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Hace dos años me compré mi primer eReader. Ojalá alguien me hubiese dicho que también necesitaba estos accesorios

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Hace dos años me compré el Kobo Clara 2E, un eReader que desde hace unos meses he utilizado prácticamente de forma diaria. Y… hay momentos en los que la lectura se me hace incómoda o he necesitado algunos complementos para proteger el dispositivo. Por ello, en este artículo he reunido una serie de accesorios útiles para utilizar con un eReader y mejorar la experiencia.

  • Pasador de páginas por 25,49 euros, un accesorio que permite pasar las páginas del eReader mediante un mando a distancia.
  • Correa de mano por 9,99 euros, una correa de seguridad que permite sostener más cómodamente un eReader.
  • Almohada soporte por 23,64 euros, una almohada con zonas para colocar el eReader y poder leer de forma mucho más cómoda.
  • Soporte con brazo extensible por 26,99 euros, un brazo extensible que se puede colocar en la cama para leer en un eRader cómodamente.
  • Funda para eReader por 15,68 euros, una funda protectora que tiene un diseño muy llamativo.

Pasador de páginas

Con bastante frecuencia, he querido pasar la página del libro que estaba leyendo con la mala suerte de que el eReader ha detectado que quería reducir o ampliar el zoom, y es un fastidio. Para ello, este pasador de páginas es perfecto y sólo cuesta 25,49 euros: incluye un accesorio que se coloca en el eReader y viene con un mando para pasar las páginas pulsando un botón. Es bastante útil sobre todo si el eReader no tiene botonera física para pasar las páginas.

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Correa de mano

Cuando leo, suelo aprovechar para hacerlo durante hora y media o dos horas, y en muchas ocasiones si no llego a tener un cojín debajo suelo acabar con la mano cansada y resentida. Esta correa de mano permite no sólo sujetar mejor el eReader, sino también es capaz de distribuir mejor el peso a lo largo de la mano. Y su precio es de tan sólo 9,99 euros.


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Almohada soporte

Y si queremos tener la manos libres, una de las mejores formas para leer es utilizando un soporte. En este caso hay una gran variedad de opciones de compra, pero sin duda una de las mejores es esta almohada soporte que cuesta 23,64 euros en Amazon. Se trata de una almohada que incluye tanto una tapa para sostener el eReader como diferentes ranuras para colocarlo. Además, viene con bastantes bolsillos en el caso de que queramos colocar algún accesorio, como un cable, el móvil o un Pen.

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Soporte con brazo extensible

Pero si queremos dar un salto más grande en este tipo de accesorios, una buena forma de leer es utilizando un soporte con brazo extensible. Este soporte que podemos encontrar en Amazon por 26,99 euros permite colocarlo en una cama o en una mesa y se puede utilizar con diferentes eReaders o incluso con tablets y es compatible con dispositivos con pantallas que van desde las 4,6 hasta las 12,9 pulgadas.

Soporte con brazo extensible

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Funda para eReader

Y para finalizar, no hay nada como una funda protectora. Hay muchas opciones de compra, algunas oficiales para un determinado eReader y otras universales. Si lo que buscamos es una funda que destaque, esta funda protectora de Enjoy-Unique cuesta sólo 15,68 euros y tiene un fantástico diseño inspirado en un libro físico. Es compatible con eReaders de seis pulgadas y ofrece una muy buena protección para el dispositivo.


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Algunos de los enlaces de este artículo son afiliados y pueden reportar un beneficio a Xataka. En caso de no disponibilidad, las ofertas pueden variar.

Imágenes | Antonio Scalogna en Unsplash, SK SYUKUYU, MoKo, KDD, Ulanzi, Enjoy-Unique

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‘Red One’ y la última ‘El Señor de los Anillos’ lo han dejado claro

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A la semana de que aterrizaran en cines, ya se hablaba de ellos como dos de los mayores pinchazos financieros del año: ‘Red One’, la película en la que The Rock y Chris Evans rescatan a Papá Noel y ‘El Señor de los Anillos: La guerra de los Rohirrim‘, la producción animada que adapta la obra de Tolkien y que sirve como precuela de las trilogía de Peter Jackson. Y sin embargo, unos días después ya se habla de que tanto una como otra podrían relativizar su fracaso.

Pinchazos, sí, pero. Conviene dejar claro por anticipado que ambas películas han sido descalabros en taquilla sin demasiados paliativos. ‘Red One’ costó 250 millones de dólares (bastante más de lo que debería una película de esas características) y lleva recaudados 176 millones con una posible caída en picado en semanas posteriores por su llegada a Prime Video por sorpresa (motivada, quizás, por ese mismo pinchazo en taquilla). Mientras, ‘La guerra de los Rohirrim’ tuvo 30 millones de presupuesto, se estrenó primero en mercados internacionales y recaudó solo dos millones, más 4,6 en Estados Unidos una semana después.

Dónde está el matiz. En cómo se calibran ahora los éxitos y los fracasos de taquilla. Antes de la llegada de las plataformas de streaming, una película que pinchaba en salas se consideraba un fracaso prácticamente irredimible, aunque siempre ha habido excepciones: películas que funcionaban justitas en taquilla y en el mercado del alquiler recibían un empuje que las convertían en fenómenos de culto e incluso abrían la puerta a secuelas: ‘Cadena perpetua’, ‘El club de la lucha’ o ‘Austin Powers’ son algunos ejemplos. Ahora se suma la variante del streaming.

Récord en Prime Video. En apenas cuatro días, ‘Red One’ ha conseguido 50 millones de visionados en todo el mundo en solo cuatro días, un récord de visionados que ostentaba ‘Road House’, que tardó dos semanas en llegar a esa cifra. ¿Compensa eso la pérdida de dinero en taquilla? Por descontado, no. Pero a Prime Video le compensa de forma directamente menos tangible: incremento de suscripciones y competición con superpotencias de las producciones navideñas como Disney y Netflix en su propio terreno.

Cambio en la métrica de éxito. Nos hemos acostumbrado a valorar el éxito o fracaso de las películas mediante métricas que van más allá del dinero o el número de espectadores: número de visualizaciones, tiempo de reproducción o crecimiento de suscripciones aparejados a un estreno son nuevos valores de cambio en estos tiempos híbridos. También se valora el contenido a largo plazo, cuánto tiempo una película está “en la conversación”, meses más allá del momento de su estreno. ‘Red One’ no es, a todas luces, un éxito para Amazon, pero la buena prensa generada por su récord y por una nueva oleada de espectadores puede llegar a diluir la sensación inicial de “fracaso”.

Fracasos en tiempos de franquicias. Otro tipo de fracaso relativo es el de ‘La guerra de los Rohirrim’. A las puertas del fracaso en taquilla, Warner comunicó que “La guerra de los Rohirrim se aceleró para garantizar que New Line Cinema no perdiera los derechos de adaptación cinematográfica de las novelas de Tolkien mientras el trío de LOTR (Peter Jackson, Fran Walsh y Philippa Boyens) trabajaba en una visión creativa para las siguientes películas de acción real”. De ahí que, por una parte, su aspecto final no haya sido tan satisfactorio como se esperaba y que la inversión de 30 millones esté dentro de márgenes de pérdidas controlados, a la espera de un taquillazo venidero como el que se espera para próximas producciones. Salvar la franquicia, condenar el estreno. 

Cabecera | Amazon / Warner

En Xataka | El descalabro en taquilla de ‘Kraven’ es solo el último episodio de un proyecto condenado desde hace años

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ya sabemos dónde y cuándo estará lista la primera central comercial

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Estará alojada en Chesterfield County, Virginia (EEUU), y entregará electricidad a nada menos que 150.000 hogares. La primera central eléctrica comercial equipada con un reactor de fusión nuclear estará lista a principios de la década de 2030. Esto es al menos lo que promete CFS (Commonwealth Fusion Systems), la empresa constituida por investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) que está poniendo a punto el reactor de fusión nuclear experimental SPARC (Small Plasma Accelerator and Reactor Compact).

En Xataka seguimos la pista a este proyecto desde hace más de cuatro años, prácticamente desde que sus responsables lo pusieron en marcha. Y, al parecer, están cumpliendo a pies juntillas el itinerario que se han marcado. De hecho, en 2026 planean que el reactor será capaz de confinar el plasma y dar lugar a las estrictas condiciones que es necesario alcanzar en el interior de la cámara de vacío para que la reacción de fusión llegue a buen puerto. Ahí es nada.

“Será un momento histórico. A principios de la década de 2030 todas las miradas estarán puestas en la región de Richmond, y más específicamente en el condado de Chesterfield, Virginia, porque será el lugar en el que nacerá la energía de fusión comercial”, asegura Bob Mumgaard, director ejecutivo y cofundador de CFS. Suena extraordinariamente bien. Tanto, de hecho, que si finalmente alcanzan su objetivo se habrán adelantado nada menos que tres décadas a ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el reactor experimental de fusión que está siendo construido por un consorcio internacional en la localidad francesa de Cadarache.

SPARC propone varias ideas nuevas

Al igual que ITER, el reactor SPARC recurre al confinamiento magnético de los núcleos de deuterio y tritio que conforman el combustible utilizado en esta reacción en el interior de un reactor de tipo tokamak. Estos núcleos tienen carga eléctrica positiva, por lo que un campo magnético de alta potencia puede evitar que entren en contacto directo con las paredes de la cámara de vacío en la que tiene lugar la fusión nuclear. Y, sobre todo, es capaz de aproximar los núcleos lo necesario para que su energía cinética primero, y la interacción nuclear fuerte después, logren vencer la repulsión eléctrica natural que intenta separarlos y la fusión tenga lugar.

El campo magnético puede mantener el plasma a raya, pero en algunos momentos surgen turbulencias en la parte más externa de este gas a 150 millones de grados Celsius que pueden comprometer la integridad del reactor de fusión nuclear. Para evitarlo, SPARC cuenta con unos imanes superconductores de alta potencia y alta temperatura que, según las simulaciones de los investigadores del MIT, consiguen mantener a raya con eficacia las turbulencias que provocan la desestabilización del plasma.

En 2020 los investigadores del MIT y CFS publicaron siete artículos revisados por pares en la revista Journal of Plasma Physics en los que explican las claves de su tecnología

Según Martin Greenwald, el subdirector del centro especializado en fusión nuclear del MIT y uno de los fundadores de CFS, la energía que requieren estos imanes para generar el campo magnético responsable del confinamiento del plasma es mucho menor que la que es necesario invertir en otros motores magnéticos, como, por ejemplo, el que emplea ITER. Esta propiedad sobre el papel permite a SPARC alcanzar un balance energético positivo, de manera que la energía que es necesario suministrar al reactor para iniciar y sostener en el tiempo la reacción de fusión es menor que la que produce.

La propuesta del equipo liderado por Greenwald parece demasiado optimista, pero tiene a su favor algo que merece la pena que no pasemos por alto. En octubre de 2020 los investigadores del MIT y CFS publicaron siete artículos revisados por pares en la revista Journal of Plasma Physics en los que explican las claves de su tecnología. Y ya en ese momento Greenwald defendió que estos artículos les permiten confiar en que la estrategia que han desarrollado es lo suficientemente fiable para llevar la construcción del reactor de fusión nuclear SPARC a buen puerto.

Además, este proyecto tiene otra baza a su favor: su reactor tokamak es mucho más pequeño que el que utiliza ITER, por lo que el tiempo que es necesario invertir en su construcción teóricamente debería ser menor. En el aire quedan aún algunos interrogantes importantes, como, por ejemplo, cómo piensan los ingenieros de CFS lidiar con la irradiación de los materiales del manto, regenerar el tritio o eliminar las impurezas presentes en el interior de la cámara de vacío para evitar la degradación del plasma y la pérdida de rendimiento de la reacción de fusión. Pero su proyecto ilusiona. Ilusiona mucho. Ojalá consigan su objetivo.

Imagen | CFS

Más información | Interesting Engineering

En Xataka | Uno de los desafíos de la fusión nuclear ha sido resuelto gracias a un ingrediente exótico: el boro

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A los astronautas varados en el espacio les ha llegado una actualización de la NASA. El regreso se ha vuelto a complicar

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Estas navidades van a ser muy diferentes a las esperadas hace apenas unos meses para dos personas. Se llaman Suni Williams y Butch Wilmore, y ahora mismo están a muchos kilómetros de la Tierra como parte de una misión de la NASA que ha sufrido toda clase de contratiempos. Los dos astronautas llegaron a la ISS para una estancia de 10 días, pero las cosas se fueron complicando tanto que la última actualización los iba a dejar hasta febrero. Ahora parece que incluso más.

Una misión que muta. Como decíamos, los astronautas estadounidenses Butch Wilmore y Suni Williams llegaron a la Estación Espacial Internacional (ISS) en junio de 2024 a bordo de la nave Starliner de Boeing. Originalmente planeada como una misión de pocos días, esta se convirtió en una odisea de más de nueve meses cuando múltiples fallos en el sistema de propulsión de la Starliner obligaron a la NASA a devolver la cápsula a la Tierra sin tripulación, alterando drásticamente los planes de regreso.

La solución: SpaceX Crew-9. La NASA optó por incluir a Wilmore y Williams en el regreso de la misión Crew-9 de SpaceX, que llegó a la estación en septiembre a bordo de una cápsula Dragon con asientos adicionales para ellos. El plan contemplaba un retorno conjunto en febrero de 2025, pero las cosas, una vez más, han vuelto a torcerse.

¿La razón? Aquella solución dependía del lanzamiento oportuno de Crew-10, la misión destinada a relevar a Crew-9 y permitir la rotación habitual de tripulación. No va a ser el caso.

Otro retraso. Tal y como ha explicado hace unas horas la agencia espacial estadounidense, la Crew-10 no despegará, como mínimo, antes de finales de marzo de 2025, lo que implica que tanto la Crew-9 como los fatigados Wilmore y Williams permanecerán en la ISS por un período aún más prolongado.

Al parecer, este retraso se debe a la necesidad de completar el procesamiento de una nueva cápsula Dragon para Crew-10, asegurando la seguridad y eficacia de la misión. El cambio también subraya la complejidad de las operaciones espaciales, donde cada detalle técnico debe ser revisado meticulosamente.

Impacto de una estancia prolongada. Qué duda cabe, todos estos contratiempos tienen a estos dos astronautas como tristes protagonistas. Para Wilmore y Williams, esta extensión de su misión significa una experiencia significativamente diferente a lo planeado, enfrentando desafíos físicos y psicológicos asociados con estancias prolongadas en microgravedad.

Sus más de nueve meses en la ISS contrastan con la corta duración inicial de su misión, destacando la resiliencia requerida para adaptarse a estos cambios inesperados. No solo eso. También hay preocupaciones con la tripulación de Crew-9, que incluye a los astronautas de la NASA Nick Hague y Aleksandr Gorbunov de Roscosmos.

Rotaciones espaciales y continuidad. Por su parte, SpaceX, en su papel como socio principal de la NASA, ha mantenido un programa regular de misiones cada seis meses para garantizar la rotación de las tripulaciones de la ISS. La transición entre Crew-9 y Crew-10 incluirá un período de lo que se denomina como “handover”, donde ambas tripulaciones trabajarán juntas para asegurar la continuidad de las operaciones científicas y de mantenimiento a bordo.

En la otra acera, qué duda cabe, está Boeing. El fracaso de la Starliner para cumplir con los estándares operativos representó un revés significativo para la compañía y su contrato de 4.300 millones de dólares con la NASA, el mismo que busca asegurar el transporte regular de tripulación y carga a la ISS. Mientras SpaceX ha lanzado con éxito nueve misiones tripuladas, Boeing enfrenta una congelación de su programa hasta que se logre una certificación más confiable para vuelos operativos. La compañía debe estar deseando que termine 2024.

Imagen | NASA

En Xataka | La NASA ha retrasado indefinidamente el regreso de la nave Starliner y sus astronautas. Boeing se juega sus futuros vuelos

En Xataka | Para colonizar la Luna primero hay que reinventar la comida. La NASA quiere obtenerla del aire y China de Lanzarote

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