Que Hacer
Barcelona encabeza muchos ‘rankings’, pero no todos reflejan maravillas
Hace unas semanas, la revista Time coronó a Barcelona como el segundo mejor lugar del mundo para viajar en 2023, el primero, si hablamos de Europa. También es la mejor ciudad española para visitar y vivir, según la consultora Resonance, y cuenta con la Sagrada Familia, considerada el monumento más bonito del planeta, por los usuarios de TripAdvisor.
Los rankings turísticos muestran la cara más amable de la Ciudad Condal, pero ¿es todo tan fantástico como lo pintan? Algunos datos referentes a la vivienda o la delincuencia, no dicen lo mismo. Ni tampoco los secretos que revelan sus alcantarillas.
Lo que sí está claro es que Barcelona siempre destaca, para bien y para mal. Estas son algunas de las listas que la sitúan en el top, desde lo más positivo a lo peor.
Un destino que conquista a los viajeros
Siguiendo con los honores, Barcelona fue elegida como el mejor lugar del mundo (sí, otra vez) por los editores y lectores de The Telegraph Travel. Y es la única de España que se coló entre las más encantadoras para pasear, tal como reveló un estudio internacional de Pour Moi, elaborado a partir de los hashtags compartidos de Instagram.

Anastasiia Tarasova – Unsplash
No es de extrañar que sea la ciudad más visitada de Europa, pero sus bondades no se limitan a complacer a los turistas. El Financial Times ha escogido a Barcelona como la urbe europea con mejor estrategia para captar inversiones. Y en la última edición del Urban Mobility Readiness Index, figura entre los 25 municipios, a escala global, mejor preparados en movilidad.
No hay duda, la capital de Cataluña es un paraíso para las personas que la visitan. ¿Ofrece la misma experiencia para los barceloneses?
Sobresaliente en drogas, robos y pisos caros
Toda cara tiene su cruz, y parece, por lo que apuntan ciertos listados, que la de Barcelona es una cruz tamaño XXL. Y no solo por tener el monumento español que más decepciona.
Para empezar, un estudio del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA), ha determinado que es la ciudad europea que más ketamina consume, tal como desvelan sus aguas residuales. En concreto, una media de 29,45 mg/día por cada 1.000 habitantes.

Fikri Rasyid – Unsplash
En marihuana y hachís tampoco se queda corta. Los últimos datos de 2022 la sitúan a la cabeza en el consumo de cannabis, con 455,92 mg/día por cada mil personas. Aunque ha perdido el primer lugar en cocaína, que sí tenía en 2019.
Con 72 infracciones por cada 1.000 ciudadanos (datos del Ministerio de Interior), es la segunda urbe más insegura de España, solo superada por el Prat de Llobregat, que pertenece a la misma provincia. Y la primera, si tenemos en cuenta las ciudades de más de 100.000 habitantes.
Cada día se realizan 480 robos o hurtos en Barcelona, aunque la criminalidad no es lo único que tiene tendencia a subir. La suciedad se ha disparado como preocupación ciudadana, y la contaminación, una vez pasada la pandemia, vuelve a superar los límites legales.

Nader Saremi – Unsplash
Teniendo todas estas cifras en cuenta, cuesta un poco entender que, además, sea la capital con el alquiler más caro de España. Comprar una casa tampoco es fácil, el precio del metro cuadrado está un 110% por encima de la media nacional.
Este es uno de los principales motivos por los que se da el fenómeno contrario que en Zaragoza. La capital de Aragón es la peor gran ciudad en competencia turística y, a la vez, la segunda en calidad de vida. Sin embargo, Barcelona ocupa el segundo lugar en cuanto a valor recreativo, pero no aparece en los rankings relacionados con la satisfacción ciudadana y el bienestar.
¿Son incompatibles la intención de atraer más viajeros con la de resolver las necesidades de los residentes? Seguro que no, aunque viendo la diferencia de impresiones entre unos y otros, resulta evidente que no estamos ni cerca de encontrar un equilibrio.
Portada | Elizabeth Villalta
Que Hacer
Este es el mercado navideño más antiguo de España y es tan espectacular que sigue vigente después de más de 230 años de historia
Pocos planes me gustan más que visitar un auténtico mercadillo navideño. Pasear con mis niñas entre abetos, muérdago, luces navideñas, elfos, flores de pascua y olor a castañas asadas es sin duda uno de nuestros momentos favoritos de esta época.
Y no, no hace falta coger un avión ni escaparse a ningún país centroeuropeo para disfrutar de esos sitios encantadores que nos recuerdan a las postales de invierno. En Barcelona existe un lugar que cada diciembre consigue que locales y visitantes se detengan un momento, respiren ambiente festivo y se dejen envolver por una tradición que lleva más de dos siglos celebrándose.
Hablamos de la Fira de Santa Llúcia, un mercado cuya primera edición documentada se remonta a 1786 y que, desde entonces, ha conseguido mantenerse vivo generación tras generación. Su secreto está en esa mezcla perfecta de historia, artesanía y espíritu popular, combinada con una ubicación privilegiada justo frente a la Catedral de Barcelona, en pleno Barrio Gótico, uno de los escenarios más evocadores de la ciudad durante estas fechas y en donde además este año luce imponente un árbol de Navidad de 14 metros de alto.
Fira de Santa Llúcia, donde el espíritu navideño vibra en Barcelona

Imagen | Ayuntamiento de Barcelona
Hoy en día reúne alrededor de 215 puestos repartidos entre figuras de belén, accesorios para montar pesebres, árboles y vegetación navideña, artesanía local y un sinfín de ideas para regalar. Pasear entre ellos, especialmente cuando cae la tarde y la iluminación se convierte en la protagonista, es uno de esos planes que se convierten en tradición sin que uno se dé cuenta.
Entre las tradiciones más entrañables que acompañan a la Fira hay una que nunca pasa desapercibida: la Carassa de Nadal. Esta figura festiva recorre las calles del Barrio Gótico escupiendo caramelos por la boca mientras los niños la siguen entre risas y expectación. Sus salidas, repartidas a lo largo de varios días de diciembre, son uno de esos pequeños espectáculos que llenan de vida las calles del centro y recuerdan que la Navidad catalana está hecha de detalles tan antiguos como sorprendentes.
Algo parecido ocurre con el Tió de Nadal, uno de los elementos más queridos de la tradición catalana. Este tronco de madera, con su manta y su expresión sonriente, es el encargado de traer regalos a los más pequeños. Según la costumbre, los niños lo golpean con bastones mientras cantan canciones tradicionales para que “cague” obsequios.
Y si hay un día especialmente significativo dentro del calendario festivo, ese es el 13 de diciembre. En 2025, la jornada será aún más especial con la celebración de la 33ª Diada de les Tradicions i Costums Nadalenques a Catalunya, una cita que tiene lugar en la Plaça de la Catedral y que reúne danzas, música y reconocimientos. Allí se puede disfrutar del solemne Ball d’Homenatge, de la actuación del Esbart Català de Dansaires y de villancicos acompañados por gaitas tradicionales. La ceremonia culmina con la entrega del galardón al Firaire d’Honor 2025, un reconocimiento al trabajo artesanal y a la dedicación de quienes hacen posible la feria año tras año.
Algunos datos a tener en cuenta antes de visitarla


Si estás pensando en ir, merece la pena hacerlo con tiempo para recorrerlo sin prisas. Disfrutarlo a plena luz del día permite apreciar los detalles artesanales, mientras que por la tarde adquiere un ambiente más mágico gracias a la iluminación y al contraste con la arquitectura gótica que lo rodea. Conviene llevar algo de efectivo (muchos artesanos lo prefieren) y, ya que estás allí, aprovechar para perderte después por las calles del casco antiguo, donde la experiencia navideña continúa entre comercios históricos, cafés y pequeñas plazas llenas de encanto.
Otro año más comprobamos que la Fira de Santa Llúcia no solo sigue en pie, sino que continúa siendo uno de esos lugares que deberíamos visitar al menos una vez en la vida. Y este año, con sus 239 ediciones a la espalda, la excusa cobra aún más fuerza. La feria abrirá desde finales de noviembre hasta la víspera de Navidad, con fechas estimadas del 28 de noviembre al 23 de diciembre de 2025, y un horario ininterrumpido de 10:00 a 21:00 h. Un margen perfecto para perderse entre puestos, tradiciones y pequeñas sorpresas que, pese al paso del tiempo, continúan emocionando como el primer día.
Imagen | “Barcelona: Fira de Santa Llúcia” por Jorge Franganillo, CC BY 2.0
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Que Hacer
Una ciudad de España ha sido elegida “Capital Europea de la Navidad 2026” y es el destino ideal para visitar en estas fiestas
No hace falta subirse a un avión ni cruzar fronteras para dejarse envolver por una Navidad vivida de verdad, de esas que iluminan las calles y el ánimo a partes iguales. Cada año veo con más claridad que la magia no siempre está lejos: a veces se encuentra a pocas horas de casa, en una ciudad o pueblo que transforma sus tradiciones, sus luces y su vida cotidiana en un gran escenario festivo.
Este año, esa idea cobra más fuerza que nunca con el anuncio de los galardones de la European Christmas City 2026, que han distinguido a tres destinos europeos por su forma única de celebrar estas fechas. En la categoría de Capital Europea, reservada a las ciudades con más de 100.000 habitantes, la elegida ha sido Barcelona, que se convierte así en uno de los referentes navideños del continente. Junto a ella, la austríaca Wels ha sido premiada en la categoría de Ciudad (entre 10.000 y 100.000 habitantes), mientras que Kirkop, en Malta, ha obtenido el reconocimiento como Pueblo Europeo de la Navidad (menos de 10.000 habitantes).
Además, este reconocimiento llega en un momento especialmente significativo para la organización, ya que la ceremonia oficial de entrega del título se celebrará el 13 de diciembre en Vilna (Lituania). La capital lituana, que este año desarrollará el proyecto ganador de la edición de 2025, será el escenario donde se desvelen los próximos destinos europeos distinguidos por su forma de vivir la Navidad, reforzando así el carácter internacional y en constante evolución de estos galardones.
Barcelona, Capital Europea de la Navidad 2026


Barcelona no ha sido elegida por casualidad. La ciudad ha construido un paisaje navideño donde siglos de historia, arte y tradiciones se entrelazan con una identidad abierta y profundamente multicultural. Lo que distingue a la capital catalana es su capacidad para sumar tradiciones de distintas épocas: desde ferias con siglos de historia hasta nuevos mercados de inspiración centroeuropea, pasando por costumbres familiares tan entrañables como el Tió de Nadal o representaciones tan queridas como Els Pastorets.
Además, el Ayuntamiento ha apostado por descentralizar la iluminación navideña, extendiendo las decoraciones y actividades festivas a numerosos barrios para que el espíritu de la Navidad no se concentre solo en el centro. Con esta iniciativa, plazas, ejes comerciales y zonas históricas de distintos distritos se suman a la celebración, logrando que toda la ciudad participe por igual y que cada vecindario viva su propia versión de la magia navideña.
El resultado es una Navidad que se vive en plural, vibrante y llena de matices. Barcelona conquista por su creatividad, pero también por su coherencia: la ciudad apuesta por unas fiestas sostenibles, con iluminación de bajo consumo, talleres dedicados al reciclaje y la reutilización, mercados eco-amigables y decoraciones de origen natural una vez finalizadas las fiestas. Es una celebración que mira al futuro sin renunciar a su alma.
Las citas imprescindibles durante la Navidad en Barcelona


La capital catalana despliega una agenda navideña que combina música, tradición y experiencias sensoriales. Entre lo más destacado está:
- El encendido de luces, convertido en un auténtico espectáculo que marca el inicio oficial de la temporada festiva.
- La Feria de Santa Llúcia, un imprescindible con más de dos siglos de historia, donde artesanos, belenistas y maestros de la tradición ofrecen piezas únicas.
- Los mercados navideños de inspiración europea, distribuidos por diferentes barrios, que mezclan artesanía local, gastronomía mediterránea y guiños culturales de toda Europa.
- Los conciertos de villancicos y actuaciones musicales que llenan las calles de ritmo y calidez, desde corales tradicionales hasta propuestas contemporáneas.
- Las liturgias y tradiciones navideñas, muy arraigadas en la ciudad y todavía vividas con emoción.
- Decoración monumental y espacios temáticos, que convierten plazas y avenidas en escenarios perfectos para disfrutar en familia.
- Iniciativas sostenibles y talleres eco-amigables, que proponen una forma más consciente de vivir estas fechas.
Y, por supuesto, la Cabalgata de los Reyes Magos, uno de los eventos más esperados del año. Un desfile mágico que recorre la ciudad cada 5 de enero, repleto de música, carrozas, personajes y momentos que emocionan por igual a niños y adultos.
Imágenes | Facebook Barcelona.cat
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Que Hacer
un pequeño pueblo logra su primera estrella Michelin y revela uno de los secretos mejor guardados de la región
Hasta hace muy poco, cuando se hablaba de cómo la gastronomía puede transformar un territorio, pocos hubiesen pensado en Murcia. Sin embargo en esta tierra, que parece tener un pacto eterno con el sol y en donde las viñas crecen fuertes, acaba de recibir una noticia capaz de alegrar incluso a los paladares más exigentes: por primera vez, un pequeño pueblo murciano ha conquistado una estrella Michelin. Y lo ha hecho gracias a un tesoro que algunos conocían solo de oídas y otros guardaban casi en secreto para proteger su magia.
Ese tesoro es Barahonda, una bodega que conozco bien porque he probado sus vinos en más de una ocasión y todos me han conquistado por su personalidad y su calidad. Y aunque todavía no he tenido la oportunidad de disfrutar de su restaurante, no me ha sorprendido que haya recibido un reconocimiento tan importante como este. Quizá por eso la noticia me ilusiona aún más: me queda intacta la emoción de descubrirlo por primera vez.
Lo mejor de todo es que este acontecimiento no solo pone en el mapa a un restaurante: también abre la puerta a que muchos descubran una región cargada de historia, sabor y autenticidad.
Barahonda: la bodega que se convirtió en la sorpresa gastronómica de Yecla

Barahonda
La bodega, que nació como proyecto familiar en 1.925 (en ese entonces bajo el nombre de bodegas “Antonio Candela”), hace algunos años decidió dar un salto audaz: abrirse a crear vinos de mayor calidad y un restaurante integrado en el propio espacio, rodeado de viñedos que se extienden hasta donde alcanza la vista. Lo que empezó como una apuesta valiente se ha convertido en una referencia que ahora brilla con luz propia en el panorama gastronómico nacional.
Al frente de la cocina está el chef Alejandro Ibáñez, un joven chef que trabajó en otro restaurante con estrellas que está muy cerca de Yecla. Quienes lo han probado hablan de una cocina que equilibra tradición, producto local y creatividad. Sus menús degustación son un homenaje a la tierra: platos sorprendentes y maridajes diseñados para que cada vino de la casa se exprese en plenitud.
Y si los vinos ya eran un motivo para acercarse, lo siguen siendo con más razón. Algunos son ecológicos, todos memorables. Siempre digo que Barahonda no tiene nada que envidiar a otras denominaciones de origen más mediáticas, y lo sigo defendiendo sin pestañear. Sus tintos potentes, sus blancos equilibrados y la intensidad de la Monastrell son el tipo de vinos que convierten una copa en un homenaje a los sentidos.
Yecla, un municipio que bien merece una visita

Imagen | Turismo Región de Murcia
Aunque la bodega y su restaurante brillan por sí solos, sería un error viajar hasta Yecla y no perderse por el propio pueblo. Merece la pena pasear entre sus edificios históricos, muchos de ellos ligados a siglos de tradición. Uno de los imprescindibles es la Basílica de la Purísima Concepción, una joya arquitectónica coronada por una cúpula azul inconfundible. Cada vez que la visito me impresiona cómo se eleva sobre el casco urbano, elegante y serena, guardando en su interior un patrimonio que combina arte, devoción e historia local. Es ese tipo de monumento que te recuerda que un viaje no solo se saborea: también se contempla.
Y si uno ya está en la Región de Murcia, también merece la pena escaparse hasta las impresionantes Gredas de Bolnuevo, ese paisaje casi lunar que parece esculpido por capricho del viento y el tiempo. Quizá por eso Barahonda encaja tan bien en este entorno: porque, igual que estos lugares singulares, combina humildad, tradición y un orgullo silencioso que conquista sin hacer ruido.
Hoy, Yecla no solo aparece en el mapa como destino enológico, sino también como parada imprescindible para quienes buscan gastronomía con identidad. Y confieso que me alegra haber visto este momento llegar. Que un pueblo tan unido al vino sea ahora reconocido entre la élite culinaria es una victoria para toda la región y, sobre todo, para quienes creen que las mejores historias también nacen entre viñedos, bajo el sol murciano.
Y lo mejor de todo es que esto no es un final. Es, más bien, el brindis inicial.
Imagen | Facebook Ayuntamiento de Yecla
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