Por Mafer Olvera y Paola Palazón

Así como Whitesnake en “Is This Love”, dedicamos esta colaboración a cuestionar el amor. Y es que en más de una ocasión prácticamente todos nos hemos preguntado si lo que vivimos o sentimos es amor, amor del bueno, amor de rutina, amor por sexo, amor a la compañía, amor a una ilusión, amor destructivo, codependencia o tal vez un “Horror Amor”, como el de los Six Million Dollar Weirdo. Sea como sea, este momento lo agudiza todo. Aquello que antes de la pandemia parecía cotidiano, normal, cómodo, divertido, sufrido o añorado como tener una pareja, en cualquiera de sus modalidades, de un momento, para bien o para mal, cambió.

El amor es un sentimiento subjetivo tan puro como ambivalente, capaz de llevarnos a extremos de felicidad y plenitud como repulsión y odio. Desde los griegos, el amor, al ser producto de Venus (la belleza) y Poros (la carencia) es extremo, basta con leer “El Banquete”, en los diálogos socráticos para entender sus contrastes y desmesuras, desde una perspectiva filosófica. No por nada se han inspirado millones de canciones, obras literarias y artísticas en el amor y el desamor, y sus consecuencias. En términos orgánicos y de sus efectos en el comportamiento humano, ha sido estudiado a partir de la neurología en lo que comúnmente se conoce como la química del amor, y es que básicamente se puede explicar a partir de la acción de neurotransmisores y el efecto de las hormonas en el actuar y sentir de las personas.

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Su proceso bioquímico está plasmado de oxitocina, dopamina y serotonina que durante la primera etapa de enamoramiento se segregan y absorben en exceso, lo que provoca excitación, deseo sexual, felicidad y energía en grandes cantidades. Pero, semejante al efecto de alguna sustancia introducida al organismo, como una droga, una vez que el organismo se habitúa a tales cantidades de sustancias químicas, con el paso del tiempo necesitará más para obtener el mismo placer. Esto es, que para sostener el enamoramiento se necesitarán otros componentes como empatía cotidiana, compasión, atracción sexual o hasta conexión del alma para subsistir con la misma pareja, más allá de los primeros 4 años en los que según la teoría de Donald F. Klein y Michael Lebowitz durará la feniletilamina (de la misma familia de las anfetaminas) en el cerebro, misma encargada de producir en gran medida las reacciones químicas del amor.

En otras palabras, el enamoramiento es un conjunto de reacciones neuronales estimulantes, llenas de sustancias presentes en diferentes regiones del cerebro que estimulan nuestros sentidos, despiertan el deseo sexual y provocan serios cambios emocionales; mientras que el amor es el resultado del tiempo, las historias, los momentos, el placer sexual, la compañía o las razones conscientes que nos hacen permanecer con esa persona, a pesar de los posibles problemas o desencuentros.

Si así de potentes resultan las conexiones amorosas, las rupturas o desconexiones pueden llegar a ser aún más intensas.

¿Morir de amor?

Efectivamente una persona que atraviesa un proceso de ruptura, desapego o pérdida del amor en extremo, puede morir a causa de la profunda depresión, ansiedad o trastornos provocados capaces de generar alteraciones clínicas severas, ideación suicida, hasta la muerte. Eso de que “de amor nadie se muere” ha quedado en el pasado y más bien, en ciertos casos, será fundamental tratarlo y sobrepasarlo con ayuda profesional para evitar tragedias y más dolor.

El psiquiatra Miguel Gutiérrez, expresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría afirma que: “en una persona normal, la ruptura puede tener una respuesta adaptativa a esa nueva situación, pero en la adolescencia produce tentativas suicidas, conductas dirigidas a llamar la atención de la persona que ha abandonado para intentar recuperarla. Son conductas inmaduras frecuentes”. En el caso de adultos, lo describe así: “sufrimos reacciones depresivas pero con un componente ansioso que pueden dar lugar a trastornos de sueño o sentimientos de baja autoestima. Es muy variable e irá en función de la estructura previa de la personalidad del individuo”.

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El amor resulta tan complejo que por supuesto merece hablar de todos sus tipos y formas, en esta ocasión la intención es un primer acercamiento neuronal a fin entender sus procesos y con ello explicar el por qué de tanto sufrimiento, gozadera o emoción, según el caso. Lo cierto es que existen personas que afirman que encontrar el amor verdadero es casi un milagro, otras que no desean una pareja de vida sino varias parejas sexuales, o las que encuentran en su individualidad y entorno muchas formas de amor.

Sea cual sea el caso, sin duda esta pandemia lo ha alterado todo. El encierro no sólo nos ha enfrentado con nosotrxs mismxs, sino que para quienes viven en pareja también los ha enfrentado con éstas, y eso puede ser bueno o malo.

Es por eso, que quisimos explorar cómo ha sido el amor en tiempos de pandemia. Nos lanzamos a las redes sociales y le pedimos a algunos amigos y conocidos que nos contestaran una breve encuesta sobre cómo ha sido su vida amorosa y sexual durante esta situación, ¿ha mejorado? ¿se ha visto afectada? Las respuestas fueron bastante variadas. Les hacemos un resumen:

• Si vives en pareja: ¿Cómo ha sido tu relación durante la pandemia? Para el 38,1% se consolidó, un 7,1% se separó, 28,6% ha tenido buenos días y días malos que antes no tenían y el 26,2% afirma seguir igual que antes.
• Si vives solo: ¿Crees que con una pareja la hubieras librado mejor o no te hace falta? Casi el 50% contestó que no ha hecho falta, mientras que menos del 17% dijo que hubiese estado mejor y otros que en algunos momentos sí y en otros no.
• ¿Encontraste amor durante esta pandemia o empezaste una nueva relación? 81,5% de los solterxs que contestaron nos aseguraron que la pandemia les trajo el amor, mientras el otro 18,5% aseguró estar más forever alone que nunca.
• ¿Cómo ha sido tu vida sexual durante la pandemia? 30,2% nos dijo que mejoró y que está mejor que nunca, 45,3% dijo estar igual que antes y 24,5% asegura que está peor y que es prácticamente nula.
• A los que contestaron que su vida sexual había empeorado durante la pandemia, les pedimos que nos contaran qué había hecho que fuese así. Algunos alegaron que el estrés del trabajo ha hecho que baje su apetito, otros que el encierro no les ha permitido tener encuentros o ver a sus parejas por el mismo miedo a salir y finalmente, que el estar tanto tiempo con la pareja en casa generó cansancio.
• Durante estos meses que ha durado el confinamiento, cuando has buscado empezar una relación amorosa, tener pareja o compañía sexual, ¿utilizas alguna app o cómo lo has logrado durante la pandemia? Esta respuesta fue interesante porque a pesar de que la gran mayoría en la respuesta anterior admitió temor al contacto y a salir, el 21,9% nos dijo que sí estaban usando apps para mantener contacto y buscar pareja. Por eso hicimos de manera abierta la siguiente pregunta.
• ¿Te has sentido con temor a ver y/o conocer personas nuevas bien sea para entablar una relación amorosa o como compañía sexual a raíz de las condiciones sanitarias? Apenas seis personas que no han tenido temor de tener encuentros durante estos meses, el resto aseguró que ha sentido temor.

¿Y tú? ¿Cómo has vivido el amor en estos tiempos? Comparte este texto y coméntanos.

Mientras, te decimos que sea como haya sido, al igual que El Amor en tiempos de Cólera, la afamada novela de Gabriel García Márquez, este texto es un homenaje al amor, al nuevo amor, al amor propio, al que ya fue, al amor por encima de cualquier pandemia. Es un ¡viva el amor! en cualquiera de sus formas y en cualquier circunstancia.

#HablaHablemos
#EstarBienHoy
#SaludMentalImporta

Mafer Olvera y Paola Palazón Seguel son creadoras de SIKI y Ser Mamá Hoy, plataformas de bienestar emocional y promoción de la salud mental. Mafer es creadora del modelo Hospital de las Emociones, consultora en juventudes y salud mental, y Paola es autora, emprendedora y creadora de proyectos de bienestar emocional y espiritual.

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