etapa del cohete no lograra reencender su motor para reentrar de forma controlada. El cohete dio vueltas alrededor de la Tierra hasta ingresar en la atmósfera por efecto de la gravedad y el frenado atmosférico. Lo hizo el 19 de febrero a las 4:43, hora de Polonia.
Contradicciones. La aparición de varios fragmentos del Falcon 9 en distintas partes de Polonia desencadenó una crisis interna. Krzysztof Paszyk, el Ministro de Desarrollo y Tecnología polaco, salió a contradecir a POLSA, afirmando que la agencia espacial polaca no había informado a las autoridades como dijo, y pidiendo explicaciones urgentes al presidente de POLSA, Grzegorz Wrochna.
El 28 de febrero, POLSA aclaró que sí había enviado información sobre la reentrada al Ministerio de Defensa nacional, pero admitió que lo había hecho a direcciones de correo electrónico incorrectas, según European Spaceflight. Para complicar aún más las cosas, el 2 de marzo POLSA sufrió un ciberataque que la obligó a desconectar sus sistemas de Internet hasta el día 5.
El despido. Finalmente, el 11 de marzo, el Ministerio de Desarrollo y Tecnología de Polonia anunció oficialmente la destitución del presidente de POLSA, Grzegorz Wrochna. El presidente fue despedido por un manejo inadecuado de la caída incontrolada de restos del Falcon 9 sobre Polonia.
Por su parte, SpaceX aclaró que estaba colaborando con el gobierno de Polonia en las tareas de recuperación y limpieza, y que no había materiales tóxicos presentes en los restos. La compañía tiene un teléfono y un correo electrónico específico para informar de los restos de sus cohetes: 1-866-623-0234 y recovery@spacex.com.
Imagen | POLSA
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Los organilleros son parte del tejido cultural de Ciudad de México. El problema es que ya no hay quien fabrique los instrumentos

La música es el lenguaje del alma, y un lenguaje universal. Las calles de ciudades grandes y pequeñas de medio mundo tienen músicos de todo tipo que se ganan la vida, lo hacen por hobby o para entretener en un acto que haría estremecer a la SGAE. En México, esa música callejera es tradición, una que se mantiene viva gracias a los organilleros.
Tienen un par de siglos a sus espaldas y lo más triste es que son el ejemplo perfecto de la obsolescencia natural: los organillos no morirán porque no haya nadie que quiera tocarlos, sino porque no habrá quien sepa repararlos.
El organillo. La figura del organillero puede que nos quede lejos ahora mismo a quienes vivimos en Europa. Es posible verlos en fiestas populares en algunos municipios alemanes, pero es algo más anecdótico y reservado a momentos concretos que otra cosa. En México, la cosa cambia: allí se siguen escuchando a diario en ciudades como Ciudad de México. También en Buenos Aires o Santiago de Chile.


Los cilindros
Lo curioso del asunto es que los organilleros nacieron en Europa, como los organillos. Se trata de un instrumento mecánico portátil que se inventó en el siglo XVIII, pero que se perfeccionó cuando llegó a Alemania durante el siglo XIX.


La caja se puede adornar con los motivos que se quiera
Es un instrumento mecánico con cilindros que tienen protuberancias o perforaciones. Estos cilindros giran gracias a la acción de una manivela, y activan a su paso una serie de lengüetas. Al hacerlo, un fuello interno expulsa aire a través de tubos, que son los que producen las notas musicales a la altura y ritmo predefinido debido al propio cilindro. No hace falta saber de música, vaya, simplemente hay que girar la manivela.
Cruzando el charco. En Alemania eran tremendamente populares, pero también en Italia, Francia, Países Bajos o España. Cada país podía adaptarlos a sus canciones populares y los organilleros iban por las calles y plazas amenizando la estancia de los viandantes.
Era una forma de popularizar la música y, en algún momento a finales del siglo XIX, llegaron a México. Fue un bombazo.
Ganoa. ‘Wagner y Levien’ era una casa de instrumentos musicales fundada por inmigrantes alemanes que no sólo trajeron los organillos, sino que los alquilaban a quienes querían ganarse la vida tocando en la calle. Se seguían fabricando en Alemania, por lo que había que importarlos y se dice que el más importante en este sentido fue Gilberto Lázaro Gaona.
Se estima que fueron 250 organillos los que adquirió en la década de 1930, coincidiendo con el momento en el que se dejaron de fabricar en Alemania. Y son los que, modificados para reproducir música popular mexicana, durante décadas han estado dando vueltas por las calles de la ciudad.


Tradición. Estos organillos pesan lo suyo. Algunos llegan a superar los 50 kilos y, aunque hay modelos que pueden llevarse a cuestas, lo más común es apoyarlos sobre un palo o en un soporte con ruedas que facilite el transporte. Los organilleros llevan puesto su uniforme tradicional y se dedican a… eso, a dar vueltas a la palanca para activar el mecanismo y colorear de forma musical algunas de las calles más transitadas de la ciudad.
Evidentemente, gracias a la sensibilidad con los animales, ahora no ocurre, pero antes estos organilleros podían llevar un mono que recogía los donativos y completaba el espectáculo.


Tambiérn en Chile
Polémicas y contrapolémicas. Son, por tanto, parte del tejido cultural de Ciudad de México y, como ocurre tantas y tantas veces, hay turistas que no ven con buenos ojos esas tradiciones locales. Célebre fue el caso de una turista estadounidense que se quejó a través de las redes sociales por el sonido de este instrumento.
No tardaron en caerle críticas que no achantaron a la joven, aparecieron defensores del oficio de los organilleros, de la importancia cultural que tienen y, por qué no decirlo, también apareció ese celo por la patria que a veces se exalta cuando nos sentimos atacados.
En extinción. Ahora bien, los organilleros parecen estar lejos de desaparecer, pero otro cantar es lo que ocurrirá con el organillo. Debido al uso, posibles accidentes y la fricción entre los elementos, estos organillos se desgastan y hay que repararlos. ¿Recuerdas las 250 piezas que importó Gaona? Bien, se estima que quedan 16 porque el resto se perdieron, fueron robados o se vendieron a coleccionistas, y esos 16 son los que se siguen alquilando a los organilleros.
Y la responsable de ese negocio y de su reparación es, como leemos en México Desconocido, Marcela Silvia Hernández Cortés, nuera de Gilberto. Su marido era el que llevaba el negocio y a ella nadie le enseñó porque los dos hombres le decían que se dedicara a la cocina cuando intentaba aprender el oficio.
Legado. Tras la muerte de su marido, Marcela aprendió por su cuenta a reparar estos organillos que, si han sobrevivido, es gracias a su pericia y dedicación. Lo triste es que no hay una escuela de reparadores de organillos, tampoco piezas nuevas, pues las fábricas cerraron y la esperanza de la artesana, como comenta en TeleDiario, es que sus nietas continúen con el legado.
“Es muy laborioso, pero a veces me quedan bien”, comentó Marcela en el telediario, quien también comenta que, más allá de la tradición, el oficio de organillero es una oportunidad para personas de cierta edad que se han quedado sin trabajo y que no pueden, por el motivo que sea, acceder a uno.
La del artesano es una profesión preciosa y, como vimos con la respuesta popular ante el vídeo de la turista estadounidense, el papel del organillero es respetado y apreciado por los mexicanos. Tanto que hay organizaciones que trabajan para conservar esta tradición.
Imágenes | RDeminicis (WMB) (2), Jmillan325, Luisalvaz
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