Tan pronto como Trump juró su cargo ante la atenta mirada de su nueva Guardia Pretoriana formada por las mayores fortunas del mundo, se puso manos a la obra firmando los primeros decretos.

Uno de los decretos prioritarios fue la creación oficial de DOGE, el Departamento de Eficiencia Gubernamental que estará dirigido por Elon Musk. La segunda, cambiar el estatus de los trabajadores federales para que Musk pueda despedirlos a su criterio.

Despedir a funcionarios de carrera. Uno de los puntos más polémicos de la orden ejecutiva que firmó Donald Trump tras su nombramiento es el cambio de estatus para los funcionarios de carrera, encargados de hacer cumplir la normativa independientemente de quien ocupe el despacho oval.

Para garantizar esa independencia, estos funcionarios contaban con una protección adicional contemplada en el Anexo F (Schedule F). Una de las órdenes ejecutiva de Trump ordena cambiar este estatus protegido, por lo que ahora pueden ser despedidos si no cumplen con los mandatos de sus superiores. Esta era una de las exigencias del Proyecto 2025 que ha elaborado el ala más radical del Partido republicano, y del que Trump ha renegado durante toda la campaña, hasta justo después de su nombramiento.

Solo funcionarios leales. En otro apartado de esta orden ejecutiva se estable que “Debido a que los funcionarios del SES ejercen una autoridad gubernamental significativa, deben actuar a voluntad del presidente”, haciendo especial hincapié en esa figura presidencial, para lo cual ha modificado distintos apartados del Anexo F. “El no hacerlo será motivo de despido”, señala la orden.

Scott Michelman, director jurídico de la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles del Distrito de Columbia, aseguraba desde un comunicado emitido por la organización que ” La orden ejecutiva sobre la fuerza laboral federal es una toma de poder por parte de Trump, que amplía su autoridad para despedir a los empleados que percibe como insuficientemente leales”.

Michelman asegura que, “durante la última administración de Trump, se topó con trabajadores federales que estaban siguiendo la ley, en lugar de seguir indiscriminadamente sus órdenes. Los trabajadores federales no deberían ser despedidos porque son más leales a la Constitución de los EE UU que al presidente. Eso es una amenaza tanto para nuestros valores constitucionales como para el estado de derecho”. “El verdadero objetivo de la orden es atacar a los trabajadores en función de su deslealtad real o percibida hacia el presidente y sus objetivos políticos”, concluye Scott Michelman.

La excusa de la eficiencia. Otro de los puntos polémicos que complementan esta orden ejecutiva es que todos los funcionarios y los 2,3 millones de empleados civiles federales deberán ser evaluados por la eficiencia de su trabajo y, en caso de no ser satisfactoria, podrían ser despedidos. Sin embargo, en esa misma orden se prohíben “ciertas acciones de personal” y “acciones basadas en la afiliación partidista del empleado, otras características protegidas o debido a la condición del empleado como denunciante”.

Everett Kelley, presidente nacional de la Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales, declaraba a la CNN: “La orden del presidente Trump es un intento flagrante de corromper al gobierno federal eliminando los derechos de los empleados al debido proceso para que puedan ser despedidos por razones políticas. Eliminará cientos de miles de empleos federales del servicio civil profesional no partidista y los hará responsables ante la voluntad de un hombre”.

Cierre de contrataciones y del teletrabajo. Ante el filtrado masivo al que se va a ver abocada toda la administración federal de EEUU, la orden ejecutiva firmada por Trump horas después de su nombramiento, cancelaba de forma indefinida cualquier proceso de contratación de la administración.

Además, la orden firmada por Trump insta a todos los empleados federales sin excepción que acudan a sus oficinas, quedando revocados todos los acuerdos de teletrabajo. La única excepción sería que, tal y como sucedió en algunas oficinas de Amazon, las instalaciones no tuvieran la capacidad suficiente para alojarlos a todos. En ese caso, se anticipa que “siempre que los jefes de departamento y agencia hagan las exenciones que consideren necesarias”, por lo que podrían enviar a algunos funcionarios de vuelta a casa.

Según datos proporcionados por fuentes cercanas al nuevo gobierno, en sus cálculos consta que solo el 6% de los empleados públicos trabaja desde las oficinas de sus agencias. Sin embargo, un informe elaborado por el Congreso de EEUU revela que la cifra es mucho mayor, superando el 54%, y solo el 10% de los funcionarios civiles lo hace de forma totalmente remota.

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Imagen | Flickr (Gage Skidmore, Gobierno de India)

Después de Garoé no llega la calma como pensábamos hace unos días. Los procesos de ciclogénesis se han acelerado en el corazón del Atlántico y nos han puesto encima de la mesa a Eowyn, una borrasca de alto impacto que va a protagonizar el fin de semana.

Lo que está haciendo Garoé. La lluvia no para. La borrasca ya ha causado problemas en Huelva  y el norte de Sevilla (que todavía están en avisos naranjas). De hecho, se ha registrado granizo de tamaño muy grande en la zona del Andévalo. Pero a Garoé aún le queda mucha cuerda.

Todo el oeste del país estará alerta por lluvias que localmente pueden ser muy fuertes: en Huelva y Sevilla, sí; pero también en Ávila y Salamanca, en Toledo, en Badajoz y Cáceres; y, en general, en toda la costa atlántica de Galicia.

A eso hay que sumar el viento y el oleaje en las islas Canarias, con vientos de hasta 70 kilómetros por hora.

¿Hasta cuándo? Como venimos diciendo en los últimos días, los efectos de Garoé (“más lluvias, algunas tormentas e incluso posibles tornados o algún amago de tromba marina“) se van a notar hasta el jueves. Al menos en la parte occidental de la península, porque la zona mediterránea vivirá un ascenso de temperaturas y no se esperan lluvias en los próximos días.

El viernes, por tanto, será un día soleado en buena parte del país.

Pero será un paréntesis. Porque el mismo viernes entrará un frente atlántico por el noroeste del país. Y no será el último. Porque, como explicaban en Meteovigo, hay un proceso de ciclogénesis explosiva que se va a desarrollar en las próximas 48 horas.

Eowyn, que así se llamará la borrasca de alto impacto, no golpeará directamente a nuestro país y, por su trayectoria, parece que lo peor se lo van a llevar las islas Británicas.  Los vientos alcanzarán hasta 200 kilómetros por hora en la costa del condado irlandés de Donegal.

No obstante, el tamaño del fenómeno (y la velocidad con la que se está profundizando) asegura que una buena cantidad de frentes van a pasarnos por encima. Es decir, entre el viernes y el domingo, seguirán llegando “frentes cargados de lluvias” que entrarán por Galicia e irán cruzando la península hacia el este.

Un fin de semana pasado por agua. La buena notica es que, mientras Garoé ha concentrado sus efectos en la zona suroeste, Eowyn golpeará por la zona de Galicia. Eso permitirá que los acumulados sean más controlables y los problemas derivados sean menores.

¿Qué pasará después? Aun queda mucho para saberlo, pero el final del mes parece interesante.

Imagen | ECMWF | Osman Rana

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Nada más retomar las riendas de la Casa Blanca, Donald Trump no solo prorrogó la prohibición de TikTok, también decidió revocar un decreto sobre los riesgos asociados a la inteligencia artificial (IA) firmado por Joe Biden. La orden ejecutiva impulsada por la administración anterior entró en vigor en 2023, casi un año después de que el lanzamiento de ChatGPT marcara un antes y un después en el ámbito tecnológico.

La medida llevada a cabo por el nuevo presidente no es una sorpresa. Bajo el lema de “Defiende la innovación”, la plataforma del Partido Republicano había prometido deshacerse del decreto por obstaculizar el desarrollo de la IA. “Los republicanos apoyan el desarrollo de la IA basado en la libertad de expresión y el florecimiento humano”, dijeron en una carta.

El nuevo rumbo tecnológico de EEUU

Antes de firmar el decreto, Biden dijo que “para hacer realidad la promesa de la IA y evitar el riesgo, necesitamos gobernar esta tecnología”. En este sentido añadió que si la IA cae en manos equivocadas puede ayudar a los ciberdelincuentes a hacer su trabajo. También mencionó retos, como la discriminación algorítmica y la creación de deep fakes con audio y vídeo.

La orden ejecutiva estableció una serie de parámetros que las empresas que desarrollan productos de IA debían seguir. Entre ellos se destacaba la obligatoriedad de informar al gobierno sobre los sistemas a gran escala que estaban desarrollando y someterlos a pruebas independientes para demostrar que no atentan contra la seguridad nacional.

Aquí entraba en juego el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) del Departamento de Comercio, que debía asistir a las empresas en las mencionadas tareas. Como señala TechCrunch, algunos aliados de Trump dijeron en el pasado que el decreto terminaría obligando a las empresas a revelar sus secretos comerciales.

Biden también había ordenado al Departamento de Energía a realizar evaluaciones para identificar riesgos químicos, biológicos, radiológicos, nucleares y de ciberseguridad en la IA. Al mismo tiempo, convocaba al Departamento de Defensa y al Departamento de Seguridad Nacional para desarrollar mejorar los sistemas de protección cibernéticos.

Con este decreto fuera de escena, las compañías estadounidenses deberían poder desarrollar sus productos de IA con menor presión, aunque esto también podría presentar riegos de seguridad. Toca esperar para saber si la nueva administración pondrá en marcha nuevas reglas para los actores que están involucrados en esta industria, entre ellos, Google, Microsoft y Meta.

Pero también es preciso señalar que la palabra regulación no parece ajustarse bien al segundo mandato no consecutivo del nuevo presidente. Su administración contará con el apoyo de DOGE, un departamento externo al gobierno integrado por Elon Musk que, entre otras cosas, promete “reducir el exceso de regulaciones y recortar gastos innecesarios”.

Aunque no sabemos con exactitud cuánto podía influir este decreto en la capacidad de innovación de las empresas, Estados Unidos ha continuado liderando el desarrollo de la IA. Mientras tanto, la regulación de la Unión Europea, que también se enfoca en la seguridad, está dificultando el aterrizaje de algunos productos en el Viejo Continente.

Imágenes | The White House | rawpixel.com | Markus Spiske

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