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calidad de sonido, cancelación activa, batería, diseño y micrófono a prueba

A veces, elegir un dispositivo es un dolor de cabeza. Cada vez hay más modelos, más marcas y todas parecen ser de muy buena calidad. Es por eso que, cuando hemos podido probar una buena muestra de los dispositivos del mercado, realizamos una comparativa a fondo para contarte lo mejor y lo peor de los dispositivos que tienes disponibles y, así, echar una mano a la hora de tomar la decisión.
Ya hemos comparado los mejores móviles calidad/precio de 2024, los mejores por menos de 300 euros, los mejores móviles absolutos o los que mejor cámara montan. Ahora es el momento de dar un cambio de aires y encender la música, ya que mi compañero Mario Arroyo ha estado los últimos días probando cinco auriculares de menos de 100 euros para realizar una extensa comparativa que puedes ver en el vídeo que encabeza este artículo.
Pero, si por lo que sea no puedes ver el vídeo, quédate porque vamos a ver cuáles son los mejores auriculares TWS de 2024 por menos de 100 euros. SPOILER: todos son extremadamente equilibrados, pero hay uno que destaca.
Hay decenas de auriculares inalámbricos por menos de 100 euros y lo bueno es que cada vez son mejores. Sin embargo, hemos tenido que realizar un proceso de selección basándonos en los más buscados en Google y, cumpliendo con el requisito de precio, los que hemos probado son los siguientes:
Dicho esto, y como solemos hacer en estas comparativas, vamos a ir desgranando cada modelo en los principales apartados a considerar cuando planteamos la compra de unos auriculares.
Empecemos hablando de diseño. Se trata de un apartado complejo porque algo muy serio tiene que pasar para que unos sean mejores o peores que el resto. Todo depende de las preferencias, la forma de tu oreja, si prefieres que sea justen más o menos, que tengan diferentes tipos de almohadillas, etcétera. Considerando todo esto, vamos con una descripción de los modelos que hemos probado y algo a aclarar es que es el punto de vista subjetivo de Mario (subjetivo porque su oreja no es la mía… ni la de nadie más).
Nothing Ear (a)


Si por algo destacan los Nothing Ear (a) es, precisamente, por su diseño. Siguen a pies juntillas esas líneas características de la marca, con una estructura semitransparente que deja a la vista algunos componentes internos. Están hechos de plástico, pero tienen acabados de alta calidad y dan una sensación de solidez. En cuanto a comodidad, Mario comenta que le resultaron bastante cómodos, con un buen ajuste en la oreja.
Los controles táctiles están ubicados en las patillas y permiten manejar funciones como la reproducción de música o la cancelación de ruido. Además, tienen resistencia IP54 a salpicaduras y polvo, mientras que el estuche tiene resistencia IPX2.
Xiaomi Buds 5


Los Xiaomi Buds 5 tienen un elegante color gris titanio y un diseño minimalista. Estos auriculares siguen un estilo más clásico, ya que no incluyen almohadillas de silicona y su ajuste a la oreja puede que sea algo más sencillo. Son muy ligeros y cómodos, especialmente si estás acostumbrado a auriculares de este tipo.
Los controles táctiles por presión en las patillas permiten controlar la reproducción y el volumen, pero no son tan precisos como los de otros modelos. Y, en cuanto a la protección, llegan con certificación IP54, lo que les proporciona resistencia ante salpicaduras y polvo.
Sony WF-C700N


Los Sony WF-C700N se diferencian por su diseño tipo botón, con almohadillas y sin patillas, lo que hace que queden completamente dentro de la oreja. Mario Afirma que no es fan de este estilo porque le cuesta ajustarlos, pero que con el uso le han resultado más agradables. Ya comento que esto es subjetivo, ya que yo, por ejemplo, llevo años usando auriculares de este tipo como los Pixel Buds Pro o los Galaxy Buds Pro y sin problema.
Un punto muy positivo es que son ligeros y tienen un gran botón en el exterior. Consideramos que son los más accesibles entre los modelos comparados, ya que permite manejar la música y la cancelación de ruido sin tener que buscar los controles. En el apartado de resistencia, tiene certificación IPX4 de protección contra salpicaduras.
Huawei FreeBuds 6i


Los Huawei FreeBuds 6i ofrecen un diseño tradicional con patillas y almohadillas de silicona y están construidos en plástico. En nuestra experiencia, se ajustan bien en la oreja, especialmente con las almohadillas de tamaño medio, y resultan muy cómodos.
Lo que los diferencia es su control táctil, que permite ajustar el volumen deslizando el dedo por la patilla, una característica intuitiva que nos parece la mejor de la comparativa porque no vas a sentir el ‘click’ de la pulsación en tu oído cuando estés cambiando algún parámetro. Tienen resistencia IP54 contra salpicaduras y polvo.
Realme Buds Air 6 Pro


Los Realme Buds Air 6 Pro siguen el diseño estándar, con almohadillas y un tallo algo más ancho que otros modelos, aunque esto no afecta la comodidad. En nuestro caso, se ajustaron bien en la oreja sin problemas de caída. Están, como el resto, fabricados en plástico y el tacto es muy bueno.
El control táctil se activa mediante toques en las patillas, pero no siempre es preciso, lo que obliga a repetir los gestos varias veces. En cuanto a resistencia, este modelo tiene certificación IP55, ofreciendo protección contra polvo y salpicaduras. Es la mejor certificación de la comparativa.
Conclusión en el apartado de diseño
Como decíamos, quizá es el apartado más complicado de evaluar debido a que cada oreja es única. Consideramos que todos tienen un diseño interesante con una construcción en plástico bien acabada y, en el caso de Mario, todos se agarran bien a la oreja. Además, sus estuches son adecuados, la sensación al tacto es buena y todos ofrecen lo que se puede esperar de unos auriculares de este rango de precio.
Mario puntualiza que los más cómodos en su caso son los de Xiaomi, siendo los Sony los más incómodos, pero al final, eso puede variar muchísimo de una persona a otra. Sin embargo, algo objetivo es que los Sony WF-C700N tienen un muy buen control táctil. Es el mejor de los cinco debido a que es el más accesible, el más preciso y, en definitiva, el que mejor funciona, siendo el que destaca, por esta característica, respecto a los demás.
Hemos decidido no valorar con un punto ningún modelo de este apartado porque todo se lo llevarían, pero sí otorgamos medio punto a los Sony WF-C700N debido a lo que comentamos sobre lo bien pensados que están sus controles.
El diseño es importante, pero si nos compramos unos auriculares de este tipo, lo que buscamos es portabilidad gracias a su batería, pero sobre todo que suenen bien… y que tengan cancelación de ruido. Hace unos años, esta cancelación activa era algo que se limitaba a los auriculares más caros, pero esta tecnología se ha ido democratizando y tenemos muy buenos contendientes en este sentido en el rango de los 50 a 100 euros.
Lo complicado de esto es que es imposible transmitir correctamente cómo suenan unos auriculares a través de un vídeo, por lo que vamos a intentar contaros nuestras sensaciones con cada uno de los modelos de la forma más precisa posible y dejando atrás las comparativas mentales con modelos más caros.
Eso sí, un aviso: son modelos que nos brindan una buena conectividad y cancelación de ruido, también buena calidad de audio para tareas del día a día, ir a entrenar, usar en el trabajo y escuchar un podcast, pero estamos hablando de auriculares de menos de 100 euros, por lo que si eres un audiófilo… no son para ti.
Dicho esto, vamos con nuestra opinión sobre estos modelos.
Nothing Ear (a)
Los Nothing Ear (a) ofrecen un sonido equilibrado y, aunque no son los mejores de la comparativa, logran mantenerse a la altura. Con el ecualizador en modo “Balanceado” de la app Nothing X, los bajos son impresionantes y bien logrados, dando cuerpo a las canciones. Sin embargo, los agudos pueden distorsionarse, y en canciones con muchos detalles en las percusiones, algunos matices se pierden. Y, aunque no es perfecto, es la ecualización que recomendamos.
En cuanto a la cancelación de ruido, tenemos un nivel aceptable, pero no excepcional. Aunque las almohadillas aíslan bien, la cancelación activa no mejora significativamente el aislamiento, permitiendo que los ruidos fuertes de la calle o los que podemos experimentar en el metro aún se perciban. De hecho, consideramos precisamente eso: hacen más las almohadillas que los algoritmos de cancelación.
Xiaomi Buds 5
Los Xiaomi Buds 5 destacan por su excelente calidad de sonido, sorprendentemente buena para su categoría. Capturan de manera efectiva las diferentes frecuencias, manejando bien los bajos, medios y agudos, y manteniendo las voces claras. No distorsionan, tampoco a volúmenes altos. Sin embargo, su cancelación de ruido es la peor del grupo.
Esto se debe a que el diseño abierto hace que sea poco efectiva y, en ambientes ruidosos como la calle o transporte público, los sonidos externos son prácticamente inevitables. De hecho, es algo que ocurre con otros modelos abiertos con cancelación de ruido: el sonido suele ser superior al de sus competidores cerrados con cancelación activa, pero a costa del aislamiento.
Sony WF-700CN
Los Sony WF-700CN ofrecen un sonido muy satisfactorio, en la línea del que ofrecen los Xiaomi. No tienen unos bajos muy prominentes, las frecuencias están bien equilibradas y no distorsionan, ofreciendo una buena experiencia sonora y siendo extremadamente equilibrados. Aquí se nota la mano de Sony.
Sin embargo, la cancelación de ruido es algo limitada. Logra reducir el ruido exterior, pero no lo elimina completamente en ambientes normales. A pesar de ello, su rendimiento sonoro es muy positivo, aunque la cancelación podría haber sido mejor para el estándar de Sony que, en su gama alta, tiene unos de los mejores auriculares de la industria tanto de diadema como TWS.
Huawei FreeBuds 6i
La calidad de sonido, comparada con la de sus rivales, no es el fuerte de los FreeBuds 6i. En el modo predeterminado, el audio es turbio y los graves, medios y agudos se mezclan demasiado, creando algo de “confusión” cuando reproducimos cierto tipo de música. Los bajos son débiles y los instrumentos se confunden entre sí. No son los mejores si te gusta escuchar canciones analizando las líneas de cada instrumento.
Aunque la app Huawei AI Life ofrece ajustes de ecualización, no logramos mejorar significativamente la calidad general. Sin embargo, en cancelación de ruido, estos auriculares sobresalen, reduciendo eficazmente el ruido exterior, comparable con auriculares de gamas más altas. Aquí sí se nota esa mano de Huawei, que al igual que Sony, tiene algunos de los mejores auriculares con cancelación de ruido en la gama alta.
Realme Buds Air 6 Pro
Los Realme Buds Air 6 Pro resultaron ser una grata sorpresa. Ofrecen un sonido bien equilibrado en todas las frecuencias, con buenos detalles en los agudos y bajos y todo esto sin necesidad de ajustes en el ecualizador. Es algo que nos ha gustado porque son unos auriculares que, como lo Sony, cualquier usuario sacará de la caja y obtendrá buenos resultados sin tocar el ecualizador.
En cuanto a cancelación de ruido, aunque no llegan al nivel de Huawei, logran un rendimiento bastante decente. Consideramos que son los más equilibrados en este apartado de la comparativa por la cancelación de ruido y su calidad sonora.
Conclusión en el apartado de calidad de sonido
Tras todo lo dicho, y después de nuestras pruebas, tenemos muy buenas sensaciones con todos los modelos. Consideramos que los Xiaomi, los Sony y los Nothing son los que despuntan en lo que a calidad de sonido se refiere. A la hora de cancelación de ruido, los Huawei hacen un trabajo espectacular.
Calidad de sonido |
Cancelación de ruido |
|
---|---|---|
Nothing ear (a) |
7 |
6 |
xiaomi buds 5 |
8 |
3 |
sony wf-c700N |
8 |
6 |
huawei freebuds 6i |
6 |
8 |
realme buds air 6 pro |
7 |
7 |
Sin embargo, hay un ganador que se lleva el punto en este apartado debido a su equilibrio: los Realme Buds 6 Air Pro.
Vamos a atacar un apartado de baterías que prácticamente todos los fabricantes tienen dominado desde hace años y en el que todos los modelos, incluso teniendo en cuanta sus diferencias en diseño, son bastante parejos. Aun así, hay cosas a tener en cuenta.
Nothing Ear (a)
Los Nothing Ear (a) ofrecen unas 5 horas de autonomía continua con la cancelación de ruido activa. Si desactivamos esta función, la duración aumenta en unas 3 a 3,5 horas más, algo muy bueno para un solo ciclo de carga. El estuche permite cargar completamente los auriculares unas cinco veces, extendiendo el uso de los mismos a unas 25 o 27 horas sin necesidad de recargar el estuche.
Xiaomi Buds 5
Los Xiaomi Buds 5 tienen una autonomía sólida, alcanzando unas 6 horas de uso continuo con la cancelación de ruido activada. Además, el estuche también tiene carga rápida y, en solo 10 minutos, podemos usar los auriculares durante otra hora y media. Este estuche permite realizar hasta seis cargas completas, proporcionando unas 36 horas de autonomía total sin tener que conectarlo a la corriente.
Sony WF-700CN
Estos Sony WF-700CN destacan, precisamente, en este apartado. Hemos logrado hasta 7 horas de uso continuo con la cancelación de ruido activada, superando a otros modelos como los de Xiaomi. También cuentan con carga rápida, que ofrece una hora de uso con solo 10 minutos de carga en la caja. Sin embargo, el estuche tiene poca capacidad, permitiendo solo dos cargas completas antes de tener que conectarlo. Es mucho menos eficiente que otros de la lista porque si bien los auriculares aguantan, se compensa con esa capacidad limitada del estuche.
Huawei FreeBuds 6i
Los Huawei FreeBuds 6i ofrecen una autonomía similar a la de los Nothing, con unas 5 horas de uso continuo con la cancelación de ruido activada. El estuche de carga rápida proporciona unas 3 horas de autonomía tras solo 10 minutos de carga, por lo que es el mejor tiempo de carga rápida de esta comparativa. Además, podemos cargar los auriculares hasta seis veces sin necesidad de pasar por el enchufe.
Realme Buds Air 6 Pro
Los Realme Buds Air 6 Pro ofrecen una excelente autonomía, alcanzando unas 6,5 horas de uso continuo con la cancelación de ruido activada. Son de los mejores de la comparativa y el estuche permite cargarlos completamente unas cuatro veces, lo cual no es el mejor resultado en términos de carga rápida, pero está en la línea de algunos de sus competidores.
Conclusión en el apartado de batería
Teniendo todo esto en cuenta, hay que decir que los Sony WF-C700N se llevan el punto de autonomía. Ofrecen siete horas de reproducción con la cancelación de ruido activada, lo que nos parece una notable cifra. Ahora bien, no es un ganador rotundo debido a algo que ‘mancha’ el expediente: el estuche tiene que vivir cerca del enchufe.
Es por eso que vamos a dar 0,5 puntos también a los Huawei Freebuds 6i. ¿El motivo? Hemos podido cargar hasta seis veces los auriculares sin tener que conectar el estuche a la corriente. En viajes largos o, simplemente, para vivir más despreocupados, es una garantía.
Cómo no, también hemos puesto frente a frente los micrófonos de todos los auriculares. Es un apartado que consideramos imprescindible porque, al final, lo usamos para mandar audios de WhatsApp o Telegram, pero también para hablar por teléfono. Aquí, vale más un audio que mil palabras y, en el minuto 11:52 del vídeo de mi compañero Mario, puedes escuchar las pruebas de cada uno de los auriculares.
¿Ya? Bien, es evidente que ninguno de estos modelos tienen un micrófono espectacular. En la gama alta, la cosa cambia mucho y encontramos modelos buenísimos en este apartado, pero de cara a reducir el precio, es una de las primeras cosas que recortan los fabricantes. A fin de cuentas, la cancelación de audio y la calidad de sonido son más importantes para muchos. ¡
Conclusión en el apartado de micrófono
Al margen de esto, Los Xiaomi Buds 5 hacen un muy buen trabajo en este apartado. Sí, el sonido está enlatado —como el de los demás—, pero es algo más limpio que el de sus rivales. Además, tiene un buen algoritmo de reducción de ruido externo, lo que significa que nos escucharán con algo más de claridad aunque estemos en un entorno ruidoso.
Es por eso que el punto en micrófono se lo lleva los Xiaomi Buds 5.
Expuesto todo esto, y teniendo en cuenta que hemos dado una puntuación numérica en cada uno de los apartados, es el momento de comentar cuáles creemos que son los mejores auriculares inalámbricos de 2024 por menos de 100 euros. La competición ha estado reñida y Mario ha dedicado mucho tiempo a probar todos y cada uno de los apartados de cada modelo.
Algo a aclarar es que ningún modelo es malo. Todos tienen cosas buenas, pero estamos en un rango de precio que es extremadamente competitivo y en el que un pequeño detalle es el que te hace destacar sobre el resto. Dicho esto, los Nothing Ear (a) no han conseguido ningún punto; los Huawei FreeBuds 6i se han llevado medio punto gracias a su carga tan generosa; los Sony WF-C700N con un punto medio, los Xiaomi Buds 5 se han alzado con un punto y los Realme Buds Air 6 Pro son los que han conseguido los dos puntos.
Como decimos, todos brillan en algo: los Nothing en diseño, los Xiaomi en calidad de sonido, los Sony en batería de los auriculares y los Huawei en cancelación de ruido. Sin embargo, consideramos que el modelo de Realme es el más equilibrado debido a que tiene un buen sonido y una cancelación de ruido que cumple con lo que debe ser esta tecnología, sin quedar muy por detrás en el resto de apartados.
Esperamos que esta comparativa entre los mejores auriculares por menos de 100 euros haya sido de ayuda y leeremos en comentarios tu opinión sobre alguno de los modelos aquí expuestos o sobre otros que tengas y encajen en este rango de precio.
En Xataka | Mejores barras de sonido en calidad precio (2024): cuál comprar y siete modelos recomendados desde 140 euros
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cuatro programadores nos explican la revolución del vibe coding

Da igual que no sepas programar. Puedes decirle a una máquina que programe por ti. Esa es la idea básica del vibe coding, la nueva tendencia de la IA que se ha convertido en viral en redes sociales y que nos ha hecho asomarnos a un futuro potencialmente extraordinario: uno en el que bastará hablar con las máquinas para que programen la aplicación que necesitamos.
Por que de eso va el vibe coding, de “programar por sensaciones”, casi sin necesidad de teclear, simplemente explicándole a tu ordenador qué es lo que quieres y “conversando” con la máquina para corregir errores o ir completando el proyecto poco a poco. Tú habla, que la máquina programará.
Pero aquí, como en otros ámbitos de la inteligencia artificial, hay muchas promesas y no tantas realidades. De lo que puedes o no puedes conseguir con el vibe coding hemos conversado con cuatro expertos, y todos ellos ayudan a comprender mucho mejor hasta dónde puede llegar esta tendencia y qué significa para el mundo de la tecnología en general y de la programación en particular.
El vibe coding es fantástico, pero “no te va a crear el próximo Airbnb de la nada”
Miguel Ángel “midu” Durán (@midudev) es ingeniero de software y es uno de los grandes influenciadores españoles del segmento de la programación. Para él lo interesante del vibe coding es que “está democratizando la capacidad de convertir ideas en realidades”.


Pero también advierte de cómo en este ámbito también hay algo de “humo” y de exageración en cuanto a las capacidades que se le dan a la IA. “No te pienses que con decirle algo sin saber nada de programación te va a dar el próximo Airbnb”, explica.
Durán explica que los programadores deben abrazar este tipo de innovaciones, porque la programación siempre se ha ido adaptando a los cambios y los programadores también. Para él el vibe coding y hablar en lenguaje natural para que la máquina programe “no deja de ser otro nivel de abstracción más cerca del lenguaje más humano, más cercano al nuestro”.
Sin embargo aclara que “se están viendo muchas limitaciones” en este tipo de programación, y aunque “un conocimiento no técnico te puede llevar hasta cierto punto, necesitas conocimientos para ese extra”.
Es lo que vimos hace unos días cuando un usuario de X llamado Leo contó cómo había creado una plataforma SaaS sin escribir una línea de código: aprovechó Cursor y la magia del vibe coding para programarla. No solo eso: la gente al parecer estaba pagando por su app.
Dos días después, no obstante, el mismo usuario contaba cómo “estoy bajo ataque” y había comenzado a notar un comportamiento extraño de su app, que usaba excesivos recursos y estaba generando un montón de cosas que colapsaba su base de datos. Pidió ayuda y descubrió que había cometido errores de bulto, cómo mostrar claves públicas de la API o contar con un muro de pago que la gente se podía saltar.
Y es que como comentaba nuestro experto, “a día de hoy hay que tener un poco de cuidado, el mensaje es un poco peligroso. Se crean expectativas y si no se cumplen se crean frustraciones”. Para él lo importante no es que ahora se pueda programar hablándole a la máquina:
“La gente le da una importancia casi mística al código, pero el código es solo un medio para un fin, que es solucionar los problemas de los usuarios. Si ahora el código son frases en inglés eso no importa: simplemente cambia el medio pero no el fin, resolver esos problemas de los usuarios”.
El vibe coding está generando cierta polarización, y para Durán eso es normal. Por un lado nos cuenta cómo usa la IA todos los días y “me parece una irresponsabilidad no utilizar las mejores herramientas para hacer el trabajo lo mejor posible y lo antes posible”. Además agradece que tendencias como estas permitan que más gente se anime a crear cosas: “no no creo que tengamos que hacer un coto privado de la programación”.
Pero también advierte de ese mensaje de que ya no hace falta aprender a programar es delicado.
“Me da un poco de pena, porque es irreal pensar que la IA va a hacer al 100% todo lo que esperas. Es cierto que te pueda ayudar y prototipar hasta un punto, pero puede cometer errores e irlos acumulando, y cada iteración te alejaría entonces del producto que realmente necesitas. Si no tienes ese conocimiento, lo que vas a construir te puede venir bien como prototipo, pero no va a solucionar el problema al usuario”.
En su opinión este tipo de avances son muy positivos y en el caso del vibe coding vamos a ver más proyectos y productos, pero es que esto es también una ventaja para los programadores expertos porque van a ser más necesarios que nunca. La IA puede llegar hasta cierto punto, pero a partir de ahí los programadores tendrán que revisar y coger el testigo para llevar ese prototipo creado con IA a un producto funcional, estable, seguro y fiable.
Su optimismo va más allá: “va a haber un boom de “solopreneurs”, y acabaremos viendo una empresa de un solo emprendedor convertida en un unicornio o algo parecido”. Así, Durán prevé que surgirán más y más pequeñas empresas con muy pocos empleados y con valoraciones muy grandes de 100 millones de dólares o incluso 1.000 millones de dólares. Eso sí, apunta,
“el reto va a separar el grano de la paja. Como pasó con los blogs, internet va a estar inundado de productos “de microondas”: son nutritivos, te los puedes comer, pero no son como los guisos que hace tu madre. Te funcionan, los haces con un esfuerzo relativo y pueden ser algo que te salve la papeleta”.
Su consejo para quienes quieran sacar provecho del vibe coding es claro. Anima a todos a probar porque “rompiendo cosas es como uno aprende. Lo más importante de la IA es que la dejemos ahí como artificial, no como principal”. Es fantástico construir productos con IA pero destaca cómo quienes prueben a hacerlos “se hagan dueños de ese código, proque podrán entender qué hace y cómo lo hace. No nos saltemos pasos, porque podemos llegar a un punto en el que estemos totalmente perdidos”.
La IA es a la programación lo que Photoshop fue para la creatividad digital
Nerea Luis (@sailormerqury) es doctora en ciencias de la computación, divulgadora, consultora y experta en inteligencia artificial, además de participar en Órbita Laika, el programa de RTVE. Como comentaba Miguel Ángel Durán, para ella hay cierta polarización y mucho debate alrededor del vibe coding, pero cree que “es algo que se terminará extendiendo poco a poco”.


De hecho, para ella es algo importante porque abre las puertas a la programación a gente que tiene algo de miedo al código: “ayuda a poner las ideas de forma material en algo interactivo”, pero también advierte de que “puedes maravillarte por el resultado sin tener en cuenta que la ingeniería del software tiene muchas más capas”. Según ella
“El vibe coding es súper interesante para extender el prototipado de ideas y empoderar a la gente. Le das una herramienta a la gente para comunicar sus ideas: poder decir “Lo que persigo se parece a esto” es ultrapotente”.
De hecho es un gran primer paso cuando no puedes contar con un equipo externo que programe, explica, “pero tiene riesgos” porque completar estos proyectos requiere conocimientos y tampoco los tiene la IA: ahí es donde los programadores expertos deben entrar en juego. Como explica Nerea Luis, “el vibe coding se parece a poner esas primeras capas en modo POC (proof of concept, prueba de concepto) pero en las que los andamios están a medias”.
Ella vivió su “momento vibe coding” hace años. Aficionada a la fotografía, comenzó a usar Photoshop sin tener mucha idea de lo uno ni de lo otro, pero esa aplicación de Adobe le abrió las puertas a ella, como a millones de personas, para editar sus fotografías de forma experta y de paso aprender por el camino mucho sobre fotografía e imagen digital. “Es como esa herramienta que te ayuda a poner en funcionamiento todas esas cosas que tenías en la cabeza“.
Así, para ella el vibe coding permite algo similar a lo que ofreció Photoshop para escenarios como el de la creación de sitios web. “Te lleva más allá del boceto. A nivel de software lo puedes pintar en modo esquema, pero la IA te ayuda a dar ese salto sin pasar por los estadíos intermedios”.
Pero es que además, destaca, “puedes molestarte a aprender del código que ha programado y vas aprendiendo, vas viendo cómo crea los ficheros y los estructura”. Es un poco como “aprender al revés”, puntualizaba. Nerea Luis explica además cómo entiende el debate que se ha generado a favor y en contra del vibe coding.
“El código que genera no es perfecto, pero tampoco lo que ves en internet no es perfecto. Hay un punto intermedio: es algo que puedes mejorar, pero que te da un punto de partida, una base. Creo que va a ser lo común en el corto plazo simplemente porque hay mucha parte de escribir código que es repetitivo”.
De hecho, advierte a quienes están rechazando este tipo de avances a que se adapten a ellos. Ve claramente cómo los equipos de desarrollo usarán IA porque habrá una clara relación con reducción de costes y “en el momento que veas que tu competencia lo usa te va a arrastrar. Negarse a usarlo a medio plazo es posible que sea contraproducente, porque vas a convivir con gente que va a usarlo” y que por tanto tendrá una ventaja competitiva.
Cuando la IA crea “ingenieros 3x”
Si hay una empresa que esté haciendo cosas importantes en IA en España, esa es Freepik. Lo sabe muy bien Omar Pera (@ompemi), su Chief Product Officer. Es uno de los artífices de esa transformación que ha vivido esta startup, que nació como banco de imágenes y ahora es un referente en herramientas de IA generativa para todo tipo de ámbitos creativos.


Para Omar el vibe coding es “algo parecido a lo que empieza como un juguete y acaba siendo un estándar”. Atacaba pronto esa polarización que existe respecto al tema, y destacaba cómo para él quienes se ríen de esta tendencia y afirman que “eso no es programar” en general se equivocan.
Y es que según él abre las puertas a algo extraordinario: “poder programar chateando con Bolt, V0, etc, sin saber programación”. Nos habla con emoción de cómo todos esos proyectos parecen como juguetes, y de toda esa gente que los muestra en X/Twitter con mensajes del tipo “este ha hecho el Doom con vibe coding”.
Omar ve claro cómo tendencias como el vibe coding permiten generar código de forma más eficiente. De hecho, explica, “a los ingenieros top el vibe coding les convierte en ingenieros 2x o 3x. Parece un juguetito, pero al aplicarlo se incrementa la productividad de un ingeniero no en un 30% sino en un 2x, 3x o más. Por cada ingeniero puedes llegar a tener cinco”. Este tipo de herramienta, según él:
“será el estándar de cómo empezamos las cosas. Nos ofrece la capacidad de poder usar la IA para crear borradores, para luego tomar el control para hacer exactamente lo que queremos”.
Eso sí: es para lo que es. Como señalaban el resto de expertos, hay que tener en cuenta que las herramientas actuales de IA tienen limitaciones claras. Aunque puedas generar un juego básico, llevar un producto a producción es muy distinto. “La persona que no sabe programar podrá hacer algo, pero de momento la habilidad y el conocimiento priman”.
Para él el vibe coding es un ejemplo de cómo la IA ya no solo abraza a los ámbitos técnicos, sino también a los consumidores. Es un poco lo que pasó con ChatGPT, explica, pero para el mundo de la programación. “La barrera de entrada para crear cosas con programación ha bajado, así que mucha más gente puede hacer cosas” sin realmente saber programar.
Pero insiste en que esto, como otras herramientas anteriores de IA, potencia al programador o al creador humano. El ejemplo de los videojuegos es claro: con vibe coding cualquiera puede crear un videojuego sencillo, “pero ese juego va a ser mejor con gente que sabe de videojuegos y tiene ese conocimiento. Conocer el problema bien va a seguir siendo diferenciador”.
Quienes están rechazando estas herramientas están para Omar Pera en un error: “negarse a usar IA es una estupidez”, explica. Para este experto la inteligencia artificial “es EL amplificador” de la capacidad humana, “es LA herramienta” que puede potenciarnos en todos los ámbitos. El vibe coding es una señal de hacia dónde va el mundo de la programación:
“Vamos a hablar un poco menos de lenguajes y más del valor que damos. Hablaremos menos de “este framework es mejor que el otro” porque eso no importa, lo que importa es resolver el problema para el usuario. La programación es un medio, no es un fin. Los programadores ahora son mejores y más rápidos. Lo único que hemos hecho es mover una capa de abstracción más arriba”.
La programación va a ser charlar con un repositorio software
Daniel Ávila (@dani_avila7) es programador desde hace 15 años. Comenzó en la banca y empresas tradicionales, pero pronto se lanzó a emprender. Tras crear BoxMagic, una exitosa plataforma para gestionar gimnasios, empezó a dedicarse a otros proyectos. Y en ese paréntesis descubrió GPT-3 y se dio cuenta de “algo estaba pasando”.


Aquello le llevó a cofundar CodeGPT, una herramienta creada para desarrolladores que permite aprovechar toda la potencia de diversos modelos de IA para programar en distintos entornos de programación. Ya cuentan con dos millones de descargas, y su objetivo es “democratizar la programación“. Que es precisamente lo que también está haciendo el vibe coding, lo que nos dio la oportunidad perfecta para preguntarle su opinión sobre esta tendencia. Para empezar, Daniel nos deja claras sus limitaciones.
“Falta muchísimo para que la IA se puede hacer cargo de un proyecto y lo haga todo. Incluso hablándole técnicamente a estas herramientas. Se pueden hacer cosas muy básicas. Nosotros hemos probado Cursor, Bolt, etc., y se llega a un nivel que uno puede pensar que es avanzado, pero en realidad lo que suele pasar es que están clonando un repositorio de Github y cambiándole los colores”.
Para él el vibe coding tiene mucho de eso. “Es copiar lo que ya estaba en Github, cambiar estilos y un par de cosas más, pero eso ya lo hacíamos los programadores”. Como coincide con lo que decía Miguel Ángel Durán. Esta tendencia, afirma “es genial porque van a salir más proyectos y se van a necesitar más programadores, porque esos programadores son necesarios para terminar el proyecto”. Según Ávila:
“Veo una oportunidad gigante para personas que no saben programar y también para programadores que se pueden hacer cargo de esos proyectos y pueden usar la IA para automatizar esos proyectos. Además la IA les permite dedicarse a lo que más les gusta, que es resolver el problema práctico”.
También nos hablaba de la polarización existente y de cómo algunos programadores rechazan este movimiento. “Creo que programar es un arte“, explicaba coincidiendo con esa parte de las críticas. “[Programar] es súper complejo y cuando trabajas en proyectos grandes, no cualquiera lo puede hacer, las plataformas se caen, revisar logs, servidores, así que esto del vibe coding es también un poco moda”.
Pero también avisa: “esto es la etapa cero de esta tecnología. En un año o dos los editores de código no van a existir, no va a sexistir VS Code ni Cursor, sino va a ser un flujo distinto, la programación va a ser conversacional con el repositorio”. En CodeGPT de hecho están trabajando en una tecnología que convierte el repositorio en un grafo de conocimiento para conversar con ella, pero esa opción está dirigida a programadores.
Y es que como el resto de nuestros protagonistas, Daniel Ávila cree que esto es una gran oportunidad, porque “cuando estás usando esto acabas sabiendo programar, pasaste de tu idea a convertirte en un programador. Eso va a ser el camino de muchas personas. Algunas no irán más allá, pero otras harán algo pequeño y luego seguirán con ese proyecto y aprenderán”.
Imagen | Mohammad Rahmani
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inyectar veneno a su pareja

Aparearse es un deporte de riesgo. Que se lo digan al macho de la mantis religiosa que tiene que sentir cómo su cabeza es devorada por la hembra mientras su cuerpo, de manera automática, sigue copulando. Esta práctica es menos común de lo que se piensa, ya que se da en sólo un puñado de especies de mantis, pero no es el único escenario del reino animal en el que el macho es asesinado por el bien de la prole. Y hay unos pulpos que tienen las mismas costumbres.
Eso sí, hay un pulpo de una especie concreta que tiene una estrategia para fecundar a la hembra y sobrevivir al proceso: envenenarla.
Dimorfismo. Algo importante antes de entrar en el caso de los pulpos es que hay muchas especies animales con casos de dimorfismo sexual extremadamente acentuado. Esto implica una diferencia de tamaño entre los sexos, siendo el caso de las mantis uno de ellos. En los mamíferos, los machos suelen ser más grandes que las hembras, ya que son los que se pelean por territorios y apareamiento, pero ocurre al revés en caso de aves rapaces, artrópodos, anfibios y reptiles.
En el de los pulpos, hay casos extremos en los que hay hembras que son hasta diez veces más grandes que los machos. Uno de esos casos es el de los pulpos de líneas azules –Hapalochlaena fasciata-. Son pulpos pequeños, pero tremendamente letales porque son capaces de inocular una neurotoxina muy potente que comparten machos y hembras. Contrasta con su reducido tamaño: apenas más grande que una pelota de golf.
Sexo y merienda. Sin embargo, la hembra es el doble de grande que el macho y la dinámica de apareamiento no es muy sana que digamos (para el macho, claro): debido a ese desequilibrio, la hembra suele acabar con la vida de su pareja sexual durante el proceso. Sin embargo, en un estudio publicado en Science Direct, un grupo de investigadores de la Universidad de Queensland en Australia ha descubierto que el macho ha desarrollado una manera tóxica de sobrevivir al apareamiento, literalmente.
Debido a esa enorme diferencia en tamaño, los machos no pueden desarrollar tácticas que emplean en otras especies de pulpos, como un brazo reproductor más alargado para inseminar a una distancia segura o, incluso, brazos -hectocótilo- con la carga reproductiva que se desprenden para que el animal pueda huir. Lo único que le queda a esta especie es morder a la hembra para inyectar la neurotoxina, directamente.
Aquí tenemos una secuencia completa de media hora:
Veneno en el corazón. Como leemos en ScienceAlert, los investigadores comentan que, probablemente, esta evolución ha sido “una respuesta tanto a la necesidad de reproducción como a la de protección”, y lo que hacen es ‘morder’ a la hembra antes de intentar copular. Lo hacen cerca de la aorta, inyectando la cantidad justa de la tetrodotoxina como para paralizar a su pareja durante el proceso.
Para comprobarlo, los investigadores colocaron seis parejas en diferentes acuarios y observaron esta práctica en todos los casos. “Las hembras sucumbieron rápidamente”, comentan, y es algo que observaron debido a que perdían reflejos ante estímulos luminosos, palidecían y las pupilas se contraían debido a la pérdida del control del sistema nervioso.
Espera, ¿qué ha pasado? También realizaron observaciones más precisas: mientras los machos pasaron de 20 o 25 contracciones por minuto en reposo a 35 o 45 durante la cópula, las hembras no sólo sufrían una caída brusca en su ritmo cardíaco, sino que dejaban de respirar por completo tras unos ocho minutos de la mordida.
Apuntan que ninguna murió, por lo que la cantidad de neurotoxina que inyectan es muy precisa o, evolutivamente, la hembra ha desarrollado contramedidas, pero el mordisco en la parte posterior de la cabeza era evidente. “Una vez inmovilizadas, los machos proceden a la cópula y el apareamiento termina cuando la hembra recupera el control de sus brazos y aparta al macho”, apuntan los investigadores.
En este vídeo podemos ver cómo el macho se aproxima mientras la hembra permanece inmóvil:
Carrera armamentística sexual. Los investigadores comentan que no midieron directamente los niveles de la neurotoxina, pero es una práctica que “sugiere una carrera armamentística evolutiva entre los sexos, en la que el canibalismo de hembras grandes es contrarrestado por los machos mediante el uso del veneno”. Fruto de esa evolución es que las glándulas salivales posteriores de los machos, que es donde se acumulan las bacterias simbióticas que producen la toxina, son tres veces más grandes que las de las hembras.
También comentan que no son los únicos animales que acumulan esa toxina en sus cuerpos y que hay peces, moluscos o anfibios que la producen, por lo que seguirán investigando para identificar si otros animales la utilizan con el fin de reproducirse y salir vivos del trámite. Ah, y algo curioso del experimento: en uno de los casos, uno de los machos mordió en un punto algo alejado de la aorta y la hembra tardó menos tiempo que las demás en despertar: 35 minutos.
Hablando se entiende la gente, pero cuando entra hambre durante la cópula, está claro que hay especies que no consiguen reprimir esos instintos caníbales. Por cierto, Wen-Sung Chung, uno de los investigadores principales, ha compartido 15 GB de vídeos de los pulpos copulando usando estas peculiares estrategias.
Imágenes y vídeos | Universidad de Queensland
En Xataka | Una ballena recorrió 13.000 km y tres océanos para reproducirse. Es un récord, y también una pésima noticia
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Actualidad
Desde hace años, el “dopaje fecal” es un problema en el deporte de élite. Ahora la ciencia quiere democratizarlo

En 2019, un equipo de científicos de la Universidad de Harvard monitorizó la flora bacteriana de 15 corredores de la maratón de Boston durante la semana previa y la posterior. Hicieron muchos descubrimientos, pero uno especialmente interesante: tras la competición todos sufrieron un incremento significativo de bacterias del género Veillonella.
Ya se sabía que el ejercicio altera la microbiota y, de hecho, no era especialmente sorprendente que estas bacterias (que rompen el ácido láctico y, por tanto, reducen la fatiga) estuvieran ahí dentro. Lo que querían descubrir era otra cosa. Por eso, cogieron muestras de esa flora y las introdujeron en ratones.
El resultado fue un aumento en la resistencia física muy significativo. Desde entonces, hay gente tratando de sacarle partido a esto.
El tesoro que esconde el intestino. Ahora un equipo de Francia ha estudiado la microbiota intestinal de atletas de élite con alta capacidad aeróbica (futbolistas y ciclistas). La idea central era ver si había diferencias en la composición de la flora y en su funcionalidad con respecto a personas no deportistas.
La primera sorpresa es que cuanto más deporte hacían los sujetos, menor era la diversidad de su microbiota. Y digo que es sorprendente porque, como nos dice Rosa del Campo a través del SMC España, “esto se asocia con una condición poco saludable”. Sin embargo, en este caso parece que “se justifica con la especialización de esas bacterias en el intestino”. Es decir, que al someter a la microbiota a ambientes más exexigentes, se autoregula para optimizarse.
Sin embargo, como dice la investigadora del Hospital Ramón y Cajal, eso no es lo más interesante. “Lo más llamativo es cuando evalúan la capacidad de reproducir esto en ratones”.
¿Qué han hecho? Han cogido personas muy sedentarias y muy deportistas y “han trasplantado sus heces a los ratones durante varios días”. El resultado muestra que “la capacidad de esfuerzo aeróbico en los ratones está condicionada por la microbiota”.
¿Por qué? Aunque la investigación aún es algo preliminar, todo parece indicar que “se debe fundamentalmente al consumo de glucógeno, buen control de azúcar y producción de ácidos grasos de cadena corta”.
¿Qué implicaciones tiene esto? Pues bien, parece que bastantes. Hay que recordar que desde hace años las agencias antidopaje trabajan en luchar contra el dopaje microbiómico. De hecho, todo parece indicar que el “trasplante fecal” s una práctica habitual en ciertos ambientes de deporte de élite.
Pero la pregunta, como siempre, es si esto se puede escalar. Si podemos empezar a intervenir en la microbiota de manera masiva para mejorar la salud de amplias capas de la población. Desde hace años, el boom de los probióticos ha pillado a als grandes farmacéuticas con el pie cambiado y ha inundado el mercado con pseudociencia.
No obstante, las posibilidades (como vemos) están encima de la mesa. Cada vez está más calro que la salud se conquistará con el estómago.
Imagen | julien Tromeur | Miguel A Amutio
En Xataka | Esta pastilla es una caca pero puede salvarte la vida
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