De acuerdo con la historia religiosa que muchos conocemos, después de que Jesús naciera en Belén de Judea, 3 Reyes Magos vinieron del oriente hasta Jerusalén para entregarle tres regalos al “rey de los judíos”. Para encontrar el camino solo siguieron la Estrella de Belén en el cielo, misma que los guió y se detuvo sobre donde estaba el niño. 

Pero ¿hay un sustento científico para la Estrella de Belén? ¿qué era? Acá mero te contamos varios datos interesantes.

La Estrella de Belén, según la religión

Para hablar de la historia que se supone ocurrió tenemos que hablar del Evangelio de Mateo, específicamente del segundo capítulo de este texto en el Nuevo Testamento.

Acá se habla sobre lo que pasó después del nacimiento de Jesús, la visita de los Reyes Magos, el intento del rey Herodes para matarlo, la huida de la familia a Egipto y luego el regreso a Israel, quedándose en Nazaret.

Los versículos 1 al 12 de este texto explican que poco después de que Jesús nació en Belén de Judea, en la era del rey Herodes, vinieron del oriente unos “magos” o “sabios”. 

Al llegar preguntaron por el rey de los judíos y el rey Herodes se atacó. Convocó a los principales sacerdotes para preguntarles dónde había nacido el niño y le respondieron que en Belén de Judea, porque así estaba escrito por el profeta. 

Entonces aparece la famosa estrella en el cielo. Los reyes caminaron en dirección a la estrella, en el oriente y ella “iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella se recopilaron con muy grande gozo”. 

Al entrar vieron a Jesús con María, por lo que le entregaron tres regalos: oro, incienso y mirra.

Pero ¿esta famosa estrella de Belén existió? ¿será que hay un fondo científico que vale la pena investigar?

La ciencia detrás de la estrella de Belén

Como cada año, al menos desde 2020, el Centro Astronómico Clavius de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México ofreció una conferencia de prensa con un experto para hablar de manera científica de la Estrella de Belén.

Este año participó Lorena Arias Montaño, doctora en ciencias (astronomía) por el Instituto de Astronomía de la UNAM. 

Para empezar, retomando conferencias de años pasados, este es el mapa que muestra el viaje que los Reyes Magos habrían hecho para visitar a Jesús recién nacido.

Ahora, de acuerdo con los estudios de temporalidad, Jesús debió haber nacido entre los años 5 y 7 antes de Cristo (a.C.). Todo esto es parte de un error de quien fechó en nacimiento de Cristo a partir de la fundación de Roma.

Es importante saber la fecha en la que habría ocurrido esto para rastrear los fenómenos que pudieron haber ocurrido: eventos fugaces, cometas, novas y supernovas, conjunciones planetarias u ocultaciones.

Y ojo acá. Conforme el paso del tiempo han salido a la luz distintas teorías que toman en cuenta cada uno de los fenómenos que pudo haber sido. Claro, ninguna explicación encaja a la perfección con la descripción de Mateo en la Biblia porque tenemos que tomar en cuenta el sentido teológico y metafórico de la Estrella de Belén.

En esta conferencia, la astrónoma se centró en una conjunción planetaria entre Júpiter y Saturno que habría ocurrido en el año 7 a.C, probablemente en las fechas en las que nació Jesús.

Esta conjunción sucedió el 29 de mayo, el 29 de septiembre y el 5 de diciembre de este año. Y acá la experta habla de Johannes Kepler, el astrónomo y matemático alemán que es conocido por sus leyes del movimiento de los planetas alrededor del Sol. Específicamente este diagrama.

Con el diagrama y el conocimiento del movimiento de los planetas Kepler sabía que la conjunción de Júpiter y Saturno con el sol ocurría aproximadamente cada 20 años pero no siempre en la misma región del cielo.

En el diagrama vemos la banda del zodiaco representando las constelaciones, una alineación cada 20 años. El periodo en que la alineación tarda en regresar a una constelación, en un ciclo, es de más o menos 800 años.

Ahora, por allá del 9 de octubre de 1604 los astrónomos italianos registraron la aparición de una estrella nueva, ahora sabemos que era una supernova. Entonces ya tenemos la fórmula que nos suena conocida: la conjunción de varios planetas con la aparición de una nueva estrella.

En la publicación de Kepler sobre este fenómeno, en 1606, hay un apéndice que se refiere a la aparición de una estrella más o menos en el año de nacimiento de Cristo.

Si nos regresamos dos ciclos atrás, en las conjunciones de Júpiter y Saturno ¡taraaaaaaan! las fechas del nacimiento de Cristo.

Entonces, los cálculos de Kepler hablan de una triple conjunción en el año 7 a.C. en junio, noviembre y diciembre, conjunción asociada a la aparición de esa nueva estrella.

Si bien el astrónomo antiguo nunca da una conclusión de que la triple conjunción de ese año fue la Estrella de Belén, podemos intuir varias cosas de su obra.

La experta de Clavius Ibero se cuestiona si Kepler consideró la triple conjunción como la Estrella de Belén. Pues bueno, unos dicen que sí, otros que solo era el marco ideal para la aparición de esa nueva estrella.

Resulta que las distancias entre los planetas en el cielo, al menos desde el punto de vista de la Tierra, no podían ser tales para que a simple vista pareciera una estrella gigante nueva. En realidad si nosotros vemos una conjunción en el cielo con nuestros ojitos podemos ver claramente los dos planetas, no un solo cuerpo.

¿Entonces? Pues a este asunto ya hay que agregarle un punto de vista teológico metafórico. Tal vez la Estrella de Belén es una metáfora de la guía de los Reyes Magos a Jesús, tal vez ellos si lo vieron como un milagro por lo cerca de los planetas. Tal vez… no hay una sola solución.

Por acá les dejamos esta increíble conferencia que definitivamente tienen que ver si quieren saber más al respecto y la conferencia que dio la información para este texto.

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