La grandeza del clásico del futbol mexicano se ha construido tras décadas de duelos inolvidables, broncas campales, la pasión de miles de aficionados dentro y fuera del país, y cientos de anécdotas que han trascendido el tiempo. Sin embargo, la historia de esta rivalidad América vs. Chivas se remonta a casi un siglo atrás. Este es un recuento de esos primeros enfrentamientos.

¿El Guadalajara o un combinado jalisciense?

El primer registro de un duelo entre estos equipos se remonta a 1926, cuando la escuadra crema realizó una gira por Guadalajara, donde disputó tres partidos contra el Guadalajara (que entonces todavía no tenía el sobrenombre de “Chivas”).

El primero de estos duelos fue el 10 de octubre y terminó con un 1-1. Las anotaciones fueron obra del “Chato” Aceves, por los locales, mientras que el empate fue obra de Guillermo Hyder. Un día después volvieron a enfrentarse, y aunque el conjunto capitalino comenzó ganando, al final el Guadalajara se impuso 2-1, gracias a un penal anotado por Anastasio Prieto. Para el tercer duelo, el 12 de octubre de 1926, Guadalajara nuevamente se llevó el triunfo.

Aunque este es el registro más antiguo que existe del clásico del futbol mexicano, lo cierto es que entre las diversas fuentes que hacen referencia a estos juegos no hay un consenso general, y algunos señalan que el Guadalajara jugó estos partidos con refuerzos de los otros equipos jaliscienses, por lo que más que un club, se habría tratado de una selección de la liga local.

América vs. Chivas: Los primeros juegos oficiales

El primer juego entre estos equipos en el que sí coinciden todas las fuentes, y en donde no hay registro de la aparición de refuerzos ajenos, es en un amistoso que se celebró en el Parque Oro de Guadalajara el 5 de febrero de 1932. El marcador fue un empate a dos goles, con anotaciones rojiblancas de Antonio Ramírez y Rodolfo Herrera, y de Felipe Haro y Leopoldo López Noriega por los visitantes.

En cuanto al primer juego oficial, este se remonta al 1 de agosto de 1943, en un juego de la Copa México durante la temporada 1942‑1943, que culminó con un triunfo de 1‑0 del Guadalajara.

El primer partido de liga se dio en la primera vuelta de la temporada 1943-1944, en el Parque Oblatos de Guadalajara, el 16 de enero de 1944, con un 3-1 favorable a los rojiblancos. Pasó poco tiempo para la revancha, pues el 20 de febrero de 1944 ambos volvieron a enfrentarse, ahora en el Parque Asturias de la Ciudad de México, con una goleada escandalosa de 7-2 a favor del América, donde el goleador Leopoldo Proal convirtió 4 tantos.

América vs. Chivas: Las primeras finales

Pocas cosas forjan una rivalidad deportiva tanto como una final, y entre América y Chivas hay varios de estos capítulos. La primera de muchas finales que estos equipos han escenificado ocurrió en la disputa por la Copa México de la temporada 1953‑1954.

La final de ida se disputó el 6 de mayo en el Parque Oblatos de Guadalajara, dejando un empate a un gol. Para la vuelta, el 12 de mayo de 1954 en el Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes, el marcador se mantuvo 0-0 durante el tiempo reglamentario.

Durante los tiempos extras, el portero americanista Manuel Camacho fue expulsado y su lugar en la portería fue ocupado por el delantero Eduardo Palmer. En el alargue, cada equipo anotó y el empate persistió y fue necesaria la definición por la vía de los tiros penales. En esa época, por reglamento, las series de penales eran de tres tiros por equipo, ejecutadas por el mismo jugador, y en esta final el americanista Emilio Fizel acertó sus tres disparos, mientras que Juan Jasso, de Guadalajara, anotó solo uno. Así, el América se llevó el ansiado título.

Un año después, el 6 de marzo de 1955, ambos volvieron a disputar la gran final de la Copa México, en un partido único en el estadio Ciudad de los Deportes, donde el América nuevamente se llevó el campeonato, ahora con marcador 1-0, con anotación de Manuel Cañibe.

El nacimiento de un Clásico

No obstante, fue hasta el torneo 1959-1960 cuando la rivalidad entre estos equipos fue llevada más allá y comenzó a llamársele “Clásico”. Esa temporada América y Guadalajara disputaban los primeros lugares.

América visitó de forma consecutiva los tres equipos de Guadalajara, venciendo 2-0 tanto al Oro como al Atlas. El 5 de agosto de 1959 se enfrentó al Rebaño, derrotándolos por el mismo marcador y cortando la racha de invicto que ostentaban. Tras este partido, Fernando Marcos González, entrenador del conjunto crema declaró a los medios:

“América no viene a Guadalajara a ganar, eso es rutina. Nosotros venimos para cambiarle el número de su teléfono de larga distancia. Así es que ya lo saben mis amigos: cada que quieran llamar a Guadalajara marquen dos cero, dos cero, dos cero o el 20-20-20. Cortesía del América”.

Esta declaración fue el detonante para que estallara la rivalidad entre ambos cuadros y provocó una gran expectación entre la afición para el siguiente duelo. El 12 de noviembre de 1959, el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria atestiguó cómo el Guadalajara se cobró la afrenta venciendo 2-0 a los capitalinos. Por cierto, en ese juego se estableció un nuevo récord de ganancias en ese estadio, al generar ingresos por más de 319 mil pesos (la marca anterior era de solo 125 mil pesos).

Además de estos cerrados duelos y las declaraciones que había de sus protagonistas cada vez que había un enfrentamiento, hubo otros factores que contribuyeron a elevar el alcance de estos partidos hasta la categoría de Clásico Nacional, como el que estos equipos representaban la rivalidad entre la capital y la provincia, o el choque entre las visiones cosmopolita y nacionalista del país.

Otro punto determinante fue que Telesistema Mexicano (hoy Televisa) adquirió al América, convirtiéndolo en uno de los más poderosos de la liga, mientras que Chivas atravesaba por la mejor época de su historia, y que le valió el apodo de “Campeonísimo”, donde ganó siete títulos de liga (incluido un tetracampeonato entre 1959 y 1962, y un bicampeonato de 1964 a 1965), una Copa, seis trofeos Campeón de Campeones y un campeonato de la Concacaf.

¿Ya se enteraron? Ha comenzado la temporada de altas temperaturas en nuestro país con una nueva onda u ola de calor y por acá les queremos contar qué es este fenómeno, qué características tiene, qué efectos podría causar en México y hasta cuánto suele durar.

¿Qué es una onda u ola de calor?

De acuerdo con la mismísima Organización Meteorológica Mundial, una onda u ola de calor puede definirse como un período en el que el exceso de calor se acumula durante varios días y noches, con temperaturas mínimas y máximas inusualmente altas en una zona determinada.

Sí, en este tiempo, que pueden ser sólo unos días, semanas pero también hasta meses, la temperatura mínima es tan importante y alta como la máxima.

En este sentido, las ondas u olas de calor están relacionadas con otros problemas o riesgos, como con las sequías, los incendios, las inundaciones repentinas y también con la contaminación del aire, obviamente con efectos para las personas y la naturaleza.

¿Cuáles son sus características?

Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres de México, las olas u ondas de calor suelen presentarse en gran parte de nuestro país, principalmente en los estados del norte y sureste.

Tomando en cuenta los datos de la Organización Meteorológica Mundial, se considera que hay una onda de calor cuando se registran temperaturas mínimas y máximas que superan el umbral de la localidad durante tres días consecutivos.

Por el calor que provoca este fenómeno, se da una pérdida de agua por evaporación. Y es que las temperaturas pueden llegar hasta los 57º grados centígrados.

Al respecto, la UNAM indica que en México, en 2024, se reportaron seis olas de calor, cada una con cifras alarmantes. Por ejemplo, el 25 de mayo de ese año, la CDMX registró un nuevo récord de temperatura máxima con 34.7º grados centígrados.

Mientras que en Yucatán se dieron 20 días consecutivos con altas temperaturas de hasta 40º grados centígrados.

¿Qué efectos tienen las olas u ondas de calor?

Como les contábamos aquí arriba, algunos efectos de las ondas u olas de calor son las sequías, los incendios y la contaminación del aire, pero también tiene consecuencias para nosotros y la naturaleza.

Al respecto, las autoridades mexicanas señalan que en condiciones normales, la temperatura del cuerpo se mantiene entre 36.0 y 37.5 grados centígrados, por lo que las altas temperaturas pueden ser bastante perjudiciales para nuestra salud.

Sólo para que se den una idea de la gravedad de sus efectos, según la Secretaría de Salud federal, cada año se registran decenas de defunciones por las temperaturas extremas en México, principalmente en el noroeste, centro y sureste de la república.

Por esto, el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM da las siguientes recomendaciones:

• Mantener una hidratación constante con agua y alimentos con alto contenido de líquidos, como sandía, melón, naranjas, pepino y lechuga.
• Evitar la exposición al sol en las horas más calurosas y usar protector solar, sombrero y ropa ligera de colores claros.
• Ventilar los espacios cerrados.
• Realizar actividades físicas en horarios con temperaturas más frescas.
• Proteger a niños, adultos mayores, así como a personas con enfermedades crónicas.
• Consultar los avisos meteorológicos para prepararse.
• Utilizar impermeabilizante claro en las casas.

Pero además de generar riesgos para las personas, las ondas u olas de calor tienen otros efectos sociales, ambientales y hasta económicos:

• Productividad agrícola
• Productividad laboral
• Saneamiento del agua
• Daños a infraestructuras críticas
• Muertes de animales y vida silvestre
• Biodiversidad
• Ejercicio al aire libre y exposición

“A nivel mundial, la exposición de la población a las olas de calor seguirá aumentando con el calentamiento adicional, y habrá fuertes diferencias geográficas en la mortalidad relacionada con el calor que afectarán a quienes tienen menos recursos y sin intervenciones y adaptaciones adicionales“, asegura la Organización Meteorológica Mundial.  

¿Lo más preocupante? Según los expertos, las olas u ondas de calor se han extendido rápidamente a nuevas regiones del planeta y ocurren en épocas del año inusuales. Ante un mayor calentamiento global, se espera un aumento en la intensidad, frecuencia y duración de las olas de calor.  

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