Hubo un tiempo en que el estatus se medía por el corte de una solapa o el logo en un bolso de mano. Hoy, la verdadera declaración de intenciones no está en el armario, sino en la estantería del salón. La escena es habitual: una cena en casa no empieza hasta que la mesa, perfectamente “escenificada”, ha sido capturada por el objetivo de un smartphone. La decoración es el nuevo lenguaje de identidad; un espacio donde proyectamos quiénes somos con la misma urgencia con la que antes elegíamos un outfit para salir a la calle.

El refugio expuesto. La frontera entre lo privado y lo público ha saltado por los aires. Si antes el hogar era el lugar donde “nos quitábamos los zapatos”, ahora es el escenario donde “nos ponemos el filtro”. Un ejemplo de este fenómeno es el auge del desayunador. Lo que empezó como un gesto funcional para organizar tazas y cafeteras ha terminado siendo un “símbolo de la casa aspiracional” que inunda nuestras historias matinales en redes sociales.

Este fenómeno no es casual. Como detalla el suplemento S Moda, la casa opera hoy con los códigos del street style: poses milimetradas, rincones estudiados y una luz cuidadosamente filtrada. Ya no decoramos para vivir, sino para que nuestra vida “se sostenga frente a la mirada de los voyeurs de las redes”.

El desembarco de las marcas. El mercado ha leído el cambio con precisión quirúrgica. Según un informe de Business of Fashion, el diseño para el hogar es un mercado global de 643.000 millones de dólares que ha cogido una velocidad de crucero superior a la de la moda tras la pandemia. Las grandes firmas de lujo ya no ven los muebles como un accesorio, sino como una pieza central de su ecosistema:

• El lujo como arquitecto de vidas: Marcas como Hermès, Bottega Veneta o Loewe utilizan ferias como el Salone del Mobile de Milán para demostrar que su estética puede envolverlo todo, desde un bolso hasta una butaca de miles de euros.
• La democratización del estilo: El cambio real viene de la moda asequible. Como señala Modaes, Mango Home está emulando la estrategia de Zara Home, posicionando su línea de hogar en el segmento premium con aperturas en ubicaciones estratégicas para elevar la marca. Ya no compras una colcha, compras el “universo” de la firma.

Incluso el cuidado del hogar se ha vuelto una rutina de belleza. La actriz Courteney Cox, a través de su marca Homecourt, ha convertido el detergente y los sprays para sábanas en objetos de deseo. Según explica en Forbes, su intención es que tareas mundanas como hacer la colada se sientan como “un ritual de autocuidado” y que los botes sean tan bonitos que no haya que esconderlos.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Para entender por qué nos obsesiona que nuestro salón sea “instagrameable”, hay que mirar atrás. El punto de partida podríamos situarlo en el nacimiento de Pinterest en 2010, plataforma que creó el primer archivo global de aspiraciones domésticas. Sin embargo, el verdadero punto de inflexión fue 2020.

Al vernos encerrados, nuestras casas se convirtieron en nuestras oficinas, gimnasios y centros de ocio. Como explican desde el estudio Somos Nido para el suplemento, el espacio dejó de ser algo externo para ser parte de nuestra salud mental. Paralelamente, la crisis inmobiliaria ha jugado un papel psicológico. Según la psicóloga Noelia Sancho, entrevistada en El Mueble, ante la imposibilidad de comprar una casa en propiedad, invertimos en objetos para generar un vínculo emocional y reafirmar nuestra identidad en un mundo inestable.

La rebelión contra la “dictadura de lo neutro”. Durante los últimos años ha imperado una búsqueda de simpleza y homogeneización; una estética de espacios beige diseñados para el algoritmo. Pero las tendencias de 2026 ya proponen una rebelión contra esa frialdad. La reciente elección de Pantone del color ‘Cloud Dancer’ (un blanco etéreo) como Color del Año 2026 ha generado debate. Según recoge Arquitectura y Diseño, la interiorista Virginia Sánchez reconoce “no ser muy fan” por considerarlo un tono algo frío. Para evitar que las casas parezcan clínicas vacías, los expertos recomiendan acompañar este blanco de materiales rústicos y maderas cálidas.

En este contexto, el mobiliario con carácter recupera su trono. Piezas como los aparadores de madera de mango o nogal y frentes acanalados —como los propuestos por la firma sweeek— vuelven con fuerza para aportar esa personalidad y “exotismo” que el minimalismo extremo había robado a nuestros salones.

Habitar es el nuevo vestir. El auge del interiorismo nos dice que ya no nos conformamos con ser espectadores de la belleza; queremos vivir dentro de ella. Ya sea a través del tablescaping —el arte de decorar la mesa de forma casi teatral— o de la elección de una lámpara de diseño, estamos intentando recuperar el control de nuestro entorno más inmediato.

La moda ha pasado de la pasarela al sofá porque, en un mundo cada vez más digital y efímero, el hogar sigue siendo el único lugar donde podemos construir un refugio que, además de ser bello en una pantalla, nos haga sentir bien cuando la cámara se apaga. Al final, la pregunta ya no es qué llevamos puesto para que nos vean, sino qué atmósfera hemos creado para poder ser nosotros mismos.

Imagen | Unsplash

Xataka | El bidé ha muerto. Lo mató el metro cuadrado y lo enterró el diseño escandinavo

El Imperio Romano fundó los cimientos de la civilización occidental tanto en lo social como en la parte más funcional: la infraestructura. Sus calzadas son célebres, pero allá por donde pasaron, también fundaron industria. Y un grupo internacional de arqueólogos ha dado con uno de los descubrimientos más significativos relacionados con la industria romana.

El segundo complejo de prensado de aceite más grande de todo el Imperio.

Mega-almazara. En la región tunecina de Kasserine se encuentra el sitio arqueológico identificado como ‘Henchir el Begar’. Concretamente, son dos los asentamientos hallados al norte y oeste de Kasserine (la antigua Cillium romana), y los arqueólogos tienen claro que forman parte de una misma industria dedicada al aceite.

Estiman que ambas estuvieron operativas entre los siglos III y VI d.C., demostrando que eran increíblemente valiosas para el Imperio, y los datos reflejan esa ambición productora de la zona:

• El asentamiento tiene 33 hectáreas con dos sectores principales: Hr Begar 1 y Hr Begar 2.
• Hr Begar 1 cuenta con doce prensas de vigas, siendo el molino más grande de Túnez y el segundo mayor de todo el mundo romano. Hablamos de vigas y contrapesos capaces de ejercer toneladas de presión. Cuenta con cisternas y una cuenca de recolección de agua.
• HR Begar 2 tiene otras ocho prensas del mismo tipo, así como otra cuenca de recolección de agua y cisternas.

Contexto. Además de las dos “almazaras”, mediante georadar se ha identificado una red de estanques de decantación para el aceite, almacenes, un denso tejido de viviendas para los trabajadores y población del sitio y pistas de carreteras para que los ‘camiones’ de la época, recuas que transportaban las ánforas, llegaran a la costa y lugares de distribución.

Aparte de dejar claro que el sitio era una megafábrica de aceite, también han encontrado molinos de piedra. Estiman que la producción era mixta: aceite y también cereales, lo que apunta a una importancia estratégica de esta región alrededor de Kasserine.

Bien estratégico. En el comunicado, los arqueólogos destacan que el territorio está caracterizado por las estepas altas y un clima continental con modestas precipitaciones que habrían sido recogidas en pozos, todo esto favoreciendo condiciones ideales para el cultivo del olivo.

Esta zona fronteriza de África habría sido un punto de intercambio entre culturas, pero un descubrimiento de estas dimensiones evidencia que esta provincia Proconsular de África habría sido el gran surtidor de aceite del Imperio Romano tanto para el consumo (el aceite de mayor calidad) como para combustibles y otros consumibles (aceite para iluminación, bases para ungüentos médicos y cosméticos).

Perspectivas. Esa potente industria del aceite de Henchir el Begar no es lo único que ha hallado el equipo. También han encontrado piezas como una pulsera decorada en cobre o latón, un proyectil de piedra y algunos elementos arquitectónicos que posteriormente se había reutilizado en una pared bizantina.

La misión en Kasserine comenzó en 2023 como un proyecto codirigido por la Universidad Ca’Foscari de Venecia, la Universidad de La Manouba de Túnez y la Universidad Complutense de Madrid y, según el profesor Luigi Sperti, uno de los coordinadores del proyecto, permite “una perspectiva sin precedentes sobre la organización agraria y socioeconómica de las regiones fronterizas del África romana”.

Veremos con qué dan en futuras prospecciones, pero las investigaciones de esta tercera campaña han dado sus frutos para entender la importancia de la región en temas como la producción, la comercialización y el transporte de aceite a una escala no vista hasta ahora en esa zona.

Imágenes | UCM, Unive

En Xataka | Las tuneladoras modernas son auténticos monstruos comparadas con las de 1950. Lo paradójico es que son igual de lentas

Estadísticamente, la probabilidad de que te toque el Gordo de Navidad es del 0,001%. Sin embargo, te ha tocado y, de golpe, todo el mundo tiene un plan para tu dinero. La alegría es real, pero también lo son las dudas.

Cuánto dinero llega de verdad a tu cuenta, qué errores tontos pueden convertir un premio en un problema y, sobre todo, qué debería hacer con ese dinero para evitar el “efecto lotería” y en cinco años quedarte sin dinero y con más deudas de las que tienes ahora. No es broma, muchos de los ganadores de una lotería han acabado arruinados. Para evitarnos sustos, hemos consultado con Aitor Fernández, responsable del área fiscal de TaxDown, para que nos cuente cómo evitar sorpresas con la lotería.

Un premio limpio de polvo y paja. En el caso de la Lotería de Navidad, la regla fiscal clave es el “gravamen especial” que aplica Hacienda, en el que los primeros 40.000 euros están exentos de tributación, y al resto se le aplica una retención del 20%. “Tú no recibes los 400.000 euros del primer premio, sino que recibes ya directamente 328.000 euros porque el banco ya aplica la retención a cuenta de los impuestos”, señala Aitor Fernández. “Solo se reciben íntegramente aquellos premios inferiores a 40.000 euros, que es el límite de exención”.

“La parte positiva es que no tienes que hacer nada de cara a Hacienda, vas a recibir el importe neto”. De los 400.000 euros, los 40.000 primeros quedan exentos, por lo que se aplica un 20% sobre los 360.000 euros restantes. Esto implica una retención de unos 72.000 euros en impuestos. Por lo que el banco te entregará un importe total de 328.000 euros al cobrar el primer premio. El cálculo es el mismo para los segundos y terceros premios. Los cuartos y quintos premios quedan libres de impuestos porque su importe es inferior a los 40.000 euros que establece Hacienda.

Se comparte el décimo, no los impuestos. Una costumbre casi tan arraigada como la Lotería de Navidad es compartir los décimos con compañeros de trabajo, amigos o familia. Sin embargo, a la hora de ir a cobrarlo, hay que tener en cuenta un factor decisivo: quién cobra el premio. La tentación es que la persona que tiene el billete se acerque a la entidad bancaria más cercana a ingresar su décimo y luego repartirlo entre el resto del grupo. Este es el mayor de los errores.

Tal y como destaca el experto fiscalista, “si una sola persona cobra y luego reparte, Hacienda puede interpretarlo como donación, así que conviene dejar constancia de los participantes y porcentajes desde el momento del cobro”. De ese modo, la propia entidad bancaria hace el reparto del premio y retiene a cada participante su parte de impuestos. De lo contrario, Hacienda podría exigirle a la persona que lo cobra el pago del Impuesto de Sucesiones y Donaciones, especialmente impositivo cuando se trata de donaciones cuando no hay parentesco.

¿Está premiado? Te lo compro. Desde Gestha advierten a los ganadores de los principales premios del Gordo de Navidad que pueden aparecer personas interesadas en comprar el décimo premiado por un importe superior al premio en sí. Parece un doble golpe de suerte, pero en realidad es la antesala de posibles problemas para el agraciado, tanto con Hacienda como con la Justicia.

Se trata de un fraude que implica un incremento de patrimonio no justificado (cuando te toca la lotería hay constancia de su origen), por lo que ya no se rige por el mismo “gravamen especial” de los premios de lotería, sino que lo hace por el máximo de la comunidad autónoma de residencia. Además, incurriría en un delito de blanqueo de capitales, con lo que también tendría problemas con la justicia por ello. Tal y como destaca Fernández, “no es ni un dinero gratis ni inocuo fiscalmente”.​

Un Gordo muy repartido…en Finlandia. Cada vez hay más trabajadores españoles que emigran a otros países a trabajar, o turistas que vienen a España y participan de la tradición de la Lotería con amigos o familiares de España. ¿Cómo tributan esos premios para los no residentes? La AEAT encuadra los premios de loterías para los no residentes vinculándolos al mismo gravamen especial que se aplica a los residentes. Es decir, en principio, nada cambia y de entrada se le aplica la misma retención que a cualquier residente.

Sin embargo, Aitor lo aterriza “cuando vas a cobrar esta persona se tiene que identificar y el tributo es el 20 por ciento. El impacto es el mismo. Donde se complica es después ya que aquí entran en juego los convenios de doble imposición y ahí habrá que ver en cada país”, porque el país de residencia puede exigir declarar el ingreso o solicitar la devolución de lo pagado en España, e incluso ajustar la tributación solicitando la devolución de parte del importe pagado en España y tributar por un porcentaje en el país de residencia.

Consejos para no arruinarse: usar el sentido común. Según un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya, solo el 49% de la población adulta tiene conocimientos financieros, por lo que verse de la noche a la mañana con más de 320.000 euros en la cuenta corriente “puede llevar a tomar decisiones ilógicas e irracionales con respecto a negocios o compras muy caras”, señala Mireia Cabero, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.

Ante ese escenario, el experto de TaxDown recomienda hacer uso del sentido común y, sobre todo, olvidarse de las prisas. “Ya no tenemos que volver a pagar impuestos por el premio que hemos recibido por tenerlo en el banco. Sin hacer nada ese dinero no va a volver a tributar, a no ser que ya tengamos muchísimo patrimonio y tengamos que declarar el Impuesto de Patrimonio. Normalmente ganar la lotería no te va a hacer entrar en el Impuesto de Patrimonio”, por lo que recomienda dejar “reposar” ese dinero hasta tener un plan de qué hacer con él.

Además de mantener la calma, Fernández recomienda “dejar pasar unos días, asesorarnos, aprender un poco de las opciones de inversión que existen, ver qué hacer con este dinero y en qué inversiones nos encontramos cómodos y siempre reservar algo para no poner todos los huevos en el mismo cesto”.

• Crear fondo de emergencia. Una buena idea es destinar parte de ese dinero para generar un fondo de emergencias que nos saque del apuro cuando surgen pagos imprevistos. Esto no es un fondo de ahorro, sino un salvavidas que no todo el mundo prevé.
• Cancelar la hipoteca ¿estás seguro? Según Fernández, uno de los primeros instintos es cancelar la hipoteca. Sin embargo, según el caso y los intereses, a nivel fiscal puede resultar más interesante mantenerla y aprovechar la rentabilidad de ese dinero en otro producto financiero.
• Pensar en cada perfil. Otra recomendación es tener en cuenta el perfil de cada inversor teniendo en cuenta su aversión al riesgo: “hay gente que igual le compensa invertir en productos un poco más arriesgados, que puedan dar más rentabilidad, o personas que igual tengan un perfil de inversión más conservador, que prefieran menos rentabilidad, pero más segura. En eso también influye el momento vital de cada persona. No se tienen las mismas necesidades a los 30 que a los 60 años”.
• Invertir en distintos productos financieros. Tal y como indicaba, el experto recomienda recibir asesoramiento profesional a la hora de invertir el dinero del premio y evitar inversiones en activos que no conoces (criptomonedas, por ejemplo).
• No tener en cuenta los impuestos. Fernández recuerda que las operaciones e inversiones que se hacen con ese dinero sí están sujetas a impuestos, por lo que recomienda tener en cuenta la tributación de cada producto en el que se invierte para reservar una parte de esos rendimientos a saldar cuentas con Hacienda y evitar sustos.

En Xataka | Si la pregunta es cuánto dinero se puede donar a un hijo sin declararlo a Hacienda, la ley lo deja claro: ninguno

Imagen | Flickr (Aiaraldea Gaur eta Hemen)