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Ultra Miami 2024: Tres Días de Música Electrónica, Energía y Momentos Inolvidables

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El Ultra Music Festival 2024 volvió a brillar en el icónico Bayfront Park de Miami del 22 al 24 de marzo, dejando momentos inolvidables para los amantes de la música electrónica. Como cada año, el festival reunió a una alineación espectacular y a miles de fans que disfrutaron de tres días llenos de energía y buena música.

Los mejores momentos:

Calvin Harris regresó tras 11 años de ausencia, cerrando una de las noches con un set épico que hizo vibrar a todos.

Armin van Buuren, uno de los favoritos de siempre, combinó clásicos y nuevas producciones, conquistando una vez más al público.

Peggy Gou debutó en el escenario RESISTANCE con su estilo único, ganándose a los asistentes con su energía y carisma.

Un pequeño tropiezo con el clima:

El primer día no estuvo exento de retos, ya que fuertes lluvias y vientos obligaron a suspender temporalmente las presentaciones. La organización, priorizando la seguridad, evacuó el recinto, pero todo volvió a la normalidad al día siguiente, extendiendo los horarios para que nadie se perdiera nada.

La experiencia:

Más de 100,000 personas llenaron los siete escenarios del festival, disfrutando de más de 150 actuaciones. A pesar del clima, la energía y la pasión de los fans convirtieron esta edición en una de las más memorables.

Aquilino algunas reacciones de los asistentes a Ultra Music Festival

¡Nos vemos en 2025!

Con el éxito de este año, ya se ha confirmado la próxima edición del Ultra, que será del 28 al 30 de marzo de 2025, prometiendo superar todas las expectativas.

Sin duda, Ultra Miami 2024 dejó claro por qué sigue siendo uno de los festivales más importantes del mundo. ¡Nos vemos el próximo año para seguir viviendo la magia de la música electrónica! 🎶✨

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Qué son las tribus urbanas y cómo han evolucionado hasta hoy

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Muchos hemos pasado por fases que hoy recordamos con ternura o con cierto sonrojo. Una época de vestir de negro riguroso, quizá con corsé incluido porque una —no nos vamos a engañar— se creía escapada del universo de Burton. Lo cierto es que casi todos hemos coqueteado con alguna tribu urbana, aunque fuera por un mes o un verano. Y en pleno 2025, estas agrupaciones siguen vivas, transformadas o renacidas.

Y, pese a quien diga que “ya no existen”, lo cierto es que sí: siguen ahí. Han mutado, se han mezclado, se han digitalizado y conviven con nosotros en pleno 2025. En un mundo donde lo físico y lo virtual se entrelazan, las tribus urbanas funcionan como lenguajes identitarios, espacios de pertenencia y territorios simbólicos donde se ensaya quiénes somos. Aquí vamos a trazar un mapa completo, desde los pioneros de los años 50 hasta los tiktokers del presente. Un recorrido por cómo vestimos, quiénes somos y qué buscamos al hacerlo.

Qué son las tribus urbanas 

En sociología, las tribus urbanas son grupos de jóvenes (o no tan jóvenes) que comparten estética, gustos culturales, rituales y, a menudo, una visión del mundo. Según el antropólogo Carles Feixa, funcionan como “micro-sociedades juveniles” que permiten diferenciarse del mundo adulto y construir identidades propias. 

La investigadora Tania Arce Cortés señala que los conceptos “tribu”, “subcultura” o “contracultura” están cargados de ideología y responden a distintos momentos históricos, pero todos coinciden en algo: todos describen formas de construcción identitaria colectiva. 

En una visión más reciente, el profesor Andy Bennett —desde las teorías post-subculturales— afirma que hoy las tribus no son grupos rígidos y permanentes, sino neo-tribus flexibles, líquidas, donde se entra y sale con facilidad, basadas tanto en afinidades emocionales como en consumos culturales y estilos de vida.

Características de las tribus urbanas

Aunque cambian con el tiempo, las tribus urbanas comparten elementos comunes: 

  • Estética reconocible: ropa, colores, peinados, maquillaje, accesorios. Lo visual es un código de pertenencia. 
  • Música como eje emocional: punk, K-pop, techno, rap… Cada tribu tiene su banda sonora muy identificable. No obstante, esto no quiere decir que un trapero no escuche música clásica o una pija K-pop
  • Ideología o valores: algunas de las tribus urbanas son explícitamente políticas —como los punk, skinhead o rastafari—, pero hay otras que son solo puramente estéticas —como los hipster o cottagecore—. 
  • Rituales colectivos: suelen identificarse en determinados contextos festivos o culturales: conciertos, raves, quedadas en plazas, pasarelas improvisadas, foros, cosplay, botellones, etc. 
  • Lenguaje común: existe una jerga propia, memes compartidos y referentes culturales internos. 

Tribus urbanas del siglo XX

Años 50: el nacimiento de la cultura juvenil moderna

Los años 50 marcan la primera vez en la historia en que aparece un concepto clave: la adolescencia como identidad propia. La música, el cine y la moda empiezan a ofrecer modelos juveniles diferenciados del mundo adulto. Aquí nacen las primeras tribus urbanas tal y como las entendemos hoy.

Beatniks

Origen: comienzos de los años 50 en Estados Unidos. Se les considera los precursores de la contracultura. Fueron quienes inauguraron la figura del joven inconformista moderno.

Estética: jerseys negros de cuello alto, gafas de sol, boinas francesas, cigarrillos eternos y cuadernos gastados llenos de poesía.

Valores: existencialismo, crítica al capitalismo, búsqueda espiritual, lecturas intensas, jazz y tertulias nocturnas.

Referentes: Allen Ginsberg, Jack Kerouac y William S. Burroughs.

Teddy Boys

Origen: Reino Unido, principios de los 50.

Estética: trajes largos de corte eduardiano, zapatos puntiagudos, corbatas estrechas y mucho tupé.

Valores: rebeldía juvenil, fascinación por el rock’n’roll y resistencia a la rigidez social de la posguerra.

Referentes: primeros grupos rockabilly y figuras como Bill Haley & His Comets. 

Greasers

Origen: Surgen en Estados Unidos entre 1953 y 1959, principalmente en barrios obreros de ciudades como Nueva York, Chicago o Filadelfia. Su nombre viene del aceite para el pelo (grease) que usaban para crear sus peinados —el clásico ducktail o “cola de pato”. Los sociólogos los consideran una de las primeras subculturas juveniles de clase trabajadora de la historia de EEUU, anteriores incluso al boom hippie.

Estética: cazadoras de cuero, camisetas blancas, vaqueros, botas o Converse, grasa en el pelo para moldear el peinado.

Valores: espíritu callejero, independencia y rebeldía contra lo establecido.

Referentes: James Dean, Marlon Brando o John Travolta en Grease.

Mods

Origen: Londres, finales de los 50. Se consolidan entre 1958 y 1968.
Nacieron entre jóvenes de clase trabajadora que buscaban diferenciarse de la cultura rockera de los Teddy Boys y abrazar una estética más moderna, internacional y sofisticada.

Estética: trajes italianos entallados, parkas militares, peinados perfectamente cuidados, scooters Vespa y Lambretta personalizadas con múltiples espejos y pintura brillante e influencia clara del cine francés y la moda europea de postguerra

Valores: modernidad (mod viene de modernist), elegancia como forma de rebeldía, refinamiento dentro de la clase obrera, afición profunda a la música soul, R&B, jazz moderno y luego el beat británico, búsqueda de clubes nocturnos donde bailar, vestir bien y mostrar estilo, y rechazo a la cultura rockabilly/greaser y a lo que consideraban vulgaridad estética. 

Referentes: The Who y Twiggy. 

Años 60: contracultura y revolución juvenil

Los 60 son el estallido: música, protesta política, libertad sexual, amor libre. Las tribus urbanas se expanden por primera vez a nivel global.

Hippies

Origen: Estados Unidos, especialmente San Francisco, a mediados de los años 60. El barrio de Haight-Ashbury se convirtió en su epicentro, donde miles de jóvenes se reunieron para vivir fuera de las normas tradicionales. El movimiento se expandió en 1967 durante el Summer of Love, uno de sus grandes hitos culturales.

Estética: pelo largo para ambos sexos como símbolo de libertad; prendas teñidas con tie-dye, chalecos de crochet, túnicas, ropa de segunda mano, flores en el pelo (símbolo del flower power), coronas florales; sandalias o ir descalzos; y accesorios artesanales, influencias de India, Marruecos y culturas indígenas.

Valores: paz y rechazo radical a la guerra de Vietnam (manifestaciones, marchas pacifistas); vida comunitaria, amor libre, colectivismo; conexión espiritual con la naturaleza, interés por el budismo, hinduismo y prácticas orientales; psicodelia y experimentación con sustancias (LSD) para expandir la conciencia; crítica al capitalismo, al consumismo y a la cultura tradicional estadounidense.

Referentes: Janis Joplin, Grateful Dead, Timothy Leary.

Yé-yé

Origen: Francia y España, primera mitad de los 60. El término yé-yé viene de la expresión inglesa “yeah! yeah!”, usada en el rock anglosajón. La prensa francesa lo popularizó para describir una nueva oleada de cantantes jóvenes y su epicentro fue el programa Salut les Copains, que creó literalmente una generación yé-yé.

Estética: minifaldas geométricas, vestidos trapecio (inspirados en André Courrèges), botas blancas hasta la rodilla, peinados voluminosos, eyeliner gráfico, y colores limpios y líneas simples

Valores: alegría juvenil, modernidad, mujeres jóvenes con autonomía estética, música ligera y optimista, y ruptura suave con el modelo femenino tradicional

Referentes: Françoise Hardy, Sylvie Vartan, Massiel, Karina, Conchita Velasco y Marisol. 

Rude Boys

Origen: Los rude boys surgieron en Jamaica a finales de los años 50, en un contexto marcado por la pobreza urbana de Kingston, la descolonización y el nacimiento de una cultura juvenil ligada a la música negra caribeña. Su auge se produjo durante los años 60, coincidiendo con la expansión del ska y el rocksteady. 

Estética: trajes ajustados estilo mod o Sunday best, sombreros tipo trilby o pork pie, gafas de sol oscuras, zapatos de vestir, actitud desafiante y postura corporal muy marcada.

Valores: orgullo de clase trabajadora, identidad callejera y resistencia cultural, música ska y rocksteady como banda sonora, reivindicación de la masculinidad caribeña joven, y rebeldía frente a la policía, el paro juvenil y la desigualdad colonial/postcolonial. Aunque algunos rude boys estuvieron asociados al crimen juvenil, otros simplemente representaban un modo de vida urbano y musical.

Referentes: Desmond Dekker, The Skatalites y Derrick Morgan.

Skinheads (primera ola)


Skinheads
Skinheads

Fuente: Reddit

Origen: Reino Unido, alrededor de 1968, como evolución conjunta de los hard mods (una versión más callejera) y la influencia de los Rude Boys jamaicanos. La primera ola de skinhead fue multirracial, especialmente en ciudades industriales como Londres y Birmingham.
Estética: cabeza rapada o muy corta, tirantes (braces), botas industriales (Dr. Martens), pantalones ajustados o vaqueros, camisas de cuadros e influencia clara del estilo mod
Valores: En esta primera etapa (1968–1972) había orgullo de clase obrera, música ska, rocksteady y reggae, lealtad al barrio (working-class pride), estilo callejero funcional, convivencia cultural con jóvenes jamaicanos, cero relación con ideologías de extrema derecha (la politización de extrema derecha vendrá después, década de 1970–80). Una investigación de Stuart Hall y Tony Jefferson insiste en que la primera ola no era racista, sino incluso lo contrario: celebraba la música negra jamaicana.

Referentes: The Skatalites y Desmond Dekker

Años 70: revolución punk,exceso glam y nacimiento del heavy

Los años 70 mezclan convulsión política, crisis económica y explosión cultural. Nacen las tribus más influyentes de la historia moderna.

Punks

Origen: Nueva York, 1974, en torno al club CBGB, donde actuaban Ramones, Patti Smith o Television. En Londres, 1976, cuando Malcolm McLaren lleva esa energía cruda a Reino Unido y produce a los Sex Pistols.

Estética: Siempre se ha dicho que el punk “no es solo estética, es actitud”, pero la iconografía se volvió universal: crestas y tintes artificiales; camisetas rotas o intervenidas al estilo DIY; tachuelas, cadenas e imperdibles como joyería improvisada; chaquetas de cuero; botas Dr. Martens como símbolo de clase trabajadora; y maquillaje dramático. 

Valores: Es una de las tribus que ya nace con una ideología: el anarquismo, antifascismo y rechazo frontal a la sociedad de consumo. Además de una crítica total a la a la monarquía británica, al capitalismo y la política neoliberal. El punk es leído por los sociólogos Stuart Hall y Dick Hebdige como un “lenguaje de resistencia” donde la estética funciona como protesta visual.

Referentes: Vivienne Westwood, The Sex Pistols, The Clash, Siouxsie Sioux, Ramones y Patti Smith. 

Glam

Origen: Reino Unido, entre 1971 y 1973, con epicentros en Londres y Manchester. Fue una reacción colorida y teatral al rock serio de finales de los 60.  a prensa británica lo bautizó como glitter rock antes de convertirse en glam.

Estética: la clave es la androgenia; la purpurina y maquillaje abundante (ojos, labios, mejillas); colores metálicos y telas brillantes; monos ajustados, plataformas, prendas futuristas; pelucas, tintes estridentes, cortes de pelo imposibles; y apariencia deliberadamente artificial: nadie debía parecer “normal”.

Valores: el glam defendía una estética de libertad expresiva, teatralidad y experimentación identitaria. En definitiva fue una celebración de la performance, una ruptura de los roles tradicionales de género y yna invitación al exceso, al artificio y a la fantasía. Hoy se considera uno de los movimientos que abrió camino a la expresión queer en la música popular, aunque no todos los artistas se identificaran así.

Referentes: David Bowie, Marc Bolan, New York Dolls, Roxy Music, y Sweet y Slade 

Disco

Origen: Estados Unidos, mediados de los 70, nacida en clubes afroamericanos, latinos y queer.

Estética: licra brillante, pantalones acampanados, plataformas, lentejuelas, peinados afro o voluminosos.

Valores: fue sin duda un paso importante en el camino de la liberación LGBTQI+ y el baile fue una de las formas de expresión de esa libertad. 

Referentes: Donna Summer, Gloria Gaynor, Bee Gees.

Rastafaris

Origen: en Jamaica, a partir de los años 30, inspirado en el pensamiento de Marcus Garvey y la coronación de Haile Selassie I (1930). No obstante, el auge fue en los 70 como subcultura juvenil gracias a la música reggae y a la influencia internacional de Bob Marley.

Estética: rastas, colores etíopes (rojo, amarillo y verde, como símbolos de resistencia y espiritualidad africana), túnicas amplias y ropa artesanal, y simbolismo de León de Judá. 

Valores: espiritualidad basada en el Rastafarismo (interpretación afrocristiana y panafricanista), paz, comunión con la naturaleza, anticolonialismo y reivindicación de la diáspora africana, consumo ritual de cannabis, y rechazo del materialismo.

Referentes: Bob Marley, Peter Tosh y Bunny Wailer. 

Nerds / Geeks

Origen: Estados Unidos, entre los años 70 y 80, vinculados al auge de la informática, los primeros ordenadores personales, los clubs de ciencia y los juegos de rol. Sin embargo, hay que añadir que el término nerd aparece por primera vez en los años 50 por Dr. Seuss, pero su uso cultural para definir a jóvenes apasionados por la ciencia y la tecnología se consolida en los 70. 

Estética: gafas grandes, camisas de cuadros, pantalones altos, mochilas, cuadernos, estética “desaliñada”, accesorios tecnológicos tempranos (calculadoras, walkman, primeros PCs).

Valores: obsesión por el conocimiento, gusto por la ciencia y la tecnología, pasión por temas considerados “no mainstream”: informática, ajedrez, matemáticas, cómics, ciencia ficción, juegos de rol (D&D).

Referentes: Bill Gates (fase universitaria), Steve Wozniak, los primeros programadores del MIT, personajes culturales como los protagonistas de Revenge of the Nerds (1984) o Weird Science (1985).

Cultura Hip-Hop

Origen: la cultura hip-hop nace a principios de los años 70 en el Bronx (Nueva York), en un contexto de pobreza estructural, violencia policial, abandono institucional y fragmentación racial. Es un movimiento creado por jóvenes afroamericanos y latinos que buscaban nuevas formas de identidad, resistencia y comunidad. Entre 1973 y 1979 se establecen sus cuatro pilares clásicos: MCing (rap), DJing, Breakdance y Graffiti. Los sociólogos lo consideran uno de los movimientos culturales juveniles más influyentes del siglo XX, capaz de unir arte, estética, política y vida urbana. En los 80 explota globalmente gracias a artistas como Run DMC o Public Enemy, y en los 90 se convierte en fenómeno planetario con el auge del rap de la Costa Este y Oeste.

Estética: Aunque muy variada según época y región, hay elementos comunes: ropa deportiva, cadenas doradas y joyería llamativa (bling-bling), pantalones baggy, gorras planas, sudaderas oversized, zapatillas icónicas (Air Jordan, Adidas Superstar), chaquetas bomber o varsity, e Influencias del streetwear, el basket, los guetos urbanos y más tarde la moda de lujo.

Valores: expresión personal sin censura, crítica social y denuncia de desigualdades, orgullo de origen, autenticidad (keep it real), resistencia cultural, hermandad y comunidad, creatividad como supervivencia y competición artística (batallas de rap, habilidades de DJ, breakdance). En los 2000–2020 estos valores se mezclan con otros como éxito económico, ascenso social, lujo ostentoso; narrativas autobiográficas duras o vulnerables; y fusión con otros géneros (trap, reggaetón, pop).

Referentes: Pioneros está DJ Kool Herc, Afrika Bambaataa, Grandmaster Flash, Run DMC y Public Enemy. Más tarde en los 90 está Tupac (2Pac), The Notorious B.I.G., Wu-Tang Clan y Nas. Actualmente, está Jay-Z, Eminem, Snoop Dogg, Kendrick Lamar, Cardi B, Nicki Minaj y J. Cole, entre otros. 

Origen: entre 1970 y 1980, principalmente en Reino Unido y Estados Unidos, como consecuencia del auge del heavy metal clásico (Black Sabbath, Judas Priest, Iron Maiden) y posteriormente del thrash metal (Metallica, Slayer).

Estética: melena larga, pantalones vaqueros (muchas veces desgastados), botas negras, muñequeras de cuero o tachuelas, cazadoras vaqueras o de cuero con parches de bandas, y camisetas negras con logos de grupos. 

Valores: libertad individual, hermandad y sentido de comunidad entre fans, lealtad a la música por encima de las modas, actitud anti-mainstream (sobre todo en variantes como thrash o black metal), búsqueda de la intensidad emocional a través de la música. 

Referentes: Black Sabbath, Ozzy Osborne, Motörhead, Iron Maiden, Judas Priest.

Años 80: exceso, oscuridad y nuevas tecnologías

Los 80 combinan auge económico, estética vistosa y fascinación por la tecnología. Aquí aparecen tribus masivas que aún hoy influyen en la moda.

Góticos

Origen: Reino Unido, principios de los 80, como evolución oscura del post-punk y del rock gótico. Bandas como Bauhaus, Siouxsie and the Banshees o The Cure consolidaron el sonido, la estética y la cultura del movimiento.

Estética: negro absoluto, encajes, puntillas y terciopelos, cuero, cruces, ankh egipcio, símbolos esotéricos, maquillaje extremadamente pálido, labios en tonos oscuros y estética andrógina en muchos casos. 

Valores: el movimiento gótico mezcla música, estética y filosofía cultural, lo más característico es el romanticismo oscuro, existencialismo (influencias literarias y filosóficas), fascinación por la muerte y lo siniestro, sensibilidad artística y literaria, introspección y emocionalidad intensa, contracultura anti-mainstream, reivindicación del derecho a la diferencia y comunidades nocturnas, post-punk y clubbing alternativo. 

Referentes: Joy Division, Siouxsie and the Banshees, Bauhaus (autores de Bela Lugosi’s Dead) y The Cure (en su etapa dark).

New Romantics

Origen: Reino Unido, aproximadamente entre 1979 y 1985.

Estética: looks sofisticados y teatrales, cardados exagerados, maquillaje llamativo (tanto en hombres como mujeres), prendas barrocas o de inspiración histórica, camisas con volantes, seda, satén y una presencia escénica muy marcada. Clubs como The Blitz en Londres fueron su epicentro estético-cultural.

Valores: glamour extremo, performance, escapismo, ruptura con el realismo punk, exaltación de la artificialidad y la fantasía. Reivindicaban la creación del yo como obra artística.

Referentes: Adam Ant, Spandau Ballet, Visage, Boy George (Culture Club) y Steve Strange.

Ravers (primera generación / acid house)

Origen: finales de los 80, Reino Unido y EEUU. Su auge empieza en 1987–1989 con el movimiento acid house, las raves ilegales y los clubs de Manchester, Ibiza y Londres.

Estética: gafas en la cabeza o de colores neón, camisetas ceñidas o con logos smiley, ropa deportiva o muy cómoda, pantalones holgados, accesorios fluorescentes y looks pensados para bailar durante horas. 

Valores: comunidad, libertad absoluta, espíritu festivo anti-normativo, hedonismo nocturno, unión a través de la música electrónica, desobediencia civil suave (raves ilegales, espacios autogestionados) y la idea de que el baile es liberación

Referentes: Ibiza Balearic Beat, DJs pioneros como Danny Rampling, Paul Oakenfold o The Chemical Brothers (primera etapa).

Años 90: apatía, protesta y revolución alternativa

Los 90 son una década de ruptura con los excesos de los 80. Aquí surge el culto a la autenticidad, la introspección y lo alternativo.

Grunge

Origen: Seattle, mediados de los 80; boom internacional en 1991 con el lanzamiento de Nevermind de Nirvana. El grunge nace en un contexto de crisis económica en el noroeste de EEUU, una subcultura de resistencia suave donde la estética  refleja el desencanto con el capitalismo tardío. Su popularización mundial coincidió con la industria de la moda apropiándose del estilo, lo que generó tensiones con la esencia anti-consumo del movimiento.

Estética: camisas de cuadros, vaqueros rotos, botas gastadas, sudaderas amplias, ropa de segunda mano y looks deliberadamente descuidados.

Valores: apatía generacional, rechazo al consumismo, desencanto vital, crítica al mainstream, búsqueda de autenticidad.

Referentes: Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden y Alice in Chains.

Britpop

Origen: emergió a comienzos de los años 1990 en el Reino Unido como un movimiento musical y cultural. Fue una reacción contraria al auge del grunge estadounidense y otros estilos oscuros o introspectivos: Britpop recuperó un sonido de guitarras más cercano al pop británico clásico de los años 60 y 70. 

Estética: chándales, camisetas de fútbol, vaqueros, zapatillas deportivas, gafas de sol y un estilo muy cotidiano, casi anti-glamour, que reivindicaba lo británico.

Valores: el britpop fue un fenómeno sociocultural que reivindicaba la identidad británica, pop guitarrero, cultura de barrio, rivalidades musicales (especialmente Norte vs. Sur) y un espíritu juvenil hedonista y despreocupado.

Referentes: Oasis, Blur, Pulp y Suede.

Gabber

Origen: Países Bajos y España (conocido como Makina, popular en Cataluña y Comunidad Valenciana), principios 90. Nació en Rotterdam como respuesta a la comercialización del techno y del house, expresión de la clase trabajadora joven y por la necesidad de un sonido más duro, rápido y “puro”.

Estética: Cabezas rapadas, chándales anchos o de marcas deportivas (Lonsdale, Kappa, Nike); zapatillas deportivas resistentes para bailar (Air Max clásicas); a veces mascarillas, guantes, estética rave hardcore; y en España, estética poligonera: camisetas ajustadas, gafas Arnette, colores neón.

Valores: energía extrema, evasión, resistencia física (baile Hakken), comunidad rave, música electrónica muy rápida, cultura nocturna, liberación, catarsis y hermandad en la pista. En España, vínculo con discotecas míticas (Pont Aeri, XQue, Chasis…) y con la Ruta del Bakalao en Valencia.

Referentes: Rotterdam Terror Corps, DJ Paul Elstak y Neophyte. Makina: DJ Skudero, DJ Pastis, Pont Aeri, Chasis y DJ Chus Liberata.

Otakus 

Origen: empezaron en Japón entre los años 70 y 80, pero el boom internacional fue a finales de los 80 y, sobre todo, los 90. De hecho, en 1995 fue el primer Salón del Manga en Barcelona y se empezaron a exportar mangas y animes en VHS.

Estética: camisetas de anime, accesorios, figuras, cosplay incipiente en convenciones, lectura de manga en fotocopias o ediciones importadas en los 90.

Valores: devoción por la cultura japonesa (anime, manga, videojuegos), comunidad, creatividad, identificación emocional con personajes y fandom compartido.

Referentes: suelen ser personajes ficticios de los animes como Sailor Moon, Evangelion o Akira. 

Emos 

Origen: Estados Unidos, finales de los 90 y comienzos del 2000, derivados de la escena emocore y el punk melódico. En España y Latinoamérica su boom llegó hacia 2005 y 2010, impulsado por Fotolog, MySpace y foros juveniles. En 2008, México regaló a internet uno de los episodios más icónicos de la historia emo: la pelea entre emos y punks en la Glorieta de Insurgentes, CDMX. Lo que empezó como una tensión estética en foros y fotologs terminó en un enfrentamiento que hoy es considerado folclore digital latinoamericano, remezclado infinitamente en memes, clips de YouTube y TikTok.

Estética: flequillo largo cubriendo un ojo, pelo negro con mechas de colores (rosa, azul, rojo), skinny jeans muy ajustados, camisetas de bandas (My Chemical Romance, Fall Out Boy, Paramore), muñequeras, cinturones de tachuelas y maquillaje negro en ojos

Valores: expresión emocional intensa, rechazo al cinismo adulto, sensibilidad y vulnerabilidad, estética del dolor romántico y la introspección, y comunidad digital (foros, blogs, redes sociales).

Referentes: My Chemical Romance, Gerard Way, Paramore, Panic! at the Disco, Tokio Hotel en Europa/LatAm.

Skaters

Origen: Estados Unidos, años 70, ligados al surf y al desuso de piscinas vacías en California; boom global en los 90 y 2000 con Tony Hawk y videojuegos.

Estética: zapatillas Vans o DC, pantalones anchos o shorts, camisetas oversize o sudaderas, gorras planas y mochilas, y tablas personalizadas. 

Valores: libertad, creatividad urbana, rechazo a la autoridad y al deporte tradicional, comunidad, aprendizaje autónomo, estilo de vida callejero y cultura DIY

Referentes: Tony Hawk, Rodney Mullen y marcas como Thrasher y Vans.

Tribus urbanas del siglo XXI

(Nacidas o redefinidas a partir del año 2000 hasta la actualidad)

En el siglo XXI, la irrupción de internet, las redes sociales y la globalización cultural produce un cambio radical: las tribus urbanas dejan de necesitar un territorio físico y pasan a existir también —o sobre todo— en lo digital. Entramos en la era de las “identidades híbridas” y las comunidades líquidas. Ya no se pertenece a una sola tribu: se flota entre varias.

Hipsters

Origen: auge internacional en la década de 2010, aunque sus raíces se remontan a los años 2000 en barrios gentrificados de ciudades como Brooklyn (Nueva York), Portland o Berlín. Los medios —como The New York Times o Vice— consolidaron el término entre 2008 y 2012 para describir una nueva sensibilidad juvenil urbana, alternativa y consumista a la vez.

Estética: ropa vintage o de segunda mano, camisas de leñador, tote bags, gafas de pasta, barbas prominente, tatuajes minimalistas o ilustrativos, bicicletas fixie, cafeterías de especialidad, cervezas artesanas, vinilos, decoración industrial, madera y plantas. 

Valores: anti-mainstream (aunque paradójicamente mainstream), culto al diseño, al café artesanal, a lo orgánico, a la producción local y a la autenticidad irónica. Sociológicamente se vinculan a la clase creativa urbana y a procesos de gentrificación.

Referentes: The Lumineers, Fleet Foxes, zooey Deschanel (como icono del girl-hipster aesthetic) y en la cultura visual sus inicios fueron Instagram y Tumblr. 

BoBos

Origen: París, finales de los 90; expansión global en los 2010–2020. Los BoBos —del francés bourgeois-bohème— son lo que algunos medios describen como la élite cultural progresista: personas de clase media-alta que combinan poder adquisitivo, sensibilidad cultural y una estética deliberadamente sencilla. Los BoBos representan la tendencia del “lujo silencioso”, es decir: calidad muy alta sin logos llamativos, sin ostentación explícita y con una imagen de naturalidad cuidadosamente construida.

Estética: tonos neutros, beige, blanco roto, gris, azul polvo; ropa de alta calidad sin logos visibles (cashmere, lino, algodón premium); prendas minimalistas, cortes limpios, diseño nórdico o francés; accesorios discretos: tote bags gruesas, relojes sencillos, gafas redondeadas; bicicleta urbana vintage o moderna como símbolo cultural; y mezcla de vintage caro más marcas de lujo silencioso.

Valores: cosmopolitismo, viajes, vida urbana; sostenibilidad premium (producto durable, orgánico, artesanal, pero caro); conciencia social moderada, no radical; rechazo explícito a la ostentación, pero capital cultural y económico alto; búsqueda de autenticidad: diseño, artesanía, calidad.

Referentes: el personaje Luc de Emily in Paris o David Brooks. 

Gamers

Origen: empezó a principios de siglo con raíces en los salones recreativos de los 80 y el auge de los videojuegos domésticos en los 90. La consolidación de internet, las consolas conectadas y las plataformas de streaming (Twitch, YouTube Gaming) transformaron lo que antes era un hobby individual en una subcultura global.

Estética: sudaderas cómodas y ropa deportiva., cascos RGB, teclados mecánicos y setups con luces LED, camisetas con referencias geek (videojuegos, anime, eSports), y sillas gaming, micrófonos y accesorios de streaming.

Valores: competición online (eSports), comunidad y cooperación en plataformas digitales, pasión por la tecnología y la mejora continua (skills, rankings), e identidad gamer compartida a través de memes, jerga y fandoms.

Referentes: Ibai Llanos, Pokimane, Rubius, AuronPlay y Faker.

E-Girls / E-Boys 

Origen: finales de 2010 y consolidación en TikTok, es una subcultura estética nacida de la cultura digital, el anime, el gaming, la moda alternativa y la performatividad online.

Estética: se les identifica como “góticos felices” con flequillos rectos, tintes en mechones o degradados; rubor exagerado en mejillas y nariz (estética anime blush); corazones bajo los ojos o dibujos con eyeliner; cadenas, arneses suaves, collares de perro estilo BDSM-light; maquillaje oscuro combinado con neones o pastel; ropa oversize con estética gamer o alternativa; y accesorios digitales como cascos RGB, fondos LED y estética Twitch o TikTok.

Valores: la identidad se expresa en vídeos cortos; una autoimagen digital a través de filtros, edición, poses, estética del selfie; androginia y expresión sin identidad rígida; comunidad virtual en TikTok, Discord, Twitch; e hibridación estética que mezcla lo emo, goth, gamer, anime e internet-core.

Referentes: Billie Eilish, Doja Cat (era cyber-pop), Lil Huddy, Belle Delphine y Machine Gun Kelly. 

Coquette / Soft Girl

Origen: nace en Tiktok entre 2020 y 2023, impulsada por la cultura visual de la plataforma, el revival Y2K, la estética “Lolita” desproblematizada, el romanticismo suave y la influencia de microcelebridades digitales. Surge como tendencia estética, no ideológica, asociada a una feminidad hiperestilizada y performativa. Se puede malinterpretar y pensar que son Tradwifes comparten estética, pero no siempre están relacionados. 

Estética: tonos pastel, lazos, faldas vaporosas, prendas vintage, encaje, perlas, maquillaje rosado con rubor marcado, accesorios dulces y look hiperfemenino.

Valores: hiperfeminidad performativa, romanticismo idealizado, autopresentación estética en redes, suavidad emocional y escapismo hacia ambientes cálidos y delicados.

Referentes: Estética Tumblr 2010 (“soft grunge pastel”), nostalgia pop (María Antonieta de Sofia Coppola, Lana Del Rey early aesthetic).

K-Poppers

Origen: nacen como tribu urbana global a partir del auge internacional del K-pop desde 2015, especialmente con el éxito planetario de grupos como BTS, EXO, Blackpink, Twice y Seventeen. Aunque el fandom del K-pop existía desde los 2000, su explosión masiva llega con la popularidad de YouTube y TikTok, el streaming global, las coreografías virales y las comunidades de fans organizadas (“ARMY”, “BLINKS”), muy activas en redes. Además, las K-poppers es una de las subculturas digitales más organizadas del mundo

Estética: colorida, cuidada y muy estilizada, inspirada directamente en la moda de los idols coreanos, piel perfecta (glass skin), colores suaves, glitter, delineados finos, merchandising de los grupos de música e influencias kawaii mezcladas con moda urbana coreana.

Valores: comunidad global con un sentimiento fuerte de pertenencia al fandom; devoción por los idols con cuidado emocional, apoyo masivo, campañas de fans (streaming, votaciones, cumpleaños); creatividad que incluye baile, covers, fanart, fanfic, edición de vídeos; interés por skincare, moda y autoexpresión; organización colectiva con los fandoms coordinan acciones sociales, donaciones, récords de streaming, protestas simbólicas; y cultura del respeto como apoyo emocional entre fans, lenguaje positivo, mensajes inspirados en los idols.

Referentes: BTS (ARMY), Blackpink (BLINKS), EXO (EXO-L), Twice (ONCE), Seventeen (CARAT) y Stray Kids, Enhypen, Aespa, NewJeans, Itzy, etc.

Origen: el origen cultural del reggaetonero como tribu urbana se sitúa en Puerto Rico y Panamá en los años 90, cuando el reggaetón nace de la mezcla entre dancehall jamaicano, hip-hop latino y dembow. Como tribu estética juvenil, sin embargo, su consolidación llega en los 2000 y 2010, cuando el reggaetón se vuelve global gracias a artistas como Daddy Yankee, Don Omar y Wisin & Yandel. En España, su estética se populariza a partir de los 2000 con la expansión del género en discotecas comerciales.

Estética: aquí hay que hacer una diferencia entre hombres y mujeres. Por un lado, ellos suelen vestir ropa enorme, camisetas largas y pantalones anchos; gorras planas, gafas de sol grandes; cadenas gruesas y relojes bling-bling; deportivas blancas o de colores llamativos; y peinados degradados, cejas perfiladas, tatuajes visibles. Por otro lado, ellas suelen vestir tops, minifaldas o shorts muy ajustados; vestidos ceñidos, transparencias o prendas micro; uñas XXL, maquillaje marcado y accesorios dorados. 

Valores: se articulan en torno a el cuerpo como forma de expresión a través del baile, derrocho y fiesta (clubbing y hedonismo), narrativas del barrio y de la superación, ostentación estética y desinhibición. 

Referentes: Daddy Yankee, Don Omar, Wisin & Yandel, Nicky Jam e Ivy Queen.

Tribus urbanas españolas

(Identidades estéticas nacidas o transformadas específicamente en España)

España no solo importó subculturas globales; también creó las suyas propias. Muchas surgieron en barrios obreros, institutos, verbenas y discotecas, alimentadas por la televisión, la música local y el folclore urbano. Otras son reinterpretaciones nacionales de fenómenos internacionales.

Cayetanos

Cayetanos
Cayetanos

Origen: aunque la estética “pija” española existe desde los años 80 y 90 —colegios privados, clubes deportivos, barrios acomodados, veranos en Sotogrande o Marbella—, el término “cayetano” como etiqueta social no surge hasta mucho más tarde, y no tiene un origen académico, sino memético. El término se viraliza especialmente desde 2020 por los memes de “manifestaciones de Núñez de Balboa” (Madrid), donde la estética cayetana aparece caricaturizada.

Estética: en cuanto los hombres suele ser un pelo muy cuidado y raya marcada; polos Ralph Lauren o Lacoste (en verano), jerseys sobre los hombros; pantalón chino beige, azul marino o blanco; náuticos, mocasines Sebago o zapatos de ante; blazer azul marino; reloj clásico, pulseras náuticas; bufandas de cachemira y chaquetas Barbour en invierno; y gafas Ray-Ban clásicas. Mientras que las mujeres se asocia más a blusas blancas, camisas Oxford, punto delicado; vaqueros rectos, pantalón blanco, mocasines o bailarinas; bolsos de firma; maquillaje natural, coleta pulida o melena ondulada; estética “perfecta y discreta”, sin estridencias. 

Valores: más que un ideario formal, son un imaginario colectivo asociado al estereotipo de gusto por lo clásico, continuidad familiar, roles sociales marcados, educación “”de toda la vida”, capital económico (todo privado), discreción en el vestir, rituales sociales (club, terraza, Semana Santa, veraneo en el mismo sitio cada año), conciencia de pertenecer a una clase con privilegios históricos, a veces expresada mediante ironía o paternalismo. Y politización hacia la derecha: no todos los que encajan estéticamente son de derechas, pero el meme cayetano se ha asociado a conservadurismo social, liberalismo económico, apoyo a partidos del centro-derecha o derecha clásica (PP), y rechazo a movimientos sociales progresistas.

Referentes: Hombres G (el “pijo madrileño”) y María Pombo y entorno “Pomboverso”.

Canis y Chonis

Cani y choni
Cani y choni

Origen: finales de los 90 y 2000, vinculados al auge del reggaetón temprano, las discotecas comerciales y fenómenos televisivos como Mujeres y Hombres y Viceversa. Surgieron en barrios populares urbanos y se convirtieron en un símbolo generacional de la cultura juvenil española. En la actualidad, este paisaje cultural se ha ampliado con la aparición de la cultura MDLR, vinculada al trap y al drill más callejero.

Estética: Las chonis se caracterizan por llevar ropa muy ajustada, labios perfilados, uñas largas o acrílicas, moños altos o “cibershot”, oro amarillo, maquillaje marcado y pestañas postizas. Mientras que los canis suelen ir en chándal, zapatillas blancas impolutas, cadenas de oro, cejas extremadamente depiladas, corte de pelo “cenicero” o rapado.

Valores: fiesta, identidad de barrio, confianza en uno mismo, humor propio y una estética sin complejos. Su código cultural mezcla calle, música urbana y sociabilidad nocturna. 

Referentes: Ylenia Padilla, Oriana Marzoli y Labrador. 

Las tribus que llevamos dentro

Quizá ya no llevas un corsé gótico ni una pulsera de pinchos, pero alguna parte de ti sigue perteneciendo a una tribu. Como demuestran las fuentes sociológicas, las tribus urbanas no son solo una moda: son lenguajes de pertenencia y herramientas para expresar quiénes somos en un mundo acelerado. 

En una sociedad hiperconectada y fragmentada, seguimos necesitando sentirnos parte de algo. Y quizá por eso, en algún rincón de nuestra memoria estética, todos llevamos aún una camisa de cuadros grunge, un lazo coquette o un par de Vans destrozadas. Porque, al final, no dejamos de reinventarnos. Y las tribus urbanas —pasadas y presentes— son la prueba de ello.

Imagen | Freepik

Xataka | Tras estudiar a un millón de personas durante 20 años, estos científicos creen que “ser único” ha pasado de moda. La pregunta es por qué

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Actualidad

La pregunta no es si nos vamos a quedar sin ver Eurovisión, sino dónde vamos a ver Eurovisión

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RTVE llevaba semanas amenazando con hacerlo si Israel seguía entre los países participantes en Eurovisión, y finalmente lo ha llevado a cabo, cortando una racha de 65 participaciones ininterrumpidas desde 1961. Sin embargo, esto va más allá de una mera negativa a continuar con las emisiones de la final: hay muchos intereses detrás de esta decisión y que se desatarán a partir de ahora. El más obvio: ¿quién emite ahora Eurovisión?

España rompe la baraja. RTVE abandona Eurovisión 2026 ante la negativa de la UER (Unión Europea de Radiodifusión, organizadora del evento), a vetar a Israel, con 738 votos favorables frente a 264 contrarios y 120 abstenciones. La votación no abordaba, en realidad, la expulsión de Israel, sino la aprobación de nuevas medidas sobre transparencia en el televoto que, en la práctica, permitían la continuidad del país. España se une así al frente de presión en el que también militan Países Bajos (AVROTROS), Irlanda (RTÉ) y Eslovenia, y la medida es total: no habrá candidato en Viena ni señal en directo de la final

Una de cinco. España se convierte así en el único miembro de los Big Five (grupo formado por los mayores financiadores del certamen junto a Francia, Alemania, Italia y Reino Unido) en abandonar el barco. El impacto en cifras de esta decisión es directo: cada país de los Big Five (que disfrutan de acceso automático a la final sin pasar por semifinales) aporta aproximadamente 350.000 euros anuales al festival, una suma que la UER perderá de las arcas españolas y que es muy superior a los 30.000-50.000 euros que pagan las naciones más pequeñas. Además, sucede en un momento delicado: Moldova ya había justificado retirarse previamente citando “costes insostenibles”.

Por otra parte, Alemania amenazó con abandonar si Israel era expulsada, evidenciando la fractura interna. España se convierte así en el primer miembro de los Big Five en concretar una retirada por motivos políticos, estableciendo un precedente que podría animar a otros países a seguir sus pasos. Conjuntamente, estos cinco estados proporcionan a la emisión unos treinta millones de espectadores. Es decir, que tal y como ha comentado la prensa, es una decisión inaudita que convierte esto en “el mayor boicot de la historia del festival”

¿Quién emite ahora? La renuncia de RTVE a los derechos de emisión plantea un interrogante inédito: ¿pueden otras televisiones españolas transmitir el certamen? Debemos tener en cuenta décadas de bloqueos institucionales por parte de RTVE. La FORTA (federación que agrupa doce televisiones autonómicas) lleva treinta años intentando ingresar en la UER sin éxito. “La autorización de RTVE es condición necesaria, y niega reiteradamente nuestro ingreso”, declaraba en 2020 su secretario general. Aún así, los estatutos de la UER permiten múltiples miembros por país, como ocurre con cadenas privadas que lograron acceso (SER y COPE en radio).

En 2014, cuando España se ausentaba de Eurovisión Junior, la organización europea contempló que Atresmedia o Mediaset asumieran la participación, pero el Grupo Directivo de la UER rechazó la propuesta. Ahora, la UER técnicamente podría vender los derechos de emisión a otras cadenas españolas, aunque requeriría, de nuevo, el beneplácito de RTVE. Hay un precedente para todo este trajín en Alemania: la ARD que representa al país es, precisamente, un consorcio de televisiones regionales, similar al modelo de FORTA.

Boicotea, que algo queda. Los boicots no son nuevos en Eurovisión, aunque nunca habíamos presenciado uno de esta magnitud. En 2009, Georgia abandonó tras negarse a modificar su canción ‘We Don’t Wanna Put In‘, considerada crítica hacia Putin. En 2017, Rusia no pudo participar en Kiev tras enviar a Julia Samoylova, vetada por actuar en Crimea. El precedente más cercano fue en 2022, con la expulsión rusa por invadir Ucrania. Los estados árabes evitan históricamente el concurso por la presencia israelí: Marruecos solo participó en 1980, cuando Israel no acudió. Turquía abandonó en 2013 alegando un comportamiento injusto de los Big Five

Reacciones internacionales. El presidente israelí Isaac Herzog celebró la decisión de que Israel permaneciera en Eurovisión como muestra de “solidaridad” entre naciones, a la vez que el ministro de Exteriores deseaba “la caída en desgracia” de todos aquellos que han participado en el boicot. Una opinión contraria al boicot que ha encontrado eco en países como Austria: la ministra de exteriores Beate Meinl-Reisinger, por ejemplo, insistió en que el certamen “no es instrumento para sanciones”. 

En Xataka | Tras la polémica de Eurovisión, miles de personas se hicieron una vieja pregunta: ¿qué hace Israel en un concurso “europeo”?

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Actualidad

Hay más de 900 comercializadoras intentando venderte la luz de casa. Y ahora España ha iniciado la gran purga

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España tiene un récord mundial difícil de justificar, es el país con más comercializadoras eléctricas registradas. Durante años, el listado oficial superó las 900 empresas, aunque más de la mitad nunca tuvo actividad real. Un “mercado fantasma” que generaba confusión, riesgos operativos y una opacidad impropia de un sector estratégico.

Ahora, por primera vez, el Gobierno ha decidido poner orden. En los últimos doce meses han empezado a caer en cascada las primeras inhabilitaciones y todo apunta a que el registro sufrirá una depuración masiva.

Un cribado total. El último informe de la CNMC confirmó lo que el sector intuía desde hace tiempo. De un censo de más de 900 comercializadoras, solo 416 empresas tenían clientes y compraban energía de forma efectiva. El resto —centenares de sociedades— permanecía en una especie de pausa permanente, inscritas pero sin actividad. Y la ley es clara al respecto. Tanto el Real Decreto 1955/2000 como la Ley 24/2013 permiten al Ministerio retirar la autorización a cualquier comercializadora que pase un año sin operar o que incumpla sus obligaciones económicas y técnicas.

Según información que ha tenido acceso El Periódico, el Ministerio para la Transición Ecológica ha inhabilitado unas 40 comercializadoras en el último año, la mayoría sin clientes o sin compras de energía durante más de doce meses. La limpieza se basa en la aplicación sistemática del artículo 74, un mecanismo legal que llevaba años infrautilizado.

Un proceso que ha entrado en acción. El proceso ya se observa en el propio Boletín Oficial del Estado, donde se publicó en octubre la inhabilitación de Virtual Power Plant & Smart Energy S.L. por no presentar las garantías exigibles ante el operador del mercado. La resolución ordenaba además el traspaso automático de sus clientes a un Comercializador de Referencia, conforme a la Ley 24/2013.

Casos similares constan también en expedientes de la CNMC, como INF/DE/368/23, donde se documentó que una comercializadora acumuló impagos, insuficiencia de garantías y cero energía adquirida para suministrar a sus clientes. Funcionaba solo sobre el papel.

¿Qué significa esto para el mercado y el consumidor? Aunque pueda parecer un asunto técnico, la depuración afecta directamente a los ciudadanos. Según Tarifa y Luz, la eliminación de comercializadoras fantasma implica: menos riesgo de que una empresa quiebre de la noche a la mañana, más control sobre operadores pequeños sin solvencia real, más seguridad y continuidad del suministro, ya que la normativa obliga a trasladar automáticamente los clientes a un Comercializador de Referencia si su proveedor cae. Y, por último, un mercado menos opaco y con menor riesgo de fraude.

Se trata de un problema sistémico: algunas de estas pequeñas firmas acumulaban impagos a Red Eléctrica (REE) y el Operador del Mercado Ibérico (OMIE), generando costes que terminaban absorbiendo el conjunto del sistema eléctrico. Otras prometían precios inviables y, al no poder comprar energía en el mercado diario, simplemente desaparecían.

Pero, ¿tan fácil es abrir una comercializadora? España es el único país europeo donde no se exige una licencia administrativa previa para operar como comercializador eléctrico. Abrir una empresa de este tipo es relativamente sencillo: basta con presentar ante el MITECO una comunicación de inicio de actividad acompañada de una declaración responsable de cumplimiento de los requisitos, según la ficha oficial del propio Ministerio.

Antes, eso sí, el interesado debe acreditar ante REE y OMIE su capacidad técnica y económica: presentar garantías financieras, demostrar que podrá comprar energía en el mercado y disponer de sistemas informáticos para comunicarse diariamente con el operador del sistema. Según la consultora Audynforsystem, esta acreditación es el verdadero filtro operativo, pero no ha impedido la proliferación de pequeñas comercializadoras locales o meramente registrales.

¿Cómo continúa la depuración? El objetivo no es reducir el número de comercializadoras por sí mismo, sino eliminar: las que nunca han operado, las que no cumplen garantías, las que incumplen pagos o generan riesgos al sistema. Según Expansión, 416 comercializadoras siguen activas, 335 ya fueron dadas de baja en los últimos años y 137 están bajo investigación por inactividad.

La CNMC y el MITECO seguirán aplicando el artículo 74 del RD 1955/2000 para inhabilitar automáticamente a quienes lleven un año sin actividad. Además, las resoluciones recientes demuestran que quien incumpla garantías o impagos será inhabilitado, con traspaso obligatorio de clientes. EL mensaje es inequívoco, habrá menos comercializadoras, pero más fiables.

Empieza a ordenarse. Durante años, nadie pulsó el freno. Ahora, con impagos, tensiones regulatorias y un sistema eléctrico golpeado por volatilidades sin precedentes, el Gobierno ha decidido poner orden. La paradoja es evidente, mientras en Europa se trata de atraer más competencia, España ha tenido que hacer justo lo contrario: reducir un mercado hipertrofiado que nunca reflejó actividad real.

La depuración en marcha no es solo una limpieza administrativa. Es un intento de reconstruir la confianza en un sector que necesita estabilidad para afrontar los grandes retos energéticos del país: electrificación, almacenamiento, redes digitales y transición renovable. 

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Xataka | 2026 todavía no ha empezado pero ya se las ha apañado para producir la primera mala noticia: sube la luz

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